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Fisiologia humana sistema limbico

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l: a"l^d
10
Sistema límbico
JosÉ venÍe DELGADo cencÍe
SUMARIO
r INTRODUCCIóN
r AIIATOMíN TUXCIONAL DEL SISTEñ'IA IíUEICO
r I]{TEGRACIóN CENTRAL DE LAS FUIIGIONES HORMONALES
Y NEUROVEGETATIVAS
r BASES NEURONALES DE LA EMOCIÓU V DE LA MOTruICIóU
r FUI{GIOI{ES ESpECínClS DEL STSTETUI rírnelCO
¡ GONSIDERACIONES FISIOPATOIÓCICAS
r BlBLlOGmrÍl
172
INTRODUCCIóH
La difícil caracterización anatómica y funcional del
sistema límbico como el conjunto de eitructuras neu-
ronales que genera la conducta emocional, se debe a
dos razones principales. Un primer aspecto es el carác-
ter personal y subjetivo de las emociones y las motiva-
ciones, que hace inverosímil cualquier inténto de gene-
ralización. Una segunda compliiación es la falt"a de
acuerdo para definir qué regiones cerebrales forman el
sistema 1ímbico, y qué características comparten para
ag_ruparlas, precisamente, bajo el concepto de sisfema.
,- Un elemental principio evolutivo sugiere que aque-
llos comportamientos adaptados al entbrno físico o al
ambiente social tienden a perpetuarse, al igual que
debe ocurrir con los circuitoi neuronales que iós haóen
posibles. Para Macl.earL sobre el cerebro visceral y
apetitivo de los reptiles primitivos, se añadió un ceró-
bro emocional, cuyas funciones serían asumidas, fi-
nalmente, por el sistema límbico de aves y, sobre todo,
mamíferos. El sistema límbico determina la aparición
de un mundo interno, concepto éste superpuesto en
parte, pero no equivalente, al de medio interno. El
mundo intemo no se fundamenta en la presencia de
interoceptores ni en el desarrollo de meóanismos ho-
meostáticos, sino en la elaboración de señales internas
de identidad. Por ejemplo, el ser capaz de inhibir de-
terminados deseos (rehuir una fuenté de alimento ante
la presencia de un depredador) es la expresión con-
ducfual de la existencia de circuitos internos capaces
de generar estados en los que la información ploce-
dente de exteroceptores e interoceptores se somete a
un escrutinio frente a memorias o planes no meramen-
te contingentes. En este sentido, el sistema límbico se-
ría un poderoso inhibidor de deseos y necesidades re-
lacionadas con la supervivencia dél individuo, en
función de las condiciones del medio interno y del
mundo que lo rodea.
_ _ 
El concepto de emoción tiene, por su parte, una do-
ble vertiente. En primer lugar se puedeionsiderar un
aspecto interno, personalizado/ que en la especie hu-
mana toma además un carácter cognitivo; y un aspecto
externo, conductual, que sirve de clave o señal a
miembros de la misma especie o de especies relaciona-
das. La expresión externa de las emociones podía tener
Sisferna límbico t 179
un origen epifenoménico. Existen numerosos ejemplos
en los que, en caso de conflicto entre informaciónes
sensoriales (por ejemplo, entre información visual y
vestibular), aparecen manifestaciones vegetativas y eJ_
queletomotoras que funcionan como señales de aviso
(mareos, náuseas, etc). Del mismo modo, el conflicto
que :9 plantea ante la evolución inesperada de una si-
tuación, como la presencia de un dépredador en un
lugar imprevisto, se resolvería con h alctivación de de-
terminadas manifestaciones vegetativas y esqueleto-
motoras coincidentes con una reevaluación, o puesta a
cero, de los datos sensoriales disponibles. Dichbs actos
motores, mediados por el músculo liso y/o estriado,
serían a largo plazo sumamente expresivos, por su coin-
cidencia con el estado o situacióndel munáo interior.
El extraordinario desarrollo en aves y mamíferos de
las estrucfuras que se incluyen en el concepto de siste-
ma límbico estaría muy ligado, por otra paite, al cuida-
do de la prole, caracteristlca más que peculiar de estas
especies. Este hecho singular permité una prolonga-
ción de los estadios infantiles y juveniles eÁ contacto
directo con el medio externo. És-bien conocido el he-
cho de que la persistencia de rasgos infantiles, así
como la detección de los mismos, désencadena meca-
nismos inhibidores de la agresión, probablemente re-
lacionados con la apariciórry el desárrollo del sistema
límbico (Fig. 10.1).
. lomo se podrá observar en las páginas que siguen,
el sistema límbico se caracteriza pór ét elevádo ní-e-
ro de circuitos neuronales que én él se inscriben. En
este sentido conviene tener en cuenta las consideracio-
nes siguientes. En primer lugar,la misma estructura
puede formar parte de circuitos distintos, de igual
modo que un mismo circuito puede procesar infor'ma-
ciones distintas e incluso contrapuestas. En segundo
lugar, cada relevo o estación neuronal en un ciJcuito
supone una transformación de la información y, al
mismo tiempo, se puede constifuir en un punto nodal
al que se puede acceder desde orígenes,^funciones o
necesidades distintas. Estos circuitos no son necesaria-
mente neuronales en exclusiva. Existen sistemas hor-
monales que pueden cumplir misiones de distribución
de información simultánea y rápida de según qué ór-
ganos/ aparatos y sistemas en función de las necesida-
des del momento. Ejemplo de esto último es la reac-
Figura 10.1. Evolución del dibujo del ratón Mickey en el transcurso de 50 años. La infantilización de sus rasgos (mayortamaño
relativo de ojos y cabeza, por ejemplo) coincidió con un carácter más blando e inofensivo de su conducta, amplianáo, probablemente,
el número de sus adeptos (Copyright de Wdt Disney Productions).
174 t Neurofisiología I
ción de alerta, en la que intervienen mecanismos neu-
ronales y hormonales.
Otro aspecto a tener en cuenta es el papel del siste-
ma límbico como irüibidor selectivo de impulsos y ne-
cesidades básicas, inmediatamente relacionadas con la
supervivencia. La inhibicién selectiva de determina-
doi circuitos de carácter no topográfico, sino relaüvos
al archivo de memorias cargadas de significado inter-
no, puede impedir la activación de (demasiadas) vías
lateiales y permitir así la creación exclusiva de las aso-
ciaciones témporoespaciales pertinentes (aprendizaje
emocional, vivencias). La dispersión lateral en circui-
tos altamente interconectados llevaría a fenómenos de
resonancia, superabundancia y/o bloqueo (ideas obse-
sivas, fenómeno de kindling, crisis epilépticas, ansie-
dad, etc). Desde una persPectiva fisiológica, el sistema
límbico está capacitado para llevar a buen término ta-
reas de este tipb, ya que en él se repite hasta la sacie-
dad el esquema básico, presente en tantas otras estruc-
turas ceñbrales, de que fuentes de in-formación
distintas, de carácter complementatio y /u oPuesto, se
confrontan en la misma estructura o punto nodal, a
través de circuitos interconectados.
AI{ATOMíA FUNCIONAL DEL SISTEMA LíMBICO
En 1878 Broca denominó lóbulo límbico al anillo de
tejido cortical que rodea el hilio de cada hemisferio ce-
rebral. Dicho anillo o limbo está formado por la cir-
cunvolución del cíngulo, la circunvolución subcallo-
sa, la circunvolución parahipocampal y la formación
del hipocampo, así como por otras estructuras corüca-
les relacionadas con la vía olfatoria. Todas estas estruc-
turas, agrupadas también bajo el nombre de rinencéfa-
1o, se supusieron relacionadas conla olfacción. En1952
Maclean propuso que el lóbulo límbico, junto con de-
terminados núcleos subcorticales, está relacionado
más que con la olfacción, con la elaboración y la expre-
sión de las emociones. Los componentes subcorticales
del sistema límbico, variables de un autor a otro, son la
amígdala, el área septal, el núcleo accumbens, el epi-
tálamo (habénula), el núcleo anterior del tálamo y
parte de los ganglios basales, como la sustancia inno-
minada y la región palidal ventral. A esta larga rela-
ción se suele incorporar el hipotálamo, como vía final
común de salida de todo el sistema, y la corteza orbito-
frontal como lo opuesto, es decir, como la porción de
neocorteza que interviene más directamente en el sis-
tema límbico (Fig. 10.2). Aunque no hay, Pues/ un
completo acuerdo acerca de la composición anatómica
del sistema límbico, se acePta que un conjunto de es-
tructuras localizadas en la porción medial deltelencé-
falo, con un alto grado de interconexión entre sí, com-
parten proyecciones directas al hipotálamo, y regulan,
por tanto, los mecanismos neuroendocrinos, autóno-
mos y conductuales asociados con esta porción del
diencéfalo (Fig. 10.3).
blanca
anter¡or
Septum
Tubérculo
ólfatorio
Hipocampo- Giro
parahipocámPico
Figura 10.2. Estructuras corticales y subcorticales que componen el sistema límbico.
Bulbo
olfatorio
Giro
dentado
Núcleo
interpeduncular
Comisura
blanca
anterior
Rrea
hipotalámica
anterior
Núcleo
preóptico
Nervio
óptico
Ouiasma
Sistema límbico I 175
Núcleo paraventricular
Hipotálamo dorsal
Hipotálamo lateral
Haz
mamilotalámico
Area
hipotalámica
posterior
Núcleo
dorsomedial
Núcleo ventromedial
Cuerpo
mamilar
Hipotáamo
lateral
Núcleo
supraóptico
. Arnígdala
B Haz
mam¡lotalámico
Núcleo
periventricular
Núcleo
arcuato
Núcleo tuberal
lateral
Figura 10.3. Localización de los principales núcleos que componen el hipotálamo. En A se muestra una visión lateral y en B una
secciÓn coronal. i
Amígdala
La amígdala es un complejo de núcleos y áreas cor-
ticales especializadas que se localiza en la porción
rostromedial del lóbulo temporal. Está formada por
los núcleos cortical, medial y central, por el complejo
basolateral, y por la corteza periamigdalina. Estos nú-
cleos están ampliamente conectados entre sí y, ade-
más, presentan conexiones específicas con otras es-
tructuras límbicas (Fig. 10.4). Por ejemplo, el núcleo
central está muy relacionado anatómica y funcional-
mente con el hipotálamo lateral y con diversas estruc-
turas del tronco del encéfalo, como el núcleo del tracto
solitario y el núcleo parabraquial, los cuales, a srt vezl
participan en funciones gustativas, cardiorrespirato-
rias y viscerales. Los núcleos cortical y medial y la cor-
teza periamigdalina reciben aferencias desde el bulbo
olfatorio principal y accesorio, y proyectan a la corteza
olfatoria. La porción basolateral, más reciente, recibe
aferencias deáreas corticales de asociaciórL sobre todo
de la circunvolución temporal inferior (visual), de la
circunvolución temporal suPerior (acústica) y del ló-
Corteza de asociación Am@dala
Táamo
Visual
.i.i..1:ri::.:::r:r.ir.--'.'..: a.,-.i:-..a.1 f r'i
: r:'AgP-itlgi ll¡1 1 ¡..r::,,l,i...:r:.r.
Gustatoria
Somatosensorial
Basolateral
Ganglios basales
Central
Tronco del enéfalo
Sustancia gris
Centros autonómos
Corticomedial
Hipotáarno Hipofisis
176 I Neurofisiotogía t
Figura 10,4. Diagrama de las principales vías aferentes y eferentes al núcleo amigdalino.
bulo de la-ínsula (somatosensorial). Está también muy
relacionada con la corteza preftontal orbitomedial y
con el núcleo dorsomedial dél tálamo. En conjunto, loi
núcleos amigdalinos proyectan, a través de la estría
terminal y de lawía ventral, a diversas zonas del hipo-
tálamo, aparte de a otras estructuras corticales y rirU-
corticales (Fig. 10.4).
Formación del hipocampo y corteza límbica
La formación del hipocampo es una porción de la
corteza cereb¡al que forma una especie de cuerno a lo
largo de la curvatura del ventrículó hteral. Se subdivi-
de en hipocampo propiamente dicho, o asta de Am-
mory circunvolución dentada y complejo subicular.
Las aferencias a la formación dei hipoóampo proceden
de la corteza entorrinal, del hipocampo contrálateral y
de estructuras subcorticales Como ei septum mediaÍ,
ciertos núcleos del rafe y el locus caeruléus del tronco
del etgéfalo y, por último, del núcleo fastigial del cere-
belo. El hipocampo proyecta de vuelta a la"región subi-
cular y ésta, a stt vez,lo hace sobre el tálamJanterola-
teral, los cuerpos mamilares, los núcleos ventromedial
y anterior del hipotálamo y el septum lateral. A través
aqt f.9pi1, el hipocampo pioyectá sobre el septum late-
ral (Fig. 10.5).
El resto de la corteza límbica de asociación se
muestra en la Figura 10.2,y sus principales conexiones
anatómicas se presentan en la Figurf 10.6.
Gircuitos !ímbicos
En 7937 Papez describió un circuito neuronal que,
por vez primera, ponía en conexión los componentes
expresivos de los fenómenos emocionales con los com_
ponentes cognitivos propios del mundo interior, es de_
cir, los sentimientos. Como se muestra en la Figu-
ra70.7, A, el circuito de papez relaciona el hipotila_
mo/ es decir, la vía final común de los afectos, con la
cotteza límbica, o asiento de la generación de los esta-
dos emotivos. Este circuito límbico medial se comple-
merrtó por otro basolateral, propuesto por yakolev en
1948. Este último circuito (Fig. 70.7, B) pbne en relación
con 9l hipotálamo, a través de la amlgdala, la única
porción de la neocorteza directamente rélacionada con
el sistema límbico, es decir, la corteza prefrontal orbi-
taria. A estos dos circuitos, que se pueden considerar
como clásicos, se ha sumado con posterioridad una lis-
ta casi interminable de relaciones anatomofuncionales
entre estructuras límbicas y paralímbicas.
. 
A finales del siglo xrx, Jaókion propuso que una fun-
ción determinada está represeniadá muchas veces a
niveles distintos del sistema nervioso. Los niveles más
altos, habiendo aparecido más tarde, median la fun-
ción de una forma más precisa que los niveles inferio-
res. Además, son excitados más fácilmente y suelen te-
ner una acción inhibidora sobre los niveleé inferiores.
Por ello, la lesión de los niveles superiores libera a los
inferiores de dicha inhibición y pérmite su expresión
conductual. Con esta idea jerárquica in mente, Nriaclean
prop]rs9 en la década de los años cincuenta que el cere-
bro de los mamíferos actuales es la suma dé tres cere-
bros superpuestos, adquiridos a lo largo de la evolu-
ción (Fig. 10.8). Un primer cerebro pótorreptiliano,
vegetativo o instintivo, formado por porcioneJ altas de
la médula espinal y p-arte del troncodel encéfalo y de
los ganglios basales, hizo posible el desarrollo dé los
comportamientos instintivos relativos al estableci-
miento de territorios, búsqueda de refugios, caza, apa-
reamiento, etc.; es decir, de funciones relacionadas óon
la supervivencia. El cerebro de los paleomamíferos,
Sistema Íímbico ¡ 177
Figura 10.5. Diagrama de las principales vías aferentes y eferentes del hipocampo, así como de su circuito interno.
emocional o límbico, sería superior ierárquicamente al
anterior, por lo que tendría la opción de suspender o
bloquear su activación. El autoconocimiento se origi-
naría de la posibilidad de inhibir pautas conductuales
heredadas o de suprimir secuencias de conducta
aprendidas previamente, generando así un bloqueo o
contención de pulsiones primitivas. Esta memoria in-
tema que se va elaborando es una mezcla de opciones
propias y de información procedente del medio exter-
no e intemo. Por último, el cerebro de los neomamífe-
ros estaría formado por estructuras neocorticales y se-
ría el responsable del análisis frío, no emocional ni
contingente, y en detalle, de las características del me-
dio externo. Este último cerebro operaría así libre de
las señales (o el ruido) generado en el mundo interior.
En cualquier caso, el comportamiento es único, y re-
sultado del trabajo combinado de los trei sistemas.
Aunque esta teoría está lejos de una confirmación ex-
perimental plena, no deja de ser atractiva, motivo por
el cual se menciona con detalle aquí.
---------I
Hipocampo
178 I Neurofisiología I
. Corteza entorrinal y perininal
Corteza de
asociación
visual y acúst¡ca
. Am'lgdda
. Corteza perirrinal
Corteza de asociación
visual, acústica
y somatosensorial
Corteza prefrontal y
parietal posterior
. Amígdala
. Cofteza perirrinal
o Presubiculum
. Am¡gdala
. Corteza entoninal y perirrinal
. Hipocampo
Figura 10'6. Diagrama de las conexiones más importantes de la corteza límbica de asociación.
INTEGRACIóN CENTRAL DE tAS FUNCIO]IIES
HORMONATES Y NEUROVEGETATIVAS
Como se ha señalado, el hipotálamo representa la
vía final común de salida del sistema límbico en los
aspectos referentes a la regulación de las glándulas de
secreción interna y del sistema nervioso vegetativo.
Esto es posibleporque, por una parte, el hipótálamo
está conectado con la hipófisis, bien a través del siste-
ma porta hipofisario (adenohipófisis) o, directamente,
a través de proyecciones axónicas (neurohipófisis). por
otra parte, diversos núcleos hipotalámicos proyectan a
los centros troncoencefálicos encargados di lá regula-
ción de funciones vegetativas como el mantenimiento
de la temperatura corporal y de la función cardiovas-
cular y respiratoria. Además, el hipotálamo desempe-
ña un importante papel en la expresión de las emocio-
nes a través de la musculafu¡a estriada. De hecho, la
estimulación eléctrica de alguno de sus núcleos es ca-'paz 
de producir comportamlentos integrados de índo-
le emocional, como ataque, huida, etc., lo que demues-
tra que estas complejas conductas son configuradas en
esta estrucfura cerebral.
El interés por el hipotálamo como ganglio cerebral
que regula y coordina las funciones metabólicas, endo-
crinas y vegetativas, y como órgano rector de los as-
pectos motores básicos de la conducta emocional nació
de los estudios clásicos de estimulación cerebral de
Hess, y de lesión y desconexión cortical de Bard. La
estimulación eléctrica de porciones aisladas del hipo-
tálamo produce modificaciones en los niveles de piác-
ticamente cualquier proceso endocrino, metabólico o
vegetativo (Fig. 10.9). Por otra parte, se ha demostrado
que tras la separación quirúrgica del hipotálamo de las
estructuras corticales y de los ganglios basales (animal
hipotalámico) el animal es capaz todavía de regular su
Figura 10.7. Circuitos de.Papez, A, y de Yakolev, B.
Sisfema límbico I 179
A
,t
[rl Neomamífero
ffi Paleomamifero
[,::]l Protoneptiliano
B Gato Mono
*t
kPa
". ];;
lo,
].,
2s
Figura 10.9. Efectos sobre la amplitud y la frecuencia respi-
ratorias (A) y sobre la presión arterial de la estimulación de di-
versas estructuras límbicas de la rata. Abreviaturas: APO, área
preóptica; CCM, complejo corticomedial de la am(gdala; HL, hi-
potálamo lateral; HMA, hipotálamo medial anterior; HV, hipo-
campo ventral. Obsérvese que a igual intensidad, la estimula-
ción de HV apenas si produce efecto, y que el efecto de la
estimulación de CCM puede variar de la activación a la inhibi-
ción (resultados obtenidos en colaboración con los Drs. J. Ló-
pez-Barneo, D, Mir y J. Ribas).
cados en la Tabla 10.1 deberu por tanto, ser considera-
dos con la debida reserva.
Dado que las funciones del hipotálamo como órga-
no endocrino, así como su papel regulador del sistema
nervioso vegetativo, de la ingestión de alimentos_ y
ag1ta, y de lá regulación de los ritmos biológicos ha
sido considerada in extenso en diversos capítulos de
ffi@@
Giro del cíngulo B
Circunvolución
subcallosa
C,orteza
retoesplénica
Corteza
piriforme Circunvolución del
hipocampoUncus
F?l Neocorteza
H Aocorteza y Wxtalocorteza
Figura 10.8. A. Diagrama de los tres cerebros de Maclean.
B. Proporción de corteza límbica en cuatro especies de mamí-
feros.
metabolismo y producir respuestas conductuales agre-
sivas. La conducta agresiva, annque bien elaborada
desde el punto de vista motor, recibió el nombre de
rabia falsa porque se desencadena por estímulos irrele-
vantes, no se dirige a los objetos adecuados /, más im-
portante aún, porque sólo se induce su aspecto exter-
no, pero no la experiencia interior.
En la Tabla 10.L se resumen las diversas funciones
controladas por el hipotálamo, así como los núcleos
que participan en ellas. Considerando lo intrincado de
la anatomía del hipotálamo, el pequeño tamaño de
cada núcleo y el alto grado de conexiones y vías de
paso (Fig. 10.3) es difícil asignat con certeza una fun-
ción definida a un núcleo en concreto. Los datos indi-
laO f Neurotisiotogía I
Tabla 10.1. PRINCIPALES NúcLEos HtporAlAMtcos y FUNCIoNES euE sE LES ATRIBUyEN-
FUNCIONES
VEGETATIVAS
EFECTOS
CONDUCTUALES rNcEsnóN lt&tháfifl REFUERZo
Neuro
hipó- + -
fsis
Adeno-
tltF
mentos AOua nlP9
flsts
Vigilia
0
sueño
Ritmo
cardía-
c0
To Ritmo Presión Ritmo Activa-
ca¡día- arte- respi- ^'!- Agre- Mledo
co riar rator¡o gJ;'Jl¡ siva huida
Núcleos
HIPOTÁLAMO MEDIAL
ANTERIOR
n. anterior
n. preóptico
n. supraquiasmático
n. supraóptico
n. supraventricular
HIPOTÁLAMO MEDIAL
TUBERAL
n. ventromedial
n. dorsomedial
n. amato
n. periventricular
HIPOTÁLAMO MEDIAL
MAMILAR
n. mamilar
n. supramalar
n. posterior
HPOTÁLAMO LATERAL
n. región preoptica lateral
n. lateral
sueño
1
t
vigilia
ADN
Oxitocina
Se indica siempre el efecto de la estimulación o activación del núcleo, no el de su cesión o inactivación.
esta obra, a continuación sólo se consideran aquellos
aspectos globales de la fisiología del hipotálamo en re_
lación con su estimulación y lesión.
Funciones vegetat¡vas
La estimulación de las porciones anteriores del hi-
potálamo como los núcleos anterior y preóptico dis-
minuye el ritmo cardíaco, la presión aitérial y el ritmo
respiratorio. La estimulación del núcleo anierior dis-
minuye la temperatura corporal mediante la inducción
de vasodilatacióry o de conductas como el jadeo. por el
contrario, los núcleos posterior y supramamilar pro-
drrcen efectos opuestos. El núcleo poite.io. del hipo-
tálamo, por ejemplo, activa la induición de conduitas
como el escalofrío que contribuyen a aumentar la tem-
peraturacorpo¡al. En ambas regiones anterior y poste-
rior del hipotálamo existen neuronas que módifican
sus patrones de disparo en función de lá temperatura
9orporal,.actua,1d9 por tanto como termorreceptores
internos (Fig. 10.10).
Efectos conductuales
La esfimulación eléctrica de la región lateral del hi-
potálamo induce un aumento de ñ actividad motora
general del animal y de su conducta agresiva. Este in-
cremento de agresividad se acompaña de toda una se-
rie defenómenos vegetativos como dilatación pupilar,
sacar las gaftas, erizamiento del pelo, aumento he h
presión arterial y del ritmo cardíaio, disminución del
flujo renal, disminución de la secreción de jugos diges_
tivos, etc. Todo edte correlato vegetativo áe"tipo sYm-
pático es el cortejo que acompaña a la reacciónie aler_
ta. Fvidentemente, la lesión del hipotálamo lateral
produce el efecto opuesto.
La estimulación de la región medial del hipotála_
mo/ por el,contrario, induce placidez y sedacióir de la
conducta del animal, mientrás que su lesión produce
un aumento de agresividaq qqe no cede con eitiempo.
Este. cuadro 
1'a ¡nelcionado-de rabia falsa se prodüce
también tras la lesión selectiva de poiciones del siste_
ma límbico, como la corfeza orbitofrontal y la circun_
volución del cíngulo.
La estimulación de ciertas estructuras hipotalámicas
periventriculares como los núcleos perivéntricular y
preóptico induce respuestas muy diitintas a las antá
riores, del ti-po de temo¡ y miedo, que suelen originar
conductas de escape o huida.
Las acciones del hipotálamo sobre el sistema nervio-
so vegetativo arriba indicadas se complementan con
otras de tipo conductual, ya que la estimulación de sus
regiones anteriores induce placidez y sueño, mient¡as
que la estimulación de las regiones pósteriores aumen_
ta el nivel de alerta y vigilancia del animal.
Una-estructura hipotalámica ya estudiada en otra
parte de esta obra es el núcleo supraquiasmático, el
cual se ha caracterizado en roedoies (rata, hámster)
Factores
fisiológicos
lntegrador
(detector de error)
Factores
hedonísticos
sociales,
ambientales
como el responsable de la generación de los ritmos de
tipo circadiano. Se ha demostrado que la actividad de
sus neuronas sigue una ritmicidad circadiana incluso
aisladas del resto del cerebro, lo que les confiere las
características de un verdadero generador del ritmo y
no de una mera estructura repetidora.
Regulación de la ingestión
Los estudios sobre la regulación de la ingestión de
alimentos y agua tuvieron una especial incidencia en
el debate sobre si las estructuras hipotalámicas son o
no específicas en la localización de determinadas fun-
ciones. Durante bastante tiempo se ha aceptado que el
hipotálamo lateral funciona como un centro del ham-
bre, cuya activaciónincita a comer y beber al animal, y
cuya destrucción lo convierte en un ser capaz de llegar
a la desnutrición por su rechazo de la comida. Por el
contrario, la región ventromedial del hipotálamo fun-
cionaría como un centlo de la saciedad, generando
efectos opuestos a los indicados para la región lateral
(Figs. 10.11 y 10.72). Experimentos recientes han mos-
trado lo simplista de esta interpretación, pero no la
Sistema límbieo E lAl
Elementos controladores
Variable
iontrolada
han rebatido por completo, ni existe en la actualidad
una teoría que englobe de modo aceptable la organiza-
ción de los mecanismos de regulación de la ingestión
de alimeptos.
Regulación hormonal
Las porciones magnocelulares de los núcleos su-
praóptico y paraventricular se encargan de la síntesis
y liberación de la hormona antidiurética y de la oxito-
cina, cuyas acciones fisiológicas se han considerado en
otra parte de esta obra. Es de resaltar que colaterales
axónicas de las mismas neuronas que proyectan al ló-
bulo posterior de la hipófisis, donde se liberan dichas
hormonas, se dirigen también a otras estructuras del
sistema límbico y del tronco del encéfalo, con una fun-
ción desconocida de momento.
Por su parte, cúmulos de neuronas de pequeño ta-
maño, localizados preferentemente en los núcleos pe-
riventriculares, sintetizan las hormonas (o factores de
liberación) hipotalámicas: TRH, LHRH, CRH, GHRF,
GHIH, PRF, PIH, MRF y MIF. Todas estas hormonas
alcanzan los lóbulos anterior y medio de la hipófisis a
lF-tiFl
l impurso I
*
(t<(-)
Detector del nivel de la vanable
Figura 10.10. Sistema regulador de la temperatura corporal en homeotermos. Nótese que el valor deseado no depende en exclusiva
de factores fisiológicos, sino que pueden intervenir otras variables endógenas y exógenas.
182 I Neurofisiología t
Factores
¡' Mati\,",]
I irp,¡* |
ü
(+)<(-)
(1,2,3)
Elementos controladores
Integrador Factores
(detector de error¡ hedonísticos
sociales,
ambientales
Detector del nivel de la variable
Figura 10'1 1 ' sistema regulador del nivel de nutrientes. En este caso, la variable controlada no es, desde luego, el peso corporal. Enrealidad, puede que sea más de una variable lo que se controla.
través del sistema porta hipofisario. Cada una de ellas,
en función de la/s hormona,/s cuya liberación regu_
la,/n, se ha considerado en el capítuio correspondieñte.
En diversas estructuras del sistema límbico se han
encontrado receptores para estas hormonas y factores,
asi co-mo para otras hormonas y sustanciás de tipo
peptidérgico que actúan probabllmente como neuro_
transmisores o neuromoduladores. por ello se ha pro-
puesto que, en adición a las redes neuronales que con_
forman el sistema límbico, existe una red peptidérgica
que participa en la coordinación de los aspectos vége_
tativos y endocrinos que acompañan u t e*pr"rér,
conductual de las emociones. Se recuerda una vez más
que la conducta emocional no es sólo el resultado de la
actividad del sistema límbico, sino que en su génesis
participan otras estructuras nerviosai y endociinas.
BASES NEURONALES DE tA EMOCIóN
Y DE LA MOTIVACIóN
.. {r^qy" parece difícil alcanzar un acuerdo para de_finir qué se entiende bajo el término emocién, sí se
acepta sin problemas que en situaciones tensas o com_
prometidas para el individuo (por ejemplo, el sobre_
salto que acontece ante la p,resencia ériUitu á" ,rn pr"_
dador) ocurre una activacfun inespecífica del sistéma
vegetativo (taquicardia, sudor frío, etc.) y del sistema
motor esquelético (expresión de terror, aiaque/huida)
lunto con un mayor o menor conocimiento de la causa
del sobresalto.
De acuerdo con la teoría de James-Lange, el sentir
interno que caracteriza a un estado emocioáal se sigue
de la percepción de_los fenómenos motores y vegetáti_
vos que se desencadenan ante determinados estíñrulos
externos. Por el contrario, para Cannon y Bard, así
como para la mayoría de investigadores ácfuales, las
sensaciones que desencadenan estímulos emocional_
mente relevantes ponen en marcha un doble mecanis_
mo que origina la emoción por una paúe,y la respues_
ta motora y-vegetativa por otra. Como se ha señaiado,
Papez fue el primero en ubicar en estructuras del siste_
ma límbico los dos aspectos de la emoción, es decir,
expresión y sentimient-o (Fig. 10,2, A). Así,los elemen_
tos expresivos generados en el hipotálamo se pondrían
en contacto con (o podrían ser activados desd-e) la neo_
Elementos controladores
Sistema límbico I lA3
Variable
controlada
f!-.tve 1
I imputso I
+
lntegrador
(detector de eror)
Factores
hedonístico
sociales,
ambientales
Detector del nivel de la variable
Figura 10.12. Sistema regulador de la hidratación de los tejidos orgánicos. Nótese la presencia en el sistema regulador de
mensaieros quím¡cos que actúan de modo simultáneo dentro y fuera del sistema nervioso central.
corteza, a través de la corteza límbica de asociaciÓn.
Aunque el circuito de Papez no tiene hoy día una esPe-
cial relevancia funcional, sí es cierto que estructuras
como el hipotálamo, la amígdala, el hipocampo y la
corteza orbitofrontal son necesarias en la elaboración
de las respuestas emocionales.
Llama lá atención el frecuente olvido de la filogenia
y ontogenia de los fenómenos de tipo emocional. Por
ejemplo, sería fácil deterrninar el origen evolutivo de
determinados gestos como rascarse la cabeza en señal
de perplejidad o taparse los ojos ante una visión ho-
rripilante. Por otra parte, las crías aprenden de sus
mayores la respuesta emocional que corresPonde ante
determinadas situaciones conflictivas. Además, los
elementos cognitivos y abstractos de las situaciones
emocionales son reelaborados continuamente median-
te mecanismos de rememoración. Todos estos factores
sugieren que los fenómenos emocionales, al menos en
sus aspecios cognitivo-perceptivos, no tienen una loca-
lización precisa, sino que se distribuyen por las estruc-
turas corticales junto cbn otros fenómenos aprendidos
a nivel verbal, manipulativo, abstracto, etc. Por ejem-
plo, siempre se ha supuesto que los fenómenos vegeta-
tivos que acompañan a la emoción son de carácter
adaptativo para la (posible) acción motora. Sin embar-
go, hay que tener en cuenta que la respuesta vegetati-
va sobreipasa en tiempo a la motora, que a veces, ade-
más, es más intensa de lo necesario y que con la
repetición del estímulo tiende a desaparecer, mientras
hay una mejora de la respuesta motora estriada. Todo
esto hace pensar que las respuestas emocionales tienen
un componente inespecífico, alertador, cuyo signifi-
cado primordial es la puesta en marcha de fenómenos
cognitivos que faciliten la búsqueda de soluciones ori-
ginales, desechando pautas más primitivas y estereoti-
padas.- 
Del mismo modo que determinados aspectos de las
emociones se puedeñ condicionar o aprender, los fe-
nómenos emocionales son fuente de impulsos o gene-
ran necesidades intemas, es decir, se convierten en
motivaciones.
El concepto de motivo es de origen psicológico. Tan-
to la teoríá psicoanalítica de Freud, como las teorías
etológicas y la teoría de los impulsos de los psicólogos
experlmeÑales proponen que determinadas tensiones
inlernas, como el hambre o la sed, aparecen como con-
1a4 f Neurofisiotogía I
secuencia de estados carenciales, en este caso de ali_
T".rt9r oagua. Estas tensiones intemas activan la rea_lización de determinadas conduct"s apetitioar, o áL
búsqrreda, y consumatorias, o de sadsLcción. La re_ouccron cle la tensión intema refuerza la aparición dedichas conductas cuando se plantea J".r,rurro la nece_
sidad. Los motivos o impulós_ü"r"., * origen inter_ro, lqln.t",no siempre es fácil localizar el e"stado ca_
::i.jLf": t.s genera, como ocurre por ejemplo con Iaconducta sexual, o con la curiosidaá, capaz'd,e poneren marcha una conducta.exploratoriá. plr rildnio, enausencia de necesidad objetiva de alimentos y/o áein
sensación de hambre, se puede comer si se presenta un
Itilj" muy apetitoro qr" u"tiu, "r, urt" caso, comotncentrvo.
"^t:f-.1:ble 
que las motivaciones, al igual queya sena comentadg para las.emociones, no tágan un sus_trato anatómico definido. Su progresiva elaboración
con el desarrollo de la especie yi"f"i"ái"ü"" ú;;;;en su génesis, rememoráción i, repeüción inte.venjánruunerosos circuitos, a los que se puede acceder deidediversas entradas o puntó nodáles. por ejemplo, laangiotensina II deseniadena la aparición áe conductasapebitivas de búsqueda de agua fru"," i"v".ción intra_
Il¡illl11l por su acción sobre el órganb yuxtaforni_lil T""T3s que a nivel renal, a t¡aiés de su acciónsoore ra aldosterona. y sobre la hormona antidiuréüca,
aumenta la reabsorción de sodio y agualfig. f O.fZ¡. Eieste sentido, numerosas sustancias á" oij"r, peptídi_
co 
. 
(hormonas, neu_rotransmisores, neur'omodulado_
res) tuncionan p_oniendo 
"r, -u..ná d;*;;;'Ji;ü_neo renomenos localizados en circuitos y estrucfuras
orgánicas muy diversas con un mismo fin adaptativo.
ry!_qr^o!"Es ESpEcíFtcAs DEL S|STEMALIMBICO
. 
En este apartado se éxplican las características fun_cronales más relevantes de estrucfuras límbicas comola amígdata, ta formación d"j htp;;;;;"f ,"pt"* yla corteza límbica de asociació". aa"rn?, ,á presentanalgunas consideraciones acerca de la lateralización defunciones emocionales en la cortezi."."U*f del hom_bre y sobre la localización en el ,irt"*u ii_Uico deáreas o zonas de recompensa o castigo.
Amígdala
, .En 1939, Klüver y Bucy describieron que la lesiónbilateral del núcleo árnlgaár*o y J" pári""j"l polo an_terior del lóbulo tempoial 
"r, 
ríonor'p;;;;;" un sín_<rrome conductual caracterizado po., 1) ceguera psí_quica; 2) conducta exploratori'a -oá - 
"t 
ugerada;3) temeridad o pérdida ¿é -i"áá, yu q;;d; ejemplo,
,T"^g:_",::: serpientes. a Ias q ue nor-alrnente' temen;+/ conducta alimentaria excesiva (hiperbulimia) e in_
f:yl"qa;5) aumento a" lu "o"iíü,1.""r (auto_,lll| y heterosexual); y 6) hipermetamorfosis,'o ten-clencra a reaccionar ante cualqüier estímulo visual (Fi-gura 10.13). Este cuadro clíniéo permite suponer que,
en condiciones normales, la amígdala funciona comoun centro inhibid.or, evitando q"ue se desencadenen
conductas temerariás o inapropiadas en relación con laalimentación, el sexo y fá 
"ipf"r".iOr,'a"t entomo.Dado el etevado númeó y h di";;;á;; de hs aferen_
::::::: ta amísdala-reciúe de rr."iüui¡_ui." y á"rresro de Ia corteza. de asociacióry así como su densaproyección sobre los núcleos del hipotalamo 6i^frrlra'10.4), es fácil pensar en el papel;"¿;;-q"" h ;#;_
*! ."lpt" pa'ra la "o..".iu'"rt u"turu.ión de loscomportamientos más adecuados en función de la in_formación sensorial disponiUf". asi p""r, 
"f estudiopionero de Klüver u^?y"i'mosrro la pírti.ip*io" J" iáamígdala en numeiosos procesos ae inaote emocional,
"l l9g qy" se realiza uná compleja ehbáración y aso_ciación de esfmulos pro."a"rit"J ¿" ai""r"u" fuentessensoriales.
La estimulación eléctrica.de la amígdala produceefectos sobre el sistema nervioso vegetJlwo parecidosa.los que induce la estimulaciO" ¿"f'rup"ialamo. prin_
c-ipalmente, la estimulación de la ur-igáui;."r,t¡al nro_duce un aumento o disminució;A'iü;r;ilft#i
y de la frecuencia carcriaca, un aumento o disminución
1:.1i,T?^,tr'9,11 -y 
du.?"".r".io"", lulñointestinules,
ATy"p, piloerección, etc. La esámulación de láarrugcfala corficomedial produce un aumento de la se_creción de ACTH u-a¡ So1.,¡a9t offi, _ienrras quela estimulación de"la porciOn ¡urólut"rui parece inhi_birla. La esrimulación^d" h ilG;;i;f'üJuien inducefenómenos motores como giro.o-"r,t ulut"*i de la cabe_za, movimientos rnasticatoiios y de degtuc-ion, o movi_mientos de tipo clónicoyrítmtó G;?;; romar uncarácter convulsivo si só prolongá 
"f'"rtá"fo.,^ T.t,"T-?t despierto, lu usti"rn"tuciái-"t¿"t ¡"u a"ra amrgdala a baja intensidad produce una reacción dealerta moderadá, mirar a tos' la¿os, 
"t":;;"" débilesalteraciones de tipo vegetativo. Si se incrementa la in_tensidad del estírirulo, se producen los fenómenos ve_getativos antes mencio¡ruáos más una .""""i0_, g"rru_ralizada de ataquelhuida.
_ Resulta característico el hecho de que los efectos dela estimulación de la amígcr¡la d+;j; en gradosumo del estado funcional áel animi, J" r, 
".,to_.,.,de los niveles de variables ""d;;;il;;ffi#ü# ivegetativas. Asi un mismo estímulo ;; "ü;;;1_malpuede aumentar los niveles J" AóTFi 
"i 
éstos es_tán bajos, pero disminuirlos si prüu*""i" estabanaumentados. El papel homeostáüc" v ". pi"a"i"ñt_na do_ desde. e, ¡:",i, d. ;i;i; fili;ár 1"" í., diversosnucleos amrgdalinos queda así de manifiesto.
_ ":r, nucleos amigdalinos están altamente interco_n-ectados entre síy con el resto de las estrucfuras límbi_
cas. )e pueden, sin embargo, dividir en tres grupos di_ferentes desde el ou nto 
-d? 
;ist; fililui f.rig. r o.¿1.La amígdala corti'comedi"t t;;.'ürá'#" loao 
"r, 
ruolfacción y e' firnciones directaÁ"rrt" ,utu.ior,uau,
con el hipotálamo. En esta región existen.r*uroro"
receptores para las hormonas i=orticoadrenales y gona_
3:11!:fl por lo que, probabremeni",i"l*iia"la cor_ncomedrat rnterviene e¡ las funciones endócrinas yconductuales relacionadas con el corte¡á vlu ucti_ridu¿reproductora. La amígdala central prJy"iáp.incipal_
€ti6!!:i,..
Sistema límbico ¡ tgs
*.31X.----+n
mente a núcleos troncoencefálicos, como la sustancia
gris periacueductal, el núcleo parabraquial, el núcleo
del tracto solitario y el núcleo motor dorsal del vago,
con funciones de carácter vegetativo. Esta comunica-
ción se rcaltzamediante neurokansmisores y newomo-
duladores de tipo peptídico (somatostatina, colecisto-
cinina, CRF, encefalinas, neurotensina, etc.) formando
parte de la red peptidérgica ya mencionada. Por últi-
mo, la amígdala basolateral recibe sus aferencias de la
corteza de asociación frontal, temporal y parietal, par-
ticipando más, al parecer/ en procesos de asociación
sensorial y conductual.
Las neuronas de la amígdala responden preferente-
mente a estímulos sensoriales cargados de una tonali-
dad afectiva, es decir, relaci.onados con situaciones de
recompensa o castigo. En pacientes epilépticos, la esti-
mulación de la amígdala produce auras con un conte-
nido al mismo tiempo emocional y polisensorial, como
sensaciones de ya aisto o ya afuido, alucinaciones, etc.
La lesión selectiva del núcleo amigdalino disminu-
ye el rendimiento en las pruebas de evitación de tipo
pasivo, probablemente por la pérdida de miedo. Con-
viene recordar que en la amígdala basolateral existen
numerosos receptores de tipo opiáceo y gabaérg¡co,
cuya destrucción produce un cambio en los umbrales
del dolor físico y en las reacciones de tipo afectivo. De
hecho, los animales amigdalectomizados presentan
una conducta afectiva muy pobre, perdiendo su rango
jerárquico en su grupo y siendo finalmente rechazados
por éste.
Formación del hipocampo
El estudio de la formación del hipocampo ha des-
pertado la atención de los neurocienfficos por diver-
sas razones. Entre ellas, su peculiar estrucfura, alta-
mente organizada, la facilidad que presenta para su
estudio electrofisiológico tanto in aiao corno in ztitro, y
su ya conocida implicación en los procesos mnésicos,
como se deduce de los estudios realizados en el hom-
bre tras su lesión por procesos degenerativos, vascula-
res o quirúrgicos.
El hipocampo presenta una estructura laminar con
un circuito básico de anteroalimentación que se origi-
na en la corteza entorrinal (Fig. 10.1a). A través de la
vía perforante, las aferencias entorrinales activan a las
células granulares de la circunvolución dentada. Éstas,
a sTtvez, mediante fibras musgosas, activan a las célu-
las piramidales de la capa CA3. Las células de la capa
CA3 proyectan a través del fórnix al septum lateral y,
mediante ramas colaterales, sobre las neuronas pira-
ojo
tapado
Quiasma
óptico
seccionado
\1,,üt
Quiasma
óptico
seccronaoo I<-
lesio-nada *
f
Cuerpo
. calloso
seccionado
Figura 10.13. Participación de la am(gdala en la conducta agresiva del mono. Tras la sección del quiasma óptico y del cuerpo
calloso, se lesiona electrolíticamente la amígdala del lado izquierdo(l). Si se muestra una serpiente al lado derecho, el animal reacciona
en este caso con una conducta agresiva normal. Si se muestra al lado izquierdo, el animal no parece sentir miedo de la serpiente y
tiende incluso a jugar con ella.
Cuerpo
calloso
seccionado
l.*r*l
I agrsiúa - l
I 
habrtu¿il 
|
laG I Neurofisiotogía t
Medial+-
Colateral de Schaffer
Lateral
--f
Fisura
rinal
1*
CA3
Capa granular
(circunvoluc¡on dentada)
Vra perforante
Figura 10'14- Diagrama de la organizac¡ón ¡nterna de la formación del hipocampo. Los números del 1 al 4 indican la secuencia deactivación del circuito. Los números romanos indican las capas de la corteza entonlnal.
midales de la capa CA1. Las neuronas de ta capa CA1
proyectan también al fórnix y, de vuelta, sobre Ia corte-
za entorrinal, cerrándose así el circuito.
. Al esquema básico que se muestra en la Figura 10.14
hay que añadir las aferencias moduladoras silbcortica-
les, procedentes del septum medial, del núcleo de la
banda diagonal de Broca, de los núcleos del rafe, del
locus caeruleus y del núcleo fastigial del cerebelo. Se
sabe además que diversas áreas de asociación senso-
rial secundarias proyectan sobre la porción ventral del
lóbulo temporal, corteza prepiriforme y porción cau-
doventral del lóbulo fronial. Estas a su-véz proyectan
sobre la corteza entorrinal. Por tanto, el hipocampo re-
cibe señales sensoriales de diversa índoló, pero muy
alejadas sinápticamente de sus fuentes primarias. Dél
mismo modo, por sus proyecciones efeientes también
se encuentra muy alejado de los centros moto¡es. De
esta-forma el hipocampo ocupa un lugar ideal para el
análisis no coñtingente de la información señsorio-
motriz, puesto además en contacto con la información
interna y subjetiva que recibe a través de sus aferen-
cias subcorticales.
IJna característica de la actividad eléctrica extracelu-
lar que se registra en el hipocampo es el ritmo theta
aeJ np! (4-70H{, muy evidente en roedores, y que
coincide con la desincronización de la actividad- el-éc-
trica cortical registrada mediante electrodos de super-
ficie o electroencefalograma. Este ritmo theta aparece
durante situaciones de alerta o cuando el animal anda,
glj?tggt gxplo¡a, así como durante el sueño de tipo
REM (del rnglés rapid eye mlaeffienfs). La aparición áel
ritmo theta está relacionada con la proyecóión al hipo-
campo que procede del septum medial y del núcleo de
la banda diagonal de Broca. El ritmo es coincidente
con una baja actividad en las capas CA3 v CA1 del
hipocampo. Cuando desaparece él ritmo tÉeta se ob-
serva la aparición de ondas irregulares agudas en CA3
yCA1, que se corresponden con un aumdnto de la acti-
vidad de las células piramidales, liberadas de la i¡hi-
bición causada por las aferencias subcorticales. Esta
actividad de ondas irregulares agudas coincide con
conductas consumatorias como beber, comer, despio-
jar, etc., estados de inmovilidad pero despierto, así
como durante el sueño de ondas léntas.
La estimulación eléctrica del hipocampo produce
menos efectos vegetativos que la estimulac-ión-de otras
estructuras límbicas. Sin embargo, si el estímulo es de
alta intensidad puede producii fenómenos vegetati-
vos, ilusiones y alucinaciones en seres humanós, así
como la inducción de actividad eléctrica de tipo epi-
leptogénico que, característicamente, sobrepasa en va-
rios segundos la duración del estímulo. Afparecer, el
hipocampo, como la amígdala, posee num-erosos re-
ceptores para una larga lista de hormonas esteroideas
y de neuropéptidos que actúan como mensajeros quí-
micos. De hecho, la estimulación del hipocampo, al
igual que la de la amígdala, aumenta o dilminuye los
niveles circulantes de hormonas esteroideas en fun-
ción de la situación previa, algo que no ocurre por la
estimulación del hipotálamo.
La actividad eléctrica de las células piramidales de
CA3 se incrementa en función de la novedad del estí-
mulo, desactivándose con la repeüción del mismo. Las
células piramidales de CA1 parecen activarse de for-
ma selectiva por la localización del animal en un lugar
específico y conocido de su entorno espacial.
E':.:::'
La lesión quirurgica del hipocampo en seres huma-
nos produce un déficit de memoria retrógrada, es de-
cir, de hechos acaecidos hasta tres años antes de la le-
sióry así como una mayor dificultad para retener
nuevos conocimientos. La falta de memoria es más
evidente para algunos aspectos mnésicos que para
otros. Por ejemplo, el déficit es mayor para la rememo-
ración que para el reconocimiento. Además, está más
ligado a los aspectos declarativos de la memoria que a
los aspectos de procedimiento o de práctica manual.
En cualquier caso, ha sido difícil reproducir experi-
mentalmente el mismo tipo de déficit en modelos ani-
males. En éstos se ha observado tras la lesión selectiva
del hipocampo una falta de reconocimiento del entor-
no espacial, o la pérdida selectiva de la memoria de
.tipo operativo o de procedimiento.
Es posible que el hipocampo no se organice como
una estructura de tipo tópico, similar a las áreas senso-
riales primarias, sino que funcione como un todo de
forma secuencial o sucesiva a lo largo del tiempo. Al
estar muy alejado de las fuentes sensoriales y de las
salidas motoras, el hipocampo puede que se ocupe de
las relaciones entre la información sensoriomotriz dis-
ponible en cada momento y las elecciones y decisiones
de origen intemo. De ahí que las memorias que proce-
sa el hipocampo estén probablemente muy ligadas a
las caracterísücas personales y selectivas del indivi-
duo. Es sabido, por ejemplo, que las auras que prece-
den a las crisis epilépticas psicomotoras, íntimamente
ligadas a las estructuras del lóbulo temporal, están car-
gadas de alucinaciones de muy diverso contenido
emocional.
Desde el punto de vista evolutivo, el hipocampo es
un tip.o de corteza primitiva que en vertebrados i¡fe-
riores recibe un alto grado de entradas de origen olfati-
vo. Está inicialmente relacionado con la toma de deci-
siones conducfuales ante la presencia de determinados
estímulos olfatorios, campo que se ha ampliado en
vertebrados superiores a otros aspectos de la percep-
ción visual, acústica y somestésica para el análisis y
almacenamiento de información relevante para el in-
dividuo. La posible participación del hipocampo en
los procesos de aprendizaje y memoria se ha relaciona-
do con el mecanismo de la potenciación a largo plazo,
que se ha descrito como una propiedad de algunos de
los elementos neuronales de su circuito intemo.
La potenciación a largo plazo consiste en el cambio
de eficacia de sinapsis en la circunvolución dentada o
en la capa CA1 en función de su actividad previa. La
potenciación se induce de forma fácil y repetible me-
diante la estimulación breve pero a alta frecuencia de
la vía perforante (entrada al hipocampo) tanto in aioo
como lr¿ aitro. El proceso se pone de manifiesto en
cuestión de segundos y su efecto se mantiene durante
semanas en el animal en condiciones fisiológicas. La
potenciación a largo plazo presenta como característi-
ca la posibilidad de asociar estímulos de fuentes di-
versas. Esta propiedad permite potenciar el efecto de
un estímulo débil sólo en el caso de que su presencia
vaya asociada a la de un estímulo más intenso. Esta
situacióry si se piensa, es muy similar a la del condicio-
namiento de tipo clásico o pavloviano.
Sistema límbíco I 1A7
Como se puede observar en la Figura 10.15, la poten-
ciación a largo plazo ocurre en las espinas dendiíticas
de las células del hipocampo y tiene lugar cuando
o
Terminal
presináptico
TOmV
@
Na'
\,,
Mg-'
Figura 10.15. Mecanismo propuesto para explicar el fenó-
meno de la potenciación a largo plazo. En 1 y 2 no ocurre la
potenciación porque falta la despolarización de la neurona
postsináptica o la liberación de glutamato, respectivamente.
Cuando ambos fenómenos coinciden en el tiempo se produce
la potenciación (3). La intenogación en 3 hace referencia al to-
davía no bien conocido papel del calcio sobre el receptor meta-
botrópico para el glutámicoy sobre diversos sistemas enzimáti-
cos intracelulares (fosfolipasas C y M, adenilciclasá, sintetasa de
óxido nÍtrico, etc.). En cualquier caso, la señal de inducción inicia-
da por el ion calcio alcanza a los receptores AMPA y NMDA por
medio de diversas proteincinasas y también al terminal presi-
náptico por la acción, al parecer, del óxido nÍtrico y/o del ácido
araquidónico liberados en la espina dendrÍtica postsináptica.
$
lAA ! Neurofisiotogía I
coinciden en el tiempo una activación de la sinapsis
qL:r11ll*g:c3 t uni _despolarización de ra eqitnadendriÍca. Esta situación permite la ent¡ada de cálcio
a través del receptor de tipo NMDA,que se denomina
así por su alta afinidad pór el N_metii_D_aspartato. El
calcio intracelular, por medio de una cascadl de fenó_
menos aún no bien conocida, produce un aumento en
la.liberación de glutámico a ia llegada de un nuevo
",trt¡n,"lg l/o un aumento en la eficacia o disponibili_dud,9:_l?r receptores glutamatérgicos de tipo NMDAy AMPA (alphn-amino-3-hidroxi"-5-metil_4_isoxazole_
propionato). La señal retrógrada que permite el
aumento en la liberación de glutámicé purtce depen_
der de la liberación de óxido i-rítrico y / ó de ácido ara_
quidónico en la espina dendrítica.
Área septal
" 
El área septal se localiza 
-por 
delante del hipocampo
formando la pared medial del ventrículo úteral tl
s-ep-tum recibe aferencias de la amígdala, hipotálamo y
de la formación del hipocampo (ca[a CA3 y subículoj.
Neuronas colinérgicas localizadaé sobre'todo en él
septum medial proyectan al hipocampo, v son las res-
ponsables del ritmo theta que se registrá en el hipo_
campo de los roedores. Esta proyeición colinérg'ica
IotTS.pu*:., aJ parecer, de un sisteára de proyeccio-nestambién colinérgicas procedentes del tronéo d-el encéfa_
19, q,r" se dirige a distintas estructuras del sistema Iím_
brco..Por ejemglg, 
_desde la sustancia innominada y laporción ventral del globo-pálido a la corteza frontál, y
desde el núcleo de la bandl diagonal de Broca hasta lá
circunvolución del cíngulo y h fórmación del hipocam_
po. La actividad y funáón áe estas proyecciones no son
conocidas en la actualidad, aunqué eltircuito septohi_
pocámpic_o participa, que se sepa con certeza hastá aho-
ra, en el flujo {9 informaciórneuronal a lo largo dellazo de anteroalimentación que supone el hipocampo.
La lesión de los núcleos éeptalés en ratai prodrlce
hiperemotividad e hiperreaiiividad, así como un
aumento- de las respuestas agresivas, sobre todo frente
a estímulos poco familiares para el animal. Este efecto
no se aprecia con tanta claridad en otras especies y, en
cualquier caso, desaparece en tma o dos seriranas. Tras
este tiempo, el animal aparece de hecho más pacífico y
pierde rango social en iu grupo. Este fenómeno con_
trasta con el aumento de agrésividad que se observa
tras la lesión del núcleo ven'iromedial dLl hipotálamo,
g"g 
"-o 
disminuye con el tiempo. Otro efecto'más sutil
de la lesión del área septal es ñ tendencia del animal a
la repetición de pautai innatas o aprendidas previa_
mente. Al parecer, la lesión del septum támbién
aumenta la ingestión de agua en relación con el cam_
bio de sabor de las comidal y no con la regulación del
metabolismo de la misma.
La lesión del septum produce en las ratas una facili_
tación del aprendizaje de pruebas de evitación activa,
asi como un déficit en el aprendizaie de pruebas de
evitación pasiva. Estos fenóm".ro" ,ór, parécidos a los
que se observan tras lesiones del hipocámpo, y opues_
tos a los que se obse¡van tras lesiones ae ia amigaaU.
Estos resultados pueden deberse al aumento de activi_
clad motora_inespecífica que se produce tras la lesión
del septum. La estimulacién del septum produce la in_
hibición de determinadas funcione's,o"gétutirru", .o_o
el ritmo cardíaco y la respiración.
Gorteza temporal medial
Como característica básica de la corteza de asocia_
ción se ha propuesto que su análisis de Ia información
no es secuencial, como en la corteza sensorial prima_
ria, sino de representaciones múltiples, lo que inclina a
pensar en_ un procesamiento en paralelo. 
-
Elpapeldel lóbulo temporal y iobre todo de su cara
medial se ha estudiado eh pacientes epilépticos o en
pacientes someüdo a una exiirpación total ó parcial de
la corteza temporal, po,,aronós de índole médica. La
lesión del lóbulo temporal en primates desconecta el
hipocampo y la amígdala de d corteza de asociación
fro_ntal, parietal y tempolal.
Se ha observado una asimetría sintomatológica en
pacientes con focos epilépticos localizados en lo"s lóbu_
los.temporales derecño ó izquierdo. Los pacientes con
lesiones en el lóbulo derecho son más expresivos de su
estado emocional, ya sea eufórico o depresivo. Tam_
bren son más lábiles, con reacciones conducfuales no
verbales de carácter impulsivo. por el contrario, los pa_
cientes con lesiones de tipo epiléptico localizadas en el
lóbulo temporal izquierdio ror, .rra, introspectivos, con
mayores intereses filosóficos, religiosos y morales, y
muy preocupados por su propio destino í sentido vi_tal Son también más ideativos y contempiativos, enfa_
!3*9o los aspectos negativos de su personalidad.'lrenden a escribir largos diarios donde exponen sus
concepciones religiosas y cosmológicas.
La estimulación de la circunvoilución del cíngulo
produce numerosos efectos vegetativos, sirnilares á los
inducidos por la estimulación áe h amígdala y el hipo_
tálamo, aunque con umbrales más alto!.
Gorteza orbitofrontal
Como se ha señalado , la corteza orbitofrontal es la
porción de la neocorteza más directamente relaciona_
da con el sistema límbico y con el hipotálamo. Esta cor_
teza es otro ejemplo de estructura limbica en la que se
ponen en contacto dos mundos sensoriales distinios. A
través de la corteza frontal lateral, la corteza orbito_
frontal recibe información sensoriai del mr.rndo exter_
no. Por su patte, a través del núcleo dorsomedial del
tálamo, sobre el que proyectan estrucfuras como la
amígdala, el septum, el tegmento mesencefálico ven_
tromedial, el núcleo interpeduncular, etc., la corteza
frontal orbitaria recibe infbrmaciOr, áei *,rrdo lr,t"._
y, fgalte de sus proyecciones hacia el polo anteriord."t lób"!9 temporal, la corteza orbitofroñtal proyectaal hip-otálamo. Concretamente, la superficié oibltal
caudal proyecta al área preóptica, mientras que la cir_
:Ty:!y.iól principat superi,or Io hace sobre il hiporá_lamo lateral y el posterodorsal. Se sabe que la estimu_
=:
lación de la corteza orbitofrontal produce efectos vege-
tativos similares a los que se inducen durante la reac-
ción de alerta y que ya han sido mencionados. Dichos
efectos desaparecen tras la lesión del hipotálamo. La le-
sión de la corteza orbitofrontal hace desaparecer las res-
puestas de rabia y angustia en monos, disminuyendo
su agresividad. Su lesión en seres humanos disminuye
el dolor aparentemente intratable por otros medios.
Lateralidad de los fenómenos emocionales
Ya se ha indicado que los pacientes con lesiones en
los lóbulos temporales derecho o izquierdo muestran
personalidades, tendencias y aficiones muy distintas.
En general, la lesión delhemisferio derecho produce
déficit en la memoria visual y sensorial, mientras que
la del izquierdo produce déficit en la memoria verbal.
La percepción de los fenómenos emocionales está afec-
tada también en estos pacientes. Así, se observa un dé-
ficit en la percepción de la expresión emocional por la
voz cuando se lesiona el lóbulo frontal izquierdo. Esta
lesión produce también una reducción significativa en
el habla espontánea, lo contrario de 1o que ocurre tras
la lesión del lóbulo frontal derecho, tras la que el pa-
ciente tiende a hablar de forma espontánea y continua,
con un lenguaje de características vulgares. Por último,
la percepción de estos pacientes del estado emocional
de otros sujetos a través de sus expresiones faciales se
afecta más por la lesión del hemisferio cerebral dere-
cho (frontal, temporal y / o parietal) que del izquierdo.
Se ha propuesto que, en condiciones fisiológicas, elhemisferio izquierdo es más de tipo positiao, con ten-
dencia ala aproximación y a la activación de Ia conduc-
ta. Se ocuparía sob¡e todo del control de las secuencias
de actos motores, manteniendo un estado de vigilan-
cia. Por el contrario, el hemisferio derecho sería más de
tipo negatiao, induciendo conductas de eaitación. Este
último induciría mecanismos de alerta frente a estímu-
los novedosos del entorno; es decir, mecanismos de
tipo orientativo.
Zonas de recompensa y castigo
En1954Olds y Milner describieron que la estimula-
ción eléctrica de determinadas estructuras cerebrales
puede actuar como un refuerzo o incentivo para que
el animal experimental, la rata, realice conductas tales
como presionar una palanca para obtener dicho estí-
mulo. Cuando se le ofrecen ambas opciones, el animal
prefiere incluso autoestimularse eléctricamente a reci-
bir alimento. Aunque se han referido numerosas es-
tructuras cerebrales en las que se puede inducir el fe-
nómeno de la autoestimulación, actualmente se acepta
que los pr-rrrtos de refuerzo positivo se localizan en el
hipotálamo lateraly / o en el fascículo telencefálico me-
dial, y en el área tegmental ventral, núcleo accumbens
y corteza prefrontal.
También se han descrito puntos de refuerzo negati-
vo, cuya estimulación induce en el animal la rcaliza-
ción de conductas destinadas a evitar la repetición del
Sistema límbico I lAg
estímulo. Estos puntos de refuerzo negativo se locali-
7a\ e! las zonas periventriculares del hipotálamo y
del tálamo, en la sustancia gris central meséncefálica y
en zonas de la amígdala y del hipocampo y fórnix.
Se ha tratado de relacionar de diversas maneras la
actividad neuronal de las zonas de refuerzo positivo y
negativo con los fenómenos de recompensa y castigo
característicos del mundo interior. Por ejemplo, recien-
temente se ha propuesto que la recompensa que obtiene
la rata por la autoestimulación de carácter positivo de
su corteza prefrontal medial sería de algún modo equi-
valente en términos fisiológicos a la inhibición de las
células piramidales de la capa V. Dicha inhibición ocu-
rriría a través de la vía aferente mesocortical dopami-
nérgica que procede del área tegmental. En este circuito
también intervendrían las proyecciones de la corteza
prefrontal medial a la corteza entorrinal y perirrinal y
de ésta, como ya se ha comentando, a la formación del
hipocampo. Conviene, en cualquier caso, ser cautos
antes de establecer relaciones causales entre el fenó-
meno de la autoestimulación cerebral y los mecani.s-
mos de recompensa y castigo.
CONSIDERACIONES FISIOPATOLóGICAS
La lesión o afectación de muy diversa índole del sis-
tema límbico se ha tratado de asociar con mayor o me-
nor fortt¡na con la génesis de numerosos cuadros psico-
patológicos en los que los fenómenos de tipo emocional
participan claramente. En el apartado anterior se han
reseñado algunas de las características psicopatológi-
cas que presentan pacientes con lesiones epilépticas o
con destrucción total o parcial de los lóbulos frontal o
temporal. A continuación se exponen brevemente los
conocimientos actuales sobre la participación del siste-
ma límbico en algunas enfermedades psiquiátricas.
Esquizofrenia
La etiología de la esquizofrenia tiene un componen-
te hereditario sobre el que se sobreimponen otros
componentes de origen sociocultural y familiar. Los
síntomas prodrómicos incluyen una tendencia al aisla-
miento social, ideas y conductas extrañas, olvido de la
higiene corporal, etc. Una vez instaurada, la enferme-
dad cursa con ciertos síntomas negativos o carenciales
como pobreza de lenguaje, poca expresividad emocio-
nal, disminución de la atención y rendimiento defi-
ciente en pruebas de tipo cognitivo. Estos síntomas se
acompañan de ot¡os de tipo más productivo o positi-
vos como ilusiones, alucinaciones, conducta desorga-
nizada, etc.
Se ha propuesto que la enfermedad se inicia por una
alteración de los receptores para la dopamina o por
afectación de sus mecanismos de liberación. Se sabe
que los fármacos neurolépticos como la clorpromacina
o el haloperidol actúan bloqueando los receptores
postsinápticos de tipo D2 de la dopamina, así como los
autorreceptores presinápticos para el mismo neuro-
transmisor. De hecho, los fármacos agonistas de la do-
t90 I Neurofisiotogía I
pamina como la L-DOPA, las anfetaminas y la apo_
morfina pueden producir síndromes esquizbfréniios
en seres humanos que ceden ante la admiñistuación de
neurolépticos. El sistema mesolímbico dopaminérgi_
co estaría relacionado con la génesis de h Lsquizofie_
nia. Este sistema se origina enél área ventral te^gmental
de Tsai, localizada en una región medial y supáor a la
sustancia negra, y proyecta á diversas eitrulruras del
sistema límbico rostral, como el núcleo accumbens, el
núcleo del lecho de la estría terminal, la amígdala, la
corteza frontal medial, la porción rostral de li circun-
volución del cíngulo y h óorteza entorrinal.
Sin embargo, desdá el comienzo de la administra-
ción de neurolépticos se observó que si bien son muy
eficaces en la desaparición de los^síntomas positivoé,
lo son menos en lo que respecta a los negaitivos, los
cuales tienden a mantenersé a 1o largo de'ia vida del
paciente, interfiriendo con diversa ñrtensidad en su
comportamiento social.
Recientemente se ha propuesto que el proceso co_
mienza por una alteración áe tipo iognitivo-emocio-
nal que q largo plazo produce h áparic-íón de los sínto_
mas positivos más directamente-relacionados con la
acción de los neurolépticos. De hecho, los síntomas ne_
gativos se asocian mejor a t¡na disminución que a un
aumento de los niveles de dopamina presenies en el
líquido cefalorraquídeo. por irr, .u.ult"rísticas con_
ductuales-y cognitivas, los síntomas negativos sugie_
ren una afectación del lóbulo frontal. Mediante el-uso
de técnicas de imagen cerebral se ha descrito que los
pacientes esquizofrénicos presentan un fluio cérebral
disminuido y_un hipometabolismo de la glúcosa en la
cortezafrontal orbitaria y, sobre todo, en lá región dor_
solateral del lóbulo frontal. Sin embargo, ,ro í" ha po_
dido confirmar hasta el momento.rr.,uát ofiu evidente
de estas estructuras.
En cLralquier caso, los síntomas principales de la
esquizofrenia parecen ligados a la ilteración de los
procesos mentales relativos a la coordinación del pen_
samiento con el afecto. Mediante tomografía poi or_
denador y, más recientemente, medianíe resonancia
magnética, se ha comprobado Ia relación que existe en-
tre el aumento de tamaño de los ventrículbs cerebrales
y los déficit intelectuales que acompañan a la esquizo-
frenia. El aumento de tam-año de loi ventrículos ie co-
rresponde con una reducción de hasta un20o/o del ta_
maño de la formación del hipocampo, de la amígdala y
de la circunvolución parahipocampal. El déficít en él
desarrollo de estas estructurás ocuire al parecer en los
primeros meses de vida embrionaria. Corno dichas es_
tructuras proyectan ampliamente sobre diversas regio_
nes.d-e la corteza prefrbntal medial y dorsolateral es
posible que la afectación de ésta sea *ás bien una con-
secuencia a largo plazo del déficit en el desarrollo de la
corfeza temporal medial.
Psicosis depresivas
Determinadas psicosis endógenas cursan con sínto-
mas,de carácter depresivo cómo infelicidad, pesa-
dumbre, tristeza, tendencias suicidas, etc., los..ruies 
"e
acompañan de pérdida de.apetito y del deseo sexual,
insomnio-y agitación psicomotriz. "Este complejo sín_
drome se ha asociado á una disminución de lós niveles
de noradrenaltna y / o de serotonina en los tejidos cere_
brales, sobre todo, en las estructuras límbicas.
Ya se ha señalado que el locus caeruleus, cuyas neu_
ronas utilüan noradrenalina como neurotransmisor,
proyecta a diversas regio,nes del sistema límbico y que
los núcleos del rafe, que liberan serotonina, proyectan
de.forma parecida. Ádemás, los psicofármacos que
mejoran la sintomatología depresiia parecen favo-re_
cer la liberaeión y/o aisponibifaad 'de ambos neu_
rotransmisores. Asi los fármacos inhibidoresde la
monoaminooxidasa impiden la destrucción de la nora_
drenalina y de la serotbnina por dicha enzima, y los
denominados antidepresivos tricíclicos actúan .me_
diante el bloqueo dela recaptación de ambos neuro_
transmisores, por lo que se p?olonga su período de ac_
ción sobre los receptores póstsináiticos.
A pesar de estos avances terapéuticos se sabe poco
acerca de cuál puede ser el meca-nismo fisiopatolégico
de estos c 'adros de_presivos. Un posible lugar de"ac_
tuación sería, bien directamente o bien a tralés de las
proyecciones. septales, la región CA3 del hipocampo,
donde las evidentes alteraciones de los procesos circa_
dianos y ultradianos que sufren estos pácientes incidi_
rían sobre los fenóménos cognitivo-e'mocionales que
tienen lugar en dicha estructira. Otra posible vía'de
actuación del déficit de noradrenalina y serotonina se_
ría a través 
-del hipotálamo. Aquí só produciría unaumento de liberación de CRF,.ó so*e^tido al control
circadiano, el cual incrementaría los niveles de ACTH
y,ésta, a sttvez,los de cortisol en sangre, rasgo que se
observa comúnmente en los enfermoé depr"éi ros. Oe
hecho, una prueba característica de los placientes de_
presivos es la falta de descenso de los niüeles de corti_
so1 sanguíneo tras la inyección de dexametasona. Aún
falta por establecer uná rehción entre los altos niveles
de cortisol y su falta de ritmicidad circadiana con los
síntomas característicos de la depresión endógena.
Síndromes neuróticos
La neurosis de angustia es con toda probabilidad el
tipo más común de enfermedad mental. La angustia se
caracteriza por-la presencia de un sentirnientoáe apre_
hensión, incertidumbre y miedo indefinido. La presen_
cia de este sentimiento se considera patológica iuando
surge sin causa aparente o ante estímulos iirelevantes.
La angustia se suele acompañar de fenómenos vegeta_
üvos como palidez facial, laquicardia, sudor frío,Tem_
blor, etc. Estructuras como ia circunvolución parahi_
pocampal, la formación del hipocampo, la amígdala y
la porción límbica del lóbulo frontal pure.err estar rela_
cionadas con el síndrome de ansiedád. Determinados
neurotransmisores como la dopamina y la noradrena_
lina aumentan su liberación en estadós de ansiedad.
Por ello, se ha relacionado el sistema dopaminérgico
mesolímbico y la proyección noradrenérgica desd'e el
rocus coeruleus a las estrucfuras antes mencionadas
con la generación de los estados neuróticos. El sistema
¿t
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:
't't' 1 F
septo-hipocampal es una de las estructuras que se
piensa generan ansiedad por un exceso de actividad.
Su lesión produce un efecto tranquilizante parecido al
producido por el alcohol, los barbitúricos y los fárma-
cos ansiolíticos como las benzodiacepinas. El mecanis-
mo de acción de los ansiolíticos se produciría por una
inhibición de las vías monoaminérgicas (dopámina y
noradrenalina), junto con la activación de las vías sero-
toninérgicas procedentes de los núcleos dorsales del
rafe.
La confirmación de una posible participación de es-
tructuras límbicas en la génesis de los estados de an-
siedad se ha obtenido recientemente mediante la to-
mografía por emisión de positrones. En pacientes con
crisis de angustia se ha descrito una disminución del
riego cerebral en la circunvolución parahipocampal, la
corteza entorrinal y el subículo. También se ha obser-
vado un aumento del consumo de glucosa en la región
posteromedial de la corteza prefrontal, sobre todo en
el hemisferio derecho.
Es fácil entender que la florida sintomatología ve-
getativa, presente en numerosos procesos de índole
psicosomática, se debe en gran parte a la acción del
sistema límbico sobre el órgano rector de las funciones
endocrinas, vegetativas y metabólicas, es decir sobre el
hipotálamo y éste, a su. vez, sobre el sistema nervioso
vegetativo autónomo. Por ejemplo, la taquicardia, el
aumento de presión arterial, el estreñimiento o el
aumento de la tasa metabólica son síntomas que ocu-
rren por un incremento no deseado de la actividad del
sistema nervioso vegetativo simpático. Otros sínto-
mas/ como la bradicardia o la diarrea, se deben al
incremento de la actividad local del sistema parasim-
pático. Mediante la activación de la liberación de hor-
monas hipotalámicas se produce también el aumento
de los niveles de determinadas hormonas como la
ACTH o la TSH, con las consiguientes alteraciones en-
docrinas.
Los síndromes que incluyen síntomas de ansiedad o
manía afectan también al sistema motor esquelético.
Inicialmente se produce un incremento generalizado e
inespecífico de la actividad motora que se acompaña
de un incremento en la actiüdad del sistema nervioso
vegetativo simpático y de los niveles circulantes de
adrenalina y noradrenalina. La activación de los pro-
pioceptores activa a su vez a la formación reticular
troncoencefálica, lo que contribuye a incrementar el
tono muscular y la sensación subjetiva de tensión. El
mantenimiento prolongado de los estados de tensión
incide sobre el curso normal del ciclo nictameral con la
aparición de síntomas como fatiga, insomnio, etc., que
conducen a estados generalizados de agotamiento y a
la aparición de alteraciones en los procesos cognitivo-
emocionales.
Enfermedad de Alzheimer
LaS estructuras límbicas se ven afectadas en los pro-
cesos de envejecimiento cerebral. En particular, la en-
fermedad de Alzheimer, que representa casi un70"/"
de los síndromes demenciales seniles y preseniles, se
Sistema límbico I l9l
acompaña de lesiones específicas en el sistema límbi-
co. Los pacientes con enfermedad de Alzheimer sufren
pérdida de memoria, cambios de personalidad y di-
versos síntomas de desconexión cortical como apra-
xias, afasias y-agnosias. Los signos histopatológicoi ca-
racterísticos del proceso, como placas seniles, ovillos
neurofibrilares y degeneración granulovacuolar ocu-
rren (además de en diversas regiones corticales) en la
amígdala, el hipocampo y el tubérculo olfatorio.
Concretamente, los cambios en el citoesqueleto de
las neuronas en el subículo y en la capa CA1 producen
una desconexión corücocortical que aísla el hipocam-
po del sistema límbico y de la corteza de asoiiación.
Los agentes etiológicos propuestos para esta enferme-
dad son muy diferentes: niveles altos de albúmina en
sangre, agentes virales, falta de factores tróficos, facto-
res genéticos o, por último, una vulnerabilidad selecti-
va de sistemas de neurotransmisores, como la aceülco-
lina, la somatostatina, la noradrenalina, la serotonina o
el glutámico. En cualquiei caso, no existe todavía
acuerdo sobre los agentes causales del proceso. Se ha
propuesto, por ejemplo, que la enfermedad se inicia
por la pérdida selectiva de aferentes colinérgicos pro-
cedentes del núcleo basal de Meynert, localiiado en la
sustancia innominada, por debajo del globo pálido. La
lesión de estos núcleos basales colinérgicos no explica,
sin embargo, todos los síntomas de la enfermédad.
También se ha descrito recientemente que el proceso
se inicia por la pérdida selecüva de receptores gluta-
matérgicos (de tipo quiscualato y NMDA) en las regio-
nes CA1 y CM del hipocampo y en el subículo. -
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