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en concreto, tiende a ser mucho más pesada. Esta di- ferencia estructural se relaciona con una diferencia en la función de estos dos tipos de vasos. Las arterias, que están más cerca de la acción de bombeo del cora- zón, deben poder expandirse a medida que la sangre es forzada a pasar por ellas y, a continuación, reculan pasivamente a medida que la sangre fluye hacia atrás en la circulación durante la diástole. Sus paredes de- ben ser lo suficientemente fuertes y elásticas para adoptar estos cambios de presión continuos (véase la Figura 11.19). Las venas, por el contrario, están lejos del corazón en la vía circulatoria y la presión en ellas tiende a ser baja siempre. Así, las venas poseen unas paredes más finas. Sin embargo, puesto que la presión sanguínea en las venas suele ser demasiado baja para forzar que la sangre fluya hacia atrás hasta el corazón, y puesto que la sangre que vuelve al corazón a menudo fluye en contra de la fuerza de la gravedad, las venas cam- bian para garantizar que la cantidad de sangre que vuelve al corazón (retorno venoso) sea igual que la cantidad que se bombee fuera del corazón (gasto car- diaco) en todo momento. Las luces de las venas tien- den a ser mucho más grandes que las de las arterias correspondientes, y las venas más grandes poseen válvulas que evitan el retroflujo de la sangre (véase la Figura 11.9). • Para ver el efecto de las válvulas venosas, realiza el siguiente experimento, muy sencillo: deja col- gando una mano a un lado durante uno o dos mi- nutos, hasta que los vasos sanguíneos del dorso se dilaten (hinchen) con sangre. Coloca las puntas de dos dedos uno junto a otro sobre una de las venas dilatadas. A continuación, presiona firmemente, mueve el dedo proximal por la vena hacia el cora- zón. Ahora suelta ese dedo. Como podrás compro- bar, la vena permanece colapsada a pesar de la gravedad. Ahora, quita el dedo distal y observa cómo la vena se llena de sangre rápidamente. La actividad de los músculos esqueléticos también mejora el retorno venoso. A medida que los músculos que rodean a las venas se contraen y se relajan, la san- gre es presionada (o “exprimida”) por las venas hacia el corazón (Figura 11.10). Finalmente, cuando inhalamos, la caída de presión que se produce en el tórax hace que las venas grandes que se encuentran cerca del corazón se expandan y se llenen. Así, la “bomba respiratoria” también ayuda a devolver la sangre al corazón (véase la Figura 11.8). Las paredes transparentes de los capilares son ca- pas con el espesor de tan sólo una célula; sólo la túnica íntima. Debido a esta excepcional delgadez, los inter- cambios se realizan fácilmente entre la sangre y las cé- lulas de tejido. Los diminutos capilares tienden a formar redes entretejidas denominadas lechos capilares. El 376 Anatomía y Fisiología Humana 11 F I G U R A 1 1 . 1 0 Funcionamiento de la bomba muscular. Cuando los músculos esqueléticos se contraen y presionan las venas flexibles, las válvulas proximales al área de contracción se fuerzan a abrirse y la sangre se impulsa hacia el corazón. Las válvulas distales al punto de contracción se cierran por el retroflujo. Válvula (abierta) Músculo esquelético contraído Válvula (cerrada) Vena Dirección del flujo sanguíneo La túnica media es el revestimiento medio abul- tado. Es músculo liso y fibras elásticas en su mayor parte. Algunas de las mayores arterias poseen láminas elásticas, láminas de tejido elástico, además de las fibras elásticas distribuidas. El músculo liso, controlado por el sistema nervioso simpático, se activa con los cambios de diámetro de los vasos. A medida que los vasos se con- traen o dilatan, la presión sanguínea aumenta o dismi- nuye, respectivamente. La túnica externa, como su propio nombre indica, es la túnica más externa. Esta capa está formada funda- mentalmente por tejido conectivo fibroso, y su función básica es el soporte y la protección de los vasos. Diferencias estructurales en las arterias, venas y capilares Las paredes de las arterias suelen ser mucho más gruesas que las de las venas. La túnica media arterial,
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