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NeuRociRugíA / Basso672 In fe cc io n es causales de las lesiones. El linfoma es uno de los más frecuentes luego de la toxoplasmosis, y para su correcta individualización por lo general se recurre a una biopsia estereotáctica. El tratamiento se compone de la administración oral de pirimetamina (1 mg/kg), sulfadiazina (100 mg/kg) y ácido fólico (25 mg tres veces por semana). Este esquema será continuado por tres semanas11, con controles hematológicos cada 7 días. En 8 a 10 días se suele observar una clara mejoría clínica, siendo la regresión imagenológica típicamente más lenta. Trypanosomiasis La tripanosomiasis es una enfermedad parasitaria, cuyo vector de transmisión son determinados insectos, que posee dos tipos principales, geográfica, epidemiológica y clínicamente muy diferentes: la trypanosomiasis africana, generada por Trypanosoma brucei, también llamada enfermedad del sueño, con afectación primor- dial al sistema nervioso central; y la trypanosomiasis americana, provocada por Trypanosoma cruzi, llamada Enfermedad de Chagas-Mazza o mal de Chagas, cuya afectación más característica es en el músculo cardía- co. Esta última ha sido desarrollada en el capítulo “El compromiso del sistema nervioso central en la enfer- medad HIV/SIDA”, en especial en lo que respecta al infrecuente absceso cerebral por Trypanosoma cruzi (chagoma). La enfermedad de sueño es provocada por el pa- rásito protozoico T. brucei, que afecta a humanos y animales con similar etiología y epidemiología. Los parásitos se multiplican dentro del mamífero hués- ped a nivel extracelular, en la sangre y los fluidos; y se transmiten por la picadura de la mosca tsé-tsé (Glossina sp.). 41, 42, 54, 55, 59 La diseminación de la enfermedad es muy grande en África, afectando un área de 8 millones de km2 entre los 14˚ latitud N y 20˚ latitud S. 41 A través de la historia, la enfermedad ha limitado mucho el desarrollo cultural y económico de África Central. Existen dos etapas bien diferenciadas en el curso de la afección. La etapa temprana, conocida como hemofílica, en la que los trypanosomas se restringen a la sangre y el sistema linfático. 59 Los síntomas son fiebre, cefaleas, dolores articulares y astenia. La se- gunda etapa o tardía se caracteriza por la presencia de parásitos en el LCR. En este momento es cuando los signos típicos de la enfermedad ocurren: confu- sión, alteraciones del ciclo sueño-vigilia, trastornos sensitivos, letargo extremo, y finalmente coma. Dejada a su libre evolución, la enfermedad culmina con el deceso del paciente en meses, si el agente causal es el Trypanosoma brucei rhodesiense, o en pocos años, si es el Trypanosoma brucei gambiense. Los animales domésticos juegan un rol importante como sitio de reserva de parásitos. 51, 56 Los tests biológicos no son sensibles ni específicos en forma suficiente, debido al bajo número de parásitos. Por ello, la Fundación para el Diagnóstico Innovador (Foundation for Inno- vative New Diagnostics, FIND) y la OMS lanzaron en 2006 una nueva iniciativa para el desarrollo de nuevos métodos diagnósticos para la enfermedad. 14 Desde los años 50, diversas drogas están disponibles para el tratamiento de le enfermedad, incluyendo derivados de la fenantridina, bromuro de homidium, y cloruro de isometamidium. El empleo combinado de dichos fármacos, la detección sistemática de los casos y el control del vector contribuyeron a un dramático des- censo de la enfermedad en los años 60. Amebiasis La transmisión fecal-oral es el primer paso de esta enfermedad, seguido de la reproducción en el colon de la Entamoeba histolytica, el agente causal de la amebiasis intestinal y hepática. Por vía hematógena, el parásito llega al sistema nervioso central. 15 Una vez dentro del parénquima, se comporta como una infección piógena, generando una imagen típica de absceso cerebral piógeno, con una zona central, una cápsula que refuerza y marcado edema perilesional. La punción estereotáctica permite obtener un pus de aspecto muy similar al de los abscesos ameboides he- páticos (amarronado). El aislamiento del parásito en la muestra confirma el diagnóstico, y la administración de metronidazol endovenoso se debe comenzar lo antes posible. Existen raros casos de amebiasis primaria del SNC, causada por los géneros Acanthamoeba sp.y Naegleria fowleri, de gran diseminación telúrica. Malaria cerebral La malaria es una enfermedad parasitaria muy común, causada por el protozoario del género Plasmodium, del que existen cuatro especies que afectan al hombre: Plasmodium vivax, Plasmodium falciparum, Plas- modium ovale y Plasmodium malariae. Cada año, la malaria provoca enfermedad clínicamente evidente en 300 a 500 millones de personas alrededor del mundo, y cerca de un millón muere anualmente. 61 La forma cerebral de la malaria es la complicación más común y potencialmente mortal de la enfermedad, y es pro- vocada por la especie P. falciparum. 22, 61 La malaria cerebral se caracteriza por un estado de coma que puede generarse con rapidez, de manera que al arribo al hospital el enfermo se encuentra en un estado de depresión profunda del sensorio. Las convulsiones son frecuentes, en especial en niños, inclusive hasta el estado de mal epiléptico. Para el diagnóstico diferencial entre la malaria cerebral y la depresión posictal, el estado de depresión del sensorio
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