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Neurocirugía, aspectos clínicos y quirúrgicos - Basso-674

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Parasitosis 673
debe durar más de 30 minutos luego de la convulsión, 
para deberse a la afección parasitaria. 22 No son fre-
cuentes signos de localización, pero en los casos graves 
puede observarse hipertonía generalizada, opistótonos, 
bruxismo y oftalmoplegia internuclear (parálisis de la 
mirada conjugada). Los reflejos pupilares, corneanos 
y conjuntivales suelen estar preservados. El edema 
de papila es raro, pero en ocasiones se observa una 
hemorragia retiniana. 49, 59, 64 El deterioro rostro-caudal 
progresivo evolucionará hacia la rigidez de descere-
bración y después al paro cardiorrespiratorio.
En la mayoría de los casos, el examen de sangre 
revelará la presencia de los parásitos. El pigmento que 
colorea a los monocitos también es útil en el momento 
del diagnóstico, en especial en pacientes muy ané-
micos o con baja parasitemia. 21 La punción lumbar, 
una vez descartada masa ocupante, siempre debe ser 
efectuada para descartar meningitis bacteriana. 64
Para el tratamiento de la malaria cerebral, la in-
fusión intravenosa de quinina es de elección para 
eliminar lo más rápido posible al parásito de la sangre. 
Ante la falta de quinina, la quinidina también puede 
ser empleada. 62 Para ello se puede emplear una dosis 
de carga inicial, seguida del mantenimiento. El uso 
de la vía intramuscular está contraindicada ya que 
provoca muchas complicaciones. 62, 65
Triquinosis
Triquinosis o triquinelosis está causada por los ne-
matodes del género Triquinella, más comúnmente 
Triquinella spiralis, luego de la ingestión de larvas 
viables en carne cruda o poco cocida de cerdo, caballo 
o animales salvajes. 47 El período de incubación es de 
8 a 15 días. 63 El signo clínico más común es el dolor 
muscular (masetero, diafragmático o intercostal) y 
las disfunciones neurológicas (déficit focal o encefa-
lopatía), causados por microtrombos arteriolares que 
conducen al infarto cerebral. La RNM cerebral refleja 
el daño isquémico. El diagnóstico definitivo se con-
sigue sólo mediante la biopsia de músculo: las larvas 
se observan libres o encapsuladas. Eosinofilia es un 
hallazgo en el 100% de los pacientes. El tratamiento se 
basa en antihelmínticos (mebendazol) y corticoides. 63
Esparganosis
La esparganosis humana se debe al desarrollo de una 
larva del cestodes Diphyllobotrium. No es muy fre-
cuente, siendo las áreas endémicas Sudamérica, el 
lejano oriente, África y el sur de los Estados Unidos. 
La contaminación se produce cuando se ingiere pes-
cado infestado por la larva procercoide, o por contacto 
directo de esta con una herida cutánea o una mucosa 
lesionada. La TAC muestra imágenes hipodensas, y 
el diagnóstico es histológico. 15
Toxocariosis
Se trata de una enfermedad que en el hombre se de-
sarrolla a partir de la infestación por la larva Toxoca-
ra canis del perro, llamada larva migrans cutánea o 
visceral. Esta larva puede invadir diversos tejidos y 
órganos incluido el cerebro. Los síntomas de la forma 
cerebral pueden ser generales50 (encefalitis) o focales. 
A menudo las larvas asientan en el hígado, donde luego 
de un tiempo mueren. La larva migrans ocular genera 
ceguera, en general monocular, es más frecuente en 
niños y se asocia a uveítis, coriorretinitis maculopa-
tía, y otros desórdenes oculares. 44 Al igual que otros 
parásitos, la toxocariosis puede llevar a la vasculi-
tis autoinmune, que puede provocar la aparición de 
daño neurológico permanente, aun cuando el curso 
general de la enfermedad sea benigno. 28 El LCR de 
los pacientes afectados por esta enfermedad muestra 
hiperproteinorraquia. 36 Cuando hay signos neurológi-
cos focales, se correlacionan con lesiones hipodensas 
de 1 ó 2 cm de diámetro, cortico-subcorticales, que 
refuerzan con contraste. El estudio histopatológico 
de dichas lesiones muestra granulomas eosinófilos y 
vasculitis. 24 El diagnóstico de esta enfermedad era 
sencillo, pero en años recientes el desarrollo de anti-
cuerpos monoclonales IgG anti T. canis ha simplificado 
el proceso. 53 El tratamiento con antiparasitarios como 
el mebendazol y albendazol, junto a corticoides para 
evitar la vasculitis es de elección. 36, 57
Conclusión
Las enfermedades parasitarias son aún un problema 
económico y de salud pública muy importante en las 
zonas endémicas. Dado que no existe en general un 
método de tratamiento eficaz en todos los casos, la 
prevención mediante la ruptura del ciclo de vida de los 
parásitos, las mejoras de las condiciones sanitarias, la 
educación y la vacunación son en última instancia la 
única forma de erradicar estas enfermedades. El incre-
mento del turismo mundial y la migración de personas 
deben generar en el médico la inquietud por conocer 
estas enfermedades, aun en áreas no endémicas.
Referencias
1. Abbassioun K, A. Amirjamshidi. “Diagnosis and 
Management of Hydatid Cyst of the Central Nervous 
System: Part 1: General Considerations and Hydatid 
Disease of the Brain”. Neurosurgery Quarterly 2001; 
(11): 1-9.
2. Abbassioun K, A Amirjamshidi. “Diagnosis and 
Management of Hydatid Cyst of the Central Nervous 
System: Part 2: Hydatid Cysts of the Skull, Orbit, and 
Spine”. Neurosurgery Quarterly. 2001; (11): 10-16.
3. Akhan O, Bilgic S, Akata D, Kiratli H, Ozmen M. 
“Percutaneous treatment of an orbital hydatid cyst: a 
new therapeutic approach”. Am J Ophthalmol 1998;

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