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Fonte original desse capítulo: KOZULIN, Alex. Vygotsky's psychology: a biography of ideas. Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 1990. 286 p. Fonte do capítulo em espanhol: KOZULIN, Alex. La psicologia de Vygotski. Madrid: Alianza Editorial, 1994. 296 p. Sugestão para citação: KOZULIN, A. La crisis de la psicología (capítulo 3). In: ______ . La psicologia de Vygotski. Madrid: Alianza Editorial, 1994. p. 77-109. "O princípio da prática e sua filosofia se impõem uma vez mais: a pedra que foi rejeitada pelos construtores, esta veio a ser a pedra angular. Aí se encontra o significado completo da crise." — L. S. Vigotski (1926-27/1996, p. 346) VIGOTSKI, L. S. (1926-27/1996) O significado histórico da crise da psicologia: uma investigação metodológica. In :______ . Teoria e método em psicologia. São Paulo: Martins Fontes, (trad, do espanhol), p. 203-417. Capitulo 3 LA CRISIS DE LA PSICOLOGÍA ^ 0 S C O (y ' " GéJVM 'E L ,Vsà ifNiNGWtfJO • • Poco cs lo que se sabe sobre los últimos años que Vygotski pasó en Gomel. Su trabajo en la escuela normal aparentemente le acercó a la psi cología académica, y probablemente estableció algunas conexiones con colegas de Moscú-o Leningrado. Aún no está claro a que se debió la pre sencia de Vygotski en el Segundo Congreso de Psiconeurología celebrado el 6 de enero de 1924 en Leningrado. Lo más probable es que en su trabajo independiente Vygotski hubiese alcanzado un estadio en que le resultaba ^ imperioso compartir sus ideas con una audiencia. Teniendo en cuenta que la psicología soviética aún no estaba establecida en aquella época, no era imposible que un joven profesor interesado por los problemas de la psico logía viese aceptada su presentación para el congreso. En este capítulo comenzaré por discutir la ponencia «La metodología de la investigación reflexológica y psicológica» que Vygotski presentó en aquel congreso, y después proporcionaré información sobre las doctrinas psicológicas soviéticas dominantes en aquella época '. La tesis central de Vygotski era sencilla: si la reflexología quería convertirse en una teoría general de la conducta tenía que aceptar primero la existencia de la con ciencia y tenía que asimilar los métodos de la investigación psicológica. En este proceso de incorporación desaparecerían las fronteras entre refle- xología y psicología y surgiría una nueva psicología científica de la mente y de la conducta: «El psiquismo [psijika] sin conducta no existe, igual que tampoco la conducta sin psiquismo, aunque sólo sea porque son lo mismo»2. ! . • • • ■. i':. V 8 • * • • I Según Vygotski, la reflexología había hecho importantes aportaciones al estudio de los fundamentos de la conducta, pero su pretcnsión de expli car formas más complejas de comportamiento como agregados de reflejos 78 La psicología de Vygotski condicionados era esquemática y retórica. Ponía de manifiesto, además, la falta de coherencia de la doctrina reflcxológica que admite la palabra ha blada como posible «respuesta» de un organismo, pero niega la existencia del pensamiento. Vygotski recordaba a sus contrincantes que los padres fundadores de la rcflexología rusa, Ivan Sechenov y Vladimir Bejterev, ha bían planteado que el pensamiento no era más que un reflejo inhibido des pués de recorrer dos terceras partes de su camino. De manera que, si es le gítimo estudiar un reflejo verbal plenamente expresado, ¿por qué no lo es estudiarlo en estado inhibido? Otra debilidad de la doctrina reflcxológica radicaba en su negativa a considerar que entre distintos grupos de reflejos existe una relación siste mática. La expresión de un reflejo en forma de movimiento o secreción endocrina se convierte inevitablemente en estímulo de otro sistema de re flejos. De manera que el verdadero objeto de estudio de la reflexología «ilustrada» es la organización funcional de distintos sistemas de reflejos y su mecanismo de «comunicación». En este contexto la noción de pensa miento puede formularse de una forma potencialmente aceptable por los reflexólogos: «En nuestra opinión, el acto de pensamiento, el acto de con ciencia, no es un reflejo, es decir, no puede servir de estímulo, sino que es un mecanismo transmisor entre [diferentes] sistemas de reflejos» 3. Apa rentemente, Vygotski abordaba aquí uno de los aspectos del pensamiento: el pensamiento como organización de los actos de la conducta. Después de analizar las limitaciones teóricas de la reflexología, Vy gotski pasaba a ocuparse de problemas metodológicos. Insistía en que era erróneo prescindir de com ponentes tan obvios de la conducta humana como el lenguaje y el pensamiento. Pero esto no significaba que la ciencia de la conducta tuviera que rendirse a la metodología introspeccionista. Re curriendo a su metáfora criminológica favorita, Vygotski daba la siguiente explicación: «El sujeto ya no es un testigo que testifica sobre un crimen que ha presenciado (su papel anterior); él mismo es el autor del crimen y — lo que es más importante— [un autor observado] en el momento mismo del crimen» 4. En lugar de ignorar el fenómeno de la conciencia, como ha cen los reflexólogos, y en lugar de aceptar el informe introspectivo del su jeto como copia fidedigna de los procesos conscientes, como hacían los introspeccionistas, lo que Vygotski sugería era colocar al sujeto en cir cunstancias experimentales capaces de provocar una manifestación obser vable de los procesos mentales internos. Ignoramos a cuántos participantes en el congreso impresionaron los ar- La crisis de la psicología 79-* - 1 -................ 1--- ---------- 1 — —'—------------- ' ' ' t gumentos de Vygotski. Las recensiones posteriores no fueron prccisa- -y mente favorables 5. Pero parece que el desafío de Vygotski dejó una pro- funda huella. Según recuerda Alexander Luria: i-iS; . • . * • . . . . . . . . A v.. ■ j ; •• ' i • i . i ' i. En lugar de elegir un tema de importancia menor, com o correspondería a un joven de 28 años que hablaba por vez primera ante lo más granado de su profesión, Vy- gotski escogió el d ifícil tema de la relación entre los reflejos condicionados y la > conducta consciente del hombre... Aunque no logró convencer a todo el mundo de que su punto de vista fuese el correcto, quedó claro que este hombre procedente >]■- de aquella pequeña ciudad de provincias del occidente de Rusia era una fuerza in- / _ tclectual a la que habría que escuchar. Se decidió que había que invitar a Vygotski a que formase parte de la plantilla de jóvenes psicólogos del flamante y reorgani zado Instituto de Psicología de Moscú 6. ’ - •' ! < En el otoño de 1924 Vygotski se trasladó a Moscú y pasó a encontrarse cerca del epicentro de las controversias que estaban sacudiendo la psicolo gía rusa de los años veinte. Las psicologías de los años veinte ; El Instituto de Psicología de Moscú, del que Vygotski estaba a punto de entrar a formar parte, fue fundado por Georgy Chelpanov en 19127. Era la única institución en toda Rusia que estaba exclusivamente dedicada a la investigación y la form ación en el campo de la psicología. Chelpanov ocupó el puesto de director del Instituto desde el momento de su fundación hasta 1923, cuando fue destituido por los nuevos líderes marxistas. Esta destitución y los ataques contra las ideas psicológicas de Chelpanov fue ron tema de conversación durante mucho tiempo en aquella época. Chel panov había aparecido en la escena psicológica rusa durante la última dé cada del siglo XIX como entusiasta defensor de la independencia de la psicología como ciencia empírica. Chelpanov identificaba el reduccio- nismo materialista y la tradicional psicología metafísica como los dos ad versarios principales de la nueva psicología empírica. Su libro Cerebro y espíritu (1900), de gran éxito popular, contenía una crítica sistemática del reduccionismo fisiológico del siglo xix, incluidos algunos comentarios crí ticos contra el líder de la reflexologíarusa, Ivan Sechenov. El programa que proponía Chelpanov tomaba como modelo la psicología de Wilhelm Wundt y sus discípulos de la Universidad de Wurtzburgo*. Probablemente, 80 La psicología de Vygotski Chelpanov no será recordado tanto por sus ideas y escritos como por sus esfuerzos en favor de la psicología académica en Rusia. Luchó incansable mente, primero por establecer un programa de psicología dentro del depar tamento de filosofía de la Universidad de Moscú, y después para obtener fondos destinados al Instituto de Psicología. Los puntos de vista liberales y el talante pluralista de Chelpanov influyeron mucho en la actividad del Instituto. Uno de los estudiantes de Chelpanov, Konstantin Kornilov, llevó a cabo estudios que tendían un puente entre la cronom etría mental de Wundt y el funcionalismo norteamericano e incluso, en última instancia, con el conductismo; otro, Gustav Schpet, indagó sobre el método fenome- nológico de Husserl y los estudios transculturales de corte humboldtiano sobre el lenguaje, además de bosquejar un sistema de hermenéutica filosó fica. Chelpanov no consideró necesario cambiar sus puntos de vista con la llegada de la revolución. Durante los años de la guerra civil (1918-1922) se las arregló para preservar el Instituto, lo cual no fue tarea fácil, y man tener en marcha algunos estudios. El Primer Congreso de Psiconeurología Post-revolucionario (1923), or ganizado con el apoyo activo del propio Chelpanov, puso de manifiesto que la psicología rusa había entrado en una nueva era. Las ideas sobre la psicología que Chelpanov presentó en el congreso eran las mismas de an tes: defendió la existencia de una psicología empírica independiente, libre de reduccionismos filosóficos o fisiológicos. Pero, esta vez, Chelpanov topó con unos formidables oponentes: los refiexólogos y los nuevos «psi cólogos marxistas», cuyos objetivos no se limitaban a los problemas aca démicos, sino que se hacían extensivos a la cuestión de la utilidad social y política de la psicología. Kornilov presentó un programa de lo que debía ser la psicología marxista en el que afirmaba que «el marxismo fundamen talmente rompe los vínculos con el mentalismo que infestaba a la psicolo gía moderna. El objetivo del marxismo no es sólo la explicación de la mente humana, sino también su dominio» 9. El reflexólogo Vladimir Bejte- rev, que siempre se había mostrado en contra de lo que él veía como subje tivismo de la psicología wundtiana, continuó su ataque. Pero, esta vez, ,su llamamiento en favor de una «psicología objetiva» fue percibido en un nuevo marco ideológico: el de la dicotomía fundamental entre los «mate rialistas» y los «idealistas». Mientras que a Bcjterev y a Kornilov se les consideraba m aterialistas, inevitablemente Chelpanov, con su programa wundtiano y el uso del método introspectivo, fue tachado de «idealista». Si a esto añadimos que muchos de los anteriores colegas de Chelpanov, La crisis de la psicología 81 I- profesores de las Universidades de Moscú y San Pctcrsburgo, se habían exiliado a Occidente en 1922, no tiene nada de sorprendente que, poco después del Congreso de 1923, Chelpanov fuese destituido del cargo de à director del Instituto. : • ' - T . ’.a.; ¿ ' Con la desaparición de Chelpanov, la reflexología y la «psicología mar- V xista» se convirtieron en las corrientes dominantes de la ciencia soviética de la conducta ,0. Ya antes de la revolución, los refiexólogos se habían mos trado suspicaces con el tipo de psicología que defendía Chelpanov, pero su oposición se había limitado al marco de discusiones puramente académicas. Pavlov, que había prohibido el uso de términos mentalistas en su laborato rio, había visto con buenos ojos la fundación del Instituto de Psicología y había felicitado por ello a Chelpanov. Después de la revolución, la reflexo- logía recibió un impulso que no tenía nada de inesperado, ya que se consi deraba más compatible con la dialéctica materialista del marxismo que con los estudios de Chelpanov sobre el funcionamiento de la mente. Sin em bargo, la reflexología comprendía una serie de corrientes científicas mutua mente antagónicas, la más famosa de las cuales es la teoría de los reflejos condicionados de Pavlov Pavlov, entregado a trabajos sobre el reflejo de salivación en los perros e interesado prioritariamente por los mecanismos cerebrales de la conducta refleja, había sido un científico de fama mundial desde 1904, cuando recibió el Premio Nobel. Aunque Pavlov nunca trabajó con sujetos humanos, sugirió en distintas ocasiones que el campo de la con ducta humana podía — al menos potencialmente— ser abarcado por la no ción de «actividad nerviosa superior»: «Los reflejos condicionados son fe nóm enos corrien tes y bastante extendidos: su cstab lccim cnto es una función que forma parte integrante de la vida cotidiana. Los conocemos en nosotros o en los animales bajo nombres tales como "educación”, “hábitos” y "formación”, y todos estos fenómenos no son en realidad más que el re sultado de establecer nuevas conexiones nerviosas durante la experiencia postnatal del organismo»12. En los años veinte, Pavlov, aún en la etapa de generalizaciones teóricas más que de estudio experimental, amplió la no ción de reflejo a la esfera de la actividad verba ll3. ' . • ■ . Si Pavlov estaba dispuesto a hacer este tipo de amplias generalizacio nes, sus discípulos, tanto los genuinos como los sedicentes, fueron mucho más lejos y reclamaron un estatus exclusivo para la investigación rcflexo- lógica. Según ellos, la teoría de los reflejos condicionados no sólo era el mejor enfoque científico que podía aplicarse a la conducta humana, sino que también era el que estaba mejor preparado para acometer esa transfor- 82 La psicología de Vygotski mación radical de la conducta humana que preveía la idea revolucionaria del «nuevo hombre soviético». En su esfuerzo por dominar el campo de la ciencia de la conducta, los pavlovianos tuvieron como contrincantes a los discípulos de Vladimir Bcj- terev. Bejterev — neurólogo, psiquiatra y hombre de otras muchas cualida des— había sido el principal rival de Pavlov desde comienzos de siglo. A diferencia de Pavlov, cuyo programa científico, al menos al principio, era más bien limitado, Bejterev siempre había intentado abarcar la conducta humana en sus múltiples manifestaciones. Su laboratorio fue el primero que realizó experimentos sobre reflejos motores «asociativos» en huma nos. Y Bejterev comprendió rápidamente cuáles podrían ser algunas de las aplicaciones de la metodología rcflexológica: por ejemplo, la realización de pruebas de sordera y ceguera simulada o «funcional» o de anestesia. Además del estudio experimental de los reflejos, Bejterev indagó sobre los mecanismos de las neurosis histéricas, desarrolló un sistema para la utili zación clínica y experimental de la hipnosis y se aventuró en los, por aquel entonces, oscuros campos de la conducta social, la psicología industrial y la psicología del arte. Bejterev, líder carismático, fundó en 1907 el Instituto de Psiconeurolo- gía de la San Petersburgo, que combinaba las funciones de colegio univer sitario con las de centro de investigación, cuyos estudios abarcaban desde la teoría de la personalidad hasta la neuropsicología. A pesar del pronun ciado eclecticismo de sus métodos, Bejterev insistía en defender el estudio «objetivo» de la conducta humana definida en términos de estímulos y res puestas. «La nueva ciencia que llamamos “reflexología” tiene por meta el estudio de la personalidad mediante la observación y la experimentación objetivas, y el registro de todas sus manifestaciones externas y de sus cau sas externas, presentes y pasadas, que provienen del ambiente social o in cluso del marco del carácter heredado. En otras palabras, la meta de la re flexología es el estudio estrictam ente objetivo, en su totalidad, de las correlaciones entre el ser humano y el am biente...»14 Bejterevdescartaba el método de la introspección por su falta de fiabilidad, y se mostraba sus picaz respecto a la conciencia, aduciendo que muchos actos de conducta se realizan de forma inconsciente. Bejterev atrajo aún a más seguidores que Pavlov, a los cuales les faltó tiempo para emplear la reflexología de Bejte rev como herramienta para la transformación revolucionaria de la con ducta humana. Por último, Konstantin Kornilov, cuya carrera prerrevolucionaria no La crisis de la psicologia 83 había sido nada espectacular, entró en escena como el autor de la nueva psicología marxista. Sus investigaciones se centraban en la reacción sen sorio-motriz humana, la cual explicaba mediante una mezcla de elementos procedentes de lo que Wundt denominaba «cronometría mental» con las ideas de los funcionalistas norteamericanos y los principios del incipiente ■conductismo. Pero, a diferencia de muchos otros psicólogos, Kornilov ha bía sido miembro del Partido Comunista, detalle que aparentemente cobró bastante importancia después de la revolución. Sin cambiar en esencia los métodos experimentales que empleaba, Kornilov se embarcó en ana ambi ciosa campaña cuya meta era crear la nueva «psicología marxista». La idea no era precisamente original: durante los años veinte, muchos entu siastas del método marxista hicieron numerosos intentos de crear apresura damente la «biología marxista», la «física marxista» y la «ciencia agrícola marxista». La mayoría de las veces la receta era la misma: se cogían una serie de métodos experimentales conocidos y se combinaban con algunas citas de Marx, Engels o Lenin, y el texto resultante se presentaba como ejemplo de la nueva ciencia. Kornilov pasó revista a los textos clásicos del marxismo y seleccionó lo que le pareció relevante para la psicología. Según él, el marxismo, aun que estaba, construido sobre los fundamentos de la dialéctica hcgeliana, rompía decisivamente con la interpretación idealista de Hcgcl, según la cual el desarrollo es el desenvolvimiento de la Mente l5. Defendiendo el m aterialism o filosófico de la nueva p sico log ía ,,K ornilov identificaba como sus principales enemigos el idealismo metafísico clásico de Hegel, así como el moderno pseudomaterialismo de Ernst Mach y Richard Avena rius. Kornilov adoptó «la ley de la transformación de la cantidad en cuali dad», «la mutua penetración de los opuestos» y «la ley de la negación de la negación» como leyes fundamentales de la filosofía marxista. A conti nuación, empleaba ejemplos psicológicos para subrayar la validez de estas leyes. Según él, por ejemplo, los cambios cualitativos que se dan en la per cepción de «totalidades», descritos por la psicología de la Gestalt, reflejan la ley de la relación entre la cualidad y la cantidad l6. A diferencia de los reflexólogos radicales, Kornilov conservó en su sis tema la noción de conciencia: «En las criaturas vivas que poseen sistemas nerviosos sumamente organizados, encontramos claramente la expresión de esas reacciones internas de las actividades del cerebro que llamamos “conciencia”, “pensamiento”, “psiquismo”... Así, pues, desde este punto de vista, la naturaleza de lo que llamamos “conciencia” o “psiquismo” es 84 La psicologia de Vygotski indistinguible de la materia... y no es más que una de las propiedades de la materia en su estado de organización más elevado» l7. Al mismo tiempo, Kornilov señalaba que los fenómenos psicológicos no pueden identificarse con los procesos fisiológicos y llegaba a la conclusión de que la psicología debía ser una unidad de «lo subjetivo y lo objetivo». Kornilov sugería que la «reacción», definida como la respuesta del organismo a estímulos tanto físicos como sociales, debía considerarse como unidad metodológica de la investigación psicológica. Basándose en sus trabajos prerrevolucionarios, Kornilov distinguía entre la tasa de las reacciones, su intensidad y su forma, a lo cual añadió el significado social de la reacción. La «reforma» que Kornilov introdujo en la psicología tuvo como con secuencia el abandono de la terminología de estados y procesos mentales y una limpieza casi ritual de todos los vestigios del pasado de Chelpanov que fueron barridos fuera del hogar de la psicología. Así es como Luria describió este bizarro proceso: D e m om ento, la reforma [perestro ika ] de la psicología se realizaba de dos formas: en primer lugar, cambiando nombres; y en segundo, cambiando cosas de sitio. A la percepción la llamábamos, creo, «recepción de la señal para la reacción»; a la memoria, «conservación con reproducción de la reacción»; a la atención, «lim ita ción de la reacción»; a la em oción, «reacciones em ocionales»; en una palabra, en donde era posible y también en donde era im posible, introducíam os el término «reacción», creyendo sinceramente que estábam os realizando una labor seria e im portante. Al m ism o tiem po, trasladábamos m uebles de un laboratorio a otro, y re cuerdo perfectamente que, cuando subía m esas por la escalera, estaba convencido de que justamente de este modo estábam os reformando el trabajo [psicológico] y sentando las nuevas bases de la psicología soviética ls. El problem a de la conciencia La comunicación que Vygotski presentó en el Congreso de Psiconeuro- logía de 1924, juzgada dentro de este contexto, era indudablemente atre vida. El programa de Vygotski para el estudio de la conciencia se vio desa rrollado en un artículo publicado el siguiente año en un libro compilado por Kornilov, cuyo título era Psicología y marxismo l9. En la primera pá gina de este artículo Vygotski definía el problema que habría de ser el cen tro de toda su carrera como psicólogo, el problema de qué es la conducta genuinamente humana: «Y, así, [en estos principios reficxológicos] no hay La crisis de la psicologia 85 -ni una sola ley psicológica que formule la relación o dependencia que •existe entre los fenómenos que caracteriza la singularidad de la conducta humana y sus diferencias con la conducta de los anim ales.»20 Para comprender la singularidad de la conducta humana, Vygotski su- 'gería que había que tener en cuenta el carácter histórico del comporta- imiento y el aprendizaje del ser humano: «El hombre no utiliza sólo la ex periencia heredada físicam ente. Toda nuestra vida, nuestro trabajo y nuestra conducta están basados en una utilización más extensa de la expe riencia de las generaciones anteriores, experiencia que no se transmite del padre al hijo durante el nacimiento. Convencionalmente, la denominamos “experiencia histórica”» 21. " 1 ’ ’ ■ f ! • •* • Un segundo componente es la naturaleza social de la experiencia hu mana. El carácter social de la experiencia humana y la posibilidad de usar la comunicación interpersonal permiten a un individuo recurrir a la reserva casi infinita de experiencias de los demás. Pero este hecho cambia por completo la naturaleza de lo que denominamos «experiencia individual». La experiencia individual en sentido estricto pasa a ser un elemento más en el campo de experiencias que hay a disposición del individuo. Se puede decir literalmente que vivimos en las experiencias de los demás. El habla desempeña el papel decisivo en esta transformación del campo de nuestras experiencias. El habla es un tipo especial de estímulo que puede ser repro ducido por los individuos y mediante el cual éstos pueden identificarse con los demás. «En sentido amplio», decía Vygotski, «en el habla radica la fuente de la conducta social y de la conciencia» 22. Este análisis tenía una conexión directa con el viejo problema psicológico de cómo conocer la mente de otra persona. Según Vygotski, «somos conscientes de nosotros mismos porque somos conscientes de los demás, y por el mismo procedi miento mediante el cual somos conscientes de ellos, ya que nosotros, en relación con nosotros mismos, nos encontramos en la misma posición que los demás en relación a nosotros»13. Con esta proposición Vygotski llegaba a su tesis de la primacía del componente social en el desarrollo psico lógico: «... al elemento social de la conciencia le corresponde la primacía temporal y de hecho. El elemento individual se construye como algo deri vado y secundario...» El último componente de la conducta genuinamente humana es su na turaleza desdoblada, como actividad mental y como acción externa. Vy gotski señalaba que, mientras que los animales se adaptan a su ambiente, el hombre adapta activamente el ambiente a sí mismo; de ahí la importan- 86 La psicologia de Vygotski cia del trabajo y el uso de herramientas. Lo que diferencia la utilización de instrumentos por parte del ser humano de su utilización por parte de los pájaros que construyen un nido o las abejas que construyen colmenas es que, mientras que estos últimos obedecen a un instinto inmutable, los hu manos siguen en su actividad externa un diseño mental sometido a cons tantes cambios. En este contexto, Vygotski evocaba la frase de Marx según la cual hasta el peor de los arquitectos se distingue de la mejor de las abe jas porque el arquitecto tiene primero el proyecto en su cabeza. Esta doble naturaleza de la conducta humana, que consta de un plano mental, interno, además del plano activo, externo, no sólo requiere conciencia, sino que de hecho la postula como premisa fundamental de la conducta humana. Para desarrollar sus ideas Vygotski se apoyaba en fuentes intelectuales que resultaban bastante insólitas para el libro Psicología y marxismo. Los puntos de referencia de Vygotski eran William James, Sigmund Freud, el filósofo neokantiano Paul Natorp y el fisiólogo Charles S. Sherrington. Vygotski se refería en términos elogiosos al intento psicoanalítico de ex plicar los procesos internos sobre la base de manifestaciones no intencio nales, pero objetivas, tales como el lapsus linguae y las asociaciones li b res. V ygotski estaba tam b ién fasc in ad o por la concepc ión de las emociones de James, según la cual éstas consistirían en la percepción consciente y secundaria de las propias reacciones afectivo-fisiológicas. Sherrington le proporcionó la noción de función integradora del sistema nervioso, que no sería un mero agregado de reflejos sino un sistema suma mente organizado. Pero hay un autor al que Vygotski nunca mencionó cuyas ideas sobre la naturaleza social de la conducta eran posiblemente las más cercanas a las suyas: se trata del «conductista social» G. H. Mead. Fijémonos en las si guientes citas: El problema es que Wundt parte de los yocs com o antecedentes del proceso social para explicar la com unicación en el seno de este proceso, cuando, al contrario, hay que expicar los yoes en función del proceso social y en función de la com unica ción 25. Los gestos se convierten en sím bolos significativos cuando im plícitam ente des piertan en el individuo que los hace las m ism as respuestas que despiertan, o que se supone que despiertan, explícitam ente en otros individuos, aquellos a los que van dirigidos... El m ism o procedim iento que es responsable de la génesis y existencia de la mente o la conciencia — es decir, la adopción de la actitud del otro hacia uno m ism o, o hacia la conducta de uno m ism o— también implica necesariamente la La crisis de la psicologia 87 génesis y existencia sim ultánea de sím bolos significativos, o gestos sign ificati vos La afinidad entre estos dos pensadores pasó inadvertida a sus contem poráneos. Sólo se reparó en ella cuarenta años más tarde, y llevó a los psi cólogos del desarrollo a emprender el análisis comparado de los enfoques de Vygotski y Mead sobre la cuestión del lenguaje como instrumento de regulación «externa» de la conducta individual27. . , : W ' Otro aspecto del trabajo de Vygotski,en el que reparamos sólo al consi derarlo de forma retrospectiva se refiere a su crítica de la unilateralidad «sustancialista» de que adolecen tanto la postura mentalista clásica como la reflcxológica. Para los reflexólogos, no sólo todo son reflejos, sino que además el sistema nervioso aparece como una especie de «sustancia» me tafísica de la que emanan físicamente los reflejos y a la que se recurre para explicarlos teóricamente. Lo mismo sucede con la psicología mentalista tradicional, que explicaba el fenómeno de la conciencia recurriendo a la noción teórica de conciencia. Ambas corrientes se encuentran atrapadas en un círculo vicioso en el que el objeto de estudio psicológico no se distin gue del principio explicativo. Los reflejos se definen como objeto de estu dio, pero también se utilizan como programa explicativo, y la misma pos tura se adoptaba respecto a los estados m entales. Como se sugiere en algunas interpretaciones recientes, la distinción entre objeto de estudio y principio explicativo es probablemente la aportación epistemológica más importante hecha por Vygotski en sus primeros trabajos psicológicos. La conclusión implícita es que, si la conciencia ha de convertirse en objeto de estudio de la psicología, entonces habrá que referirse a alguna otra dimen sión de la realidad durante la explicación: «Hay que buscar este estrato de la realidad, un estrato cuya función es la conciencia» 28. La actividad so cialmente significativa puede, entonces, ser esa dimensión y servir como esquema explicativo. , ,, : Vygotski emprendió un análisis epistem ológico a gran escala de las cuestiones fundamentales de la psicología en su siguiente obra de entidad: El significado histórico de la crisis de la psicología. Este trabajo fue ter minado en 1927 y, durante algún tiempo, se consideró como una introduc ción histórica y filosófica para un volumen más amplio en preparación so bre el desarrollo de las funciones mentales superiores. Pero como sucedió con muchas de las otras obras de Vygotski, la Crisis no fue publicada hasta 198229. ............. .. . 88 La psicología de Vygotski La crisis de la psicología : i La Crisis constituye la evaluación de Vygotski sobre la situación de la psicología contemporánea, y es también una critica metateórica (o «meto dológica», como Vygotski la denominaba) de las perspectivas de la psico logía. La primera tarea se encontraba conectada de modo inmediato con el intento por parte de Vygotski de encontrar un lugar para su propio pro grama psicológico en el sistema general de la psicología tal y como apare cía ante sus ojos. La segunda tarea surgía del convencimiento de Vygotski acerca de la imposibilidad de hacer avanzar a la psicología como ciencia positiva si antes no se definía su posición epistemológica en relación con su objeto de estudio, la conducta y la m ente hum anas, y en relación con sus poderosos rivales, la filosofía y la fisiología. El problema episte mológico se ponía de manifiesto en la urgente necesidad de una psicología general, que Vygotski concebía como una teoría metapsicológica cuyo ob jeto serían manifestaciones concretas c históricamente específicas de la in vestigación psicológica: «... mediante el análisis de la realidad científica queremos obtener una idea clara de la esencia de la psicología individual y social como dos aspectos de una sola ciencia, y del destino histórico de am bas»30. Desde el punto de vista estilístico, la Crisis es como un fragmento de la corriente de conciencia de Vygotski proyectada sobre el papel, con los giros abruptos, los saltos y pausas elípticas propios del diálogo interior. Esta peculiar característica del trabajo de Vygotski fue puesta de relieve recientemente por un historiador, David Joravsky, cuya conclusión era que la contraposición por parte de Vygotski de la fe en la psicología unificada frente al pluralismo incoherente de la cultura contemporánea tenía «el acre sabor del absurdo modernista» 3I. En muchos aspectos, la Crisis es una obra insólita para un psicólogo, aunque sólo sea por lo atípico que resulta que la psicología, como ciencia inductiva, ofrezca una crítica metateórica antes de haber formulado un programade investigación ppsitivo. Sin em bargo, hay que advertir que la atmósfera de los años veinte era propicia a anteponer todo tipo de proyectos generales a la investigación concreta. Buena parte de las controversias psicológicas giraba en torno a lo que de bía ser, y no a lo que realmente era la psicología. Muchas veces, a las par tes implicadas les importaba más el desacuerdo sobre la perspectiva de la disciplina que el acuerdo sobre los métodos de investigación. Probable mente así era el espíritu de los años veinte, época en que los proyectos so- La crisis de la psicología 89 cíales se valoraban más que los logros económicos, y en que, por ejemplo, . los conceptos arquitectónicos se juzgaban por sus versiones dibujadas so bre el papel más que por sus realizaciones de ladrillo y cem ento32. Vygotski comenzaba su análisis de la crisis de la psicología contempo ránea señalando el importante papel desempeñado por el cambio en lo que se considera «tipo» y lo que se considera «variación». Los estudios de la psicología mentalista clásica sobre las respuestas subjetivas a estímulos objetivos se llevaban a cabo con la suposición tácita de que el hombre adulto sano era el «tipo», mientras que los niños, las mujeres y los enfer mos mentales eran la «variación». Desde el punto de vista teórico, esto ve nía a significar que un niño es un adulto subdesarrollado cuyas funciones mentales, aun siendo cualitativamente idénticas a las del adulto, son cuan titativamente inferiores. Por consiguiente, el nivel mental del niño puede estimarse evaluando la distancia que tiene que cubrir para alcanzar el nivel adulto. Asimismo, un enfermo mental es una persona cuyos procesos cog nitivos y conductuales constituyen una variación respecto al tipo normal. Con el advenimiento de los nuevos sistemas psicológicos, tales como la reflexología, el conductismo y el psicoanálisis, se produjo un cambio en el acuerdo tácito acerca del tipo. En el psicoanálisis, la mujer histérica se convirtió en tipo y la teoría estaba construida de tal modo que la conducta de los hombres adultos sanos era una variación de ese tipo. La inversión del papel de la psicopatología respecto a la psicología normal resultó espe cialm ente pronunciada en la teoría del «físico y el carácter» de Ernst K retschm er33. Kretschmer tomó la tipología psicopatológica como base para desarrollar la tipología de los caracteres normales. Por ejemplo, el ca rácter esquizoide ya no se consideraba como una desviación del tipo nor mal, sino que, por el contrario, se consideraba que algunas características del conocimiento normal derivaban del conocimiento correspondiente al tipo de carácter esquizoide. •' ‘ '• '. •■¡i- Procesos semejantes se estaban produciendo en la reflexología y en el conductismo. En estaj dos corrientes, la conducta animal se tomaba como base para comprender la conducta humana. Pavlov sostenía que, mientras que el progreso en la fisiología de la conducta es decisivo para compren der las funciones psicológicas, lo contrario no es verdad: «Pavlov no sólo quiere conseguir la independencia de su propio campo de investigación, sino que además quiere hacer extensiva la influencia y dominio de éste a todas las esferas del saber psicológico...»34. El reflejo salivar del perro se convirtió en paradigma para comprender la conducta del hombre; la con- 90 La psicología de Vygotski ducta del animal se tomaba como tipo y la conducta hum ana aparecía como variación. Lo más importante de este cambio de tipos era que se ha bía roto un acuerdo tácito y distintas escuelas de psicología habían empe zado a promover sus tipos respectivos como paradigmas naturales de in vestigación descartando los tipos a lternativos por co n sid erarlo s no científicos. . . . Parece importante que mencionemos, a este respecto, que la prolifera ción de tipos no se detuvo con los modelos psicopatológico y animal des critos por Vygotski. A su debido tiempo, el modelo animal fue superado por el modelo de los computadores o del procesamiento de inform ación35. Históricamente, este cambio adoptó la forma de una reñida batalla entre los pavlovianos, que no querían abandonar la interpretación fisicista de la conducta como respuestas fisiológicas a estímulos físicos, y los defensores de un nuevo modelo cuya noción fundamental era la de procesamiento de información y cuyo prototipo de la conducta era la simulación por ordena d o r36. Cuando el grupo que defendía el procesamiento de información lo gró finalmente la victoria, las operaciones de los ordenadores se convirtie ron en el tipo mientras que los equivalentes humanos de estas operaciones han pasado a ser las variaciones. Actualmente, el tipo basado en el ordena dor está sometido a un continuo asedio por quienes lo consideran dema siado pobre para cum plir su función y creen que la noción de procesa miento de información da tan sólo una versión aproximada y pobre de lo que puede hacer el lenguaje humano. Se han hecho ya algunos intentos preliminares de formular un nuevo tipo constituido por un proceso crea tivo y posiblemente, de modo más restringido, por la «facultad de escri bir». Desde esta nueva perspectiva, un lenguaje comunicativo normal, por ejemplo, será considerado una «variación» del tipo constituido por el len guaje literario37. Estos cambios están directamente relacionados con los dos enfoques metodológicos alternativos que definía Vygotski: el enfoque «de arriba abajo» y el enfoque «de abajo arriba», en los que «arriba» y «abajo» re presentan procesos más y menos avanzados, respectivamente. Partir de un reflejo para intentar explicar la totalidad de la conducta humana es proce der de abajo arriba. Pero el movimiento opuesto, de arriba abajo, pasar de las funciones más complejas a las más primitivas, también es legítimo. Se ñalando que interpretar la conducta animal como una variación de la con ducta humana no tiene por qué ser necesariamente antropomorfista, Vy gotski argum entaba de la siguiente m anera: «A m enudo había serias r -Kr c m ¡u-' Mr f e ; í*+; li¿'. Íív-y Ik - La crisis de la psicología 91 le*.* razones metodológicas que imponían esa dirección a la investigación: la psicología subjetiva no podía actuar de otro modo. Ésta veía en la psicolo gía humana la clave de la psicología animal; en las formas superiores, la clave para comprender las formas inferiores. Y es que el investigador no tiene por qué seguir siempre el camino seguido por la naturaleza; a veces, ■ es mejor seguir el camino inverso» 38. En apoyo de esta tesis Vygotski ci ta b a una conocida idea de Marx, de acuerdo con la cual el estudio de los sistemas económ icos y sociales históricam ente más avanzados es una : clave para comprender los menos avanzados. Por una parte, el sistema más avanzado, como la economía capitalista, conserva reliquias de las relacio nes sociales y económicas, ya desaparecidas, del feudalismo, y, por otra, el capitalismo desarrolla por completo aquellas capacidades que se encontra ban en estado embrionario en la sociedad precapitalista. Cuando partimos del punto de llegada, resulta mucho más fácil comprender todo el proceso de desarrollo y el significado de cada uno de sus estadios. Vygotski afir maba que el método de arriba abajo había sido beneficioso para distintas disciplinas; su posible aplicación en la psicología era aún objeto de contro versia. Esta controversia entre los modelos animales y humanos sólo será resuelta por una futura psicología general, y cuál sea la solución dada a esta cuestión será algo decisivo para el destino de esta ciencia. . ’ El camino hacia esa psicología general futura pasa por la crítica meta- psicológica de las escuelas de psicología existentes, cada una de las cuales pretende poseer un sistema explicativo adecuado que puede ser la base de la psicología general. Según la psicología mentalista tradicional, esa base la proporciona la noción de estados psicológicos subjetivosa los que sólo puede acceder el propio individuo. La reflexología. por su parte, pretende que esa base la establece la noción de reflejo, que sirve para explicar la to talidad de la conducta humana. El psicoanálisis afirma que la psicología general debe descansar sobre los fundamentos proporcionados por los im pulsos inconscientes. Vygotski señalaba a este respecto que «un hecho cualquiera, expresado sucesivamente mediante los conceptos de cada uno de estos tres sistemas, adopta tres formas completamente distintas; más exactamente, tres aspectos diferentes del mismo hecho; o, todavía mejor, tres hechos distintos»39. r ••■v I No es sólo en las conclusiones en lo que difieren los introspcccionistas, los reflexólogos y los psicoanalistas, sino que, de hecho, difieren en los hechos mismos con los que operan. El complejo de Edipo es un hecho em pírico para los psicoanalistas, pero para muchos psicólogos infantiles no es 92 La psicología de Vygotski más real que los cálculos de los astrólogos. Para los conductistas, lo que los mentalistas denominan «pensamiento» es un fenómeno secundario que refleja la conducta motriz original. Pero los mentalistas niegan que exista este vínculo empírico. Para Pavlov no tiene sentido decir que un perro re cuerda algo, porque en su teoría científica la memoria es una palabra va cía, no un hecho empírico. La realidad de las teorías y hechos psicológicos en conflicto revela un problema científico y filosófico fundamental relativo al origen y desarrollo del hecho científico. Vygotski deliberadamente planteó este problema de* forma paradójica. Por una parte, «en todo concepto científico natural, por elevado que sea su grado de abstracción respecto al hecho empírico, siem pre queda un grumo, un residuo de la realidad concreta a partir de cuyo co nocimiento científico ha surgido...»; pero, por otra, «en cualquier hecho in mediato aislado, aunque sea el más empírico, el más “crudo” de los hechos científicos naturales, hay ya presente una primera abstracción»40. Vygotski, además, subrayaba la diferencia entre la realidad empírica que viene inme diatamente dada a las personas, y la misma realidad interpretada como he cho científico. La física opera con «hechos» tales como la materia, los cuerpos y los movimientos físicos, todos los cuales son abstracciones cien tíficas. La «energía de la formación del vapor» se considera una entidad fí sica, es decir, empírica, pero ¿quién puede decir que se haya topado alguna vez con ella? Vygotski fue aún más lejos y planteó una cuestión fundamen-, tal sobre el papel del habla en la percepción del mundo. Tan pronto como empleamos una palabra ya estamos en presencia de una generalización. «Una palabra ya es una teoría», decía Vygotski recordando una máxima que había leído en el libro de Potebnya. Las ideas de Vygotski a este res pecto seguían las del lingüista norteamericano Edward Sapir cuyas obras ejercieron considerable influencia sobre la interpretación vygotskiana del lenguaje. Según Sapir, «es obvio que el lenguaje posee el poder de analizar la experiencia en elementos disociables desde el punto de vista teórico y crear ese mundo de lo potencial entremezclado con lo real que permite a los seres humanos trascender lo inmediatamente dado en sus experiencias indi viduales y unirse en una comprensión común más am plia»41. La diferencia entre la experiencia inmediata y el hecho científico no sólo reside en la naturaleza lingüística y conceptual de este último, sino que además refleja la disparidad fundamental que existe entre el mundo de la experiencia y el mundo de la ciencia. Por ejemplo, en algunos animales se han descubierto formas químicas de percepción que el ser humano no • La crisis de la psicologia 93 ----------------------------------------- -—-— ------------------------------------------------------ puede experimentar, es decir, que no pueden convertirse en un hecho expe- jfe rimentado en la vida humana. Pero sí pueden convertirse en una realidad ^ científica y ser tratados como hechos científicos. El ejemplo más revelador •i de esta disparidad es el fenómeno de la salida y la puesta del Sol, que se !' experimenta universalmente como el movimiento del Sol alrededor de la Tierra. El hecho científico de que es la Tierra la que se mueve alrededor \ del Sol no sólo contradice el hecho experimentado de que el sol se levanta, ;; sino que además no puede hacer nada por cambiar la percepción humana. ’ ■ Sin llegar a utilizar de hecho estos términos, Vygotski expuso el enfrenta miento entre el enfoque fenomenológico, según el cual la fuente primaria de conocimiento psicológico es el hecho experim entado, y el enfoque científico-conceptual, que sólo opera con hechos científicos. n , La disparidad entre los hechos y principios experimentados y los he chos y principios científicos, y sus diferentes ritmos de adquisición en la infancia, se convirtió en uno de los temas principales de Pensamiento y lenguaje. Este mismo problem a, oscurecido durante algún tiempo por otras cuestiones psicológicas y educativas, fue replanteado recientemente por el psicólogo soviético de la educación Vasili D avidov42. El análisis de los hechos científicos que realiza Davidov aparece en un contexto muy es pecífico: la lucha por reformar los contenidos y los métodos de enseñanza en la Unión Soviética. Los métodos tradicionales, según Davidov, se basan en las experiencias diarias de un estudiante, las cuales hay que agrupar y abstraer para llegar a las nociones científicas tales como las nociones de número y energía. La tesis de Davidov es que este enfoque es esencial mente erróneo porque oscurece la diferencia fundamental que existe entre la realidad experimentada y la realidad científica. La única lógica de la ge neralización de que disponían las formas tradicionales de enseñanza era la lógica empirista del filósofo del siglo xvn John Locke. Como la tarca de la educación, desde el punto de vista de Davidov, es desarrollar en el estu diante una visión científica del mundo, se deduce que desde el comienzo mismo de la enseñanza escolar habrá que enseñar hechos y principios científicos teóricos. El camino correcto es, por consiguiente, el que lleva de la abstracción y el hecho científico a las ideas y hechos cotidianos co rrespondientes. Más adelante discutiremos este problema; por el momento baste con llamar la atención sobre el hecho de que una antigua observa ción metodológica de Vygotski acerca de la oposición entre hechos cientí ficos y hechos experimentados recibió una importante respuesta cincuenta años más tarde. • 94 La psicología de Vygotski Otro importante paralelismo con la idea de Vygotski de que los hechos científicos están «cargados de teoría» apareció en el contexto del debate que sobre la filosofía de la ciencia sacudió a la comunidad científica norte americana entre la década de los sesenta y los setenta. En aquel período el blanco de las críticas eran las teorías positivistas del conocimiento y la de finición de ciencia como acumulación de hechos experimentalmente proba dos. En este caso el reto más importante provenía de la noción de revolu ciones científicas de Thomas Kuhn y la teoría anarquista del conocimiento de Paul Feyerabend 43. Kuhn resaltaba la total imposibilidad de interpretar los hechos científicos fuera del contexto de la tendencia dominante en la comunidad científica, designada con el hoy popular término de «para digma». Por ejemplo, el descubrimiento de estrellas «nuevas», que por su puesto se podían haber observado con anterioridad, se produjo inmediata mente después de la transición del paradigma físico de la Tierra inmóvil al paradigma heliocéntrico defendido por Copémico. Esas estrellas se convir tieron en un hecho científico y empírico sólo después de que cambiase por completo la concepción científica del mundo. Feyerabend también exploró el resultado de fundir los hechos empíri cos («apariencias») con ciertasproposiciones acerca de ellos, lo cual daba lugar a «interpretaciones naturales»: «eliminemos todos los hechos natu rales, y habrem os elim inado tam bién la capacidad de pensar y per cibir» M. Las ideas teóricas están orgánicamente fundidas con los denomi nados «datos empíricos». El reconocim iento de este hecho lleva a una nueva interpretación de cómo habría que efectuar la investigación cientí fica. La mejor investigación científica consiste en la interacción y con frontación entre una teoría nueva, formulada explícitamente, y unas ideas más antiguas que impregnan el lenguaje de la observación y los hechos. Los hechos mismos dependen de ontologias cambiantes. A causa de ello, algunos problem as — y esto parece especialm ente característico de la psicología y otras ciencias sociales— nunca se resuelven, sino que desa parecen. Feyerabend mencionaba problemas tales como la trayectoria de los electrones o el comportamiento de los demonios, los cuales han des aparecido como consecuencia de cambios en la ontologia del mundo fí sico. Los sistem as de conocim iento basados en ontologias diferentes son «inconmensurables», y sus discrepancias no se pueden resolver empírica mente. Como veremos más adelante, Vygotski era muy consciente de la tendencia de distintos sistemas psicológicos a convertirse en visiones del La crisis de la psicología 95 • mundo que lo abarcan todo, lo cual supone que sus propias ontologias son inconmensurables con las demás. • • $ El reconocimiento de que los hechos psicológicos están cargados de teoría permitió a Vygotski poner en evidencia la vaciedad que había detrás de la pretcnsión por parte de la psicología moderna de que era estricta mente empírica. En primer lugar, Vygotski resaltó el hecho de que históri camente la definición de la psicología como disciplina empírica aparece de forma negativa, más que positiva. El em pirism o definía su psicología como «psicología sin alma» o «psicología sin metafísica», es decir, negati vamente, como algo que no está basado en un fundamento metafísico. En determinados contextos históricos, tales como el de la lucha con la psico logía metafísica o el de la confrontación entre racionalismo y empirismo, una definición como la anterior tiene su mérito. Pero en los años veinte, cuando todas las escuelas psicológicas pretendían pertenecer a la corriente empírica, la noción de empirismo se convirtió en algo vacío de contenido y engañoso. Oscurecía dramáticamente los diferentes postulados no empí ricos en los cuales las escuelas rivales basaban su actividad psicológica. Vygotski señalaba que, mientras que el psicoanálisis al menos reconocía abiertamente su componente metapsicológico, las demás escuelas se nega ban a indagar en sus fundamentos metapsicológicos, no empíricos. El uso de la lógica empirista y la negativa a reflexionar sobre su propia posición teórica condujo a la psicología a una situación absurda, cuando debería ha ber sido definida como una «ciencia natural de fenómenos no naturales». La psicología empirista intentaba esconderse detrás de los hechos, pero cada hecho delataba su base y contexto teórico. . i j . ,; Lo que Vygotski presentaba como una desafortunada tendencia general se convirtió en realidad plenamente elaborada en la ciencia de la conducta norteamericana, casada con el positivismo lógico. Stephen Toulmin y Da vid Leary reconstruían así esa realidad: «En primer lugar, los psicólogos tenían que liberarse de los vínculos que les unían a la verborrea de la espe culación filosófica prçcedente; después, tenían que crearse una tabula rasa teórica: un campo vacío o un espacio conceptual plano en espera de la erección de un vasto emporio científico libre de infecciones; y, por último, tenían que alzar de novo nuevas “construcciones lógicas”, a medida que el material de construcción les fuese siendo suministrado por los experimen tos controlados»45. 1 • El problema de las múltiples psicologías se resolvió negando la admi sión a todos aquellos hechos que no encajaban en el esquema del positi- 96 La psicologia de Vygotski vismo lógico. Pero, como acertadamente predijo Vygotski, el culto a los hechos empíricos no liberó al neoconductismo de la necesidad de desarro-? llar sus propias reglas relativas a la interpretación de los hechos. Buena parte de la labor desarrollada por los psicólogos norteamericanos durante los años treinta y cuarenta tuvo más que ver con procedimientos científi cos de decisión que con conductas reales 46. La estrecha afinidad entre la metodología ncoconductista y el positivismo lógico hizo que la transición de los problemas puramente conductuales a las generalizaciones filosófi cas pareciese bastante natural. Y a eso es precisamente a lo que Vygotski se refería: el hecho empírico siempre es sólo el punto de partida; el princi* pió general «escondido» tras este hecho se pondrá inevitablemente de ma nifiesto cuando la noción científica se desarrolle pasando de su «princi pio» empírico a su «final» filosófico. El análisis detallado de este proceso es uno de los temas centrales de la Crisis. Analizando la evolución de sistemas psicológicos tales como la refle- xología, el psicoanálisis y la psicología de la Gestalt, Vygotski mostró que en su desarrollo existía un patrón uniforme que transcurría desde su descu brimiento inicial a su transformación en visiones del mundo que lo abarca ban todo. El desarrollo de cada uno de estos sistemas comenzó con un descubri miento o una observación empírica inicial que resultaba de importancia para la revisión de los puntos de vista existentes en un campo determinado de la psicología. En ese momento comienza el primer estadio en el des arrollo de una idea, en el cual la idea aparece de forma empírica, como por ejemplo sucedió con el descubrimiento del reflejo condicionado salivar en los perros, la observación del movimiento aparente por los psicólogos de la Gestalt o el tratamiento de las neurosis histéricas por Freud. En el segundo estadio de su desarrollo, la idea inicial adquiere forma conceptual convirtiéndose así en un concepto generalizado. Como tal, co mienza a mostrar pretensiones en relación con fenómenos psicológicos y campos de conocimiento relacionados con él. En este estadio, los vínculos entre el concepto generalizado y el descubrimiento inicial están ya debili tados. Pero la idea que se está convirtiendo en un concepto generalizado «independiente» sólo existe gracias a que el descubrimiento inicial sigue alimentando su reputación científica y prestándole legitimidad. En este es tadio es posible distinguir entre una idea como concepto original generali zado y como principio explicativo. Por ejemplo, en la reflexología el con cepto generalizado de conducta va acompañado del principio explicativo La crisis de la psicologia 97 * de reflejo, y en el psicoanálisis el concepto de inconsciente se explica mc- diante el principio de la libido. ';•<*: ; ••: 1 ■: ’• I';. $ En el tercer estadio, el concepto generalizado actúa en coordinación con el principio explicativo y se hace aplicable a todos los problemas de t una disciplina dada. El concepto corta ahora de forma definitiva sus cone- 'í xiones con el descubrimiento inicial. Al hacerse extensivo a la totalidad de....... v % la psicología, transforma la disciplina, pero al mismo tiempo también se transforma el concepto. El concepto generalizado y el objeto de la psicolo- % gía son capturados por el principio explicativo en expansión: toda la con ducta se convierte en una suma de reflejos condicionados, o en una tran- formación de la libido, o en un cambio de Gestalten. . - En el cuarto estadio, se produce un nuevo desacoplamiento entre el concepto generalizado y el principio explicativo: «La idea seguirá siendo un principio explicativo en la medida en que trascienda los límites del concepto básico; porque, como hemos visto, explicar significa traspasar las fronteras propias en busca de una causaextema. Tan pronto como la idea [como principio explicativo] coincida por completo con el concepto básico, ya no explicará nada»47. La consecuencia es que el principio expli cativo se separa del objeto de estudio de la psicología convirtiéndose en una ideología o visión del mundo. En ese momento, según Vygotski, la idea suele derrumbarse bajo el peso de su enorme deuda intelectual. Deja de existir como principio intelectual independiente y se mezcla con una de las filosofías dominantes de su tiempo. V . ■¿•Y i:! ‘ ‘i -*»s El psicoanálisis se originó, según Vygotski, en descubrimientos especí ficos relativos al campo de la psicopatología de las neurosis. Se había de mostrado «la determinación subconsciente de una serie de fenómenos psí quicos» y «la sexualidad oculta en una serie de actividades y formas que hasta entonces no se habían relacionado con el campo de lo erótico»48. Gradualm ente el concepto generalizado relacionado con este descubri miento concreto, apoyado por el éxito, de las técnicas terapéuticas corres pondientes, se ampliójpara cubrir otros temas, como la psicopatología de la vida cotidiana y la psicología infantil. En el curso de este movimiento expansionista, el psicoanálisis llegó a alcanzar rincones de la psicología tan remotos como la etnopsicología y la psicología del arte. Pero esta ex pansión condujo al psicoanálisis fuera de la psicología: «... la sexualidad se convirtió en un principio metafísico en la línea de otras ideas metafísi cas; el psicoanálisis, en una concepción del mundo; la psicología, en una metapsicología. El psicoanálisis posee su propia teoría del conocimiento y 98 La psicología dg Vygotski su propia metafísica... El comunismo y el tótem, la Iglesia y la obra de Dostoyevski, el ocultismo y los anuncios, el mito y los inventos de Leo nardo da Vinci, no son más que sexo disfrazado y enmascarado, sexo y nada m ás»49. '• Puede distinguirse un patrón similar en la evolución del concepto de reflejo. En esta ocasión, el punto de partida eran las investigaciones expe rimentales de Pavlov sobre el reflejo salivar de los perros. La idea de re flejo condicionado abandonó posteriormente su esfera de aplicación origi nal y se aplicó a o tros fenóm enos de la conducta. En el sistem a de Bejterev ya se había ampliado a los fenómenos de la conducta lingüística, el sueño, el pensamiento y la creatividad. Distintos campos de la psicolo gía, entre ellos las psicologías social, educativa y clínica, se vieron englo bados bajo la etiqueta de la reflexología: «Ana Karenina y la cleptomanía, la lucha de clases y el paisaje, el lenguaje y los sueños son también refle jos» Como en el caso del psicoanálisis, según el cual todos los tipos de conducta aparecían como derivaciones de impulsos libidinales, la reflexo logía presentaba los mismos fenómenos conductualcs como derivados de los reflejos condicionados. La reflexología dejó así de ser una mera teoría científica convirtiéndose en una visión del mundo con sus propios proyec tos sociales, y con una epistemología e incluso una estética propias. Vygotski creía que todas las pretensiones metateóricas de las distintas escuelas de psicología que acabamos de mencionar no eran más que sínto mas reveladores de la crisis de la psicología. Aunque los síntomas resulta sen a menudo grotescos, expresaban, de esa forma distorsionada, el deseo genuino y legítimo de los psicólogos de establecer una teoría metapsicoló- gica y formular un método inmanente de indagación psicológica. Lo que superficialmente podía parecer una lucha caricaturesca por la supremacía entre distintas escuelas correspondía, en un nivel más profundo, a una preo cupación genuina por la falta de coherencia de la psicología como ciencia. Antes de pasar a analizar la respuesta que dio Vygotski a esta crisis de la psicología, vamos a dar un salto en el tiempo de cinçuenta años para ver qué ha sucedido con la idea de una psicología unificada y coherente meto dológicamente. El texto de referencia que analiza el estado actual de la psicología como disciplina científica independiente es el artículo de Sig mund Koch «Naturaleza y lím ites del conocimiento psicológico» 5I. El análisis de Koch revela la existencia de dos momentos significativos. En primer lugar, el hecho de que, durante los años treinta y cuarenta, el neo- conductismo americano estuviese a punto de alcanzar una base metodoló- La crisis de la psicología 99 gica unificada para la psicología, pero a costa de hacer caso omiso de otros enfoques alternativos y elaborar lo que Koch llama «conocimiento l asignificativo». En segundo lugar, el hecho de que, desde los comienzos £ del declive de la teoría neoconductista, se ha observado una pronunciada ■J? tendencia al fraccionamiento teórico y sustantivo, más que a la integra- ción. • '• i . L- Según Koch, había buenas razones para que la psicología siguiese este curso de desarrollo. En diferentes épocas, distintos aspectos de la con- o f ducta, la mente y la personalidad han ocupado la vanguardia de la investi* •g- gación psicológica, pero, tras estos objetivos más limitados, siempre ace- SSf chaba el fin último de explicar la totalidad del ser humano. Reformulando las ideas de Koch con palabras un poco distintas, la psicología ha inten d i ’ tado repetidamente comprender al ser humano —ese objeto de estudio pre- sumiblemente universal— con medios de investigación sorprendentemente limitados y ciertamente no universales. Los resultados tan poco satisfacto rios que tuvieron estos intentos podían preverse con facilidad. Para resol ver la paradoja del objeto universal frente a los medios particulares, pare cía que el ncoconductismo americano estaba dispuesto a prescindir de la universalidad humana. Para conseguirlo, había que «poner entre parénte sis» al ser humano y centrarse sobre la conducta, que sería un objeto de es tudio por sí misma. Pero hasta una meta tan limitada como ésta era difícil i de alcanzar. Como demuestra Koch en su penetrante análisis, los neocon- '■ ductistas no se atuvieron a las reglas del positivismo lógico que, según ellos mismos, eran la premisa metateórica de toda investigación científica. El paso siguiente fue el empirismo radical de B. F. Skinner, que declaró su rechazo a cualquier dispositivo de organización teórica. El declive del ncoconductismo y el resurgimiento de la fragmentación de la psicología resulta, en mi opinión, no del hecho de que la teoría comportamental no consiguiese alcanzar la pureza lógico-positiva, sino de la insatisfacción, a veces inconsciente pero, no obstante, muy real, que sienten los psicólogos respecto a lo que han producido. Los datos sobre la «conducta»,;divorcia dos de los problemas importantes relacionados con la universalidad hu mana, eran «asignificativos» no sólo para los críticos externos sino tam bién para los mismos psicólogos. Ciertos mecanismos «compensatorios» evocados por esta «asignificación» guardan un estrecho parecido con los que describió Vygotski. Por ejemplo, B. F. Skinner no paraba de saltar de los datos empíricos sobre el condicionamiento operante obtenidos con ani males de laboratorio a vastos proyectos sociales y educativos. El compo- 100 La psicología de Vygotski ncnte empírico original parece garantizar el status científico de la idea, y este último garantiza su relevancia para el hombre. La paradójica coexis tencia de estos dos componentes permitió al condicionamiento operante actuar como visión del mundo sin abandonar su status de enfoque cientí fico particular. ' . La solución que proponía Koch al problema de la particularidad de la psicología frente a la universalidad humana era reafirmar la universalidad del ser humano al mismo tiempo que liberaba a la psicología de ser una disciplina unificada o científica. -j Mi postura es que se reconozca por fin la falta de cohesión de la psicología reem plazándola por alguna locución del tipo de «los estudios psicológicos» ... Además,los m ecanism os de organización conceptual, los lenguajes técnicos («paradigmas», si se prefiere) de que disponen los distintos estudios psicológicos son... perspectívi- cos, dependientes de la sensibilidad del indagador, y a menudo inconmensurables... Cada teoría — dependiendo de sus propósitos analíticos, sus metas predictivas o prácticas, su sensibilidad perceptiva, su capacidad de formación de metáforas, y sus repertorios d iscrim inativos previos— efectuará cortes perceptivos asistem ática- mente distintos en un m ism o dom inio. Identificarán «variables» o texturas y con tornos de sign ificado marcadamente distintos se leccionados y agrupados según principios diferentes. Los cortes, las variables, los conceptos, con toda probabili dad, establecerán distintos universos de discurso, aunque sean v a g o s5Í. Koch predecía, además, que esos «universos de discurso psicológico» gravitarían generalmente en tomo a dos polos distintos: uno de ellos sería un discurso biológico y de ciencias naturales, y el otro, un discurso especí fico de las ciencias humanas. Tras esta breve incursión en la reflexión introspectiva de la psicología de los años ochenta, retomemos al análisis de Vygotski de las distintas res puestas que se dieron a la crisis de la psicología en los años veinte. El pri mer tipo de respuesta era negar la crisis. La negación era posible para quienes eran insensibles a las contradicciones teóricas y para quienes la teoría psicológica es por definición un ejercicio de eclecticismo. Vygotski señalaba a Chelpanov como representante de este tipo. Chelpanov estaba dispuesto a admitir cualquier idea o enfoque sin que su mutua inconmen surabilidad le perturbase lo más mínimo. Vygotski creía que este tipo de eclecticism o es incom patible con el genuino progreso científico. Los eclécticos pueden ser buenos «profesores, organizadores y animadores cul turales», pero no son capaces de producir resultados científicos importan- La crisis de ia psicologia 101 tes. Cabe preguntarse si Vygotski habría mantenido su mala opinión de los eclécticos como Chelpanov de haber sabido lo rígida que podía llegar a ser la opinión científica no ecléctica. También cabría desear que Vygotski se hubiese ocupado con más detalle de la diferencia entre el eclecticismo como postura teórica y el pluralismo como política científica. Si tenemos cn cuenta el historial de Chelpanov como académico y organizador, parece plausible que lo que Vygotski tomó por una postura teórica fuese cn reali dad la actitud de Chelpanov respecto a la política científica, que permitió a sus ayudantes y estudiantes realizar muchos tipos distintos de investiga ción psicológica. Por último, cabe preguntarse si el pluralismo ó la Chel panov no es la única garantía verdadera contra el imperialismo de princi pio único que con tanto éx ito e jerc ieron los n coconductistas y los pavlovianos por igual. :■ • El segundo tipo de respuesta a la situación de crisis de la psicología consistía en dividir las teorías en dos grupos: «mi teoría y las que son erró neas». Según Vygotski, esta fue la postura adoptada por J. B. Watson y otros conductistas en Estados Unidos y por Bejterev en Rusia. Para ellos, la crisis era una línea divisoria que separaba las fuerzas del pasado, que estaban equivocadas, y la psicología del futuro — la suya— , que tenía ra zón. Vygotski ridiculizaba esta interpretación egocéntrica de la crisis, pero aparentemente no llegó a darse cuenta del todo del poder destructivo que esc «egocentrismo» tenía en la psicología. La historia posterior de la cien cia de la conducta pavloviana en la Unión Soviética y del neoconductismo cn los Estados Unidos puso de manifiesto lo dañina que puede ser la exis tencia de una única metodología «correcta y autocorrcctiva». Una importante fuente de información sobre la crisis de la psicología es el lenguaje que ésta utiliza. Vygotski creía que la terminología no es un mero atributo externo sin importancia, sino un verdadero espejo que re fleja el estado de la psicología: «...la palabra, al dar nombre a un hecho, da también la filosofía de ese hecho, su teoría y su sistema. Cuando digo “conciencia del color”, hay cn mí unas asociaciones científicas; el hecho se ve incorporado a una serie de fenómenos; yo le confiero un significado. Cuando digo “reacción al blanco” , todo es completamente distinto» 33. Se gún Vygotski, el lenguaje psicológico de la época de la crisis revelaba un conglomerado de: (a) palabras procedentes del lenguaje cotidiano, (b) ves tigios del lenguaje filosófico, y (c) palabras tomadas del léxico de las cien cias naturales. Vygotski m encionaba al psicólogo de la G estalt Kurt Koffka como científico que reconocía claramente la existencia de diferen- 102 La psicologia de Vygotski tes vocabularios y discursos psicológicos. La conducta humana, según Koffka, tiene dos aspectos: uno de ellos está abierto a la investigación científico-natural, la cual presupone, a su vez, conceptos funcionales; el otro aspecto tiene que ver con la experiencia y presupone un lenguaje des-! criptivo54. El lenguaje cotidiano que con tanta frecuencia se usa en los es critos psicológicos oscurece esta importante dicotomía entre el discurso explicativo y el descriptivo. ‘i La dicotomía term inológica no tiene importancia en sí misma, sino como señal de la división esencial entre dos grandes grupos de teorías psi cológicas que gravitan hacia dos tipos distintos de conocimiento. No hay que confundir las escuelas rivales que revelan su tendencia a convertirse en visiones globales del mundo con enfoques potencialmente reconcilia bles. Las posturas adoptadas por las distintas escuelas se basan en distintos tipos de conocim iento mutuamente cxcluyentes. La conclusión de Vy gotski era que, en última instancia, la multiplicidad de psicologías podía reducirse a tan sólo dos tipos: la psicología explicativa científico-natural y la psicología descriptiva filosófico-fenomcnológica55. El desarrollo de las ideas psicológicas que se estaba produciendo de hecho en la época de la crisis ponía de manifiesto la necesidad de una metateoría psicológica, que tendría que ser inevitablemente o científico-natural o fenomenológico- humanista. Vygotski reconocía que esta dicotomía tenía una larga historia y apare cía bajo distintos nombres, tales como enfoque «nomotético» frente a en foque «idiográfico», conocimiento natural frente a conocimiento histórico, o teoría causal frente a teoría intencional, en las obras de W. Windclband, H. Rickert, W. Dilthey, y más recientemente en las de Hugo Münsterberg y Ludwig Binswangcr. Las ideas del psicoanalista suizo Binswanger atraje ron a Vygotski porque expresaban claramente la necesidad que tenía la psicología de una metateoría, en forma de epistemología del conocimiento psicológico56. Asimismo, Binswanger no dudaba en identificar la línea di visoria entre los dos campos principales de la psicología como el criterio del enfoque científico-natural de los fenómenos psicológicos. Otro prota gonista de la Crisis de Vygotski era el psicólogo germano-americano Hugo Münsterberg, figura fascinante para Vygotski porque parecía personificar la naturaleza escindida de la psicología. Como teórico, Münsterberg afir maba que la psicología causal sólo era capaz de proporcionar respuestas a cuestiones formuladas artificialmente, y que la experiencia humana reque ría comprensión, más que explicación. Pero al mismo tiempo, como pió- La crisis de la psicología 103 nero de la psicología aplicada c industrial. Münsterberg reconocía que sólo el método causal y explicativo de las ciencias naturales era apropiado para abordar los problemas aplicados e industriales57. De manera que Münster- bcrg siguió desarrollando, como teórico coherente, dos enfoques mutua mente excluyentes de la conducta humana. •*! ¡■yLa postura del propio Vygotski era fundamentalmente la de cronista y crítico de la crisis. A la hora detomar partido, parecía decantarse por el de la psicología científica, explicativa, pero con la siguiente reserva de al cance: «... también dejamos abierta otra cuestión: la de si la psicología es de verdad una ciencia natural en sentido estricto...» 58. Vygotski explicaba a continuación que, puesto que la psicología no había sido comprendida aún como teoría social y cultural, la psicología científica se identificaba con una ciencia natural. Pero la futura metateoría tendría que ocuparse de dilucidar cómo sería posible que la psicología fuese una forma de conoci miento materialista y científica y, al mismo tiempo, social y cultural. ; Vygotski dirigió una proporción considerable de su vena crítica contra aquellos colegas, incluido su «jefe», Kornilov, que sostenían que la «psi cología marxista» era una alternativa viable tanto para la psicología cientí fico-natural como para la psicología fenomenológica. Para empezar, Vy gotski no estaba de acuerdo con el uso que estos autores hacían del marxismo. En su opinión, los psicólogos soviéticos no buscaban el apoyo del marxismo «donde era preciso», no asimilaban el material «que era ne cesario», y, finalmente, no usaban este material «de la form a cn que había que hacerlo» 59. Merece la pena prestar atención a las críticas de Vygotski aunque sólo sea porque los procedimientos que critica estaban destinados a convertirse en una característica habitual de la teoría psicológica sovié tica entre los años veinte y los años cincuenta, e incluso posteriormente. Vygotski ridiculizaba el extendido método de seleccionar citas fortuitas de las obras de Marx y Engels para presentarlas como una postura mar xista respecto a la psicología. Vygotski resaltaba el hecho — ya que para él eso era un hecho— <Ie que ni el propio Marx ni sus seguidores poseyeron nunca ninguna noción de método psicológico. Ni siquiera puede encon trarse en sus escritos ningún componente epistemológico de una teoría psi cológica. Según él, «los psicólogos marxistas» buscaban el material erró neo porque lo que querían era una fórm ula marxista ya confeccionada que fuese aplicable a los fenómenos psicológicos. Pero una «fórmula» como esa sólo podría alcanzarse como colofón de un proceso teórico que todavía no había comenzado. Por último, Vygotski creía que las ideas marxistas se 104 La psicología de Vygotski utilizaban erróneamente porque la «psicología marxista» adoptaba una postura autoritaria y dogmática que paralizaba la crítica e impedía la libre búsqueda de la verdad científica ®°. Todos estos abusos del marxismo, según Vygotski, provenían de la misma raíz: la incomprensión de la naturaleza de la crisis de la psicología. Ningún sistema filosófico, incluido el marxismo, puede convertirse en su cedáneo de la metateoría psicológica, y la única aportación legítima del marxismo sería ayudar a desarrollar esa metateoría. Esto era válido no sólo para la psicología sino también para todos los campos del conoci miento; no había ninguna fórmula mágica marxista que pudiese resolver sus problemas: «La aplicación directa de la teoría del materialismo dialéc tico a los problemas de las ciencias naturales, especialmente al grupo de las ciencias biológicas o a la psicología, es imposible, igual que es imposi ble aplicarla directamente a la historia y a la sociología» 6I. La idea de Vygotski era que si la psicología tenía algo que aprender de Marx, tendría que escribir su propio El Capital, en el mismo sentido en que El Capital sirvió de metateoría de la economía del siglo x d í. Durante el resto de su vida Vygotski buscó este nuevo enfoque metateórico que ha ría científica a la psicología, pero no a costa de la naturalización de la con ciencia humana, y que haría uso del método marxista sin degenerar en una «psicología marxista». Filosofía de la práctica Pero, si ni el empirismo ateórico ni la «psicología marxista» podían proporcionar una salida a la crisis, ¿de dónde vendría ésta entonces? Vy gotski dio a esta pregunta una respuesta dialécticamente paradójica: ¡De la crisis misma! Para ello, sin embargo, había que rectificar la valoración de la crisis, pasando a considerarla como un fenómeno positivo en lugar de negativo. Para comprender la crisis como un avance positivo había que descubrir primero la contradicción básica — en el sentido hegeliano y crea tivo del término— que subyacía a todos los síntomas de la crisis. Según Vygotski, tras la aparente disputa en tomo a la teoría psicológica general de los años veinte había dos fuerzas principales: la epistemología y la práctica. Para comprender la crisis era necesario realizar una crítica epistemológica de las filosofías de investigación fundamentales reveladas por la crisis, y el programa crítico desarrollado en la Crisis de Vygotski pt. era un prim er paso en esa dirección. Pero también había que tener en 4 cuenta la segunda fuerza principal — la práctica— . Fue en los años veinte cuando la psicología se hizo por primera vez totalmente consciente de los aspectos prácticos asociados con las tareas y problemas industriales, fo renses, educativos y de salud mental. Vygotski creía que este encuentro con los problemas prácticos forzaría a la psicología a revisar sus propios principios siguiendo las líneas dictadas por las exigencias de la práctica. El horizonte práctico ampliaría los horizontes de la psicología y la obliga ría a echar una nueva mirada a la gran riqueza de conocimientos psicológi cos prácticos acumulados durante siglos por la religión, la política, la in dustria y la milicia. En todas esas esferas de la vida la tarea de organizar y controlar la conducta humana era de capital importancia y ha dado lugar a la acumulación de una gran cantidad de principios psicológicos. Habría que usar procedimientos analíticos para «extraer» e identificar esos princi pios. Según Vygotski, cualquier situación práctica, desde el trabajo indus trial a la redacción de un poema lírico, podría usarse como un experimento cultural cuyo escenario son la mente y la conducta humanas. Lo que en un experim ento «real» se consigue controlando estímulos y respuestas, en un experimento cultural de este tipo se conseguiría mediante procedimien tos teóricos de análisis y síntesis. Sería erróneo, por consiguiente, concebir la psicología práctica como la aplicación de teorías previamente estableci das. Habría que invertir esta relación: la práctica seleccionaría sus propios principios psicológicos y, en última instancia, crearía su propia psicología. Los componentes práctico y epistemológico de la crisis no deberían considerarse problemas independientes; ambos tienen un centro común: la filosofía de la práctica. Vygotski estaba convencido de que, al buscar un método general de investigación psicológica, acabaríamos por llegar inevi tablemente al problema de la práctica: «Método [del griego meta , “hacia”, y hodos, “camino”] significa camino; y lo entendemos como medio de co nocimiento; pero un camino está determinado en todos sus puntos por el destino al que condece. Por eso, la práctica [como meta] reorganiza la me todología de la ciencia en su totalidad» 62. ■ Ayr.'rpiinuó.'.v- vM ‘ . Esta idea constituye el punto culminante del análisis de la crisis de la psicología efectuado por Vygotski. Los análisis posteriores van más allá de Vygotski, pero están inspirados por la idea de la práctica como fuerza mo triz de la crisis. El problema fundamental es ahora la crítica de la filosofía de la práctica. Si se supone que la teoría psicológica ha de corresponderse con determinadas prácticas, la cuestión fundamental es con qué clases de La crisis de la psicología 105 106 La psicologia de Vygotski práctica. Resulta significativo que, al trabajar con la teoría psicológica, Vygotski encontrase los mismos problemas que los científicos sociales ha bían descubierto y siguen discutiendo en el contexto de la teoría general de la actividad social humana. El punto de partida de
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