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© E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . 557 Elementos de la función renal REVISIÓN DE LA FUNCIÓN RENAL El riñón presenta en su más alto grado el fenómeno de la sensibilidad; el poder de reaccionar frente a diversos estímulos en la dirección adecuada para la supervivencia del organismo; un poder de adaptación que casi da la idea de que una parte de su composición está dotada de inteligencia. E. Starling, 1909 Ciertamente, la integridad mental es una condición sine qua non de la vida libre e independiente. Incluso consentir que partes de nuestro medio interno experimenten cambios, permitir que nuestros riñones fallen en el cumplimiento de su misión, incluso durante poco tiempo, y nuestra integridad mental o personalidad es destruida. Homer W. Smith, 1939 Como Starling y Smith reconocen, los riñones son órga- nos reguladores más que excretores. Sin embargo, está claro que la función excretora de los riñones es crucial en su capacidad para regular la composición y el vo- lumen de los líquidos corporales. Los riñones regulan: a) la osmolalidad y el volumen de los líquidos corpora- les; b) el equilibrio de los electrólitos, y c) el equilibrio acidobásico. Además, los riñones excretan productos del metabolismo y sustancias extrañas, y producen y segregan hormonas. El control de la osmolalidad de los líquidos corpora- les es importante para el mantenimiento normal del volumen celular en todos los tejidos del organismo. El control del volumen de los líquidos corporales es ne- cesario para el funcionamiento normal del sistema cardiovascular. Los riñones también son esenciales para regular la cantidad de diversos iones inorgánicos importantes en el organismo, incluyendo Na+, K+, Cl–, bicarbonato (CO3H–), hidrogeniones (H+), Ca++ y fosfato inorgánico (Pi). La excreción de estos electrólitos debe ser igual a su ingesta diaria, para mantener el equili- brio adecuado. Si la ingesta de un electrólito excede su excreción, la cantidad de este electrólito en el orga- nismo se incrementará, y el sujeto tendrá un equilibrio positivo para este electrólito. Por el contrario, si la ex- creción de un electrólito supera la ingesta, su cantidad en el organismo se reducirá, y el sujeto presentará un equilibrio negativo para ese electrólito. Para muchos electrólitos, los riñones son la única o la principal vía de excreción del organismo. Otra importante función de los riñones es la regula- ción del equilibrio acidobásico. Muchas de las funcio- nes metabólicas del organismo son exquisitamente sensibles al pH. Por ello, el pH de los líquidos corpora- les debe mantenerse entre unos límites estrechos. El pH se mantiene mediante los tampones de los líquidos corporales y la acción coordinada de pulmones, híga- do y riñones. Los riñones excretan diversos productos finales del metabolismo. Los productos de desecho incluyen urea (de los aminoácidos), ácido úrico (de los ácidos nuclei- cos), creatinina (de la creatina muscular), productos fi- nales del metabolismo de la hemoglobina y metabolitos de las hormonas. Los riñones eliminan estas sustancias del organismo al ritmo que marca su producción. Así, los riñones regulan la concentración de hormonas den- tro de los líquidos corporales. Los riñones también re- presentan un importante camino de eliminación de sus- tancias extrañas, como fármacos, pesticidas y otros compuestos químicos. Finalmente, los riñones son importantes órganos endocrinos que producen y segregan renina, calcitriol y eritropoyetina. La renina activa el sistema renina- angiotensina-aldosterona, que ayuda a regular la pre- sión sanguínea, y el equilibrio Na+-K+. El calcitriol, un metabolito de la vitamina D3, es necesario para la ab- sorción normal del calcio en el tracto gastrointestinal y para su depósito en el hueso (v. también el capítulo 35). En los pacientes con enfermedad renal, la capacidad de los riñones para producir calcitriol se deteriora, y los niveles de esta hormona se reducen. Como resulta- do, disminuye la absorción intestinal de calcio. Esta reducida absorción intestinal de calcio contribuye a las alteraciones en la formación de hueso que se ob- servan en los pacientes con enfermedad renal crónica. Otra consecuencia de muchas enfermedades renales es la reducción en la producción y secreción de eritro- poyetina. La eritropoyetina estimula la formación de eritrocitos por la médula ósea. La producción dismi- nuida de eritrocitos contribuye a la anemia que apare- ce en el fallo renal crónico. Una gran variedad de enfermedades deterioran la función de los riñones y conducen a un fallo renal. En algunas circunstancias, el deterioro de la función re- nal es transitorio, pero en muchos casos la función renal disminuye progresivamente. Los pacientes con una relación de filtración glomerular (GFR) inferior al 10% del valor normal se considera que presentan una enfermedad renal en estadio terminal (ERCT), y para sobrevivir deben recibir tratamiento de sustitución de la función renal. Para conocer los mecanismos que contribuyen a la en- fermedad renal, primero es necesario conocer la fisiolo- gía normal de la función renal. Por ello, en los siguientes capítulos de esta sección del libro se considerarán los diversos aspectos de la función renal. 32-555-577kpen.indd 557 24/2/09 10:36:53 http://booksmedicos.org 558 Berne y Levy. Fisiología ANATOMÍA FUNCIONAL DEL RIÑÓN Estructura y función están estrechamente relacionadas en el riñón. En consecuencia, son necesarias unas nocio- nes de la anatomía macroscópica y de los rasgos histoló- gicos del riñón para comprender sus funciones. Anatomía macroscópica Los riñones son órganos dobles que se sitúan en la pared abdominal posterior por detrás del peritoneo, a ambos lados de la columna vertebral. En los adultos, cada riñón pesa entre 115 y 170 g y sus dimensiones aproximadas son: 11 cm de longitud, 6 cm de anchura y 3 cm de grosor. Los rasgos de la anatomía macroscópica del riñón humano se ilustran en la figura 32-1. La cara medial de cada riñón contiene una hendidura a través de la cual pasan la arteria y la vena renal, los nervios y la pelvis. Si se corta un riñón por la mitad se observan dos regio- nes: una región externa o corteza, y una región interna, la médula. La corteza y la médula se componen de ne- fronas (la unidad funcional del riñón), vasos sanguí- neos, linfáticos y nervios. La médula en el riñón huma- no se divide en áreas cónicas denominadas pirámides renales. La base de cada pirámide se origina en el límite corticomedular, y el ápex termina en una papila que re- posa dentro de un cáliz menor. Los cálices menores recogen la orina de cada papila. Los numerosos cálices menores se expanden en dos o tres bolsas abiertas, los cálices mayores. Los cálices mayores terminan en la pelvis. La pelvis representa el extremo abierto y exten- dido del uréter, que lleva la orina de la pelvis renal a la vejiga urinaria. Las paredes de cálices, pelvis y uréter contienen músculo liso, que se contrae para propulsar la orina hacia la vejiga urinaria. El flujo sanguíneo a los dos riñones es equivalente al 25% del gasto cardíaco (1,25 l/min) en los individuos en reposo. No obstante, los riñones representan menos del 0,5% del peso corporal total. Como se ilustra en la figura 32-1 (izquierda), las ramas de las arterias renales progresivamente forman la arteria interlobar, arteria arcuata, arteria interlobular y las arteriolas aferentes, que forman los capilares glomerulares (glomérulo). Los capilares glomerulares se reúnen en la arteriola eferente que conduce a la formación de una segunda red de capilares, los capilares peritubulares, los cuales aportan la sangre a la nefrona. Los capilares del sistema venoso discurren paralelos a los vasos arteriales y, pro- gresivamente, forman la vena interlobular, vena arcua- ta, vena interlobular y vena renal cuyo curso trascu- rre al lado del uréter. Ultraestructurade la nefrona La unidad funcional del riñón es la nefrona. Cada riñón humano contiene aproximadamente 1,2 millones de ne- fronas, las cuales son tubos huecos formados por una única capa de células. La nefrona se compone de cor- púsculo renal, túbulo proximal, asa de Henle, túbulo distal y sistema de conductos colectores* (figs. 32-3 y 32-4). El corpúsculo renal se compone de los capilares * En realidad, la organización de la nefrona es mucho más compleja de como aquí se presenta. Sin embargo, por simplicidad y claridad en los siguientes capítulos, la nefrona se ha dividido en cinco segmentos. El conducto colec- tor no es en realidad parte de la nefrona. No obstante, de nuevo por simpli- cidad, se considerará que el sistema de conductos colectores es parte de la nefrona. AplicAción clínicA La enfermedad renal es un problema mayor de salud. En Estados Unidos: ● La enfermedad renal afecta a más de 20 millones de pacientes, y es la responsable de más de 80.000 muer- tes al año. ● Cada año se diagnostican más de 3 millones de nuevos pacientes de enfermedad renal. ● Alrededor de 500.000 personas se tratan para ERCT cada año. ● Aproximadamente 275.000 pacientes con ERCT reci- ben tratamiento con hemodiálisis o diálisis peritoneal. ● Diabetes, hipertensión, glomerulonefritis y enferme- dad renal poliquística son las causas que conducen a ERCT. ● La ERCT secundaria a diabetes está creciendo a un rit- mo anual superior al 11%. ● El coste en los cuidados de salud por ERCT es superior a los 19.000 millones de dólares al año. ● Se realizan más de 14.000 trasplantes renales cada año. Desgraciadamente, más de 54.000 pacientes es- tán esperando un trasplante renal. ● Las infecciones urinarias, la litiasis renal (urolitiasis) y la cistitis intersticial (inflamación de la vejiga urinaria) también son problemas sanitarios de primer orden. La cistitis intersticial (700.000 pacientes), la litiasis urina- ria (1,3 millones de visitas al año), las infecciones uri- narias (8,3 millones de visitas al año) y la incontinen- cia urinaria (13 millones de adultos afectados, sobre todo, de edad superior a 65 años) son graves proble- mas de salud. Los individuos con ERCT deben recibir tratamiento de sustitución renal. Estos tratamientos incluyen diálisis peritoneal, hemodiálisis y trasplante renal. Tanto la he- modiálisis como la diálisis peritoneal, como su nombre indica, se basan en el proceso de diálisis por el cual pequeñas moléculas son eliminadas de la sangre por di- fusión a través de una membrana selectivamente per- meable a una solución que carece de estas pequeñas moléculas. En la diálisis peritoneal, la membrana perito- neal actúa como membrana dializante. Se introducen varios litros de una solución en la cavidad abdominal, y las pequeñas moléculas de la sangre difunden a través de la membrana peritoneal hacia la solución, y la cavidad peritoneal se vacía posteriormente. En la hemodiálisis, la sangre del paciente se bombea a través de una máquina de riñón artificial. En el riñón artificial, la sangre está separada de la solución por una membrana de diálisis, que permite la difusión de pequeñas moléculas desde la sangre a la solución y, en consecuencia, se eliminan pe- queñas moléculas de la sangre. Los pacientes candidatos a un trasplante renal se tratarán con diálisis hasta que aparezca un donante renal adecuado. Aunque la anemia también solía ser un importante problema por la produc- ción disminuida de eritropoyetina en la ERCT, en la ac- tualidad los pacientes en diálisis periódica reciben trata- miento con eritropoyetina humana recombinante. 32-555-577kpen.indd 558 24/2/09 10:36:54 http://booksmedicos.org Capítulo 32 Elementos de la función renal 559 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . Corteza Médula Pirámide Nefrona (ampliada) Cáliz mayor Cáliz menor Cápsula Espacio pélvico Arteria renal Vena renal Pelvis Uréter CCME P RAD RAG RAG RDD 564 8 3a 3 7a 7b 2 8a 9 2a 1a 1 CCMI TD TP TD CCC YM TP B B MD RDD M éd ul a in te rn a C or te za M éd ul a ex te rn a ● Figura 32-1. Corte de un riñón humano que muestra su estructura inter- na. (Modificado de Marsh DJ. Fisiología Renal. New York, Raven, 1983.) ● Figura 32-2. Izquierda, Organización del sistema vascular del riñón humano. 1: arterias interlobares; 1a, venas interlobares; 2, arterias arcuatas; 2a, venas arcuatas; 3, arterias interlobulares; 3a, venas interlobulares; 4, vena estella- ta; 5, arteriolas aferentes; 6, arteriolas eferentes; 7a, 7b, red capilar glomerular; 8, vasa recta descendente. Derecha, Organización de la nefrona humana. Una nefrona superficial se ilustra a la izquierda, y una nefrona yuxtamedular (YM) se ilustra a la derecha. El asa de Henle incluye la porción recta del túbulo proximal (Tp), la rama descendente delgada (RDD), la rama ascendente delgada (RAD) y la rama ascendente gruesa (RAG). B: cápsula de Bowman; CCC: conducto colector cortical; TD: túbulo distal; CCMI: conducto colector medular interno; MD: mácula densa; CCME: conduc- to colector medular externo; p: pelvis. (Modificado de Kriz W, Bankir LA. Am J physiol 254:F1, 1988 y Koushanpour E, Kriz W. Renal physiology: principles, structure and Function, 2.ª ed. New York, Springer-Verlag, 1986.) 32-555-577kpen.indd 559 24/2/09 10:36:57 http://booksmedicos.org 560 Berne y Levy. Fisiología Conducto colector medular interno Rama ascendente delgadaRama ascendente gruesa Rama descendente delgada Túbulo proximal Mácula densa Conducto colector cortical Túbulo distal Célula principal Célula intercalada M éd ul a ex te rn a M éd ul a in te rn a Co rt ez a ● Figura 32-3. Diagrama de una nefrona que incluye la ultraestructura celular. A NIVEL CELULAR La policistina 1 (codificada por el gen PKD1) y la poli- cistina 2 (codificada por el gen PKD2) se expresan en la membrana del cilio primario y median la entrada de Ca++ en la célula. Se supone que pKD1 y pKD2 desempeñan un importante papel en la secreción de K+ dependiente del flujo por las células principales del conducto colector. Como se describe en detalle en el capítulo 35, un flujo aumentado de líquido tubular en el conducto colector es un fuerte estímulo para la secreción de K+. Un flujo au- mentado inclina el cilio primario de las células principa- les, activando pKD1/pKD2 Ca++ conduciendo a un canal complejo que permite la entrada de Ca++ en la célula y aumentando la [Ca++] intracelular. El aumento en la [Ca++] activa los canales del K+ en la membrana plasmá- tica apical, que aumenta la secreción de K+ desde la cé- lula hacia el líquido tubular. glomerulares y la cápsula de Bowman. El túbulo proxi- mal forma al inicio varias curvas a las que sucede un segmento recto que desciende hacia la médula. El si- guiente segmento es el asa de Henle, que se compone de una parte recta a continuación del túbulo proximal, el asa descendente delgada (que termina en una horqui- lla), el asa ascendente delgada (sólo en las neuronas con largas asas de Henle), y el asa ascendente gruesa. Casi al terminar el asa ascendente gruesa, la nefrona pasa entre las arteriolas aferente y eferente de la misma nefrona. Este corto segmento del asa ascendente grue- sa se denomina mácula densa. El túbulo distal comien- za un poco más allá de la mácula densa y se extiende hasta un punto en la corteza en el que dos o más nefro- nas se unen para formar el conducto colector cortical. Este conducto penetra en la médula y se transforma en el conducto colector medular externo y, después, en el conducto colector medular interno. Cada segmento está compuesto por células destina- das a realizar unas funciones de transporte específicas (v. fig. 32-3). Las células del túbulo proximal tienen una membrana apical intensamente amplificada (el lado uri- nario de la célula) denominada borde en cepillo, que está presente sólo en el túbulo proximal.La membrana basolateral (el lado sanguíneo de la célula) presenta muchas invaginaciones. Estas invaginaciones contienen principalmente mitocondrias. En contraste, las ramas descendente y ascendente delgadas del asa de Henle tie- nen superficies apicales y basolaterales pobremente desarrolladas y pocas mitocondrias. Las células del asa ascendente gruesa y del túbulo distal tienen abundantes mitocondrias y, en la membrana basolateral, extensos pliegues hacia el interior. Los conductos colectores se componen de dos tipos de células: las células principales y las células intercala- das. Las células principales presentan una membrana basolateral moderadamente invaginada, y contienen po- cas mitocondrias. Las células principales desempeñan un papel importante en la reabsorción del NaCl (v. capí- tulos 33 y 34) y en la secreción de K+. Las células interca- ladas desempeñan un papel importante en la regulación del equilibrio acidobásico, y presentan una alta densi- dad de mitocondrias. Una población de células intercala- das segrega H+ (reabsorbe CO3H–) y otra población segre- ga CO3H– (v. capítulo 36). El segmento distal de la nefrona, el conducto colector medular interno, se compone de las células colectoras medulares internas. Las células del conducto colector medular interno tienen una superficie apical y basolateral pobremente desarrolladas y pocas mitocondrias. Todas las células de la nefrona, excepto las células in- tercaladas, tienen en su membrana plasmática apical un único cilio primario no motor que protruye en el fluido tubular (v. fig. 32-4). El cilio primario es un mecanosen- sor (detecta cambios en el ritmo del líquido tubular) y quimiosensores (detectan o responden a la composición del líquido que los envuelve) e inician la vía de señaliza- ción dependiente del Ca++, incluyendo aquellas que con- trolan la función de las células renales, proliferación, di- ferenciación y apoptosis (muerte celular programada). 32-555-577kpen.indd 560 24/2/09 10:37:00 http://booksmedicos.org Capítulo 32 Elementos de la función renal 561 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . IC1 IC2 CD C ● Figura 32-4. Exploración mediante microscopia electróni- ca que ilustra el cilio primario (C) en la membrana plasmática apical de las células principales del conducto colector cortical. Obsérvese que las células intercaladas no tienen cilio. El cilio pri- mario tiene aproximadamente de 2 a 30 µm de longitud, y un diámetro de 0,5 µm. CD: células principales del conducto colector con cortos microvillis (punta de flecha). La cumbre recta (flecha abierta) representa el límite de las células entre células principales; IC1 e IC2 son células intercaladas con numerosos largos microvi- llis en la membrana apical. (De Kriz W, Kaissling B: Structural or- ganization of the mamalian kidney. En: Seldin DW, Giebisch G [eds]. The Kidney: physiology and pathophysiology, 3.ª ed. phila- delphia, Lippincott Williams & Wilkins, 2000.) La nefrona se puede subdividir en un tipo superficial y un tipo yuxtamedular (v. fig. 32-2). El corpúsculo renal de cada nefrona superficial se localiza en la región externa de la corteza. Su asa de Henle es corta, y sus arteriolas eferentes se ramifican en los capilares peritubulares que rodean los segmentos de su propia nefrona y de las adya- centes. Esta red capilar lleva oxígeno e importantes nu- trientes a los segmentos de la nefrona en la corteza, aporta sustancias para la secreción por la nefrona (movi- miento de una sustancia desde la sangre hacia el líquido tubular) y sirve como vía de retorno para la reabsorción de agua y solutos hacia la circulación sistémica. Unas po- cas especies, incluyendo los seres humanos, también tienen neuronas superficiales muy cortas cuyas asa de Henle nunca entran en la médula. El corpúsculo renal de cada nefrona yuxtamedular se localiza en la región de la corteza adyacente a la médula (v. fig. 32-2, derecha). Cuando se comparan con las nefro- nas superficiales, las nefronas yuxtamedulares se dife- rencian anatómicamente por dos aspectos importantes: el asa de Henle es más larga y se extiende profundamen- te hacia la médula, y la arteriola eferente no sólo forma una red de capilares peritubulares sino también una se- rie de asas vasculares denominadas vasa recta. Como se muestra en la figura 32-2, los vasa recta descienden hacia la médula, donde forman una red de capilares alrededor de los conductos colectores y la rama ascendente del asa de Henle. La sangre regresa hacia la corteza en los vasa recta ascendentes. Aun- que menos del 0,7% del flujo sanguíneo renal penetra en los vasa recta, estos vasos realizan importantes funciones en la médula renal incluyendo: a) el trans- porte de oxígeno y nutrientes importantes a los seg- mentos de la nefrona; b) el reparto de sustancias a la nefrona para su secreción; c) sirven como camino de retorno de agua y solutos reabsorbidos hacia el siste- ma circulatorio, y d) concentran y diluyen la orina (la concentración y dilución urinaria se expondrá con de- talle en el capítulo 34). Ultraestructura del corpúsculo renal El primer escalón en la formación de la orina comienza con el movimiento pasivo de un ultrafiltrado del plas- ma desde los capilares glomerulares (glomérulo) ha- cia el espacio de Bowman. El término ultrafiltración se refiere al movimiento pasivo de líquido esencial- mente libre de proteínas desde los capilares glomeru- lares hasta el espacio de Bowman. Para comprender el proceso de ultrafiltración se debe conocer la anatomía del corpúsculo renal. El glomérulo consiste en una red de capilares que se originan en la arteria aferente y terminan en la arteria eferente (figs. 32-5 y 32-6). Du- rante el desarrollo embrionario, los capilares glomeru- lares presionan sobre la terminación cerrada del túbulo proximal formando la cápsula de Bowman del corpúscu- lo renal. Los capilares se recubren de células epiteliales denominadas podocitos, que forman la capa visceral de la cápsula de Bowman (figs. 32-7 a 32-9). Las células vis- cerales se dirigen hacia fuera en el polo vascular (donde las arteriolas aferentes y eferentes entran y salen de la cápsula de Bowman) para formar la capa parietal de la cápsula de Bowman. El espacio entre la capa visceral y la capa parietal es el espacio de Bowman que en el polo urinario (donde el túbulo proximal se une a la capsula de Bowman) del glomérulo se transforma en la luz del túbu- lo proximal. Las células endoteliales del capilar glomerular están cubiertas por una membrana basal que se halla rodeada de podocitos (figs. 32-5 y 32-7 a 32-9). El endotelio capilar, la membrana basal y los pies-procesos de los podocitos forman la llamada barrera de filtración (v. figs. 32-5 y 32-7 a 32-9). El endotelio está fenestrado (contiene poros de 700 Å, 1 Å = 10–10 m) y es libremente permeable al agua, a pequeños solutos (Na+, urea, glucosa) y a muchas proteí- AplicAción clínicA La enfermedad renal poliquística (pKD) es una enfer- medad genética que se presenta en una de cada 800 personas. Aproximadamente de 4 a 6 millones de perso- nas en todo el mundo padecen pKD (600.000 en Estados Unidos), que está causada principalmente por una muta- ción en pKD1 (85-90% de casos) y pKD2 (10-15% de ca- sos). El fenotipo principal de la pKD es un aumento del tamaño renal por la presencia de cientos a miles de quis- tes renales que pueden llegar a ser tan grandes como de 20 cm de diámetro. Los quistes también pueden aparecer en el hígado u otros órganos. La pKD provoca fallo renal, generalmente en la quinta década de la vida, y representa el 10% de los pacientes con fallo renal en estadio termi- nal. Aunque no está claro cómo las mutaciones en pKD1 y pKD2 producen pKD, la formación renal de quistes pue- de ser el resultado de un defecto en la captación de Ca++ que produce una alteración en las vías señalizadoras de- pendientes del Ca++ incluyendo las que controlanla proli- feración, diferenciación y apoptosis de las células renales. 32-555-577kpen.indd 561 24/2/09 10:37:02 http://booksmedicos.org 562 Berne y Levy. Fisiología MD AA AE EN G CME M P MB EN TP EB PP EP ef af af ef 50 µm MBG PP C * * A B LC ● Figura 32-5. Anatomía del corpúsculo renal y el aparato yuxtaglomerular. El aparato yuxtaglomerular se compone de la mácula densa (MD) de la rama ascendente gruesa, las células mesangiales extraglomerulares (CME) y las células granulares (G) productoras de renina y angiotensina-II de la arteriola aferen- te (AA). MB: membrana basal; EB: espacio de Bowman; AE: arte- riola eferente; EN: célula endotelial; pp: pies de los podocitos; M: células mesangiales entre capilares; p: cuerpo celular del po- docito (capa celular visceral); Ep: epitelio parietal; Tp: células del túbulo proximal. (Modificado de Kriz W, Kaissling B. En: Seldin DW, Giebisch G [eds]. The Kidney: physiology and pathophysiolo- gy, 2.ª ed. New York, Raven, 1992.) ● Figura 32-6. Exploración mediante microscopia electróni- ca de la arteriola interlobular, arteriola aferente (af), arteriola eferente (ef) y el glomérulo. Las barras blancas de las arteriolas aferente y eferente indican una anchura de entre 15 y 20 µm. (De Kimura K y cols. Am J physiol 259:F936, 1990.) ● Figura 32-7. A, Microscopia electrónica de un podocito que rodea a un capilar glomerular. El cuerpo celular del podoci- to contiene un gran núcleo con tres hendiduras. Los procesos celulares de los podocitos forman los procesos pediculados inter- digitantes (pp). Las flechas en el citoplasma del podocito indican un aparato de Golgi bien diferenciado, y los asteriscos indican el espacio de Bowman. C: luz capilar; MBG: membrana basal glo- merular. B, Microscopia electrónica de la barrera de filtración de un capilar glomerular. La barrera de filtración está compuesta de tres capas: el endotelio, la membrana basal y los procesos pediculados de los podocitos. Obsérvese el diafragma de las hen- diduras de filtración que puentea el suelo de las hendiduras de filtración (flechas). LC: luz capilar. (De Kriz W, Kaissling B. En: Seldin DW, Giebisch G [eds]. The Kidney: physiology and patho- physiology, 2.ª ed. New York, Raven, 1992.) 32-555-577kpen.indd 562 24/2/09 10:37:07 http://booksmedicos.org Capítulo 32 Elementos de la función renal 563 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . PP P P A B C C C C C C C C C PO EU MBGm MBGc M * * * * * * US ● Figura 32-8. A, Exploración mediante microscopia elec- trónica que muestra la superficie exterior de los capilares glo- merulares. Ésta es la vista que se debe observar desde el espacio de Bowman. Los procesos de los podocitos (pp) van desde el cuerpo celular (CC) hasta los capilares, donde finalmente se divi- den en los procesos pediculados. Las interdigitaciones de los procesos pediculados originan las hendiduras de filtración. B, Ex- ploración mediante microscopia electrónica de la superficie inter- na (lado hemático) de un capilar glomerular. Ésta es la vista que se debe observar desde la luz del capilar. Las fenestraciones de las células endoteliales son tan pequeñas como de 700 Å. (De Kriz W, Kaissling B. En: Seldin DW, Giebisch G [eds]. The Kidney: phy- siology and pathophysiology, 2.ªed. New York, Raven, 1992.) ● Figura 32-9. Microscopia electrónica del mesangio. El área entre los capilares glomerulares contiene células mesangia- les. C: capilar glomerular; MBGc: membrana basal glomerular capilar rodeada por los procesos pediculados de los podocitos (pO) y las células endoteliales; M: células mesangiales que origi- nan numerosos procesos, algunas marcadas por una estrella; MBGm: membrana basal glomerular mesangial rodeada por los procesos pediculados de los podocitos y las células mesangiales; EU: espacio urinario. Obsérvese la extensa matriz extracelular rodeada por células mesangiales (triángulos) (3 4.100) (De Kriz W, Kaissling B. En: Seldin DW, Giebisch G [eds]. The Kidney: phy- siology and pathophysiology, 2.ª ed. New York, Raven, 1992.) nas, pero no es permeable a hematíes, leucocitos o pla- quetas. Debido a que las células endoteliales expresan glucoproteínas cargadas negativamente en su superficie, retrasan la filtración de grandes proteínas aniónicas ha- cia el espacio de Bowman. Además de su papel como ba- rrera de filtración, las células endoteliales sintetizan una variedad de sustancias vasoactivas (óxido nítrico [NO], un vasodilatador, y endotelina [ET-1], un vasoconstric- tor) que son importantes en el control del flujo plasmáti- co renal (RPF). La membrana basal es una matriz porosa de proteí- nas con carga negativa, incluyendo colágeno de tipo IV, laminina, los proteoglucanos agrin y perlecan, y fibro- nectina, y constituye una importante barrera a las pro- 32-555-577kpen.indd 563 24/2/09 10:37:10 http://booksmedicos.org 564 Berne y Levy. Fisiología Podocalyxin NHERF-2 Ezrin F-actin MAGI-1 CD2-AP Podocina FAT MBG Synpo Nefrina V V P T Z NEPH-1 P-Cad Utrophin β-DG α-DG α-act-4 α3 β1 α β γ ● Figura 32-10. Anatomía de los procesos pediculados de los podocitos. Esta figura ilustra las proteínas que conforman el dia- fragma de hendidura entre dos procesos pediculados adyacentes. La nefrina y la NEpH-1 son proteínas que se extienden desde la membrana, que presentan largos dominios extracelulares que interactúan. La podocina también es una proteína que se extiende des- de la membrana, y organiza la nefrina y la NEpH-1 en microterritorios específicos en la membrana plasmática, lo que es importante a efectos de la señalización que determinan la integridad estructural de los procesos pediculados de los podocitos. Muchas de las pro- teínas que componen el diafragma de hendidura interaccionan con proteínas adaptadoras del interior de la célula, incluyendo CD2-Ap. Las proteínas de adaptación se unen a filamentos de actina (F-actin) del citoesqueleto, que, en suma, se unen directa o indirectamen- te a proteínas como α3β1 y MAGI-1, que interactúan con proteínas que se expresan en la membrana basal glomerular (MBG). α-act-4: α-actina 4; α3β1: α3β1 integrina; α-DG: α-dystroglycan; CD2-Ap: una proteína adaptadora que une nefrina y podocina a las proteínas intracelulares; FAT: una protocadherina que organiza la polimerización de actina; MAGI-1: una proteína guanilato cinasa asociada a la membrana; NHERF-2: el factor 2 regulador del intercambio Na+-H+; p: paxillin; p-Cad: p-cadherina; Synpo: sinaptopodina; T: talina; V: vinculina; Z: zona occludens. (Adaptado de Mundel p, Shankland SJ: J Am Soc Nephrol 13:3005, 2002.) teínas del plasma. La membrana basal presenta una fun- ción principal como filtro selectivo de carga en el cual la capacidad de las proteínas para atravesar el filtro se basa en la carga*. Los podocitos, que son endocíticos, poseen unas largas estructuras semejantes a digitaciones que ro- dean completamente la superficie externa de los ca- pilares (v. fig. 32-8). Las interdigitaciones de los po- docitos cubren la membrana basal y están separadas por unos aparentes hiatos denominados hendiduras de filtración. Estas hendiduras de filtración contie- nen un delgado diafragma con poros de 40 × 140 Å. Los diafragmas de las hendiduras de filtración, que parecen una estructura continua cuando se observan con el microscopio electrónico, están compuestos de numerosas proteínas, que incluyen nefrina (NPHS1), NEPH-1, podocina (NPHS2), α-actina 4 (ACTN4) y CD2-AP (figs. 32-10 y 32-11). La hendiduras de filtra- ción, cuya función principal es la de un filtro selecti- vo por tamaño, impide que las proteínas y las macro- moléculas atraviesen la membrana basal hacia el espacio de Bowman. Otro componente importante del corpúsculo renal es el mesangio, que está compuesto por células mesan- giales y matriz mesangial (v. fig. 32-9). Las células me- sangiales, que comparten muchas de laspropiedades de las células del músculo liso, rodean los capilares glo- * Debido a que la membrana basal y los diafragmas de filtración contienen glu- coproteínas cargadas negativamente, algunas proteínas del plasma se mantie- nen fuera (no se filtran al espacio de Bowman) por el tamaño y la carga. Para las moléculas con un radio molecular efectivo de entre 20 y 42 Å, las mo- léculas catiónicas se filtran con mayor rapidez que las moléculas aniónicas. AplicAción clínicA El síndrome nefrótico se produce por diversas alteracio- nes, y se caracteriza por una permeabilidad aumentada de los capilares glomerulares a las proteínas y por la pér- dida de la estructura normal de los podocitos, incluyendo el borramiento (adelgazamiento) de los pedicelos. La per- meabilidad aumentada a las proteínas condiciona un au- mento de la excreción urinaria de éstas (proteinuria). por ello, la aparición de proteínas en la orina puede indicar una enfermedad renal. A menudo, en los individuos con este síndrome se desarrolla hipoalbuminemia como resul- tado de la proteinuria. Además, se observa habitualmente un edema generalizado en los individuos con síndrome nefrótico. La causa de la proteinuria y de la enfermedad renal puede ser una mutación en los numerosos genes que codifican las proteínas del diafragma de la hendidura (v. fig. 32-10 y 32-11) incluyendo nefrina, NEPH-1, po- docina, CD2-AP y α-actina 4, o la desaparición de estos genes en ratas. por ejemplo, mutaciones en el gen de la nefrina (NpHS1) originan un diafragma de hendidura anormal o ausente, lo cual causa una proteinuria masiva y fallo renal (síndrome nefrótico congénito). Además, mu- taciones en el gen de la podocina (NpHS2) producen un síndrome nefrótico resistente a los esteroides autonómico recesivo. Estas mutaciones se producen de forma natural, y los estudios en ratones carentes de genes demuestran que nefrina, NEpH-1, podocina, CD2-Ap y α-actina 4 de- sempeñan un papel fundamental en la estructura y fun- ción de los podocitos. 32-555-577kpen.indd 564 24/2/09 10:37:13 http://booksmedicos.org Capítulo 32 Elementos de la función renal 565 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . FAT1 y FAT2 Actina α-Actinina 4 NEPH1 y NEPH2 Procesos pediculados P-cadherina CD2-AP ZO-1 Podocina Nefrina Membrana basal Cédula endotelial fenestrada ● Figura 32-11. Revisión de las principales proteínas que forman el diafragma de hendi- dura. Nefrinas (rojo) de procesos pediculados opuestos interdigi- tales en el centro del diagrama. En la hendidura, la nefrina in- teractúa con NEpH1 y NEpH2 (azul), FAT1 y FAT2 (verde) y p-cadherina. Los dominios intra- celulares de nefrina, NEpH1 y NEpH2 interactúan con la podo- cina y CD2-Ap, las cuales conec- tan este diafragma de hendidura con ZO-1, α-actinina 4 y actina. (Modificado de Tryggvason K y cols. N Engl J Med 354:1387, 2006.) merulares, dan soporte estructural a los capilares glomeru- lares, segregan la matriz celular, muestran actividad fa- gocítica eliminando macromoléculas del mesangio, y segregan prostaglandinas y citocinas proinflamatorias. Basándose en su capacidad de contracción y su locali- zación adyacente a los capilares, las células mesangia- les pueden influir en el GFR al regular el flujo sanguíneo a través de los capilares glomerulares o alterar el área de la superficie capilar. Las células mesangiales locali- zadas fuera del glomérulo (entre las arteriolas aferente y eferente) se denominan células mesangiales extra- glomerulares. Ultraestructura del aparato yuxtaglomerular El aparato yuxtaglomerular es un componente del im- portante mecanismo de retroalimentación que se descri- birá posteriormente en este capítulo, el mecanismo de retroalimentación tubuloglomerular. Las estructuras que componen el aparato yuxtaglomerular son las siguientes (v. fig. 32-5): AplicAción clínicA El síndrome de Alport se caracteriza por hematuria (san- gre en la orina) y glomerulonefritis progresiva (inflama- ción de los capilares glomerulares), y representa del 1 al 2% de todas las causas de ERCT. El síndrome de Alport se produce por un defecto en el colágeno de tipo IV (codifi- cado por el gen COL4A5), el componente principal de la membrana basal glomerular. Aproximadamente en el 85% de los pacientes con síndrome de Alport, la enfer- medad está unida al cromosoma X con una mutación del gen COL4A5. El restante 15% de pacientes también pre- sentan mutaciones en los genes del colágeno de tipo IV; se han identificado seis mutaciones, pero su modo de herencia es autosómico recesivo. En el síndrome de Alport la membrana basal glomerular se hace irregular en grosor, y fracasa como eficaz barrera de filtración de las células sanguíneas y las proteínas. 32-555-577kpen.indd 565 24/2/09 10:37:34 http://booksmedicos.org 566 Berne y Levy. Fisiología Px � FPR a Ux � V a Entrada Arteria renal Px � FPR a = Salida Vena renal + uréter (Px � FPR v ) + (Ux � V) a Px � FPR vv v ● Figura 32-12. Relación del equilibrio de masas para el riñón. Véase el texto para la definición de los símbolos. 1. La mácula densa del asa ascendente gruesa. 2. Las células mesangiales extraglomerulares. 3. Las células granulares productoras de renina y angio- tensina-II de la arteriola aferente. Las células de la mácula densa representan una región morfológicamente distinta del asa ascendente gruesa. Esta región pasa entre el ángulo formado por las arterio- las aferente y eferente de la misma nefrona. Las células de la mácula densa contactan con las células mesangia- les extraglomerulares y con las células granulares de las arteriolas aferentes. Las células glomerulares de las arte- riolas aferentes derivan de las células metanéfricas me- senquimales. Estas células contienen miofilamentos de músculo liso y, lo que es muy importante, fabrican, alma- cenan y segregan renina. La renina está implicada en la formación de la angiotensina-II y, finalmente, en la secre- ción de aldosterona (v. capítulo 34). El aparato yuxtaglo- merular es un componente del mecanismo de retroali- mentación tubuloglomerular que está implicado en la autorregulación de FPR y de GFR. Inervación renal Los nervios renales regulan FPR, GFR y la reabsorción de agua y sal por la nefrona. Los nervios proporcionan al riñón fibras nerviosas simpáticas que proceden del plexo celíaco. No hay inervación parasimpática. Las fibras adrenérgicas que inervan el riñón liberan noradrenalina y dopamina. Las fibras adrenérgicas discurren adyacen- tes a las células del músculo liso de las ramas mayores de la arteria renal (arterias interlobar, arcuata e interlo- bular) y las arteriolas aferentes y eferentes. Además, los nervios simpáticos inervan las células granulares pro- ductoras de renina de la arteriola aferente. La secreción de renina se estimula por el aumento de la actividad sim- pática. Las fibras nerviosas también inervan el túbulo proximal, el asa de Henle, el túbulo distal y el conducto colector; la activación de estos nervios aumenta la reab- sorción de Na+ por estos segmentos de la nefrona. EVALUACIÓN DE LA FUNCIÓN RENAL Las acciones coordinadas de los diferentes segmentos de la nefrona determina la cantidad de una sustancia que aparecerá en la orina. Se realizan tres procesos principa- les: a) filtración glomerular; b) reabsorción de sustancias desde el líquido tubular hacia la sangre, y c) (en algunos casos) secreción de sustancias desde la sangre al líquido tubular. El primer escalón en la formación de la orina por el riñón es la producción de un ultrafiltrado del plasma a través del glomérulo. El proceso de filtración y regula- ción de GFR y FPR se expondrá más adelante en este ca- pítulo. El concepto de aclaramiento renal, que es en teo- ría la base de la medición de GFR y FPR, se presenta en la siguiente sección. La reabsorción y la secreción se expli- carán en los capítulos siguientes. Aclaramiento renal El conceptode aclaramiento renal se basa en el princi- pio de Fick (equilibrio de las masas o conservación de las masas). La figura 32-12 ilustra los diferentes factores necesarios para describir la relación del equilibrio de masas en el riñón. La arteria renal es la única vía de en- trada al riñón, mientras que la vena renal y el uréter constituyen las dos vías de salida. La siguiente ecuación define la relación del equilibrio de masas: ● Ecuación 32-1 Pax × FPRa = (Pvx × FPRv) + (Ux × V ⋅ ) donde: Pax y Pvx son la concentración de la sustancia x en el plasma de la arteria renal y la vena renal, respectivamente, FPRa y FPRv son el ritmo del flujo plasmático renal en la arteria y la vena, respectivamente, Ux es la concentración de la sustancia x en la orina, V ⋅ es el ritmo del flujo urinario. La relación permite cuantificar la cantidad de sustan- cia x excretada en la orina frente a la cantidad que vuelve a la circulación sistémica en el flujo sanguíneo venoso. Por ello, para cualquier sustancia que ni se sintetiza ni se metaboliza, la cantidad que entra al riñón es igual a la cantidad que sale del riñón en la orina más la cantidad que sale del riñón por la sangre venosa renal. AplicAción clínicA Las células mesangiales están implicadas en el desarrollo de la enfermedad glomerular mediada por inmuno- complejos. puesto que la membrana basal glomerular no rodea completamente todos los capilares glomerulares (v. fig. 32-9), algunos complejos inmunitarios pueden en- trar en el área mesangial sin atravesar la membrana basal glomerular. La acumulación de inmunocomplejos induce la infiltración de células antiinflamatorias en el mesangio, y promueve la producción de citocinas proinflamatorias y autocoides por las células en el mesangio. Estas citocinas y autocoides aumentan la respuesta inflamatoria, lo cual puede originar cicatrices en las células y eventualmente obliterar el glomérulo. 32-555-577kpen.indd 566 24/2/09 10:37:37 http://booksmedicos.org Capítulo 32 Elementos de la función renal 567 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . PCr x GFR PCr x FPR Sin reabsorción ni secreción tubular de creatinina Cantidad filtrada PCr x GFR = PCr x FPR Cantidad excretada UCr x V . UCr x V . ● Figura 32-13. Manipulación renal de la creatinina. La crea- tinina se filtra libremente a través del glomérulo, y como primera aproximación, no se reabsorbe, segrega ni metaboliza en la nefrona. Obsérvese que no toda la creatinina que entra en el riñón por la ar- teria renal se filtra en el glomérulo (habitualmente, se filtra entre el 15 y el 20% de la creatinina plasmática). La porción que no se filtra retorna a la circulación sistémica por las venas renales. pCr: concen- tración de creatinina en plasma; FpR: flujo plasmático renal; UCr: concentración urinaria de creatinina; V: volumen urinario. El principio del aclaramiento renal llama la atención sobre la función excretora del riñón; sólo considera el ritmo al cual una sustancia se excreta en la orina, pero no el ritmo de retorno hacia la circulación sistémica por la vena renal. Por ello, en términos de equilibrio de ma- sas (ecuación 32-1), el ritmo de excreción de orina de la sustancia x (Ux × V) es proporcional a la concentración plasmática de la sustancia x (Pax): ● Ecuación 32-2 Pax ∞ Ux × V ⋅ Para igualar el ritmo de excreción urinaria de la sustan- cia x a su concentración en el plasma arterial, es necesario determinar el ritmo al cual se elimina del plasma por los riñones. El ritmo de eliminación es el aclaramiento (Cx). ● Ecuación 32-3 Pax × Cx = Ux × V ⋅ Si la ecuación 32-2 se ajusta y se asume que la concen- tración de la sustancia x en el plasma de la arteria renal es idéntica a la concentración de una muestra de plasma de cualquier vaso sanguíneo periférico, se obtiene la si- guiente relación: ● Ecuación 32-4 C U V P x x x a = ¥ ◊ El aclaramiento se expresa como volumen/tiempo, y representa el volumen de plasma que ha sido eliminado de una sustancia y que se excreta en la orina por unidad de tiempo. Este último punto se ilustra mejor considerando el siguiente ejemplo. Si una sustancia aparece en la orina con una concentración de 100 mg/ml y el ritmo de flujo urinario es de 1 ml/min, el ritmo de excreción de esta sus- tancia se calcula como se expresa a continuación: ● Ecuación 32-5 Ritmo de excreción = Ux × V ⋅ = 100 mg/ml × 1 ml/min = 100 mg/min Si esta sustancia presenta una concentración en plas- ma de 1 mg/ml, su aclaramiento de acuerdo con la ecua- ción 32-4 será: ● Ecuación 32-6 C U V P mg mg l mlx x x a = × = = . 100 1 100 / / / min m min En otras palabras, 100 ml de plasma se «limpiarán» completamente de la sustancia x cada minuto. La defini- ción de aclaramiento como el volumen de plasma del que se elimina toda la sustancia y que se excreta en la orina es algo confusa, ya que no es un volumen real de plasma sino más bien un volumen imaginario*. El con- cepto de aclaramiento es importante, ya que puede utili- zarse para medir GFR y FPR y determinar si una sustan- cia es reabsorbida o segregada a lo largo de la nefrona. * Para la mayoría de las sustancias del plasma aclaradas por los riñones, sólo una pequeña proporción es removida y excretada en un único paso a través del riñón. Relación de filtración glomerular La GFR es igual a la suma de las relaciones de filtración de todas las neuronas funcionantes. Por ello, es un indicador de la función renal. Una disminución de la GFR generalmen- te significa que la enfermedad renal está progresando, mientras que el incremento, en general, sugiere recupera- ción. Así, conocer la GFR de un paciente es esencial para evaluar la gravedad y la evolución de su enfermedad renal. La creatinina es el producto del metabolismo de la creatina del músculo esquelético, y puede utilizarse para la determinación de la GFR**. La creatinina se filtra libre- mente desde el glomérulo al espacio de Bowman, y como primera aproximación, no se reabsorbe, segrega ni meta- boliza por las células de la nefrona. Por ello, la cantidad de creatinina excretada en la orina por minuto es igual a la cantidad de creatinina filtrada en el glomérulo por mi- nuto (fig. 32-13): ● Ecuación 32-7 Cantidad filtrada = cantidad excretada GFR × PCr = UCr × V ⋅ donde: PCr = concentración de creatinina en plasma UCr= concentración de creatinina en orina V ⋅ = flujo de orina ** En condiciones experimentales, la GFR se mide normalmente con inulina, una molécula de polifructosa (MW = 5.000), Sin embargo, la inulina no se produce en el organismo y debe ser infundida. Por ello, no se utiliza en la mayoría de situaciones clínicas. 32-555-577kpen.indd 567 24/2/09 10:37:39 http://booksmedicos.org 568 Berne y Levy. Fisiología 6 5 4 3 2 1 0 0 40 6020 100 120 14080 C re at in in a pl as m át ic a (m g/ dl ) GFR (ml/min) ● Figura 32-14. Relación entre GFR y la [creatinina] en plasma (pCr). La cantidad de creatinina filtrada es igual a la cantidad de crea- tinina excretada; por ello, GFR × pCr = UCr × V. puesto que la produc- ción de creatinina es constante, la excreción debe ser constante para mantener el equilibrio. por ello, si GFR desciende de 120 a 60 ml por min, pCr debe incrementarse de 1 a 2 mg/dl para mante- ner la filtración de creatinina y su excreción igual a su ritmo de producción. Si la ecuación 32-7 se resuelve para GFR: ● Ecuación 32-8 GFR U V P Cr Cr = ¥ ◊ Esta ecuación tiene la misma forma que la del aclaramien- to (Ecuación 32-4). Por ello, el aclaramiento de creatinina proporciona el modo de determinar la GFR. El aclaramiento se expresa en unidades de volumen/tiempo, y representa el volumen de plasma del que se ha eliminado una sustancia y se ha excretado en la orina en la unidad de tiempo. La creatinina no es la única sustancia que se puede utilizar para la determinación de la GFR. Cualquier sus- tancia que reúnalos siguientes criterios puede servir como un marcador adecuado para medir la GFR. La sus- tancia debe: 1. Filtrarse con libertad a través del glomérulo hacia el espacio de Bowman. 2. No ser reabsorbida ni secretada por la nefrona. 3. No ser metabolizada ni sintetizada por el riñón. 4. No alterar la GFR. No toda la creatinina (u otras sustancias utilizadas para medir la GFR) que entra en el riñón en la arteria re- nal se filtra en el glomérulo. Por otra parte, no todo el plasma que penetra en el riñón se filtra. Aunque casi todo el plasma que entra al riñón por la arteria renal pasa a través del glomérulo, aproximadamente el 10% no lo hace. La parte del plasma filtrado se denomina frac- ción de filtración y se determina como: ● Ecuación 32-9 Fracción de filtración GFR FPR = En condiciones normales, la fracción de filtración me- dia es de 0,15 a 0,20, lo que significa que, en realidad, sólo del 15 al 20% del plasma que penetra en el gloméru- lo es filtrado. El 80 al 85% restante continúa a través de los capilares glomerulares hacia la arteriola eferente y los ca- pilares peritubulares. Finalmente, retorna a la circula- ción sistémica por la vena renal. FILTRACIÓN GLOMERULAR El primer escalón en la formación de la orina es la ultrafil- tración del plasma por el glomérulo. En los adultos sanos, la GFR varía entre 90 y 140 ml/min en los hombres, y entre 80 y 125 ml/min en las mujeres. Por ello, en 24 horas se filtran por el glomérulo unos 180 l de plasma. El ultrafiltra- do del plasma carece de elementos celulares (hematíes, leucocitos y plaquetas) y esencialmente está libre de pro- AplicAción clínicA En la práctica clínica se utiliza creatinina para determinar la GFR. Se sintetiza a un ritmo relativamente constante, y la cantidad producida es proporcional a la masa muscular. Sin embargo, la creatinina no es una sustancia perfecta para medir la GFR porque se segrega en una pequeña cantidad por el sistema secretor de cationes orgánicos en el túbulo proximal (v. capítulo 33). El error que se introdu- ce por este componente secretor es, aproximadamente, del 10%. por ello, la cantidad de creatinina excretada en la orina supera en un 10% a la cantidad que se espera por filtración. Sin embargo, el método utilizado para medir la concentración plasmática de creatinina (pCr) sobrestima el valor real en un 10%. por ello, los dos errores se contra- rrestan y, en la mayoría de circunstancias clínicas, el acla- ramiento de creatinina da una medida razonablemente segura de GFR. AplicAción clínicA Un descenso en la GFR puede ser el primer y único signo de enfermedad renal. Así, es importante determinar la GFR cuando se sospecha enfermedad renal. Una reducción del 50% de las neuronas funcionantes reduce la GFR solamen- te alrededor del 25%. No se produce una reducción en el 50% de la GFR porque el resto de las neuronas compen- san. Como la medición de GFR es molesta, la función renal se evalúa, habitualmente en la clínica, por la medición de pCr, que se relaciona de forma inversa con GFR (fig. 32-14). Sin embargo, como muestra la figura 32-14, la GFR debe reducirse de forma importante antes de que se pueda de- tectar un aumento en la pCr en una situación clínica. por ejemplo, una reducción en la GFR de 120 a 100 ml/min va acompañada de un incremento de la pCr de 1,0 a 1,2 mg/dl. No parece un cambio significativamente importante en la pCr, pero la GFR en realidad descendió casi el 20%. 32-555-577kpen.indd 568 24/2/09 10:37:40 http://booksmedicos.org Capítulo 32 Elementos de la función renal 569 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . 1,0 0,8 0,6 0,4 0,2 0 18 26 3022 38 42 4634 F ilt ra bi lid ad r el at iv a Radio molecular efectivo (Å) Dextrano policatiónico Dextrano neutro Dextrano polianiónico 1,0 0,8 0,6 0,4 0,2 0 18 26 3022 38 42 4634 F ilt ra bi lid ad r el at iv a Radio molecular efectivo (Å) Pérdida de las cargas negativas en la barrera de filtración Normal ● Figura 32-15. Influencia del tamaño y la carga eléctrica de los dextranos en su filtrabilidad. Un valor de 1 indica que es libremente filtrado, mientras que un valor de 0 indica que no es filtrable. La filtrabilidad de los dextranos con tamaño de 20 a 42 Å depende de su carga. Los dextranos con un tamaño superior a 42 Å no se filtran, con independencia de su carga, y los dextranos policatiónicos y los dextranos neutros de menos de 20 Å se filtran libremente. Las principales proteínas plasmáticas son la albúmina y las inmunoglobulinas. Debido a que el radio molecular efectivo de la IgG (53 Å) y la IgM (> 100 Å) son mayores de 42 Å, no son filtrables. Aunque el radio molecular efectivo de la albúmina es de 35 Å, es una proteína polianiónica, por lo que no atraviesa la barrera de filtración en un grado significativo. ● Figura 32-16. La reducción de las cargas negativas en la pared glomerular resulta en la filtración de proteínas según su tamaño, exclusivamente. En esta situación, la filtrabilidad relativa de las proteínas depende sólo del radio molecular. por ello, la excreción de las proteínas polianiónicas (20 a 42 Å) en la orina aumenta, ya que se filtran más proteínas de este tamaño. teínas. La concentración de sales y moléculas orgánicas, como glucosa y aminoácidos, es similar en el plasma y en el ultrafiltrado. Las fuerzas de Starling dirigen el ultrafiltra- do a través de los capilares glomerulares, y los cambios en estas fuerzas alteran la GFR. GFR y FPR habitualmente se mantienen en un estrecho intervalo por un fenómeno denominado autorregulación. Las siguientes secciones de este capítulo revisan la composición del filtrado glomeru- lar, la dinámica de su formación y las relaciones entre FPR y GFR. Además, se exponen los factores que contribuyen a la autorregulación y la regulación de GFR y FPR. Determinantes de la composición del ultrafiltrado La barrera de filtración glomerular determina la compo- sición del ultrafiltrado del plasma. Se limita la filtración de moléculas basándose en el tamaño y la carga eléctrica (fig. 32-15). En general, las moléculas neutras con un ra- dio inferior a 20 Å se filtran libremente, las moléculas mayores de 42 Å no se filtran, y moléculas entre 20 y 42 Å se filtran en grados variables. Por ejemplo, la albúmina sérica, una proteína aniónica con un radio molecular efectivo de 35,5 Å, se filtra muy poco. Debido a que la al- búmina filtrada se reabsorbe ávidamente en el túbulo proximal, casi no existe albúmina en la orina. La figura 32-15 muestra cómo los cambios eléctricos afectan a la filtración de macromoléculas (p. ej., dextranos) por el glomérulo. Los dextranos son una familia de polisa- cáridos exógenos fabricados con varios pesos moleculares. Pueden ser eléctricamente neutros o tener carga negativa (polianiones) o carga positiva (policationes). A medida que aumenta el tamaño (p. ej., el radio molecular efectivo) de una molécula de dextrano, la relación de su filtración va disminuyendo. Para un radio molecular concreto, las molé- culas aniónicas se filtran más rápidamente que las molécu- las aniónicas. La reducida relación de filtración para las moléculas aniónicas se explica por la presencia de gluco- proteínas cargadas negativamente en la superficie de todos los componentes de la barrera de filtración glomerular. Es- tas glucoproteínas cargadas repelen las moléculas de carga similar. Como la mayoría de las proteínas del plasma están cargadas negativamente, la carga negativa de la barrera de filtración restringe la filtración de las proteínas que tienen un radio molecular de entre 20 y 42 Å o mayor. Dinámica de la ultrafiltración Las fuerzas responsables de la filtración glomerular del plasma son las mismas que actúan en todos los lechos ca- pilares. La ultrafiltración se produce por las fuerzas de Star- ling (presiones hidrostática y oncótica) que mueven los lí- AplicAción clínicA La importancia de la carganegativa en la barrera de filtra- ción restringiendo la filtración de proteínas del plasma se muestra en la figura 32-16. La eliminación de las cargas negativas de la barrera de filtración causa que las proteí- nas sean filtradas solamente por su radio molecular efec- tivo. por ello, con cualquier radio molecular de entre 20 y 42 Å aproximadamente la filtración de proteínas polianió- nicas excederá a la filtración en un estado normal (en el cual la barrera de filtración tiene cargas aniónicas). En di- versas enfermedades glomerulares, las cargas negativas de la barrera de filtración se reducen por la lesión inmu- nológica y la inflamación. Como consecuencia, la filtra- ción de proteínas aumenta y las proteínas aparecen en la orina (proteinuria). 32-555-577kpen.indd 569 24/2/09 10:37:42 http://booksmedicos.org 570 Berne y Levy. Fisiología Arteriola aferente PGC PGC πBS PBS πGC PUF PBS πGC Arteriola eferente 60 mmHg 0 mmHg –15 mmHg –28 mmHg 17 mmHg 58 mmHg 0 mmHg –15 mmHg –35 mmHg 8 mmHg Terminal aferente Terminal eferente ● Figura 32-17. Capilar glomerular idealizado, y fuerzas de Starling a través de él. El coeficiente de reflexión de proteínas (σ) a través del capilar glomerular es 1. pBS: presión hidrostática en el espacio de Bowman; pCG: presión hidrostática en el capilar glo- merular; pUF: presión neta de ultrafiltración; πBS: presión oncótica en el espacio de Bowman; πCG: presión oncótica en el capilar glomerular. Los signos negativos de pBS y πCG indican que estas fuerzas se oponen a la formación del filtrado glomerular. quidos desde la luz capilar a través de la barrera de filtración hacia el espacio de Bowman (fig. 32-17). La pre- sión hidrostática en el capilar glomerular (PGC) promueve el movimiento de líquidos desde el capilar glomerular hacia el espacio de Bowman. Basándose en que el coeficiente de reflexión (σ) de las proteínas a través del capilar glomeru- lar es prácticamente 1, el ultrafiltrado glomerular está libre de proteínas y la presión oncótica en el espacio de Bowman (πBS) es prácticamente cero. Por tanto, PGC es la única fuerza que favorece la filtración. La presión hidrostática en el es- pacio de Bowman (PBS) y la presión oncótica en el capilar glomerular (πGC) se oponen a la filtración. Como muestra la figura 32-17, existe una presión neta de ultrafiltración (PUF) de 17 mmHg en el extremo aferente del glomérulo, mientras que en el extremo eferente es de 8 mmHg (donde PUF = PGC – PBS – πGC). Son importantes dos aspectos adicionales de las fuerzas de Starling en el cam- bio de presión. Primero, la PGC disminuye suavemente a lo largo del capilar por la resistencia al flujo a lo largo del mismo. Segundo, la πGC aumenta a lo largo del capilar glo- merular. Dado que el agua se filtra y las proteínas son rete- nidas en el capilar glomerular, la concentración de proteí- nas en el capilar se incrementa, y aumenta la πGC. La GFR es proporcional a la suma de las fuerzas de Starling que existen a través del capilar [(PGC – PBS) – σ (πGC – πBS)] multiplicadas por el coeficiente de ultrafiltra- ción (Kf). Esto es, ● Ecuación 32-10 GFR = Kf [(PGC - PBS) - σ (πGC - πBS)] Kf es el producto de la permeabilidad intrínseca del capilar glomerular por el área de la superficie glomerular disponible para la filtración. La relación de filtración glomerular es considerablemente mayor en el capilar glo- merular que en los capilares sistémicos, principalmente porque Kf es aproximadamente 100 veces mayor en los capilares glomerulares. Además, la PGC es aproximada- mente el doble de la presión hidrostática de los capilares sistémicos. La GFR se puede alterar cambiando Kf o por cambios en cualquiera de las fuerzas de Starling. En los sujetos sanos, la GFR se regula por alteraciones en la PGC que están mediados por cambios en la resistencia de la arte- riola aferente o eferente. La PGC se afecta por tres causas: 1. Cambios en la resistencia de la arteriola aferente: un descenso en la resistencia produce un aumento en PGC y GFR, mientras que un incremento en las resistencias los reduce. 2. Cambios en la resistencia de la arteriola eferente: una disminución en las resistencias reduce PGC y GFR, mien- tras que un aumento en las resistencias los eleva. 3. Cambios en la presión arteriolar: un aumento en la presión sanguínea aumenta de forma transitoria PGC, AplicAción clínicA Una reducción de GFR en situación de enfermedad se debe con mayor frecuencia a una reducción de Kf por la pérdida del área de superficie de filtración. La GFR tam- bién se modifica en condiciones patológicas por cambios en pGC, pBS y πGC. 1. Cambios en Kf: aumentos en Kf aumentan GFR, mien- tras que descensos del Kf reducen GFR. Algunas enfer- medades renales reducen Kf disminuyendo el número de glomérulos filtrantes (disminuyendo la superficie del área). Algunos fármacos y hormonas que dilatan las arteriolas glomerulares también aumentan Kf. De for- ma similar, los fármacos y hormonas que constriñen las arteriolas glomerulares también disminuyen Kf. 2. Cambios en pGC: cuando disminuye la perfusión renal, la GFR disminuye porque cae pGC. Como se ha comentado anteriormente, una reducción en pGC se produce por una disminución en la presión de la arteria renal, un aumen- to de la resistencia de la arteriola aferente o una dismi- nución de la resistencia en la arteriola eferente. 3. Cambios en πGC: existe una relación inversa entre πGC y GFR. Las alteraciones en πGC se producen por cambios en la síntesis de proteínas fuera del riñón. Además, la pérdida de proteínas por el riñón que se producen en algunas enfermedades puede causar una disminución en la concentración de proteínas en el plasma y, por ello, en πGC. 4. Cambios en pBS: una pBS aumentada reduce GFR, mien- tras que una pBS disminuida aumenta GFR. La obstruc- ción aguda del tracto urinario (p. ej., un cálculo renal que obstruye el uréter) aumenta pBS. 32-555-577kpen.indd 570 24/2/09 10:37:44 http://booksmedicos.org Capítulo 32 Elementos de la función renal 571 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . 0 100 15050 200 V el oc id ad d e flu jo ( m l/m in ) Presión sanguínea arterial (mmHg) GFR FSR ↑ GFR1 ↑ NaCl concentración de NaCl en el líquido tubular en el asa de Henle 2 Señal generada por la mácula densa de AY 3 ↑ R A4 ● Figura 32-18. Relación entre presión sanguínea arterial y FSR, y entre presión sanguínea arterial y GFR. La autorregulación mantiene GFR y FSR relativamente constantes con cambios en la presión sanguínea de 90 a 180 mmHg. ● Figura 32-19. Retroalimentación tubuloglomerular. Un aumento de GFR (1) aumenta la [NaCl] en el líquido tubular del asa de Henle (2). El aumento de la [NaCl] es detectado por la mácula densa y transformado en señal (3) para aumentar la resis- tencia de la arteriola aferente (RA) (4), la cual disminuye GFR. (Modificado de Cogan MG: Fluid and Electrolytes: physiology and pathophysiology. Morwalk, CT, Appleton & Lange, 1991.) (con incremento de GFR), mientras que una reducción en la presión sanguínea transitoriamente disminuirá PGC (con descenso de GFR). FLUJO SANGUÍNEO RENAL El flujo de sangre a través de los riñones tiene diver- sas funciones importantes, incluyendo las siguientes: 1. Determina indirectamente la GFR. 2. Modifica la relación de reabsorción de agua y solutos por el túbulo proximal. 3. Participa de la concentración y la dilución de la orina. 4. Aporta O2, nutrientes y hormonas a las células de la nefrona, y recoge, CO2, líquidos y solutos reabsorbi- dos a la circulación general. 5. Aporta sustratos para su excreción en la orina. El flujo de sangre a través de cualquier órgano puede representarse por la siguiente ecuación: ● Ecuación 32-11 Q P R = D donde: Q = flujo de sangre ΔP = presión arterial media, menos presión venosa para ese órgano R = resistencia al paso de la sangre a través de eseórgano De acuerdo a ello, la FSR es igual a la diferencia de presión entre la arteria renal y la vena renal, dividida por la resistencia vascular renal: ● Ecuación 32-12 FSR presión aórtica = -presión en vena renal resistencia vascular renal Las arteriolas aferentes, eferentes e interlobulares re- nales son los mayores vasos de resistencia en los riño- nes y, por ello, determinan la resistencia vascular renal. Como la mayoría de órganos, los riñones regulan su flujo sanguíneo ajustando la resistencia vascular como res- puesta a los cambios en la presión arterial. Como se muestra en la figura 32-18, estos ajustes son tan precisos que el flujo sanguíneo permanece relativamente constan- te aunque cambie la presión sanguínea arterial entre 90 y 180 mmHg. La GFR se regula también en el mismo inter- valo de la presión arterial. El fenómeno por el cual FSR y GFR se mantienen relativamente constantes, denomina- do autorregulación, se consigue por los cambios en la resistencia vascular, principalmente por la arteriola afe- rente del riñón. Puesto que tanto GFR como FSR se regu- lan por el mismo nivel de presiones, y a la vista de que FSR es un determinante importante de GFR, no sorpren- de que los mismos mecanismos regulen ambos flujos. En la autorregulación de FSR y GFR son importantes dos mecanismos: un mecanismo que responda a los cam- bios en la presión arterial, y otro que responda a los cambios en la [ClNa] en el líquido tubular. Ambos regu- lan el tono de la arteriola aferente. El mecanismo sensi- ble a la presión, el así llamado mecanismo miogénico, se relaciona con una propiedad intrínseca del músculo liso vascular: la tendencia a la contracción cuando se distien- de. Por ello, cuando la presión arterial aumenta y la arte- riola renal aferente se tensa, el músculo liso se contrae. El aumento en la resistencia de la arteriola compensa el aumento de presión, y por ello FSR y GFR se mantienen constantes (es decir, FSR es constante si Δ P/R se mantie- ne constante [ecuación 32-11]). 32-555-577kpen.indd 571 24/2/09 10:37:46 http://booksmedicos.org 572 Berne y Levy. Fisiología Liberación de renina ↓ Ca++ Na+ Ca++ K+ Na� K� 2Cl– ATP ATP ATP ADP ADO A1 P2X Líquido tubular Mácula densa Célula mesangial extracelular Células granulares y MLV Arteriola aferente Vasoconstricción ● Figura 32-20. Mecanismo celular por el que un aumento en la llegada de NaCl a la mácula densa origina una vasoconstricción de la arteriola aferente de la misma nefrona (retroalimentación tubuloglomerular). Un incremento de GFR aumenta la [NaCl] en el lí- quido tubular de la mácula densa. Esto incrementa la captación de NaCl a través de la membrana celular apical de las células de la mácula densa a través del simporter 1Na+-1K+-2Cl– (NKCC2), que produce un aumento de la [ATp] y la [adenosina] (ADO). El ATp se une a los receptores p2X, y la adenosina se une a los receptores A1 adenosina en la membrana plasmática de las células del músculo liso que rodean la arteriola aferente, donde ambos aumentan la [Ca++] intracelular. El aumento de la [Ca++] induce vasoconstricción de la arteriola aferente, lo cual retorna GFR a los niveles normales. Obsérvese que el ATp y la adenosina también inhiben la liberación de renina por las células granulares en la arteriola aferente. Esto también conduce a un aumento de la [Ca++] intracelular como un reflejo del acoplamiento eléctrico de las células granulares y las células del músculo liso vascular (VSM). Cuando GFR se reduce, la [NaCl] cae en el líquido tubular, así como la captación de NaCl en las células de la mácula densa. Esto reduce la liberación de ATp y adenosi- na, con el consiguiente descenso en la [Ca++] intracelular y, por ello, aumenta GFR y se estimula la liberación de renina por las células granulares. Además, un descenso de la entrada de NaCl en las células de la mácula densa aumenta la producción de pGE2, la cual también estimula la secreción de renina por las células granulares. Como se expuso con detalle en los capítulos 4 y 6, la renina aumen- ta la [angiotensina-II] en plasma, una hormona que aumenta la retención de NaCl y agua en el riñón. (Modificado de persson AEG y cols. Acta physiol Scand 181:471, 2004.) El segundo mecanismo responsable de la autorregula- ción de GFR y FSR es un mecanismo dependiente de la [NaCl] conocido como retroalimentación tubuloglo- merular (fig. 32-19). Este mecanismo implica una re- troalimentación del asa en la cual la concentración de NaCl en el líquido tubular es detectada por la mácula densa del aparato yuxtaglomerular (fig. 32-20; v. tam- bién fig. 32-5) y convertida en una o varias señales que afectan a la resistencia de la arteriola aferente y, por ello, a la GFR. Cuando la GFR aumenta y se produce un incre- mento de NaCl en el fluido tubular de la mácula densa, más NaCl entra en las células de la mácula densa. Se pro- duce un aumento en la formación y liberación de ATP y adenosina, un metabolito del ATP, en las células de la má- cula densa, que causa vasoconstricción de la arteriola aferente. La vasoconstricción de la arteriola aferente hace que la GFR vuelva a los niveles de normalidad. Al contrario, cuando GFR y [NaCl] en el líquido tubular dis- minuyen menos [NaCl] entra en las células de la mácula densa, y la producción y la liberación de ATP y adenosi- na disminuyen. La disminución en la [ATP] y la [adenosi- na] causan vasodilatación de la arteriola aferente, que devuelve GFR a la normalidad. El NO, un vasodilatador producido en la mácula densa, atenúa la retroalimenta- ción tubuloglomerular, mientras que la angiotensina II aumenta la retroalimentación tubuloglomerular. Por ello, la mácula densa puede liberar tanto vasoconstrictores (ATP, adenosina) como vasodilatadores (NO) con accio- nes contrapuestas a nivel de la arteriola aferente. La producción y liberación de vasoconstrictores y vasodila- tadores asegura un delicado control sobre la retroali- mentación tubuloglomerular. La figura 32-20 también ilustra el papel de la mácula densa en el control de la secreción de renina por las cé- lulas granulares de la arteriola aferente. Este aspecto de la función del aparato yuxtaglomerular se considerará con detalle en el capítulo 34. Basándose en que los animales participan en muchas actividades que pueden cambiar la presión arterial, los me- canismos que mantienen GFR y FSR relativamente constan- tes a pesar de los cambios en la presión arterial son muy deseables. Si GFR o FSR de forma súbita aumentaran o des- cendieran en proporción a los cambios en la presión san- guínea, la excreción urinaria de fluidos y solutos también cambiaría repentinamente. Estos cambios en la excreción de agua y solutos sin cambios comparables en la ingesta cambiarían el equilibrio electrolítico y de líquidos (por ra- zones que se expondrán en el capítulo 34). La autorregula- 32-555-577kpen.indd 572 24/2/09 10:37:48 http://booksmedicos.org Capítulo 32 Elementos de la función renal 573 © E LS E V IE R . Fo to co p ia r si n au to riz ac ió n es u n d el ito . ● Tabla 32-1. Principales hormonas que influyen en la relación de la filtración glomerular y el flujo sanguíneo renal Estímulo Efecto sobre GFR Efecto sobre FSR Vasoconstrictores Nervios simpáticos ↓ VEC ↓ ↓ Angiotensina-II ↓ VEC ↓ ↓ Endotelina ↑ Estiramiento, A-II, bradiquinina, adrenalina; ↓ VEC ↓ ↓ Vasodilatadores Prostaglandinas (PGE1, PGE2, PGI2) ↓ VEC; ↑ fuerza de cizalladura, A-II Sin cambios/↑ ↑ Óxido nítrico (NO) ↑ Fuerza de cizalladura, acetilcolina, histamina, bradicinina, ATP ↑ ↑ Bradicinina ↑ Prostaglandinas, ↓ ECA ↑ ↑ Péptidos natriuréticos (ANP, BNP) ↑ VEC ↑ Sin cambios A-II: angiotensina-II; VEC: volumen extracelular. A NIVEL CELULAR La retroalimentación tubuloglomerular no existe en los ratones que carecen del receptor de adenosina (A1). Esto subraya la importancia de la señalización de la adenosina en este mecanismo. Los estudios muestran que cuando GFR aumentay causa un aumento en la concentración de NaCl en el líquido tubular en la mácula densa, entra más NaCl en las células a través de transporte 1Na+-1K+-2Cl– (NKCC2) localizado en la membrana plasmática apical (fi- gura 32-20). El aumento de la [NaCl] estimula la liberación de ATp por una vía de canales iónicos que conducen ATp en la membrana basolateral de la mácula densa. Además, también aumenta la producción de adenosina. La adenosi- na se une al receptor A1 y el ATp se une a los receptores p2X localizados en la membrana plasmática de las células musculares lisas de la arteriola aferente. Ambas hormo- nas aumentan la [Ca++], lo que produce vasoconstricción de la arteriola aferente y, por ello, GFR desciende. Aunque la adenosina es un vasodilatador en la mayoría de los le- chos vasculares, en el riñón constriñe la arteriola aferente. ción de GFR y FSR es un mecanismo eficaz para desacoplar la función renal y la presión arterial y asegurar que la excre- ción de solutos y líquidos permanece constante. Se deben tener en cuenta tres aspectos con respecto a la autorregulación: 1. La autorregulación está ausente si la presión arterial es inferior a 90 mmHg. 2. La autorregulación no es perfecta; FSR y GFR cambian ligeramente a medida que varía la presión sanguínea. 3. A pesar de la autorregulación, GFR y FSR pueden alte- rarse por la acción de ciertas hormonas y por cam- bios en la actividad de los nervios simpáticos. REGULACIÓN DEL FLUJO SANGUÍNEO RENAL Y DE LA RELACIÓN DE FILTRACIÓN GLOMERULAR Diversos factores y hormonas influyen en la GFR y la FSR (tabla 32-1). Como se ha indicado anteriormente, el mecanismo biogénico y la retroalimentación tubuloglo- merular desempeñan una función principal en mantener constante GFR y FSR. Además, los nervios simpáticos, angiotensina-II, prostaglandinas, NO, endotelina, bradici- nina, ATP y adenosina ejercen un control fundamental en GFR y FSR. La figura 32-21 muestra cómo los cambios en la resistencia de las arteriolas aferentes y eferentes, mediados por los cambios en las hormonas relacionadas en la tabla 32-1, modulan GFR y FSR. Nervios simpáticos Las arteriolas aferentes y eferentes están inervadas por neuronas simpáticas: sin embargo, el tono simpático es mínimo cuando el volumen de líquido extracelular es normal (v. capítulo 34). Los nervios simpáticos liberan noradrenalina y dopamina, y la adrenalina circulante (una catecolamina como la noradrenalina y la dopamina) se segrega por la médula adrenal. La noradrenalina y la adrenalina causan vasoconstricción al unirse a los adre- noceptores α1, que se localizan principalmente en las arteriolas aferentes. La activación de los adrenocepto- res α1 reduce GFR y FSR. La deshidratación o un fuerte estímulo emocional, como el miedo o el dolor, activan los nervios simpáticos y reducen GFR y FSR. La renalasa, una hormona que metaboliza las cateco- laminas producidas por el riñón, facilita la degradación de las catecolaminas. Angiotensina-II La angiotensina-II se produce sistémicamente y local- mente en el riñón. Constriñe las arteriolas aferentes y AplicAción clínicA Las personas con estenosis de arteria renal (estrecha- miento de la luz de la arteria) producidas por arterioscle- rosis, por ejemplo, pueden tener una presión sanguínea sistémica elevada mediada por la estimulación del sistema renina-angiotensina (v. capítulo 34). La presión en la arte- ria renal proximal a la estenosis está aumentada, pero la presión distal a la estenosis es normal o está reducida. La autorregulación es importante para mantener FSR, pGC y GFR en presencia de una estenosis. La administración de fármacos que reducen la presión sanguínea sistémica también reduce la presión distal a la estenosis; por ello FSR, pGC y GFR descienden. 32-555-577kpen.indd 573 24/2/09 10:37:49 http://booksmedicos.org 574 Berne y Levy. Fisiología Arteriola aferente Arteriola eferente Glomérulo PCG GFRA B C D FSR GFR PCG FSR PCG GFR FSR PCG GFR FSR ● Figura 32-21. Relación entre los cambios selectivos en la resistencia de las arteriolas aferentes y eferentes en FSR y GFR. La constricción de la arteriola aferente o eferente aumenta las resistencias y, según la ecuación 32-11 (Q = Δp/R), un aumento en la resistencia (R) disminuye el flujo (Q) (FSR). La dilatación de la arteriola aferente o eferente aumenta el flujo (FSR). La constric- ción de la arteriola aferente (A) disminuye pCG, una presión arte- rial inferior se transmite al glomérulo, por ello GFR se reduce. En contraste, la constricción de la arteriola eferente (B) aumenta pCG y por ello aumenta GFR. La dilatación de la arteriola eferente (C) disminuye pCG y, por ello, disminuye GFR. La dilatación de la arte- riola aferente (D) aumenta pCG, se transmite mayor presión ar- terial al glomérulo y, por ello, se aumenta GFR. (Modificado de Rose BD, Rennke KG; Renal pathophysiology. The Essentials. Bal- timore, Williams & Wilkins, 1994.) eferentes* y reduce FSR y GFR. La figura 32-22 muestra cómo la noradrenalina, la adrenalina y la angiotensina- II actúan juntas para reducir FSR y GFR, y por ello au- mentan la presión sanguínea y el volumen del líquido extracelular, como ocurre, por ejemplo, con una he- morragia. * La arteriola eferente es más sensible a la angiotensina-II que la arteriola aferen- te. Por ello, con bajas concentraciones de angiotensina-II, predomina la cons- tricción de la arteriola eferente, y GFR y FSR se reducen en proporción. Sin embargo, con altas concentraciones de angiotensina-II, se produce una cons- tricción tanto de la arteriola aferente como de la arteriola eferente, y GFR y FSR no se reducen de forma proporcionada (fig. 32-20). Prostaglandinas Las prostaglandinas no desempeñan un papel princi- pal en la regulación de FSR en las personas sanas en reposo. Sin embargo, en circunstancias patológicas, como una hemorragia, se producen prostaglandinas (PGI2, PGE1 y PGE2) localmente a nivel renal que aumentan el FSR sin modificaciones en GFR. Las pros- taglandinas aumentan FSR amortiguando el efecto va- soconstrictor de los nervios simpáticos y de la angio- tensina-II. Este efecto es importante, porque previene una intensa y potencialmente peligrosa vasoconstric- ción e isquemia renal. La síntesis de prostaglandinas se estimula por la deshidratación y el estrés (cirugía, anestesia), angiotensina-II y nervios simpáticos. Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como la aspirina y el ibuprofeno, inhiben la síntesis de pros- taglandinas, disminuyen FSR y aumentan la isquemia renal. Las prostaglandinas desempeñan un papel de importancia creciente en el mantenimiento de FSR y GFR en los sujetos de edad avanzada. Por ello, los AINE pueden reducir de forma significativa FSR y GFR en los ancianos. Óxido nítrico El NO, un factor relajante derivado del endotelio, es un vasodilatador importante en condiciones basales, y se opone a la vasoconstricción producida por la angio- tensina-II y las catecolaminas. Cuando el flujo sanguí- neo aumenta, mayores fuerzas de cizalladura actúan en las células endoteliales de las arteriolas y aumenta la producción de NO. Además, numerosas hormonas vasoactivas, que incluyen acetilcolina, histamina, bra- dicinina y ATP, facilitan la liberación de NO desde las células endoteliales. Una producción aumentada de NO produce la dilatación de las arteriolas aferentes y eferentes de los riñones. Mientras que unos niveles au- mentados de NO reducen las resistencias periféricas totales, la inhibición de la producción de NO aumenta las resistencias periféricas totales. AplicAción clínicA La hemorragia reduce la presión sanguínea arterial y, por ello, activa los nervios simpáticos del riñón a través del reflejo barorreceptor (fig. 32-22). La noradrenalina produce una intensa vasoconstricción de las arteriolas aferentes y eferentes y, en consecuencia, disminuye FSR y GFR. El aumento de la actividad simpática también incrementa la liberación
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