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La glándula suprarrenal

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La glándula suprarrenal
En los adultos, las glándulas suprarrenales se origi-nan como estructuras endocrinas bastante com-plejas que producen dos clases distintas de hor-
monas desde un punto de vista estructural: esteroides 
y catecolaminas. La hormona adrenalina, del grupo de 
las catecolaminas, actúa como una respuesta rápida 
ante situaciones de estrés, como la hipoglucemia y el 
ejercicio, regulando múltiples parámetros fisiológicos, 
incluido el metabolismo energético y el gasto cardíaco. 
El estrés es un secretagogo fundamental de la hormona 
esteroidea de acción prolongada cortisol, que regula la 
utilización de la glucosa, la homeostasia inflamatoria e 
inmunitaria y otros muchos procesos. Además, las glán-
dulas suprarrenales regulan la homeostasia de la sal y 
el volumen, gracias a la hormona esteroidea aldostero-
na. Por último, la glándula suprarrenal secreta grandes 
cantidades del precursor de andrógenos deshidro- 
epiandrosterona (DHEAS), que desempeña un papel 
fundamental en la síntesis de estrógenos fetoplacenta-
rios, y es un sustrato para la síntesis de andrógenos pe-
riféricos en la mujer.
ANATOMÍA
Las glándulas adrenales son estructuras bilaterales lo-
calizadas inmediatamente por encima de los riñones 
(ad, cerca de; renal, riñones) (fig. 42-1). En los seres hu-
manos se denominan también glándulas suprarrenales 
porque se encuentran situadas sobre el polo superior 
de cada riñón. Las glándulas suprarrenales se parecen 
a la hipófisis, porque están constituidas por tejido neu-
ronal y epitelial (o seudoepitelial). La porción externa 
de la glándula suprarrenal, denominada corteza supra-
rrenal (fig. 42-2), se desarrolla a partir de células meso-
dérmicas localizadas en la vecindad del polo superior 
del riñón en desarrollo. Estas células forman cordo- 
nes de células endocrinas epiteliales. Las células de la 
corteza se convierten en las células esteroidogénicas 
(v. capítulo 37). En los adultos, la corteza suprarrenal 
tiene tres zonas: la zona glomerular, la zona fascicular 
y la zona reticular, que producen mineralocorticoides, 
glucocorticoides y andrógenos suprarrenales, respecti-
vamente (fig. 42-2, B).
Poco después de la formación de la corteza, unas cé-
lulas derivadas de la cresta neural y asociadas a los gan-
glios simpáticos, conocidas como células cromafines, 
emigran a la corteza y quedan encapsuladas por las célu-
las corticales. Por tanto, las células cromafines forman la 
parte interna de la glándula suprarrenal, que se deno- 
mina médula suprarrenal (v. fig. 42-2). Las células cro-
mafines de la médula suprarrenal tienen capacidad de 
convertirse en neuronas simpáticas posganglionares. Se 
inervan por neuronas simpáticas preganglionares coli-
nérgicas, y pueden sintetizar el neurotransmisor nora-
drenalina, del grupo de las catecolaminas, a partir de la 
tirosina. La enzima feniletanolamina N-metiltransferasa 
añade un grupo metilo a la noradrenalina para generar la 
hormona catecolamina denominda adrenalina, que es el 
principal producto hormonal de la médula suprarrenal 
(fig. 42-2, B).
MÉDULA SUPRARRENAL
En lugar de segregarse cerca de un órgano diana 
y comportarse como neurotransmisores, las catecola-
minas medulares suprarrenales se segregan a la san-
gre y se comportan como hormonas (fig. 42-3). El 80% 
de las células de la médula suprarrenal segregan adre-
nalina, y el 20% restante, noradrenalina. Aunque la 
adrenalina circulante procede exclusivamente de la 
médula suprarrenal, sólo el 30% de la noradrenalina 
circulante tiene este origen. El 70% restante se libera 
en las terminaciones nerviosas posganglionares sim-
páticas y se difunde hacia el sistema vascular. Como 
la médula suprarrenal no es la única fuente de pro-
ducción de catecolaminas, este tejido no resulta esen-
cial para la vida.
Síntesis de adrenalina
La figura 42-4 resume los pasos enzimáticos implicados 
en la síntesis de la adrenalina. La síntesis se inicia con 
el transporte del aminoácido tirosina hacia el citoplas-
ma de la célula cromafín, y la consiguiente hidroxila-
ción de la tirosina por la enzima limitante de la veloci-
dad de la reacción tirosina hidroxilasa, para dar lugar 
a dihidroxifenilalanina (DOPA). La DOPA se convierte 
en dopamina por una enzima citoplasmática, la descar-
boxilasa de los aminoácidos aromáticos, y después 
se transporta a las vesículas secretoras (denominadas 
también gránulos cromafines). Dentro de los gránulos, 
la dopamina se convierte por completo en noradrenali-
na por la enzima dopamina-β-hidroxilasa. En la mayoría 
de las células medulares suprarrenales, toda la nora-
drenalina sale de los gránulos cromafines mediante 
difusión facilitada, y se metila mediante la enzima 
citoplasmática feniletanolamina-N-metiltransferasa para 
formar adrenalina. La adrenalina se transporta luego de 
nuevo al interior de los gránulos.
La secreción de adrenalina y noradrenalina desde la 
médula suprarrenal está regulada principalmente por se-
ñales simpáticas descendentes como respuesta a diver-
sas formas de estrés, como el ejercicio, la hipoglucemia 
y la hipovolemia por hemorragia (fig. 42-5). Los centros 
autónomos primarios que inician las respuestas simpáti-
cas se localizan en el hipotálamo y el tronco del encéfalo, 
y reciben impulsos aferentes de la corteza cerebral, el 
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42
A NIVEL CELULAR
La elevada concentración local de cortisol en la médula 
suprarrenal se mantiene gracias a la configuración vascu-
lar dentro de la glándula suprarrenal. La cápsula externa 
de tejido conjuntivo de la glándula suprarrenal es atrave-
sada por una rica irrigación arterial procedente de tres 
ramas arteriales principales (es decir, las arterias suprarre-
nales superior, media e inferior; v. fig. 42-1). Estas arterias 
originan dos tipos de vasos sanguíneos que llevan la san-
gre desde la corteza a la médula (v. fig. 42-3): a) unas 
pocas arteriolas medulares, que aportan sangre rica en 
oxígeno y cargada de nutrientes de forma directa a las 
células cromafines medulares, y b) unos sinusoides corti-
cales relativamente numerosos, hacia los cuales las células 
corticales segregan las hormonas esteroideas (incluido el 
cortisol). Ambos tipos de vasos se fusionan para dar lugar 
a un plexo medular de vasos que, en último término, dre-
nan en una vena suprarrenal única. por tanto, las secre-
ciones de la corteza suprarrenal se filtran por las células 
cromafines y las bañan en altas concentraciones de corti-
sol antes de salir de la glándula y entrar en la vena cava 
inferior. El cortisol inhibe la diferenciación neuronal de las 
células medulares, de forma que no llegan a elaborar den-
dritas ni axones. Además, el cortisol induce la expresión 
de la enzima feniletanolamina-N-metiltransferasa 
(PNMT), que convierte la noradrenalina en adrenalina 
(v. fig. 42-4). Los ratones con deficiencia para el receptor 
de glucocorticoides (v. más adelante) tienen una corteza 
hipertrofiada, pero el tamaño medular está disminuido y 
la actividad de pNMT es indetectable.
Vena suprarrenal derecha
Aorta abdominal
Riñón derecho
Riñón izquierdo
Vena cava inferior
Arteria frénica inferior
Glándula suprarrenal
izquierda
Arterias 
suprarrenales 
superiores
Arteria suprarrenal
media
Arteria suprarrenal
inferior
Glándula suprarrenal derecha
Vena suprarrenal
izquierda
● Figura 42-1. Las 
glándulas suprarrenales 
se localizan en los polos 
superiores de los riño-
nes, y reciben una rica 
irrigación arterial proce-
dente de las arterias su-
prarrenales superior, 
media e inferior. Las su-
prarrenales se drenan 
por una vena suprarre-
nal única. (Modificado 
de Drake RL et al: Gray’s 
Anatomy for Students, 
Filadelfia, Churchill Li-
vingstone, 2005.)
sistema límbico y otras regiones del hipotálamo y el 
tronco del encéfalo.
La señal química para la secreciónde catecolaminas 
en la médula suprarrenal es la acetilcolina (ACh), que 
se segrega en las neuronas simpáticas pregangliona-
res y se liga a los receptores nicotínicos de las células 
cromafines (v. fig. 42-5). La ACh aumenta la actividad de 
la enzima limitadora de la velocidad tirosina hidroxila-
sa en las células cromafines (v. fig. 42-4), y también 
aumenta la actividad de la dopamina-β-hidroxilasa y 
estimula la exocitosis de los gránulos cromafines. La 
síntesis de adrenalina y noradrenalina se acopla de for-
ma estrecha a la secreción, de forma que las concentra-
ciones intracelulares de catecolaminas no cambian de 
forma significativa, aunque se produzcan cambios en la 
actividad simpática.
Mecanismo de acción 
de las catecolaminas
Los receptores adrenérgicos suelen clasificarse como 
receptores adrenérgicos α y β, y los de tipo α se subdi-
viden en α1 y α2, mientras que los de tipo β lo hacen en 
β1, β2 y β3 (tabla 42-1). Estos receptores se categorizan 
según: a) la potencia relativa de los agonistas y antago-
nistas farmacológicos y endógenos. La adrenalina y la 
noradrenalina son agonistas potentes para los recepto-
res α y para los β1 y β3, mientras que la adrenalina es 
más potente agonista que la noradrenalina para los re-
ceptores β2. Actualmente existe una gran cantidad de 
agonistas y antagonistas adrenérgicos selectivos y no 
selectivos sintéticos; b) vías de transmisión de señales 
distales. La tabla 42-1 resume las principales vías de 
transmisión de señales acopladas a los distintos recep-
tores adrenérgicos. Este esquema está demasiado sim-
plificado, dado que las diferencias en las vías de trans-
misión de señales para un receptor determinado se han 
relacionado con la duración de la exposición al agonis-
ta y el tipo de célula y, c) localización y densidad relati-
va de los receptores. Es importante destacar que los 
distintos tipos de receptores predominan en los distin-
tos tejidos. Por ejemplo, aunque las células β de los is-
lotes pancreáticos expresan receptores de tipo α y β, la 
respuesta predominante ante la estimulación simpática 
viene mediada por receptores de tipo α2.
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740 Berne y Levy. Fisiología
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M
C
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G
Corteza 
(80–90%)
Médula 
(10–20%)
Zona glomerulosa
Zona fascicular 
Zona reticular 
Médula 
(células
cromafines) 
Adrenalina
Noradrenalina Catecolaminas
Hormonas
esteroideas
Aldosterona
Cortisol
DHEAS
B
● Figura 42-2. Histología de la glándula suprarrenal. A, 
Imagen a pequeño aumento que muestra la corteza externa (C) y 
la médula interna (M); obsérvese la vena central (V). B. Imagen a 
mayor aumento que muestra claramente la zonificación de la 
corteza. Se distinguen las distintas funciones endocrinas en las 
diferentes zonas de la corteza y la médula. (De Young B et al: 
Wheater’s Functional Histology, 5.ª ed., Filadelfia, Churchill Li-
vingstone, 2006.)
● Tabla 42-1. Receptores adrenérgicos
Tipo de receptor Mecanismo principal de acción Ejemplos de distribución tisular Ejemplos de acción
α1 ↑ IP3 y Ca++, DAG
Terminaciones nerviosas postsinápticas 
simpáticas Aumenta la contracción del músculo liso vascular
α2 ↓ AMPc
Terminaciones nerviosas presinápticas 
simpáticas, células β de los islotes 
pancreáticos
Inhibe la liberación de noradrenalina; inhibe 
la liberación de insulina
β1 ↑ AMPc Corazón Aumenta el gasto cardíaco
β2 ↑ AMPc
Hígado, músculo liso vascular, bronquiolar y 
uterino
Aumenta la producción hepática de glucosa, reduce 
la contracción de los vasos, bronquiolos y útero
β3 ↑ AMPc Hígado, tejido adiposo
Aumenta la producción hepática de glucosa; 
aumenta la lipólisis
DAG: diacilglicerol.
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Vasos
sinusoidales
Plexo
subcapsular
Arteriola
cortical
Zona
glomerular
Zona
fascicular
Zona
reticular
Médula
Vena medular
Plexo
profundo
Plexo
medular
Arteriola medular Arteria capsular
Cápsula
● Tabla 42-2. 
Algunas acciones de las hormonas 
catecolaminas
β: Adrenalina > Noradrenalina α: Noradrenalina > Adrenalina
↑ Glucogenólisis ↑ Gluconeogénesis (α1)
↑ Gluconeogénesis (β2) ↑ Glucogenólisis (α1)
↑ Lipólisis (β3) (β2)
↑ Calorigénesis (β1)
↓ Utilización de la glucosa
↑ Secreción de insulina (β2) ↓ Secreción de insulina (α2)
↑ Secreción de glucagón (β2)
↑ Captación de potasio muscular (β2) ↑ Contractilidad cardíaca (α1)
↑ Contractilidad cardíaca (β1)
↑ Frecuencia cardíaca (β1)
↑ Velocidad de conducción (β1)
↑ Dilatación arteriolar;PA (β2) (músculo)
↑ Vasoconstricción arteriolar; 
↑ PA (α1) (esplácnica, renal, 
cutánea, genital)
↑ Relajación muscular (β2) ↑ Contracción de los esfínteres (α1)
 Digestiva Digestivos
 Urinaria Urinarios
 Bronquial ↑ Agregación plaquetaria (α2)
↑ Sudoración («adrenérgica»)
↑ Dilatación pupilar (α1)
pA: presión arterial.
● Figura 42-3. Flujo de san-
gre a través de la glándula su-
prarrenal. Las arterias capsulares 
originan vasos sinusoidales que 
transportan la sangre en dirección 
centrípeta a través de la corteza 
hacia la médula. (Modificado de 
Young B et al: Wheater’s Functio-
nal Histology, 5.ª ed., Filadelfia, 
Churchill Livingstone, 2006.)
Acciones fisiológicas de las catecolaminas 
de la médula suprarrenal
Como la médula suprarrenal se inerva directamente por 
el sistema nervioso autónomo, las respuestas adrenome-
dulares son muy rápidas. Además, como participan va-
rios centros del SNC, entre los que destaca la corteza 
cerebral, las respuestas de la médula suprarrenal pue-
den anteceder al desarrollo del estrés real (es decir, se 
pueden anticipar) (fig. 42-5). En muchos casos, la res-
puesta medular suprarrenal, que se media principalmen-
te por adrenalina, se coordina con la actividad nerviosa 
simpática, que viene condicionada por la liberación de 
noradrenalina en las neuronas simpáticas posgangliona-
res. Sin embargo, algunos estímulos (como la hipogluce-
mia) inducen una respuesta medular suprarrenal más 
intensa que la respuesta nerviosa, y al contrario.
Muchos órganos y tejidos se afectan por la respuesta 
simpática suprarrenal (tabla 42-2). Un ejemplo informati-
vo de los importantes papeles fisiológicos de las cateco-
laminas es la respuesta simpaticosuprarrenal frente al 
ejercicio. El ejercicio se parece a la respuesta de «lucha 
o huida», pero sin el elemento subjetivo del miedo y con 
un mayor grado de participación de la respuesta medu-
lar suprarrenal (es decir, función endocrina de la adrena-
lina) frente a la respuesta nerviosa simpática (es decir, 
papel de la noradrenalina como neurotransmisor). El ob-
jetivo global de la respuesta simpático-suprarrenal du-
rante el ejercicio es satisfacer el aumento de las necesi-
dades de energía del músculo esquelético y cardíaco, al 
tiempo que se mantiene un aporte adecuado de oxígeno 
y glucosa para el encéfalo. La respuesta frente al ejerci-
cio incluye las siguientes acciones fisiológicas funda-
mentales de la adrenalina (fig. 42-6):
1. Aumento del flujo sanguíneo a los músculos, que se 
consigue mediante la acción integrada de la noradre-
nalina y la adrenalina sobre el corazón, las venas y los 
linfáticos, y los lechos arteriolares no musculares (es-
plácnicos) y musculares.
2. La adrenalina induce la glucogenólisis en el músculo. 
El músculo en activo puede utilizar también los áci-
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742 Berne y Levy. Fisiología
HO
Moduladores Pasos de síntesis Localización
Estimulación
simpática Tirosina hidroxilasa Citoplasma
Estimulación
simpática
Dopamina β -hidroxilasa Gránulos
Gránulos
Captación
Estimulación
por cortisol
Feniletanolamina-N-
metiltransferasa Citoplasma
Tirosina
NH2
CH2CHCOOH
HO
HO
Aminoácido decarboxilasa Citoplasma
Dihidroxifenilalanina 
(XDOPA)
NH2
CH2CHCOOH
HO
HO
Dopamina
CH2CH2NH2
HO
HO
NoradrenalinaOH
CHCH2NH2
HO
HO
Adrenalina
OH
CHCH2NHCH3
Acetilcolina
Acetilcolina
Noradrenalina
Adrenalina
Actúa sobre células
diana lejanas
Actúa sobre las células diana
en el punto de liberación
Médula
Ganglio
simpático
Dolor
Traumatismos Hipovolemia
Hipoglucemia
Hipotermia
Hipotálamo
Bulbo raquídeo
Protuberancia
Ansiedad
Glándula
suprarrenal
Nervio
simpático
Nervio
simpático
Médula espinal
● Figura 42-4. pasos en la síntesis de catecolaminas.
● Figura 42-5. Estímulos que potencian la secreción de 
catecolaminas.
dos grasos libres (AGL), y la adrenalina y la noradre-
nalina inducen la lipólisis del tejido adiposo. Las 
acciones descritas aumentan las concentraciones 
circulantes de lactato y glicerol, que pueden ser em-
pleados por el hígado como sustratos para la gluco-
neogénesis y aumentar la glucosa. La adrenalina 
aumenta la glucemia al aumentar la glucogenólisis y 
la gluconeogénesis hepáticas. La inducción de la li-
pólisis en el tejido adiposo también se coordina con 
un aumento inducido por la adrenalina de la cetogé-
nesis hepática. Por último, los efectos de las cateco-
laminas sobre el metabolismo se refuerzan porque 
estimulan la secreción de glucagón (receptores β2) e 
inhiben la secreción de insulina (receptores α2). La 
producción eficiente de ATP durante el ejercicio nor-
mal (p. ej., de una hora de trabajo) también necesita 
un intercambio eficiente de gases, con un aporte ade-
cuado de oxígeno al músculo en activo. Las catecola-
minas inducen este fenómeno al relajar el músculo 
liso de los bronquiolos.
3. Las catecolaminas reducen las demandas de energía 
en el músculo liso visceral. En general, la respuesta 
simpaticosuprarrenal reduce la motilidad global del 
músculo liso digestivo y urinario, lo que conserva la 
energía cuando no se necesita.
Metabolismo de las catecolaminas
Dos enzimas fundamentales participan en la degrada-
ción de las catecolaminas: la monoaminooxidasa 
(MAO) y la catecol-O-metiltransferasa (COMT) (fig. 42-
7). El neurotransmisor noradrenalina se degrada por 
MAO y COMT tras ser captado en la terminación presi-
náptica. Este mecanismo está implicado también en el 
catabolismo de las catecolaminas suprarrenales circu-
lantes. Sin embargo, el principal destino de las cateco-
laminas suprarrenales es la metilación por COMT en 
los tejidos no neuronales, como el hígado y el riñón. 
En ocasiones, se emplean las concentraciones en ori-
na de ácido vanililmandélico (AVM) y metanefrina 
para medir la producción de catecolaminas en un pa-
ciente. Gran parte del AVM y la metanefrina urinarias 
son de origen neuronal en lugar de proceder de las ca-
tecolaminas suprarrenales.
CORTEZA SUPRARRENAL
Zona fascicular
La zona fascicular produce el glucocorticoide denomi-
nado cortisol. Esta zona es un tejido esteroidogénico 
activo constituido por cordones rectos de células gran-
des, que tienen un citoplasma «espumoso», porque es-
tán llenas de gotículas de lípidos que son ésteres de co- 
lesterol almacenados. Estas células elaboran algo de 
colesterol de novo, pero también lo importan de la san-
gre en forma de lipoproteínas de baja densidad (LDL) y 
de alta densidad (HDL). El colesterol libre se esterifica 
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Dilatación de
los bronquiolos 
(β2)
↑ Intercambio 
de O2 y CO2
↑ Gasto
cardíaco
↑ Retorno
venoso
↓ Motilidad de los 
tractos digestivo
 y urinario 
(β2)
↓ Uso de energía
Adiposo 
(β2, β3)
↑ Lipólisis
↓ Captación de glucosa
Hígado 
(β2)
↑ Glucogenólisis
↑ Gluconeogénesis
↑ Cetogénesis
Refuerzo
hormonal
 Músculo esquelético
(β2)
↑ Glucogenólisis
↓ Captación de glucosa
Células β 
(α2)
↓ Secreción de insulina
Células α 
(β2)
↑ Secreción
 de glucagón
↑ Cociente
glucagón/insulina
en sangre
↑ Aporte de nutrientes al músculo
y aporte adecuado de oxígeno
y glucosa al encéfalo
↑ Flujo
sanguíneo
al músculo
esquelético
Vasoconstricción
de arteriolas
esplácnicas 
(α)
Vasodilatación
de arteriolas del
músculo esquelético 
(β2)
Vasoconstricción
de venas
y linfáticos 
(α)
Corazón 
(β1)
 Inotropo positivo
Cronotropo positivo
Lusotropo positivo
↓ Flujo al tubo
digestivo
↑ Glucemia
↑ Cetonas en sangre
↑ AGL en sangre
↑ Lactato en sangre
↑ Glicerol en sangre
HO
HO
HO
HO
Noradrenalina
OH
CHCH2NH2
Adrenalina
OH
CHCH2NHCH3
HO
CH3O CH3O CH3O
HO
Normetanefrina
OH
CHCH2NH2
Metanefrina
OH
CHCH2NHCH3
HO
HO
MAO
+
AO
MAO
+
AO
MAO
+
AO
COMT
COMT COMT
Ácido dihidroximandélico
OH
CHCOOH
HO
Ácido vanililmandélico
(AVM)
OH
CHCOOH
CH3O
HO
3-metoxi-4-hidroxifenilglicol
OH
CHCH2OH
● Figura 42-6. Algunas de las acciones individuales de las catecolaminas que contribuyen a la respuesta 
simpaticosuprarrenal integrada frente al ejercicio. (Modificado de porterfield Sp, White BA: Endocrine physio-
logy, 3.ª ed., Filadelfia, Mosby, 2007.)
● Figura 42-7. Metabolismo 
degradativo de las catecolaminas. 
MAO estimula la desaminación. 
COMT estimula la metilación.
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744 Berne y Levy. Fisiología
LDL
Gotícula
de lípidos
Citoplasma
HDL
HDLR (SR-BI)LDLR
ACAT EC
Hidrolasa de ésteres
de colesterol
?
Proteínas
transportadoras
?
EC
CL
CL
Pregnenolona
CYP
11A1
StAR
MMI
MMe
● Figura 42-8. Acontecimientos 
implicados en la primera reacción de la 
vía esteroidogénica (conversión del coles-
terol en pregnenolona) en las células de 
la zona fascicular. ACAT: astil; CoA: coles-
terol aciltransferasa; EC: ésteres de co- 
lesterol; CL: colesterol libre; HDLR: recep-
tor de las lipoproteínas de alta densidad 
(denominado también receptor barredor 
BU [SR-BI]); MMI: membrana mitocon-
drial interna; LDLR: receptor de las lipo-
proteínas de baja densidad; MME: mem-
brana mitocondrial externa; StAR: proteína 
reguladora aguda esteroidogénica. (Modi-
ficado de porterfield Sp, White BA: Endo-
crine physiology, 3.ª ed., Filadelfia, Mos-
by, 2007.)
● Tabla 42-3. 
Potencia relativa de los glucocorticoides 
y mineralocorticoides naturales y algunos 
análogos sintéticos de uso clínico*
Glucocorticoide Mineralocorticoide
Corticosterona 0,5 1,5
Prednisona 
(1,2 enlaces dobles) 4 < 0,1
6α-metilprednisolona 5 < 0,1
9α-fluoro-16α-
hidroxiprednisolona 
(triamcinolona)
 5 < 0,1
9α-fluoro-16α-
metilprednisolona 
(dexametasona)
30 < 0,1
Aldosterona 0,25 500
Desoxicorticosterona 0,01 30
9α-fluorocortisol 10 500
* Todos los valores son relativos a las potenciales como glucocorticoide y 
mineralocorticoide del cortisol, que se han marcado de forma arbitraria como 
valor 1. El cortisol en realidad sólo tiene una potencia 1/500 de la del 
mineralocorticoide natural aldosterona.
y almacena en gotículas de lípidos (fig. 42-8). El coleste-
rol almacenado se convierte de forma continua en co-
lesterol libre por acción de la hidrolasa de los ésteres 
de colesterol, un proceso que aumenta como respuesta 
al estímulo de síntesis de colesterol (p. ej., hormona 
adrenocorticotropa [ACTH]; v. más adelante). En la 
zona fascicular, el colesterol se convierte de forma se-
cuencial en pregnenolona, progesterona, 17-hidroxipro-
gesterona, 11-desoxicortisol y cortisol (figs. 42-9 y 42-10). 
Una vía paralela dentro de la zona fascicular consis- 
te en la conversión de progesterona a 11-desoxicorti-
costerona (DOC) y, posteriormente, a corticosterona 
(fig. 42-10, C). Esta vía tiene poca importancia en los 
seres humanos, pero cuando no existe CYP11B1 (actividad 
11-hidroxilasa), la producción de DOC es importante. 
Dado que la DOC actúa como un mineralocorticoide dé-
bil (tabla 42-3), el aumento de su concentración puede 
ser origen de hipertensión.
Transporte y metabolismo del cortisol
El cortisol se transporta en la sangre principalmente uni-
do a la globulina transportadora de corticoides (CBG) 
(denominada también transcortina), que se une al 90% 
de lahormona circulante, y también a la albúmina, que 
se liga al 5-7% de la misma. El hígado es el principal lugar 
de inactivación del esteroide. Allí se inactiva el cortisol y 
se conjugan los esteroides activos e inactivos con glucu-
rónido o sulfato, de forma que se pueden excretar con 
mayor facilidad a nivel renal. La semivida circulante del 
cortisol es de unos 70 minutos.
El cortisol se inactiva de forma reversible mediante 
la conversión a cortisona. Esta acción se cataliza por la 
enzima 11β-hidroxiesteroide deshidrogenasa de tipo 2 AplicAción clínicA
El feocromocitoma es un tumor del tejido cromafín que 
produce cantidades excesivas de catecolaminas. Se trata 
de tumores frecuentes en la médula suprarrenal, pero 
pueden aparecer en cualquier otra célula cromafín del 
sistema nervioso autónomo. Aunque los feocromocito-
mas no son frecuentes, son la causa más habitual de hi-
perfunción medular suprarrenal. La catecolamina que con 
mayor frecuencia está elevada en el feocromocitoma es la 
noradrenalina. por motivos que se ignora, los síntomas de 
la secreción excesiva de catecolaminas a menudo son es-
porádicos en lugar de continuos. Los síntomas incluyen 
hipertensión, cefaleas (por la hipertensión), sudoración, 
ansiedad, palpitaciones y dolor torácico. Además, los pa-
cientes pueden presentar hipotensión ortostática (a pesar 
de su tendencia a la hipertensión). Esto se explica porque 
la secreción excesiva de catecolaminas puede reducir la 
respuesta postsináptica frente a la noradrenalina como 
consecuencia de la regulación a la baja de los receptores 
(v. capítulo 3). En consecuencia, se amortigua la respuesta 
de los barorreceptores frente a los desplazamientos de la 
sangre durante la bipedestación.
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 Capítulo 42 La glándula suprarrenal 745
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Zona glomerular
Colesterol
Eliminación de la
cadena lateral
por CYP11A1
Mitocondrias
Conversión de
3β-HSD a ∆5
y ∆4 esteroides
Conversión de
3β-HSD a ∆5
y ∆4 esteroides
REL
CYP21A2
21-hidroxilasa REL
Conversión de
3β-HSD a ∆5
y ∆4 esteroides
REL
Eliminación de la
cadena lateral
por CYP11A1
Mitocondrias
CYP17
17-hidroxilasa REL
Eliminación de la
cadena lateral
por CYP11A1
Mitocondrias
CYP17
17-hidroxilasa REL
CYP17
17,20-liasa REL
CYP11B2
11-hidroxilasa Mitocondrias
CYP21A2
21-hidroxilasa REL
SULT2A1
sulfo-
transferasa
REL
CYP11B2
18-hidroxilasa Mitocondrias
CYP11B2
18-oxidasa Mitocondrias
CYP11B1
11-hidroxilasa Mitocondrias
REL
Pregnenolona
Progesterona
11-desoxicorticosterona 
DOC
Corticosterona
18 (OH) Corticosterona
Aldosterona
Zona fascicular
Colesterol
Pregnenolona
Progesterona
17(OH) progesterona
11-desoxicortisol
Cortisol
Zona reticular
Colesterol
Pregnenolona
17(OH) pregnenolona
DHEA
DHEAS
DHEA
Androstenodiona
(producto menor)
● Figura 42-9. Resumen de las vías esteroidogénicas para cada una de las tres zonas de la corteza suprarre-
nal. Las reacciones enzimáticas se codifican en color en las distintas zonas. REL: retículo endoplásmico liso. (Mo-
dificado de porterfield Sp, White BA: Endocrine physiology, 3.ª ed., Filadelfia, Mosby, 2007.)
A NIVEL CELULAR
El colesterol libre se modifica mediante cinco reacciones 
dentro de la vía esteroidogénica que da lugar al cortisol 
(v. fig. 42-8). Sin embargo, el colesterol se almacena en el 
citoplasma, y la primera enzima de la vía, CYp11A1, se 
localiza en la membrana mitocondrial interna (v. fig. 42-9). 
por tanto, la reacción que limita la velocidad en la este-
roidogénesis es la transferencia de colesterol desde la 
membrana mitocondrial externa a la interna. Aunque pa-
rece que participan varias proteínas, una de ellas, la pro-
teína reguladora aguda esteroidogénica (proteína 
StAR), resulta indispensable en el proceso de transporte 
del colesterol hacia la membrana mitocondrial interna
(v. fig. 42-8). La proteína StAR dura poco tiempo y se 
activa con rapidez tras su traducción (fosforilación) y 
transcripción por las hormonas trópicas hipofisarias. En 
los pacientes con mutaciones inactivadoras de la proteína 
StAR, las células de la zona fascicular se cargan con un 
exceso de lípidos («lipoideas»), porque el colesterol no 
consigue acceder a CYp11A1 en la mitocondria y ser usa-
do para la síntesis de cortisol. Además, estos individuos 
no pueden sintetizar hormonas esteroideas sexuales. La 
placenta no expresa StAR, de forma que estos individuos 
producen esteroides placentarios con normalidad dentro 
del útero.
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746 Berne y Levy. Fisiología
HO
Colesterol
(27 carbonos)
A
CPY11A1
«Cadena lateral»
de 6 carbonos
CH3
CH3
C
C
C
C
C
CH3 CH3
HO
Pregnenolona
(21 carbonos)
CH3
CH3
C O
CH3
CH3
CH3
CH3
CH3
HO
OH
C O
19
18
21
20
1
4
2
9
6
10
12
13
14
16
17
15
11
3 5
7
8
CH3
CH3
CH3
HO
Pregnenolona
(P5)
Reacción 
2a
Reacción 
3b
Vía
∆5
Vía
∆4
3β-HSD 3β-HSD
Reacción 
2b
CYP17
(función de
17-hidroxilasa)
17(OH) Pregnenolona
C O
CH3
CH3
CH3
O O
OH
C O
CH3
CH3
CH3
Progesterona
(P4)
Reacción 
3a
CYP17
(función
17-hidroxilasa)
17(OH) Progesterona
C O
B
A NIVEL CELULAR
Las enzimas esteroidogénicas pertenecen a dos superfami-
lias. La mayoría son de la familia del gen de la monooxi-
dasa del citocromo P-450 y se denominan CYP. Estas enzi-
mas se localizan en la matriz mitocondrial interna, donde 
utilizan oxígeno molecular y una flavoproteína donante de 
electrones, o en el retículo endoplásmico liso, donde utilizan 
una flavoproteína distinta para la transferencia de electrones. 
Las distintas enzimas CYp se comportan como hidroxilasas, 
liasas (desmolasas), oxidasas y aromatasas. Dos de estas enzi-
mas realizan funciones múltiples. La CYp17 tiene una función 
17-hidroxilasa y una función 17,20-liasa (desmolasa). La 
CYp11B2, denominada también aldosterona sintasa, realiza 
tres funciones: 11-hidroxilasa, 18-hidroxilasa y 18-oxidasa.
Las otras enzimas implicadas en la esteroidogénesis per-
tenecen a las tres familias de hidroxiesteroides deshidro-
genasas (HSD). Las 3β-HSD tienen dos isoformas que con-
vierten el grupo hidroxilo del carbono 3 del anillo de 
colesterol en una cetona y desplazan el doble enlace desde 
la posición 5-6 (∆5) a la 4-5 (∆4). Todas las hormonas este-
roideas activas se deben convertir en estructuras ∆4 por la 
3β-HSD. Las 17β-HSD tienen por lo menos cinco miembros, 
y pueden actuar como reductasas u oxidasas. Las 17β-HSD 
principalmente actúan sobre los esteroides sexuales, y pue-
den ser activadoras o desactivadoras. por último, las 
11β-HSD tienen dos isoformas, que catalizan el intercam-
bio entre el cortisol (activo) y la cortisona (inactiva).
● Figura 42-10. A, Reacción 1, catalizada por 
CYp11A1 en la síntesis de cortisol. B, Reacciones 
2a/b y 3a/b con participación de CYp17 (función de 
la 17-hidroxilasa) y 3β-hidroxiesteroides deshidro-
genasa (3b-HSD) en la producción de cortisol. En 
esta figura se muestran las vías ∆5 frente a ∆4. 
C, Reacciones 4 y 5, en las que participan CYp21B 
y CYp11B1, en las que se realizan los dos últimos 
pasos de la síntesis de cortisol. Se muestra también 
la vía menor que culmina con la síntesis de corticos-
terona en la zona fascicular. (Modificado de porter-
field Sp, White BA: Endocrine physiology, 3.ª ed., 
Filadelfia, Mosby, 2007.)
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 Capítulo 42 La glándula suprarrenal 747
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OH
CH311
21
CH3
CH3
O
Reacción 3a
CYP17
Progesterona 17(OH) Progesterona
11-desoxicorticosterona 
(DOC)
11-desoxicortisol
Reacción
4
CYP21B CYP21B
Reacción
5
CYP11B1 CYP11B1
C O
CH311
21
CH3
CH3
O
C O
OH
CH3
CH3
CH2OH
O
C O
CH3
CH3
CH2OH
O
C O
Corticosterona Cortisol
OH
CH3
CH3
CH2OH
O
C
HO HO
C O
CH3
CH3
CH2OHO
C O
● Figura 42-10. Continuación.
(11β-HSD2). La inactivación del cortisol por 11β-HSD2 
es reversible, porque otra enzima, la 11β-HSD1, con-
vierte de nuevo la cortisona en cortisol. Esta conver-
sión tiene lugar en tejidos que expresan el receptor de 
glucocorticoides (RG), entre otros el hígado, el tejido 
adiposo y el SNC, además de la piel (motivo por el cual 
se pueden aplicar cremas de cortisona sobre la piel 
para detener la inflamación).
Mecanismo de acción del cortisol
El cortisol actúa principalmente mediante el receptor 
para glucocorticoides, que regula la transcripción de los 
genes (v. capítulo 3). Cuando no existe la hormona, el RG 
se localiza dentro del citoplasma en forma de un comple-
jo estable con varias chaperonas moleculares, entre las 
que se incluyen las proteínas del shock térmico y las ci-
clofilinas. La unión del RG y el cortisol induce la separa-
ción de estas proteínas chaperonas, tras la cual:
1. Se produce una rápida traslocación del complejo 
RG-cortisol al interior del núcleo.
2. Tiene lugar la dimerización y unión a los elementos de 
respuesta a los glucocorticoides (GRE) cerca de los 
promotores basales de los genes regulados por el cor-
tisol.
3. Se produce el reclutamiento de las proteínas coacti-
vadoras y el ensamblado de los factores de transcrip-
ción generales que permiten una mayor transcripción 
de los genes diana.
Los glucocorticoides también pueden reprimir la 
transcripción de los genes. En algunos casos, el RG inte-
racciona con otros factores de transcripción, como el 
factor de transcripción proinflamatorio NF-κB, e interfie-
re con la capacidad de activar la expresión génica. Los 
RG se ligan a GRE negativos en otros casos, y reclutan 
entonces a las proteínas correpresoras.
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748 Berne y Levy. Fisiología
Estrés durante el
período interdigestivo
(anciano que resbala en 
el hielo y se produce una
luxación de cadera)
↑ Cortisol ↓ Cociente
insulina/
glucagón
↑ Adrenalina y
noradrenalina
de origen
simpaticosuprarrenal
Hígado
↑ Glucogenólisis
↑ Gluconeogénesis
Músculo esquelético
↑ Proteólisis
↓ Síntesis de proteínas
↑ Glucogenólisis
↓ Captación de glucosa
 mediada por Glut-4
Tejido adiposo
↑ Lipólisis
↓ Lipogénesis
↓ Captación de glucosa
 mediada por Glut-4
Incremento crónico de las
concentraciones de
cortisol en una persona
bien alimentada (p. ej.,
enfermedad de Cushing)
↑ Cortisol ↑ Cociente
insulina/
glucagón
↓ Adrenalina y
noradrenalina
de origen
simpaticosuprarrenal
CNS
↑ Apetito
Hígado
↑ Síntesis hepática
de glucógeno
Músculo esquelético
↑ Proteólisis
↓ Captación de glucosa
 mediada por Glut-4
Tejido adiposo
↓ Lipólisis
↑ Síntesis de triglicéridos
↑ Diferenciación 
 de preadipocitos 
 a adipocitos
↓ Captación de glucosa
 mediada por Glut-4
Las respuestas metabólicas frente al 
estrés aseguran una cantidad de energía 
suficiente para cubrir el aumento de 
las demandas corporales, y mantienen las 
concentraciones de glucemia necesarias 
para las acciones conscientes y 
deliberadas del individuo. Las respuestas 
metabólicas se apoyan en las respuestas 
cardiovasculares, primero las inducidas 
por el estímulo simpaticosuprarrenal 
(v. fig. 42-6), pero también por el cortisol, 
que optimiza la función de los receptores 
adrenérgicos. El cortisol también aporta 
energía para la respuesta inflamatoria 
e inmunitaria incipientes ante el estrés, 
pero también protege al individuo de las 
posibles lesiones derivadas de una 
inflamación no regulada
Las respuestas metabólicas ante un 
incremento crónico de cortisol en los 
pacientes con enfermedad de Cushing, 
sin otra enfermedad, tienden a fomentar 
la obesidad localizada (cara, cuello y 
abdomen), con adelgazamiento y debilidad 
muscular, sobre todo en las extremidades. 
Obsérvese que el incremento de cortisol en 
este caso suele producirse en el contexto 
de un aumento del cociente insulina/
glucagón. El aumento de cortisol estimula 
el apetito, lo que incrementa el cociente 
insulina/glucagón. Las concentraciones 
altas de cortisol antagonizan el efecto de 
la insulina sobre la captación de glucosa 
mediada por Glut-4 en el músculo 
esquelético y el tejido adiposo, de forma 
que la intolerancia a la glucosa es un 
síntoma frecuente de la enfermedad de 
Cushing. Esto contribuye todavía más a la 
hiperglucemia e hiperinsulinemia. El cortisol 
y la insulina inducen la diferenciación de los 
preadipocitos a adipocitos y la lipogénesis
● Figura 42-11. Acciones metabólicas del cortisol (integradas con las catecolaminas y el glucagón) como respuesta al estrés 
(imagen superior) y comparadas con las acciones de una elevación crónica de cortisol (integrada con insulina) en un individuo 
sano (imagen inferior). (Modificado de porterfield Sp, White BA: Endocrine physiology, 3.ª ed., Filadelfia, Mosby, 2007.)
Acciones fisiológicas del cortisol
El cortisol realiza múltiples acciones y, a menudo, se cla-
sifica como «hormona de estrés». En general, el cortisol 
mantiene la glucemia, la función del SNC y la función car-
diovascular durante el ayuno, y aumenta la glucemia du-
rante el estrés a expensas de las proteínas musculares. 
El cortisol protege al organismo de los efectos autolesi-
vos de las respuestas inflamatorias e inmunitarias des-
controladas. El cortisol también reparte la energía para 
afrontar el estrés, inhibiendo la función reproductora. 
Como se comenta más adelante, el cortisol tiene varios 
efectos más a nivel óseo, cutáneo, del tejido conjuntivo, 
digestivo y en el feto en desarrollo, independientes de 
sus efectos relacionados con el estrés.
Acciones metabólicas. Como implica el término gluco-
corticoide, el cortisol es una hormona esteroidea originada 
en la corteza suprarrenal y que regula la glucemia. Aumen-
ta la glucemia mediante la estimulación de la gluconeo-
génesis (fig. 42-11). El cortisol induce la expresión de los 
genes de las enzimas gluconeogénicas hepáticas fosfoenol-
piruvato carboxicinasa (PEPCK), fructosa 1,6-bifosfatasa 
y glucosa-6-fosfatasa (G6Pasa). El cortisol también reduce 
la captación de glucosa mediada por Glut4 en el músculo 
esquelético y el tejido adiposo. Durante la fase interdigesti-
va (cociente insulina-glucagón bajo), el cortisol induce el 
ahorro de la glucosa al potenciar los efectos de las cateco-
laminas sobre la lipólisis, lo que permite disponer de los 
AGL como fuentes de energía. El cortisol inhibe la síntesis 
de proteínas y aumenta la proteólisis, sobre todo en el mús-
culo esquelético, lo que aporta una rica fuente de carbonos 
para la gluconeogénesis hepática.
La figura 42-11 compara el papel normal del corti- 
sol como respuesta al estrés con los efectos de un cortisol 
elevado de forma crónica como consecuencia de algunas 
situaciones patológicas. Como se comenta más adelante, 
existen importantes diferencias en los efectos metabóli-
cos globales del cortisol entre estas dos situaciones, so-
bre todo en relación con el metabolismo de los lípidos. 
Durante el estrés, el cortisol actúa de forma sinérgica con 
las catecolaminas y el glucagón induciendo una respuesta 
metabólica lipolítica, gluconeogénica, cetogénica y gluco-
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 Capítulo 42 La glándula suprarrenal 749
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genolítica, al tiempo que también actúa en sinergia con las 
catecolaminas para conseguir una respuesta cardiovascu-
lar adecuada. Cuando el cortisol aumenta de forma cróni-
ca por una hiperproducción patológica, actúa de forma 
sinérgica con la insulina en presencia de hiperglucemia 
(por aumento del apetito) e hiperinsulinemia (por la hi-
perglucemia y la intolerancia a la glucosa), y fomenta la 
lipogénesis y la obesidad truncal (abdominal, visceral).
Acciones cardiovasculares. El cortisol refuerza sus 
efectos sobre la glucemia por su acción positiva sobre el 
aparato cardiovascular. Además,ejerce una acción per-
misiva sobre las catecolaminas y contribuye de este 
modo al gasto cardíaco y la presión arterial. El cortisol 
estimula la síntesis de eritropoyetina, y aumenta así la 
producción de hematíes. Se produce anemia cuando el 
cortisol es deficiente, y policitemia cuando su concen-
tración es excesiva.
Acciones antiinflamatorias e inmunosupresoras. Las 
respuestas inflamatorias e inmunitarias forman parte, en 
general, de la respuesta ante el estrés. Sin embargo, la 
inflamación y la respuesta inmunitaria pueden causar 
daños importantes e incluso la muerte si no se mantie-
nen en equilibrio homeostásico. Como hormona de es-
trés, el cortisol desempeña un papel importante en man-
tener la homeostasia inmunitaria. El cortisol, junto con 
la adrenalina y noradrenalina, reprime la producción de 
citocinas proinflamatorias y estimula la producción de las 
citocinas antiinflamatorias.
La respuesta inflamatoria ante una lesión incluye la di-
latación de los capilares locales con aumento de su per-
meabilidad, que determina edema local y acumulación de 
leucocitos. Estos pasos vienen mediados por las prosta-
glandinas, los tromboxanos y los leucotrienos. El cortisol 
inhibe la fosfolipasa A2, una enzima clave en la síntesis de 
prostaglandinas, leucotrienos y tromboxano. El cortisol 
estabiliza también las membranas de los lisosomas, lo que 
reduce la liberación de las enzimas proteolíticas que 
aumentan el edema local. Como respuesta a una agresión, 
se produce una emigración normal de los leucocitos hacia 
el lugar de la lesión, con salida del sistema vascular. Estos 
efectos son inhibidos por el cortisol, igual que la actividad 
fagocítica de los neutrófilos, aunque se estimula la libera-
ción medular de los neutrófilos. Los análogos de los gluco-
corticoides se emplean con frecuencia en farmacología 
por sus propiedades antiinflamatorias.
El cortisol inhibe las respuestas inmunitarias y, por 
este motivo, se han empleado los análogos de glucocor-
ticoides como inmunosupresores en los trasplantes de 
órganos. Las concentraciones altas de cortisol reducen 
el número de linfocitos T circulantes (sobre todo, linfoci-
tos T colaboradores) y su capacidad de emigrar hacia el 
lugar de estimulación antigénica. Los glucocorticoides 
inducen atrofia del timo y de otros tejidos linfoides. Aun-
que los corticoides pueden inhibir la inmunidad del me-
canismo celular, la producción de anticuerpos por los 
linfocitos B no sufre alteraciones.
Efectos del cortisol sobre los aparatos reproducto-
res. La reproducción exige un elevado coste anabólico al 
organismo. En los humanos la conducta y la función re-
productora se amortiguan como respuesta al estrés. El 
cortisol reduce la función del eje reproductor a nivel hi-
potalámico, hipofisario y gonadal.
Efectos óseos del cortisol. Los glucocorticoides aumen-
tan la reabsorción ósea. Realizan múltiples acciones que 
modifican el metabolismo óseo. Los glucocorticoides 
reducen la absorción intestinal de Ca++ y la reabsorción 
renal del mismo. Ambos mecanismos contribuyen a re-
ducir la [Ca++] sérica. Cuando esta [Ca++] disminuye, la 
secreción de la hormona paratiroidea (PTH) aumenta y 
la PTH moviliza el Ca++ de los huesos mediante la esti-
mulación de su reabsorción. Además de esta acción, los 
glucocorticoides inhiben de forma directa la función for-
madora de hueso de los osteoblastos (v. capítulo 39). 
Aunque los glucocorticoides son útiles para tratar la in-
flamación asociada con la artritis, un uso excesivo pro-
duce pérdida ósea (osteoporosis).
Acciones del cortisol sobre el tejido conjuntivo. El 
cortisol inhibe la proliferación de los fibroblastos y la 
formación de colágeno. Cuando existe una cantidad ex-
cesiva de cortisol, la piel se adelgaza y lesiona con ma-
yor facilidad. El soporte de tejido conjuntivo de los capi-
lares se altera, y aumentan las lesiones capilares o la 
formación de hematomas.
Acciones del cortisol a nivel renal. El cortisol inhibe 
la secreción y acción de la hormona antidiurética (ADH), 
y se considera un antagonista de la misma. Cuando no 
existe cortisol, se potencia la acción de la ADH, lo que 
dificulta aumentar la eliminación de agua libre como res-
puesta a una sobrecarga de agua y aumenta el riesgo de 
intoxicación por agua. Aunque el cortisol se une a los 
receptores de mineralocorticoides con gran afinidad, 
esta acción suele bloquearse por la inactivación del cor-
tisol a cortisona por la enzima 11β-HSD2. Sin embargo, la 
actividad mineralocorticoide (es decir, la retención de 
agua y Na+ a nivel renal, la excreción de H+ y K+) del cor-
tisol depende de la cantidad relativa de cortisol (o de 
glucocorticoides sintéticos) y la actividad de 11β-HSD2. 
Algunos compuestos (como los existentes en el regaliz 
negro) inhiben la enzima 11β-HSD2 y aumentan así la 
actividad mineralocorticoide del cortisol. El cortisol au-
menta el filtrado glomerular al incrementar el gasto car-
díaco y por acción directa a nivel renal.
Acciones del cortisol sobre el músculo. Cuando las 
concentraciones de cortisol son excesivas, se produce 
debilidad muscular y dolor. La debilidad tiene orígenes 
múltiples. En parte, se debe a una proteólisis excesiva 
por el cortisol. Las concentraciones elevadas de cortisol 
pueden causar una hipopotasemia (por acciones de mi-
neralocorticoides), que pueden ocasionar debilidad 
muscular, porque hiperpolarizan y estabiliza la membra-
na celular muscular y dificultan la estimulación.
Acciones del cortisol sobre el tubo digestivo. El cor-
tisol realiza un efecto trófico sobre la mucosa digestiva. 
Cuando no existe cortisol, la motilidad digestiva se reduce, 
la mucosa digestiva se degenera, y disminuye la produc-
ción de ácido y enzimas digestivos. Dado que el cortisol 
induce el apetito, el hipercortisolismo suele asociarse 
con un aumento del peso. La estimulación mediada por 
cortisol de la secreción de ácido gástrico y pepsina 
aumenta el riesgo de desarrollar úlceras.
Efectos fisiológicos del cortisol
Los trastornos psiquiátricos se asocian con un nivel ex-
cesivo o deficiente de corticoides. Un exceso puede pro-
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750 Berne y Levy. Fisiología
Citoplasma
AMPc
↑ Colesterol esterasa
↓ Sintasa de los ésteres
 de colesterol
↑ Transporte de colesterol
 a las mitocondrias
↑ Unión del colesterol 
 a P-450SCC
↑ Producción de
 pregnenolona
↑ Proteína StAR
↑ Transcripción 
 de los genes de
 P-450SCC
 P-450C17
 P-450C11
Adrenoxina
Receptor LDL
Receptor HDL
↑ Tamaño y complejidad
 funcional de las
 organelas
↑ Tamaño y número
 de células
Inmediatos Subsecuente A largo plazo
Membrana plasmática Receptor
ACTH
MC2R
● Figura 42-12. Resumen de las 
acciones de la ACTH sobre las células 
dianas de la corteza suprarrenal. Obsér-
vese que el principal segundo mensaje-
ro, AMpc, activa mediadores proteicos 
inmediatos, e induce también la produc-
ción de mediadores proteicos tardíos. 
HDL: lipoproteína de alta densidad; LDL: 
lipoproteína de baja densidad.
ducir inicialmente sensación de bienestar, pero cuando 
se mantiene la exposición se observa, al final, labilidad 
emocional con depresión. Es posible una psicosis franca 
cuando existe defecto o un exceso de esta hormona. 
El cortisol aumenta la tendencia al insomnio y reduce el 
sueño de movimientos oculares rápidos (REM). Las per-
sonas con deficiencia de corticoides suelen estar depri-
midas, apáticas e irritables.
Efectos del cortisol durante el desarrollo fetal
El cortisol es necesario para el desarrollo normal del SNC, 
la retina, la piel, el tubo digestivo y los pulmones. El siste-
ma mejor estudiado son los pulmones, en los que el corti-
sol induce la diferenciación y maduración de las células 
alveolares de tipo II. Al final de la gestación, estas célu- 
las producen surfactante, que reduce la tensión superficial 
a nivel pulmonar y permite que el feto respire al nacer.
Regulación de la producción de cortisol
La producción de cortisolen la zona fascicular está regula-
da por un eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal convencio-
nal en el que participa la hormona liberadora de cortico- 
tropina (CRH), la ACTH y el cortisol (v. capítulo 40). El 
hipotálamo y la hipófisis inducen la producción de cortisol, 
y éste se retroalimenta de forma negativa sobre el hipotála-
mo y la hipófisis para mantener un punto determinado. Las 
formas de estrés neurogénico (p. ej., el miedo) y sistémico 
(p. ej., la hipoglucemia, hemorragia, citocinas) estimulan la 
liberación de CRH. La CRH se encuentra también sometida 
a una regulación diurna importante que se relaciona con el 
núcleo supraquiasmático, de forma que se producen picos 
de cortisol durante las primeras horas de la mañana antes 
del amanecer, y después un descenso continuo durante 
el día y la tarde. La CRH estimula de forma aguda la libera-
ción de ACTH, y aumenta de forma crónica la expresión del 
gen de la proopiomelanocortina (POMC) e induce una hi-
pertrofia con proliferación de las células corticotropas. Al-
gunas neuronas parvicelulares coexpresan CRH y ADH, que 
potencian las acciones de la CRH.
La ACTH se liga al receptor de melanocortina 2 
(MC2R) localizado en las células de la zona fascicular 
(fig. 42-12). Los efectos de la ACTH se pueden subdividir 
en tres fases:
1. Los efectos agudos de la ACTH se observan en minu-
tos. El colesterol se moviliza con rapidez desde las 
gotículas de lípidos mediante la activación tras la tra-
ducción de la hidrolasa de los ésteres de colesterol, y 
se transporta a la membrana mitocondrial externa. La 
ACTH aumenta con rapidez la expresión del gen de 
la proteína reguladora aguda esteroidogénica (StAR), y 
activa la proteína StAR por fosforilación dependiente 
de la proteína cinasa A (PKA). En conjunto, estas ac-
ciones agudas de ACTH incrementan las concentracio-
nes de pregnenolona.
2. Los efectos crónicos de la ACTH se observan en varias 
horas. Incluyen un aumento de la transcripción de los 
genes que codifican las enzimas esteroidogénicas y 
sus coenzimas. La ACTH aumenta también la expre-
sión del receptor de LDL y del receptor barredor BI 
(ST-BI; el receptor para HDL).
3. Las acciones tróficas de la ACTH sobre la zona fascicu-
lar y reticular se producen en semanas y meses. Un 
ejemplo de estas acciones es la atrofia de la zona fas-
cicular en los pacientes que reciben concentraciones 
terapéuticas (es decir, suprafisiológicas) de análogos 
de glucocorticoides durante por lo menos 3 semanas. 
En estas condiciones, los corticoides exógenos repri-
men por completo la producción de CRH y ACTH, lo 
que determina la atrofia de la zona fascicular y una 
disminución de la producción endógena de cortisol 
(fig. 42-13). Al final del tratamiento, estos pacientes 
deben ir reduciendo lentamente la dosis de glucocor-
ticoides exógenos para que el eje hipotálamo-hipó- 
fisis-suprarrenal se recupere, y la zona fascicular au-
mente de tamaño y produzca cantidades adecuadas 
de cortisol.
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 Capítulo 42 La glándula suprarrenal 751
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Eje HHS normal
Hipotálamo
CRH
ACTH
Hipófisis
Zona fascicular Zona fascicular
atrófica
Cortisol
Corticoides exógenos
(concentraciones
suprafisiológicas)
Acciones biológicas Acciones biológicas
y
terapéuticas
(p. ej., antiinflamatorias
e inmunosupresoras)
Hipófisis
Hipotálamo
Eje HHS quiescente en un paciente 
sometido a tratamiento prolongado
(> 3 semanas) con un glucocorticoide
(–) (–)
(–) (–)
● Figura 42-13. Comparación del eje hipotálamo-hipófisis-
suprarrenal (HHS) normal con un eje HHS quiescente en un indi-
viduo que recibe tratamiento con glucocorticoides exógenos. 
Este tratamiento produce la atrofia de la zona fascicular en 
3 semanas, lo que obliga a un régimen de retirada cuidadoso, que 
permite recuperar el tejido suprarrenal antes de interrumpir por 
completo la administración de corticoides exógenos. (Modificado 
de porterfield Sp, White BA: Endocrine physiology, 3.ª ed., Filadel-
fia, Mosby, 2007.)
El cortisol inhibe la expresión del gen de POMC en las 
corticotropas y la expresión del gen pro-CRH en el hipo-
tálamo. Sin embargo, el estrés intenso puede superar es-
tos efectos de retroalimentación negativa del cortisol 
sobre el hipotálamo y reajustar el «punto de ajuste» en 
un nivel más alto.
Zona reticular
La zona más interna, la zona reticular, empieza a apare-
cer tras el nacimiento hacia los 5 años de edad. Los an-
drógenos suprarrenales, sobre todo DHEAS, el principal 
producto de la zona reticular, empiezan a poderse detec-
tar en la circulación hacia los 6 años de vida. La produc-
ción de andrógenos suprarrenales se denomina adrenar-
quia, y contribuye a la aparición del vello púbico y axilar 
hacia los 8 años. Las concentraciones de DHEAS siguen 
aumentando, alcanzan el máximo a mediados de la terce-
ra década de la vida y posteriormente disminuyen de 
forma progresiva con la edad.
Síntesis de andrógenos en la zona reticular
La zona reticular se distingue de la fascicular en varios 
aspectos importantes relacionados con la actividad de las 
enzimas esteroidogénicas (fig. 42-9). En primer lugar, la 
3β-HSD se expresa en mucha menor cantidad en la zona 
reticular que en la fascicular, de forma que en esta zo- 
na predomina la «vía 5∆». En segundo lugar, la zona reticular 
expresa cofactores o condiciones que inducen la función 
17,20-liasa de CYP17, lo que genera la molécula precurso-
ra de andrógenos de 19 carbonos deshidroepiandrostero-
na (DHEA) a partir de la 17-hidroxipregnenolona. Ade- 
más, la zona reticular expresa DHEA sulfotransferasa (gen 
SULT2A1), que convierte DHEA en DHEAS (fig. 42-14). En la 
zona reticular se elabora también una cantidad limitada del 
andrógeno ∆4 androstenodiona. Aunque en la corteza su-
prarrenal humana sana se producen pequeñas cantidades 
de andrógenos potentes (p. ej., testosterona) o estróge- 
nos de 18 carbonos, la mayoría de los esteroides sexuales 
activos se producen mediante la conversión periférica de 
DHEAS y androstenodiona.
Metabolismo y destino de DHEAS y DHEA
DHEAS se puede convertir en DHEA por las sulfatasas 
periféricas, y DHEA y androstenodiona se pueden con-
vertir en andrógenos activos (testosterona, dihidrotes-
tosterona) a nivel periférico en ambos sexos. DHEA se 
liga a la albúmina y a otras globulinas de la sangre con 
baja afinidad, lo que permite una eficiente excreción re-
nal. La semivida de DHEA es de 15-30 minutos. Por el 
contrario, DHEAS se liga a la albúmina con una afinidad 
muy elevada y su semivida es de 7-10 horas.
Acciones fisiológicas de los andrógenos 
suprarrenales
En los hombres, la contribución de los andrógenos su-
prarrenales a los andrógenos activos se considera des-
preciable. Sin embargo, en las mujeres la suprarrenal 
aporta el 50% de los andrógenos circulantes activos, que 
son necesarios para el crecimiento del vello púbico y axi-
lar, y para la libido.
Además de aportar los precursores de los andróge-
nos, no está claro si la zona reticular desempeña alguna 
otra misión en los adultos. La DHEAS es la hormona cir-
culante más abundante en los adultos jóvenes. Aumenta 
de forma progresiva hasta mediados de la tercera déca-
da, cuando llega al máximo, para posteriormente dismi-
nuir de forma progresiva. Por tanto, se ha generado mu-
cho interés por un posible papel de la DHEAS en el 
envejecimiento. Sin embargo, la función de este abun-
dante esteroide en los adultos jóvenes y la posible im-
portancia de su desaparición gradual con el envejeci-
miento no se conocen bien. Hay que destacar que la 
AplicAción clínicA
Cuando se produce un exceso de andrógenos suprarrena-
les (p. ej., tumor suprarrenal, síndrome de Cushing o hi-
perplasia suprarrenal congénita), se puede observar la 
masculinización de la mujer. Este proceso incluye una 
masculinización de los genitales externos (es decir, hiper-
trofia del clítoris) dentrodel útero y un exceso de vello 
facial y corporal (denominado hirsutismo) y acné en las 
mujeres adultas. El exceso de andrógenos suprarrenales 
también parece influir en la alteración de la ovulación 
a nivel ovárico (síndrome del ovario poliquístico).
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OH
CH3
CH3
CH3
HO
Pregnenolona
CYP17
C O
CH3
CH3
CH3
HO
17(OH) pregnenolona
CYP17
3β-HSD
C O
CH3
CH3
HO
DHEA
O
SULT2A1
CH3
CH3
OO
O–O DHEAS
O
CH3
CH3
Androstenodiona
O
S
O
● Figura 42-14. Vías esteroidogénicas de la zona reticular. La primera 
reacción común en la vía, que es la conversión de colesterol a pregnenolona 
por la CYp11A1, no se muestra. La expresión de la 3β-hidroxiesteroide deshi-
drogenasa (3β-HSD) es relativamente baja en la zona reticular, de forma que 
la androstenodiona es un producto relativamente menor en comparación con 
DHEA y DHEAS. La zona reticular también produce una cantidad relativamen-
te menor de testosterona y estrógenos (no se muestra). (Modificado de porter-
field Sp, White BA: Endocrine physiology, 3.ª ed., Filadelfia, Mosby, 2007.)
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ito
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(–)
Zona fascicular
+ +
MC2R
ACTH
Hipotálamo
e
hipófisis
Ausencia de
retroalimentación
sobre CRH
y ACTH
Retroalimentación
negativa
Zona reticular
Cortisol Andrógenos
Efectos
biológicos
Efectos
biológicos
MC2R
● Figura 42-15. El «asa ciega» 
en el eje hipotálamo-hipófisis-supra-
rrenal. La ACTH estimula la produc-
ción de cortisol y andrógenos su- 
prarrenales, pero sólo cortisol ejerce 
retroalimentación negativa sobre ACTH 
y CRH. por tanto, cuando se bloquea 
la producción de cortisol (p. ej., defi-
ciencia de CYp11B1), aumentan las 
concentraciones de ACTH, además de 
andrógenos suprarrenales. (Modifica-
do de porterfield Sp, White BA: Endo-
crine physiology, 3.ª ed., Filadelfia, 
Mosby, 2007.)
A NIVEL CELULAR
CYp11B1 y CYp11B2 se localizan en el cromosoma 8 en 
los seres humanos, muestran una similitud del 95% y se 
separan sólo unas 50 kilobases una de la otra. Esto 
aumenta la posibilidad de un entrecruzamiento desigual du-
rante la gametogénesis, con formación de genes híbridos. 
En un caso, la región promotora y el extremo 5’ del gen 
CYp11B1 se fusionan con el extremo 3’ del gen CYp11B2. 
Esta disposición determina que se exprese la aldosterona 
sintasa en la zona fascicular y reticular bajo control de la 
ACTH. Como la aldosterona ya no se encuentra sometida 
al control mediante retroalimentación del sistema renina-
angiotensina (v. capítulo 34), las concentraciones de al-
dosterona serán altas y se producirá hipertensión. Esta 
forma de hiperaldosteronismo primario se denomina al-
dosteronismo corregible con glucocorticoides, y se hereda 
de forma autosómica dominante. Se puede confirmar el 
diagnóstico con la reacción en cadena de la polimerasa 
y midiendo las concentraciones de 18-hidroxicortisol y 
18-oxicortisol en orina de 24 horas. La enfermedad se 
trata administrando glucocorticoides, que suprimen la 
ACTH y la expresión del gen híbrido.
reducción relacionada con la edad de DHEA y DHEAS ha 
llevado a popularizar el consumo de estos esteroides 
como complementos dietéticos, aunque los estudios re-
cientes indican que no producen efectos beneficiosos.
Regulación de la función de la zona reticular
La ACTH es el principal regulador de la zona reticular. 
Tanto la DHEA como la androstenodiona muestran el 
mismo ritmo diurno que el cortisol (pero no la DHEAS, 
porque su semivida circulante es larga). Además, la zona 
reticular muestra los mismos cambios atróficos que la 
zona fascicular en los trastornos caracterizados por es-
casa o nula ACTH. Sin embargo, otros factores deben re-
gular la función de los andrógenos suprarrenales. La 
adrenarquia se produce cuando las concentraciones de 
ACTH y cortisol son constantes, y el aumento y reduc-
ción de DHEAS no se asocian con un patrón similar de la 
producción de cortisol o de ACTH. Sin embargo, estos 
otros factores, que pueden ser suprarrenales o no, si-
guen siendo poco conocidos.
Zona glomerular
La zona delgada más externa de la suprarrenal, la zona glo-
merular, produce el mineralocorticoide aldosterona, que 
regula la homeostasia de la sal y el volumen (v. capítulo 34). 
La zona glomerular está poco influida por la ACTH, y se re-
gula más bien por el sistema renina-angiotensina, la [K+] 
sérica y el péptido natriurético auricular (ANP).
Una característica importante de la capacidad este-
roidogénica de la zona glomerular es que no expresa 
CYP17. Por tanto, las células de esta zona nunca elaboran 
cortisol, ni tampoco ningún tipo de andrógenos suprarre-
nales. La pregnenolona se convierte en progesterona y 
DOC por la 3β-HSD y CYP21, respectivamente (fig. 42-16).
Un rasgo completamente propio de la zona glomerular 
dentro de las glándulas esteroideas es la expresión de 
CYP11B2, que se regula por distintas vías de transmisión 
de señales. Además, la enzima codificada por CYP11B2, 
AplicAción clínicA
Un aspecto fundamental de la regulación de la zona reti-
cular es que ni los andrógenos suprarrenales ni sus meta-
bolitos más potentes (es decir, testosterona, dihidrotes-
tosterona, estradiol-17β) ejercen una retroalimentación 
negativa sobre ACTH o CRH (fig. 42-15). Esto quiere decir 
que un defecto enzimático asociado con la síntesis de 
cortisol (p. ej., deficiencia de CYp21B) se asocia con un 
aumento muy importante de la ACTH (no se produce re-
troalimentación negativa por el cortisol) y de los andróge-
nos suprarrenales (por aumento de ACTH). Esta «asa cie-
ga» del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal es responsable 
de la hiperplasia suprarrenal congénita.
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754 Berne y Levy. Fisiología
CH3
CH3
CH3
HO
Pregnenolona
C O
3β-HSD
CH3
CH3
CH3
Progesterona
C O
CYP21B
HO
O
CH3
CH3
CH2OH
11-desoxicorticosterona 
(DOC)
C O
CYP11B2
O
CH3
CH3
CH2OH
Corticosterona
C O
CYP11B2
O
HO
HO
CH3
CH3
CH2OH
18(OH) corticosterona
C O
CYP11B2
O
HO
CH3
CH2OH
Aldosterona
C O
O
O
CH
● Figura 42-16. Vías esteroidogénicas en la zona glomerular. La primera 
reacción común de esta vía, la conversión de colesterol en pregnenolona por 
CYpA11A1, no se muestra. Obsérvese que las tres últimas reacciones están catali-
zadas por CYp11B2. (Modificado de porterfield Sp, White BA: Endocrine physiology, 
3.ª ed., Filadelfia, Mosby, 2007.)
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 Capítulo 42 La glándula suprarrenal 755
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Aldosterona
Aldosterona
11β-HSD2
Complejo RM-chaperona
Chaperonas
disociadas Chaperonas
disociadas
Complejo RM-aldosterona
Respuesta biológica específica
a los mineralocorticoides
Respuesta biológica específica
a los glucocorticoides
Célula diana de los mineralocorticoides
11β-HSD1
Célula diana de los glucocorticoides
• Dimerización
• Transporte nuclear
• Unión a MRE
• Reclutamiento de proteínas
 y GTF coactivadores
• Alteraciones de la transcripción
 de los genes regulados por 
 la aldosterona
• Dimerización
• Transporte nuclear
• Unión a GRE
• Reclutamiento de proteínas
 y GTF coactivadores
• Alteraciones de la
 transcripción de los genes
 regulados por el cortisol
Cortisol
Cortisol
Cortisol
Complejo RG-chaperonas
Complejo RG-cortisol
Cortisona
Cortisona
Cortisona
Sangre
● Figura 42-17. El receptor de los mineralocorticoides (RM) está protegido de la activación por el 
cortisol gracias a la enzima 11β-hidroxiesteroides deshidrogenasa de tipo 2 (11β-HSD2), que convierte 
el cortisol en cortisona inactiva. La cortisona se puede convertir de nuevo en cortisol en las células diana 
de los glucocorticoidespor la enzima 11β-HSD de tipo 1. GTF: factores de transcripción generales; 
MRE: elemento de respuesta a los mineralocorticoides; GRE: elemento de respuesta a los glucocorticoi-
des. (Modificado de porterfield Sp, White BA: Endocrine physiology, 3.ª ed., Filadelfia, Mosby, 2007.)
denominada aldosterona sintasa, cataliza las tres últi-
mas reacciones desde DOC a aldosterona dentro de la 
zona glomerular. Estas reacciones incluyen la 11-hidro-
xilación de DOC para formar corticosterona, la 18-hi-
droxilación para formar 18-hidroxicorticosterona y la 
18-oxidación para formar aldosterona (figs. 42-9 y 42-16).
Transporte y metabolismo de la aldosterona
La aldosterona se une a la albúmina y a la proteína trans-
portadora de glucocorticoides en la sangre con baja afi-
nidad, y muestra una semivida biológica de unos 20 mi-
nutos. Casi toda la aldosterona se inactiva tras el primer 
paso hepático, conjugada con un grupo glucurónido 
y eliminada por el riñón.
Mecanismo de acción de la aldosterona
La aldosterona actúa igual que el cortisol (y otras hor-
monas esteroideas) en el sentido de que su mecanismo 
de acción primario está mediado por la unión a un recep-
tor intracelular específico (el receptor de mineralocor-
ticoides [RM]). Tras disociarse de las proteínas chapero-
nas, traslocarse al interior del núcleo, dimerizarse y 
unirse a los elementos de respuesta a los mineralocorti-
coides (MRE), el complejo RM-aldosterona regula la ex-
presión de genes específicos (v. capítulo 3). El cortisol se 
une al RM y activa los mismos genes que la aldosterona. 
Sin embargo, algunas células que expresan el RM tam-
bién expresan 11β-HSD2, que convierte el cortisol en el 
esteroide inactivo cortisona (fig. 42-17). La cortisona 
puede convertirse de nuevo en cortisol por la 11β-HSD1, 
que se expresa en varios tejidos que responden a gluco-
corticoides, incluidos el hígado y la piel.
Acciones fisiológicas de la aldosterona
Las acciones y la regulación de la aldosterona se comen-
tan en el capítulo 34.
AplicAción clínicA
Los estudios clínicos en seres humanos han demostrado 
un efecto pernicioso de la aldosterona sobre la función 
cardiovascular, independiente de sus efectos sobre la re-
absorción renal de sodio y agua. La aldosterona tiene un 
efecto proinflamatorio profibrótico en el sistema car-
diovascular, y produce hipertrofia con remodelación del 
ventrículo izquierdo. Este efecto de la aldosterona se aso-
cia a con aumento de la morbilidad y mortalidad en pa-
cientes con hipertensión esencial.
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756 Berne y Levy. Fisiología
AplicAción clínicA
La enfermedad de Addison, que es una insuficiencia 
suprarrenal primaria, determina la deficiencia de minera-
locorticoides y glucocorticoides. La causa más prevalente 
de esta enfermedad en Estados Unidos y Europa es la 
destrucción autoinmunitaria de la corteza suprarrenal. 
Como se produce una deficiencia de cortisol, aumenta la 
secreción de ACTH. La elevación de las concentraciones 
de ACTH determina una competición por MC1R en los 
melanocitos, y esto incrementa la pigmentación cutánea, 
sobre todo en los pliegues, las cicatrices y las encías 
(v. fig. 40-14). La pérdida de mineralocorticoides determi-
na una contracción del volumen extracelular, que determi-
na hipovolemia circulatoria y una reducción de la presión 
arterial. Como la pérdida de cortisol reduce la respuesta 
vasopresora frente a las catecolaminas, la resistencia vas-
cular periférica disminuye, lo que facilita la aparición de 
hipotensión. Los pacientes con enfermedad de Addison 
muestran también tendencia a la hipoglucemia en situa-
ciones de estrés o ayuno, y pueden sufrir una intoxica-
ción por agua si consumen demasiada. Como el cortisol 
es importante para la función muscular, en la deficiencia 
de cortisol se encuentra también debilidad muscular. La 
pérdida de cortisol provoca anemia, reducción de la mo-
tilidad y secreción digestiva, y menor absorción de hierro 
y vitamina B12. Disminuye el apetito, y esta reducción, 
asociada con la disfunción digestiva, es la causa de que 
estos pacientes pierdan peso. Estos enfermos suelen pre-
sentar alteraciones del estado de ánimo y la conducta, 
con tendencia a la depresión.
El exceso de hormonas adrenocorticales se denomina 
síndrome de Cushing. La administración farmacológica 
de corticoides exógenos se ha convertido en la causa más 
frecuente de este síndrome, seguida de los tumores secre-
tores de ACTH. La forma de síndrome de Cushing produ-
cida por un adenoma hipofisario funcionante se conoce 
como enfermedad de Cushing. La cuarta causa más fre-
cuente de síndrome de Cushing es el hipercortisolismo 
primario secundario a un tumor suprarrenal funcionante. 
Si el trastorno es primario o se debe a un tratamiento con 
corticoides, la secreción de ACTH se suprime y no se ob-
serva pigmentación excesiva de la piel. Sin embargo, cuan-
do la hipersecreción de la glándula suprarrenal es conse-
cuencia de un tumor no hipofisario secretor de ACTH, las 
concentraciones de ACTH llegan a ser tan altas que produ-
cen pigmentación de la piel.
El aumento de la secreción de cortisol condiciona el 
aumento de peso, con una distribución centrípeta carac-
terística de la grasa y una «joroba de búfalo». La cara es 
redonda (depósito de grasa) y las mejillas pueden estar 
enrojecidas, en parte por la policitemia. Los miembros 
son delgados por el adelgazamiento del músculo esque-
lético (secundario a la proteólisis) y es evidente la debili-
dad muscular (por proteólisis muscular e hipopotasemia). 
Es aparente la debilidad muscular proximal, que determi-
na que el paciente encuentre dificultades para subir esca-
leras o levantarse desde la posición de sentado. La acu-
mulación de grasa abdominal unida a la atrofia de los 
músculos abdominales y el adelgazamiento de la piel, 
determinan un abdomen ancho y protruyente. Se reco-
nocen estrías abdominales purpúricas como consecuen-
cia de las lesiones cutáneas secundarias a la proteólisis 
prolongada, el aumento de grasa abdominal o la pérdida 
del tono muscular en la pared abdominal. Se observa 
fragilidad capilar como consecuencia de las lesiones del 
tejido conjuntivo que da soporte a los capilares. Es posi-
ble que estos pacientes sufran signos de osteoporosis, 
con mala cicatrización de las heridas. Muestran alteracio-
nes metabólicas, incluidas intolerancia a la glucosa, hi-
perglucemia y resistencia frente a la insulina (v. fig. 42-11). 
El hipercortisolismo prolongado puede causar clínica 
de diabetes mellitus. Dada la supresión del sistema in-
munitario por los glucocorticoides, los pacientes son 
más susceptibles a las infecciones. Las actividades mine-
ralocorticoides de los glucocorticoides y el posible au-
mento de la secreción de aldosterona provocan reten-
ción de sal con la consiguiente retención de agua, que 
determina hipertensión. La secreción excesiva de andró-
genos puede producir hirsutismo, calvicie de patrón 
masculino e hipertrofia del clítoris (síndrome adrenoge-
nital) en las mujeres.
AplicAción clínicA
Cualquier bloqueo enzimático que reduce la síntesis de 
cortisol determina un aumento de la secreción de ACTH 
con hiperplasia suprarrenal. La forma más frecuente de 
hiperplasia suprarrenal congénita es consecuencia de la 
deficiencia de la enzima 21-hidroxilasa (CYP21). Estos 
individuos no pueden producir cantidades normales de 
cortisol, desoxicortisol, DOC, corticosterona o aldostero-
na (v. figs. 42-8 y 42-10, C). Como se altera la producción 
de cortisol y aumentan las concentraciones de ACTH, la 
esteroidogénesis se estimula, lo que aumenta los produc-
tos de síntesis «proximales» a la enzima que falta, y tam-
bién los productos de la zona reticular. Como entre estos
últimos se encuentran los andrógenos suprarrenales, los 
fetos femeninos sufrirán masculinización. Dado que son 
incapaces de producir los mineralocorticoides aldosterona, 
DOC y corticosterona, los pacientes afectados por este 
trastornotienen dificultades para retener sal y mantener el 
volumen extracelular. En consecuencia, pueden desarrollar 
hipotensión. Si el bloqueo se produce en el siguiente paso, 
la 11-β-hidroxilasa (CYp11B1), se producirá DOC y las 
concentraciones de DOC se acumularán (v. figs. 42-8 y 
42-10, C). Como DOC tiene una importante actividad mine-
ralocorticoide y sus concentraciones aumentan, estos indivi-
duos tienden a retener sal y agua, y sufren hipertensión.
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