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S07 -Mercados y estrategia competitiva v2

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Autores:
Paul Krugman
Robin Wells
Mercados y
estrategia competitiva
Extraído del libro Microeconomía
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Curso: Microeconomía y Macroeconomía
Fuente: Krugman, P. ; Wells, R. Microeconomía (3a. ed.). ed. Barcelona: Editorial Reverté, 2015. 676 p. 
Disponible en: https://elibro.net/es/ereader/utpbiblio/172048
Ley sobre el Derecho de Autor, Decreto Legislativo N° 822
a. La reproducción por medio reprográfico, digital u otro similar para la enseñanza o la
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nales, poemas unitarios, o de breves extractos de obras o del íntegro de obras aisladas de 
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se haga conforme a los usos honrados (cita obligatoria del autor) y que la misma no sea 
objeto de venta u otra transacción a título oneroso, ni tenga directa o indirectamente fines 
de lucro.
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Competencia perfecta y curva de oferta
Los consumidores de Estados Unidos tienen una gran preocupación por los temas de salud 
alimentaria. La demanda de alimentos y bebidas ecológicas, tales como el agua mineral y el 
cultivo de frutas y verduras biológicas, se incrementaron rápidamente durante las últimas 
dos décadas, a una tasa media del 20% al año. El pequeño grupo de agricultores pionero 
en las técnicas agrícolas ecológicas prosperó gracias a unos precios de sus productos más 
altos.
Pero todos sabían que los altos precios de los productos biológicos no persistirían, aunque 
la nueva y fuerte demanda de alimentos producidos de forma natural continuara: la oferta 
de alimentos ecológicos, aunque relativamente inelástica respecto al precio en el corto pla-
zo, era ciertamente elástica en el largo plazo. Las explotaciones que ya producían alimen-
tos biológicos incrementaron su capacidad y las explotaciones convencionales empezaron a 
entrar en el negocio de productos ecológicos. Así, el incremento en la cantidad ofertada en 
respuesta al aumento en el precio fue mucho mayor en el largo plazo que en el corto plazo.
¿Cómo se obtiene la curva de oferta? ¿Por qué son distintas las curvas de oferta a corto y 
a largo plazo? En este capítulo utilizaremos lo aprendido en el capítulo 11 sobre los costes, 
como base para el análisis de la curva de oferta. Como veremos, ello requerirá que conoz-
camos el comportamiento de las empresas individuales y el de una industria en su conjunto, 
integrada por muchas empresas individuales.
El análisis que desarrollaremos en este capítulo supone que la industria en cuestión opera 
en competencia perfecta. Empezaremos explicando el concepto de competencia perfecta, 
proporcionando una breve introducción a las condiciones que deben darse para que una 
industria opere en un entorno perfectamente competitivo. Entonces mostraremos cómo un 
productor decide cuánto producir en competencia perfecta. Por último, utilizaremos las cur-
vas de costes de los productores individuales para obtener la curva de oferta de la industria 
en competencia perfecta. Analizando el modo en que se desarrolla una industria a lo largo 
del tiempo, entenderemos la distinción entre los efectos a corto y a largo plazo de cambios 
en la demanda de una industria competitiva —por ejemplo, el efecto de las nuevas preferen-
cias en Estados Unidos por los alimentos biológicos producidos por la industria agrícola eco-
lógica. concluiremos con una exposición de las condiciones necesarias para la competencia 
perfecta.
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La competencia perfecta
Supongamos que Yves y Zoe son agricultores del mismo pueblo y que ambos cultivan to-
mates ecológicos. Ambos venden su producto en la misma cadena de tiendas de productos 
ecológicos; por tanto, en un sentido real, Yves y Zoe compiten entre sí.
¿Esto significa que Yves debería intentar expulsar del mercado de tomates ecológicos a Zoe 
o significa que Yves y Zoe deberían ponerse de acuerdo para producir menos con el fin de 
que los precios se mantuvieran altos? La respuesta seguramente es no: existen cientos o 
miles de agricultores que producen tomates ecológicos, de modo que Yves y Zoe compiten 
con todos ellos, no sólo compiten entre sí. Debido a la cantidad de vendedores de tomates 
ecológicos, si cualquiera de ellos produjera más o menos, ello no tendría un efecto significa-
tivo sobre los precios de mercado.
Cuando la gente habla de competencia entre empresas, la imagen que probablemente tienen 
en mente es una situación en la cual dos o tres empresas rivales están luchando por obtener 
ventajas sobre las otras. Pero los economistas saben que cuando una empresa rivaliza con 
muy pocos competidores, ello es un signo de que la competencia es bastante limitada. Como 
sugiere el ejemplo de los tomates ecológicos, cuando existe suficiente competencia carece 
de sentido identificar a las empresas rivales: existen tantos competidores que una empresa 
no puede señalar como rival a ninguna de ellas.
Dicho de otra forma: Yves y Zoe son productores precio-aceptantes. Un productor es pre-
cio-aceptante cuando sus acciones no pueden afectar al precio de mercado del bien o servi-
cio que vende. Como resultado, un productor precio-aceptante considera el precio de mer-
cado como dado. Cuando existe suficiente competencia —esto es cuando ocurre lo que los 
economistas llaman competencia “perfecta”— entonces cada productor es precio-aceptan-
te. Y hay una definición similar para los consumidores: un consumidor precio-aceptante es 
un consumidor que no puede influir en el precio de mercado del bien con sus acciones. Es 
decir, el precio de mercado no se ve afectado por lo mucho o lo poco que un consumidor 
compre.
Definición de competencia perfecta
En un mercado perfectamente competitivo, todos los participantes del mercado, tanto con-
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sumidores como productores, son precio-aceptantes. Es decir, ni las decisiones de consumo 
realizadas por los consumidores individuales ni las decisiones de producción realizadas por 
los productores individuales afectan al precio de mercado del bien.
El modelo de oferta y demanda, presentado en el capítulo 3 y utilizado repetidamente desde 
entonces, es un modelo de mercado perfectamente competitivo. Este modelo depende del 
supuesto de que ningún comprador o vendedor individual de un bien, como granos de café o 
tomates ecológicos, puede afectar al precio al que compra o vende ese bien.
Como regla general, los consumidores son precio-aceptantes. Ejemplos en los que el consu-
midor pueda afectar a los precios que paga son raros. Sin embargo, es bastante común que 
los productores tengan alguna capacidad significativa para afectar a los precios que cobran, 
fenómeno que será estudiado en el capítulo 13. Así, el modelo de competencia perfecta es 
apropiado para algunos mercados, no para todos. Una industria en la cual los producto-
res son precio-aceptantes es denominada industria perfectamente competitiva. Algunas in-
dustrias claramente no son perfectamente competitivas; en los próximos capítulos veremos 
cómo analizar las industrias que no se ajustan al modelo perfectamente competitivo.
¿Bajo qué circunstancias todos los productores son precio-aceptantes? En la siguiente sec-
ción veremos que hay dos condiciones necesarias para que unaindustria sea perfectamente 
competitiva y que también suele darse una tercera condición.
Dos condiciones necesarias para la competencia perfecta
Los mercados de los principales cereales, como el trigo y el maíz, son perfectamente compe-
titivos: las explotaciones agrícolas de trigo o de maíz, así como los compradores de trigo o 
maíz, toman los precios como dados. En contraste, los mercados de algunos alimentos elabo-
rados a partir de estos cereales —en particular, los cereales para el desayuno— no suelen ser 
perfectamente competitivos. Existe una intensa competencia entre las marcas de cereales, 
pero no existe competencia perfecta. Para entender la diferencia entre el mercado de trigo y 
el mercado de trigo preparado para el desayuno debe conocerse la importancia de dos con-
diciones necesarias de la competencia perfecta.
En primer lugar, para que una industria sea perfectamente competitiva, debe contener mu-
chos productores, y ninguno de ellos puede tener una gran cuota de mercado. La cuota de 
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mercado de un productor es la proporción de output producido por ese productor sobre el 
output total de la industria. La distribución de la cuota de mercado constituye una importan-
te diferencia entre la industria del cereal y la industria de cereal preparado para el desayuno. 
Hay miles de explotaciones agrícolas productoras de trigo y ninguna de ellas cuenta con más 
de una pequeña fracción de las ventas totales de trigo.
Sin embargo, la industria de cereales para el desayuno está dominada por cuatro empresas: 
Kellogg’s, General Mills, Post Foods y Quaker Oats Company. Sólo la empresa Kellogg’s pro-
duce la tercera parte de toda la producción de cereales para el desayuno. Los ejecutivos de 
Kellogg’s saben que si venden más cornflakes (copos de maíz), probablemente forzarán a 
que el precio de los copos de maíz para el desayuno caiga. Es decir, saben que sus acciones 
afectan a los precios de mercado, simplemente porque, al representar una gran parte del 
mercado, cualquier cambio en su producción afectará significativamente a la cantidad total 
ofertada. Por tanto, tiene sentido suponer que los productores son precio-aceptantes sólo 
cuando una industria no contiene grandes productores como Kellogg’s.
Libre entrada y salida
Todas las industrias perfectamente competitivas tienen muchos productores con cuotas de 
mercado pequeñas, que producen un producto homogéneo. La mayoría de las industrias 
competitivas también se caracterizan por un rasgo adicional: es fácil que nuevas empresas 
entren en la industria o que empresas que operan actualmente en la industria la abandonen. 
Es decir, no existen obstáculos en forma de regulaciones del gobierno o accesos limitados a 
recursos clave que impidan la entrada al mercado de nuevos productores. Tampoco existen 
costes adicionales relacionados con el cierre de una empresa y la salida de la industria. Los 
economistas denominan entrada a la llegada de nuevas empresas a la industria; y denominan 
salida al abandono de empresas de la industria. Cuando no hay obstáculos a la entrada o 
salida en una industria, decimos que la industria tiene libre entrada y salida.
La libre entrada y salida no es estrictamente necesaria para la existencia de competencia 
perfecta. En el capítulo 5 describimos el caso de la pesca de almejas de Nueva Jersey, donde 
las regulaciones tienen el efecto de limitar el número de barcos pesqueros. A pesar de esta 
regulación, hay suficientes barcos operando, por lo que los pescadores son precio-aceptan-
tes. Pero la libre entrada y salida es un factor clave en la mayoría de las industrias competiti-
vas. Ello asegura que el número de productores en una industria puede ajustarse a los cam-
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bios en las condiciones de mercado. Y, sobre todo, asegura que los productores que operan 
en una industria no pueden impedir la entrada de otras empresas.
El monopolio
Hace unos pocos años, la empresa De Beers, el mayor oferente del mundo de diamantes, pu-
blicó un anuncio en el que animaba a los hombres a comprar diamantes a sus esposas. ‘ella 
se casó con usted en la riqueza, en la pobreza’, decía el anuncio. ‘Déjele que sepa cómo le va’.
¿Grosero? sí. ¿efectivo? sin lugar a dudas. Durante generaciones los diamantes han sido un 
símbolo del lujo, valorados no sólo por su apariencia sino también por su rareza.
Pero los gemólogos podrían contarnos que los diamantes no son tan raros. De hecho, según 
Dow Jones-Irwin Guide to Fine Gems and Jewelry (Guía Dow Jones- Irwin de Gemas precio-
sas y Joyería), los diamantes son ‘más comunes que cualquier otra piedra coloreada con 
calidad de gema. simplemente parecen ser más raros...’.
Hasta ahora nos hemos centrado exclusivamente en los mercados perfectamente competi-
tivos —mercados en los que los productores son competidores perfectos. Pero De Beers no 
es como el productor que hemos estudiado hasta el momento: es un monopolista, el único 
(o casi único) productor de un bien. Los monopolistas se comportan de forma diferente a los 
productores de las industrias perfectamente competitivas: mientras los competidores per-
fectos toman como dado el precio al que pueden vender su producto, los monopolistas sa-
ben que sus acciones afectan a los precios de mercado y tienen ese efecto en cuenta cuando 
deciden cuánto deben producir. Antes de comenzar nuestro análisis, demos un paso atrás y 
miremos al monopolio y a la competencia perfecta como partes de un sistema más amplio de 
clasificación de los mercados.
La competencia perfecta y el monopolio son tipos particulares de estructuras de mercado. 
Son categorías concretas de un sistema que los economistas utilizamos para clasificar los 
mercados y las industrias de acuerdo con dos dimensiones fundamentales. Este capítulo em-
pieza con una breve revisión de los tipos de estructuras de mercado. Ello nos ayudará tanto 
en éste como en los siguientes capítulos para entender mejor por qué los mercados difieren 
y por qué los productores de esos mercados se comportan de forma bastante diferente.
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Tipos de estructuras de mercado
En el mundo real, existe una amplia variedad de mercados diferentes. Observamos patrones 
de comportamiento muy diferentes en los productores de distintos mercados: en algunos 
mercados los productores compiten intensamente entre sí; en otros, parecen coordinar de 
algún modo sus acciones para evitar competir con los demás; y, tal y como acabamos de des-
cribir, algunos mercados son monopolios en los que no hay competencia en absoluto. Para 
desarrollar principios y hacer predicciones sobre los mercados y cómo los productores se 
comportan en dichos mercados, los economistas han desarrollado cuatro modelos básicos 
de estructura de mercado: competencia perfecta, monopolio, oligopolio, y competencia mo-
nopolística.
Este sistema de estructuras de mercado está basado en dos dimensiones:
• El número de productores que hay en el mercado (uno, pocos o muchos)
• Si los bienes ofrecidos son idénticos o diferenciados
Bienes diferenciados son bienes diferentes pero considerados como sustitutivos de algún 
modo por los consumidores (pensemos por ejemplo en Coca-Cola frente a Pepsi).
La figura 13-1 muestra un sencillo resumen de los tipos de estructura de mercado clasifica-
dos de acuerdo con estas dos dimensiones. En el monopolio, un único productorvende un 
único bien no diferenciado. En el oligopolio, unos pocos productores —más de uno, pero no 
muchos— venden productos que pueden ser idénticos o diferenciados. En la competencia 
monopolística, hay muchos productores y cada uno vende un producto diferenciado (pense-
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mos en los productores de libros de texto de Economía). Y finalmente, como ya sabemos, en 
la competencia perfecta muchos productores venden un producto idéntico.
Podemos preguntarnos qué determina el número de empresas que hay en un mercado: si hay 
una (monopolio), unas pocas (oligopolio), o muchas (competencia perfecta y competencia 
monopolística). No contestaremos todavía a esta pregunta; abordaremos está cuestión más 
adelante en este capítulo y en los capítulos 15 y 16, que analizan el oligopolio y la competen-
cia monopolística, respectivamente. Sólo señalaremos brevemente que en el largo plazo ello 
depende de la existencia de ciertas condiciones que dificultan la entrada de nuevas empre-
sas en el mercado, tales como regulaciones gubernamentales que desincentivan la entrada, 
economías de escala en la producción, superioridad tecnológica, o control de los recursos 
necesarios para la producción. Cuando se dan estas condiciones, las industrias tienden a ser 
monopolios u oligopolios; sin ellas, las industrias tienden a ser perfectamente competitivas 
o monopolísticamente competitivas.
El monopolio: nuestro primer alejamiento de la competencia per-
fecta
Como vimos en el capítulo 12 en la sección ‘Definición de competencia perfecta’, el modelo 
de oferta y demanda de un mercado no es universalmente válido. Al contrario, un modelo de 
competencia perfecta es sólo uno de los distintos tipos de estructura de mercado que exis-
ten. En el capítulo 12 aprendimos que un mercado es perfectamente competitivo sólo si hay 
muchos productores, que producen el mismo bien. El monopolio es la situación extrema más 
alejada de la competencia perfecta.
Los monopolios, no obstante, juegan un papel importante en algunos sectores de la eco-
nomía, por ejemplo, en la industria farmacéutica. Además, nuestro análisis del monopolio 
proporcionará una base para el estudio posterior de otras estructuras de mercado alejadas 
también de la competencia perfecta, como el oligopolio y la competencia monopolística.
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¿Por qué existen monopolios?
Un monopolista que obtiene beneficios no pasará desapercibido a otros productores. (Re-
cordemos que el “beneficio económico” es el ingreso obtenido teniendo en cuenta el coste 
de oportunidad de los recursos de una empresa). Pero ¿por qué otras empresas no se cuelan 
en la fiesta, cogen una parte de la actividad y reducen los precios y los beneficios a largo 
plazo? Para que un monopolio que obtiene beneficios perviva, debe haber algo que evite 
que otros productores entren en el mismo mercado; ese ‘algo’ son las llamadas barreras de 
entrada. Hay cinco tipos fundamentales de barreras de entrada: control de recursos o de 
factores productivos escasos, existencia de rendimientos crecientes o economías de escala, 
superioridad tecnológica, externalidades de red y barreras creadas por el gobierno.
1. Control de un recurso o de un factor productivo escaso. Un monopolista que controla 
un recurso o un factor productivo esencial para una industria puede evitar que otras empre-
sas entren en el mercado. Cecil Rhodes creó el monopolio De Beers estableciendo el control 
sobre las minas que producen la gran mayoría de los diamantes del mundo.
2. Economías de escala. Muchos estadounidenses tienen instalaciones de gas natural en 
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sus casas, para cocinar y para la calefacción. Invariablemente, la compañía que suministra el 
gas local es un monopolista. Pero, ¿por qué no compiten otras compañías rivales para sumi-
nistrar el gas?
En los primeros años del siglo xix, cuando la industria del gas estaba empezando, las com-
pañías sí competían por los clientes locales. Pero esta competencia no duró mucho; pronto, 
la oferta de gas local se convirtió en un monopolio en casi todas las ciudades debido a los 
elevados costes fijos que conllevan las instalaciones de gas para el suministro en una ciudad. 
Debido a que el coste de instalar las tuberías del gas no dependía de cuánto gas vendiera 
la empresa, las compañías con un mayor volumen de ventas contaban con una ventaja de 
costes: como tenían la posibilidad de distribuir los costes fijos entre un mayor volumen de 
ventas, contaban con un menor coste total medio que las empresas de menor dimensión.
La oferta local de gas es una industria en la que el coste total medio siempre cae conforme 
aumenta el volumen de producción. Como aprendimos en el capítulo 11, este fenómeno se 
denomina economías de escala. Allí aprendimos que cuando el coste total medio cae al au-
mentar la producción, las empresas tienden a adquirir una mayor dimensión. En una indus-
tria caracterizada por la existencia de economías de escala, las empresas de mayor tamaño 
obtienen beneficios más altos y pueden expulsar del mercado a las empresas más pequeñas. 
Por el mismo motivo, las compañías ya establecidas tienen una ventaja de coste sobre los 
entrantes potenciales —una potente barrera de entrada. Por ello, las economías de escala 
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pueden tanto dar origen a los monopolios como mantenerlos en el tiempo.
3. Superioridad tecnológica. Una empresa que mantiene una ventaja tecnológica sostenida 
sobre sus competidores potenciales puede establecerse como un monopolio.
Deberíamos destacar, no obstante, que, en ciertas industrias de alta tecnología, la superio-
ridad tecnológica no es garantía de éxito frente los competidores como consecuencia de las 
externalidades de red.
4. Externalidades de red. Si Vd. fuera la única persona en el mundo con conexión a inter-
net, ¿de qué le serviría la conexión? La respuesta es, por supuesto, para nada. La conexión 
a Internet tiene un valor porque otras personas también están conectadas. Y, por lo general, 
cuantas más personas están conectadas, mayor es el valor de la conexión. El fenómeno, se-
gún el cual el valor de un bien o servicio para un individuo aumenta cuando otros muchos 
utilizan el mismo bien o servicio, se denomina externalidad de red —el valor se obtiene al 
permitir que sus usuarios participen en una red de otros usuarios.
Cuando se da una externalidad de red, la empresa que cuenta con una red de clientes ma-
yor usando sus productos, disfruta de una ventaja al atraer a nuevos consumidores, lo que 
puede permitirle convertirse en monopolista. Como mínimo, la empresa dominante puede 
cobrar un precio superior y, con ello, obtener mayores beneficios que los competidores. Por 
otra parte, la externalidad de red puede proporcionar una ventaja a la empresa con mayores 
recursos. Las empresas con mayores recursos financieros pueden vender con pérdidas con 
la expectativa de que hacerlo les va a proporcionar una mayor cartera de clientes.
5. Barreras creadas por el gobierno. En 1998, la compañía farmacéutica Merck introdujo 
Propecia, un medicamento eficaz contra la alopecia. A pesar de que este medicamento per-
mitía obtener cuantiosos beneficios y que otrasempresas farmacéuticas disponían del cono-
cimiento técnico de cómo producirlo, ninguna otra empresa desafió el monopolio de Merck. 
Ello se debió a que el gobierno estadounidense había dado a Merck una autorización legal 
exclusiva para comercializar el medicamento en Estados Unidos. Propecia es un ejemplo de 
monopolio protegido por barreras creadas por el gobierno.
Los monopolios de origen legal más importantes en la actualidad surgen a través de las pa-
tentes y los copyrights. Una patente proporciona a un inventor el derecho en exclusiva de 
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producir, utilizar o vender el invento durante un periodo que en la mayor parte de los países 
oscila entre 16 y 20 años. Las patentes son otorgadas a los inventores de nuevos productos, 
como los medicamentos o las máquinas; de forma similar, un copyright proporciona al autor 
de una obra literaria o artística el derecho en exclusiva de los beneficios obtenidos por la 
obra, habitualmente por un periodo equivalente a la vida del autor más 70 años.
Monopolio versus competencia perfecta
Cuando Cecil Rhodes agrupó a muchos productores de diamantes indepen- dientes dando 
lugar a De Beers, transformó una industria competitiva en un monopolio. Podemos utilizar 
nuestro análisis para observar los efectos de dicha agrupación.
Volvamos a la figura 13-6 y preguntémonos cómo funcionaría este mismo mercado si la in-
dustria, en lugar de ser un monopolio, fuera perfectamente competitiva. Continuamos supo-
niendo que no hay costes fijos y que el coste marginal es constante, por lo que el coste total 
medio y el coste marginal son iguales.
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Si la industria de diamantes está formada por muchas empresas perfectamente competiti-
vas, entonces todas ellas toman el precio de mercado como dado. Es decir, cada productor 
actúa como si su ingreso marginal fuera igual al precio de mercado. Por tanto, en esta indus-
tria, cada empresa utiliza la regla de la producción óptima de la empresa precio aceptante:
(13-2) P = CMg para la cantidad de producción que maximiza el beneficio de la empresa per-
fectamente competitiva
En la figura 13-6, correspondería con la producción asociada al punto C, donde el precio de 
cada diamante, PC, es 200 €, e igual al coste marginal. Por tanto, en competencia perfecta, 
la producción que maximiza los beneficios de la industria, Qc, es 16 diamantes.
Pero, ¿la industria perfectamente competitiva obtiene beneficios en el punto C? No: el pre-
cio, 200 €, es igual al coste total medio por diamante. Por tanto, esta industria no obtiene 
beneficios económicos cuando produce el nivel de producción correspondiente a la compe-
tencia perfecta.
Acabamos de ver que cuando la industria se convierte en un monopolio, el resultado es muy 
diferente. El monopolista cuando calcula su ingreso marginal toma en consideración el efec-
to precio, por lo que el ingreso marginal es inferior al precio. Esto es,
(13-3) P > IMg = CM para la cantidad de producción que maximiza el beneficio del monopo-
lista
Como acabamos de mostrar, el monopolista produce menos que la industria competitiva —8 
diamantes en lugar de 16. Con monopolio el precio es 600 €, mientras que bajo competencia 
perfecta tan sólo es 200 €. El monopolista obtiene un beneficio positivo, a diferencia de lo 
que ocurre con la industria competitiva.
En consecuencia, tal y como sugerimos previamente vemos que, comparado con una indus-
tria competitiva, un monopolista:
• Produce menos cantidad de bien: QM < QC
• Cobra un precio mayor: PM > PC
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• Obtiene beneficios
El oligopolio
La frecuencia del oligopolio
Cuando se produjo la citada reunión, ninguna empresa controlaba la industria de lisina a 
nivel mundial, aunque únicamente había unos pocos grandes productores. Una industria en 
la que existen sólo unos cuantos vendedores se denomina oligopolio; una empresa que par-
ticipa en esta industria es un oligopolista.
Los oligopolistas obviamente compiten entre ellos por las ventas. Sin embargo, ni ADM ni 
Ajino moto se comportaban como empresas de una industria perfectamente competitiva, 
que toman como dado el precio al que pueden vender su producto. Cada una de ellas sabía 
que su decisión acerca de cuánto producir influiría en el precio de mercado. Es decir, al igual 
que los monopolistas, cada una de las empresas tenía algún poder de mercado. Por tanto, la 
competencia en esta industria no era “perfecta”.
Los economistas denominan competencia imperfecta a aquella situación en la cual, aunque 
las empresas compiten, también poseen cierto poder de mercado —lo cual les permite influir 
en los precios de mercado. Como vimos en el capítulo 13, hoy en día existen dos importantes 
formas de competencia imperfecta: el oligopolio y la competencia monopolística. De las dos, 
el oligopolio es probablemente la más importante en la práctica.
Es importante tener en cuenta que un oligopolio no está formado necesariamente por empre-
sas grandes. Lo importante no es el tamaño per se, sino el número de competidores que hay. 
Si en una pequeña ciudad hay sólo dos tiendas de ultramarinos, este negocio es un oligopolio 
análogo a las líneas aéreas que realizan el puente aéreo entre Nueva York y Washington.
¿Por qué son tan frecuentes los oligopolios? En esencia, el oligopolio es el resultado de los 
mismos factores que a veces dan lugar a un monopolio, aunque en una versión débil. Pro-
bablemente la principal causa de oligopolio sea la existencia de economías de escala, pues 
proporciona a los grandes productores una ventaja en costes sobre los pequeños producto-
res. Cuando estos efectos son muy fuertes surgen los monopolios; cuando no son tan impor-
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tantes dan lugar a que un número pequeño de empresas compitan entre sí. Por ejemplo, las 
grandes tiendas de ultramarinos tienen habitualmente unos costes inferiores a las tiendas 
de ultramarinos de pequeño tamaño. Sin embargo, las ventajas derivadas de producir a ma-
yor escala van disminuyendo conforme la empresa crece, razón por la cual en las ciudades 
pequeñas a menudo sobreviven dos o tres tiendas.
Libre entrada y salida a largo plazo
En las industrias que operan en competencia monopolística, los nuevos productores, con 
sus propios productos diferenciados, pueden entrar libremente en la industria a largo plazo. 
Por ejemplo, otros vendedores de comida rápida abren nuevos establecimientos en el centro 
comercial si piensan que les va a resultar rentable hacerlo. Además, las empresas salen de la 
industria si no cubren a largo plazo sus costes.
La competencia monopolística, por tanto, se diferencia de las tres estructuras de mercado 
que hemos estudiado hasta ahora. No es igual que la competencia perfecta: las empresas 
tienen algún poder para fijar los precios. No es un monopolio puro: las empresas se enfrentan 
a alguna competencia. Y no es igual que el oligopolio: como hay muchas empresas y existe 
libertad de entrada, no es posible la colusión, aspecto éste muy importante en el oligopolio.
Enseguida veremos cómo se determinan los precios, la producción y el número de productos 
disponibles en las industrias que operan en competencia monopolística. Sin embargo,estu-
diemos antes más detenidamente lo que significa tener productos diferenciados.
Diferenciación de producto
En el capítulo 14 señalamos que la diferenciación de producto juega a menudo un papel im-
portante en las industrias oligopolísticas. En tales industrias, la diferenciación de producto 
reduce la intensidad de la competencia entre empresas cuando no se alcanza ningún acuer-
do tácito de colusión. La diferenciación de producto juega un papel incluso más relevante en 
las industrias que operan bajo competencia monopolística. Debido a que la colusión tácita 
es imposible cuando hay muchos productores, la diferenciación de producto es la única for-
ma que tienen las empresas que compiten monopolísticamente para lograr algún poder de 
mercado.
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Curso: Microeconomía y Macroeconomía
Fuente: Krugman, P. ; Wells, R. Microeconomía (3a. ed.). ed. Barcelona: Editorial Reverté, 2015. 676 p. 
Disponible en: https://elibro.net/es/ereader/utpbiblio/172048
¿Cómo pueden las empresas de una misma industria —tales como establecimien- tos de co-
mida rápida, gasolineras o empresas chocolateras— diferenciar sus produc- tos? A veces la 
diferencia está fundamentalmente en la mente de los consumidores más que en los produc-
tos mismos. Al final del capítulo discutiremos el papel de la publicidad y la importancia de 
las marcas comerciales para lograr este tipo de diferenciación de producto. Sin embargo, lo 
habitual es que las empresas diferencien sus productos (¡sorpresa!) haciéndolos realmente 
diferentes.
La clave de la diferenciación de producto es que los distintos consumidores tienen preferen-
cias distintas y están dispuestos a pagar algo más para satisfacerlas. Cada productor puede 
apropiarse de un nicho del mercado produciendo aquello que satisface las preferencias con-
cretas de un grupo de consumidores mejor que los productos de otras empresas. Se puede 
diferenciar un producto de tres formas: diferenciación por estilo o tipo, diferenciación por 
localización y diferenciación por calidad.
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