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Universidad de Los Andes Núcleo Universitario “Rafael Rangel” Departamento de Ciencias Económicas, Administrativas y Contables Pampanito, Estado Trujillo ANÁLISIS Prácticas de eficiencia energéticas Elaborado por: Angelina Paredes V- 31866214 Septiembre, 2023 Las prácticas de eficiencia energética son aquellas medidas que se toman para reducir el consumo de energía en una empresa, hogar o cualquier otro tipo de instalación, sin perder la función que cumple la actividad. [22/9 2:40 p. m.] Asistente Pi: Las medidas de eficiencia energética pueden ser de varios tipos: - Mejorar los sistemas de control, como sensores, programas informáticos o sistemas automatizados, que permiten optimizar el consumo de energía. - Invertir en nuevos sistemas de energía eficientes, como aire acondicionado inverter o sistemas de ventilación mecánica. - Reducir la pérdida de energía por causa de fugas, como una instalación eléctrica mal hecha o aislamiento deficiente. - Usar tecnologías de energía renovable, como paneles solares, turbinas eólicas o sistemas de calefacción geotérmica. Es importante mencionar que las prácticas de eficiencia energética no solo aportan beneficios ambientales y económicos, sino también sociales. La eficiencia energética reduce la huella de carbono y ahorra costes, lo que mejora la competitividad de las empresas, favorece la distribución de ingresos y contribuye a la reducción de la brecha digital, entre otros beneficios. Es interesante observar que estas medidas no sólo implican inversiones o gastos, sino que también implican ahorros. Por ejemplo, una mejor instalación eléctrica o una mejor aislación pueden costar dinero, pero reducirán el gasto en electricidad, lo que significa ahorrar en la factura. De esta manera, las prácticas de eficiencia energética tienen un efecto doble: un beneficio inmediato (ahorrar en la factura) y un beneficio a largo plazo (mejorar el ambiente, reducir la brecha digital, etc). Por esto, es importante considerarlas no sólo desde un punto de vista financiero, sino también desde una perspectiva global. Hay muchas maneras de mejorar la eficiencia energética, así como muchos sectores que pueden aplicar estas prácticas, como la vivienda, la empresa, el transporte, la industria, la agricultura y muchos otros. Cada uno de estos sectores necesita medidas adecuadas y adaptadas a sus necesidades. Para un hogar, una de las primeras medidas que se pueden adoptar son las denominadas "bajas en el consumo" (low hanging fruits). Es decir, medidas de fácil implantación que son bien rentables. Por ejemplo, cambiar el tipo de bombillas, ajustar los termostatos o cerrar los grifos después de usar el agua. Si bien estas medidas pueden parecer pequeñas, en conjunto tienen un gran impacto. Se calcula que un hogar promedio puede reducir un 20% su consumo energético sin inversiones adicionales y sin privarse de ningún servicio. Por otro lado, si se invierte un poco más en mejoras de eficiencia, el ahorro se puede doblar o triplicar.
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