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Estudio psicoanalítico de la personalidad

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1
 
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de la Asociación 
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Psicoanaí ftica 
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rrü]¡llVlre:l:. MI opümi¡;mo y &~! C()f(lJe,,·que 
mcreron de él uno de 
Biblioteca: Grandes Obras del Psicoanálisis 
1- Erik H. Erikson: ÉTICA y PSICOANÁLISIS
 
2- D. W. Winnicott: CLÍNICA PSICOANALÍTICA INFANTIL
 
3- D. W. Winnicott: EL NIÑO Y EL MUNDO EXTERNO
 
4- Karl Abraham: ESTUDIOS SOBRE PSICOANÁLISIS Y PSIQUIATRÍA
 
5- Erik H. Erikson: INFANCIA y SOCIEDAD
 
6- Karl Abraham: PSICOANÁLISIS CLÍNICO
 
7- D. W. Winnicott: LA FAMILIA Y EL DESARROLLO DEL INDIVIDUO
 
8- W. R. Bion: VOLVIENOO A PENSAR
 
9- D. Meltzer: EL PROCESO PSICOANALÍTICO
 
10- Ernest Jones: VIDA y OBRA DE SIGMUND FREUD. TOMO I 
11- Ernest Jones: VIDA y OBRA DE SIGMUND FREUD. TOMO II 
12- Ernest Jones: VIDA y OBRA DE SIGMUND FREUD. TOMO III 
13- W. R. Bion: ELEMENTOS DE PSICOANÁLISIS 
14- P. Heimann- S. Isaacs- J. Riviere: DESARROLLOS EN PSICOANÁLISIS 
15- Sandor Ferenczi: SEXO y PSICOANÁLISIS 
16- Sandor Ferenczi: TEORÍA y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS 
17- Sandor Ferenczi: PROBLEMAS y MÉTODOS DEL PSICOANÁLISIS 
18- W. Ronald D. Fairbairn: ESTUDIO PSICOANALÍTICO DE LA PERSONALIDAD 
VOLUMEN 
18 
Presentación de la edición castellana .. .. .. .. ., .. " .. .. 7
 
Prefacio .. .. .. .. ., .. .. .. .. .. .. ..	 II
 
Introducción " ., .. .. ., ., .. .. .. " .,	 13
 
PARTE PRIMERA 
UNA TEORÍA DE LAS RELACIONES OBJETALES DE LA PERSONALIDAD 
CAPÍTULO I
 
Factores esquizoides en la perwnalidad (1940) .. .. .. .. .. 19
 
1.	 La tendencia a la orientación hacia un objeto parcial
 
(órgano corporal) .. .. .. .. .. .. .. ., .. .. 27
 
2.	 Predominio del tomar sobre el dar en la actitud li­
bidinosa .. .. .. .. .. " .. .. .. .. .. ,.. 29
 
3.	 El factor incorporativo en la actitud libidinosa 32
 
4.	 Vaciamiento del objeto como una implicación de la
 
actitud libidinosa '. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 37
 
CAPÍTULO 11
 
Revisión de la psicopatología de las psicosis. y psiconeuro­
sis (1940) , ., ., .. '.. .. .. .. .. 41
 
Teoría del desarrollo de las relaciones de objeto, basada en
 
La etapa de transición entre la dependencia infantil y la
 
Introducción .. .. .. .. .. .. ,. ., .. .. " .. .. .. 41
 
Limitaciones intrínsecas de la teoría de la libido .. .. .. 42
 
el tipo de dependencia del objeto .. .. .. .. .. .. 47
 
adulta, sus técnicas y su psicopatología .. " .. 53
 
La etapa de dependencia infantil y su psicopatología .. ., 57
 
4	 ÍNDICE DE MATERIAS 
CAPÍTULO 111 
.La represión y el retorno de los objetos malos .. .. .. 69 
Con especial referencia a las "neurosis de guerra" (1943) 69 
1.	 La importancia de las relaciones de objeto 69 
2.	 La naturaleza de lo reprimido .. " .. .. 70 
3.	 Los objetos reprimidos .. .. .. .. .. .. 72 
4.	 La defensa moral contra los objetos malos 74 
5.	 La dinámica de la influencia de los objetos malos .. 76 
6.	 La culpa como defensa contra la liberación de los objetos 
malos .. " , .. .. .. .. .. .. .. .. 77 
7. Un pacto con el diablo .. .. .. .. .. .. .. ., " .. 79 
8.- Las catexis libidinosas de los objetos malos como fuente 
de resistencia .. .. " .. " .. .. .. ., .. .. 80 
9.	 Disolución de la catexis del objeto malo ... , .. .. .. 82 
10.	 El retorno psicopatológieo de los objetos malos .. .. .. 83 
11.	 La liberación traumática de los objetos malos con espe­
cial referencia a los casos militares .. .. .. .. .. 84 
12.	 Nota sobre la compulsión a la repetición " ., .. 86 
13.	 Nota sobre los instintos de muerte .. 86 
14.	 Las psiconeurosis y psicosis de guerra .. .. .. 87 
CAPÍTULO IV 
Las estructuras endopsiquicas consideradas en términos de re­
laciones de objeto .. .. .. .. " .. " .. .. .. .. .. .. 91 
La psicología de las relaciones de objeto como principio ex­
plicativo de la internalización de los objetos .. .. .. 91 
La psicología del impulso y sus limitaciones .. .. .. .. ., 93 
La psicología de la estructura y la represión de las estruc­
turas .. .. .. " .. .. .. .. 9(j 
La posición esquizoide .. .. 9a 
"De vuelta a la histeria" .. 99 
Una multiplicidad de yos .. 101 
Las relaciones de objeto del yo central y de los yos sub­
sidiarios .. .. .. .. .. .. " .. " .. .. .. .. .. 101 
La situación endopsíquica básica y revisión de la teoría de 
la estructura mental así establecida .. .. .. .. .. .. 11] 
La disociación del yo y la represión consideradas como as­
pectos de un idéntico proceso de actuación en los esta­
dos 'esquizoides e histéricos .. .. .. .. .. .. " .. 1U 
El origen de la situación endopsíquica básica y de la mul­
tiplicidad de yos .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .... 114 
La técnica de "Divide et impera" para la distribución de la 
libido y de la agresión.. .. .. .. .. .. .. .. .... lIt 
ÍNDICE DE MATERIAS 5
 
La represron directa, la resistencia libidinosa y la repre­
sión indirecta .. .. .. .. .. .. .. .. 119
 
La psicología de estructura dinámica y su base científica
 
La psicología de estructura dinámica como sistema expli-
El significado de la situación edipica .. .. .. .. 122
 
Angustia neurótica y sufrimiento histérico .. .. 127
 
general •. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 127
 
cativo .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 129
 
La cualidad dinámica de los objetos internalizados 132
 
Addendum (1951) .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 135
 
CAPÍTULO V
 
Relaciones objetales y estructura dinámica (1946) .. .. .. .. 139
 
CAPÍTULO VI
 
Estadios en el desarrollo de una teoría de relaciones ob[etales
 
de la personalidad (1949) .. ., .. .. .. .. .. .. .. ., 153
 
CAPÍTuLO VII
 
Sinopsis del desarrollo de las ideas del autor sobre la estruc­
tura de la personalidad (1951) .. .. .. .. .. .. .. .. .. 163
 
PARTE SEGUNDA 
ARTÍCULOS CÚNICOS 
CAPÍTULO I
 
Notas sobre las fantasías religiosas de una paciente (1927) 181
 
Nota suplementaria (1951) .. .. .. .. .. .. .. .. 189
 
CAPÍTULO II
 
Aspectos en el análisis de una paciente con una anormalidad
 
física genital (1931) '. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 193
 
CAPÍTULO III
 
El efecto de la muerte de un rey sobre pacientes en aruili­
sis (1936) .. .. .. . 215
 
6 ÍNDICE DE Mll.iERIAS 
PARTE TERCERA 
MISCELÁNEA DE ARTÍCULOS 
CAPÍTULO 1
 
La significación sociológica del comunismo considerada a la luz
 
del psicoanálisis .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ., 223
 
Postcriptum (1951) .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ., 233
 
CAPÍTULO 11
 
La psicología como tema prescripto y proscripto (1939) 235
 
CAPÍTULO III
 
Las neurosis de guerra: Su naturaleza y significación (1943) 243
 
El factor traumático .. .. .. .. .. .. .. 243
 
El factor de dependencia infantil " .. .. 246
 
Angustia de separación .. .. .. .. .. ., .. 251
 
Pseudo-independencia " .. .. .. .. .. ., 252
 
La compulsión a regresar al hogar .. .. .. .. .. .. 256
 
Identificación emocional .. .. .. .. .. .. .. " 259
 
El factor de la moral 262
 
Observaciones finales .. ., .. " .. .. .. .. .. .. 269
 
CAPÍTULO IV
 
Tratamiento y rehabilitación de delincuentes sexuales ., 271
 
íNDICE ANALÍTICO •• •. .• •• •• •• •. •• •• .• •• •• •• •• 285
 
PRESENTACIÓN DE LA EDICIÓN CASTELLANA 
Por el doctor JORGE M. MOM 
ESTE UBRO de Fairbairn, recopilación cronológica de contribuciones 
efectuadas en casi un cuarto de siglo. representa, especialmente en su 
parte primera ("Una teoría de las relaciones objetales de la personalidad") 
"no la elaboración de un punto de vista ya establecido, sino el desa­
rrollo progresivo de una línea de pensamiento". 
Entendemos esta aclaración del autor como básica para la lectura 
de este libro. Fairbairn es un autor complejo, valioso en muchas de sus 
ideas y que enfrenta, como el lector al leerlo, un problema muy especial 
tal cual es la tentativa de modificación de algunas de las concepciones 
~n ocasiones, quizás, las más tempranas-- de Freud y de algunas de las 
figuras más importantes en la historia y evolucióndel pensamiento ana­
lítico. El lector interesado en la disciplina psicoanalítica pero posible­
mente más familiarizado con los conceptos de Freud y Abraham y, 
ulteriormente con las importantes aportaciones de Melanie Klein, encono 
trará seguramente, en la lectura de esta obra, afirmaciones y conceptos 
que podrán --quizás de entrada- someterlo a una dura prueba. Pero 
creemos que no es fácil apreciar las contribuciones de Fairbairn al psico­
análisis sin tomar en cuenta que lo que expresa a través de su libro 
es una "línea de pensamiento" que precisa, para su comprensión, un estu­
dio detenido de sus ideas tratando de ver qué quiere comunicar con y 
a través de ellas. No es fácil, tan sólo, de un fragmento de su obra. 
y esto es especialmente cierto en Fairbairn, motivo por el cual nos pa­
rece de sumo valor la aparición de este libro, que reúne y ordena su 
obra. 
El principio primero del que derivan las ideas de Fairbairn es que 
la libido no es primariamente búsqueda de placer sino búsqueda de ob­
jetos. Sobre esta base -y apoyado en consideraciones y reflexiones clí­
nicas a partir del análisis de enfermos esquizoides-- cuestiona los con­
ceptos freudianos de fin, objeto y zona erógena y la teoría de Abraham 
sobre el desarrollo libidinoso basado en la concepción de zonas eróge­
nas. En el capítulo 11 de la parte 1 el lector encontrará una detallada 
descripción crítica de la teoría de Abraham y la exposición de uno de 
7 
8 W. RONALD D. FAIRBAIRN 
los puntos capitales del pensamiento de Fairhairn tal cual es la "Teoría 
del desarrollo de las relaciones do objeto". Es éste un capítulo que reco­
mendamos especialmente por la clarídad en la exposición del tema y 
porque integra -señalando, también, algunas diferencías- conceptos de 
Freud, Abraham y M. Klein, no siempre al alcance de una rápida ubicación. 
El énfasis puesto por Fairbairn en las relaciones objetales (y el hecho 
de que la base de su concepción y de su crítica esté ubicado allí) podría 
sug-erir equivocadamente al lector, que ni Freud ni Abraham tomaron 
en cuenta la importancia de este concepto. Nada más erróneo, ya que 
como el mismo Fairbairn destaca, la importancia de las relaciones obje­
tales es evidente en todo el trabajo de Ahraham y, por otro lado, "el 
entero sistema de pensamiento de Freud se ocupaba de relaciones obje­
tales". Aunque eso sí, Ahraham habla de fases libidinosas cuando en 
opinión de Fairbairn habría que hablar, en algunas de dichas fases, de 
técnicas empleadas por el individuo en sus relaciones objetales y Freud, 
por otro lado, se adhería al concepto de que la libido no tiene dirección 
mientras que Fairbairn sostiene que la libido es primariamente búsqueda. 
Es evidente que en el pensamiento de Fairbairn han influido de 
manera notable los esclarecedores conceptos de M. Klein (algo similar 
ocurrió también a la inversa) sobre la decisiva importancia de los obje­
tos internalizados y la posibilidad, sobre esa base, de comprender las 
relaciones objetales del individuo. A tal punto que sostiene que la des­
ventaja de Abraham fue el haber formulado su teoría antes de la apari­
ción de las ideas de M. Klein, a través de las cuales es posible reconocer 
la verdadera significación de los fenómenos que Abraham interpretó en 
función de fases. 
Otro de los conceptos básicos de Fairbairn es el que se refiere a la 
posición esquizoide (ampliada y desarrollada ulteriormente por M. Klein 
con su ya clásica posición paranoide-esquizoide), antecesora de la posi­
ción depresiva de M. Klein y base última -para Fairbairn- de todo 
desarrollo psicopatológico. Creemos decídidamente que este concepto de 
posición esquizoide que Fairbairn desarrolla en el capítulo IV de la parte 
primera es de fundamental importancia en sí y en las implicaciones que 
encierra. 
A través de la lectura de la parte primera el lector tiene ocasión de 
ir penetrando, paulatinamente, en el pensamiento de Fairbairn y en las 
similitudes y diferencias con Freud, Ahraham y M. Klein. En esta pri­
mera parte de la obra hay una serie de importantes aportaciones y 
revisiones, entre las que, quizás lo más destacado sea el concepto de la 
Psicología de Estructura Dinámica, cuya postulación exige, por un lado, 
la revisión crítica de la concepción de Freud del Aparato Mental en 
términos de ELLO, Yo y SUPERYÓ, y por otro, la consideración del Yo 
como una estructura original -a diferencia de Freud- que es, ella 
misma, fuente de tensión impulsiva. Esta Psicología de Estructura Di­
ESTUDIO PSICOANALÍTICO DE LA PERSONALIDAD 9 
namica provee --en opinión del autor- una base mejor para la como 
prensión de los fenómenos de Grupo que cualquiera otra psicología. 
Aunque compartimos el valor de algunos de estos conceptos en el estu­
dio de la Psicología de Grupos, creemos que, infortunadamente, esta últi­
ma e importante afirmación de Fairbairn no es avalada por material 
demostrativo. 
La parte segunda, "Artículos clínicos", no requiere, en opinión de 
su autor, ningún comentario especial, salvo "Aspectos del análisis de una 
paciente con una anormalidad física genital", escrito en 1931 y consi­
derado por el mismo Fairbairn como preanunció de algunas de sus más 
recientes ideas contenidas en la parte primera. Aunque el artículo parezca 
no ofrecer motivos para especiales comentarios, entendemos que las refe­
rencias finales a los casos de personalidad múltiple, a la constitución 
del SUPERYÓ y a la estructura del aparato mental, como asimismo algunas 
hipótesis sobre la génesis de la envidia femenina y sobre la manía en su 
relación con el Yo y el ELLO, merecen detenida atención. 
En la parte tercera, "Miscelánea de artículos", que comprende una 
serie de temas de diferente valor, Fairbairn, sobre la base de los previos 
estudios de Freud en el orden sociológico, incursiona en los fenómenos 
grupales y en los problemas político-ideológicos. "La significación so­
ciológica del comunismo considerada a la luz del psicoanálisis" es un 
ejemplo en tal sentido. Aunque en el estudio de tales temas complej os 
podamos pensar en la necesidad de la concurrencia de varias disciplinas 
científicas, entendemos que se trata, sin duda, de un propósito valioso 
de Fairbairn ya que ningún intento de explicación de tales fenómenos 
puede ser considerado seriamente si no incluye el estudio de las moti­
vaciones de la conducta humana, descubiertas a través de la investigación 
psícoanalítica. 
"La psicología como tema prescripto y proscripto" constituye una 
aportación al estudio de las resistencias humanas a la comprensión de 
8US propias motivaciones. Asimismo, destaca la manera como el grupo 
social, al limitar la libre indagación, busca proteger su integridad cul­
tural, en la medida que ella se ha erigido como defensa contra "las 
fuerzas oscuras y peligrosas que yacen escondidas en las profundidades 
de la naturaleza humana". Este artículo, escrito en el año 1939, bajo 
circunstancias, por tanto, muy especiales, tiene con todo el gran valor de 
mostrar cómo, pese a ciertas aparentes modificaciones, el fondo del pro­
blema, la posibilidad de cambio, continúa siendo un complejo tema de 
muy difícil solución. 
No cuesta ver que este libro de Fairbairn no es cosa de todos los 
días. Es imposible no llegar a la conclusión que el pensamiento y la 
creación de Fairbairn -tal como señala Jones en el prefacio de esta 
obra- son decididamente originales. 
Los artículos de Fairbairn han promovido discusiones, sin duda 
debidas, en gran parte, a la complejidad y por momentos a una no muy 
10 w. RONALD D. FAIRBAIRN 
clara expOSlClon del tema, a la inmediata reacción afectiva que las ideas 
nuevas pueden provocar y a la magnitud emocional de las personas 
cuyos conceptos revisiona. Pero más allá de esto podemos estar ciertos que 
muchas de sus investigaciones ampliaron y abrieron cauces nuevos en el 
pensamiento analítico. Y en no pocas oportunidades resultaron precur­
soras de conceptos hoy día fecundos en la teoría y en la práctica psico­
analítica.PREFACIO 
LA. SITUACIÓN del doctor Fairbaimeñ el campo del psicoanálisis es muy 
especial y de gran interés. Por vivir a cientos de millas de sus colegas 
más próximos, con los que rara vez se encuentra, tiene grandes ventajas, 
y también algunas desventajas. La ventaja principal es que, no estando 
sujeto a ninguna distracción ni interferencia, ha podido concentrarse en­
teramente en sus propias ideas a medida que éstas se desarrollan con 
su diaria experiencia de trabajo. Esta es una situación que conduce a la 
originalidad, y.la originalidad del doctor Fairbairn es indiscutible. Por 
otra parte, requiere muy especiales capacidades de autocrítica pasarse sin 
la valiosa discusión de los colaboradores, que dado el carácter de los 
temas, deben ser capaces de señalar consideraciones no advertidas por un 
trabajador solitario, o modificar el riesgo de un curso unilateral de pensa­
miento, No soy yo quien va a anticipar el juicio que se hará sobre el 
contenido de este libro, pero puede permitírseme expresar la firme opi­
nión de que seguramente resultará muy estimulante para el pensamiento. 
Si fuera posible condensar las ideas nuevas del doctor Fairbairn en 
una frase, podría hacerse más o menos como sigue: En vez de empe­
zar, como hizo Freud, de la estimulación del sistema nervioso procedente 
de la excitación de diversas zonas erógenas de la tensión interna que 
surge de la actividad .de las gónadas, el doctor Fairbairn empieza en 
el centro de la personalidad, el yo, y describe sus tentativas y dificultades 
eh su intento de alcanzar un objeto en el que pueda encontrar apoyo. 
El doctor Fairbairn ha elaborado este tema en las páginas que siguen, 
y ha trabajado sobre sus implicaciones tanto biológicamente, con respecto 
a los problemas del instinto, como psicológicamente, en el desconcertante 
intercambio de objetos internos y externos. Todo esto constituye un nuevo 
enfoque en psicoanálisis, que debe llevar a una muy provechosa dis­
cusión. 
ERNEST JONES la. 
;,'~ 
\ 
11 
PREFACIO 
L& SITUACIÓN del doctor Fairbairneñ el Cldt1po del psicoanálisis es muy 
especial y de gran interés. Por vivir a cientos de millas de sus colegas 
más próximos, con los que rara vez se encuentra, tiene grandes ventajas, 
y también algunas desventajas. La ventaja principal es que, no estando 
sujeto a ninguna distracción ni interferencia, ha podido concentrarse en­
teramente en 8US propias ideas a medida que éstas se desarrollan con 
su diaria experiencia de trabajo. Esta es una situación que conduce a la 
originalidad, y.la originalidad del doctor Fairbairn es indiscutible. Por 
otra parte, requiere muy especiales capacidades de autocrítica pasarse sin 
la valiosa discusión de los colaboradores, que dado el carácter de los 
temas, deben ser capaces de señalar consideraciones no advertidas por un 
trabajador solitario, o modificar el riesgo de un curso unilateral de pensa­
miento. No soy yo quien va a anticipar el juicio que se hará sobre el 
contenido de este libro, pero puede permitírseme expresar la firme opi­
nión de que seguramente resultará muy estimulante para el pensamiento. 
Si fuera posible condensar las ideas nuevas del doctor Fairbairn en 
una frase, podría hacerse más o menos como sigue: En vez de empe­
zar, como hizo Freud, de la estimulación del sistema nervioso procedente 
de la excitación de diversas zonas erógenas de la tensión interna que 
surge de la actividad .de las gonadas, el doctor Fairbairn empieza en 
el centro de la personalidad, el yo, y describe sus tentativas y dificultades 
en su intento de alcanzar un objeto en el que pueda encontrar apoyo. 
El doctor Fairbairn ha elaborado este tema en las páginas que siguen, 
y ha trabajado sobre sus implicaciones tanto biológicamente, con respecto 
a los problemas del instinto, como psicológicamente, en el desconcertante 
intercambio de objetos internos y externos. Todo esto constituye un nuevo 
enfoque en psicoanálisis, que debe llevar a una muy provechosa dis­
cusión. 
ERNEST IONES li 
, 
11 
INTRODUCCIÓN 
ESTE LIBRO es una recopilación de diversas contribuciones que he hecho, 
poco a poco, durante el curso de casi un cuarto de siglo de prosecución, 
del punto de vista psicoanalítico, tal como yo lo entiendo. La mayoría de 
estas contribuciones ya han sido publicadas en forma de artículos en re­
vistas científicas, sea médicas, psicológicas, o estrictamente psícoanalíticas. 
Sin embargo, algunas no han sido previamente publicadas. Puede agre­
garse que muchas de las contribuciones incluidas en esta recopilación 
fueron primero presentadas verbalmente; pero en esos casos la versión 
oralmente presentada era en general un resumen de la versión escrita, 
que por consiguiente debe ser considerada como la original. Tal como están 
ahora presentadas, en forma de artículos reunidos, las contribuciones 
consisten en las versiones originales escritas, sujetas a la revisión que 
luego pareció necesaria o conveniente. 
Como la Galia de Julio César, este libro está dividido en tres partes. 
La parte 1 comprende una serie de artículos que representan la evolución 
de un punto de vista que extrae sus rasgos distintivos de la formulación 
explícita de a) una teoría de relaciones objetales de la personalidad, 
y b) una psicología de estructura dinámica. Esta serie particular de 
artículos ha sido titulada Una teoría de relaciones objetales de la per­
sonalidad, para indicar su tema principal; y el título del libro mismo 
fue elegido teniendo en cuenta especialmente los artículos comprendidos 
en estas series, ya que los considero como los más importantes de toda 
la colección. La parte 11, titulada "Artículos Clínicos", contiene tres estu­
dios clínicos. No se requiere aquí ningún comentario especial, excepto 
para el caso del artículo titulado Aspectos del análisis de una paciente 
con una anormalidad física genital. Este artículo es de interés especial 
porque, aunque en realidad fue escrito hace tiempo, en 1931, puede 
considerárselo ahora como preanuncio de algunas de las ideas formula­
das en la serie reciente de artículos contenidos en la parte I. La parte III, 
titulada "Miscelánea de Artículos", comprende cuatro artículos que tienen 
poco en común, aparte de su orientación psicoanalítica general. Estaban 
dirigidos a audiencias de diversos tipos; y el tipo de estas audiencias 
requería que fueran menos técnicos que los artículos comprendidos en las 
otras partes de este libro. 
13 
14 W. RONALD D. FAIRBAIRN 
El lector observará en todo el libro que los artículos no están or­
denados cronológicamente, pero dentro de cada parte el orden es crono­
lógico. Este método de ordenamiento me pareció adecuado sobre la base 
de que tanto la comunidad de tema (como en la parte 1) Y la forma de 
tratarlo (como en la parte II) debían tener preferencia sobre consi­
deraciones exclusivamente cronológicas, ya que de otro modo la continui­
dad de interés debía ser sacrificada y el efecto general sería el de un 
rompecabezas no resuelto. Me parece que el ordenamiento adoptado 
tiene ventajas especiales en lo que respecta a los artículos de la parte 1. 
Estos artículos constituyen una serie, y me parece muy necesario llamar 
la atención sobre el hecho de que esta serie de artículos representa, no la 
elaboración de un punto de vista ya establecido, sino el desarrollo pro­
gresivo de una línea de pensamiento. En otras palabras, la serie abarca 
la elaboración de un punto de vista, paso a paso. Una de las consecuen­
cias inevitables de esto es que algunas de las ideas presentadas en las 
últimas partes de la serie estarán en conflicto con ideas presentadas antes, 
y esto es seguramente una desventaja. Pero una vez que se ha reconocido 
el carácter evolutivo de la serie, muy pocas de las contradicciones que 
hayan surgido serán consideradas de gran importancia, ya que en la 
mayoría de los casos las razones para reemplazar una opinión por otra 
están claramente formuladas en el argumento en pro de la última opinión. 
Por desgracia esto no es así en todoslos casos, y cuando me ocupé de 
revisar estos artículos para su publicación, encontré una o dos contra­
dicciones serias que han permanecido no resueltas. He tratado de reme­
diar esto tanto en el "Agregado" a la "Estructura endopsíquica considerada 
en función de relaciones objetales", como en el párrafo final de "Sinopsis 
del desarrollo de las ideas del autor sobre la estructura de la personalidad", 
y espero haber tenido éxito en mi intento. Otra consecuencia desafor­
tunada, aunque menos seria, del hecho de que esta serie de artículos 
representa realmente la elaboración de un punto de vista, es que ha 
aparecido cierta repetición. En algunos casos esta repetición es, por su­
puesto, necesaria para el carácter del artículo en que aparece, como en el 
caso de la Sinopsis, a la que acabo de referirme, y como en el caso de 
Estudios en el desarrollo de una teoría de relaciones objetales de la per­
sonalidad. Pero en otros casos, la repetición es relativamente incidental y 
surge del carácter ocasional de los artículos, tal como fueron originalmente 
escritos (y sólo ahora recopilados en una serie). A primera vista puede 
parecer una tarea fácil la eliminación de tal repetición. Pero los intentos 
de emprender esta tarea pronto me demostraron que destruiría el equi­
librio de los artículos en los que tal intento parecía conveniente, incluso 
cuando la repetición no estaba tan inextricablemente ligada con el tema 
como para hacer imposible su eliminación. Pronto se me ocurrió que la 
aparición tanto de contradicciones como de repeticiones sólo podía evitarse 
si desechaba toda la serie de artículos en su forma actual y englobaba 
sistemáticamente su contenido en un trabajo nuevo. Esto habría impli­
ESTUDIO PSICOANALÍTICO DE LA PERSONALIDAD 15 
cado mayor tarea, que me era imposible emprender en ese momento. 
Por consiguiente, decidí contentarme con someter a estos artículos a una 
revisión menor, y fui influido en esta decisión por la benevolente presión 
de pedidos de diversos sectores, de que mis artículos fueran más accesibles 
que hasta entonces. 
Me siento en cierta medida reconciliado con esta "elección hobso­
niana", del curso más fácil, por la reflexión de que, en lo que respecta 
al desarrollo de una línea especial de pensamiento, el estudio de los 
diversos pasos por los que se ha desarrollado gradualmente no es sólo 
cuestión de interés histórico, sino que en realidad ayuda a comprender 
las conclusiones a que se ha llegado, y a sopesar su valor. 
Finalmente deseo expresar mi gratitud para con los propietarios y 
editores de las siguientes revistas, por su permiso para incorporar a este 
volumen artículos que habían aparecido en ellas: The lntemational l ournal 
01 Psycho-Analysis, The British l ournal 01 Medical Psychology, el British 
Medical lournal y el Edinburgh Medical lournal. También quisiera re­
conocer mi gratitud por lo que hizo el Instituto Tavistock de Relaciones 
Humanas para promover la publicación de este libro. 
PARTE PRIMERA 
UNA TEORIA DE LAS RELACIONES OBJETALES
 
DE LA PERSONALIDAD
 
CAPÍTULO 1 
FACTORES ESQUIZOIDES
 
EN LA PERSONAUDAD (1940) 1
 
ÚLTIMAMENTE LOS PROCESOS mentales de carácter esquizoide han ocupa· 
do mi atención cada vez más; y los casos en los que tales procesos son 
lo bastante marcados como para impartir un tipo reconociblemente esqui. 
zoide a la personalidad, ahora me parece que proporcionan un material 
muy interesante y fructífero en el campo íntegro de la psicopatología. 
Entre las diversas consideraciones que apoyan este punto de vista, pueden 
seleccionarse las siguientes para mencionarlas en especial: 1) Ya que 
las condiciones esquizoides constituyen las más profundamente enraizadas 
entre todos los estados psicopatológicos, proveen una oportunidad sin igual 
para estudiar no sólo los cimientos de la personalidad, sino también de los 
procesos mentales más básicos. 2) El análisis terapéutico del caso esqui. 
zoide provee oportunidad de estudiar la gama más amplia de procesos 
psicopatológicos en un solo individuo, ya que en tales casos es común 
que se llegue al estado final después que se han utilizado todos los mé­
todos disponibles para defender la personalidad. 3) Contrariamente a 
la creencia común, los individuos esquizoides que no han hecho una gran 
regresión son capaces de mayor insight psicológico que cualquier otro tipo 
de persona, normal o anormal; esto es debido, por lo menos en parte, a 
que son introvertidos (esto es, que se ocupan tanto de la realidad interna), 
y que están familiarizados con sus propios procesos psicológicos más pro· 
fundos (procesos que, aunque no ausentes en individuos que ordinaria­
mente serían clasificados como simples "psiconeuróticos", están sin 
embargo excluidos de la conciencia de estos individuos por las defensas 
más obstinadas y las resistencias más tenaces). 4) También contraria­
mente a la creencia común, los individuos esquizoides se muestran ca­
paces de transferencia en grado notable, y presentan inesperadas posibi­
lidades terapéuticas favorables. 
En lo que respecta a condiciones esquizoides manifiestas, pueden 
diferenciarse los siguientes grupos: 
1) Esquizofrenia propiamente dicha. 
] Una versión abreviada de este artículo fue leída ante la Filial Escocesa de la 
Sociedad Psicológica Británica el 9 de noviembre de 1940. 
19 
20 W. RONALD D. FAIRBAlRN 
2) Personalidad Psicopática de Tipo Esquizoide; grupo que bien 
puede comprender la mayoría de los casos de personalidad psicopática 
(sin excluir las personalidades epilépticas). 
3) Carácter esquizoide; amplio grupo que comprende individuos cu­
ya personalidad abarca definidos rasgos esquizoides pero que razonable­
mente no podrían ser considerados como psicopáticos. 
4) Estado esquizoide, o episodio esquizoide transitorio; categoría 
bajo la que cae, en mi opinión, considerable proporción de "derrumbes 
nerviosos" de la adolescencia. 
Pero, aparte de estas condiciones esquizoides manifiestas, es frecuente 
encontrar rasgos de una naturaleza básicamente esquizoide, manifestados 
por pacientes en los que los síntomas que se presentan son esencialmente 
psiconeuróticos (por ejemplo, histéricos, íóbicos, obsesivos, o simplemente 
ansiosos). Tales rasgos, cuando están presentes, están por supuesto espe­
cialmente predispuestos a surgir cuando las defensas psiconeuróticas por 
las que la personalidad ha estado protegida se debilitan en el curso (y 
por acción) del tratamiento psicoanalítico; pero la mayor familiaridad 
con el trasfondo esquizoide subyacente hace posible al analista detectar 
la presencia de rasgos esquizoides en la entrevista inicial. En relación 
con esto es interesante anotar la incidencia de síntomas histéricos y obse­
sivos en la historia previa de treinta y dos esquizofrénicos, incluidos en 
una serie de 100 casos psiquiátricos estudiados por Masserman y Carmi­
chael (!ournal o/ Mental Science, vol. LXXXIV, págs. 893-946). Estos 
autores encontraron que "en no menos de quince de los treinta y dos 
pacientes, había una definida historia de síntomas histéricos que prece­
dieron al desarrollo del síndrome más francamente esquizofrénico", y con 
respecto a la incidencia de obsesiones y compulsiones señalan: "Éstas 
también aparecían con la mayor frecuencia en los esquizofrénicos"; se 
encontraron presentes obsesiones en dieciocho y compulsiones en veinte 
de los treinta y dos casos. Puede ser de interés agregar que, en una 
serie de casos de militares que he observado, cincuenta por ciento de los 
que fueron finalmente diagnosticados como "Esquizofrenia" o "Persona­
lidad esquizoide", fueron sometidos a la investigación con un diagnóstico 
provisional de "neurosis de ansiedad" o "histeria". En tanto que tales 
cifras son sugestivas como indicación de la extensión en que el paciente 
francamente esquizoide emplea defensas psiconeuróticas en un vano intento 
de defender su personalidad, no dan ninguna indicación de la extensión 
en que la tendencia esquizoide subyacente pueda haber quedadoenmas­
carada por el éxito de tales defensas. 
Una vez que ha sido reconocida la predominancia de rasgos esencial­
mente esquizoides en casos en que los síntomas que se presentan son 
ostensiblemente psiconeuróticos, se hace posible en el curso del trata­
miento psicoanalítico detectar la presencia de rasgos similares en indi­
viduos que buscan ayuda analítica a causa de dificultades a las que es 
difícil adj udicar cualquier rótulo psicopatológico definido. Pueden ser 
ESTUDIO PSICOANALÍTICO DE LA PERSONALIDAD 21 
incluidos en este grupo muchos de los que consultan al analista a causa 
de perturbaciones tales como inhibiciones sociales, incapacidad para concen­
trarse en el trabajo, problemas de carácter, tendencias sexuales perversas 
y dificultades psicosexuales, como impotencia y masturbación compulsiva. 
El grupo incluye también la mayoría de los que se quejan de síntomas 
aparentemente aislados (por ejemplo, temor a la locura o angustia exhi­
bicionista) o que manifiestan deseo de tratamiento analítico sobre bases 
aparentemente inadecuadas (por ejemplo, "porque siento que me haría 
bien", o "porque sería interesante"). Incluye igualmente a todos los que 
entran al consultorio con aire misterioso o perplejo, y que abren la con­
versación con una cita de Freud o con una observación como "en realidad 
no sé por qué he venido". 
Sobre la base de un estudio analítico de casos pertenecientes a las 
diferentes categorías que acabo de mencionar, se hace posible reconocer 
como esencialmente esquizoides fenómenos tales como completa desper­
sonalización y sensación de irrealidad, pero también perturbaciones re­
lativamente menores o transitorias del sentido de realidad, por ejemplo 
sensaciones de artificialidad (referidas a sí mismo o al ambiente), expe· 
riencias como la "sensación del vidrio", sensaciones de extrañeza ante 
personas o ambientes familiares, y sensaciones de familiaridad con lo 
extraño. Vinculada a la sensación de familiaridad con lo desconocido 
está la experiencia de déja vu, interesante fenómeno que igualmente 
debe ser considerado como involucrando un proceso esquizoide, Debe 
tomarse un enfoque similar de fenómenos disociativos tales como sonam­
bulismo, fuga, doble personalidad, y múltiple personalidad. En lo que 
respecta a manifestaciones de doble y múltiple personalidad, su carácter 
esencialmente esquizoide puede inferirse de un estudio cuidadoso de 
los numerosos casos descritos por Janet, William James, y Morton Prince. 
y aquí es oportuno señalar que muchos de los casos descritos por J anet 
como manifestación de fenómenos disociativos, sobre Ia base de los cua­
les formuló su clásico concepto de "Histeria", se comportaban sospecho­
samente como esquizofrénicos, hecho que yo interpreto en apoyo de la 
conclusión ya lograda sobre la base de mis propias observaciones, de 
que la personalidad del histérico contiene invariablemerlte un factor es­
quizoide en mayor o menor grado, por más profundamente que pueda 
estar sepultado. 
Cuando la connotación del término "esquizoide" se extiende de este 
modo gracias a la ampliación de nuestra concepción de los fenómenos 
esquizoides, la connotación del término sufre inevitablemente una ex­
tensión correspondiente; y se ve entonces que el grupo esquizoide resul­
tante se vuelve muy amplio. Se encuentra que, por ejemplo, incluye alto 
porcentaje de fanáticos, agitadores, criminales, revolucionarios, y otros 
elementos destructores de toda comunidad. Son también comunes las 
características esquizoides, aunque en forma menos pronunciada, entre 
miembros de las clases ilustradas. Así el desdén de los de clase alta por 
22 W. RON ALD D. F AIRBAIRN 
la burguesía y el desprecio del artista esotérico por el filisteo pueden 
ser considerados como manifestaciones menores de una naturaleza es­
quizoide. Debe notarse además que las ocupaciones intelectuales como 
tales, sean literarias, artísticas, científicas o de otro tipo, parecen ejercer 
atracción especial para individuos que poseen características esquizoides 
en uno u otro grado. En lo que respecta a empresas científicas, la atrac­
ción parecería depender de la actitud de desapego del individuo esqui­
zoide, no menos que de su sobrevaloración de los procesos de pensa­
miento, pues ambas características se prestan fácilmente a capitalizarse 
en el campo de la ciencia. Por supuesto que hace mucho que se ha reco­
nocido la atracción obsesiva por la ciencia, basada como está en la 
presencia de una necesidad compulsiva de ordenamiento cuidadoso y 
corrección meticulosa, pero la atracción esquizoide está menos definida 
y requiere por lo menos igual reconocimiento. Finalmente puede aven­
turarse la afirmación de que muchas figuras históricas sobresalientes se 
prestan a la interpretación de que eran o personalidades esquizoides o 
caracteres esquizoides; y realmente parecería que a menudo fueran éstos 
los que dejan sus huellas en la Historia. 
Entre las diversas características comunes al grupo aparentemente 
conglomerado de individuos que caen bajo la categoría esquizoide, tal 
como ha sido enfocada ahora, tres son lo bastante prominentes como 
para merecer la atención especial. Éstas son: 1) una actitud de omnipo­
tencia, 2) una actitud de aislamiento y desapego, y 3) una preocupa­
ción por la realidad interna. Sin embargo, es importante tener en cuenta 
que de ningún modo estas características están necesariamente manifies­
tas. Así la actitud de omnipotencia puede ser consciente o inconsciente, 
en cualquier grado. Puede también estar localizada dentro de ciertas 
esferas de actuación. Puede estar sobrecompensada y oculta bajo una 
actitud superficial de inferioridad o humildad, y puede ser consciente­
mente acariciada como un precioso secreto. En forma similar la actitud 
de aislamiento y desapego puede estar enmascarada por una fachada de 
sociabilidad o de adopción de papeles específicos; y puede estar acom­
pañada por considerable emotividad en ciertos contextos. En lo que 
respecta a la preocupación por la realidad interna, ésta es indudable­
mente la más importante de todas las características esquizoides; y no 
deja de estar presente cuando la realidad interna es sustituida por la 
realidad externa, identificada con la realidad externa o sobrepuesta a 
la realidad externa. 
No dejará de advertirse que el concepto de "Esquizoide" que surge 
de las consideraciones precedentes se corresponde en forma notable, 
particularmente en lo que respecta a su denotación, con el concepto de 
tipo "Introvertido" tal como fue formulado por Jung; y es significativo 
que en uno de sus primeros escritos (Collected Papers on. Analytical 
Psychology, 1917, pág. 347) Jung expresó la opinión de que la inci­
dencia de esquizofrenia (dementia praecox) se limitaba al tipo intro­
ESTUDIO PSICOANALÍTICO DE LA PERSONALIDAD 23 
vertido, indicando así que había reconocido una asociación entre el 
desarrollo de la introversión y el de la esquizoidia. La correspondencia 
entre el concepto de Jung de "introvertido" y el concepto de "esquizoi­
de" tal como es encarado ahora, no deja de tener interés en la medida 
en que provee confirmación de la existencia real del grupo descrito, 
particularmente ya 'que los dos conceptos fueron alcanzados por caminos 
completamente independientes. El reconocimiento de esto no implica, 
por supuesto, ninguna aceptación por mi parte de la teoría de lung de 
los tipos psicológicos fundamentales. En realidad., por el contrario, mi 
concepción del grupo esquizoide, está basada sobre una consideración, 
no de factores temperamentales, sino estrictamente psicopatológicos. Al 
mismo tiempo, puede parecer a algunos que, para el propósito de des­
cribir al grupo en cuestión, el término "introvertido" sería preferible al 
de "esquizoide" en vista de las asociaciones algo siniestras que se han 
enlazado con este último como resultado de su utilización original. Sin 
embargo, de los dos términos, el de "esquizoide" tiene la ventaja ines­
timable de que, a diferencia deltérmino "introvertido", no es simple­
mente descriptivo, sino que es explicativo en sentido psicogenético. 
La crítica para la que debo ahora prepararme es que, según mi 
modo de pensar, todos sin excepción deben ser considerados como esqui­
zoides. En realidad estoy bastante preparado para aceptar esta crítica, 
pero sólo con una limitación muy importante, en ausencia de la cual 
mi concepto de "esquizoide" sería tan amplio que casi no tendría sen­
tido. La limitación que confiere sentido al concepto es que todo depende 
del nivel mental en que se lo considere. El fenómeno esquizoide funda­
mental es la presencia de disociaciones en el yo; y se necesitaría un hom­
bre audaz para proclamar que su yo está tan perfectamente integrado 
que es incapaz de revelar ninguna prueba de disociación en los nive­
les más profundos, o que tal prueba de disociaciones en el yo en nin­
guna circunstancia se manifestaría en niveles más superficiales, incluso en 
circunstancias de extremo sufrimiento, penalidades o privación (por ejem­
plo, en condiciones de grave enfermedad, o cuando se está en una 
exploración en el Ártico, o expuesto al peligro en un bote en medio 
del Pacífico, o a persecución inexorable, o a sujeción prolongada a los 
horrores de la guerra moderna). Aquí el factor más importante es la 
profundidad mental que es necesario sondear antes de que se revelen 
pruebas de disociación del yo. En mi opinión, de cualquier modo, cierto 
grado de disociación del yo está invariablemente presente en el nivel 
mental más profundo, o (para expresar 10 mismo en términos tomados 
de Melanie Klein) la posición básica de la psique es invariablemente 
una posición. esquizoide. Por supuesto que esto no sería cierto en el 
caso de una persona idealmente perfecta, cuyo desarrollo haya sido óp­
timo, pero no hay realmente nadie que goce de tal suerte. Es realmente 
difícil imaginar una persona con un yo tan unificado y estable en sus 
niveles más altos, que en ninguna circunstancia, sea cual fuere, apare­
24 W. RONALD D. FAIRBAIRN 
cería en la superficie en forma reconocible una prueba de disociación 
básica 2. Hay probablemente pocas personas "normales" que en ningún 
momento de su vida hayan experimentado un estarlo antinatural de 
calma y desapego ante alguna crisis seria, o una sensación transitoria 
de "mirarse a sí mismo" en alguna situación embarazosa o paralizadora, 
y probablemente la mayoría de la gente ha tenido alguna experiencia 
de esa extraña confusión de pasado y presente, o de fantasía y realidad, 
conocida como déja vu. Y estos fenómenos, me aventuro a sugerir, 
son esencialmente fenómenos esquizoides. Hay un fenómeno universal, 
empero, que prueba en forma bastante concluyente que todos sin excep­
ción somos esquizoides en los niveles más profundos: el sueño, ya que, 
como han mostrado las investigaciones de Freud, el soñador mismo está 
comúnmente representado en el sueño por dos o más figuras distintas. 
Aquí puedo decir que la concepción que yo mismo he adoptado ahora es 
que todas las figuras que aparecen en el sueño representan: o 1) alguna 
parte de la personalidad del paciente, o 2) un objeto con el que alguna par­
te de su personalidad tiene una relación, generalmente basado en la 
identificación, en la realidad interna. Sea como fuere, el hecho de que 
el soñador esté típicamente representado en el sueño por más de una 
figura no puede interpretarse de otro modo que, en el nivel de la con­
ciencia del sueño el yo del soñador está disociado. El sueño representa 
así un fenómeno esquizoide universal. El fenómeno universal del "su­
peryó", como lo describió Freud, debe interpretarse también como invo­
lucrando la presencia de una disociación en el yo; porque, en la medida 
en que "el superyó" es considerado como una estructura yoica capaz de 
diferenciarse del "yo" como tal, su existencia misma ipso lacto provee 
pruebas de que se ha establecido una posición esquizoide. 
El concepto de disociación del yo, del que extrae su significado el 
término esquizoide sólo puede ser considerado como concepto esclare­
cedor cuando se lo considera desde una perspectiva psicogenética. Es 
por consiguiente necesario considerar muy brevemente lo que está invo­
lucrado en el desarrollo del yo. La función del yo que' Freud más 
ha subrayado es su función adaptativa, la función que lleva a cabo al 
relacionar la actividad instintiva primaria con las condiciones prevale­
cientes en la realidad externa, y más especialmente con las condiciones 
sociales. Sin embargo, debe recordarse que el yo también realiza funcio­
nes integradoras, entre las cuales las más importantes son: 1) la inte­
gración de las percepciones de la realidad, y 2) la integración de la 
conducta. Otra función importante del yo es la discriminación entre 
la realidad interna y la externa. La disociación del yo tiene el efecto 
de comprometer el desarrollo progresivo de todas estas funciones, aun­
que, por supuesto, en grados y proporciones variadas. De acuerdo con 
esto, debemos reconocer la posibilidad de que el desarrollo resulte en 
2 En este trabajo la palabra disociación traduce el término inglés splitting, 
[N. de la T.] 
25 ESTUDIO PSICOANALÍTICO DE LA PERSONALIDAD 
todos los grados de integración del yo, y podemos concebir una escala 
teórica de integración tal, que una punta de la escala represente com­
pleta integración y la otra punta represente completo fracaso en la 
integración, con todos los grados intermedios. En tal escala los esquizo­
frénicos tendrían su lugar en el límite inferior, las personalidades es­
quizoides en un lugar más alto, los caracteres esquizoides en un lugar 
aún más alto, etc.; pero el lugar en el tope mismo de la escala, que re­
presentaría la integración perfecta y ausencia de disociación, debe ser 
considerado sólo como una posibilidad ideal. Si tenemos en la mente tal 
escala, debería ayudarnos a comprender cómo es posible para cualquier 
individuo manifestar algún rasgo esquizoide bajo condiciones suficien­
temente extremas, y cómo es que algunos individuos manifiestan pruebas 
de disociación del yo sólo en situaciones que implican readaptaciones 
tales como las que involucra la adolescencia, el casamiento, alistarse en 
el ejército durante la guerra; mientras que otros pueden manifestar tales 
pruebas incluso en las condiciones más ordinarias de la vida. Por su­
puesto que en la práctica real, la construcción de una escala tal como la 
que acaba de imaginarse implicaría dificultades casi insuperables, una 
de las cuales es la que surge de que bastantes manifestaciones esquizoides, 
como Freud en realidad señaló, son realmente defensas contra la disocia­
ción del yo. Pero si imaginamos una escala de esta clase, esto nos ayuda 
a apreciar la posición general con respecto a la disociación del yo. 
Aunque, en conformidad con las implicaciones del concepto clásico 
de Bleuler de "esquizofrenia", debemos considerar la disociación del yo 
como el fenómeno esquizoide más característico, los psicoanalistas se han 
ocupado siempre más (en realidad han limitado mucho su atención) de 
la orientación libidinosa implicada en la actitud esquizoide; y bajo la 
influencia de la teoría psicogenética de Abraham del desarrollo libidinoso, 
las manifestaciones clínicas de orden esquizoide han llegado a ser con­
sideradas como originándose en una fijación en la primera fase oral. Es 
presumiblemente durante la primera fase de la vida, y bajo la influencia 
de sus visicitudes sobre el bebé no desarrollado e inexperto, que empieza 
a ocurrir la disociación del yo; y así debe haber una asociación muy 
estrecha entre la disociación del yo y una actitud libidinosa de incorpo­
ración oral. En mi opinión, los problemas implicados en la disociación 
del yo merecen mucha más atención que la que hasta ahora han recibido; 
y cierta indicación de la importancia que adjudico a estos problemas puede 
deducirse de lo que hasta ahora se ha dicho. Sin embargo, en lo que 
sigue, me propongo considerar algunos de los desarrollos queparecen 
depender de, o estar poderosamente influidos por, una fijación en la 
primera fase oral, y que juegan así un papel prominente para determinar 
la pauta de la actitud esquizoide. 
El yo del bebé puede describirse ante todo como un "yo bucal"; 
y en tanto que este hecho ejerce una profunda influencia sobre el desa­
rrollo siguiente de todo individuo, su influencia es particularmente mar­
26 W. RONALD D. FAIRBAIRN 
cada en el caso de los que posteriormente manifiestan características 
esquizoides. En lo que respecta al bebé, la boca es el órgano principal 
de deseo, el principal instrumento de actividad, el principal medio de 
satisfacción y frustración, la principal vía de amor y odio, y, lo más 
importante de todo, el primer medio de contacto social íntimo. La 
primera relación social establecida por el individuo es la relación con 
la madre; y el centro de esta relación es la situación de succión, en la 
que el pecho de la madre es el punto central del objeto libidinoso, y 
la boca el punto central de la propia actitud libidinosa. De acuerdo 
con esto, el carácter de la relación así establecida ejerce una profunda 
influencia sobre las relaciones siguientes del individuo y sobre su si­
guiente actitud social en general. Cuando las circunstancias son tales 
que originan una fijación libidinosa en la temprana situación oral en 
cuestión, persiste en forma exagerada la actitud libidinosa apropiada a 
la primera fase oral y da lugar a efectos de gran alcance; y la naturaleza 
de estos efectos puede quizá ser considerada mejor a la luz de los aspectos 
principales que caracterizan la temprana actitud oral misma. Estos pue­
den resumirse como sigue: 
1) Aunque la relación emocional involucrada es esencialmente una 
relación entre el niño y su madre como una persona, y aunque debe 
reconocerse que su objeto libidinoso es realmente su madre como un 
todo, sin embargo su interés libidinoso está esencialmente localizado en 
el pecho; y el resultado es que, en la proporción en que ocurran pertur­
baciones en la relación, el pecho mismo tiende a asumir el papel de 
objeto libidinoso, esto es, el objeto libidinoso tiende a asumir la forma 
de un órgano corporal u objeto parcial (en contraste con el de persona 
u objeto total). 
2) La actitud libidinosa es esencialmente una actitud en la que 
predomina el aspecto .detomar sobre el de dar. 
3) La actitud libidinosa se caracteriza, no sólo por tomar, sino tam­
bién por incorporar e insernolizor, 
4) La situación libidinosa es una situación que confiere tremenda 
significación a los estados de plenitud r vacío. Así, cuando el niño está 
hambriento, está, y presumiblemente se siente, vacío; y cuando ha sido 
alimentado hasta satisfacerse, está, y presumiblemente se siente, lleno. 
Por otra parte, el pecho de la madre, y presumiblemente desde el punto 
de vista del niño, la madre misma, está normalmente llena antes de la 
mamada y vacía después, condiciones maternas que el niño debe ser 
capaz de apreciar en función de su propia experiencia de estar Deno 
o vacío, En circunstancias de privación, el vacío llega a asumir para 
el niño un significado bastante especial. No sólo se siente él mismo 
vacío, sino que también interpreta la situación en el sentido de que ha 
vaciado a su madre, particularmente, ya que la privación tiene el efecto 
no sólo de intensificar su necesidad oral, sino también de impartirle una 
cualidad agresiva. La privación tiene el efecto adicional de aumentar 
ESTUDIO PSICOANALÍTICO DE LA PERSONALIDAD 27 
el campo de su necesidad incorporativa, de modo que llega a incluir 
no simplemente los contenidos del pecho, sino también el pecho mismo, 
e incluso su madre como un todo. La ansiedad que experimenta ante 
la posibilidad de vaciar el pecho da así origen a -la ansiedad de destruir 
su objeto libidinoso: y el hecho de que habitualmente la madre lo deje 
después de la mamada debe tener el efecto de contribuir a esta impre­
sión. Consecuentemente su actitud libidinosa adquiere pa!a él la impli­
cación de que involucra la desaparición y destrucción de su objeto líbidi­
noso; una implicación que tiende a ser confirmada en un estado posterior 
cuando aprende que el alimento que es comido desaparece dei mundo 
externo, y que no puede al mismo tiempo "comerse la torta y tenerla" 3. 
Estos diversos aspectos de la actitud libidinosa que caracterizan la 
temprana fase oral se intensifican y perpetúan en la proporción en que 
ocurre una fijación a esta fase; y todos actúan como factores en la deter­
minación de la caracterología y sintomatología esquizoide. En lo que 
sigue se consideran algunos de los desarrollos a los que estos factores, a 
su turno, parecerían dar origen. 
1. - LA TENDENCIA A LA ORIENTACIóN HACIA UN OBJETO PARCIAL 
(ÓRGANO CORPORAL) 
Consideremos primero la influencia de este factor en la primera 
actitud oral. Su efecto es promover la tendencia esquizoide .a tratar a 
los otros no como personas con un valor intrínseco propio. Esta ten­
dencia puede ilustrarse con el caso de un hombre muy inteligente de 
tipo esquizoide, que vino a consultarme porque sentía que no podía hacer 
verdadero contacto emocional con su esposa, era indebidamente criticón 
con ella y se irritaba en ocasiones en las que hubiera sido más adecuada 
una manifestación de afecto. Luego de describir su egoísta actitud hacia 
su esposa, agregó que sus costumbres eran en general insociables, y que 
trataba a las otras personas más o menos como si fueran animales infe­
riores. De esta última observación no era difícil detectar una fuente de 
sus dificultades. Se recordará que los animales generalmente figuran en 
los sueños como símbolos de órganos corporales; y esto sólo sirve para 
confirmar que su actitud hacia su mujer, tanto como hacia otras personas, 
era una actitud hacia un objeto parcial, y no hacia una persona. Una 
actitud similar se reveló en un paciente francamente esquizofrénico, que 
describió su actitud hacia la gente con la que se encontraba, como la de un 
antropólogo entre una tribu de salvajes. Algo análoga era la actitud ma­
nifestada por un soldado cuya historia mostraba que siempre había sido 
una personalidad esquizoide, y que pasó a un estado esquizoide agudo 
durante el curso del servicio militar en tiempo de guerra. Su madre había 
muerto en su temprana infancia; y sólo podía recordar a su padre. Ha­
3 Expresión idiomática inglesa similar a "tener la chancha y los veinte" en la 
Argentina pero más gráfica por su connotación oral. [N. de la r.] 
28 W. RONALD D. FAIRBAIRN 
bía dej ado su hogar poco después de terminar la escuela; y nunca se 
había comunicado con su padre desde entonces. En realidad no sabía si 
su padre estaba vivo o muerto. Durante años vivió una vida errante e 
inestable, pero eventualmente se le ocurrió que le haría bien asentarse 
y casarse. Consecuentemente, hizo esto. Cuando le pregunté si había sido 
feliz en su matrimonio, apareció en su rostro una expresión de sorpresa, 
seguida de una sonrisa bastante desdeñosa: "Para eso me casé", replicó 
en tono de superioridad, como si eso proporcionara una respuesta sufi­
ciente. En tanto que, por supuesto, esta réplica provee un ejemplo del 
fracaso esquizoide para discriminar adecuadamente entre la realidad in­
terna y la externa, sirve también para ilustrar la tendencia de los que 
tienen características esquizoides al tratar a los objetos libidinosos como 
medios para satisfacer sus propias necesidades, más que como personas 
que poseen un valor intrínseco; y ésta es una tendencia que brota de 
una orientación oral temprana hacia el pecho corno objeto parcial. 
Aquí puede señalarse que la orientación hacia objetos parciales en 
individuos que manifiestan rasgos esquizoides, es en gran medida un 
fenómeno regresivo determinado por una relación emocional insatisfac­
toria con los padres, y en particular con la madre, en un estadio de la 
infancia siguiente a la temprana fase oral en la que se origina esta 
orientación. El tipo de madre especialmenteapta para provocar esta re­
gresión es la madre que fracasa en convencer a su hijo por medio de 
expresiones espontáneas y sinceras de afecto, de que lo quiere como 
persona. Tanto las madres posesivas como las indiferentes caen dentro 
de esta categoría. La peor de todas es quizá la madre que produce la 
impresión tanto de dominación como de indiferencia: por ejemplo, 
la madre devota que está determinada a toda costa a no echar a perder 
a su único hijo. El fracaso por parte de la madre en convencer a su hijo 
de que realmente lo ama como persona, hace difícil para él sostener una 
relación emocional con ella sobre una base personal, y el resultado es 
que, para simplificar la situación, tiende regresivamente a restaurar la 
relación en su forma anterior y más simple, y a revivir su relación con 
el pecho de la madre como objeto parcial. Una regresión de este tipo 
puede ser ilustrada por el caso de un adolescente esquizofrénico que, 
en tanto que evidenciaba el más amargo antagonismo hacia su madre 
real, soñaba con yacer en la cama en una habitación de cuyo cielo raso 
manara leche; siendo la habitación en cuestión una que había en su 
hogar y que quedaba justo debajo del dormitorio de su madre. Este 
tipo de proceso regresivo puede ser quizá mejor descrito como [Iesper­
sotuilizacioti del Objeto; y está típicamente acompañado por una regre­
sión en la cualidad de la relación deseada. Aquí otra vez el movimiento 
regresivo va en interés de una simplificación de las relaciones; y toma 
la forma de una sustitución de contactos afectivos por corporales. Puede 
quizá ser descrita como una Des-afectivizacíón de la relación objetal. 
----- ------_.­
ESTUDIO PSICOANALÍTICO DE LA PERSONALIDAD 29 
2. - PREDOMINIO DEL TOMAR SOBRE EL DAR EN LA ACTITUD 
LIBIDINOSA 
En conformidad con la predominancia del tomar sobre el dar en la 
temprana actitud oral, los individuos con tendencia esquizoide experi­
mentan considerable dificultad ante dar en el sentido emocional. En 
conexión con esto es interesante recordar que, si la tendencia incorpo­
rativa oral es la más fundamental de todas las tendencias, las próximas 
en importancia para el organismo son las actividades excretorias (defe­
cación y micción). El fin biológico de las actividades excretorias es, por 
supuesto, la eliminación de sustancias inútiles y nocivas para el cuerpo; 
pero aunque en conformidad con su fin biológico, el niño pronto apren­
de a considerarlas como el medio clásico de tratar a los objetos libidi­
nosos malos, su primera significación psicológica parecería ser el de 
actividades creativas. Representan las primeras actividades creativas del 
individuo, y su producto. son sus primeras creaciones; los primeros con­
tenidos internos que externaliza, las primeras cosas que le pertenecen 
y que da. En este aspecto las actividades excretorias contrastan con la 
actividad oral, que esencialmente implica la actitud de recibir. Este 
contraste particular entre los dos grupos de actividad libidinosa no debe 
ser tomado como que excluye la coexistencia de otro contraste entre ellos, 
en un sentido opuesto, porque hay, por supuesto, también un aspecto en 
el que la actitud incorporativa oral hacia un objeto implica valora­
ción del objeto, en tanto que la actitud excretoria hacia un objeto 
implica su desvalorización y rechazo. Pero lo que es significativo para 
el propósito inmediato es que, en un nivel mental profundo, tomar es 
emocionalmente equivalente a acumular contenidos corporales, y dar 
es emocionalmente equivalente a perder contenidos corporales. Es ade­
más significativo que, en un nivel mental profundo, hay una equivalen­
cia emocional entre los contenidos mentales y corporales, con el resul­
tado de que la actitud del individuo hacia estos últimos tiende a refle­
jarse en su actitud hacia los primeros. En el caso del individuo con 
una tendencia esquizoide, de acuerdo con esto, hay una sobrevaloración 
de los contenidos mentales correspondientes a la sobrevaloración de los 
contenidos corporales implicada en la actitud incorporativa oral de la 
temprana infancia. Esta sobrevaloración de los contenidos. mentales se 
muestra, por ejemplo, en la dificultad que experimenta el individuo. 
con una tendencia esquizoide, para expresar emoción en un contexto 
social. Para este individuo, el elemento de dar que está involucrado en 
la expresión de afecto hacia otros tiene la significación de perder con­
tenidos, y es por esta razón que tan a menudo encuentra agotadores los 
contactos sociales. Así, si está mucho en compañía de otros, está dis­
puesto a sentir que "ha perdido su valor", y que requiere un período 
de quietud y soledad después para que el almacén interno de emociones 
tenga oportunidad de volver a llenarse. Así uno de mis pacientes se 
sentía incapaz de hacer citas con la que esperaba que llegaría a ser su 
30 W. RONALD D. FAIRBAIRN 
novia en días consecutivos sobre la base de que, cuando la encontraba 
demasiado a menudo, sentía empobrecida su personalidad. En los casos 
en que la tendencia esquizoide es marcada, la defensa contra la pérdida 
emocional da lugar a represión del afecto y una actitud de desapego que 
lleva a los otros a verlos como distantes; y en casos más extremos, incluso 
como inhumanos. Tales individuos son comúnmente descritos como 
"personalidades cerradas"; y en vista de la extensión en que guardan 
encerrados sus contenidos emocionales, la descripción es singularmente 
adecuada. La angustia por la pérdida emocional a veces se manifiesta 
en formas curiosas. Tómese, por ejemplo, el caso de un joven que bus­
caba analizarse, en el que detecté en la primera consulta aquel aire 
vagamente misterioso que he llegado a considerar patognómico de una 
tendencia esquizoide subyacente, y que tan a menudo está acompañado 
de incapacidad para describir ningún síntoma concreto. Este paciente 
era un estudiante universitario; y en su caso el problema obj etivo con­
sistía en fracaso repetido para pasar los exámenes. Los exámenes orales 
presentaban para él una dificultad especial, y un rasgo notable de esta 
dificultad era que, incluso cuando realmente sabía la respuesta correcta 
a una pregunta, generalmente era incapaz de darla. Será obvio, por su­
puesto, que estaban involucrados problemas en su relación con su padre; 
pero la forma que asumió esta dificultad particular extraía su significación 
del hecho de que, en lo que a él se refería, dar la respuesta correcta re­
presentaba dar al examinador algo que él sólo había adquirido (o sea, 
internalizado) con dificultad, y así separarse de algo demasiado precioso 
como para perderlo. En un intento de superar las dificultades implicadas 
para ellos en el dar emocional, los individuos con propensión esquizoide 
se procuran diversas técnicas de las que aquí pueden mencionarse dos. 
Son: a) la técnica de representar roles, y b) la técnica del exhibicionismo. 
a) La técnica de representar roles 
Al representar un rolo actuar un papel adoptado, el individuo esqui­
zoide es a menudo capaz de expresar bastante sentimiento y hacer lo que 
parecen contactos emocionales bastante notables; pero al hacerlo, en reali­
dad no está dando nada ni perdiendo nada, porque ya que como sólo 
está representando un papel, su propia personalidad no está involucrada. 
Secretamente no reconoce como propio el papel que está representando, y 
así busca preservar su propia personalidad intacta e inmune a todo com­
promiso. Debe agregarse, empero, que en tanto que en algunos casos se 
representan papeles bastante conscientemente, en otros casos el individuo 
está bastante inconsciente del hecho de que está representando un papel, y 
sólo llega a darse cuenta de esto en el curso del tratamiento analítico. La 
representación consciente de un rol puede ilustrarse con el caso de un joven 
marcadamente esquizoide que entró a mi consultorio para la primera entre­
vista con una cita de Freud en sus labios. Buscaba así desde el principio 
establecerse ante mis ojos como un devoto del psicoanálisis,pero mi sos­
ESTUDIO PSICOANAÚnCO DE LA PERSONALIDAD 31 
pecha inmediata de que sólo estaba representando un papel quedó plena­
mente confirmada en cuanto comenzó el tratamiento analítico. El rol adop­
tado era en realidad una defensa contra un verdadero contacto emocional 
conmigo, y contra un dar emocional verdadero. 
b) La técnica exhibicionista 
Las tendencias exhibicionistas juegan siempre un papel prominente 
en la mentalidad esquizoide, y, por supuesto, están estrechamente rela­
cionadas con la tendencia a adoptar roles. Pueden ser en gran medida 
inconscientes, y a menudo están enmascaradas por la angustia. Pero inclu­
so así emergen bastante claramente en el curso del tratamiento analítico; 
y la atracción de las actividades literarias y artísticas para los individuos 
con disposición esquizoide se debe en parte al hecho de que estas activi­
dades proveen medios exhibicionistas de expresión sin implicar contacto 
social directo. La significación de la utilización del exhibicionismo como 
defensa yace en el hecho de que representa una técnica para dar sin dar, 
por medio de la sustitución de "dar" por "mostrar". Pero este recurso 
para intentar resolver el problema de dar sin perder, no deja de tener 
sus dificultades concomitantes, porque la ansiedad originalmente conec­
tada con el acto de dar está predispuesta a ser transferida al acto de mos­
trar, con el resultado de que "mostrar" asume el carácter de "mostrarse". 
Cuando esto sucede, las situaciones exhibicionistas pueden tornarse extre­
madamente dolorosas, y "ser visto" puede entonces dar lugar a aguda 
auto-observación. La conexión entre dar y mostrar puede ilustrarse por 
la reacción de una paciente soltera con un componente esquizoide en su 
personalidad, luego de leer en un periódico por la mañana, en 1940, que 
una bomba alemana había caído en la vecindad de mi casa durante la 
noche. Era claro para ella, por lo que decía el períodico, que la bomba 
había caído a suficiente distancia de mi casa como para estar segura 
de que yo estaría a salvo; y se sintió muy agradecida por esto. Pero su 
reserva emocional era tal que no podía obligarse a sí misma a dar ex­
presión directa de sentimientos sobre mí que, sin embargo, ella quería 
expresar. Lo que hizo, en un intento de bordear la dificultad, fue darme 
en la sesión siguiente un papel en el que había escrito, con considerable 
esfuerzo, cierta información sobre ella misma. Así, me dio realmente 
algo, pero lo que me dio fue una visión de ella, por así decirlo, reflej ada 
en papel. En realidad, en esta oportunidad se registró cierto progreso 
desde la actitud de mostrar hacia la actitud de dar; porque después de 
todo, en forma indirecta me dio realmente contenidos mentales, a los que 
atribuía gran valor narcisístico, y de los que le resultaba un esfuerzo 
desprenderse. También se advirtió cierto progreso desde una evaluación 
narcisística de sus propios contenidos mentales hacia la valoración de mí 
como objeto externo y como persona. A la luz de este incidente no es 
sorprendente que el análisis haya revelado en este caso un tremendo con­
flicto para desprenderse de contenidos corporales. 
32 W. RONALD D. FAIRBAIRN 
3. - EL FACTOR INCORPORATIVO EN LA ACTITUD LIBIDINOSA 
La actitud oral temprana es una actitud caracterizada, no sólo por 
tomar, sino también por incorporar o internalizar. El reestablecimiento 
regresivo de la actitud oral temprana parecería ser rápidamente provo­
cado por una situación de frustración emocional en la que el niño llega 
a sentir: a) que la madre no lo quiere realmente por él mismo como 
persona, y b) que su propio amor por su madre no es realmente valo­
rado y aceptado por ella. Esta es una situación muy traumática que da 
lugar a una situación consiguiente caracterizada por: 
a) El niño llega a considerar a su madre como un objeto malo en 
la medida en que no parece amarlo. 
b) El niño llega a considerar las expresiones exteriores de su propio 
amor como malas, con el resultado de que, en un intento de mantener 
su amor tan bueno como es posible, tiende a retenerlo dentro de sí. 
e) El niño llega a sentir que las relaciones de amor con objetos 
externos en general son malas, o por lo menos arriesgadas. 
El resultado neto es que el niño tiende a transferir sus relaciones 
con sus objetos al reino de la realidad interna. Este es un reino en el 
que su madre y el pecho ya han sido instalados como objetos internali­
zados, bajo la influencia de situaciones de frustración durante la tem­
prana fase oral; y bajo la influencia de situaciones de frustración si­
guientes, la internalización de los objetos es luego utilizada como técnica 
defensiva. Este proceso de internalización no está promovido, sino insti­
gado, por la naturaleza misma de la actitud oral, ya que el fin inherente 
al impulso oral es la incorporación. La incorporación en cuestión es por 
supuesto originalmente incorporación física, pero debemos creer que el 
estado emocional que acompaña los impulsos incorporativos tiene en sí 
mismo una coloración incorporativa. De ahí que cuando ocurre una fija­
ción a la fase oral temprana, la actitud incorporativa se entrelaza inevita­
blemente en la estructura del yo. En el caso de individuos con un com­
ponente esquizoide en su personalidad, de acuerdo con esto, hay una 
gran tendencia a que el mundo externo extraiga su sentido demasiado 
exclusivamente del mundo interno. En verdaderos esquizofrénicos esta 
tendencia puede llegar a ser tan fuerte que la distinción entre realidad 
interna y externa está muy oscurecida. Aparte de esos casos extremos, 
sin embargo, hay una tendencia general por parte de individuos con un 
componente esquizoide a acumular sus valores en el mundo interno. No 
sólo sus objetos tienden a pertenecer al mundo interno más que al ex­
terno, sino que tienden a identificarse a sí mismos demasiado intensa­
mente con sus objetos internos. Este hecho contribuye esencialmente a 
la dificultad que experimentan para dar afectivamente. En el caso de 
sujetos cuyas relaciones objetales están predominantemente en el mundo 
externo, dar tiene el efecto de crear y fortificar valores, y de promover 
• ESTUDIO PSICOANALÍTICO DE LA PERSONALIDAD 33 
el respeto por sí mismos; pero en el caso de individuos cuyas relaciones 
objetales están predominantemente en el mundo interno, dar tiene el 
efecto de desvalorizar valores, y de disminuir el respeto por sí mismos. 
Cuando estos sujetos dan, tienden a sentirse empobrecidos, porque cuan­
do dan, dan a expensas de su mundo interno. En lo que respecta a una 
mujer de este tipo, esta tendencia puede conducir a tremenda ansiedad so­
bre el parto, porque para ella el parto significa no tanto ganar un hijo, 
como perder contenidos con el vacío resultante. He tenido pacientes mu­
jeres de este tipo, en cuyo caso el profundo rechazo a separarse de sus 
contenidos originó un parto extremadamente dificultoso. En estos casos, 
por supuesto, se trata realmente de separarse de contenidos corporales, 
pero un fenómeno análogo dentro de una esfera más mental puede ilus­
trarse con el caso de un artista que, luego de terminar un cuadro, sentía 
no que había creado o ganado algo como resultado, sino que había per­
dido su propio valor. Este fenómeno explica ampliamente los períodos 
de esterilidad y descontento que siguen a los períodos de actividad creati­
va en el caso de ciertos artistas, y que explicaron el caso del artista 
al que me refería. 
Para mitigar la sensación de empobrecimiento que sigue al dar y 
crear, el individuo con un componente esquizoide emplea a menudo una 
interesante defensa. Adopta la actitud de que lo que ha dado o creado 
no tiene valor. Así el artista cuyo caso acabo de citar perdía todo interés 
por sus cuadros una vez que los había pintado, y trataba típicamente a 
sus cuadros terminados como simples mercancías o los abandonaba en un 
rincón del estudio. En la misma forma, las mujeres de mentalidad simi­
lar a veces pierden todo interés por sus hijos luego deque éstos han 
nacido. Por otra parte, una forma de defensa completamente opuesta 
contra la pérdida de contenidos puede ser adoptada por individuos con 
rasgos esquizoides, ya que pueden intentar preservarse a sí mismos con­
tra la sensación de pérdida tratando lo que han producido como si aún 
formara parte de sus propios contenidos. Así, lejos de ser indiferente a 
su hijo luego de que éste ha nacido, una madre puede seguir considerán­
dolo como a sus propios contenidos y sobrevalorarlo por esto. Estas ma­
dres son indebidamente dominadoras con sus hijos e incapaces de adjudi­
carles el status de personas separadas, con penosas consecuencias para los 
desafortunados niños. En forma similar, aunque con resultados menos 
penosos, un artista puede defenderse de la sensación de perder sus con­
tenidos, persistiendo en considerar sus cuadros como su propia posesión, 
en un sentido no realista, incluso luego de que han sido adquirido.. por 
otros. En conexión con esto podemos referirnos otra vez a esa forma 
de defensa que consiste en una sustitución de mostrar por dar. El artista 
"muestra" o exhibe sus cuadros, por supuesto, al hacerlo se revela a sí 
mismo indirectamente. En forma similar, el autor se revela a sí mismo 
al mundo, a la distancia, por intermedio de sus libros. Las diversas artes 
proporcionan así canales muy favorables para la expresión de individuos 
34 W. RONALD D. FAIRBAIRN 
con una tendencia esquizoide. Por medio de la actividad artística pueden 
tanto sustituir dar por mostrar, y al mismo tiempo, producir algo que aún 
pueden considerar como parte de sí mismos, incluso después que ha 
pasado del mundo interno al externo. 
Otra manifestación importante de la ocupación por el mundo interno 
es una tendencia a la intelectualizacián ; y éste es un rasgo esquizoide 
muy característico. Constituye una técnica defensiva extremadamente po­
derosa; y esta sobrevaluación del pensamiento está relacionada con la 
dificultad que experimentan los individuos con tendencia esquizoide para 
establecer contactos emocionales con otras personas. Debido a la ocupa­
ción con el mundo interno y la represión del afecto que le sigue. tiene 
dificultad para expresar con naturalidad sus sentimientos hacia otros. v 
para actuar natural y espontáneamente en sus relaciones con ellos. Esto 
los lleva a hacer un esfuerzo para elaborar intelectualmente sus problemas 
emocionales en el mundo interno. Parecería que, en lo que respecta a 
la intención consciente, ~ us intentos para resolver intelectualmente sus 
problemas emocionales tienen en primer lugar el propósito de preparar el 
camino para una conuucta auaptativa en relación con los objetos exter­
nos. Pero como los conflictos emocionales que surgen de fuentes profun­
das en el inconsciente desafían esta solución, tienden cada vez más a 
sustituir con soluciones intelectuales de sus problemas emocionales, los 
intentos de lograr una solución práctica de ellos. dentro de la esfera 
afectiva de sus relaciones con los otros en el mundo externo. Esta ten­
dencia esta, por supuesto, fuertemente reforzada por la catexia libidinosa 
de los objetos internalizados. La búsqueda de soluciones intelectuales para 
lo que son propiamente problemas emocionales da lugar así a dos impor­
tantes desarrollos: 1) los procesos de pensamiento se tornan altamente 
Iibidinizados ; y el mundo del pensamiento tiende a convertirse en la esfe­
ra predominante de actividad creativa y autoexpresión ; y 2) las ideas 
tienden a sustituir a los sentimientos, y JOS valores intelectuales a los afec­
tivos. 
iSn lo que respecta a verdaderos esquizofrénicos, la sustitución de sen­
timientos por ideas es llevada a grados extremos. Cuando, en tales casos, 
los sentimientos llegan a imponerse, generalmente no están bastante en 
conformidad con el contenido ideativo, y son inadecuados a la situación; o 
alternativamente, como en el caso de la catatonia, la expresión emocional 
asume la forma de estallidos súbitos y violentos. La adopción del término 
"esquizofrenia" se basó, por supuesto, en primer lugar, en la observación 
de este divorcio entre el pensamiento y el sentimiento, sugestivo como es de 
una disociación dentro de la mente. Pero ahora debe reconocerse que la 
disociación en cuestión es fundamentalmente una disociación en el yo. Lo 
que se manifiesta en la superficie como un divorcio entre el pensamiento 
y el sentimiento debe por consiguiente ser interpretado como el reflejo de 
Urnl disociación entre: 1) una parte más superficial del yo que representa 
sus niveles superiores y que incluye la conciencia, y 2) una parte más 
35 ESTUDIO PSICOANALÍTICO DE LA PERSONALIDAD 
profunda del yo que representa sus niveles inferiores y que incluye los 
elementos que están más altamente dotados de libido y que por eso son 
la fuente del afecto. Para el enfoque psicoanalítico dinámico, esta disocia­
ción sólo puede ser explicada en función de la represión; y sobre esta 
suposición, sólo podemos deducir que la parte más profunda y más libio 
dinal del yo es reprimida por la parte más superficial del yo, en la que 
los procesos de pensamiento están más desarrollados. 
En el caso de individuos en los que los rasgos esquizoides están pre· 
sentes en menor grado, el divorcio entre pensamiento y sentimiento es por 
supuesto menos marcado. Sin embargo, hay una tendencia característica 
no sólo a sustituir los valores emocionales por los intelectuales, sino tamo 
bién a una alta libidinización de los procesos de pensamiento. Estos 
individuos están a menudo más inclinados a construir sístemas intelectuales 
de tipo elaborado que a desarrollar relaciones emocionales con los otros 
sobre una base humana. Hay además una tendencia de su parte a con­
vertir en obj etos libidinosos a los sistemas que han creado. "Estar enamo­
rado del amor" parece un fenómeno de esta naturaleza; y los enamora­
mientos esquizoides a menudo tienen un elemento de este tipo. Los 
enamoramientos de esta clase pueden conducir a consecuencias bastante 
displacenteras para el objeto de amor ostensible; pero cuando encontramos 
una personalidad realmente esquizoide enamorada de alguna filosofía polí­
tica extremista, las consecuencias se hacen más graves, porque entonces 
la tasa de víctimas puede sumar millones. Una personalidad de este tipo, 
cuando está enamorada de un sistema intelectual que interpreta con rigidez 
y universalmente, tiene toda la estructura del fanático, que en verdad es 
lo que realmente es. Cuando además tal fanático tiene a su vez la incli­
nación y la capacidad para dar un paso e imponer despiadamente su 
sistema a los otros, la situación puede tornarse catastrófica, aunque a veces 
puede reconocerse que es potente tanto para el bien como para el mal. Sin 
embargo, no todos los que están enamorados de un sistema intelectual 
tienen el deseo o la capacidad de imponer de este modo su sistema en el 
mundo externo. En realidad es mucho más frecuente que se mantengan 
aparte, por lo menos en cierta medida, de la vida del mundo cotidiano, 
y que miren desde sus refugios intelectuales a la humanidad común con 
una actitud de superioridad (la actitud adoptada, por ejemplo, por miem­
bros de las clases altas hacia la burguesía). 
En este punto es conveniente llamar la atención hacia el hecho de 
que, en lo que respecta a sujetos con una tendencia esquizoide, está 
siempre presente en algún grado, la sensación interna de superioridad, in­
cluso cuando, como es frecuente, sea ampliamente inconsciente. Es bastante 
común que haya que superar considerables resistencias antes de que en 
el curso del tratamiento analítico se revele su presencia, y una resistencia 
aún más formidable se encuentra cuando se hacen esfuerzos para analizar 
las fuentes de las que brotan. Cuando se descubren sus fuentes, empero, se 
encuentra que esta sensación de superioridad está basada en: 1) una se· 
36 w. RONALD D. FAIRBAIRN 
creta sobrevaloración general de los contenidos personales, tanto mentales 
como físicos; y 2) una inflación

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