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los estados depresivos (1)

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Los Estados Depresivos| Problemas del campo de la salud Mental 
Los Estados Depresivos 
Dra. Lía Ricon 
INTRODUCCION 
Las pérdidas, inevitablemente unidas al crecimiento y desarrollo de las personas, provocan como 
reacción natural y pertinente un estado de displacer que tiene a veces sólo diferencias de grado con 
los estados depresivos que vamos a describir como problemas humanos. La alegría ante los logros y la 
tristeza por las pérdidas, es la reacción lógica y saludable que las pautas de nuestra cultura avalan. La 
aspiración estoica a mantenerse imperturbable frente a los males ocurridos no sería en nuestro tiempo 
tenida por virtud. 
Una primera dificultad aparece cuando tenemos que poner un limite entre una reacción 
pertinente que implique flexibilidad y equilibrio y otra tenida por patológica. Lamentablemente, 
podemos tener mayor certeza en los casos extremos de la serie; en toda la gama de las situaciones 
intermedias, el peso de los factores intervinientes hace a veces muy difícil la evaluación. El consenso 
social, las características de personalidad de quien está siendo estudiado, las condiciones de su vida y 
su historia, el monto de estrés soportado el último año (tal como se plantea en el eje IV de la DSM-III-
R) deben tenerse particularmente en cuenta, y puede así ocurrir que un estado que para un individuo 
sea innegablemente patológico, para otro deba ser tenido por pertinente y adecuado. 
Queremos también alertar con respecto a otro problema para quienes se inician en el estudio de 
este tema. Las distintas corrientes dentro de la especialidad suelen dar denominaciones 
confusionantes que pueden desconcertar si no se conoce el contexto en el que están dadas. Me refiero 
a que si un psicoanalista habla de melancolía está hablando de un estado estructural del psiquismo tal 
como el que se describe en el trabajo de Freud "Duelo y melancolía". Este estado puede encontrarse 
en cualquier tipo de depresión que ha llegado a cierto nivel de profundidad. Un psiquiatra, en cambio, 
llamará melancolía a la fase depresiva de la psicosis maniaco depresiva o a la forma depresiva de las 
psicosis de involución. Se trata de dos posturas, de dos escuelas: una, la dinámica freudiana, centrada 
en el concepto de estructura; otra, la clínica psiquiátrica con el acento puesto en lo aparencial. 
 Vamos a considerar el tema en los siguientes ítems: 1) síndrome depresivo; 2) clasificación de la 
clínica psiquiátrica; 3) clasificación según el nivel de depresiones (estructural dinámica); 4) cuadro de 
integración de las dos esquemas; 5) generalidades del tratamiento. 
1- SINDROME DEPRESIVO 
Las pacientes pueden consultar por si mismos o ser traídos por sus familiares o allegados. Su 
aspecto puede darnos algún elemento útil para el diagnostico, pero muchas veces no podremos estar 
seguros de nuestra evaluación si no conocemos cual es la modalidad habitual de comportamiento del 
paciente. 
De todos modos, se puede mencionar la expresión de tristeza, los hombros caídos, la lentitud de 
los movimientos, el seño fruncido, con la llamada omega melancólica en el entrecejo, la vestimenta 
poco cuidada, el paso lento, el tono bajo de la voz, las quejas, las lágrimas. En los estados neuróticos, la 
mayoría de estos signos puede disimularse, y en los cuadros agitados de cualquier tipo de depresión, la 
inhibición psicomotriz que hace más lento todos los movimientos no está presente. Los pacientes se 
muestran entonces agitados, pero su actividad es desordenada y con fines poco claros. 
Veamos ahora cómo se comportan las distintas funciones. 
Atención: Está particularmente dirigida a los temas relacionados con el estado depresivo. Puede 
ser difícil de mantener si se pretende concentración en otros asuntos. 
Sensopercepción. La percepción del paso del tiempo reviste particular importancia, presente y 
futuro, esto es, logros y fracasos, situación actual y posibilidades futuras. En los estados depresivos, la 
percepción del tiempo se hace puntual; solo se registra un presente cargado de ansiedad, culpa, 
tristeza, ineptitud, fracaso. Los logros del pasado no cuentan y las posibilidades del futuro no existen. 
La queja hipocondriaca están siempre presentes y no será fácil en muchos casos saber si se trata 
de reales modificaciones del cuerpo anatomofisiologico que pueden no ser detectados por nuestros 
métodos actuales o a exaltaciones de sensaciones normales, o bien a percepciones alucinatorias 
referidas a aspectos del psiquismo proyectado sobre el propio cuerpo. 
 Los Estados Depresivos| Problemas del campo de la salud Mental 
Otro aspecto que podemos registrar en nosotros mismos cuando estamos tristes es la mayor 
propensión a captar los preceptos que son más acordes con el estado afectivo de pena; por ejemplo, 
en un cuadro los colores poco vivos o los árboles secos, mucho más que lo que sea expresión de alegría 
o vida en expansión. 
Con respecto a los hechos del mundo interno, también es evidente que se registra 
preferentemente todo lo que implique perdida, culpa o ineptitud en algún sentido. 
Memoria. No hay alteraciones groseras. Como en la función anterior, una observación más prolija 
muestra que mientras dura la depresión se hace más difícil retener información, especialmente si no 
está conectada con las vivencias penosas o que están vinculadas con el estado depresivo. Esta 
dificultad para concentrarse en estímulos no implicados en el ánimo depresivo produce fallas en la 
fijación y, como consecuencia, también en la conservación y evocación posterior de los hechos 
ocurridos durante el período de enfermedad. 
Conciencia. No hay alteraciones groseras, si bien el desinterés que puede ser muy intenso en los 
casos graves, puede hacer suponer cierto grado de obnubilación de la conciencia, leve y fácilmente 
descartable si se exige la atención del investigado. 
Orientación. No hay alteraciones, también por desinterés puede observarse error en la fecha. 
Pensamiento. Las perturbaciones en el curso muestran lentificación en la mayoría de los casos. Sin 
embargo, en algunas depresiones reactivas, los contenidos a los que está vinculado el cuadro pueden 
circular con abrumadora rapidez, creando por sí mismo un estado de inhibición para poder 
concentrarse en otros aspectos. 
Los contenidos pueden caracterizarse como pesimistas, de ruina, desesperanzados, generadores 
de culpa. En los casos más profundos, las ideas de suicidio y las maneras de efectivizarlo adquieren 
relevancia e inundan todo el campo. Se exacerba todo lo que pueda contribuir a la desvalorización. 
Todo contenido que pueda vincularse con vivencias placenteras es descalificado y tenido por 
superficial o basado en irrealidades. 
La exploración de fantasía puede ser de gran ayuda para determinar el tipo de depresión. En los 
cuadros neuróticos, reactivos, pueden superponerse situaciones pasadas o futuras que tendrían como 
consecuencia una mejoría del estado que se padece. En las profundas depresiones de nivel melancolía, 
no hay nada que pueda suponerse como provocador de algún tipo de mejoría. 
Afectividad. Es en esta función que se objetivan los síntomas y signos más importantes del 
síndrome depresivo. Las características que descubrimos en el aspecto de estos pacientes, hacen 
suponer la existencia de sentimientos penosos, que el relato que nos hacen confirma ampliamente. 
Sufren, se sienten culpables, en algunos casos, los de depresión reactiva, por acciones reales que son 
distorsionadas por el sentido de cargarlos de culpa; otros se abruman con supuestas responsabilidades 
en situaciones que no podrían ser consideradas de este modo ni por el observador ni por los 
familiares. La vivencia de fracaso y de imposibilidad de salida de la situación en la que se encuentran 
les hace considerar la vida sin sentido, ya que no vislumbran ninguna posibilidad de cambio. El 
paciente se culpa más allá de lo quepuede comprenderse y se ataca con total falta de pudor, “como si 
hablara de otro”. Esto puede entenderse si aceptamos la hipótesis que muestra a estos pacientes 
atacando en sí mismo al otro con quien se han identificado y que será también a quien mataran en el 
suicidio. Este atormentador interno es quien no aprueba las acciones de las personas depresivas y que 
las hace aparecer permanentemente como disconformes con todo lo que realizan. 
Algunos pacientes refieren particularmente un sentimiento de soledad y abandono, una vivencia 
de desasimiento de las conexiones con personas o situaciones que puedan ser vividas como de 
aseguramiento y contención. 
La ansiedad y el desconcierto provocan frecuentemente una sensación de desamparo y una 
búsqueda de apoyo, ayuda, estima, afecto que hacen a veces muy difícil reparadora del entrevistador, 
que se siente agotado, desangrado, exprimido. Esto puede entenderse teniendo en cuenta que el 
depresivo está haciendo una demanda de la persona total del otro y que no se conformaría con 
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ninguna oferta parcial. Lo que termino de decir se observa particularmente en el nivel más grave de las 
depresiones, más frecuentemente endógenas. 
Actividad. Lo que se observa con mayor frecuencia es la inhibición motora expresada ya sea a 
través de una lentificación de los movimientos en los estados más leves, hasta la inmovilidad y 
permanencia en la cama en los casos más graves. Puede observarse también una disociación ente las 
áreas afectivas y motoras. 
Mecanismos de defensa. Idealización, identificación con los aspectos negativos del objeto 
perdido, defensas maniacas (negación, omnipotencia, depresión, triunfo). 
2. CLASIFICASIÓN SEGÚN LA CLÍNICA PSIQUIATRICA 
Esta clasificación se basa en la observación de los síntomas y signos, en las hipótesis etiológicas, en 
la evolución y en las respuestas terapéuticas. Tiene en cuenta especialmente los aspectos 
fenoménicos, aparenciales. Sobre la base de la descripción general del síndrome daré algunas 
características que permitan definir cada uno de los cuadros: 1) depresión endógena; 2)depresión 
sintomática; 3) depresión involutiva; 4) depresión secundaria; 5) depresión neurótica. 
Depresión endógena 
Esta denominación corresponde a la fase depresiva de la psicosis maniaco depresiva. Descrita por 
los clínicos franceses y alemanes del siglo XIX, se caracteriza por aparecer sin que pueda detectarse 
una causa en el relato que hace el paciente. No es una reacción emocional a una pérdida. Evoluciona 
por episodios o fases, a veces de remisión espontanea. El primero aparece alrededor de los 20 años, a 
veces pasa casi inadvertido para la familia. Puede presentarse el síndrome completo o sólo algunos 
pocos síntomas o signos. Merece especial mención, particularmente cuando aparece como único 
síntoma, la inhibición psicomotriz, que puede ser sentida por el paciente como cansancio o desgano. 
Algunos autores describen este cuadro como depresión enmascarada. Es importante porque el 
diagnóstico adecuado permite el tratamiento precoz y evita sufrimiento al paciente y la cronificación 
del cuadro. Se encuentran frecuentemente antecedentes de problemas similares en la familia y 
también de la otra psicosis endógena, la esquizofrenia. Se trata con antidepresivos. La psicoterapia es 
útil en los períodos de interface. Permite que los pacientes tengan más clara conciencia del comienzo 
de sus estados y consulten. Soluciona también los aspectos neuróticos que muchas veces agravan el 
cuadro. 
Puede tener cualquiera de los niveles que veremos en la clasificación dinámica estructural. En 
general, en los comienzos puede presentarse como duelo normal. Aun aquí debemos dar 
psicofármacos antidepresivos. 
Depresión sintomática 
Los clínicos son quienes conocen mejor este tipo de depresiones que son un síntoma más de 
algunas patologías prevalentemente orgánicas, como la hepatitis la brucelosis, la gripe, la intoxicación 
por plomo, etc. El tratamiento que puede efectuar el especialista estará particularmente en relación 
con el nivel de depresión. Este estará más vinculado con el monto de rasgos depresivos que con la 
enfermedad orgánica causante. No actúan los antidepresivos. Puede tener cualquiera de los niveles 
dina micos, dependiendo, como se termina de decir, de la estructura de personalidad. 
Depresión involutiva 
Este cuadro se presenta en un período particular de la vida que llamamos involución y que no 
implica ningún tipo de deterioro. Es este el tiempo en el que desaparecen las menstruaciones en la 
mujer y disminuye la potencia en el hombre. En la esfera afectiva, los cambios en la familia y en el 
trabajo inciden muy especialmente en el área de las emociones. Los hijos son adolescentes o se 
independizan o se van del hogar paterno. Los vínculos con estos hijos y también con los padres y con la 
pareja, que se fantasearon como estabilizados, sufren nuevos cambios sustanciales, que son más 
difíciles de tolerar porque, de todos modos, el futuro se achica y los logros que no se consiguieron 
resultan más difíciles de alcanzar. Los hijos son nuevos interlocutores válidos y los propios padres 
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empiezan a dejar de serlo para transformarse muchas veces en nuevos hijos, dependientes y no 
deseados como tales. 
Determinadas personalidades con rasgos fóbico-obsesivos, por una parte, y sensitivo-paranoides, 
por otra muestran en este periodo una especial intolerancia a situaciones de pérdida, ya se trate de 
una situación claramente identificable, como puede ser la pérdida de un trabajo o el casamiento de un 
hijo preferido con una pareja no deseada o, con mucha frecuencia, por pequeños cambios que podrían 
ser tolerados adecuadamente por una personalidad bien estructurada. En estos casos suele ser difícil 
detectar estas pequeñas perdidas, porque solo pueden entenderse como pérdidas si se esclarece de 
entrada la especial significación que tienen para el paciente, ya que se trata de situaciones que pueden 
incluirse dentro de la evolución normal de una familia o de una persona. 
El diagnóstico se hace teniendo en cuenta el tipo de personalidad, la edad de aparición, el tipo de 
perdidas y la gran ansiedad que, en general, acompaña a estos cuadros. 
Pueden tener cualquiera de los tres niveles dinámicos que vamos a mencionar más adelante 
(duelo normal, duelo patológico o melancolía). 
Deben tratarse con psicofármacos y psicoterapia. Ambos tratamientos son indispensables para 
conseguir éxito. 
Depresión secundaria 
Incluimos en esta categoría las depresiones de muy distinto nivel de gravedad que se presentan 
como consecuencia de, o como reacción a problemas que afectan particularmente el área de lo 
psicológico. Me refiero, por ejemplo, al estado depresivo que se observa en algunos casos de 
neuróticos obsesivos graves que se ven inutilizados por los síntomas. También están presentes estas 
depresiones en los estados posteriores a problemas vasculares (demencias arteroscleróticas de 
comienzo) en los que el paciente asiste a su deterioro. 
Esta discriminación es útil para implementar adecuadamente las estrategias terapéuticas que 
deben tener en cuenta la causa determinante y no el estado depresivo. 
Depresión reactiva: (Véase depresión neurótica) 
Es necesario insistir sobre la importancia de la psicoterapia y la contraindicación de los 
psicofármacos antidepresivos que descalifican el valor terapéutico de la palabra y hacen suponer al 
paciente que la solución puede venir de afuera hacia adentro en forma de una pastilla que se ingiere. 
3. CLASIFICACION SEGUN EL NIVEL DE DEPRESION (Estructural-dinámica): 
Discriminaremos: 1) duelo normal; 2) duelo patológico; 3)melancolía. 
Esta clasificación se basa en los conceptos planteados por Freud ("Duelo y melancolía") y Klein 
("Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del lactante", "El duelo y su relación con los 
estados maníaco-depresivos" y "Una contribución a la psicogénesis de los estados maníaco-
depresivos"). 
Duelo normal 
Quien ha sufrido una pérdida y se encuentra padeciendo el proceso normal de duelo, está objetiva 
y subjetivamente desinteresado por el mundo externo. A medida que pasa el tiempo, se vuelven a 
valorar (recatectizado) los objetos de este mundo externo. Hay un sentimiento de pena por la pérdida 
sufrida, el mundo externo se ve vacío y distinto, la pérdida es consciente. La recuperación es paulatina 
a través de la revalorización de los objetos externos y de una reestructuración de la realidad interna y 
externa; se acepta la pérdida como una situación tangible y objetiva. Ha triunfado el principio de 
realidad y la elaboración del duelo ha enriquecido a quien lo padeció. El doliente ha encontrado sin 
duda nuevos y desconocidos aspectos de sí mismo, y ha medido y comprobado su fuerza y capacidad 
para resistir la pérdida y el dolor consiguiente. Puede eventualmente registrarse algún sentimiento de 
culpa, que de todos modos categorizaríamos como culpa depresiva, en la que está vigente el proceso 
secundario con discriminación temporal y preocupación por el objeto y por el yo, pena, nostalgia y 
responsabilidad. De todos modos este sentimiento de culpa es más característico del duelo patológico. 
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Un exceso de preocupación familiar puede llevar a la consulta a personas que estén pasando por 
este período de duelo normal. Debe hacerse un prolijo diagnóstico situacional para evaluar el tipo de 
ayuda que puede o debe prestarse. Puede aun ser posible que el esfuerzo que implique una 
psicoterapia no se justifique por razones diversas que pueden incluir el nivel económico, la distancia a 
la que vive quien consulta, las resistencias familiares a los tratamientos psicoterapéuticos, etc. 
Klein define el duelo normal como un proceso a través del cual la persona amada y perdida se 
establece dentro del yo. No sólo se retira o invisten las catexias (cargas afectivas) relativas al objeto 
amado y perdido, sino que el objeto se establece en el mundo interno superando la situación de 
ambivalencia de la posición depresiva y es reconocido con sus características reales. Ante la situación 
de pérdida que debe elaborarse en el duelo normal, todos los objetos internos peligran y deben ser 
restaurados y recuperados. 
En la medida en que se van recatectizando los objetos del mundo externo, tal como ya se dijo al 
definir el duelo normal según Freud, Klein agrega que éste implica la reconstrucción del mundo 
interno. 
La posibilidad de superar normalmente una situación de pérdida depende, para Klein, del modo 
como se superó la posición depresiva primitiva, que se establece como modelo de las elaboraciones 
posteriores. 
Duelo patológico 
En las situaciones que pueden catalogarse como duelo patológico, al ya mencionado desinterés 
por el mundo externo, ya ha perdido significación, se agrega un sentimiento de culpa por la muerte del 
otro o por la pérdida sufrida que no tiene justificaciones en la realidad. Se intenta, por otra parte, 
negar la pérdida y pueden aparecer aspectos de las defensas maníacas. Cuando se trata de la muerte 
de un prójimo significativo se puede observar la penosa vivencia de sentirse influido por la situación de 
muerte o bien tener síntomas hipocondríacos de las enfermedades padecidas por el muerto. El objeto 
perdido no es visto en su dimensión de realidad, sus aspectos positivos y negativos se exaltan y es 
notoria la ambivalencia que obviamente hace muy confusos los sentimientos experimentados. Esto 
incrementa La culpa por falta adecuada de separación entre sentimientos hostiles y de amor. De todos 
modos, es prevalentemente culpa depresiva como ya la describimos en duelo normal. 
Melancolía 
En este nivel de depresión, el desinterés por el mundo exterior es más intenso que en el duelo 
normal y patológico. Se agrega la penosa vivencia de un mundo interno vacío, carente de significación, 
falto de posibilidades de amor. La inhibición de todas las funciones es muy intensa. Los pacientes se 
quejan de abulia astenia. La pérdida, a pesar de poder ser a veces ubicada en el mundo externo, es 
sentida fundamentalmente como una pérdida en el propio yo. Freud menciona la aparición en el 
aparato psíquico de una instancia crítica que enjuicia a una parte del yo. Esta conciencia moral, 
precursora del superyó, del que Freud no había hablado todavía en "Duelo y melancolía", es la 
responsable de los reproches hechos contra el propio yo. Desde el punto de vista económico, hay una 
retracción de la libido objetal. Se remplaza una carga de objeto por una identificación, y así la libido se 
retrae a un objeto de elección narcisística situado dentro del yo. Freud lo expresa sintéticamente con 
la conocida frase "la sombra del objeto cae sobre el yo". Esto explica el carácter especial de los 
autorreproches del melancólico, hechos sin ningún pudor, como si se tratara de ataques a un tercero. 
Se trata en realidad de un tercero muy particular que está incluido dentro del sí mismo a través de un 
proceso de identificación con una parte del yo. 
Este nivel de depresión se encuentra preferentemente en el período de estado de la psicosis 
maniaco-depresiva, aunque también puede verse en una depresión reactiva, dependiendo 
especialmente del tipo de pérdida y de la personalidad. 
El sentimiento de culpa, siempre presente, puede categorizarse como culpa persecutoria con 
vigencia del proceso primario, atemporalidad, resentimiento, dolor, desesperación, temor, 
autorreproches y despreocupación por el otro. 
4. GENERALIDADES DEL TRATAMIENTO 
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Teniendo en cuenta que este es un texto dedicado a personal de salud en general, no parece 
pertinente ni útil entrar en precisiones sobre los tratamientos de estos pacientes que necesitan 
estrategias desarrolladas por especialistas que manejan tanto los aspectos biológicos como los 
dinámicos. 
Volviendo al cuadro general de clasificación, diremos que en las depresiones endógenas y en las 
involutivas los psicofármacos antidepresivos están definidamente indicados. En los casos de depresión 
sintomática, secundaria o reactiva, los efectos que pueden esperarse de este tipo de medicación son 
muy escasos o nulos, con el peligro de descalificar, como ya se dijo, el valor terapéutico de la palabra. 
 Las psicoterapias están indicadas en todos los casos, teniendo presente que las expectativas de 
respuesta son distintas. También es importante saber que hay particularidades en el manejo de este 
recurso. 
En las depresiones endógenas, la psicoterapia será efectiva en el periodo interface para resolver 
los problemas neuróticos y permitir que los pacientes tengan una mejor percepción del comienzo de 
sus fases depresivas. 
En los cuadros involutivos, la psicoterapia es más efectiva que en las depresiones endógenas, ya 
que los conflictos que no se han podido superar tienen una parte de responsabilidad en la instalación 
del cuadro. 
En las depresiones sintomáticas y secundarias, la psicoterapia será un coadyuvante pero no 
tendrá el lugar de tratamiento etiológico, éste será el que ataque la enfermedad causal. 
En las depresiones reactivas, sí podemos decir que el tratamiento etiológico es la psicoterapia del 
tipo que sea posible, teniendo en cuenta las características generales de quien consulta. NO se 
benefician con psicofármacos antidepresivos. 
Con respecto a la utilización de tranquilizantesmayores o menores, no hay contraindicación. En 
algunas depresiones reactivas pueden tener un efecto opuesto al buscado, porque los pacientes 
quieren estar alertas y los tranquilizantes actúan en sentido contrario. Es importante tener en cuenta 
que muchas veces se hace imposible trabajar psicoterápicamente con pacientes en los que la angustia 
tiene niveles que van más allá de lo tolerable, así como no se puede trabajar con los psicópatas porque 
carecen totalmente de este sentimiento. 
Cuadro general de clasificación: Este cuadro permite, de modo muy esquemático, entender que todo paciente en el que 
detectamos algunos síntomas o signos del síndrome depresivo, debe poder ser ubicado en algún lugar del mismo. En cada 
ubicación convergen dos tipo de clasificación, la de la clínica psiquiátrica, esencialmente descriptiva, apariencial, evolutiva, 
fundamental para decidir la estrategia terapéutica, y la otra, tomada de las escuelas dinámicas, que se refiere a la 
estructura y nos da un conocimiento del nivel de depresión y de la estructura de personalidad del paciente. Es conjetural. 
Por ejemplo J. Arceti tiene una depresión endógena que comienza; debe ser medicado con antidepresivos, la psicoterapia no 
es esencial y modificará sólo los aspectos neuróticos o caracterológicos. María Lin tiene una depresión sintomática seria. 
Además de ocuparnos de su enfermedad causal, debemos indicar psicoterapia parque probablemente tenga una estructura 
depresiva de personalidad. La Sra. Puel tiene una depresión involutiva grave. Es indispensable indicarle psicoterapia, 
psicofármacos y terapia de familia. Margharita T. está deprimida hace mucho tiempo por sus síntomas obsesivos; 
solamente para mejorar su situación con psicoterapia. J. M. Olivarte tiene una depresión reactiva muy grave. Aunque per 
alguna razón se le indiquen antidepresivos o los esté tomando y sea difícil que prescinda de ellos, su tratamiento esencial en 
la psicoterapia tan profunda como sea posible. 
DEPRESION 
ENDOGENA 
J. ARCETI 
DEPRESION 
SINTOMATICA 
 MARIA LIN 
DEPRESION 
INVOLUTIVA 
 Sra. PUEL 
DEPRESION 
SECUNDARIA 
MARGARITA T. 
DEPRESION 
REACTIVA 
 J. M. OLIVARTE 
 DUELO NORMAL DUELO PATOLOGICO MELANCOLIA 
 
 Los Estados Depresivos| Problemas del campo de la salud Mental 
Bibliografía 
Baranger, Willy: Posición y objeto en la obra de M. Klein, Kargieman, Buenos Aires, 1971. 
Freud, S.:(1917(1915))"Duelo y melancolía", Obras completas, Vol. XIV, Amorrortu, Buenos Aires, 
1979. 
Grinberg, León: Culpa y depresión, Paidós, Buenos Aires, 1963. 
Klein, M.: "Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del lactante", Obras completas, 
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-"El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos". Obras completas, Vol. II, Paidós, 
Buenos Aires, 1975. 
-"Una contribución a la psicogénesis de los estados maníaco-depresivos". "Obras completas, Vol. 
II, Paidós, Buenos Aires, 1975. 
Pereyra Carlos, R.: Semiología y psicopatología de los procesos de la esfera intelectual, El Ateneo, 
Buenos Aires, 1951. 
Ricón, Lía: "Los estados depresivos", Revista de Psicoanálisis, XXXIV, 4 (APA), 1977.

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