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Soporte vital en PediatríaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 169 | 1501 • La parada cardiorrespiratoria (PCR) en pediatría se define como la interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la ventilación y circulación. Las características fisiológicas, anatómicas y patológicas del niño son distintas a las del adulto y se van mo- dificando a lo largo de la infancia. Por ello, y al contrario que en el adulto, la PCR más frecuente es la secundaria, resultado de la incapacidad del organismo para compensar los efectos de la enfermedad o el traumatismo subyacente. • La etiología es fundamentalmente respiratoria. El origen cardiaco se da casi exclusivamen- te en niños con cardiopatías congénitas. • La cadena de supervivencia es la secuencia de actuaciones a realizar ante una PCR o ante su sospecha, que implica la detección precoz, la alerta de equipos de emergencia, la ins- tauración rápida de maniobras de RCP de calidad, la desfibrilación precoz y las medidas avanzadas de soporte vital y post-resucitación. Además, es fundamental proporcionar consejos y conocimiento a familiares y educadores para evitar accidentes e identificar aquellas situaciones de riesgo vital. ETIOLOGÍA Y PRONÓSTICO Las principales causas de muerte en la infancia varían en función de la edad: 1. Periodo neonatal (< 1 mes de vida): anomalías congénitas, seguidas por los eventos peri- natales y la muerte súbita. 2. Primer año de vida: síndrome de muerte súbita y anomalías congénitas siguen siendo las principales causas de muerte, seguidas por las enfermedades cardiovasculares y respirato- rias, las infecciones y los traumatismos. 3. Preescolares: traumatismos, seguidos por las anomalías cardiovasculares y enfermedades oncológicas. 4. Escolares: traumatismos. 5. Entre los 15-24 años: traumatismos, seguidos por los suicidios y las lesiones intencionadas. El pronóstico de la PCR en pediatría es malo y varía en función de la gravedad y del escenario en el que se produce. En las PCR extrahospitalarias la supervivencia es del 3-19 %, mientras } Las recomendaciones de reanimación cardiopulmonar (RCP) expuestas en este capítulo están basadas en las guías del European Resucitacion Council (ERC) del 2015, que a su vez derivan de un consenso internacional del mismo año (CoSTR 2015). INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS SOPORTE VITAL EN PEDIATRÍA MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 1502 | Capítulo 169 que la supervivencia de la PCR intrahospitalaria es del 65 %. La supervivencia es mayor en pacientes con parada respiratoria (82 %) que con PCR (14 %). Y dentro de las PCR, si tienen pulso (66 %) mayor que si no tienen pulso (38-43 %). Por ello, es fundamental la detección e inicio de las maniobras de una forma precoz. SIGNOS DE ALARMA Para poder anticiparse a la PCR, debemos reconocer los signos de alarma: • A y B. Vía aérea y ventilación: taquipnea extrema, apnea, bradipnea, respiración inefecti- va, gasping, ausencia de ruidos respiratorios, quejido o fatiga. • C. Circulación: cianosis a pesar de aportes de oxígeno, taquicardia extrema, bradicardia (< 60 lpm en lactantes y niños). Disminución de la presión arterial. • D. Disfunción neurológica: no respuesta a estímulo verbal o dolor, hipotonía, convulsión. • E. Exposición y entorno: fiebre y petequias, quemaduras > 15 % de la superficie cor- poral. SOPORTE VITAL BÁSICO (SVB). RCP BÁSICA (RCP-B) Es el conjunto de actuaciones que permiten identificar y actuar ante una PCR sin emplear dispositivos técnicos específicos hasta la llegada de personal cualificado. Resulta vital iniciar la RCP-B en los primeros minutos de la PCR. Es fundamental ser sistemáticos a la hora de iniciar la RCP-B y seguir la siguiente secuencia: 1. Seguridad del niño y del reanimador. Solo se iniciará la RCP en un entorno seguro tanto para el reanimador como para el paciente. Si es necesario, se movilizará al niño a un lugar seguro. Colocaremos al paciente en una superficie plana, lisa y dura. 2. Estimular. Comprobaremos el estado de consciencia del paciente estimulándolo sua- vemente. Si sospechamos lesión cervical será preciso la inmovilización bimanual cervical antes de estimularlo. En este caso, serán precisos dos reanimadores. • Si responde, le colocaremos en posición lateral de seguridad (PLS), salvo si se sospecha lesión cervical. La técnica es igual que con el paciente adulto (Figura 169.1). Avisar posteriormente al servicio de emergencia médica (SEM). Es fundamental la revaluación periódica. • Si no responde, gritaremos ¡AYUDA! Alertaremos al entorno sin retrasar las maniobras de RCP. 3. Vía aérea. Apertura mediante la maniobra frente-mentón (contraindicada ante sospecha de lesión cervical) o la elevación o subluxación mandibular. Es importante explorar el inte- rior de la boca para asegurarse de que no existe un cuerpo extraño. Figura 169.1. Colocación en posición lateral de seguridad. Soporte vital en PediatríaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 169 | 1503 4. Ventilación: Ver-Oír-Sentir. El reanimador debe comprobar si el niño realiza respiracio- nes eficaces, movilizando el tórax o abdomen, oyendo si existen ruidos respiratorios y sintiendo el aire exhalado en la mejilla durante un máximo de 10 segundos. • Si respira: poner en PLS. Reevaluar. • Si no respira: se efectuarán 5 insuflaciones de rescate de 1 segundo de duración (al menos 2 deben ser efectivas), visualizando ascenso y descenso del tórax. En niños pequeños, sellaremos con nuestra boca su nariz y boca. En niños más mayores, sella- remos con nuestra boca la suya y taparemos los orificios nasales con los dedos. • Si tras 5 insuflaciones no se consigue una adecuada expansión torácica tras recolocar adecuadamente la vía aérea, sospecharemos que existe una obstrucción de cuerpo extraño. Ver apartado 5. 5. Circulación. Tras las 5 ventilaciones “de rescate” se evaluarán los signos de circulación (máximo 10 segundos). • Signos de vida: cualquier movimiento, tos o respiración efectiva. • Toma de pulso. Braquial en lactantes. Carotídeo en niños. – Ante claros signos de vida y/o > 60 lpm: continuaremos con las insuflaciones (12-20 por minuto). – Si no se palpa pulso o este es < 60 lpm o ausencia de signos de vida: iniciaremos compresiones torácicas. • Compresiones torácicas: La frecuencia del masaje será de 100-120 compresiones/mi- nuto, sincronizado con ventilaciones con una relación 15 compresiones/2 ventilaciones si participan dos reanimadores, intercambiando los puestos. Se utilizará una relación 30/2, en adolescentes, si hay un reanimador, en medio no sanitario. En recién nacidos y lactantes, se colocarán los pulgares sobre el tercio inferior del esternón para com- primir, mientras que el resto de dedos abarcarán el tórax. Si solo hay un reanimador las compresiones serán con los dedos medio y anular, colocados en el tercio inferior. Comprimir un tercio del diámetro anteroposterior. En niños mayores de un año, se realiza similar al adulto, con el talón de una mano o de las dos manos según el tamaño del niño y el reanimador (Figura 169.2). 6. Revaloración. Siempre debemos alertar a nuestro entorno de la situación. Si hay un solo reanimador, iniciará las maniobras de SVB y las mantendrá durante 1 minuto antes de alertar al equipo de emergencia. Si hay más de un reanimador, uno de ellos iniciará la RCP, mientras el otro busca ayuda. Figura 169.2. Compresiones torácicas en el paciente pediátrico. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 1504 | Capítulo 169 7. Desfibrilación Externa Automática (DEA). Su uso no debe retrasar el inicio de la RCP. Indicado en niños con pérdida de consciencia súbita y ausencia de signos de circulación. En niños mayores de 8 años o 25 kg puede utilizarse el DEA como en adultos. En niños de 1 a 8 años se debe emplear un sistema con atenuación de energía en la misma posición. En lactantes es aceptable el uso de atenuadores. Si no disponemosde atenuadores, colo- car las pegatinas en la región anterior y posterior del tórax. ALGORITMO SOPORTE VITAL BÁSICO PEDIÁTRICO (Figura 169.3) OBSTRUCCIÓN DE LA VÍA AÉREA POR CUERPO EXTRAÑO (OVACE) La obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño puede evolucionar a una PCR, por lo que es fundamental iniciar las maniobras de desobstrucción de forma precoz. La actuación dependerá de la gravedad, es decir, del tipo de tos que presente y de si el niño está cons- ciente o no (Figura 169.4). SEGURIDAD, comprobar inconsciencia y gritar ¡AYUDA! Apertura de la vía aérea Respiración normal Ventilar: 5 insuflaciones Masaje cardiaco (15:2) o (30:2) Continuar con RCP durante 1 min Valorar signos de vida o pulso central. Máximo 10 segundos Reevaluar y activar Servicio de emergencias/DEA Continuar RCP. Reevaluar cada 2 minutos Observar Posición lateral de seguridad Recolocar vía aérea: máx. de 5 insuflaciones Continuar ventilando: 12-20 insuflac/min. No responde No Ausentes Responde Sí O O O O O Presentes En paro cardiaco avisar inmediatamente. Buscar DEA. Figura 169.3. Algoritmo RCP básica en el paciente pediátrico. RCP: reanimación cardiopulmonar; DEA: desfibrilador externo automático. Valoración de la gravedad TOS EFECTIVA Estimular la tos Vigilar hasta que se resuelva el episodio o la tos sea inefectiva o se pierda la consciencia Consciente 5 golpes interescapulares alternando con: Lactante: 5 compresiones torácicas. Niño: 5 compresiones abdominales Inconsciente Abrir la vía aérea. Iniciar RCP (5 ventilaciones) continuar con compresiones torácicas y ventilación (15:2) TOS INEFECTIVA ¡PEDIR AYUDA! Figura 169.4. Algoritmo desobstrucción de la vía aérea. Soporte vital en PediatríaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 169 | 1505 • Si tos efectiva: deberemos estimular la tos o el llanto, hasta que se resuelva el episodio o la tos se convierta en inefectiva. • Si tos inefectiva: gritaremos pidiendo ¡AYUDA! e iniciaremos maniobras de desobstruc- ción de la vía aérea. Solo extraeremos el cuerpo extraño si es fácilmente visible, intro- duciendo el dedo en forma de gancho por un lateral de la boca. En caso de no poder extraerlo: – Si está consciente. - Lactante: colocarlo sobre el antebrazo en decúbito prono, sujetando la mandíbula (con cuidado de no obstruir la vía aérea) y con la cabeza más baja que el tronco. Golpear 5 veces con el talón de la mano contralateral en la zona interescapular. Sujetando la cabeza, colocar al lactante en decúbito supino. Dar 5 compresiones to- rácicas con dos dedos (índice y medio) en el tercio inferior del esternón y en dirección a la cabeza. Tras realizar los 5 golpes interescapulares y las 5 compresiones torácicas se debe reevaluar al paciente y valorar la boca para ver si el objeto está accesible. Si no se desobstruye la vía aérea, el paciente continúa consciente, comenzar de nuevo con la maniobra (Figura 169.5). - Niño mayor de un año: se realizarán 5 golpes interescapulares y 5 compresiones abdominales (maniobra de Heimlich) igual que en los adultos (Figura 169.6). Si no se desobstruye la vía aérea y el paciente continúa consciente, repetir las maniobras. – Si está inconsciente. Iniciar RCP, aunque haya signos vitales. Las maniobras de RCP actúan de maniobras de desobstrucción. Figura 169.5. Maniobras de desobstrucción de la vía aérea en el lactante consciente y con tos inefectiva. Figura 169.6. Maniobras de desobstrucción de la vía aérea en el niño consciente y con tos inefectiva. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 1506 | Capítulo 169 SOPORTE VITAL AVANZADO. RCP AVANZADA (RCP-A) Es la aplicación del conjunto de técnicas y maniobras, cuyo objetivo es el tratamiento defini- tivo de la PCR. Se requiere material adecuado y personal bien entrenado. Se recomienda la siguiente fórmula para estimar el peso entre los 1-10 años: peso (kg) = 2 x [edad en años + 4]. La secuencia de RCP-A sigue la sistemática ABCDE: • (A) Vía aérea. Optimización de la apertura de la vía aérea. Recolocando si es nece- sario. – Cánulas orofaríngeas. Elegir el tamaño midiendo la distancia entre el ángulo de la mandíbula y la altura de los incisivos superiores. En lactantes se introduce con la convexidad hacia arriba. En niños, primero con la concavidad hacia arriba, y al llegar al paladar blando, se gira 180° hasta introducirla. – Aspirar secreciones con sondas de succión (80-120 mmHg de presión). • (B) Ventilación – Mascarilla facial. Las mascarillas han de ser transparentes y adecuadas a la edad (redondas en lactantes y triangulares en niños), deben ser del tamaño adecuado, se- llando nariz y boca sin apoyar en estructuras blandas como los ojos (Figura 169.7). Su colocación se realiza sujetando con los dos primeros dedos cerca de la conexión a la bolsa auto-inflable, el 3er dedo en el mentón traccionando del maxilar inferior hacia arriba y adelante, y el 4º y 5º dedo detrás del ángulo mandibular. Con la otra mano se debe manejar la bolsa auto-inflable. – Ventilación con bolsa auto-inflable. Debe incorporar reservorio de oxígeno co- nectado al caudalímetro a 15 l/min para concentración de oxígeno > 90 % y válvula unidireccional. Comprobar la adecuada excursión torácica en cada ventilación. La frecuencia de ventilaciones es entre 12-20 rpm. Existen 3 tamaños: 250 ml (neo- natal), 500 ml (menores 2 años) y 1,6 -2 l (adultos). Si el reanimador tiene poca expe- riencia en intubar o no hay otra alternativa, mantener al niño con ventilación con bolsa y mascarilla. Figura 169.7. Colocación de la mascarilla facial. – Intubación endotraqueal (ver ca- pítulo 9). Aísla la vía aérea. En PCR siempre será orotraqueal. En situacio- nes de PCR y coma arreactivo no se precisa administración de medicación. En el resto de escenarios, la intuba- ción se realiza tras la administración de secuencia rápida de intubación (Tabla 169.1). No debe prolongarse más de 30 segundos y no más de 10 segundos sin compresiones torácicas. Se debe elegir el tamaño del material según la edad del niño (Tabla 169.2). Soporte vital en PediatríaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 169 | 1507 En pacientes mayores de un mes se recomienda el uso de tubos endotraqueales (TET) balonados. Si tras la intubación, la ventilación y/o la oxigenación empeoran, habrá que descartar: intubación selectiva del bronquio derecho, obstrucción del TET, neumotórax o fallo del equipo de ventilación. Tras la intubación, debería monitorizarse tanto la oxigenación como la capnografía y reducir la concentración de oxígeno aplicada, una vez recuperada la circulación del paciente, para mantener saturaciones entre 94-98 %. La determinación de la presión arterial de CO2 (PaCO2): una vez intubado el paciente, permite confirmar la adecuada posición del TET y determinar la eficacia de la RCP (CO2 espirado > 15 mmHg). Medicación para intubaciónTabla 169.1. PREMEDICACIÓN Atropina i.v.: 0,02 mg/ kg (máximo 0,5 en niños pequeños-1 mg en adolescentes. Mínimo 0,1 mg) Indicada en lactantes pequeños o si uso de succinilcolina. SEDANTE Midazolam i.v.: 0,1-0,3 mg/kg (máximo 10 mg) Etomidato i.v.: 0,3 mg/kg Propofol i.v.: 1-2 mg/kg Ketamina i.v.: 1-2 mg/kg (máximo 50 mg) RELAJANTE Rocurornio i.v.: 1 mg/kg Cisatracurio i.v.: 0,1-0,3 mg/kg Succinilcolina i.v.: 1 mg/kg (máximo: 150 mg/dosis). Material para optimización de la vía aérea y ventilaciónTabla 169.2. Edad Cánula orofaríngea Mascarilla facial Bolsa auto- inflable TET sin balón TET con balón Cm a introducir Laringoscopio Sonda aspiración Mascarilla laríngea < 6m 0 Redonda 500 ml 3,5 3-3,5 10-12 Pala recta nº1 6-8 nº 1 > 6m-1 años 1 Redonda o triangular 500 ml 4 3-3,5 12 Pala recta nº1 8-10 nº 1,5 1-2 años 2 Triangular 500 ml 4-4,5 3,5-4 14 Pala curva nº1-2 8-10 nº 2 2-5 años 3 Triangular 1,6-2 l edad (años)/4 +4 edad (años)/4 + 3,5 16 Palacurva nº 2 10-12 nº 2-2,5 5-8 años 4 Triangular 1,6-2 l edad (años)/4 +4 edad (años)/4 + 3,5 18 Pala curva nº 2-3 12-14 nº 3 > 8 años 4-5 Triangular 1,6-2 l edad (años)/4 +4 edad (años)/4 + 3,5 20-22 Pala curva nº 2-3 12-14 nº 3 TET: tubo endotraqueal. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 1508 | Capítulo 169 – Alternativas a la intubación endotraqueal: mascarilla laríngea. Muy útil en casos de intubación difícil, traumatismo facial o cervical, quemaduras en cara, anomalías anatómicas o inexperiencia del reanimador. Desventaja: el aislamiento de la vía aérea no es completo. Cricotiroidotomía: última alternativa cuando sea imposible intubar y ventilar al paciente por las complicaciones que presenta. • (C) Circulación. Una vez garantizada la vía aérea, el masaje cardiaco se realizará ininte- rrumpidamente con una frecuencia aproximada de 100 compresiones por minuto. Debe- remos asegurar: – Acceso vascular. En la RCP-A es importante conseguir un acceso vascular lo más precoz posible, para la administración de fármacos y líquidos. Las venas periféricas son de elección en la PCR. En caso de no canalizar una en 60 segundos o tras 3 intentos se debe canalizar una vía intraósea (ver capítulo 8). Los sitios de elección son: en < 6 años, me- seta tibial interna (1-2 cm por debajo); En > 6 años, por encima del maléolo tibial. Con la aparición de nuevos dispositivos que facilitan atravesar corticales más duras, se utiliza cada vez más la punción en la extremidad proximal, independientemente de la edad. Está contraindicada en huesos fracturados o previamente puncionados. Cuando han fra- casado los intentos de conseguir los accesos vasculares anteriores o tras la recuperación de la circulación espontánea, se debe canalizar una vía central (de elección femoral). Vía endotraqueal: no es recomendable. Solo indicada en pacientes intubados en los que no se dispone de acceso venoso o intraóseo. Permite la administración de adrena- lina, atropina, lidocaína y naloxona. La medicación debe ir disuelta en 5-10 ml de suero salino fisiológico. Tras introducir la medicación por el TET, efectuar 5 insuflaciones con la bolsa de reanimación para impulsar el fármaco hasta los alvéolos pulmonares. – Administración de fármacos y fluidos (Tabla 169.3). Tras cada dosis de fármaco administrado se deberá administrar un bolo intravenoso de 5-10 ml de suero salino, para favorecer su transporte al sistema cardiocirculatorio. – Arritmias cardiacas. Colocaremos el monitor desfibrilador o DEA para decidir si esta- mos ante un ritmo desfibrilable o no desfibrilable. Reevaluaremos cada 2 minutos. El análisis del ritmo debe ser rápido y sencillo mediante ECG o empleando las palas del desfibrilador. a) Ritmos NO desfibrilables. Tras su detección, se debe comenzar sin demora las maniobras de RCP. Los más frecuentes en pediatría son: - Bradicardia grave (< 60 lpm en niños y lactantes). - Asistolia: ausencia de complejos QRS. - Actividad eléctrica sin pulso o disociación eléctromecánica (AESP). Las causas más frecuentes son la hipovolemia grave o relativa (neumotórax a tensión, tapona- miento cardíaco), hipoxemia, hipotermia, hiperkaliemia e intoxicaciones. b) Ritmos desfibrilables. En pediatría, en orden de frecuencia, son: La taquicardia ven- tricular (TV) sin pulso y la fibrilación ventricular (FV). Tras detección de la PCR se debe comenzar las maniobras de RCP sin demora. Se debe realizar desfibrilación a 4 julios/ kg tan pronto como sea posible. Tras la desfibrilación, reiniciar de inmediato las com- presiones torácicas y ventilaciones durante 2 minutos, reevaluando y descargando de nuevo si mantiene el ritmo. Tras la tercera descarga, administrar adrenalina diluida y amiodarona 5 mg/kg. Repetir adrenalina cada 3-5 minutos y una segunda dosis de amiodarona tras la 5ª desfibrilación. Reevaluar siempre cada 2 minutos. Soporte vital en PediatríaMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS Capítulo 169 | 1509 Fármacos empleados en la RCP-ATabla 169.3. Fármaco Adrenalina (epinefrina) Bicarbonato sódico 20 % Cloruro cálcico al 10 % Glucosa Adenosina Atropina Amiodarona Lidocaína LÍQUIDOS Cristaloides: suero salino fisiológico o ringer lactato Indicación Cualquier PCR. Sea cual sea el ritmo del ECG. En > 10 min de PCR. PH < 7,10. Hiperpotasemia grave. En hipocalcemia documentada, hiperpotasemia, hipermagnesemia o bloqueo de los canales de calcio Hipoglucemia Taquicardias supraventriculares Bradicardia secundaria a estímulo vagal FV o TVSP refractaria. TSV o TV FV o TVSP refractarias Signos de fracaso circulatorio. AESP. Hipovolemia. No administrar en pacientes con fiebre sin datos de shock. Dosis, vía i.v./i.o.: 0,01 mg/kg o 0,1 ml/kg de dilución 1/10.000 (máx 1 mg). En neonatos 0,01- 0,03 mg/kg (0,1-0,3 ml/kg de dilución 1/10.000). ET: 0,1 mg/kg ó 0,1 ml/ kg de dilución 1/1.000 (1mg=1ml). En neonatos 0,05- 0,1 mg/kg (0,5-1 ml/kg de dilución 1/10.000). i.v./i.o.: 1 mEq/kg. i.v./i.o.: 20 mg/kg o 0,2 ml/kg. i.v./i.o.: 0,25-0,5 g/kg i.v./i.o.: 1ª dosis: 0,1 mg/kg (máx. 6 mg) 2ª dosis: 0,2 mg/kg (máx. 12 mg) i.v./i.o.: 0,02 mg/kg (máx. 0,5-1 mg) ET: 0,01-0,03 mg/kg i.v./i.o.: 5 mg/kg. Máx 300 mg. i.v./i.o.: 1 mg/kg ET: 2-3 mg/Kg i.v./i.o.: 20 ml/kg. (máx. 60 ml/kg); 10ml/kg en lactantes (máx. 30 mg/kg) Forma de administración Para dilución en una jeringa de 10 ml, cargar 1 ampolla de adrenalina 1 mg/ml y 9 ml de SSF. En neonatos se administrará siempre diluida, sea cual sea la vía de administración. Se repite la dosis cada 3-5 minutos (mejor cada 4 min). Se diluye al ½ con SSF. Se repite cada 10 minutos mientras persista PCR. Se diluye al ½ con SSF y se pasa en 10-20 s. No se infundirá por la misma vía que el bicarbonato, ya que precipitan. 2,5-5 ml/kg de glucosa al 10 %. Infusión rápida. Inmediatamente después, se pasan 3-5 ml de SSF. En una vía lo más cerca del corazón. Si no se produce mejoría inmediata, administrar adrenalina. Máximo 3 dosis hasta alcanzar los 15 mg/kg/día. Se puede duplicar y triplicar la dosis. No superar 3 mg/kg. En menos de 20 minutos. En niños con hemorragia aguda grave tras administración de 40 ml/ kg líquidos está indicada la transfusión de sangre. Controlar el volumen, ya que un exceso puede empeorar el pronóstico. PCR: parada cardiorrespiratoria; ECG: electrocardiograma; i.v.: intravenoso; i.o.: intraósea; ET: endotraqueal; Máx: dosis máxima; SSF: suero salino fisiológico; FV: fibrilación ventricular; TVSP: taquicardia ventricular sin pulso; TV: taquicardia ventricular; AESP: actividad eléctrica sin pulso. MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIASMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS 1510 | Capítulo 169 BIBLIOGRAFÍA Berghezan Suárez A, Herrera López M, Losada Pinedo B. Soporte vital en pediatría. En: Julián-Jiménez A, coordinador. Manual de Protocolo y Actuación en Urgencias. 4ª Edición (Reimpresión 2016). Madrid: SANED SL;2016. p. 1323-35. Duff JP, Topjian AA, Berg MD, Chan M, Haskell SE, Joyner BL, et al. 2019 American Heart Association Focused Update on Pediatric Basic Life Support: An Update to the American Heart Association Guidelines for Car- diopulmonary Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care. Circulation. 2019;140(24):e915-e921. Maconochie IK, Bingham R, Eich C, López-Herce J, Rodríguez-Núñez A, Rajka T, et al. Paediatric life support section Collaborators. European Resuscitation Council Guidelines for Resuscitation 2015: Section 6. Pae- diatric life support. Resuscitation. 2015;95:223-48. Soar J, Perkins GD, Maconochie I, Böttiger BW, Deakin CD, Sandroni C, et al. European Resuscitation Coun- cil. European Resuscitation Council Guidelines for Resuscitation: 2018 Update - Antiarrhythmic drugs for cardiac arrest. Resuscitation. 2019;134:99-103. Figura 169.8. Algoritmo RCP avanzada en el paciente pediátrico. RCP: reanimación cardiopulmonar;SEM: Servicio de Emergencias Médicas.
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