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Historia de las relaciones internacionales contemporáneas 
UNIDAD VI
Fase de la Detente (1970-1979)
Distención entre las superpotencias 
Ya el 19 de diciembre de 1962, tras la crisis de los misiles en Cuba, Kruchev escribe a Kennedy: “Me parece que ha llegado el momento de poner fin de una vez por todas a las pruebas nucleares, de eliminarlas. Comprendemos la necesidad que ustedes tienen de un número mínimo de inspecciones. Pues bien, si esa es la única dificultad para llegar a un acuerdo, en nombre del objetivo noble y humano de parar las pruebas nucleares, estamos dispuestos a hacer la mitad del camino”. 
Al estabilizar el equilibrio nuclear y consolidar el statu quo estratégico, las dos principales potencias parecían dispuestas a una codificación de sus comportamientos, que incluía todas las formas de cooperación militar entre enemigos potenciales con vistas a reducir la probabilidad de la guerra, su extensión y violencia si llegase a producirse y los costes políticos y económicos que supondría la necesidad de estar preparado para tal eventualidad. Era el momento de buscar un comportamiento basado en la moderación, de contención en materia de política de armamento, tanto si se trataba de su volumen como de su carácter, despliegue y utilización. 
Tras la crisis de los misiles, la convergencia de los intereses soviético-americanos aparece más nítidamente y el 20 de julio de 1963 queda decidida la conexión directa entre Moscú y Washington. El 1 de julio de 1968 las negociaciones toman un nuevo giro con el tratado de no proliferación, firmado por la URSS, UK y EEUU pero rechazado por China y Francia. Este tratado no apunta nada más que a evitar la proliferación horizontal de armas nucleares, es decir, impedir el nacimiento de nuevos centros nacionales donde puedan tomar decisiones nucleares, sino que dificulta también la proliferación vertical, es decir, la acumulación por las potencias de armas cada vez más perfeccionadas. 
En su discurso de enero de 1969, el Presidente Nixon asegura “tras un periodo de enfrentamiento, entramos en una era de negociaciones”. La administración de Nixon inauguró un nuevo periodo en la estrategia norteamericana de posguerra conocida como détente, lo que significa, relajación de la tensión. De la contención militar se pasó gradualmente a la búsqueda de fórmulas de negociación capaces de inducir a Moscú a entablar un diálogo constructivo
El lema del nuevo equipo era la vinculación de los problemas. Este linkage provenía de consideraciones teóricas de Kissinger que reflejaban la eterna diplomacia del equilibrio. Los dirigentes soviéticos debían aprender a equilibrar sus intereses con los del otro Grande y no contentarse con acumular armas nucleares. Los soviéticos debían comprender que su interés consistía en contener las guerras locales y no extenderlas. La preocupación de Nixon era la misma, pero enfocada más pragmáticamente basándose en que los dirigentes soviéticos esperaban de EEUU la concesión de créditos, transferencia de tecnología y el desarrollo de las relaciones comerciales. La idea central era que, la amplitud y superposición de los intereses de los EEUU y la URSS, tornaban ilusoria la posibilidad de separar en compartimentos estancos las diferentes áreas de importancia de estos países. Por lo tanto se decidió vincular el progreso en áreas de interés soviético tales como la limitación de armas estratégicas y el aumento del comercio, el progreso en áreas que eran importantes para EEUU, como Vietnam, Medio Oriente y Berlín.
Un final feliz de las SALT (Strategic Arms Limitation Talks - encuentros bilaterales correspondientes a tratados internacionales sobre el tema de control de armas nucleares estratégicas) podía permitirles la reducción de sus gastos militares y, en contrapartida, ellos tenían la llave de la paz en Vietnam y en Oriente Próximo. 
Las conversaciones sobre la limitación de armamentos estratégicos comenzaron en noviembre de 1969 en Helsinki. Los negociadores habían redactado dos proyectos de tratados, sobre la limitación de los sistemas de defensa antimisiles ABM y de armas soviéticas, pero quedaban muchos problemas por resolver. Al entusiasmo de los firmantes de los primeros acuerdos SALT, los investigadores opusieron la crítica de los arreglos que tendrían por resultado no frenar sino acelerar la carrera de armamentos. 
Sin embargo, lo esencial subsistía en que, por primera vez, Breznev concluía acuerdos importantes con una potencia capitalista y comprometía su prestigio personal y el del partido comunista soviético en una política de distención. 
La cuestión alemana y la Ostpolitik del canciller Brandt 
BERLÍN 
Frente al desafío de la competencia entre Este y Oeste, Berlín se convierte progresivamente en el test de una eventual colaboración de los dos campos en vistas el establecimiento de un nuevo orden europeo. 
El acuerdo cuatripartito del 3 de septiembre de 1971 (EEUU-FR-UK-URSSS) se nos presenta como el más largo y desarrollado de todos los acuerdos concluidos entre las potencias ocupantes sobre Berlín. Al confirmar la situación jurídica existente, responde a las preocupaciones fundamentales de los occidentales, pero apenas disimula las divergencias que subsisten en el análisis jurídico y que hacen necesario la reducción del número de posibles interpretaciones del texto. 
Acuerdo:
a) Tras haber subrayado en el preámbulo que los acuerdos y decisiones de las cuatro potencias que se alcanzaron en la época de la guerra y del periodo de postguerra no quedan afectados, los cuatro gobiernos se comprometen a respetar mutuamente sus derechos y responsabilidades individuales y comunes. Estas formulas no dejan lugar a dudas: el derecho originario de las tres potencias occidentales presentes en Berlín – derecho a ejercer un poder política que tienen en tanto vencedores- queda confirmado. 
b) Los contactos entre los sectores occidentales de Berlín y la RFA serán mantenidos y desarrollados según aseguraron los tres gobiernos occidentales, que no obstante precisan que estos sectores siguen sin ser elemento constitutivo de la RFA ni ser gobernados por ella. 
c) Por vez primera desde el fin de la 2GM la circulación en tránsito de personas y mercancías civiles con destino a Berlín oeste y provenientes de esa ciudad queda bajo protección de un convenio cuatripartito. El acuerdo cuatripartito se convierte aquí en acuerdo-marco: deja a las autoridades alemanas el cuidado de precisar los detalles técnicos del nuevo reglamento de circulación. 
 ↓
¿Puede deducirse de las formulas del preámbulo y de la primera parte del acuerdo del 3 de septiembre de 1971 una confirmación del estatuto cuatripartito de toda la ciudad? 
Es cierto que, en contra de las disposiciones de la segunda parte, relativas a los únicos sectores occidentales de Berlín, las disposiciones de la primera parte eran generales y parecían referirse al conjunto de Berlín. Por otro lado, no puedo excluirse totalmente si la URSS, en caso de divergencias entre ella y la RDA, esté en medida de encontrar en esas disposiciones las bases de un control sobre el conjunto de Berlín. 
El acuerdo sobre Berlín no constituía una solución definitiva, sino solo un objetivo limitado; aligerar las consecuencias de la antigua capital del Reich. A más largo plazo, la eficacia del acuerdo parecía depender de la distención política en Europa. Incluso después del acuerdo de septiembre de 1971, Berlín seguía siendo un reflejo del estado general de las relaciones entre las dos Europas. 
WILLI BRANDT (canciller de Alemania Occidental 1969 – 1974)
La política hacia el Este, esbozada desde 1966, por la Gran Coalición y desarrollada a partir de 1969 por el gobierno dirigido por los socialistas, descubría la toma de conciencia de la Alemania Occidental de la necesidad de exorcizar el temor al revanchismo alemán. La apertura al Este era sin duda el primer paso para cualquier arreglo europeo. 
La preocupación de Brandt, idéntica a la de los Aliadoscon ocasión de las negociaciones cuatripartitas sobre Berlín, era la de sobrepasar las oposiciones heredadas de la GF a través de un tratamiento pragmático del problema. 
El esfuerzo realizado por Brandt para normalizar las relaciones con las naciones de la Europa del Este, incluyendo la Alemania Oriental, es conocido como Ostpolitik. Se reconocía que el aislamiento de Alemania Oriental no había dado resultado y que la reunificación alemana sólo podría ser lograda como resultado de una detente general en Europa. Alemania se colocaba así en una posición de dialogo entre Occidente y los países del Este.
Lógicamente, la primera etapa de la misma debía ser la poner fin al contencioso territorial nacido de los acuerdos de Potsdam. La conferencia de Potsdam había establecido, aunque no sin contradicciones, el destino de las tierras alemanas situadas al este de la línea Oder-Neisse. Los vencedores, constituidos en autoridad suprema, aceptan el principio de la entrega definitiva a las URSS de la ciudad de Koenigsberg y de la región adyacente. Para los otros territorios al este de la Oder-Neisse, la formula era más equivoca: su administración quedaba confiada a Polonia, quedando propuesta su delimitación definitiva al arreglo de paz. 
Para los dirigentes de la Alemania Occidental, la aceptación pura y simple del statu quo resultaba difícil puesto que el gobierno federal no podía destruir la posibilidad teórica de un restablecimiento de la unidad alemana por el juego de la libre determinación. 
Los tratados de Moscú y Varsovia vencen ese obstáculo. La consolidación jurídica del reglamento territorial de Potsdam se alcanza no por un verdadero reconocimiento de la validez de los cambios operados, sino por un llamamiento a los principios de la Carta de UN a través de una reafirmación de la obligación de respetar las situaciones existentes, el compromiso de abstenerse a recurrir a la fuerza y la solución de las diferencias por medios pacíficos. Más amplio por su objeto, el tratado de Moscú menciona expresamente la línea Oder-Neisse y a la RDA. Por los objetivos que les impone a los dos signatarios, tiende a hacer de las relaciones bilaterales entre la RFA y la URSS un banco de pruebas de la seguridad europea. Las dos potencias afirman que se esforzaran en la promoción de relaciones pacificas entre todos los Estado europeos partiendo de la situación efectiva en esta región. 
Más reducido pero más preciso, el Tratado de Varsovia recoge en detalle el trazado de la línea Oder-Neisse, constándose el carácter de frontera nacional occidental de Polonia, sin ninguna alusión a los orígenes de esta situación de derecho. 
Con la ratificación en 1972 de los tratados, desaparece la controversia sobre la compatibilidad de la Ostpolitik con la Ley Fundamental de la Alemania Occidental. 
Como coronamiento de la Ostpolitik, la normalización de las relaciones entre los dos Estados alemanes fue enunciada, políticamente, por el Comunicado de Orcanda el 18 de septiembre de 1971 tras los encuentros Brandt-Breznev y, jurídicamente, por los acuerdos interalemanes de aplicación sobre Berlín. El tratado fundamental, de noviembre de 1972, permite crear un modus vivendi en Alemania y, según la fórmula del canciller Brandt, transformar el enfrentamiento RFA-RDA en una coexistencia reglada. 
Ciertamente, tanto por su contenido como por el enfoque de los problemas, el tratado RDA-RDA está próximo a los tratados de Moscú y Varsovia puesto que no se reconoce jurídicamente a la RDA, sino que se constata su carácter estatal. 
La conferencia de Helsinki (1975)
Reunidos el 5 de julio de 1966 en Bucarest, y después el 17 de marzo de 1969 en Budapest, los gobiernos de los Estados miembros del Pacto de Varsovia (URSS, Albania, RDA, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia y Rumania) lanzaron una vigorosa campaña para la convocatoria de una conferencia paneuropea y la elaboración de un tratado de seguridad colectiva a escala continental. 
Los europeos neutrales intentaran facilitar la tarea y en mayo de 1969 el gobierno de Helsinki se declaro dispuesto a explorar las respectivas posiciones de las potencias interesadas y después, asumir el papel de anfitrión de la conferencia. 
La reunión de una Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperaciones en Europa (CSCE) entre 1973 y 1975 pone en ebullición las cancillerías. Durante los trabajos de la CSCE los negociados occidentales lograron mantener abierto el futuro alemán. Dejando de lado las peripecias de la Conferencia, quedaba que el reconocimiento del orden establecido en Europa estaba lejos de limitarse al respeto del status quo territorial, a la fijación definitiva de las fronteras existentes. El principio del cambio pacífico quedaba admitido.
El cambio de la representación china en la ONU. Nixon en China. Comunicado de Shanghái e inicio de las relaciones triangulares estratégicas. 
El orden bipolar que nació en Yalta quedaba relativizado, yendo hacia la instauración de una diplomacia triangular y reapareciendo los arabescos de la diplomacia clásica y el juego de las alianzas por la espalda. La estrategia de Nixon era transformar el mundo de 2 potencias –EE.UU. y URSS- en un triángulo estratégico incorporando a China, de tal forma que un sutil triángulo de relaciones entre Washington, Pekín y Moscú mejoraría las posibilidades de acomodo con cada uno para aumentar las opciones norteamericanas frente a China y la Unión Soviética. Para ello, decidió establecer una cooperación en áreas en que fueran posibles y aprovecharlas para modificar la conducta soviética en puntos cruciales de enfrentamiento.
El nuevo juego triangular se fundaba en las relaciones de antagonismo entre los tres actores, pero los antagonismos no eran simétricos. En las relaciones del gobierno de Washington con sus dos interlocutores, el antagonismo era fortuito, puesto que la rivalidad de EEUU y la URSS no tenía una razón puramente nacional, su enfrentamiento nunca había sido directo y el apaciguamiento en sus relaciones condujo al respeto mutuo de sus zonas de influencia. El antagonismo chino-americano, que seguía una larga tradición de amistad, había obstaculizado ciertamente la unidad nacional de China, pero el resto del contencioso era pequeño. Por el contrario, la reconciliación chino-soviética parecía improbable: los soviéticos y los chinos tenían en común la frontera más larga del mundo, por lo que la seguridad inmediata de sus territorios estaba en juego. Así, a largo plazo, el juego triangular parecía favorecer a EEUU. 
Ya en 1969, Nixon había expresado su deseo de explorar todas las posibilidades de un acercamiento a China. El presidente del PCCH, que había estado siguiendo atentamente las elecciones captó inmediatamente la indirecta contenida en la afirmación de Nixon. Así, comenzó un proceso espectacular que habría de desembocar en la visita de Nixon a China en 1972.
En las UN, la AG interpreta y precede a la nueva actitud norteamericana, pues en noviembre de 1970 la China de Pekín tuvo 51 votos contra 49 y aunque no pudo entrar a este organismo, la votación fue un éxito moral considerable, siendo la primera favorable a la China comunista desde la Guerra de Corea. En 1971, EEUU acepto la tesis de una doble representación de los dos gobiernos, de Pekín y Taipéi en la AG, aunque sólo China Popular ocuparía el sitio en el CS, tesis que Taiwán haría suya en 1993. Pero, la AG, tras rechazar la exigencia americana de fijar la mayoría de dos tercios, adopto por 76 votos contra 35 una resolución albanesa que admitía a China Popular y expulsaba a los representantes de Taipéi. 
El simple hecho de que la RPC, tras haberse visto excluida de ONU durante más de dos décadas, obtuviera su ingreso prueba el enorme valor estratégico que tuvo para Pekín el acercamiento chino-estadounidense.
En un momento en que la URSS se había convertido en la amenaza más grave para los intereses de la RPC, en especial para la seguridad de las fronteras chinas del norte y el noroeste, resultaba imposible que el dirigente de Pekín mantuviese simultáneamenteel mismo nivel de discordia con Washington. Al lograr un acercamiento con EEUU, los dirigentes de Pekín mejoraban drásticamente la posición estratégica de China respecto a la URSS, favoreciendo así los intereses de seguridad chinos.
Sin embargo, por sí sola, la interpretación centrada en la geopolítica no explica plenamente las razones que subyacían en la decisión de Mao. Es importante resaltar que el acercamiento chino-estadounidense se produjo en una época en que la Revolución cultural había venido decayendo. 
En términos históricos, el modo de pugnar con EEUU no sólo fue para Pekín una cuestión de política exterior, sino que constituyó más bien un asunto relacionado con la esencia misma de la revolución china. Desde el momento en que nació la nueva China, los dirigentes chinos consideraron que EEUU era el principal enemigo de China. El acercamiento con EEUU se da en el contexto de una definición radicalmente nueva de su concepto de imperialismo, debido a que acababan de identificar la URSS como un país social-imperialista y que sostenían que Moscú había sustituido a Washington como bastión de las fuerzas reaccionarias del mundo. El hecho de excluir por completo a la URSS del bando revolucionario contribuía a garantizar la posición central de China en la revolución proletaria mundial. 
El 21 de febrero de 1972, Nixon era calurosamente recibió en Pekín por Mao Tse-tung. El 27 de febrero se publicaba el comunicado de Shangai. Las relaciones diplomáticas chino-americanas no quedaban normalizadas, pues EEUU no reconocía a la RPC, pero no por ello el equilibrio internacional de Asia dejaba de transformarse de arriba a abajo. China y EEUU harían abstracción de todo aspecto ideológico en sus relaciones bilaterales, alejándose de los antagonismos de la Guerra Fría. 
Sobre la cuestión nacional, China repetía su posición tradicional sobre Taiwán, en tanto que EEUU reconocía a su manera la unidad formal de China. La parte americana anunciaba, por otro lado, la retirada progresía de sus fuerzas de Taiwán. 
El Comunicado de Shangai se trataba de un documento no convencional por dos motivos. En primer lugar, además de destacar los planteamientos comunes, también resaltaba las diferencias entre Pekín y Washington, ya que cada uno de los bandos expresaba con sus propias palabras las políticas básicas que mantenían en relación a las cuestiones internacionales. Y lo que era más importantepara Mao, el singular formato del comunicado no sólo permitía que China siguiese siendo un país revolucionario, sin también que reclamase una relación de igualdad con EEUU en el mundo. 
Y no obstante, no constituyó una victoria para el comunismo internacional. Siendo uno de los acontecimiento más importantes de la historia de la GF, el acercamiento chino-estadounidense, junto con el deterioro de la las relaciones entre Pekín y Moscú, generó el más profundo de los vuelcos en el equilibrio internacional de poder que existía entre las dos superpotencias. Mientas que la gran rivalidad chino-soviética disminuía aun más la capacidad de Moscú para librar una batalla contra EEUU, el acercamiento chino-estadounidense mejoraba enormemente la posición estratégica de Washington en su competencia global con la URSS. Pese a que la GF no habría de terminar hasta finales de los ’80, una de las más cruciales causas de ese derrumbe se remonta a la reconciliación entre EEUU y China. 
Más adelante, el rebrote de la revolución cultural china en los 1973-1975 y el desarrollo del asunto del Watergate en Washington, provocaron el estancamiento de las relaciones chino-americanas.
En la primavera de 1978, la nueva administración demócrata decidió superar el obstáculo taiwanés. En noviembre, EEUU dio a conocer sus últimas propuestas: denunciaría el tratado de defensa mutua de 1954 que les unía a Taipéi, pero proseguiría la entrega de armas al régimen nacionalista chino y pedirían a Pekín que no contradijese sus declaraciones sobre el arreglo pacífico del problema de Taiwán. En 1979, las situaciones diplomáticas de las dos Chinas quedaban invertidas; se establecían relaciones oficiales entre EEUU y Pekín, mientras se intercambiaban delegaciones oficiosas con Taipéi. 
Vietnam y la Paz de Paris (1973)
Kennedy era partidario desde hacia tiempo de la americanización de la guerra de Indochina. En 1956, ante la Asociación Americana de Amigos de Vietnam, Kennedy insistió sobre la necesidad de contener al comunismo asiático y subrayó que el dominó vietnamita, si llegase a ceder, haría caer a toda la fila siguiente: Birmania, Tailandia, India, Japón, Filipinas, Laos y Camboya quedarían amenazas si la marea roja del comunismo rompiese sobre Vietnam. 
EEUU no firmo los acuerdos de Ginebra de 1954 que pusieron fin a la primera guerra de Indochina entre Francia y Vietnam, y no acepto la cláusula que prevenía un referéndum sobre la unificación de Vietnam en los dos años siguientes. EEUU se fijó hacer viable el Estado que se constituía al sur del paralelo 17, y en consecuencia apoyaron al gobierno survietnamita de Ngo Dinh Diem que se había asegurado el poder. 
El Estado se beneficiaba de la ayuda americana, pero la política de Diem era muy discutida. Su nepotismo acrecentó su impopularidad. La subversión creció, extendiendo su avance los comunistas del Frente Nacional de Liberación, los Vietcong, ayudados financieramente y entrenados por Hanoi. En cuanto accede a la presidencia, Kennedy es puesto en alerta y aprueba un plan de lucha contra la subversión y en 1961 envía a 400 miembros de las fuerzas especiales con el fin de lanzar operaciones de sabotaje contra Vietnam del Norte y el Vietcong.
A partir de 1963, las manifestaciones budistas se multiplicaron. Washington estaba conmocionado y se tomo la decisión de no sostener más tiempo a Diem. El 1 de noviembre de 1963 tuvo lugar un golpe militar, siendo asesinado Diem. EEUU reconoció a la nueva Junta Militar. 
Cuando entró a la Casa Blanca, tras la tragedia de Dallas, Johnson estaba tan convencido como Kennedy de la necesidad de poner fin a la expansión del comunismo asiático. La intervención directa de EEUU se convierte en posible. Sin embargo, la situación seguía degradándose: Vietnam del Norte continúa su esfuerzo militar gracias a los envíos soviéticos de armamentos y el socorro alimenticio chino. 
En 1968 el ejército americano logra finalmente la victoria, pero el Vietcong se había apuntado un punto importante ante la opinión pública americana: las palomas llevan a cabo una campaña a favor de la negociación. La guerra cuesta a EEUU 25.000 millones de dólares de un presupuesto militar de 75.000 millones. El 31 de marzo, Johnson anuncia la suspensión parcial de los bombardeos aéreos sobre Vietnam del Norte. El 13 de mayo se inician las conversiones en Paris: Hanoi exige la suspensión incondicional de los bombardeos. 
En su campaña presidencial, Nixon había prometido poner fin a la guerra de Vietnam. Ya el 25 de enero de 1969, Nixon decidió la retirada progresiva del ejército de tierra. En junio, el Presidente se entrevistó con el General Thieu: la retirada estadounidense tendrá como contrapartida una mayor ayuda las fuerzas armadas vietnamitas. 
Pero en EEUU, el frente interior se debilita: en la primavera de 1970 las manifestaciones estudiantiles terminaron causando muertos. En 1972, la administración republicada hizo una gran concesión: EEUU no exigiría ya la evacuación de las tropas de Hanoi infiltradas en Vietnam del Sur. En septiembre el acuerdo parecía concluido: las fuerzas americanas se retirarían en los sesenta días siguientes al alto el fuego; los prisioneros de guerra americanos serian liberados; la aplicación del acuerdo y la preparación de elecciones serian confiados a una comisión tripartita formada por representantes del gobierno de Thieu, del FNL y neutrales. 
Así, los EEUU se había liberado del cenagal vietnamita, enfrentamiento sangriento de siete años, el más largo de la historia de EEUU. Norteamérica no había sufrido una derrota militar, pero los acuerdos de Paris supusieron su primera derrotapolítica, abandonando al aliado survietnamita al mismo tiempo que la esperanza del restablecimiento de una democracia en Vietnam. 
La guerra de Octubre. Los acuerdos de Camp David y el Tratado de Washington 
GUERRA DE OCTUBRE (Guerra del Yom Kippur)
El apoyo de EEUU a Israel tenía más relación con la política interior americana que con la política internacional: su comunidad judía era numerosa, y la opinión americana en general sentía cierta empatía por la conquista de los judíos de la nueva Tierra prometida.
Moscú por su parte, tenía más interés en apoyar a los árabes en su lucha contra Israel, pero es la permanencia del conflicto y no la victoria lo que favorecía a los soviéticos.
Hacia 1973, el presidente egipcio Sadat renuncian a su deseo de destruir al Estado de Israel, siendo su finalidad la de obtener la retirada de Israel de los territorios ocupados en 1967. Pero Israel había logrado mantener el orden y producir cierto desarrollo económico.
Egipcios y sirios deciden iniciar la guerra de octubre de 1973, atacando a Israel el día festivo del Yom Kippur. Sadat quería sacar ventaja de la distensión este-oeste: los soviéticos no podrían rehusarle armamento mientras que EEUU interesado en mantener el aprovisionamiento en petróleo árabe, impondría concesiones a Israel. El 22 de octubre de 1973 el CS publica la resolución 338 tras un acuerdo americano-soviético, imponiendo el alto el fuego y negociaciones entre las partes interesadas. En noviembre se concluye un acuerdo egipcio-israelí en donde se comprometen a aplicar el alto al fuego y a iniciar discusiones bajo el auspicio de las UN. Pero el alto el fuego no se respetó, y Kissinger decidió trasladar las conversaciones a Ginebra.
La resolución 338 pedía aplicar la resolución 242 pero sin aclarar los temas que obstaculizaban su aplicación, en especial con respecto a los territorios. El 22 de noviembre de 1973 se firman 3 acuerdos Kissinger, que camuflan y absorben los temas de discordia. Pero la URSS no podía ser mantenida apartada de un arreglo en Oriente Próximo. 
En 1974 Egipto y Siria reconocen a la OLP como representante único y legítimo del pueblo palestino. Este reconocimiento y la garantía de una política moderada de la organización palestina reciben acogida en la ONU ese mismo año. La AG invita a la OLP a participar en el debate, consagrándola como una entidad estatal.
En 1977, Jimmy Carter deja atrás una diplomacia secreta por la búsqueda de grandes líneas de arreglo. El Plan Carter de ese año sostenía la moderación de los Grandes, y provocó nuevos contactos con la URSS que tuvieron como producto una declaración conjunta americano-soviética en octubre de 1977 luego de las reuniones en Ginebra. 
EEUU tenía un interés vital en la instauración de la paz en Oriente Próximo. Los lazos de amistad con Israel y los Estados árabes implicaban que la seguridad y la independencia de esos Estados fuesen defendidas; por otro lado, una nueva guerra haría resurgir el peligro de una confrontación entre EEUU y la URSS. Igualmente el interés era económico, con respecto al abastecimiento de petróleo.
En marzo de 1977 el Presidente Carter expresó su plan:
-	El Estado de Israel debe tener fronteras que pueda defender. Las fronteras deben ser las de 1967, y las “líneas de seguridad” podrán extenderse más allá. Se podrían prever zonas desmilitarizadas, contingentes internacionales y un sistema de vigilancia electrónico.
-	Era indispensable una retirada sustancial de Israel de los territorios sobre los que actualmente ejerce control a cambio de que los árabes aceptasen una verdadera paz que implicase el fin del estado de beligerancia, el establecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales, y la libre circulación de personas y de bienes.
-	Este plan Carter sería realizable en 8 años y tendría varias etapas.
-	Alude a la necesidad de una patria para los palestinos, pero precisa que EEUU no establecerá ningún contacto con la OLP mientras ésta no haya reconocido a Israel. (EEUU sostenía que la OLP representaba a una parte de los palestinos, no a todos).
La declaración conjunta americano-soviética expresa la intención de los dos Grandes de cooperar en Oriente Próximo y recuerda las condiciones esenciales de un arreglo: la retirada de las fuerzas israelíes de los territorios ocupados en 1967, la solución de la cuestión palestina, el fin del estado de guerra y el establecimiento de relaciones pacíficas sobre la base del reconocimiento mutuo de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política. 
El documento fue bien recibido por la OLP y los Estados árabes, debido a que se hacía mención a los derechos legítimos de los palestinos, lo que alarma a Tel-Aviv, indignados con EEUU. El 5 de octubre EEUU firma un documento de trabajo común con Israel, de carácter no definitivo.
LOS ACUERDOS DE CAMP DAVID Y EL TRATADO DE WASHINGTON
Seguidamente, Anuar al-Sadat declaró estar dispuesto a negociar la paz con Israel. Con esto pretendía acelerar el proceso de paz iniciado en 1974 y desestabilizar la diplomacia de los pequeños pasos. A cambio recibe múltiples críticas del mundo árabe. Pero en el fondo la tesis egipcia no había cambiado, las condiciones para la paz eran el reconocimiento de los derechos de los palestinos y la evacuación de los territorios ocupados. En 1978 las negociaciones parecían bloqueadas, por lo que intercede Jimmy Carter.
Los acuerdos de Camp David (1978) y el Tratado de Washington (1979) ponen fin a 30 años de estado de guerra, consagrando el compromiso directo de EEUU en la búsqueda de la paz. EEUU firmó el acuerdo al mismo nivel que los representantes de Egipto e Israel, y expresaba que EEUU apoyaría política, económica y militarmente a sus socios egipcio e israelí e intentaría hacer participar en el arreglo a todas las partes concernidas, incluidas los palestinos, cuyos legítimos intereses debían ser satisfechos.
La primera parte de los acuerdos trataba de las negociaciones de Gaza y Cisjordania, negociaciones en las que tomarían parte Egipto, Israel, Jordania y los representantes del pueblo palestino. La primera parte consistía en reunir a las partes para una negociación, la segunda etapa era para negociar las modalidades de elecciones de la autoridad representativa de la población de los territorios ocupados, y la tercera etapa comenzaría con la entrada en funciones de la Autoridad representante de las población de la orilla occidental del Jordán y Gaza. La solución definitiva debería intervenir en los 5 años siguientes.
Los principios de los acuerdos de Camp David (1978) son consolidados en el Tratado de Washington (1979): Israel abandonaría el Sinaí, Egipto reconoce al Estado de Israel, se establece un régimen autónomo en Cisjordania y Gaza, y se acepta el paso de buques por el Canal de Suez.
Desde 1980, las divergencias entre Egipto e Israel sobre la naturaleza de la futura autoridad parecían fundamentales. Progresivamente empiezan a existir enfrentamientos entre los Estados árabes.
Impacto de la crisis energética en la política internacional 
La guerra de Octubre provocó la irrupción del Tercer Mundo como nuevo poder en la arena mundial. En octubre de 1973, los Estados árabes, utilizando políticamente el arma del petróleo, imponen a Europa Occidental y a Japón una neutralidad orientada en el conflicto de Oriente Próximo. 
En diciembre de 1973, la Organización de Países Exportadores, al cuadriplicar los precios del petróleo, inician una gigantesca redistribución de ingresos. Con el aumento del poder del Tercer Mundo, se van precisando los elementos de un cuestionamiento del sistema económico internacional. Por un lado, las condiciones de los intercambios en el mercado mundial deben ser invertidas. El camino que debía seguirse, del que la OPEP fue la avanzada, pasaba por la formación de cárteles de materias primas. Por otro lado, el régimen de las inversiones extranjeras debe ser cambiado radicalmente de forma que el Tercer Mundo participe en los beneficios que proporciona. 
En 1974, la reivindicación del Tercer Mundoestaba teóricamente dirigida contra el conjunto del Norte industrializado. En la práctica, alcanzaba casi exclusivamente al Oeste. Había una diferencia en cuanto a la vulnerabilidad puesto que Occidente era más sensible que el mundo socialista a los medios de acción concretos del Tercer Mundo. En consecuencia, es principalmente contra Occidente que se dirigen los intentos de cartelización de las materias primas. 
A partir de 1974, la transferencia masiva de recursos provocada que produjo el alza de los precios del petróleo no tenía precedentes. Al concluir la guerra de Octubre, el reciclaje de los nuevos capitales petrolíferos, superiores en diez años al producto nacional bruto de EEUU, supusieron la pérdida del control de sectores enteros de las economías occidentales. En cuanto a si esto supuso una pérdida de soberanía, hay que reconocer que la amenaza por sí sola de un bloqueo parcial había sido suficiente para determinar la reorientación de las diplomacias europeas occidentales. 
Al fijar los precios del petróleo, aparece un fenómeno de pura cartelización: los Estados miembros de la OPEP se constituyen en monopolio y aplican tarifas correspondientes a una maximalización de los beneficios. 
Los Estados árabes, interesados en presionar sobre los aliados de Israel, deseaban la utilización política del petróleo como arma. La explicación del éxito de la OPEP era más dudosa y algunos observadores mencionaron la colusión de EEUU con el cartel de Oriente Próximo en el que estaban muchos de sus protegidos. De hecho, las consecuencias objetivas de la crisis no fueron negativas para Washington: los elevados precios de la OPEP permitieron a EEUU desarrollar sus recursos energéticos internos, ganando así independencia. 
A partir de 1974 pareció que la fijación optima de recursos mundiales exigía un precio justo de las materias primas: según los análisis de los expertos, el precio justo del petróleo, que resultaría de la confrontación de los compradores y los vendedores en situación de competencia perfecta pero que aseguraría la eficaz gestión de los recursos en vías de agotamiento, habría debido ser inferior tras la guerra de Octubre, al cuarto del precio alcanzado después de la utilización del petróleo como arma. En consecuencia, habría que preguntarse si la política de los precios de la OPEP era entonces realmente más favorable a los intereses de los Estados productores de petróleo. Esta política provocará un esfuerzo de sustitución muy rápida entre los consumidos y, de rebote, graves divergencias entre los productores. 
Cuestión de Chipre 
LA ESTRATEGIA DE MAKARIOS
La Constitución chipriota era de una extraordinaria complejidad. Contenía 199 artículos, una muy larga lista de disposiciones de base, enunciadas como un anexo y no susceptibles de revisión, mientras que las otras disposiciones sólo podían ser revisadas con una mayoría de dos tercios en casa uno de los dos grupos parlamentarios, chipriota griego y chipriota turco. El presidente griego y el vicepresidente turco ejercían conjuntamente el poder ejecutivo. 
A estas disposiciones obligatorias había que añadir el derecho de intervención de las tres potencias garantes: Gran Bretaña, Grecia y Turquía, sin que para ello tuvieran que tener el consentimiento de Chipre. ¿Era Chipre un Estado realmente independiente? 
Parece que la estrategia del etnarca Makarios fue la de aceptar el principio de la independencia contenidos en los acuerdos de Londres y de Zúrich y de alcanzar, en los años siguientes, una independencia real. Sin embargo, Makarios no alcanzará su independencia poco a poco. 
El jefe de Estado chipriota apoya en la isla un movimiento para la revisión de la Constitución. La intención era clara: se trataba de instaurar un verdadero Estado y acabar con el sistema de Zúrich. Pero al mismo tiempo que el gobierno de Ankara hacia planear la amenaza, en la isla graves incidentes enfrentaron a las dos comunidades. A partir de entonces, se impone una separación de hecho en Chipre. 
Para salir de la crisis, Gran Bretaña se propone como intercesora. Los británicos formaran una línea verde entre las dos comunidades. Después, Londres propuso la reunión de una conferencia entre los Estados garantes, la república de Chipre y las dos comunidades. Esta vez, el plan británico se desarrolla realmente. Su pretensión es descartar el recurso a las UN; una fuerza compuesta de unidades pertenecientes a los Estados miembros de la Alianza Atlántica y puesta bajo mando británico sería enviada a Chipre para pacificar la isla. La delegación de Chipre se opuso a las propuestas de Londres y, la conferencia, concluyó con un total fracaso. 
Tras el fracaso de Londres, la cuestión de Chipre se convierte en la preocupación dominante de la administración Johnson. La cuestión era como evitar el obstáculo representado por Makarios. El plan Acheson, procede de la idea de que la Enosis no debe ser consideraba como el mayor peligro para el pueblo turco. El escenario más lamentable serie el mantenimiento del poder del etnarca, que lograría cambiar la Constitución y privar de su derecho de veto a la minoría turca. La Enosis, combinada con garantías internacionales para la minoría turca y compensaciones territoriales, sería la solución atlántica ideal. 
Makarios opone incansablemente a la solución atlántica la solución por intervención de las UN. En febrero de 1964, el etnarca decidió recurrir al CS. En marzo, el CS adopto por unanimidad su primera resolución sobre Chipre. El texto respondía a una serie de deseos del gobierno de Nicosia: la independencia y la integridad territoriales de Chipre quedaba reconocidas, así como la legitimidad del gobierno de Makarios. El CS hizo inoperante el derecho de intervención de las potencias garantes y dio prioridad a la acción de las fuerzas de UN. La AG en diciembre de 1965 toma nota del hecho de que república de Chipre debería gozar de plena soberanía y completa independencia, sin intervención ni injerencia extranjera. Por los términos que utilizó, la resolución rompe con las limitaciones de Zúrich y Londres, consagrando el éxito de la estrategia de Makarios.
Tres años después, una cierta calma reinó en las relaciones entre las dos comunidades, y por recomendación de UN, se abrieron negociaciones intercomunales. 
LA CRISIS DEL VERANO DE 1974
El golpe de Estado de los coroneles en Atenas en abril de 1967 hizo más compleja la cuestión de Chipre al crear un conflicto político entre Atenas y Nicosia. 
A comienzos del verano de 1974, la crisis entre Atenas y Nicosia alcanza una innegable gravedad. El gobierno de los coroneles, acorralado, quiere terminar con Makarios. Los acontecimientos se precipitaran: Atenas ordena a sus oficiales iniciar la marcha cobre el palacio presidencial chipriota y se anuncia la destitución de Makarios. Pero el efecto sorpresa no fue total y los combates se prolongan. El 14 de agosto, el ejército turco inicia una nueva ofensiva, ocupando toda la mitad norte de Chipre, cortando la isla en dos. Cuando en diciembre Makarios entra triunfante a Chipre y recupera la presidencia, puede contar con el apoyo unánime de la comunidad griega. Pero esta nueva cohesión tiene una razón evidente, la división de la isla, ya difícilmente superable. 
Los dos Grandes, si nunca fueron parte de las negociaciones que fijaron los destinos de Chipre, no dejaron de tener su propia visión sobre el futuro de la isla:
• La URSS, dándose cuenta de la importancia estratégica de Chipre, deseaba desalojar a la Alianza Atlántica. La unión con Grecia, la anexión a Turquía, la división de la isla, no eran para la URSS más que tres formas diferentes de mantener a Chipre en el ámbito occidental. Frente a estas soluciones, el gobierno de Moscú prefería la constitución de una república chipriota independiente, dispuesta a unirse a la lucha antiimperialista. 
• El objetivo de EEUU era el opuesto. Se trataba de preservar la cohesión atlántica y evitar un nuevo avance soviético. Pero las reivindicaciones contradictorias de los dos aliados atlánticos hacían difícildeterminar una posición clara. En consecuencia, EEUU se abstuvo de arbitrar, manteniendo su deseo de dialogo greco-turco y desaprobando la constitución de una Estado chipriota independiente. 
INTENTO DE DIVISION 
La visión de la comunidad griega de Chipre entre la creación del régimen de Zúrich a la crisis del verano de 1974 se había modificado silenciosamente. Por un lado, se había formado una clase política chipriota con sus juegos parlamentarios y sus crisis gubernamentales: la Enosis significaría la reducción de Chipre a una provincia helénica, representada en Atenas por un puñado de diputados; la independencia era mejor y no suponía una traición del helenismo. Por el otro lado, la ocupación militar por Turquía del norte de Chipre, empujará a la comunidad grecochipriota a alinearse por fuerza con la idea de un Estado federal, como unida medio de evitar la división. 
En la búsqueda de una solución, las UN tenían como primer objetivo organizar el dialogo entre las dos comunidades. Si bien se inician las conversaciones, las concepciones de las dos comunidades siguen siendo muy diferentes. En lo referente al fondo del asunto, mientras que la comunidad helénica apoya la fórmula del Estado federal, sus interlocutores turcos defienden un modelo completamente diferente consistente en un débil lazo confederal entre dos entidades cuasi soberanas. 
La proclamación el 15 de noviembre de 1983 de la independencia de la República Turca del Norte de Chipre lleva a su paroxismo la tensión entre las dos comunidades y consagra jurídicamente la división hecha en práctica. Turquía fue el único Estado que reconoció formalmente a la RTNC. Existes dos gobiernos paralelos (repúblicas) que dialogan pero no avanzan. Chipre forma parte de la UE, y éste es uno de los motivos por los cuales Turquía no ingresa. 
El triunfo electoral de 1991 en Grecia del Movimiento Socialista Panhelénico lanzó un desafío opuesto: el distanciamiento de la comunidad occidental. Para los nuevos dirigentes, la Alianza Atlántica no protegía a Grecia de la amenaza de un ejército turco estacionado ante las islas griegas del Mar Egeo oriental.
Deng Xiao Ping y la normalización diplomática entre China y EEUU. 
Hasta enero de 1979, los Estados Unidos reconocieron la república de China en la Isla de Taiwán como el gobierno legítimo de China, aunque no mantuvo relaciones diplomáticas con la República Popular China en el continente. A mediados de la Guerra Fría, la ruptura chino-soviética favoreció a los Estados Unidos para establecer relaciones con China (en el continente) y usar ésta como un contraataque a la Unión Soviética y su influencia. Fue hasta después de enero de 1979 que el gobierno estadounidense cambió el reconocimiento de Taipéi a Pekín, así como sus relaciones diplomáticas.
En el comunicado conjunto sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas, publicado el 1 de enero de 1979, el reconocimiento diplomático estadounidense fue transferido de Taipéi hacia Pekín. También, EE.UU. reiteró el reconocimiento del comunicado de Shangai, donde se defiende la postura china acerca de la existencia de un sólo gran país llamado "China", del cual Taiwán forma parte; por otra parte, Pekín también reconoció la intención del pueblo estadounidense por continuar realizando contactos y estableciendo relaciones comerciales, culturales y extraoficiales con Taiwan.
La visita del vice primer ministro Deng Xiaoping a Washington D. C. en enero de 1979 marcó el inicio de una serie de importantes cambios en las relaciones de ambos países, las cuales duraron hasta 1989. Éste evento dio lugar a varios acuerdos bilaterales, especialmente en los ámbitos de intercambio tecnológico, científico y cultural, así también como en las relaciones comerciales. Desde principios de 1979, los Estados Unidos y la República Popular China ya habían iniciado varios proyectos conjuntos de investigación, bajo el marco del acuerdo de cooperación científica y tecnológica, el programa bilateral más grande en ese entonces.55
El 1 de marzo de 1979, los Estados Unidos y la RPC establecieron formalmente las embajadas de ambos países en Pekín y en Washington, D.C.
Tratado de paz chino-japonés de 1978
A partir de 1978, los abiertos enfrentamientos armados entre Estados socialistas, pero también el dramático problema de los refugiados de Indochina, daban la impresión de que en el Extremo Oriente los acontecimientos se precipitaban. El mismo año no había sido solo un año de conflictos sino también el de una normalización de las relaciones entre los dos grandes asiáticos: China y Japón. 
La normalización diplomática entre China Popular y Japón fue una consecuencia directa de la distención chino-americana. Al día siguiente del comunicado chino-americano de Shangai, en la Dieta japonesa se inicio un debate sobre la cuestión china. La visita a China del Primer Ministro Japonés aceleró todo el proceso de normalización. 
China pretendía desviar a Japón de una cooperación demasiado estrecha con la URSS, y deshacer los lazos establecidos entre Japón y Taiwán. Tokio reconocía al gobierno de la China Popular como el único gobierno legal de China y a Taiwán como parte integrante de China. China renunciaba a toda inmediación de guerra y se contentaba con una reparación moral. 
Quedaba negociar el tratado de paz y amistad. Con el mismo se buscaba en realidad una casi alianza, que, según los dirigentes japoneses, no debía alterar su política de equidistancia con respecto a la URSS y a China. La repetición de la clausula hegemónica que ya estaba en la declaración de Pekín (Ninguno de los dos países buscará establecer su hegemonía en el Sudeste Asiático y cada uno de ellos se opondrá a los esfuerzos de cualquier otro país con vistas a establecer tal hegemonía) parecía en consecuencia inútil a Tokio, pero la firmeza de China provocó la suspensión de las conversaciones entre 1975 y 1977. 
En julio de este último año, la vuelta a la política de Deng Xiao Ping, partidario de una política de apertura económica, hizo más deseable un arreglo definitivo del asunto. Las negociaciones volvieron a empezar en 1978 y el 12 de agosto el tratado fue firmado. Por el tratado de paz, Japón había escogido una relación privilegiada con China. 
En el tratado, las partes se comprometen a mantener relaciones de paz y amistad perpetuas basándose en los principios de respeto mutuo de la soberanía y la integridad territorial; y declaran que ninguna de las partes buscará la hegemonía en la región asiática ni en cualquier otra región.
Origen y evolución del G-7. 
Se denomina Grupo de los siete a un grupo informal de países del mundo cuyo peso político, económico y militar es tenido aún por relevante a escala global. Está conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Además, la Unión Europea cuenta con representación política.
Erróneamente y en datos desfasados, suele ser definido como el “grupo de los siete países más industrializados del mundo”, pero la pertenencia al grupo no se basa en criterio económico alguno, sino meramente político y como reflejo de los equilibrios del poder económico en el bloque occidental durante la Guerra Fría.
Los orígenes del G-7 se establecen en marzo de 1973, cuando, a petición del Secretario de Tesoro estadounidense, se reunieron los ministros de finanzas de Estados Unidos, Japón, Alemania Occidental, Francia y el Reino Unido. En la cumbre de 1975, en Francia, se produjo la entrada de Italia y, dos años más tarde, en 1977, en la cumbre de Puerto Rico, se unió a ellos Canadá. Tras este último se formó el G-7, que a partir de 1998, con la integración de Rusia, se denominó G-7+Rusia o G-8.
Relaciones Norte- Sur y cooperación Sur- Sur.
RELACIONES NORTE-SUR
El término periferia surge como alternativa al de Tercer Mundo, hoy en día carente de sentido a causa de la desaparición del Segundo Mundo (bloque del Este). Siguiendo esta lógica, los países pueden pertenecer a:
Centro: Núcleo dominante globalmente de economías capitalistas.
Periferia: Conjunto de estados débilespolítica, industrial y financieramente, que opera dentro de un marco de relaciones predefinido por el centro.
Semi periferia: Estados más desarrollados de la periferia.
La fractura centro-periferia es compleja debido a su carácter multidimensional (económico, político, cultural, religioso, etc.), y a la heterogeneidad de sus componentes. El problema a nivel de análisis se presenta debido a que estos estados no constituyen un grupo organizado. Por lo contrario, no existe grupo tan homogéneo como el de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo económico, “club de los países ricos”), con economías de mercado desarrolladas y una cultura compartida por la mayoría. De ahí que la noción de periferia sea mucho más multiforme y abarque a más tipos de estados. 
La fractura centro-periferia combina 2 criterios para diferenciar los grupos de estados: el económico y el cultural.
•Dimensión Económica:
La fractura centro-periferia agrupa a los estados del sistema en dos bloques enfrentados: aquellos que desean mantener los regímenes económicos mundiales frente a aquellos que desean modificarlos. El punto de partida de esta fractura hay que localizarlo en el siglo XVI, en el inicio del capitalismo y su mundialización, a través del colonialismo.
La fractura centro-periferia se nos presenta como la fractura originada por la división internacional del trabajo en la economía mundial y por el control de la interdependencia entre los mercados nacionales. Esto se manifiesta en la AG de la ONU, donde la entrada de los países descolonizados en los ’60, dio lugar a la agrupación de una serie de estados dispuestos a coordinar sus acciones y a adoptar políticas similares a fin de modificar, los principios de funcionamiento del sistema económico internacional.
La creación del G-77 y de la UNCTAD (Conferencia de Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo) suponen, respectivamente, la institucionalización y la creación de un foro privilegiado para vehicular la imagen de una periferia con agenda propia.
La crisis petrolíferas de 1973 y 1979 van a tener un efecto disolvente en la periferia. Mientras la actitud de la OPEP, en un principio, es percibida como una victoria del Tercer Mundo frente al dominio occidental, a la larga tiene efectos diversos y no tan negativos para Occidente: readaptación energética de las economías industrializadas; diferenciación dentro del Tercer mundo entre los países productores de petróleo y el resto; efectos negativos de la crisis en el Tercer Mundo, etc.
Hacia comienzo de la década de los ´80, se da la desaparición de la periferia en tanto que fuerza unida con problemas comunes, y la aparición de grupos y de problemas diversos en la periferia: la situación del agotamiento total del Cuarto Mundo (radicado esencialmente en África); el endeudamiento millonario, que supone un toque de atención para el sistema bancario mundial, de países con economías potentes como México o Brasil; el crecimiento rápido de algunos países asiáticos en base a su desarrollo tecnológico, etc.
• Dimensión Cultural:
La fractura centro-periferia se ha creado, por una parte, por la extensión del sistema europeo de estados, y la difusión de la civilización y de la cultura europeas al resto del mundo y, por otro lado, por la resistencia de los pueblos extra europeos a dicha extensión mediante la lucha para acabar con los lazos coloniales y contener la preeminencia política y cultural euro americana.
El control de los europeos genera resistencias puntuales a lo largo del tiempo, que luego de la 2°GM se transforman en una fractura permanente. Esta se desarrolló plenamente a partir de los ’50, momento en el que las políticas exteriores de algunos grandes países rechazaron los fundamentos del sistema para coordinar la actuación de una serie de estados alrededor de opciones alternativas a las del centro: afro-asiatismo frente a europeísmo/occidentalismo y neutralismo frente a política de bloques.
La creación de la periferia, como grupo, está asociada de entrada más que a cuestiones económicas (tema central a partir de los años ‘60) a cuestiones políticas (descolonización) y culturales o ideológicas.
La fractura tiene una carga moral (antisistema), cultural (negritud, panafricanismo, islam, etc.) y con objetivos políticos precisos (descolonización). Un eslogan resume esto: “The rest against the West”. La conferencia de Bandung ofrece el primer conjunto de principios del Tercer Mundo, resumidos en 2 grandes objetivos: mostrar al mundo la voluntad de África y de Asia de participar en el sistema internacional, y protestar contra los efectos de la GF en la ONU. La institucionalización de la fractura centro-periferia, está asociada a las reuniones del Movimiento de Países No-Alineados, iniciadas en 1961, en las que se persigue la creación de un grupo que actúe colectivamente en el sistema internacional, al margen de los bloques.
El Movimiento de los No-Alineados sigue en un principio el estilo del afro-asiatismo. Es decir, un fuerte liderazgo que convierte a los no-alineados en un grupo prestigioso, reforzando así la fractura centro-periferia. Sin embargo, las debilidades del no-alineamiento van a aparecer muy pronto. La condena de Israel y el apartheid como recurso ante las posiciones encontradas es la manera de establecer un cierto consenso diplomático.
Todo ello supone la consolidación de una estrategia general, que ya va a marcar el futuro del Movimiento. Su agenda central coincide con la dimensión económica de la fractura centro-periferia y, por lo tanto, sigue su lógica. Es decir, se da una progresiva diferenciación dentro del grupo. Lo que, unido a las diferencias motivadas por la incidencia de la fractura este-oeste y a otros conflictos puntuales hace que el Movimiento pierda, a lo largo de los ’80, su papel de partida. Nada favorecido, por otra parte, por la política de firmeza adoptada en el sistema de Naciones Unidas por los EEUU de Reagan. El final de la GF incidirá aún más en esta tendencia a la disolución de la periferia en el terreno político, al dejar de existir, o casi, las bases del consenso (apartheid en Sudáfrica y territorios ocupados por Israel).
En el terreno cultural de la fractura centro-periferia, dicha percepción está ligada al papel político adquirido por el islam en el marco internacional, desde la revolución iraní (1979). En primer lugar, el islam como factor de resistencia contra el dominio cultural del mundo occidental y como voluntad de manifestar autonomía e identidad en materia de valores y de principios, aglutina a una parte de la periferia. En segundo lugar, el recurso a la identidad y a los valores más tradicionales, se reafirma, como muestra el caso del islam, como tendencia en la sociedad internacional de los ’80.
En conclusión, las fracturas este-oeste y centro-periferia que, en los ’50, parecía dibujar claramente dinámicas básicas en el sistema internacional, se han ido erosionando a lo largo de las décadas, dando lugar a una situación mucho más compleja y diversa en la que se produce mayor fragmentación (diversificación de la periferia, por ejemplo), se globalizan los problemas (el subdesarrollo como problema medioambiental) y se hace más difícil identificar la estructura del sistema, dada la difusión del poder, que adopta formas muy diversas (integración económica regional, desarrollo de actores trasnacionales, amenazas globales, etc.). Así, a las puertas del final de la GF, que va a suponer la desaparición de la lógica bipolar, los teóricos se ven enfrentados a un mundo multiforme y complejo que, a pesar de todo, goza de un cierto orden.
COOPERACIÓN SUR-SUR 
La cooperación Sur-Sur surgió en la década del ’60 con el objetivo de reforzar la capacidad de negociación de los países en desarrollo frente al Norte industrializado, siendo sus mayores exponentes el G-77 y el Movimiento de Países no Alineados. Los grupos creados en esta década fueron muy amplios en cuanto al número de sus miembros y muy ambiciosos en cuanto a la diversidad de temáticas planteadas. Enconsecuencia, este modelo de cooperación fracasó: “la falacia del argumento era la premisa básica de que todos los países subdesarrollados tenían más cosas en común de las que poseían en realidad y que todas las soluciones podían ser aplicadas uniformemente con el mismo éxito.
La 5° Conferencia Ministerial en Cancún (2003), constituyó un punto de inflexión. Comenzaron a ganar protagonismo 3 nuevos grupos de presión internacional (coaliciones formadas por un nuevo conjunto de gobiernos que defienden posiciones comunes en la negociación a través de una explícita coordinación) conformados por países del sur:
· G-20: Surgió en 2003 por iniciativa del gobierno de Lula en Brasil para eliminar o reducir significativamente las barreras del comercio agrícola. Está formado por grandes países en desarrollo, y su nacimiento supuso el desplazamiento del Grupo CAIRNS. El abierto desafío del G-20 a las políticas agrarias de los grandes alteró el clima general de las negociaciones en Cancún, convirtiéndose en un grupo que EEUU y la UE comenzaron a tener en consideración.
· G-33: Integrado por países de África, Asia y algunos latinoamericanos, cuya preocupación se centra en la cuestión agrícola. A diferencia del G20, su principal interés no gira en torno a la liberalización del comercio agraria sino en su derecho a evitar que las exportaciones agrícolas del Norte perjudiquen a millones de pequeños y vulnerables productores campesinos y granjas familiares que constituyen la mayoría de sus respectivas poblaciones.
· G-90: Integrado por el Grupo ACP (África, Caribe y el Pacífico), el PMA (Países Menos Desarrollados) y la Unión Africana, constituyendo el grupo más numeroso de la OMC.
La Conferencia Ministerial de Cancún dio a conocer un nuevo tipo de cooperación Sur-Sur con mecanismos más específicos y prácticos. La principal innovación radica en que los países del Sur no presuponen compartir exactamente las mismas preocupaciones. Asimismo, ya no se piensa en la conformación de un gran grupo permanente que los reúna en su totalidad, sino que las alianzas dependen del desarrollo del proceso de negociación y de los intereses en juego.
Los países del Sur han demostrado tener serias dificultades para establecer posiciones comunes en los ámbitos del GATT y la OMC. La existencia de ciertos rasgos en común tales como la presencia de un pasado colonial, estructuras económicas de base agraria y menores niveles de crecimiento económico en relación a los países industrializados los ha aglutinado bajo la denominación Sur. No obstante, la existencia de distintos niveles de desarrollo y la disparidad entre sus economías ha llevado a las diferentes naciones a sostener posturas divergentes en función de los intereses nacionales y las necesidades de cada uno de ellos.
Esta pluralidad de aspiraciones es lo que explica el surgimiento de distintos grupos al interior del Sur. Las mayores discrepancias se han dado entre los intereses de los grandes países en desarrollo y los restantes. Asimismo, una de las controversias más significativas han sido los intentos de representación de todo el mundo en desarrollo por parte de los países miembros de IBSA (India, Brasil y Sudáfrica).
Retorno a la tensión (1979-1985)
Fin de la distención y comienzo de la nueva conflictividad
La llegada al gobierno de Reagan, significó profundos cambios tanto en la política interna como externa de los EEUU. Los principales problemas con los que se enfrentaba la administración, estaban enmarcados en el relativo debilitamiento del poder de Norteamérica, ya sea en el ámbito económico, como en la pérdida de hegemonía ante el avance de la URSS, y en la Difusión del poder. Estos inconvenientes encontraban sus causas en los programas de las administraciones anteriores que propusieron un insuficiente gasto militar y una ideología económica equivocada. 
Con la llegada del partido Republicado al poder, se ponen en marcha concepciones neoconservadoras para recuperar la pérdida de hegemonía norteamericana: en el ámbito económico se proponen políticas liberales, y economía de mercado y en el ámbito político, se presenta la idea de exportar la democracia a través de la fuerza. Esta postura estratégica ha sido identificada con el periodo de contención porque se retorna a enfoques que privilegian este tema, la confrontación ESTE-OESTE y la carrera armamentística.
Los principales hechos que llevaron a ponerle fin a la distensión fueron:
· El caso Watergate ocurrido en la Administración Nixon, que daño inevitablemente la imagen de la détente.
· La suspensión del otorgamiento de créditos a la URSS.
· El cambio de gobierno en Irán y el posterior acercamiento a la URSS.
· El avance del socialismo en Angola y la intervención directa de la URSS, lo que constituyó una clara violación de los principios básicos en que asentaba la nueva relación entre las dos Superpotencias. 
· La invasión soviética en Afganistán.
· El shock petrolero de 1979.
· El estallido de un gobierno socialista en Nicaragua.
· El tratamiento de la situación de los DDHH en la URSS que se desarrolló en el Congreso norteamericano. 
· La percepción cada vez más generalizada en el pueblo norteamericano de que la détente beneficiaba exclusivamente a la URSS
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Expansión de la URSS al Tercer Mundo 
A principios de 1960, la apasionada atención prestada a la URSS por una parte de la opinión mundial se traslada hacia los nuevos Estados líderes del Tercer Mundo, China e Indonesia, Ghana y Guinea, Argelia y Egipto. 
En realidad, la mayoría de los nuevos Estados están en busca de estructuras políticas estables. En la sociedad internacional organizada, los nuevos Estados se imponen irrumpiendo en los cenáculos de la diplomacia parlamentaria y en particular en la AG de las Naciones Unidad, a partir de 1960, resquebrajando una mayoría tradicionalmente inspirada por EEUU. La AG de aleja del conflicto Este-Oeste para privilegiar la lucha contra el colonialismo, para acumular los desafíos contra el mundo desarrollado.
La competencia entre las dos potencias principales continúa a veces por medio de la fuerza, en los nuevos escenarios del Tercer Mundo, vulnerables. Una competencia que termina por privar de toda credibilidad al concepto mismo de distención en el frente central. 
Más allá de Asia y de Oriente Próximo, la presencia y los intereses soviéticos se habían diversificado considerablemente en la década de los setenta. En el Océano Índico, en el Caribe, en la Cuenca del Pacífico, en África, el crecimiento de la potencia naval soviética y la extrema fragilidad de los micro-estados multiplican las ocasiones de difusión de una influencia general o de consolidaciones de anclajes políticos precisos. 
La revolución islámica en Irán.
UNA REVOLUCIÓN CHIÍTA 
La revolución islámica que entre 1978 y 1979 incendió todo Irán y terminó derrocando el régimen del Sha no tiene precedentes en la época contemporánea. Realmente se trato de una revolución: manifestaciones populares que por su amplitud, duración y fuerza, resquebrajaron y destruyeron el poder del Estado, reemplazándolo por el Islam. La utilización política del Islam sustituyó por primera vez a los mitos motores, a las ideologías movilizadoras que habían guiado la vida del Tercer Mundo. Con la instauración de la República Islámica del ayatolá Jomeini el paisaje político del Golfo quedaba trastocado. 
Sin dudas es preciso tener en cuenta la particular situación iraní: la revolución fue una revolución chiíta que expresaba frustraciones nacidas de una modernización demasiado tardía. El chiismo es un legitimismo. En su origen reunía a los partidarios de Alí, primo y yerno del Profeta, que había sido elegido califa en el año 656 y lo fue durante cinco años hasta la batalla de Siffin. Estos habían pertenecido fieles a Alí y a sus descendientes: la comunidad islámica sólo podía ser dirigida por la gente de la casa del Profeta, por su propio linaje.
Los chiítas se separaron de los sunnitas no sólo por la elección del sucesor del Profeta, sino también por la naturaleza de su función. Paralos sunnitas, el sucesor era el califa del Profeta, representándole en su calidad política de jefe de la comunidad. Para los chiítas debe ser igualmente el depositario del conocimiento esotérico del Profeta, debe sucederle en su actividad religiosa. 
Aquí surgió una incertidumbre de gran importancia en la concepción chiita del poder: el duodécimo imán, nacido en 869, desapareció el día de la muerte de su padre en 874. Había empezado entonces el periodo de ocultamiento que duraría hasta que el imán oculto viniese a instaurar el gobierno perfecto. Se plantea en consecuencia la cuestión esencial, de por quién y de qué manera, debe ser dirigida la comunidad a la espera de la vuelta del imán. La cuestión provocó un gran debate en las filas mismas del chiismo. Una primera tentación era la de la retirada del mundo temporal, de la desconfianza hacia la vida política: más valía separar religión y política. La segunda tentación consistía en reivindicar un derecho de inspección, de control sobre el gobierno y la administración del Estado. 
Rechazando estas dos tentaciones clásicas los dirigentes del Irán habían impuesto una concepción hiperactivista, la del poder absoluto del clero: la instauración de un gobierno islámico, en el cual la autoridad suprema estaba confiada a teólogos. Quedaba por identificar el aparato del poder islámico iraní, cuáles son esos personajes que desempeñas un papel religioso y que habían entrado tan brutalmente en la actualidad política. 
En el sunismo, estos hombres de religión aparecían como los guardianes del orden establecido. En el chiísmo, por el contrario, están situados fuera del orden y tienen vocación de erigirse en un contra-poder. 
Tras el primer conflicto mundial, la relación entre el clero y el poder político parecía fundamentalmente modificada. El golpe de Estado de 1921 que dio el oficial Reza Jan, lo había ejecutado en parte en contra de los ingleses que estaban tentados por establecer un protectorado. Así se presentó como un defensor contra la injerencia extranjera, adquiriendo el apoyo de la opinión pública y del aparato religioso. 
Reza Jan se convirtió en el Emperador de Irán. Sin embargo, el nuevo monarca inició una política de vigorosa laicidad: se trataba de subordinar el aparato religioso al Estado. Reza Sha es obligado a abdicar en 1941 por su simpatía con Hitler y Mohamed reza, su hijo, continuará su accesión. 
UNA MODERNIZACIÓN DEMASIADO RÁPIDA
Se ha podido afirmar que la caída del Sha era, paradójicamente, lo contrario de su relativo éxito y que el monarca pagaba el pasivo de la revolución blanca y el eufórico crecimiento que había seguido al alza de los precios del petróleo en 1974.
Revolución blanca por cuanto el conjunto de reformas así denominadas incluía una reforma agraria, la nacionalización de los bosques, participación de los empleados de los beneficios de las empresas, el derecho a voto de las mujeres, etc. El resultado político de la reforma agraria, principalmente, fue catastrófico. 
Por el otro lado, la repentina prosperidad debida al aumento de los ingresos por el petróleo, permitió al Sha volver a iniciar su política de modernización. Pero, desafortunadamente, surgen dificultades económicas, pues la producción petrolífera desciende a causa de la erosión de la demanda. Irán se encuentra ahora como deudor buscando créditos exteriores. Sin embargo, las contradicciones principales eran sociales y culturales, pues si el nivel de vida de los empresarios y altos funcionarios sube considerablemente, entre las masas prevalece la insatisfacción y la frustración cultural ante un modelo de civilización importado. 
Estas insatisfacciones con tanto más peligrosas para el Sha ya que su régimen están poco enraizado. El monarca triunfante, que se apoya en el aparato militar y represivo, lleva adelante medidas autoritarias. 
En enero de 1979 se produce un nuevo giro: el Sha abandona irán tras haber confiado el poder al socialdemócrata Chapur Bakhtiar. El último error cometido fue el ejército, que si permaneció fiel a la persona del Sha, no por ello será el escudo de una democracia a la occidental, tardía y elitista. El nuevo gabinete se volatilizó al tiempo que los insurgentes daban el asalto a los cuarteles. 
EL MOVIMIENTO DE 1905 COMO PRECEDENTE
El movimiento revolucionario de 1978-1979 presenta analogías con el de 1905 en dos aspectos:
· En primer lugar, coagula la exasperación contra las desigualdades sociales, la dependencia exterior, la corrupción, como los contestatarios de 1905 que se levantaban contra la tiranía, la injusticia y la corrupción. 
· En segundo lugar, esta alianza une de manera informal a los laicos y a los religiosos. Efectivamente, entre los oponentes al Sha en 1978 pueden distinguirse tres grupos: liberales intelectuales occidentalizados, revolucionarios militantes del PC y religiosos. 
Sin embargo, el desarrollo del movimiento será, en 1978, diametralmente opuesto, ya que el clero dará pruebas de su fuerza movilizadora.
Los momentos siguientes a la victoria confirmaran el triunfo del clero. Será Qom Jomeini quien ejerce el verdadero poder con el apoyo de los tribunales islámicos y de las milicias armadas. No habrá ninguna ambigüedad en la constitución de la republica islámica: el jurista teólogo queda situado en la cúspide del Estado, siendo comandante supremo de las FFAA, declarando la guerra, y nombrando y destituyendo al jefe del Estado Mayor, puede controlar al PL y ratificar el nombramiento del Presidente. 
EL IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN ISLÁMICA EN LOS EQUILIBRIOS REGIONALES
El impacto de la revolución iraní es múltiple:
· El cinturón norte del Mediterráneo oriental, greco-turco-iraní queda desmantelado. No por ello Irán se convirtió en un aliado de la URSS. La República Islámica da muestras de una voluntad de independencia absoluta, pretendiendo mantenerse equidistante del Este y el Oeste. 
Con la caída de la barrera, había cedido un obstáculo físico a la influencia soviética en los Estados árabes. 
· El cambio que había tenido lugar en Teherán constituyó un revés político para Israel. La inversión de las alianzas quedo ilustrada con la visita de Yasser Arafat a Teherán y el decidido apoyo de irán a la OLP.
· La desaparición de Irán como policía regional se consumó al desintegrarse el ejército iraní. 
· EEUU pierde su aliado en la región, y es reemplazado por Turquía. Refuerza su relación con los regímenes sunnitas. 
Quedaba lo esencial: el riesgo de contagio político en la región. Sin duda, la revolución iraní fue la consecuencia de factores internos propios, que no siempre son trasladables a los Estados vecinos.
La intervención soviética en Afganistán 
UN ESTADO TAPÓN DESDE EL SIGLO XIX
En la víspera de Navidad de 1979, las fuerzas soviéticas penetraron en Afganistán. Cabía preguntarse sobre las razones de este ataque armado contra un Estado con el cual la URSS mantenía relaciones privilegiadas y sobre la imprudencia de una intervención armada directa.
Las altas tierras de Afganistán eran un región de paso, sin interés económico, pero con una gran valor estratégico: continuación oriental de la meseta de irán, separa los dos centros de civilización, la India y la cuenca del Éufrates. Un Estado tapón organizado en el siglo XIX por los británicos con el fin de marcar el límite de la expansión de la Rusia zarista. Pero la rivalidad anglo-rusa y la doble ocupación terminaron en 1907 en provecho de la independencia afgana, bajo control británico que durará 12 años.
LA URSS Y AFGANISTÁN
El gobierno soviético fue el primero en reconocer en 1919 la independencia afgana. Pero los soviéticos toman conciencia de la dificultad de una implantación en un país poco evolucionado y demasiado fiel al Islam para ser sensible al mesianismo marxista. 
Durante los sesenta años pasados desde la revolución de Octubre, la URSS respetó un cierto reparto de influencias en Afganistán con Occidente, estando los estadounidenses asociados al desarrollo del país. Los soviéticos se consagraran sobre todo a una paciente penetración en la sociedad afgana,un lento control de los sectores que les parecían más útiles para el futuro. 
DEL GOLPE DE ESTADO DE 1973 A LA DEMOCRACIA AVANZADA DE 1978
Mientras el Rey seguía un tratamiento médico en el extranjero, en julio de 1973 tiene lugar un golpe de Estado militar que lleva al poder al antiguo primer ministro Mohamed Daud. Puesto que este golpe fue ejecutado por dos oficiales formados en las academias soviéticas, fue un indiscutible éxito de una inversión a muy largo plazo. 
Sin embargo, Daud es ante todo un nacionalista. Si se ha hecho con el poder con el apoyo de Moscú procurará rápidamente distanciarse de sus protectores y recentrar su régimen. Los gobernantes de Moscú no pueden aceptar una derrota semejante, pues Afganistán ofrecía desde entonces interesantes promesas revolucionarias con un PC muy activo. 
En abril de 1978 una nueva revolución pone fin al régimen de Daud. Una democracia avanzada se había instalado en Kabul. Los nuevos gobernantes en lo concerniente a las relaciones entre etnias a favor de una mejor asociación al poder de los pueblos afganos minoritarios, prometía resolver con equidad la cuestión nacional. Sin embargo, pronto apareció que las divisiones y tensiones tradiciones continuaban en el régimen comunista. 
El verdadero criterio parecía más bien la toma del control directo del país por la URSS. Los consejeros de Moscú encuadraban totalmente el aparato administrativo. La toma de control se concretizó con el tratado soviético-afgano de 1978 y el ciclo de oposición-represión se convirtió en dramático. El fracaso político se hace evidente. La base sociológica del régimen comunista era cada vez más estrecha y en lugar de una clase obrera existente, se basa en dos simples pilares: el ejército y la policía. 
LAS RAZONES DE LA URSS
En febrero de 1979 una situación extraordinaria se produjo cuando la revolución islámica resultó victoriosa y EEUU perdió su aliado militar más importante en el Tercer Mundo. La prensa soviética consideraba que todo peligro de golpe militar no podía ser descartado. El 4 de noviembre ocurrió un acontecimiento dramático: la toma de rehenes de la embajada americana de Teherán que exigía una reacción por parte de EEUU. Esta vez volvió a aparecer el espectro de una intervención directa de Washington, pues tenía las mejores razones justificadoras. 
EEUU intervendría en Irán y sería peligroso oponerse a su acción. Los previsibles cambios locales hacían correr el riesgo de acelerar la degradación del régimen afgano. Una intervención soviética en Kabul parecía entonces como una respuesta a la acción americana y crearía un clima de confrontación internacional. En consecuencia, más valía anticiparse: era menos arriesgado para la URSS tomar la delantera. La operación soviética en Afganistán no habría sido más que la réplica anticipada a la intervención previsible de los EEUU en Irán. 
VENTAJAS ESTRATEGICAS E INCERTIDUMBRES 
Por primera vez los soviéticos satelizan un Estado en tiempos de paz. La ventaja estratégica será que de esa manera dispondrán de una plataforma hacia el Golfo. Un campo de maniobras ampliado, una nueva Mongolia exterior, apuntado no sólo hacia China, sino también hacia los mares calientes.
Después de la invasión quedaban las reacciones perjudiciales para la URSS: el despertar americano, la solidaridad islámica que se manifiesta con la condena pronunciada por la Conferencia de Islamabad y la resistencia afgana. 
Vietnam y el conflicto camboyano (1978)
En 1975, habiendo reconocido EEUU el fracaso de su esfuerzo en Vietnam, se resigno a la caída de Vietnam en condiciones penosas para la dignidad americana. Los tres Estados de la antigua Indochina francesa (Vietnam, Camboya y Laos) habían pasado bajo control comunista. Pero pronto se vio que el Vietnam reunificado consideraba como hermano enemigo al régimen de los jemeres rojos (organización guerrillera camboyana que, tras la Guerra de Vietnam, la salida de los Estados Unidos y el derrocamiento del general Lon Nol (que regía una dictadura militar desde 1970), tomó el poder el 17 de abril de 1975, fundando la Kampuchea Democrática, un sistema de Gobierno de características autoritarias)
A partir de mayo de 1975, unidades jemeres rojas atacan ciudades fronterizas de una provincia vietnamita en el norte del Pico de Pato. En el origen del conflicto se encontraba la divergencia entre Hanoi, cada vez más cerca de la URSS y Pekín, que ha normalizado sus relaciones con EEUU. 
En diciembre de 1978, la escalada de conflictos e incidentes fronterizos con Vietnam fue en aumento; Como consecuencia de ello, el 25 de diciembre de 1978 unos 150 000 soldados vietnamitas invadieron Kampuchea y en una ofensiva relámpago se hicieron con el control de todo el país, incluida su capital Phnom Penh. En respuesta del ataque a su aliado, China invadió a Vietnam en el denominado Conflicto Sino-Vietnamita y que terminaría en empate tras la retirada china. 
El conflicto camboyano tenía tres dimensiones:
· El conflicto local, oponiendo Vietnam y el régimen provietnamita a los diversos grupos de resistencia camboyana.
· El conflicto regional, entre los tres Estados de Indochina, Vietnam, Laos y Camboya, hasta los seis miembros del ASEAN y China. 
· El conflicto global con EEUU y China, decididos a frenar ambiciones soviéticas en el sudeste asiático.
En diciembre de 1978, la situación parecía estancarse. Los años entre 1978 y 1986 fueron los de la consolidación del dominio vietnamita por medios militares, del endurecimiento y de las tensiones en las relaciones de Hanoi y de Moscú con los Estados de la ASEAN, China y EEUU.
El 8 de enero de 1979 los vietnamitas crearon la República Popular de Kampuchea, a pesar de que durante los siguientes años la ONU siguió reconociendo a los Jemeres rojos como el gobierno legítimo de Camboya. Por otro lado, tanto el nuevo gobierno como las tropas vietnamitas estacionadas en el país tuvieron que hacer frente a la guerra de guerrillas emprendida por un rejunte de grupos armados que seguían activos en la región.
Bajo una gran presión internacional, el nuevo gobierno camboyano —considerado por algunos países como un estado títere de Vietnam— llevó a cabo una serie de reformas económicas y políticas que acabarían llevando a la retirada de las tropas vietnamitas en 1989 y un mayor control del país. Junto con la restauración de la monarquía en 1993, los Jemeres rojos anunciaron su desmovilización en 1999.
Choque fronterizo chino-vietnamita 
El Conflicto sino-vietnamita o Invasión china de Vietnam fue un conflicto bélico que enfrentó en 1979 a la recientemente unificada República Socialista de Vietnam, respaldada por la Unión Soviética, contra la República Popular China y su estado cliente, Kampuchea Democrática.
Fue un suceso bélico al que los occidentales no prestaron tanta atención como el conflicto que había acabado casi cuatro años antes, la Guerra de Vietnam. Esta falta de atención se debió a la corta duración de la contienda. Fue una consecuencia de la invasión vietnamita a la Kampuchea Democrática de Pol Pot y sus Jemeres Rojos en diciembre de 1978, que puso fin al genocidio camboyano.
El ataque de Vietnam a Camboya, aliado de la China comunista sirvió de justificación a esta para que, poco más de un mes después de la invasión de Kampuchea. El 17 de febrero de 1979, 86.000 soldados chinos atacaran por tres frentes diferentes el norte vietnamita.
Los chinos lograron ocupar Lang Son el 5 de marzo, pero la resistencia vietnamita fue mayor de lo esperado y, pese a no reconocerlo en un primer momento, los chinos sufrieron unas 20 000 bajas y debieron retirarse; pero sin asumir la derrota, alegaron que —tratándose de una invasión punitiva— ya habían castigado bastante a Hanoi.
La guerra civil en el Líbano (1975-1992)
INTRODUCCIÓN 
La Guerra Civil Libanesa fue un conflicto ocurrido en el Líbano, entre facciones cristianas, musulmanas y seculares del país; el conflicto estuvo también afectado por intervenciones de Siria e Israel. Las principales acciones tuvieron lugar entre la primavera de 1975 y finales

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