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Fracturas

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FRACTURAS
DEFINICIÓN
Pérdida de continuidad ósea. Se producen cuando la fuerza aplicada sobre el hueso supe-
ra la resistencia de éste. Se dividen en: 
Mecánica: El hueso es normal pero el agente externo supera su resistencia (trauma-
tismo directo, caída).
Patológica: El hueso es anormalmente frágil. En ancianos son frecuentes las fracturas
relacionadas con la osteoporosis: muñeca, vértebras, cadera. También típicas de lesio-
nes tumorales primarias o metastásicas. 
Las lesiones músculo-esqueléticas se evalúan una vez que se han identificado y tratado
los problemas que afectan los patrones respiratorio y circulatorio.
Además del traumatismo del hueso, se producen también lesiones de los tejidos blandos
adyacentes, tendones, músculos, vasos sanguíneos y nervios, Cuando el mecanismo
causal es violento es imperativo descartar lesiones de órganos internos. A menudo se aso-
cian riesgos significativos de complicación como infecciones en aquellas fracturas que
comprenden lesiones de gran extensión en los tejidos blandos. Las fracturas pueden cla-
sificarse en dos grandes grupos:
Fracturas abiertas: Existe comunicación del foco con el exterior. Según la extensión y
grado de vitalidad de los tejidos perilesionales se establecen grados (I,II y III).
Fracturas cerradas: No existe comunicación con el exterior. 
Las fracturas abiertas tienen peor pronóstico por el riesgo de infección, porque en gene-
ral se deben a traumatismos violentos con conminución añadida del foco. Con mayor fre-
cuencia pueden evolucionar al retardo de consolidación o pseudoartrosis (no unión).
En relación con el foco de fractura, las podemos dividir en:
Fractura completa: Interrupción total de la continuidad del hueso, pudiendo ser este
desplazado si pierde su localización anatómica.
Fractura incompleta: Se mantiene parcialmente la continuidad. No se produce des-
plazamiento.
Fractura en tallo verde: producida por la rotura de un lado del hueso con angulación
plástica del otro. Frecuentes en niños.
Fractura transversa: forma un ángulo recto con el eje del hueso.
Fractura oblicua: forma un ángulo oblicuo con el eje del hueso. Lo que las hace bas-
tante inestables.
Fractura espiroidea: la línea de fractura describe un ángulo alrededor del hueso.
Fractura conminuta: provoca la separación de varios fragmentos óseos.
Fractura por compresión: Frecuente en hueso esponjoso (vértebras y regiones epífi-
sometafisarias).
Fracturas por arrancamiento: se producen a nivel de la inserción de un músculo o
tendón, por contracción muscular o tensión ligamentosa.
Fracturas en metáfisis fértil: En niños el trazo de fractura puede atravesar el cartíla-
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go de crecimiento, con el riesgo añadido de dismetrías por cierre precoz total de la
metáfisis o alteraciones del eje del miembro. Imprescindible el seguimiento hasta la
maduración ósea y la información a la familia.
Fractura-luxación.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Dolor: continuo generalmente localizado que aumenta a la movilización de la parte
afectada y que no cesa hasta la inmovilización de la fractura.
Incapacidad funcional: la zona afectada no es funcional y tiende a movilizarse de
manera anómala.
Deformidad: debida al desplazamiento de los fragmentos, suele ser visible.
Inflamación local: ocasionada por el derrame que produce la rotura de vasos sanguí-
neos y como consecuencia del impacto.
Crepitación: a la exploración se percibe una sensación de fricción entre los fragmen-
tos óseos.
Acortamiento: se produce fundamentalmente en huesos largos debido a la contracción
del músculo que ocasiona la superposición de fragmentos.
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
Radiografías u otras técnicas de imagen (TAC, RNM).
Analítica de sangre con fórmula y recuento en caso de: fractura abierta con pérdida de
gran cantidad hemática, sospecha de hemorragia interna, lesión muscular extensa aso-
ciada, fracturas múltiples, fracturas de huesos largos.
Arteriografía/electromiografía si sospecha de lesión vascular o nerviosa.
TRATAMIENTO DE LAS FRACTURAS
Reducción
Consiste en colocar los extremos o fragmentos de la fractura en alineación y rotación lo
más anatómica posible, esto puede lograrse mediante la manipulación directa o cirugía.
Las fracturas deben reducirse lo antes posible para evitar la disminución de la elasticidad
como consecuencia del edema o hemorragia. El método utilizado depende del tipo de
lesión.
Tipos de reducción:
Reducción cerrada: es la que se realiza mediante manipulación y tracción manual,
requiere la administración previa de anestesia local o general; posteriormente se colo-
ca un vendaje inmovilizador, generalmente de yeso, haciendo tracción constante. Por
último se ha de realizar una radiografía de control para comprobar la correcta alinea-
ción ósea.
Tracción: método de reducción para huesos largos fundamentalmente. El objetivo es
recuperar la alineación y longitud normal, inmovilizar la fractura y disminuir los espas-
mos musculares. La tracción puede ser:
Blanda: mediante la aplicación de bandas adhesivas adheridas sobre la piel y
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vendaje posterior. Como inconveniente presenta un límite para la colocación
de peso en la tracción, sólo admite 2-3 Kg, un aumento de la tracción podría
provocar daño tisular en los puntos de tracción.
Esquelética: mediante la colocación de agujas (Kirschner o Steinmann) direc-
tamente en el hueso. El peso de la tracción será aproximadamente el 7% del
peso corporal del paciente. Varían en función de la localización: condílea,
transtibial y transcalcánea.
Reducción abierta o quirúrgica: los fragmentos óseos son colocados bajo visualiza-
ción directa y como medio de sujeción hasta su cicatrización definitiva se emplean pla-
cas, colocadas a cada lado del hueso, clavos en la cavidad medular, o tornillos atra-
vesando el espesor del mismo. Se procede habitualmente a la inmovilización posterior
mediante férulas o vendaje de yeso. Una vez consolidado el hueso puede retirarse o no
el material de osteosíntesis.
Fijación externa: consiste en la inserción de clavos que atraviesan los fragmentos
óseos por encima y por debajo del foco de fractura, estos deben ser sujetos por una
estructura rígida cuya función es alinear e inmovilizar el hueso en su posición anatómi-
ca. Suele utilizarse en fracturas conminuta y/o afectación de partes blandas.
Inmovilización
Una vez reducida la fractura, si fuese necesario debe inmovilizarse hasta su consolida-
ción. El método depende del tipo de fractura y su localización. Pudiendo emplearse: 
Vendajes de escayola.
Férulas de escayola.
Vendajes elásticos.
Vendajes compresivos.
Férulas de Zimer.
Férulas de Stack.
Sindactilias.
Vendaje Velpeau.
Vendaje en ocho.
Inmovilizador de hombro.
Collarín cervical.
Corset.
Rehabilitación
COMPLICACIONES
Generales:
Tromboembolismo pulmonar (TEP).
Trombosis venosa profunda (TVP).
Embolia grasa.
Locales:
Retraso de consolidación/pseudoartrosis.
Infección.
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Hemorragias.
Pérdida de funcionalidad, atrofia muscular.
Lesión neurológica. 
Degeneración articular (artrosis postraumática en fracturas articulares)
Consolidación viciosa (con alteraciones del eje o acortamiento).
DIAGNÓSTICO Y ACTIVIDADES DE ENFERMERÍA
Déficit del volumen de líquidos relacionado con pérdida hemática.
Objetivo: Mantener el equilibrio hídrico del paciente dentro de los límites normales.
Actividades:
Observar si existen signos de hemorragia o shock en pacientes polifracturados o con
fracturas graves.
Vigilancia de constantes vitales: valorar la aparición de hipotensión, taquicardia, pali-
dez, inquietud, frialdad de extremidades, relleno capilar disminuido.
Vigilar la presencia de hemorragia.
Administrar la fluidoterapia y/o productos hemáticos prescritos para restablecer el volu-
men sanguíneo y evitar la aparición de un estado de Shock.
Deterioro del intercambio gaseoso relacionado con patrón respiratorio ineficaz.
Objetivo: Mantenimiento de un patrón respiratorio adecuado.
Actividades de Enfermería:
Control del patrónrespiratorio: valorar cambios repentinos que indiquen embolismo pul-
monar.
Monitorización de la saturación de oxígeno.
Colocar al paciente en la postura que le facilite la respiración más cómoda.
Promover la tos y respiración profunda para disminuir el acumulo de secreciones.
Administrar oxigenoterapia si es preciso.
Riesgo de infección relacionado con pérdida de la integridad cutánea y comunicación de
la misma con el foco de fractura.
Objetivo: Evitar la aparición de signos y síntomas de infección.
Actividades:
Valorar signos de infección:
- Limpiar, desbridar e irrigar la herida en caso de fractura abierta tan pronto
como sea posible para evitar la aparición de infección.
- Administrar profilaxis antibiótica y antitetánica.
Alteración de la perfusión tisular relacionado con disminución del aporte sanguíneo a los
tejidos periféricos.
Objetivo: Mantener un adecuado nivel de oxigenación de los tejidos.
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Actividades:
Vigilar la aparición de complicaciones vasculares: medir la circunferencia, color y tem-
peratura de la extremidad afectada en busca de signos y síntomas de trombroflebitis.
Así como prevenir su aparición:
Promover la realización de ejercicios pasivos y fomentar la movilidad del paciente siem-
pre que sea posible.
Administrar anticoagulantes según prescripción.
Elevar los MMII y evitar la presión sobre los vasos sanguíneos.
Riesgo de disfunción neurovascular periférica.
Objetivo: El paciente no presentará signos y/o síntomas de disfunción neurovascular peri-
férica.
Actividades:
Valorar el estado neurovascular de la extremidad afectada.
Valorar la disminución de la sensibilidad y/o movilidad en la extremidad afectada. La
aparición de dolor que no se corresponde con la extensión de la lesión puede indicar el
desarrollo de un síndrome compartimental.
La presencia de parestesias son indicativas de daño vascular o neurológico.
La existencia de parálisis es consecuencia de daño neurológico.
Riesgo de deterioro de la integridad cutánea.
Objetivo: Ejercer medidas encaminadas a la protección de la integridad cutánea.
Actividades:
Reducir la inflamación:
Colocar la extremidad afectada elevada, excepto si se sospecha síndrome comparti-
mental ya que puede contribuir al daño vascular.
Aplicar frío local en la zona si está indicado.
Colocar al paciente manteniendo la alineación corporal adecuada tanto de la parte afec-
tada como del resto del cuerpo mediante dispositivos como férulas, yesos, tracciones.
Proteger la piel mediante la colocación de dispositivos de protección como vendajes
almohadillados.
Reducir el dolor.
Prevenir un mayor daño tisular de las estructuras adyacentes, mediante una inmovili-
zación adecuada que evite el desplazamiento de fragmentos óseos en caso de fractu-
ras potenciales.
Retirar cualquier elemento que pueda comprimir la extremidad lesionada como ropas,
joyas o vendajes circulares.
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