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Ficha Lorenzini Traduccion Abreviada segmentos libro International Relations Theory

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Teoría de las Relaciones Internacionales. Programa 2019 
Ficha de Cátedra Unidad I 
 
Traducción abreviada del libro “International Relations Theory” (2017) editado por 
Stephen McGlinchey, Rosie Walters y Christian Scheinflug. Bristol, England: E-
International Relations Publishing. (Secciones incluidas: Introducción, Escuela Inglesa 
y Marxismo): pp. 1-35 y 42-47 
 
 María Elena Lorenzini 
 
Introducción 
Esta Ficha de Cátedra fue preparada con el objetivo de mejorar y actualizar la 
bibliografía correspondiente a la Unidad I de Teoría de las Relaciones Internacionales. 
En pos de ello, la Cátedra decidió realizar una traducción abreviada y adaptada de la 
Sección Introducción del libro “International Relations Theory” (2017) editado por 
Stephen McGlinchey, Rosie Walters y Christian Scheinflug. Es importante tener en 
cuenta que es abreviada –porque hay segmentos del texto original que no encontrarán en 
esta Ficha- y que es adaptada –porque encontrarán en el texto aclaraciones realizadas 
por los docentes de la cátedra-. 
Luego de los contenidos correspondientes a la traducción de la ‘Introducción’, 
encontrarán dos secciones más: Escuela Inglesa y Marxismo. Estas últimas procuran 
cubrir los contenidos correspondientes a las dos corrientes antes mencionadas, incluidos 
en el punto del Programa relativo a: Tendencias teóricas “establecidas”/instaladas 
(mainstream) con sus ideas ejes, de la Unidad I (2019). 
 
“Preparándonos para comenzar con las Teorías de las Relaciones 
Internacionales” (Stephen McGlinchey, Rosie Walters & Dana Gold) 
La obra “International Relations Theory” está diseñada como un punto de entrada hacia 
las diversas escuelas, paradigmas y perspectivas de las Teorías de las Relaciones 
Internacionales. Como una guía de inicio, está estructurada para condensar la 
información más importante en la menor cantidad de espacio posible con el objetivo de 
introducirnos en el área de estudio de un modo gradual, pues las teorías constituyen una 
de sus piezas más complejas. 
Las teorías nos permiten comprender y tratar de encontrarle sentido al mundo que nos 
rodea a través de varias lentes, donde cada una de ellas representa una perspectiva 
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teórica diferente. No obstante, existen formas de simplificar el complejo mundo en el 
que vivimos. Una analogía que nos puede resultar familiar consiste en pensar a las 
teorías como “mapas”. Cada mapa es elaborado con propósitos determinados y lo que 
cada uno de ellos incluye está basado en lo que se considera indispensable para cada 
usuario mientras que muchos otros detalles son dejados de lado para evitar confusiones 
y presentar una imagen clara. Según sostienen los editores de este trabajo una imagen 
vale más que mil palabras y nos proponen ir a Google y tipear Singapur MRT y luego 
clickear sobre las imágenes. Una vez cumplidos los pasos, podrán ver el mapa del 
Transporte Público Rápido de Singapur, verán las líneas de transporte, las estaciones y 
alguna otra información esencial. Sin embargo, no verán los toilettes públicos, ni las 
calles, ni los bancos, ni las tiendas pues toda esa información no es considerada esencial 
para el sistema de transporte público rápido. Con las teorías pasa algo similar. Cada 
teoría de las RRII coloca cosas diferentes sobre ese mapa y lo hacen basadas en lo que 
los teóricos consideran importante. Algunas variables para trazar en el mapa de las RRII 
podrían ser los Estados, las organizaciones, las personas, cuestiones económicas, 
historia, ideas, clase, género, etc. Luego, los teóricos utilizan las variables elegidas para 
construir una visión, más o menos simplificada, del mundo que pueda ser usada para 
analizar los sucesos mundiales –y, en algunos casos para tener algún grado de capacidad 
predictiva-. En un sentido práctico, la mejor manera de ver las TRRII es como sets de 
herramientas que proveen múltiples métodos que los estudiantes pueden utilizar para 
responder interrogantes. 
Algunos estudiantes adoran estudiar TRRII porque éstas les permiten hacerse preguntas 
interesantes sobre el mundo en el que viven y les permiten comprender la naturaleza 
humana dentro de lo que nos es posible conocer. Otros, sin embargo, están ansiosos por 
ir directamente a estudiar casos y hechos concretos que suceden en el ‘mundo real’-
llamado empírico-. Estos últimos prefieren estudiar las RRII en primer lugar ya que las 
TRRII les resultan una distracción. Aun así, es crucial resaltar que embarcarse en el 
estudio de las RRII sin comprender la teoría es como emprender un viaje sin un mapa. 
Es decir, el estudiante/viajero puede llegar al lugar de destino pero no tendrá idea de 
dónde se encuentra ni de qué manera llegó allí. Tampoco podrá responder, si se le 
preguntara, cuál era la mejor ruta o la más rápida para llegar a ese destino. Las teorías 
nos brindan claridad y una orientación, nos ayudan a defender mejor nuestros 
argumentos y a comprender los argumentos de los demás. 
Este libro presenta una variedad amplia de teorías divididas en dos secciones. La 
primera sección abarca las ‘teorías establecidas’ y que conforman el pensamiento más 
extendido en los cursos de los programas de estudios de grado. Entre ellas se cuentan: 
Realismo, Liberalismo, Escuela Inglesa, Constructivismo, Marxismo, Teoría Crítica, 
Posestructuralismo, Feminismo y Poscolonialismo. La segunda sección se extiende 
hasta el presente para abarcar los enfoques emergentes y ofrece una perspectiva más 
amplia de las TRRII. Entre ellas se encuentran: Green Theory, Justicia Global, Queer 
Theory, Teorías de Seguridad, Geografía Crítica, Perspectivas Asiáticas, Perspectivas 
Globales del Sur, Perspectivas Indígenas y Perspectivas contemporáneas del Realismo. 
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Los editores del libro le han dado el mismo espacio a ambas secciones e incentivan a los 
lectores a apreciar esa diversidad. Cada capítulo del libro persigue un conjunto de 
objetivos simples. El primero, es sintetizar y simplificar los puntos básicos de cada 
teoría. A pesar de que, como señalamos, las teorías son complejas el propósito de los 
editores es brindar un punto de partida accesible que sirva como trampolín para futuros 
estudios más profundos. Si retornarámos a la analogía del mapa, la meta de los editores 
es ofrecer, en cada capítulo, los puntos de partida básicos para nuestro viaje –y ustedes 
tendrán que leer en profundidad y ampliamente para ser capaces de apreciar la 
complejidad de cada teoría-. Como en un buen mapa, los capítulos de este libro dan 
indicaciones sobre dónde pueden encontrar la bibliografía necesaria. Segundo, y para 
ayudar a continuar nuestro viaje por las TRRII, cada capítulo también presenta un caso 
de estudio sobre un evento o tema del mundo real –pueden consultarlo en la versión 
original-. Esto les permite observar a cada teoría ‘en acción’ como herramienta de 
análisis y comprender los contenidos que cada TRRII lleva aparejados. El capítulo final 
de cada sección rompe ese formato en pos de ofrecer perspectivas innovadoras de las 
TRRII –actualizando las visiones y reflexionando sobre la disciplina en la mitad y al 
final del camino-. 
Para estar completamente listos, sólo hay una cosa más por destacar. Como ustedes 
podrán notar, ‘los nombres o las etiquetas’ con las que son introducidas algunas teorías 
le resultarán familiares porque también las llaman de esa manera en otras disciplinas. En 
algunos casos los nombres de las teorías en las distintas disciplinas tienen alguna 
relación y, en otros, no. En estos últimos casos, se trata de una mera coincidencia, 
situación que puede dar lugar a confusiones –por ejemplo, el realismo en RRII no es lo 
mismo que el realismo en el arte-. En la misma dirección, ‘liberal’ es usado para 
describir las visiones individuales pero en RRII ‘liberalismo’ tiene un significado 
diferente. Para evitar cualquier confusión, esta aclaración funciona como una 
advertencia de que en este libro nos referimos a las teorías, tal como se desarrollaron 
dentro de ladisciplina de las RRII. Cuando se presenten excepciones a esta regla, serán 
aclaradas explícitamente. 
Una breve introducción a la Teoría de las Relaciones Internacionales 
A medida que las RRII se volvieron más complejas, las ‘familias’ de teorías de las RRII 
crecieron en número presentando un desafío para los ‘principiantes’ en el campo 
disciplinar. Para dar inicio, esta sección presentará las TRRII a través de tres grandes 
vías: las teorías tradicionales, las teorías de alcance medio y las teorías críticas. A 
medida que lean más a fondo, deben esperar que esta simple imagen de tres partes se 
disuelva, pero seguirá siendo un dispositivo útil al que pueden recurrir en momentos de 
confusión-. 
Las teorías están surgiendo y compitiendo constantemente unas con otras y, esa 
situación puede generar algún grado de desconcierto. Tan pronto como crean que han 
comprendido una aproximación teórica, otras nuevas surgen. Esta sección, es una 
advertencia de la complejidad que nos espera a medida que avancemos por las distintas 
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teorías. Por lo tanto, el estudio de las TRRII requerirá mucha atención, esperando 
turbulencias a lo largo de este viaje. 
Thomas Kuhn en su obra “La estructura de las revoluciones científicas” (1962) 
estableció las etapas para entender cómo y porqué ciertas teorías son legitimadas y 
ampliamente aceptadas por la comunidad científica. Él también identificó la dirección 
que toman las teorías cuando su relevancia es efímera y son reemplazadas por otras 
nuevas. Por ejemplo, los seres humanos estaban convencidos que la tierra era plana pero 
con el avance de la ciencia y la tecnología, se hizo un descubrimiento relevante que 
motivó el cambio de esa creencia. Cuando se produce un descubrimiento de magnitud, 
se produce un cambio de paradigma que reemplaza a la anterior forma de pensamiento 
por una nueva. Si bien, los cambios en las TRRII no son tan dramáticos como en el 
ejemplo anterior, la disciplina experimentó una evolución significativa. Es importante 
tener esta idea en mente cuando consideremos qué rol desempeñan las TRRII para 
explicar el mundo y cómo, una teoría puede explicar mejor que otras los problemas 
internacionales basándose en diferentes períodos de tiempo y en contextos específicos. 
Tradicionalmente hubo dos teorías centrales en las RRII: liberalismo y realismo. A 
pesar de que ambas han sido desafiadas por otras teorías, continúan siendo centrales 
para la disciplina. En algunas ocasiones, el liberalismo es llamado ‘utopismo’ y, en 
alguna medida, es reconocido por esa denominación hasta nuestros días. Sus 
representantes asumen que los seres humanos son ‘naturalmente’ buenos y creen que la 
paz y la armonía entre las naciones, no sólo son deseables sino que también son 
posibles. En la última parte del SXVIII, Immanuel Kant desarrolló la idea que los 
Estados que comparten valores liberales no tienen razones para hacerse la guerra entre 
sí. Desde la perspectiva de Kant, los Estados más liberales del mundo, se vuelven los 
más pacíficos ya que esos Estados están regulados por sus ciudadanos y los ciudadanos 
suelen ser poco proclives a la guerra. Esto contrasta con la regla de que los reyes y los 
gobiernos no electos son quienes tienen deseos más egoístas sin tomar en consideración 
los de sus ciudadanos. Sus ideas se mantienen vigentes y fueron desarrolladas por los 
‘liberales modernos’ donde se destaca ‘la teoría de la paz democrática’ que afirma que 
las democracias no se hacen la guerra entre sí. 
Además, los liberales creen en la idea de que un cese permanente de la guerra es un 
objetivo susceptible de ser alcanzado. El Presidente Woodrow Wilson puso en práctica 
las ideas liberales en su ‘Discurso de los 14 Puntos’ frente al Congreso de Estados 
Unidos en junio de 1918 durante los años finales de la I Guerra Mundial. El último de 
esos puntos –ideas para reconstruir el mundo más allá de la guerra- fue la propuesta de 
conformar una asociación general de naciones que se plasmó en la Sociedad de 
Naciones. Si nos remontamos a 1920, la Sociedad de Naciones fue creada con el 
ambicioso propósito de supervisar los asuntos entre los Estados, implementar y 
mantener la paz internacional. Sin embargo, cuando Sociedad de Naciones colapsó con 
el estallido de la II Guerra Mundial en 1939, los liberales tuvieron dificultades para 
comprender las razones de su fracaso así como los hechos que contradecían sus teorías. 
Luego de esta etapa, el liberalismo no pudo mantenerse como una teoría fuerte y 
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emergió una teoría nueva para explicar la continuidad de la guerra como posibilidad en 
las RRII. Esta teoría es el: Realismo. 
El Realismo tuvo su momento de gloria durante la II Guerra Mundial, cuando sus 
argumentos resultaron convincentes para dar cuenta de cómo y por qué la más grande y 
cruel guerra conocida en la historia fue seguida por un período de relativa paz y 
optimismo. Aunque los orígenes de la teoría realista se dieron en el SXX, varios 
teóricos se remontaron en el tiempo para encontrar sus antecedentes. Por cierto, los 
realistas se remontaron hasta el mundo antiguo, donde identificaron patrones de 
comportamiento humano similares a los de su época. Tal como el nombre de la teoría lo 
sugiere, sus representantes afirman que el realismo refleja la realidad ‘tal como es’ y por 
eso es capaz de explicar mejor la política internacional. Maquiavelo con su obra El 
Príncipe es mencionado como uno de los precursores filosóficos de esta teoría. En esa 
obra, sostenía que el gobernante debía tener la “virtú” de conjugar la fuerza del León y 
la astucia del Zorro. También Thomas Hobbes es mencionado en las discusiones del 
realismo por su descripción de la brutalidad de la vida durante la Guerra Civil Inglesa 
de 1642-1651. Hobbes describió a los seres humanos viviendo en un desordenado 
estado de naturaleza que él percibió como ‘la guerra de todos contra todos’. Para 
remediar esa situación, Hobbes propuso un contrato social entre los gobernantes y el 
pueblo del Estado para establecer cierto grado de orden. Si bien esta situación puede no 
ser la ‘ideal’ es mejor que el ‘estado de naturaleza’. Como no existe contrato 
internacional y no hay ningún ‘soberano a cargo del mundo’, el desorden y el miedo 
regulan las RRII. Para los realistas, nosotros vivimos en un sistema internacional 
anárquico donde la guerra es más común que la paz. De hecho, los realistas dicen que la 
guerra es inevitable. 
Es importante entender que, a pesar de la disposición de los capítulos que este libro 
sugiere, no hay una única variante para cada teoría. Los académicos rara vez están de 
acuerdo entre ellos, incluso disienten quienes comparten la misma aproximación teórica. 
Cada académico tiene una visión particular del mundo que incluye sus ideas de paz, de 
guerra y del rol de los Estados en las relaciones con sus pares. Aun así, estas 
perspectivas pueden ser agrupadas en ‘familias de teorías’ –o tradiciones- y esa es la 
manera en la que los editores organizaron el libro pues esperan que, por ahora, los 
estudiantes comprendan los supuestos centrales de los abordajes teóricos. Por ejemplo, 
si pensáramos en el contraste simple entre optimismo y pesimismo, podríamos 
identificar las ‘familias’ de relaciones en todas las variantes del realismo y del 
liberalismo. Los liberales comparten una visión optimista de las RRRII, creen que el 
orden internacional puede ser mejorado con la paz y el progreso gradual en reemplazo 
de la guerra. Los liberales pueden no estar de acuerdo en los detalles, pero su visión 
optimista los mantiene, generalmente, unidos. Por el contrario, los realistas tienden a 
menospreciar el optimismo como una forma inapropiada del idealismo y, en su lugar, 
ellos convergen en torno a una visión más pesimista. Esto es así porque colocan el foco 
en la centralidad del Estado y en su necesidad de seguridad y supervivencia en un 
sistema internacional anárquico donde sólo se puede confiar, realmente, en uno mismo. 
6Como resultado, los realistas describen las RRII como un sistema en el cual la guerra y 
el conflicto son habituales y donde los períodos de paz son como ‘un breve respiro’ en 
el que los Estados continúan preparándose para un conflicto futuro. 
El pensamiento de la Escuela Inglesa es visualizado, frecuentemente, como un ‘middle 
ground’, una ‘vía intermedia’ entre las teorías liberales y las realistas. Las teorías de la 
Escuela Inglesa involucran el concepto de una ‘sociedad de Estados’ en el nivel 
internacional. Hedley Bull, una de las figuras centrales de la Escuela Inglesa, está de 
acuerdo con las teorías tradicionales en que el sistema internacional es anárquico. Sin 
embargo, Bull insiste en que la anarquía no significa ausencia de normas –entendidas 
como comportamientos esperables- motivo por el cual sostiene que existe un ‘aspecto 
societal’ en la política internacional. En esa dirección, los Estados forman una 
‘Sociedad Anárquica’ (Bull, 1977) en la que existe un cierto tipo de orden, basado en 
normas y comportamientos compartidos. 
El constructivismo es otra teoría comúnmente ubicada como ‘middle ground’ pero en 
esta ocasión entre el maistream –corriente principal- y las teorías críticas –
poscolonialismo, feminismo, posmodernismos, posestructuralismo, Teoría Crítica, entre 
otras-. También tiene algunos ‘lazos de familia’ con la Escuela Inglesa. A diferencia de 
los académicos de otras perspectivas, los constructivistas subrayan la importancia de los 
valores y de los intereses compartidos entre los individuos que interactúan en el 
escenario internacional. Alexander Wendt, un prominente constructivista, describe la 
relación entre agentes –individuos- y estructuras –como los Estados- como un vínculo 
en el cual las estructuras no sólo constriñen a los agentes sino que también construyen 
sus identidades e intereses. Su frase ‘la anarquía es lo que los Estados hacen de ella’ 
(Wendt, 1992) resume muy bien su pensamiento. Otra vía para explicar esto, y para 
explicar el núcleo del constructivismo, es que la esencia de las RRII existe en las 
interacciones entre los sujetos. Esto significa que los Estados no interactúan; quienes 
interactúan son los agentes de los Estados, como los políticos y los diplomáticos. Así a 
partir de que aquellos sujetos interactúan en el escenario mundial se asume que han 
aceptado la anarquía internacional como su principio ordenador y que han convertido a 
la anarquía en parte de nuestra realidad. Entonces, si la anarquía es lo que los Estados 
hacen de ella, los Estados pueden percibir la anarquía de diferentes maneras –
hobbesiana, lockeana, kantiana- y sus cualidades/propiedades pueden cambiar todo el 
tiempo. La anarquía internacional puede, incluso, ser reemplazada por un sistema 
diferente si los grupos lograran influir sobre los individuos –y sobre la red de Estados 
que ellos representan-. Comprender el constructivismo es comprender las ideas, o las 
‘normas’ como algunos constructivistas suelen llamarlas, pues ambas tienen poder. Por 
definición, los constructivistas procuran estudiar el proceso a través del cual las 
‘normas’ son desafiadas y potencialmente reemplazadas por nuevas ‘normas’ que son 
socialmente construidas. 
Los abordajes Críticos abarcan un amplio espectro de teorías que se establecieron como 
repuesta a los enfoques del mainstream en el campo, principalmente al liberalismo y al 
realismo. En síntesis, los teóricos críticos comparten una característica peculiar: ellos, 
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generalmente, se oponen a las afirmaciones sostenidas en el campo de las RRII desde su 
configuración como disciplina. Los representantes de las teorías críticas claman por 
nuevos abordajes que sean más ajustados para comprender, tanto como para cuestionar, 
el mundo en el que estamos inmersos. Las Teorías Críticas son valoradas porque 
identifican posiciones que han sido ignoradas o pasadas por alto dentro de las RRII. 
Ellos también le dan voz a grupos de personas que, frecuentemente, han estado 
marginados, particularmente las mujeres y aquellas voces que provienen del ‘Sur 
Global’. La segunda parte de este libro, trabaja con estas teorías ubicadas en esta 
‘amplia’ categoría. 
El Marxismo es un buen lugar para comenzar con las teorías críticas. Este abordaje está 
basado en las ideas de Karl Marx, quien vivió en el siglo XIX en la época de la 
Revolución Industrial. El término ‘marxismo’ se usa para referirse a las personas que 
han adoptado la visión y la creencia de Marx acerca de que una sociedad industrializada 
está dividida en dos clases sociales: propietarios o burguesía y trabajadores o 
proletarios. El proletariado está a merced de la burguesía quien controla sus salarios y, 
luego, sus estándares de vida. Marx deseaba la superación de la burguesía por el 
proletariado y, eventualmente, el fin de una sociedad de clases. Los teóricos críticos que 
toman el punto de vista de Marx, frecuentemente, argumentan que la organización de la 
política internacional alrededor del Estado ha hecho que las personas comunes del 
mundo queden alienadas y divididas, en lugar de reconocer lo que tienen en común –
potencialmente- como un proletariado global. Para que esto cambie, la legitimidad del 
Estado debe ser cuestionada y, en última instancia, disuelta. En ese sentido, la 
emancipación del Estado forma parte de la amplia agenda crítica. 
El Poscolonialismo se diferencia del Marxismo porque coloca su foco en la desigualdad 
existente entre naciones o regiones antes que en la oposición de clases. Los efectos del 
colonialismo aún se sienten en la mayoría de las regiones del mundo ya que las 
poblaciones locales continúan lidiando con los desafíos creados y dejados por las ex 
potencias coloniales como el Reino Unido y Francia. Los orígenes del poscolonialismo 
pueden rastrearse desde el período de la Guerra Fría cuando buena parte de la actividad 
en las RRII giró alrededor de los procesos de descolonización que procuraban 
deshacerse de los legados del imperialismo europeo. Este enfoque reconoce que el 
estudio de RRII se ha centrado históricamente en las perspectivas y experiencias 
occidentales, excluyendo las voces de otras regiones del mundo. Fundamentalmente, los 
académicos poscoloniales han argumentado que los análisis basados en las perspectivas 
teóricas occidentales, o que no toman en cuenta las perspectivas de las antiguas 
colonias, pueden llevar a las instituciones internacionales y a los líderes mundiales a 
tomar acciones que favorecen injustamente a Occidente. Los poscolonialistas han 
creado una comprensión más profunda de la manera en que las operaciones de la 
economía global, los procesos de toma de decisiones de las instituciones internacionales 
y las acciones de las grandes potencias podrían constituir nuevas formas de 
colonialismo. Edward Said’s (1978) en su obra Orientalism describe cómo las 
sociedades de Medio Oriente y Asia estuvieron, regularmente, mal representadas en la 
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literatura occidental y los escritos académicos de modo tal que las posicionaban en un 
nivel inferior al de occidente. Los académicos poscoloniales contribuyen de manera 
importante en el campo ampliando ‘la mentalidad tradicionalmente occidental’. 
Otra teoría que expone la desigualdad inherente a las RRII es el feminismo. El 
feminismo ingresó al campo en la década de 1980 como una parte del movimiento 
crítico que estaba surgiendo. Su foco consiste en explicar por qué tan pocas mujeres 
ocupan posiciones de poder y examinan las implicancias de esto sobre el modo en el 
que se estructuran las políticas globales. Sólo basta con darle una mirada a cualquier 
encuentro de líderes mundiales para observar que parece un mundo sólo de hombres. 
Tomando estas cuestiones como punto de partida, el feminismo introduce la categoría 
‘genero’ en las lecturas de las RRII, situando las cuestiones de ‘género’ como un objeto 
primario de nuestro mapa. Si este es un mundo de hombres, ¿qué significa eso? ¿De qué 
manera ciertas características tradicionalmenteasociadas con lo masculino –como la 
agresión, el desprecio de lo emocional y la fuerza- pueden ser vistas como cualidades 
esenciales de un líder mundial? ¿Cuáles son las cualidades y características que esto 
excluye –podría ser la empatía y la cooperación por ejemplo- y qué clase de acciones 
tales exclusiones dan como resultado? Reconocer que el ‘género’ –los roles que las 
sociedades construyen para los hombres y para las mujeres- atraviesa transversalmente 
la realidad es uno de los desafíos planteados por los enfoques feministas. No se trata 
simplemente de contar cuerpos masculinos y femeninos. Por el contrario, los 
feminismos se cuestionan cómo el ‘género’ estructura el poder y esa estructuración 
dificulta el acceso, tanto a los hombres como a las mujeres, que intentan ocupar niveles 
más altos de poder. Con todo lo que se ha hablado de la construcción de los roles y los 
‘géneros’, deberíamos empezar a ver los puntos compartidos –con el constructivismo 
por ejemplo-. 
Tal vez la teoría crítica más controvertida sea el posestructuralismo. Este enfoque 
cuestiona intensamente todas y cada una de las creencias que nosotros tenemos acerca 
de cómo conocemos y sentimos lo ‘real’. El posestructuralismo cuestiona las narrativas 
dominantes que han sido ampliamente aceptadas por las teorías del mainstream. Por 
ejemplo, los liberales y los realistas, aceptan la idea de que el Estado en su mayor parte 
es tomado como ‘dado’. Estos presupuestos son verdades fundacionales sobre las que 
descansan las teorías tradicionales –convirtiéndose en estructuras que ellos construyen 
sobre la realidad que los circunda-. Entonces, esas dos perspectivas teóricas pueden 
diferir sobre algunas cuestiones pero comparten una comprensión general en sus 
visiones del mundo. Ninguna de las dos teorías –liberalismo y realismo- busca desafiar 
la salida del Estado: simplemente la consideran como parte de su realidad, no solo al 
Estado, sino también a la naturaleza del poder. La contribución de Michel Foucault al 
posestructuralismo fue la identificación de los nexos del binomio saber-poder. Esto 
significa que las personas en una posición de poder, incluyendo a los políticos, 
periodistas y académicos, tienen la habilidad de moldear nuestra comprensión sobre una 
cuestión determinada. En esa dirección, Foucault propone pensar que hay ciertas 
cuestiones que están arraigadas y nos hace tomar conciencia de que lo que puede 
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parecer sentido común acarrea dificultades para pensar por fuera de los parámetros 
establecidos, dejando espacio sólo para cierta clase de acciones. Según Foucault el 
poder es saber y el saber es poder. A través del análisis del modo a través del cual 
ciertos conocimientos se vuelven dominantes, es que los posestructuralistas pretenden 
exponer a la luz pública los presupuestos escondidos en sus bases. Ellos también aspiran 
a abrir otras formas posibles de estar, pensar y hacer las políticas internacionales. 
Como se ha mostrado en esta breve introducción a las TRRII, cada teoría tiene 
legitimidad, aunque sus visiones del mundo sean diferentes. En el libro sus editores 
aclaran que las teorías que se presentan y caracterizan no son exhaustivas y que existen 
otras que podrían examinarse. Sin embargo, ellos consideran que han proporcionado un 
buen punto de partida para lograr una comprensión general del campo y de donde se 
ubican los enfoques y perspectivas más comunes y novedosas. Según el criterio de los 
editores del libro, no es necesario, y probablemente no sea deseable adoptar una teoría 
única en los estudios. Para ellos, es más importante entender las diversas teorías como 
herramientas de análisis o lentes analíticas para ser aplicadas en sus investigaciones. Las 
teorías, simplemente, ofrecen herramientas para intentar comprender un mundo 
complejo. 
Pensando como un estudiante: Tips que los ayudarán a organizar su estudio, a 
reconocer la tarea a desarrollar y las fuentes que se recomiendan utilizar 
Los autores del libro coinciden en señalar –y esta Cátedra de Teoría de las Relaciones 
Internacionales acuerda en ello- que la lectura con propósitos académicos es diferente 
de la lectura por placer. Además, la lectura de los materiales sobre Teorías de las RRII 
requiere tener en cuenta algunos puntos clave: 
*Estudiar las Teorías de las RRII no significa leer para memorizar. Requiere leer para 
comprender y adquirir precisión al momento de expresar las ideas así como también 
para desarrollar los conceptos que cada una de ellas ofrece. También demanda cierta 
destreza para poder identificar los matices que se presentan entre los autores aún dentro 
de una misma ‘familia de teorías’ 
*Una forma de llevar a cabo la tarea de estudiar las Teorías de las RRII consiste en 
identificar los puntos/conceptos claves en el texto. De esa manera, ustedes van armando 
su propia hoja ruta en los textos que se convierten en una guía muy útil al momento de 
prepararse para las instancias evaluativas. Claro que ese trabajo tiene más sentido y 
resulta más útil cuando el trabajo de lectura y marcación ha sido realizado por ustedes 
mismos. Si ustedes usaran su tiempo en la búsqueda de atajos –materiales web 
resumidos, recursos digitales de dudosa procedencia, etc.- no reemplazarán la lectura. El 
trabajo de lectura de la bibliografía es insustituible. 
*En aquellos casos en los que necesiten realizar búsquedas de información deben saber 
que el recurso utilizado tiene que estar correctamente identificado. Para ello, se sugiere 
que constaten que el material tiene un autor con nombre y apellido, que el trabajo debe 
tener una fecha de publicación y que la ‘fuente’ –plataforma web de la cual es extraído- 
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sea legítima –sitios de revistas especializadas y/o reconocidas, journals, artículos de 
diarios, investigaciones periodísticas, instituciones educativas legítimas, etc.-. 
Actualmente existen miles de millones de fuentes y recursos, sin embargo, cuando éstos 
no tienen un autor experto y reconocido o cuando la editorial es sospechosa, tengan por 
seguro que ese material no es confiable para fines académicos. 
*Al momento de hacer sus presentaciones –exámenes escritos u orales, realizar un 
trabajo práctico, escribir sus tesinas de graduación o trabajos de investigación- tomen 
como eje rector ‘la calidad y fortaleza de los argumentos’ que van a presentar y piensen 
que su tarea consiste en convencer a sus evaluadores de que su grado de comprensión 
del tema es suficiente, que disponen de elementos razonables para sostener sus 
argumentos con fuentes serias –que cuenten con una buena reputación dentro de la 
comunidad académica- y demostrar cierto grado de conocimiento experto. Además, la 
exposición de sus ideas ‘siempre’ debe ser clara, precisa, estar bien organizada y basada 
en evidencia empírica demostrable. Los autores del libro afirman que internet es como 
‘el salvaje oeste’ pues hay mucha información en la web pero buena parte de ella es sólo 
basura. Wikipedia, por ejemplo, es un gran recurso pero muchas veces la información 
que allí está es incorrecta, imprecisa y/o falsa ya que quienes editan los sitios son 
personas comunes que no cuentan, necesariamente, con el conocimiento experto. Por 
eso “la regla de oro en Internet” es tratar de corroborar todo lo que encuentren en, al 
menos, dos buenos sitios web y de, al menos, dos autores acreditados/reconocidos en su 
campo de estudio. De esa manera, serán capaces de utilizar internet de un modo 
confiable y de disfrutar de sus beneficios, resguardándose de sus inconvenientes. Ahora 
bien, recuerden que al momento de prepararse para las evaluaciones internet es sólo un 
recurso secundario ya que para obtener resultados satisfactorios deberán disponer de 
fuentes más robustas que encontrarán en artículos de revistas reconocidas, capítulos de 
libros y libros 
*Otra cuestión importante del proceso de aprendizaje y de estudio refiere al uso del 
lenguaje. Cada disciplina tiene su propio lenguaje que comprendeun conjunto 
específico de términos/conceptos que han sido desarrollados para describir con 
precisión los objetos de estudio. Es decir, cada disciplina tiene su ‘propia jerga’ y 
ustedes deben conocerla, utilizarla adecuadamente y con destreza. La jerga de cada 
disciplina funciona como la llave de entrada a la bibliografía. De ahí se deriva la 
importancia del uso de un lenguaje preciso y claro en las RRII en general y, en la Teoría 
de las RRII, en particular. 
 
Contenidos para abordar el punto: Tendencias teóricas 
“establecidas”/instaladas (mainstream) con sus ideas ejes, de la Unidad 
I (2019) 
Escuela Inglesa (Yannis Stivachtis) 
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La Escuela Inglesa ofrece las bases para el estudio de la historia internacional y mundial 
en términos de estructuras sociales que configuran el orden internacional. A diferencia 
de muchas otras teorías, la Escuela Inglesa tiene una aproximación holística al objeto de 
estudio intentando captar el mundo como una ‘totalidad’. Las teorías de la Escuela 
Inglesa se construyen a partir de la identificación y diferenciación de 3 conceptos 
claves: sistema internacional, sociedad internacional y sociedad mundial. De esta 
manera, abre un espacio o ‘middle ground’ entre el idealismo y el realismo. 
Los fundamentos de la Escuela Inglesa 
Como se señaló, la Escuela Inglesa se construye sobre 3 conceptos claves: sistema 
internacional, sociedad internacional y sociedad mundial. Hedley Bull (1977: 9-10) 
sostiene que hay sistema internacional “cuando dos o más estados tienen un grado de 
contacto tal que las decisiones que uno de ellos tome, impacta sobre el comportamiento 
de los demás y eso los hace comportarse como partes de un todo”. De acuerdo con esta 
definición, el sistema internacional se trata, principalmente, de políticas de poder entre 
Estados cuyas acciones están condicionadas por una estructura internacional anárquica. 
Por su parte, la sociedad internacional existe cuando un grupo de estados “se piensan 
ligados por un conjunto de reglas en sus relaciones entre sí y, comparten una forma de 
trabajar de manera común en las instituciones” (Bull, 1977: 13). Es decir que, la 
sociedad internacional se trata de la creación y el mantenimiento de las normas, reglas e 
instituciones compartidas. Por último, la sociedad mundial es más fundamental que la 
sociedad internacional porque abarca a “la gran humanidad en su conjunto cuyos 
destinatarios son los seres humanos y no, los Estados” (Bull, 1977: 21). Es importante 
subrayar que la Escuela Inglesa concibe a las ‘instituciones’ como algo diferente de las 
‘organizaciones’. 
Para la Escuela Inglesa, las ‘instituciones’ son prácticas de largo plazo entre los Estados 
–como la diplomacia, el derecho y la guerra- que pueden ser establecidas entre ellos 
para facilitar sus interacciones antes que estructuras burocráticas –organizaciones-. 
La diferenciación entre los conceptos de sistema internacional y sociedad internacional 
ayuda a distinguir el patrón y el carácter de las relaciones entre ciertos Estados y grupos 
de Estados. Por ejemplo, históricamente hubo una diferencia esencial de las relaciones 
entre los Estados europeos y el tipo de relaciones que ellos mantenían con el Imperio 
Otomano. Las relaciones entre los Estados europeos reflejaron la existencia de una 
sociedad internacional europea mientras que las relaciones entre los Estados europeos y 
el Imperio Otomano reflejaron solamente la existencia de sistema internacional. De la 
misma manera, las relaciones entre los Estados miembros de la Unión Europea 
muestran la existencia de sociedad internacional mientras que los vínculos entre la 
Unión Europea y Turquía –un Estado no miembro de la Unión Europea- describen 
interacciones dentro un sistema internacional más amplio. A pesar de su utilidad, la 
distinción entre sistema internacional y sociedad internacional generó numerosas 
críticas basadas en el argumento de que aún en un sistema internacional era posible 
observar la existencia de algunas reglas e instituciones. Este debate tuvo como resultado 
12 
 
la aceptación de la premisa que el sistema constituye una ‘débil’ o ‘delgada’ forma de 
sociedad internacional. 
Durante los siglos XVII y XVIII, la sociedad internacional fue considerada como una 
asociación privilegiada entre Estados europeos y Estados ‘civilizados’ que se 
visualizaba en la existencia de algunas instituciones tales como el derecho internacional, 
la diplomacia y el balance de poder. Existía la percepción que los lazos entre los 
poderes europeos tenían un código de conducta para resolver los problemas entre ellos 
pero que ese código no aplicaba para resolver las cuestiones con otras sociedades 
internacionales. 
Una nueva sociedad internacional surgió después de la I Guerra Mundial (1914-1918), 
caracterizada por la creación de la Sociedad de Naciones. El diseño de esta nueva 
sociedad internacional global incluyó casi todas las reglas y prácticas que habían sido 
desarrolladas por la sociedad internacional europea –el derecho internacional, la 
diplomacia, la soberanía, la igualdad jurídica entre los Estados, el reconocimiento de la 
independencia de los Estados-. El impulso para la creación de la Sociedad de Naciones 
provino del presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson –y significó un cambio en 
la naturaleza del orden internacional-. El estallido de la II Guerra Mundial interrumpió 
el funcionamiento de la Sociedad de Naciones y destruyó una forma particular de 
sociedad internacional. El establecimiento de Naciones Unidas (1945) constituye un 
nuevo intento de crear una sociedad internacional. De hecho, Naciones Unidas adoptó la 
mayoría de los principios y la estructura institucional de la Sociedad de Naciones. 
Dentro de la Escuela Inglesa tuvo lugar un debate clave: pluralismo vs solidarismo. El 
pluralismo refiere a sociedades internacionales con un grado relativamente bajo de 
normas, reglas e instituciones compartidas. El solidarismo refiere a tipos de sociedades 
internacionales con un grado relativamente alto de normas, reglas e instituciones 
compartidas. El debate gira en torno al modo en el que las sociedades internacionales se 
relacionan con la sociedad mundial y la cuestión principal ha sido de qué manera 
reducir la tensión entre las necesidades y los imperativos de los Estados y las 
necesidades e imperativos de la humanidad. Las necesidades de los Estados y de la 
humanidad están en conflicto tanto desde una perspectiva teórica como práctica –es 
decir, en el mundo real-. La mayoría de los académicos de la Escuela Inglesa trabajó 
dentro de ese debate, abordando como tema principal la tensión entre la primacía del 
orden y la justicia. 
Una de las cuestiones importantes del debate pluralismo-solidarismo gira en torno a la 
pregunta: en qué medida el derecho internacional debería incluir al derecho natural o 
derecho positivo. El derecho natural es una filosofía que reivindica la existencia de 
ciertos valores y derechos inherentes a la naturaleza y, en consecuencia, son 
considerados universales. Es decir, que el derecho natural hace referencia a la existencia 
de un conjunto de principios morales constantes considerados elementales para todos 
los seres humanos. El derecho positivo, considera que las leyes son hechas por los 
hombres para expresar un sentido de comunidad, de sociedad o de Estado. El debate 
13 
 
pone de manifiesto la tensión entre Estados que reclaman soberanía –a través del 
pluralismo- y la idea de derechos universales arraigados en la naturaleza humana –vía 
solidarismo-. 
Pluralismo y solidarismo, entendidos como posiciones opuestas, enmarcan el debate 
sobre los límites y las posibilidades de la sociedad internacional. Dicho debate ha 
buscado desentrañar el mejor modo de reconciliar los deseos y necesidades tanto de las 
personas como de los Estados. Y es, en ese sentido, una herramienta fundamental dentro 
de las TRRII que trabaja para encontrar modos de balancear poder, intereses, standaresde justicia y responsabilidades para hacer que una sociedad internacional funcione. 
Marxismo (Maïa Pal) 
El marxismo es un abordaje crítico que siempre cuestiona las políticas diseñadas por las 
recomendaciones del mainstream en la TRRII y, al mismo tiempo, es un abordaje 
clásico a partir de la tradición filosófica y sociológica inaugurada por Karl Marx (1818-
1883). De hecho, el marxismo es la única perspectiva teórica de las RRII que toma su 
nombre a partir de una persona en particular, a pesar que dentro del rango de grandes 
pensadores Marx no fue el más internacionalista de todos –ni sus trabajos ni los de 
Engels se ocuparon de la formación de los Estados ni de las relaciones entre ellos-. Lo 
que vinculó a Marx con las RRII fue la Revolución Industrial, como un evento del que 
Marx fue testigo y trató de entender. Él y Engels, desarrollaron un abordaje 
revolucionario y subrayaron conceptos que trascendieron las diferencias nacionales al 
mismo tiempo que proveyeron consejos prácticos acerca de cómo armar un movimiento 
de personas de carácter transnacional. Los trabajadores desde las fábricas alrededor del 
mundo –el proletariado- tuvieron que organizarse en un movimiento político 
revolucionario para contrarrestar los efectos desiguales y la explotación capitalista –que 
se aceleraron con la Revolución Industrial-. La existencia de vínculos potenciales entre 
la humanidad como un proletariado global es el modo a través del cual el marxismo 
ingresa en las RRII con un punto de vista diferente de las otras teorías. 
Los fundamentos del marxismo 
Todos los conceptos marxistas están conectados por un objetivo común: el incremento 
del bienestar de la humanidad y su entorno. Para entender el marxismo, es necesario 
comprender los elementos básicos de las innovaciones de Marx con respecto a los 
orígenes y el funcionamiento del capitalismo, los cuales pueden ocurrir en el plano 
doméstico e internacional de manera simultánea. Así, la contribución más importante 
del marxismo a las RRII es que ni el modo de producción capitalista ni el moderno 
sistema de Estados –que surgieron al mismo tiempo- son eventos estructurales o 
inevitables. Ambos son el resultado de condiciones históricas y de relaciones sociales 
particulares. El trabajo de los marxistas consiste en hacer un mapa y volver a trazar 
aquellas condiciones y relaciones sociales para averiguar cómo surgieron el modo de 
producción capitalista y el sistema de Estados –como dos caras de una misma moneda, 
como monedas diferentes o como diferentes tipos de cambio-. Los debates sobre el 
14 
 
grado de relación existente entre los dos mayores fenómenos históricos siguen vigentes 
y el logro del marxismo para las RRII ha sido hacer que dejemos de pensarlos por 
separado. El marxismo también nos advierte que ambos conceptos no sólo pueden 
ayudarnos a entender el mundo sino que nos ayuda a cambiarlo. 
Para explicar el marxismo en RRII, necesitamos comenzar con la teoría del desarrollo 
del capitalismo: el materialismo histórico. El materialismo histórico afirma que los seres 
humanos –incluidas las relaciones existentes entre ellos y el ambiente- están 
determinados por las condiciones materiales en las cuales éstos pueden sobrevivir y 
reproducirse. También sostiene que las condiciones materiales pueden ser cambiadas 
por las acciones de los hombres así como por eventos –pensar en el cambio climático 
por ejemplo- que dependen tanto de fenómenos físicos como de las acciones de los 
hombres. Es decir que, las condiciones materiales son históricas y pueden cambiar en 
función del tiempo y del lugar. Por eso, tales condiciones son dependientes de los 
procesos y de las ideas que las preceden –cómo el pasado pesa sobre el presente-. Un 
marxista podría sostener que las RRII no se tratan sólo de las Políticas Exteriores de los 
Estados o del comportamiento de los políticos sino de sobrevivir –o más genéricamente 
vivir-, y reproducir tecnología y trabajo. Si este razonamiento fuese correcto, 
encontraríamos que las separaciones entre política y economía, público y privado, son 
peligrosas porque esas categorías esconden los modos en los que los Estados y sus 
políticas exteriores se encuentran determinados por relaciones sociales y estructuradas 
por la economía global –como por ejemplo, las corporaciones multinacionales o las 
instituciones financieras internacionales-. En pocas palabras, el marxismo se pregunta 
qué es ‘lo internacional’ en las RRII y tiene una mirada crítica sobre las categorías 
de anarquía –del realismo y del liberalismo- y de la sociedad internacional –de la 
Escuela Inglesa- pues sostiene que todas ellas generan ilusiones o mitos sobre el 
mundo. Por ejemplo: para los marxistas la anarquía genera la ilusión de que existe 
una miríada de Estados que son agentes autónomos y que tienen un comportamiento 
racional y predecible. Esta visión ignora la importancia de las desigualdades 
regionales y los lazos estructurales e históricos entre los Estados, la violencia y el rol 
de los actores de la economía política global. 
La primera aplicación de las ideas marxistas para explicar los procesos internacionales 
la hicieron los comunistas como Rosa Luxemburgo, Rudolf Helferding y Vladimir 
Lenin en los inicios del SXX. Estos autores desarrollaron lo que nosotros conocemos 
como teorías ‘clásicas del imperialismo’ para entender el modo en el que el capitalismo 
se expandió y se adaptó a la rivalidad inter-imperial de la I Guerra Mundial y la lenta 
desintegración de los imperios europeos. 
En 1974, Immanuel Wallerstein desarrolló la ‘teoría del sistema mundo’ para incorporar 
los cambios que ocurrieron en las últimas décadas del SXX, poniendo en cuestión el 
modo tradicional de entender el imperialismo como un proceso conducido por el 
Estado. El planteo de Wallerstein utilizó unidades de análisis diferentes y adoptó una 
visión de largo plazo en la historia de los Estados y sus interacciones. El distinguió 3 
grupos de Estados: el centro, la semi-periferia y la periferia. Su objetivo consistía en 
15 
 
entender cómo los Estados se habían desarrollado desde el SXVI en sus relaciones con 
entre ellos, creando relaciones de dependencia entre diferentes grupos de Estados en 
función de tipos específicos de sus economías y de su especialización industrial. Por lo 
tanto, estas relaciones de dependencia requerían que entendiéramos el mundo a través 
de unidades más amplias que los Estados. Esas unidades son los ‘sistemas mundos’ que 
le permiten abordar el dilema de por qué los Estados son todos capitalistas, aunque de 
maneras muy desiguales y diferentes. Dentro del sistema mundo, Wallerstein identifica 
tres grupos de Estados: centro, semi-periferia y periferia. 
Otra actualización influyente de las teorías clásicas del imperialismo es la vertiente neo 
gramcsiana del marxismo. Algunos piensan que el concepto de hegemonía de Antonio 
Gramsci es más útil hoy que el concepto de imperialismo, destacando dos cuestiones. 
Primero, que la dominación de algunos grupos de individuos –o grupo de Estados- 
sobre otros grupos también depende de factores ideológicos. En otras palabras, el 
capitalismo fue experimentado históricamente de diferentes maneras en el mundo y por 
eso las personas lo han entendido así –y han acordado resistirlo- por distintas vías. 
Segundo, las relaciones de dependencia y las unidades utilizadas para entenderlas son 
más variadas y fluidas que en la teoría del sistema mundo. Así, el capitalismo domina 
las relaciones sociales porque se reproduce a través de medios coercitivos y 
consensuales. El concepto de dominación fue utilizado para explicar por qué las 
personas educadas y los trabajadores organizados de la Europa Occidental no se unieron 
para romper sus cadenas tal como Marx y Engels lo habían pronosticado. El concepto 
neogramsciano de hegemonía centra su atención en el ‘consenso’ existente entre las 
clases transnacionales, las organizaciones internacionales y el derecho internacionalpara reproducir el capitalismo y sus desigualdades. La clase capitalista transnacional –
dominada por las grandes potencias- forma una sociedad civil global que universaliza 
los ideales liberales en lugar de imponerlos a través de un proceso coercitivo –
dominación- como sucedía en el imperialismo clásico y en el proceso de colonización. 
En suma, el marxismo se caracteriza por las interrelaciones pues es un pensamiento 
dialéctico. Para el marxismo, todos los conceptos reflejan relaciones sociales, pero las 
categorías adquieren una vida propia y con frecuencia ocultan esas relaciones sociales. 
Para no abusar de los conceptos es crucial comprender el mundo como un todo, en lugar 
de hacerlo solo sus partes individuales. La autora de esta sección afirma que la 
dialéctica es una forma de pensar que pone de relieve toda la gama de cambios e 
interacciones que ocurren en el mundo. Sin embargo, la Cátedra de Teoría de las 
Relaciones Internacionales subraya que la dialéctica pone de relieve, la contradicción 
inherente al tipo de relaciones que se reproducen en las relaciones sociales y, por ende, 
a nivel internacional. En consecuencia, no es la ‘variedad’ la característica distintiva de 
lo dialéctico –ya que son muchas las teorías que como la interdependencia y la de la 
complejidad desatacan la diversidad de interacciones- sino las contradicciones. Es decir 
que, lo que el marxismo propone es tomar las contradicciones y analizarlas 
dialécticamente –por ejemplo cuando señala que para haya ricos debe haber, 
16 
 
necesariamente, pobres o cuando los teóricos dependentistas afirman que países 
desarrollados y periféricos son dos caras de la misma moneda, entre muchas otras-.

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