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ANTECEDENTES PRENATALES Deben recabarse porque pueden ser claves diagnósticas, como la duración de la gestación. Por ejemplo, la gestación prolongada puede observarse en algunas cromosomopatías como la trisomía 18 o prematurez en el síndrome de Turner; los productos múltiples deben considerarse siempre embarazos de riesgo, dado que presentan con frecuencia defectos congénitos por constricción y compromiso vascular; debe investigarse la cantidad anormal de líquido amniótico, puesto que la presencia de oligohidramnios se puede acompañar de malformaciones renales, mientras que el polihidramnios obliga a sospechar atresia esofágica. Los movimientos fetales de inicio tardío o atenuados pueden deberse a patología musculoesquelética o neurológica. De igual modo, deben considerarse complicaciones del embarazo, como preeclampsia o eclampsia y hemorragias, o enfermedades crónicas maternas, como diabetes, epilepsia o cardiopatías y contacto con agentes teratogénicos físicos, químicos o biológicos que pueden tener gran repercusión en el producto e interferir con su desarrollo. Si un paciente que cursa con retraso global del desarrollo, cardiopatía congénita y cataratas tiene el antecedente de infección por rubeola durante el primer trimestre de la gestación, es probable la intervención de un factor teratogénico biológico como causante del problema y requiere la determinación oportuna de anticuerpos para corroborar la impresión diagnóstica. PERINATALES En relación con los cuadros con daño neurológico es importante consignar si el parto fue distócico o si requirió cesárea, anestesia general o bloqueo, además de las características de las membranas y placenta. Del producto hay que registrar la presentación, sufrimiento fetal, arteria umbilical única, hipoxia neonatal, medidas de reanimación, calificaciones de Apgar y Silverman, peso, talla y perímetro cefálico relacionados con la edad gestacional, así como información de la evolución particularmente tórpida del recién nacido por hipotermia o hipertermia, hemorragia, infecciones, problemas de alimentación, falta de respuesta a estímulos, hipoglucemia y crisis convulsivas. Por lo general se considera que el cuadro clínico del paciente se debe a las secuelas de estas complicaciones perinatales; empero, debe tenerse presente que puede haber otras causas que deben investigarse, entre ellas disgenesias cerebrales, inmunodeficiencias o algunos errores innatos del metabolismo. POSNATALES Es muy importante establecer un seguimiento y graficar el crecimiento y su ritmo, en particular en entidades con alteración de la talla. Por ejemplo, en el síndrome de Russell- Silver y en la acondroplasia hay detención prenatal y posnatal (figura 5-1A); en cambio, padecimientos con talla baja como el síndrome de Morquio y la hipocondroplasia (figura 5- 1B) muestran talla normal al nacimiento. El desarrollo psicomotor debe valorarse de acuerdo con la edad gestacional y la cronológica en todas las áreas, sean la cognitiva y la motora como la adaptativa y la del lenguaje. FIGURA 5-1 Talla baja desproporcionada. A) Paciente con acondroplasia, talla baja desproporcionada prenatal. Se identifica con acortamiento rizomélico, macrocefalia, frente prominente, puente nasal deprimido, hiperlordosis y signo del tridente. B) Madre e hija con hipocondroplasia, talla baja desproporcionada pero con manifestaciones más leves que la acondroplasia. Es importante identificar padecimientos crónicos en cualquier sistema, como trastornos endocrinos, cardiacos, renales, pulmonares, gastrointestinales, neurológicos y hematológicos, al igual que factores ambientales, como infecciones o maltrato, que interfieren con el crecimiento, desarrollo y funcionalidad del individuo.
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