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FACTORES DE RIESGO GENÉTICO Y AMBIENTAL Al igual que otras enfermedades crónicas degenerativas complejas no transmisibles comunes del adulto, la etiología de la OP es multifactorial, resultado de la interacción de una predisposición genética poligénica con diversos factores ambientales. Se han reconocido diferentes factores de riesgo, algunos mayores y “no modificables” como la edad, el género, antecedentes personales o familiares de fracturas y otros más considerados como “modificables”, entre los que figuran diversas condiciones relacionadas en especial con el estilo de vida, como la escasa ingestión de calcio y vitamina D, consumo excesivo de café y alcohol, sedentarismo, tabaquismo e ingestión de ciertos fármacos (corticoides, anticonvulsivos y sedantes). Sin embargo, existen otras alteraciones como la presencia de hipogonadismo, hiperparatiroidismo, hipertiroidismo, hipercortisolismo, insuficiencia renal crónica, hepatopatías crónicas, artritis reumatoide y diabetes mellitus tipo 1 que favorecen la aparición de osteoporosis, considerada entonces como una forma secundaria de la enfermedad. Diversos estudios epidemiológicos han demostrado la importancia y el efecto de los factores genéticos en la variabilidad de la DMO normal y anormal, por lo que se ha sugerido que la OP es un trastorno de tipo genético que afecta de manera predominante las vías metabólicas regulatorias del hueso. La heredabilidad de la DMO en varios sitios anatómicos es de casi 80%, según estudios en gemelos (78% en columna lumbar y 4% en cuello femoral), en tanto que la heredabilidad de las fracturas por sí misma oscila entre 25 a 35%.
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