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EL GATO NEGRO ANÁLISIS • El narrador que se presenta en el cuento es el personaje principal del mismo, que nos cuenta su propia historia como en una especie de confesión, para poder sentirse liberado de todos aquellos hechos sobrenaturales que le sucedieron. • El espacio donde ocurre la historia es principalmente la casa donde viven el protagonista y su esposa, junto con su mayordomo, lugar donde se dieron los maltratos del narrador hacia sus animales y su esposa, aparte del incendio que ocurrió el mismo día que mató a su gato negro. Después del incendio, se mudan a otra casa, donde se dan los incidentes con el gato tuerto que tenía una mancha blanca en el pecho. • Con relación al tiempo, cuando se inicia el cuento, el narrador hace una especie de introducción en tiempo presente, en la que nos explica por qué se siente torturado y nos muestra su intención de contarnos los hechos que provocaron que se sintiera de dicha manera: “Mi propósito inmediato consiste… episodios domésticos. Las consecuencias de esos episodios…, y por fin, me han destruido”. Y cuando nos empieza a relatar su historia con los gatos, el asesinato de su esposa y la investigación de los oficiales, ya emplea un tiempo pasado. • Los protagonistas que se presentan en este cuento son muy pocos; entre ellos están: a. El protagonista o narrador: El hombre que en un principio era bueno y vivía feliz con su esposa, compartiendo un amor por los animales, que luego, se verá afectado por su problema de alcoholismo y su consecuente mal humor, que se verá reflejado en su maltrato a los animales y en el asesinato de los dos gatos y su esposa. b. La esposa del protagonista: No se sabe su nombre ni se le hace mucha mención en el cuento, salvo cuando se comenta que ella y él se casaron muy jóvenes y que ambos compartían un amor por los animales. Es víctima del alcoholismo de su esposo. c. Gato negro: Si bien en un principio, cuando su dueño era pacífico, tranquilo y bueno, todo marchaba bien, cuando el narrador comienza a tornarse violento y el gato se vuelve una de sus víctimas, comienza a ser su peor pesadilla, tanto así que por culpa del gato, termina asesinando a su propia esposa. INTERPRETACIÓN En el cuento “El gato negro”, se hace alusión a una enfermedad que es la causante de todas las desgracias del protagonista como la de los otros personajes del cuento, que es el alcoholismo. Pues ¿cómo juega este vicio en la vida del personaje? En un principio, es importante mencionar, que el narrador era un hombre muy bondadoso y dócil, que amaba cuidar a los animales, que se casó y que era muy feliz; pero cuando se empezó a enviciar con el alcohol, su vida dio un giro de 180 grados, cuando el mal humor que se producía en su organismo, se vio reflejado en los maltratos hacia su esposa y mascotas, incluso con el que se había acercado más, que era el gato negro. Es importante relacionar este comportamiento del personaje con Edgar Allan Poe, autor del cuento, quien también fue alcohólico y cuya vida tormentosa influyó en la escritura de sus cuentos. Por otro lado, la razón por la cual el personaje asesinó a su gato fue porque éste representaba a su conciencia, que siempre estaba a su lado y no se separaba de él por más que tratara de huir de ella. Esta conciencia le hacía sentirse culpable de los maltratos cometidos por él hacia sus otras mascotas y su esposa, y eso provocó su profundo odio al gato, evidenciándose en su asesinato; sin embargo, es importante recalcar que esa conciencia que atormenta al protagonista, no se aleja de él mucho tiempo, sino que reaparece, mediante el segundo gato con la mancha blanca en su pecho, para seguir torturándolo. Por otro lado, otra razón que llevó al personaje a tomar la decisión de matar al gato negro, puede relacionarse al hecho de que el nombre del gato, Plutón, era el equivalente en la mitología romana del dios Hades, figura oscura y misteriosa de la mitología griega, que representaba un constante martirio para el narrador. Los hechos que se presentan pertenecen al género fantástico, puesto que son impropios de una realidad ordinaria, como la mancha en el pecho del gato que se fue convirtiendo en un lazo o el hecho que haya aparecido sobre la esposa asesinada y escondida en la pared. No obstante, cabe recalcar la importancia que tiene el narrador, puesto que gracias a él, el lector sólo es capaz de entrar al cuento mediante la mente del mismo, por lo que es muy posible que en realidad nunca existiera lazo alguno y que todo haya sido parte de la imaginación del narrador, carcomido por la culpa, lo cual ya resulta perturbador en el sentido de que no se hay una distinción exacta entre la realidad y la locura, ya que estamos dentro de la mente del persona. El narrador no sólo tiene problemas con el alcoholismo sino también mentales, con lo que el lector se pregunta con mayor razón si los hechos son verdaderos o no, dado que la fuente de la que proviene el relato no se muestra muy confiable. Lo ominoso en el relato se observa mediante el desdoblamiento del personaje, en cuanto el protagonista se identifica con el gato, y de esa manera uno se da cuenta de que a quien quería asesinar realmente era a sí mismo, por las situaciones vividas con su esposa y sus mascotas. Asimismo, el complejo de castración guarda relación con el hecho de que el narrador le sacara los ojos a su gato, como para sentirse dominante ante el gato, que según nuestra interpretación, es nada más y nada menos que su conciencia. Y también aparece en la medida en que lo que estaba reprimido, escondido, guardado y en silencio, sale a la luz por ciertos factores que ocasionan ese destape o confesión de un hecho misterioso, y eso es lo que sucede al final cuando la voz del gato induce a que el narrador vaya confesando inconscientemente su crimen; asimismo es importante darnos cuenta de que al final, los ojos del gato que habían servido para que el protagonista se sintiera dominante, al final lo terminan dominando a él: “El cadáver, ya muy corrompido y manchados de sangre coagulada, apareció de pie ante los ojos de los espectadores. Sobre su cabeza, con la boca roja abierta y el único ojo como de fuego, estaba agazapada la horrible bestia cuya astucia me había inducido al asesinato, y cuya voz delatora me entregaba al verdugo. ¡Había emparedado al monstruo en la tumba!”.
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