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CLASIFICACIÓN DE LOS EIM Los errores innatos del metabolismo son numerosos y muy variados en sus fundamentos bioquímicos, gravedad y manifestaciones, razón por la cual se han propuesto varias clasificaciones para facilitar su comprensión y estudio. Desde el punto de vista de su fisiopatología se pueden clasificar en tres grupos: 1. Trastornos que producen intoxicación. Este grupo incluye errores innatos del metabolismo intermedio que dan origen a una intoxicación aguda o crónica por la acumulación de moléculas pequeñas tóxicas próximas al bloqueo metabólico; ejemplo de éstas son las aminoacidopatías, acidemias orgánicas, defectos del ciclo de la urea y algunos trastornos de carbohidratos, como la galactosemia, intoxicación por metales y porfirias. Los síntomas clínicos de intoxicación característicos son por lo regular agudos y progresivos, como vómito, insuficiencia hepática o coma, o crónicos, como falla para crecer, retardo del desarrollo; casi siempre se precipitan por circunstancias como catabolismo, fiebre, ingesta de alimentos, enfermedades intercurrentes, intervenciones quirúrgicas u otras situaciones estresantes. La gran mayoría de estos padecimientos es tratable y requiere la eliminación de emergencia de la sustancia tóxica mediante dietas especiales restringidas en el sustrato y procedimientos de depuración extracorpórea, como diálisis, o mediante fármacos como carnitina, benzoato de sodio, vitaminas, etc. La terapia nutricional es la columna vertebral del tratamiento en este grupo y el objetivo es reducir al mínimo la expresión del fenotipo del defecto. Este enfoque incluye la restricción del consumo de los precursores de los metabolitos tóxicos, reemplazo del producto metabólico deficiente, consumo de fármacos que se unen a los metabolitos acumulados y permiten su excreción y, en los casos de trastornos que responden a vitaminas, la prescripción de dosis farmacológicas. 2. Trastornos que involucran el metabolismo energético. A este grupo pertenecen los EIM que afectan los procesos energéticos citoplasmáticos y mitocondriales; las rutas metabólicas afectadas son glucólisis, gluconeogénesis, oxidación de ácidos grasos, cadena respiratoria mitocondrial, ciclo de Krebs y metabolismo de los cuerpos cetónicos. Por lo general, los defectos mitocondriales son los más graves y no tienen tratamiento. Los síntomas clínicos son efecto de la deficiente producción o utilización de energía con afectación multiorgánica en forma de crisis de hipotonía, miopatía, insuficiencia cardiaca y hepática, incluidas también la hipoglucemia y la hiperlactatemia. 3. Trastornos que afectan a moléculas complejas. Comprenden a los EIM por defectos en la síntesis o catabolismo de moléculas complejas en organelos celulares. Los síntomas son permanentes y progresivos e independientes de eventos intercurrentes sin relación con el consumo de alimentos. Incluyen los padecimientos por almacenamiento lisosomal, peroxisomal, defectos de glucosilación y síntesis de colesterol. Los EIM pueden inducir manifestaciones clínicas de la enfermedad de manera aislada y afectar a un solo órgano, o bien sistémicas y en diversas etapas de la vida desde el nacimiento hasta la edad adulta. Si bien los EIM son ampliamente heterogéneos, existen algunos datos clínicos sugestivos, entre los que destacan los antecedentes familiares; dado que la mayor parte de los EIMi se hereda de forma autosómica recesiva, es muy importante conocer de manera intencionada si existe consanguinidad en los padres o si provienen de comunidades endogámicas o determinadas áreas geográficas. Siempre es necesario interrogar sobre la presencia de hermanos afectados con cuadro clínico similar al del paciente, así como la existencia de hermanos fallecidos con diagnósticos inespecíficos, tales como sepsis, insuficiencia hepática fulminante, encefalopatía generalizada o muerte súbita del recién nacido. Los datos clínicos que deben llevar a sospechar un EIM se muestran en el cuadro 12-1. CUADRO 12–1. Datos que llevan a sospechar un error innato del metabolismo intermedio Datos clínicos Datos de laboratorio Retraso del crecimiento Vómito cíclico Hiperventilación Síntomas neurológicos intermitentes: trastornos del sensorio o convulsiones, ataxia Retraso de maduración evolutiva, retraso mental inexplicado Olor extraño en orina o piel (pie sudado, azúcar quemada, orina de gato, moho) Color inusual de la orina Hepatomegalia o esplenomegalia Insuficiencia hepática Falla multisistémica Apnea Intolerancia al ejercicio Trastornos del tono muscular Hidropesía fetal Miocardiopatía Cataratas, opacidad corneal, luxación del cristalino, alteraciones retinianas inexplicadas Accidentes cerebrovasculares inexplicados Autismo Anemia, neutropenia, plaquetopenia Acidosis metabólica (o bicarbonato plasmático bajo) o alcalosis respiratoria Brecha aniónica elevada (cálculo: [Na-(Cl+CO3H]; valor normal: 12 ± 4) Hipoglucemia o hiperglucemia Urea baja Hiperamonemia Ácido láctico elevado Aumento de CPK Colesterol elevado o bajo Ácido úrico elevado Cetonuria Signos de tubulopatía Alteración de las pruebas de función hepática
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