El Papel del Mediador en la Resolución de Disputas Mercantiles

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El Papel del Mediador en la Resolución de Disputas Mercantiles
Introducción
En el ámbito de los negocios, las disputas mercantiles pueden afectar gravemente a las empresas y su reputación. La litigación tradicional no siempre es la mejor opción para resolver estas diferencias, ya que puede resultar costosa y llevar mucho tiempo. En este contexto, el papel del mediador en la resolución de disputas mercantiles se ha vuelto fundamental, proporcionando un enfoque alternativo y más colaborativo para resolver los conflictos comerciales.
La Mediación como Enfoque Constructivo
Definición de mediación
La mediación es un proceso en el cual un mediador imparcial facilita la comunicación entre las partes en conflicto y las guía hacia un acuerdo mutuamente aceptable. A diferencia de la arbitrar o la litigación, la mediación se centra en el diálogo y la colaboración, permitiendo a las partes encontrar soluciones que satisfagan sus intereses de manera conjunta.
Beneficios de la Mediación en Disputas Mercantiles
· Preservación de relaciones comerciales: La mediación ayuda a las partes a mantener relaciones comerciales valiosas al tiempo que resuelven sus disputas de manera eficaz.
· Ahorro de tiempo y dinero: En comparación con los litigios, la mediación es un proceso más rápido y rentable.
· Control del resultado: Las partes tienen un mayor control sobre el resultado final, ya que son ellas quienes toman decisiones sobre el acuerdo.
· Punto de partida del presupuesto operativo
· ¿Por dónde podemos empezar a preparar el presupuesto operativo? Para la elaboración del presupuesto nos podemos basar en los datos pasados y en base a ellos plantear posibles escenarios futuros. Para que estos escenarios se puedan materializar, hay que asignarles las partidas presupuestarias necesarias. Lo primero debe ser definir los objetivos de ventas y sus gastos variables asociados.
· Reflexiona sobre el futuro del negocio
· El presupuesto es una excelente herramienta para reflexionar sobre el futuro del negocio, definiendo objetivos y los recursos necesarios para alcanzarlos. Para ello, hay que analizar en profundidad el negocio, identificando las fuentes generadoras de ingresos, los gastos asociados a las diferentes actividades y los procesos necesarios para el desarrollo de la actividad empresarial.
· Flexibilidad del presupuesto
· El presupuesto no debe ser una herramienta rígida e inalterable. Se debe estudiar la evolución de cada una de las partidas de tu presupuesto a lo largo del tiempo y actuar sobre las desviaciones. En el caso de estas sean significativas, tanto positivas como negativas, hay que reformular los presupuestos.
· En un entorno inflacionista como el actual esto es fundamental, ya que los costes de la empresa pueden sufrir importantes variaciones en sus precios que distorsionen el presupuesto.
· De nada servirían los presupuestos si no se define un plan de control y actuación sobre las desviaciones.
· Englóbalo dentro del plan estratégico
· Sin la implicación de la dirección de la empresa, el presupuesto estaría muerto antes de nacer. Por ello, se debe englobar dentro del marco de un plan estratégico.
· El presupuesto debe integrar a las diferentes áreas, secciones o departamentos que tenga la empresa, de forma que les facilite  una herramienta para la evolución del grado de cumplimiento de sus objetivos.
· Estos objetivos deben ser definidos y consensuados por la dirección de la empresa, que velará por su cumplimiento.