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INTESTINOS 193 anastomosadas la supra con las subyacentes. Desembocan en la vena central del lobulillo y originan la vena supralobulillar que sale por el vértice del mismo. (Fig. 175.) La red capilar venosa llena los espacios intertrabeculares llevando así a !a célula hepática los elementos necesarios para su doble función. En primer lugar la produc ción de glicógeno que, bajo forma de glucosa, se vierte en las venas supralobulillares y más tarde, por intermedio de las venas suprahepáticas, es transportado a la vena ca va inferior. En segundo lugar, la secreción biliar, cuyos productos vierten en los canalí culos biliares intratrabeculares que van a desembocar a los conudetos perilobulillares, los cuales, a su vez, se vierten en las conductos interlobulillares, que inician los con ductos biliares iutrahepático3. Vasos y nervios del hígado. El hígado recibe sangre para su nutrición por medio de la arteria hepática, rama del tronco celíaco, que llega a la glándula por el surco trans verso, correspondiente al hilio del hígado. Penetra al hígado en las vainas que forman la enas portan acc> ■ n e n to corone ̂ f ajf lili ‘1 Vesícula biliar F i g . 1 7 7 . V E N A S PORTAS ACCESORIAS. cápsula de Glisson y emite en su trayecto intrahepático numerosas ramas destinadas a los conductos biliares, y vasa vasorum para ías paredes de las ramas de la porta y de las ve nas suprahepáticas. Se introduce después en los lobulillos hepáticos, donde acompaña a las ramificaciones de la vena porta. El hígado recibe además, para su circulación funcional, sangre de la vena porta, la cual, al llegar al hilio del hígado, se divide en dos ramas, derecha e izquierda, siendo más gruesa y más corta la primera que la segunda y ambas profundamente situadas en el surco transverso. Penetran a la glándula envueltas por las vainas fibrosas dependientes de la cápsula de Oliscón y terminan en los espacios de Kiernan, donde constituyen las venas interlobulillares. Pe éstas, emanan las ramitas venosas que de la periferia al centro atraviesan los lobulillos, formando las redes intralobulillares. El hígado recibe además otras venas, cuyo comportamiento es idéntico al de la vena porta, y se llaman venas portas accesorias; son las siguientes: el grupo gastrohepático, si tuado en el epiplón menor; el grupo cístico, colocado entre el hígado y la vesícula biliar; el grupo diafragmático, procedente de la cara inferior del diafragma y contenido en el li gamento suspensor, y el grupo paraumbilicál, procedente de la pared anterior del abdomen que aborda al hígado siguiendo el cordón fibroso de la vena umbilical. (Fig. 177.) Las venas que recogen la sangre arterial y porta del hígado, comienzan en las venas intralobulillares por las venas supralobulillares que desembocan en las venas suprahepáti- Anatom ía R u m a n a , I I I 2 5 -2 9 .
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