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Anatomía y fisiología del cuerpo humano56 2: el haz espinotectal, y 3: el haz paleoespinotalámico o espi- norreticular, responsables del dolor lento y de la temperatura. Estos dos últimos se originan en los axones de las neuronas de las capa II, III, IV y V y son fibras amielínicas, de baja velocidad de conducción. Tercera neurona: su localización es diferente para cada uno de los tractos del sistema anterolateral: 1. Los axones que componen el haz neoespinotalámico ha- cen sinapsis con neuronas del tálamo: en los núcleos an- teroposterior y anteroinferior (dolor localizado) y en los núcleos posteriores (dolor no localizado). El axón de la tercera neurona se proyecta hacia la corteza cerebral so- matosensorial primaria (circunvolución poscentral) y se- cundaria. 2. Los axones del haz espinotectal hacen sinapsis con neu- ronas que se encuentran en el tronco del encéfalo (en los tubérculos cuadrigéminos), no llegan al tálamo, y la tercera neurona se proyecta a centros vegetativos del hipotálamo (en cierto modo, este haz es responsable de gran parte de las reacciones vegetativas que acompañan al dolor: taqui- cardia, sudación, vasodilatación, etc.). 3. Los del haz paleoespinotalámico dejan ramas para la for- mación reticular (acúmulos poco definidos y dispersos de neuronas a lo largo del tronco encefálico cuyos axones conectan las vías descendentes y ascendentes con diversos núcleos y centros del SNC, de cuyo aspecto de «red» le viene su nombre), para centros del sistema límbico (pro- bablemente responsable de las reacciones emocionales que acompañan al dolor) y termina haciendo sinapsis con la tercera neurona en los núcleos intralaminares del tálamo. Los axones de estos núcleos se proyectan difusamente a toda la corteza cerebral, principalmente a la frontal, por el sistema de fibras llamado sistema tálamo-cortical difuso. 6.2.5. Fisiología del dolor El dolor es una sensación de difícil definición puesto que se ma- nifiesta de muchas formas (rápido, lento, localizado, difuso…) y produce tantas reacciones distintas como personas lo sufren: un dolor por una misma causa puede ser horrible para unas y tole- rable para otras; a unas les produce diversas reacciones, mientras que a otras les resulta indiferente. Esa plasticidad depende no sólo de los mecanismos nerviosos que desencadena el dolor, sino hasta de la educación y formación cultural del individuo. Entre los mecanismos nerviosos que pone en marcha el do- lor, los hay que modulan la transmisión en las vías que se han estudiado anteriormente y los que modifican la reacción del or- ganismo ante el dolor, algunos de los cuales pueden tener carácter voluntario. Por otra parte, el dolor puede desencadenar automáti- camente mecanismos que lo mitigan o, incluso, que lo suprimen (analgesia). Los receptores de dolor son terminaciones nerviosas libres de fibras mielínicas finas (dolor agudo, punzante, rápido) y de fibras amielínicas (dolor lento, difuso, ardiente de larga duración). El estímulo adecuado para estos receptores es la presión mecánica fuerte o el calor intenso (fibras mielínicas) o un intermediario químico, ya sea externo (soluciones ácidas) o interno, liberado por daño tisular (histamina, bradiquinina, serotonina, acetilcolina, iones potasio, etc.). Parece ser que la producción de estos inter- mediarios está mediada por la acción de las prostaglandinas en el tejido dañado. Una vez activada la neurona sensorial, ésta activa a la segunda neurona por medio de la liberación de un neurotransmisor (pro- bablemente sustancia P —un péptido de 11 aminoácidos—) que se encuentra tanto en el soma como en las terminaciones de la neurona sensorial. La persistencia del dolor puede resultar perjudicial para el organismo. Por tal motivo, a pesar de que la causa del dolor con- tinúe, es de experiencia común que, rápida o lentamente, el dolor desaparece o se alivia. Asimismo, es de experiencia común que la estimulación táctil alrededor de una zona dolorida produce un alivio instantáneo del dolor, aunque este reaparezca después de la estimulación. Diversas teorías han tratado de explicar estos he- chos. Últimamente se piensa que estos mecanismos de control del dolor tienen su origen en el SNC, en coordinación con los mecanismos periféricos: de algún modo, desconocido hasta ahora, la información dolorosa activaría mecanismos centrales para la analgesia: la estimulación eléctrica de materia gris que rodea al III y IV ventrículos cerebrales produce analgesia profunda. Se ha po- dido averiguar que este efecto es específicamente antinociceptivo, pues no afecta a otras modalidades sensoriales y se circunscribe a campos periféricos determinados. El mecanismo de producción parece que tiene lugar por la inhibición selectiva de las aferencias del asta posterior de la médula espinal. El neurotransmisor de las vías inhibitorias descendentes es la serotonina y la analgesia está en relación con los opiáceos endógenos (sustancias producidas en el organismo que tienen una acción semejante a la del opio o sus derivados —morfina—): si se administra un bloqueante de la acción de la morfina, la analgesia descrita anteriormente no se produce. 6.2.6. La sensibilidad de la cara: el sistema trigeminal Como se ha dicho previamente, la sensibilidad de la cara y parte de la cabeza no va por un nervio espinal, sino por uno craneal: el V par o nervio trigémino. Por este motivo la distribución anató- mica de las vías del sistema trigeminal, hasta la tercera neurona, es distinta, puesto que no tiene que atravesar los cordones de la médula espinal. Sin embargo, la fisiología de los distintos núcleos trigeminales es exactamente la misma que la de los núcleos de la columna dorsal y los sitios de terminación de la segunda neurona del sistema anterolateral. La primera neurona de la vía del sistema trigeminal, que lleva la sensibilidad al tacto discriminativo (equivalente al sistema de la columna dorsal-lemnisco medial) está en el ganglio semilunar (que equivale a un ganglio raquídeo), el axón de la cual hace si- napsis con la segunda neurona en el núcleo del trigémino ipsilate- ral que se encuentra en la protuberancia (equivalente a los núcleos de la comuna dorsal). El axón de esta segunda neurona se integra en el lemnisco medial y desde ahí al núcleo anteroposteromedial del tálamo contralateral y a la corteza sensorial primaria. La primera neurona de la vía trigeminal que lleva la sensa- ción de dolor y temperatura también se encuentra en el ganglio semilunar y hace sinapsis con la segunda neurona en el llamado https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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