Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Figura 36.1. Paragonimus westermani adulto. 10 mm x 5 mm. Paragonimus westermani (Kerbert 1878) Paragonimus kellicotti (Ward 1908) Hay más de 40 especies en el género Par- agonimus, pero sólo nueve son responsables de la mayoría de los casos en los seres huma- nos; P. westermani, P. africanus, P. heterotre- mus, P. kellicotti, P. mexicanus, P. siamensis, P. skrjabini, P. miyazakii y P. uterobilatera- lis.1,10 Se estima que 20 millones de personas están infectadas con Paragonimus spp. El tré- matodo más comúnmente reportado en este género como causar de enfermedad humana es el Paragonimus westermani. Mientras que la mayoría de los miembros de este género tienen una distribución relativamente restringida, el Paragonimus westermani se encuentra ampliamente en todo el mundo.11 P. westermani se presentará como el organ- ismo modelo para los tremátodos del pulmón transmitidos por alimentos, afectando los seres humanos, aunque el P. kellicotti, que es indígena de los Estados Unidos, y algunas otras especies de paragonimus serán mencio- nados específicamente.12,14 Aunque hermafrodita, la mayoría de Par- agonimus spp. no se autofertiliza. La para- gonimiasis ocurre en Japón, China, Corea, Vietnam, Tailandia, Camboya, India, Micro- nesia, Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Fili- pinas.15.17 El P. westermani infecta una amplia gama de huéspedes de reservorio, incluyendo zorros, gatos de algalia, tigres, leopardos, panteras, mangostas, lobos, cerdos, perros y gatos. Emplea a numerosos crustáceos como huéspedes intermedios y eso es lo que explica su distribución global.11 El género Paragonimus es diverso.5,18 Varias otras especies infectan rutinariamente a los seres humanos: P. skrjabini y P. miyaza- kii en Japón, P. africanus en Camerún, P. uter- obilateralis en Liberia y Nigeria, y P. mexica- nus y P. ecuadoriensis en América Latina.5 El P. kellicoti, un tremátodo pulmonar de visón y zarigüeya en los Estados Unidos, también ha causado infección en los seres humanos.12 Información histórica Coenraad Kerbert describió en 1878 el gusano adulto que aisló en la autopsia de un tigre de Bengala.19 En 1916, Koan Nakagawa identificó al cangrejo de agua dulce como el huésped intermedio en la transmisión de P. westermani.20 En 1915, Sadamu Yokogawa descifró la ruta correcta de migración del tremátodo de adulto inmaduro en el huésped mamífero.21 En 1880, un año después que el primer caso humano se describiera en un individuo que vivía en Taiwán, Erwin von Baelz y Patrick Manson informaron sobre la mayoría de las características clínicas de la enfermedad, y también identificaron huevos de P. westermani en el esputo de pacientes con hemoptisis.22,23 En 1899, Max Braun esta- Parasitic Diseases 6th Ed. Parasites Without Borders wwww.parasiteswithoutborders.com Figura 36.3. Sección histológica de P. westermani adulto en el pulmón. Figura 36.4. Huevo de P. westermani. 110 mm x 60 mm. bleció el género Paragonimus, con el nombre derivado de las palabras griegas “para” (en el lado de) y gonimos “(genitales) .24 Ciclo de vida El adulto de P. westermani es grande, midi- endo 10-12 mm de largo y 5-7 mm de ancho (Fig. 36.1). Induce una cápsula fibrótica de tejido en la periferia del pulmón y vive allí, generalmente en compañía de 2 o más gusa- nos. Más de 50 especies de crustáceos son capaces de soportar la siguiente etapa del ciclo de vida con los cangrejos de agua dulce (por ejemplo, Eriocheir spp., Potamon spp., Potamiscus spp.) como los huéspedes inter- medios más comunes en la mayor parte del Lejano Oriente. En muchos países asiáti- cos, los cangrejos se comen crudos o poco cocidos. En los EE.UU., la infección por P. kelicotti resulta de comer crudos cangrejo de río.25 La infección comienza por la ingestión de las metacercarias (Fig. 36.2), que desenquista en el intestino delgado.13 Las Metacercarias penetran en la cavidad abdominal, y en pocos días, se desarrollan a los tremátodos inmadu- ros. Los gusanos migran a los pulmones al penetrar el diafragma y maduran a adultos reproductivos dentro de las 8-12 semanas (Fig. 36.3). Los gusanos también se locali- zan en sitios aberrantes, incluyendo cerebro, hígado, intestinos, músculos, piel y testículos. En estos sitios, el paso de los huevos al ambi- ente externo no es posible. El par de adultos usualmente se fertili- zan mutuamente. Existen formas diploides y triploides del adulto P. westermani.18 La forma triploide produce óvulos a través de la partenogénesis. La producción de huevos comienza aproximadamente 30 días después de la ingestión de las metacercarias. Los huevos (Fig. 36.4) pasan fecundados, pero no embrionados, en el tejido circundante. Final- Figura 36.2. Metacercaria de P. westermani. 34 mm. mente, llegan a los bronquiolos y se incluyen en el esputo que también contiene sangre y restos de las lesiones necróticas creadas por los adultos. Debido a que parte del esputo se traga, los huevos se pueden recuperar en las heces, así como en el esputo. Los huevos deben alcanzar el agua dulce para embri- onar. La miracidium se desarrolla durante un período de 3 semanas, después de lo cual se eclosiona y busca su huésped de caracol intermedio (por ejemplo, Melania spp., Semi- sulcospira spp., y Thiara spp.). En contraste con otros tremátodos como Schistosoma spp., Paragonimus spp. son capaces de madurar en una gran variedad de especies de caracoles.13 Paragonimus spp. se desarrollan a través de las etapas de esporocistos y redias en cercar- ias, que luego salen del caracol y se enquistan sobre y dentro de huéspedes intermedios de crustáceos. En el caso del cangrejo, las meta- cercarias infectan todos los órganos. Patogenia Celular y Molecular Los gusanos inmaduros de P. wester- mani no causan enfermedad clínica, ni en su camino desde el intestino delgado hasta la cavidad abdominal, ni durante la última etapa de su viaje al tejido pulmonar, excepto en el caso de una infección intensa.26,29 En contraste, los gusanos maduros adultos en el pulmón forman quistes que finalmente se comunican con los bronquiolos.24 Las formas triploides del parásito se consideran más pató- genas que las formas diploides. Las formas diploides son más pequeñas y forman quistes sólo si encuentran compañeros sexuales.24 Las respuestas inflamatorias a los quistes de paragonimus se caracterizan por una variedad de células, pero predominan los eosinófilos. Los cristales de Charcot-Leyden se pueden encontrar con frecuencia en el esputo de indi- viduos infectados. Los anticuerpos IgG e IgE específicos se producen a lo largo de la infec- ción, pero parecen no tener función protec- tora.30 Varias etapas de P. westermani secre- tan cisteína proteasas que escinden molécu- las de IgG, y el gusano puede emplear esta estrategia para evitar daño inmunológico por parte del huésped.31 Las infecciones duran algo más de un año, después de lo cual los gusanos adultos mueren y se calcifican. Las etapas larvarias de varias especies zoonóticas de paragonimus como P. skrjabini y P. miyazakii pueden causar un daño extenso a los tejidos a medida que emigran a través de las vísceras.24 Enfermedad Clínica Las manifestaciones clínicas de la para- gonimiasis incluyen infección temprana aguda y enfermedad tardía o crónica. La infec- ción temprana ocurre entre el momento de la ingestión de metacercarias infecciosas, y dura hasta que los tremátodos maduran en adultos productores de huevos. Durante esta etapa de la infección algunos pacientes pueden per- manecer asintomáticos, mientras que otros presentan diarrea, fiebre, dolor torácico, fatiga, urticaria, dolor epigástrico y eosino- filia.26,29 Los pacientes pueden desarrollar tos con esputo con sangre, disnea, aumento de leucocitosis, eosinofilia e infiltrados pulmo- nares transitorios. En algunas situaciones los pacientes pueden presentar manifestaciones cutáneas, observando hinchazones subcu- táneas indoloras que son migratorias.32Estos nódulos subcutáneos contienen tremátodos.24 Los tremátodos pulmonares maduros des- encadenan la infección en etapa avanzada. La tos y la hemoptisis recurrente son las características clínicas más comunes.33,34 Los pacientes también pueden presentar dolor torácico, disnea, fiebre o escalofríos.13 Dependiendo de la gravedad de la infección y de la frecuencia de superinfecciones bac- terianas, puede haber neumotórax y derrame pleural, con las consecuentes adherencias pleurales. Un resultado clínico a menudo fatal resulta de la paragonimiasis extrapulmonar. Los tremátodos inmaduros pueden emigrar a una serie de tejidos, incluyendo el cerebro. Se cree que la paragonimiasis cerebral es rara, se estima que ocurre en menos del 1% de los individuos sintomáticos infectados con P. westermani, pero se asocia con una tasa de mortalidad significativamente mayor que la enfermedad pulmonar.35 La paragonimiasis cerebral puede ser más común con otras Par- agonimiasis spp. tales como P. kelli-Cotti.36,37 Diagnóstico La modalidad diagnóstica depende de la etapa de la enfermedad. La enfermedad en estadio tardío se diagnostica mediante la identificación microscópica de los huevos en el esputo, el líquido de lavado broncoalveolar y, más raramente, en las heces.38,39 Un número de casos de infecciones pulmonares bacilares negativas ácido-rápidas se deben a la para- gonimiasis. Una característica distintiva es la presencia de cristales de Charcot-Leyden en histopatología.40 Los huevos pueden ser visualizados microscópicamente usando pre- paraciones húmedas. Durante muchos años, la tinción ácido-rápida de especímenes de esputo destruyó los huevos del paragonimus. Este problema ha sido superado usando la tin- ción moderna de Ziehl-Neelsen y el uso de un microscopio 10x en lugar del estándar 100x empleado en el diagnóstico de infecciones micobacteiales.38,39 Si el esputo u otros fluidos corporales, como el LCR o el líquido pleural, son negati- vos para los huevos en muestras repetidas, se pueden obtener pruebas indirectas de la infec- ción mediante pruebas serológicas, como ELISA y Western blot.41,43 Estas pruebas son particularmente útiles en la fase temprana de la enfermedad, así como en la enfermedad extrapulmonar. Las pruebas de inmunotrans- ferencia están disponibles en los CDC y las pruebas ELISA están disponibles en labora- torios comerciales.13,27 La serología también se utiliza en el diagnóstico de la infección por P. kellicotti en los Estados Unidos.25 Se han desarrollado pruebas de detección de antíge- nos, pero no se usan rutinariamente en la prác- tica clínica.44 Se están desarrollando pruebas moleculares que utilizan pruebas de amplifi- cación de ácidos nucleicos (NAAT) que per- miten la identificación de especies.45 También hay una prueba intradérmica simple y rápida, realizada inyectando antígeno de paragoni- mus diluido en la piel.24 Más de 2 millones de personas han sido examinadas con este test de piel en China, con una tasa de positividad global del 20%.24 Tanto los ensayos serológi- cos como intradérmicos indican exposición actual o pasada a la infección. Las pruebas de imagen como la tomografía computarizada (TC) y la tomografía por emis- ión de fluorodeoxiglucosa-positrón (FDG- PET) pueden ayudar con el diagnóstico, pero no son definitivas.46,48 En muchos casos, las vías migratorias entre la pleura y el parén- quima pulmonar como resultado de la inva- sión de helmintos puede ser visualizada.49 El diagnóstico clínico depende de la sospecha de paragonimiasis en cualquier paciente de una zona endémica que tenga la enfermedad pulmonar característica. La paragonimiasis pulmonar debe distinguirse de la bronquiec- tasia crónica, el absceso pulmonar por otras causas y la tuberculosis.16,50 La paragonimia- sis cerebral debe distinguirse de los tumores cerebrales y las lesiones causadas por otros helmintos (por ejemplo, tenias juveniles y Fasciola hepática). Los nódulos subcutá- neos de P. skrjabini deben ser diferenciados de otras formas de larva migrans cutánea y gnatostomiasis.24 Tratamiento La droga de elección contra Paragoni- mus spp. es el praziquantel, mientras que el triclabendazol es un fármaco alternativo con eficacia similar.24,50,54 Otro régimen que se ha utilizado es múltiples rondas de praziquantel alternando con albendazol.55 Las complica- haute cuisine. El tratamiento de los individuos infectados, los cambios en el saneamiento y los cambios de comportamiento en la manipu- lación y cocción de los huéspedes crustáceos intermedios tienen un papel que desempeñar en el control de la paragonimiasis. En algunas regiones endémicas del mundo, con la qui- mioterapia de masas se ha intentado reducir las tasas de prevalencia.57,60 Hervir el huésped invertebrado durante varios minutos hasta que la carne haya cuajado y saltear y salar los can- grejos u otros crustáceos opacos puede matar a las metacercarias. El marinado no mata con seguridad estas etapas infecciosas. 1. Iwagami, M.; Rajapakse, R. P.; Paranagama, W.; Okada, T.; Kano, S.; Agatsuma, T., Ancient divergence of Paragonimus westermani in Sri Lanka. Parasitol Res 2008, 102 (5), 845-52. 2. Iwagami, M.; Rajapakse, R. P.; Yatawara, L.; Kano, S.; Agatsuma, T., The first intermediate host of Paragonimus westermani in Sri Lanka. Acta Trop 2009, 109 (1), 27-9. 3. Iwagami, M.; Rajapakse, R. P.; Paranagama, W.; Agatsuma, T., Identities of two Paragonimus species from Sri Lanka inferred from molecular sequences. J Helminthol 2003, 77 (3), 239-45. 4. Iwagami, M.; Ho, L. Y.; Su, K.; Lai, P. F.; Fukushima, M.; Nakano, M.; Blair, D.; Kawashima, K.; Agatsuma, T., Molecular phylogeographic studies on Paragonimus westermani in Asia. J Helminthol 2000, 74 (4), 315-22. 5. Iwagami, M.; Monroy, C.; Rosas, M. A.; Pinto, M. R.; Guevara, A. G.; Vieira, J. C.; Agatsuma, Y.; Agatsuma, T., A molecular phylogeographic study based on DNA sequences from individual metacercariae of Paragonimus mexicanus from Guatemala and Ecuador. Journal of helminthology 2003, 77 (1), 33-8. 6. Iwagami, M.; Monroy, C.; Rosas, M. A.; Pinto, M. R.; Guevara, A. G.; Vieira, J. C.; Agatsuma, Y.; Agatsuma, T., A molecular phylogeographic study based on DNA sequences from individual metacercariae of Paragonimus mexicanus from Guatemala and Ecuador. J Helminthol 2003, 77 (1), 33-8. 7. Agatsuma, T.; Iwagami, M.; Sato, Y.; Iwashita, J.; Hong, S. J.; Kang, S. Y.; Ho, L. Y.; Su, K. E.; Kawashima, K.; Abe, T., The origin of the triploid in Paragonimus westermani on the basis of variable regions in the mitochondrial DNA. J Helminthol 2003, 77 (4), 279-85. 8. Blair, D.; Chang, Z.; Chen, M.; Cui, A.; Wu, B.; Agatsuma, T.; Iwagami, M.; Corlis, D.; Fu, C.; Zhan, X., Paragonimus skrjabini Chen, 1959 (Digenea: Paragonimidae) and related species in eastern Asia: a combined molecular and morphological approach to identification and taxonomy. Syst Parasitol 2005, 60 (1), 1-21. 9. Doanh, P. N.; Horii, Y.; Nawa, Y., Paragonimus and paragonimiasis in Vietnam: an update. Korean J Parasitol 2013, 51 (6), 621-7. 10. Chai, J. Y., Paragonimiasis. Handb Clin Neurol 2013, 114, 283-96. 11. Furst, T.; Keiser, J.; Utzinger, J., Global burden of human food-borne trematodiasis: a systematic review and meta-analysis. Lancet Infect Dis 2012, 12 (3), 210-21. 12. Mariano, E. G.; Borja, S. R.; Vruno, M. J., A human infection with Paragonimus kellicotti (lung fluke) in the United States. American journal of clinical pathology 1986, 86 (5), 685-7. 13. Procop, G. W., North American paragonimiasis (Caused by Paragonimus kellicotti) in the context of global paragonimiasis. Clin Microbiol Rev 2009, 22 (3), 415-46. 14. Diaz, J. H., Paragonimiasis acquired in the United States: native and nonnative species. Clin ciones de los derrames pleurales y la fibro- sis subsiguiente pueden requerir tratamiento quirúrgico.13 Prevención y control Debido a los numerosos hábitos alimenti- cios culturales que favorecen la adquisición de este parásito, elcontrol de la infección por paragonimus es difícil y, por lo tanto, requeriría un enfoque integral.56 Por ejem- plo, el plato llamado “cangrejo peludo bor- racho” se come tradicionalmente vivo, y en la moderna ciudad de Shanghái, es considerado References
Compartir