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Figura 20.1. Strongyloides stercoralis adulto libre. Esta etapa se produce sólo en el suelo. 600 mm. Strongyloides stercoralis (Bavay 1876) Introducción Strongyloides stercoralis es un nemátodo parásito con una distribución mundial, y es particularmente prevalente en regiones tropi- cales y subtropicales, así como en climas templados. En África subsahariana, Asia sudoriental (por ejemplo, Camboya), partes del Caribe y de América del Sur, las tasas de prevalencia en muchas áreas son superiores al 20% .1 En América del Norte, se presenta con frecuencia entre los inmigrantes, en partes de los Apalaches y en pacientes en centros de cuidado de larga duración.2,4 Debido a la difi- cultad de establecer un diagnóstico definitivo y porque el parásito puede causar infecciones asintomáticas de larga duración, se desconoce la verdadera prevalencia global de la estron- giloidiasis humana. Las estimaciones indican que puede haber hasta 100 millones de casos anuales.2,5 Los huéspedes del reservorio desempeñan un papel importante en la biología de este nemátodo, con perros y primates no huma- nos capaces de albergar los strongiloides.6 Ha habido numerosos brotes de estrongiloidiasis entre los manipuladores de animales.7 El S. stercoralis también puede reproducirse como un nemátodo libre en el suelo. En este caso, la larva L3 de esa fase conserva su capacidad para infectar huéspedes mamíferos. Esto cali- fica al S. stercoralis como una de las infeccio- nes de namátodos más adaptables al medio ambiente de los seres humanos. Una segunda forma de estrongiloidiasis humana, causada por el S. fuelleborni kellyi, ha sido descrita en lactantes que viven en Papúa, Nueva Guinea y en África subsaha- riana.8,9 Los niños con esta infección pueden desarrollar un síndrome clínico especial lla- mado síndrome del vientre hinchado (SBS).10 Esta condición se asocia con una alta tasa de mortalidad. En algunas aldeas rurales, la prevalencia de S. fuelleborni puede alcanzar casi el 100% durante los primeros años de vida, luego disminuye en niños mayores y en adultos.11 Información histórica La infección clínica con Strongyloides stercoralis fue descrita por primera vez por Arthur Bavay y Louis Normand en 1876, mientras trabajaban juntos en Tolón, Fran- cia.12,13 Sus pacientes eran el personal del ejército francés, recién llegados de Cochin, Indochina (Vietnam moderno del sur); de allí el nombre para la enteritis strongyloidal, “diarrea de Cochinchina”. Bavay recuperó numerosas larvas de una especie de nemátodo que no había sido previamente descrita en las heces de estos pacientes y la llamó Anguillula stercoralis. Max Askanazy describió la patología de la estrongiloidiasis, y el ciclo de vida fue informado por Friedrich Fuelleborn.15,16 Fuelleborn realizó experimentos en perros y Parasitic Diseases 6th Ed. Parasites Without Borders wwww.parasiteswithoutborders.com Figura 20.3. L2 larva de S. stercoralis. 580 mm x 15 mm aprendió que las larvas infecciosas penetran en la piel sana. En 1928, Masao Nishigoii describió la autoinfección con S. stercoralis y también demostró que los perros infectados presentaron estreñimiento, con subnitrato de morfina y bismuto pasaron larvas L3 infec- ciosas, en lugar de larvas L2 no infecciosas.17 Además, señaló que el número de larvas pas- adas por estos animales aumentó, siempre y cuando el estreñimiento se mantuviera. Estos estudios precedieron a la descripción clínica de la autoinfección que ahora se sabe que también ocurre en los seres humanos. Ciclo de vida El Strongyloides stercoralis existe tanto como vida libre (Fig. 20.1) como un nemátodo parásito (Fig. 20.2a). La hembra adulta parásita tiene aproximadamente 2 mm de largo y 35 μm de ancho. El gusano parásito vive incrustado dentro de una hilera de célu- las epiteliales columnares en el intestino del- gado (figura 20.2b), usualmente en la región del duodeno y del yeyuno proximal. Los gusanos adultos pueden vivir hasta 5 años. La reproducción es por partenogénesis durante esta parte del ciclo de vida, con la liberación de los huevos en la lámina propia.18 Los huevos fecundados eclosionan rápida- mente en larvas L1, que emergen en el lumen del intestino delgado. Las larvas se dirigen al colon donde se mueven de una vez, convirtié- ndose en larvas L2 (rabditiformes) que luego pueden depositarse en el suelo con las heces. Alternativamente, pueden cambiarse en larvas L3 (filariformes) mientras permanecen dentro del lumen del colon, penetran en la mucosa y entran en la circulación directamente o a través de la piel perianal. Este proceso se conoce como autoinfección.19 Las larvas de la fase L2 de vida libre requieren suelo cálido, húmedo, arenoso o fértil para la siguiente fase de desarrollo del ciclo. En el suelo adecuado, y bajo condiciones ambientales óptimas, se desarrollan los gusanos adultos libres. Esto ocurre en cuatro mudas sucesivas. En con- traste con la porción partenogénica del ciclo de vida en el huésped mamífero, las lombrices adultas de ambos sexos se encuentran durante la fase de vida libre en el suelo.18 Se aparean y la hembra produce huevos embrionados que se incuban y se desarrollan en larvas L2 (Fig. 20.3) que pueden madurar en adultos, contin- Figura 20.2b. Intestino delgado con numerosas secciones de una S. stercoralis femenina parásita. Figura 20.2a. Hembra parásita de S. stercoralis. 2,5 mm x 35 mm. Cortesía de L. Ash y T. Orihel. uar el ciclo de vida libre o muda para conver- tirse en larvas L3. La larva L3 puede infectar a los seres humanos y otros huéspedes sus- ceptibles. Cuando las condiciones se vuelven desfavorables para la continuación de la fase de vida libre (por ejemplo, falta de nutrición, baja humedad), más larvas de L2 se transfor- man en el estadio L3 infeccioso20 que puede permanecer en el suelo durante varios días. Cuando las larvas L3 encuentran un huésped adecuado, penetran en la piel (Fig. 20.4.) y comienzan la fase parásita de la infec- ción. Las larvas L3 también pueden “nadar” en ambientes acuáticos, dándoles una mayor autonomía para encontrar un huésped, en comparación con larvas de anquilostoma L3, que no pueden hacerlo. Si las larvas L3 no localizan un huésped dentro de 3 días, gastan todo su glucógeno almacenado y mueren. Fase Parasitaria (Ciclo de Vida Homogónico) La larva L3 entra en el huésped a través de la piel, un proceso facilitado por la liberación de una proteasa del parásito.21 Al entrar en el huésped, la lombriz inmadura entra probable- mente en una vénula y/o vaso linfático antes de ser llevado a través de la circulación afer- ente al corazón derecho, la arteria pulmonar y los capilares pulmonares. La larva se rompe en el espacio alveolar, se arrastra activamente por el árbol respiratorio, pasa a través de la tráquea hacia la faringe, cruza la epiglotis y es tragada. El S. stercoralis puede no siempre migrar a través de los pulmones para llegar al tracto intestinal.22 La larva experimenta una muda final en el intestino delgado y se con- vierte en la partenogénica parásita femenina. La producción de huevos comienza dentro de 25-30 días después de la infección inicial. Autoinfección, hiperinfección e infec- ción diseminada En algunos pacientes, las larvas de L2 se desarrollan dentro del colon hasta el estado infeccioso L3.23 Las larvas infecciosas pueden volver a entrar en la circulación antes de emi- grar a través de los pulmones y tragarse. Este proceso se conoce como autoinfección, y permite que el parásito permanezca dentro del mismo huésped durante muchos años. Se cree que los niveles bajos de autoinfección son comunes y pueden ocurrir durante una infección primaria.24 En los pacientes débiles, desnutridos o inmunocomprometidos, la autoinfección puede amplificarse, dando lugar a una hiperinfección caracterizada por un gran aumento en la carga de lombrices. El S. stercoralis es uno de los pocos nemátodos parasitariosque infectan a los seres huma- nos que pueden aumentar su número dentro del mismo individuo (el otro es el Capillaria philippinensis (ver Fig. 26.1)). La hiperin- fección también puede conducir a infección diseminada, caracterizada por la presencia de varias etapas de larvas en sitios ectópicos, incluyendo el sistema nervioso central. Transmisión Vertical El modo de transmisión de la infección Figura 20.4. Larva filariforme (L3) (flecha) de S. stercoralis en la capa cutánea de la piel. por S. fuelleborni que conduce al síndrome del vientre hinchado es desconocido, aunque la alta incidencia de este parásito en los lac- tantes ha llevado a la especulación de que se transmite a través de la leche materna. En apoyo de esta hipótesis, larvas de S. fuel- leborni se han detectado en las secreciones mamarias.25 Patogenia Celular y Molecular Las hembras parásitas no inducen esencial- mente daño alguno a la mucosa del intestino delgado, pero provocan inflamación local. En algunos estudios experimentales, la función de las células T parece ser necesaria para el desarrollo de resistencia a la infección de los strongilóides, y puede reflejar la misma cas- cada inmunológica producida por mechones de células en el intestino delgado.20,26 Se ha propuesto el deterioro de la función de las células T como la base por la cual los subcon- juntos de individuos infectados no regulan el número de lombrices en su intestino del- gado, desarrollando la hiperinfección de los strongilóidos y la infección diseminada. Esto es evidente en pacientes con inmunosupre- sión debida a malignidad, infección por virus linfotrópico de tipo 1 (HTLV-1), alcoholismo, desnutrición, corticosteroides y citotóxi- cos.19,27,30 A pesar de algunos informes de estrongiloides diseminados en pacientes con VIH/SIDA, no se ha observado la incidencia significativamente mayor de lo esperado de hiperinfección y de infecciones difusas de estrongiloides en pacientes infectados por el VIH.31,33 La especulación se centra en el hecho que la hiperinfección se produce como respuesta a niveles elevados de esteroides en los pacientes en riesgo para estas condi- ciones.31,32 El efecto de los esteroides puede estar mediado por su capacidad de suprimir la eosinofilia, interferir con la activación de los linfocitos o tener un impacto directo en las larvas parasitarias que acelera su maduración en las larvas L3 invasivas mientras permane- cen dentro del colon del paciente infectado.20 Existe una asociación entre la infección por el HTLV-1 y la estrongiloidiasis.20 Esto se ha observado en las islas de Okinawa y Jamaica.34,36 La base de esta asociación es desconocida, aunque se sugiere que los paci- entes con HTLV-1 pueden tener déficits selec- tivos de anticuerpos específicos de parásitos, incluyendo la IgE y la tolerancia inducida de células T para los strongilóidos debido al tro- pismo HTLV-1 para las células T regulado- ras.36,37 La estrongiloidiasis aguda también se ha descrito en un paciente con deficiencia de IgA, pero una relación causal entre deficien- cia de IgA y strongyloides no está clara.36 En casos de hiperinfección o infección dis- eminada, las larvas L3 penetrantes a menudo llevan microorganismos entéricos en su tracto intestinal con los que se alimentaron durante su vida como larvas L2. A medida que se desarrollan más, regurgitan estos microbios a través de los tejidos del huésped, con- duciendo a menudo a infección bacteriemia local, seguida por septicemia general.38 Tales secuelas clínicas son frecuentemente mor- tales.39 Enfermedad Clínica Después de la infección de individuos inmunocompetentes puede no haber síntomas prominentes o puede haber una diarrea acuosa, mucosa, cuyo grado varía con la intensidad de la infección. La mayoría de los pacientes infectados no presentan síntomas después de la infección y la eosinofilia periférica puede ser la única evidencia de infección aguda.40,41 Algunos individuos pueden reportar reaccio- nes cutáneas, comúnmente llamadas picor de tierra, debido a la penetración de la piel por las larvas infectantes L3. 42 La erupción del picor de tierra se produce característicamente en los pies. En el aproximadamente 25% de los pacientes sintomáticos se han reportado estados de diarrea y estreñimiento alterna- dos, malestar abdominal, vómitos y dolor epigástrico que empeora con la ingesta de alimentos.40,43 Aunque estos síntomas suelen durar alrededor de seis semanas, algunos individuos pueden presentar síntomas persis- tentes por años.44 Los niños con S. stercoralis pueden desarrollar un síndrome caracterizado por anorexia, caquexia, diarrea crónica, mal- absorción de grasas y de proteínas y disten- sión abdominal. Los bebés con síndrome de vientre hinchado de S. fuelleborni puede pre- sentarse de forma aguda, pero generalmente sin fiebre ni diarrea.8,9 En cambio, estos niños desarrollan ascitis abdominal, como resultado de la pérdida de proteínas, que puede crecer hasta el punto de causar complicaciones res- piratorias. Durante la fase migratoria de la infec- ción, los síntomas pueden parecerse a los descritos para la ascariasis y la anquilosto- miasis (p. Ej., Neumonitis), aunque en aus- encia de infección diseminada, los síntomas pulmonares no suelen ser prominentes. Más comúnmente, la estrongiloidiasis pulmonar se caracteriza por una eosinofilia circulante asintomática.46 La migración de las larvas a través de la piel da lugar a una erupción ser- piginosa, urticaria repentina, una condición conocida como larva currens.47 Se ha obser- vado que las larvas migran a través de la piel tan rápido como 5 -15 cm por hora, dejando rayas pruríticas rojas intensas en el abdomen o en los muslos laterales.43 La strongiloidiasis también puede presentarse con un sarpullido purpúrico petequial (púrpura de la huella dac- tilar parasitaria periumbilical) comúnmente presente en el abdomen anterior o en los muslos laterales.43,48,49 Hiperinfección e Infección Diseminada Los síntomas clínicos son exagerados si la hiperinfección se superpone a una infección ya crónica. La invasión masiva por larvas de Strongiloides debido a la hiperinfección tiene una presentación impresionante como enteri- tis aguda, con diarrea severa y enfermedad ulcerosa del intestino delgado y del intes- tino grueso. Estos pacientes a menudo tienen enterocolitis bacteriana secundaria que puede resultar en un íleo paralítico, y la invasión bacteriana que se traduce en abscesos metas- tásicos y meningitis bacteriana. Durante la infección diseminada, las propias larvas pueden ingresar al sistema nervioso central con el desarrollo de meningitis gramnegativa por patógenos entéricos y, en algunos casos, por abscesos secundarios.50,53 La invasión pulmonar también es exagerada durante la infección diseminada y puede conducir a un cuadro clínico de neumonía, embolia pulmo- nar, hemorragia intrapulmonar o insuficiencia respiratoria aguda.54 Diagnóstico La infección por Strongiloides debe con- siderarse en cualquier paciente con síntomas gastrointestinales inexplicables, con o sin eosinofilia, y una historia de exposición apro- piada.55 La identificación de las larvas en las muestras de heces es el método definitivo de diagnóstico. Debido a que pocos organismos son liberados de forma intermitente en las heces, la sensibilidad de un examen estándar de heces simple es inferior al 50 por ciento, e incluso tan bajo como 30% según algunas estimaciones.2,56,57 Tan solo 50 L2 larva son liberados por día por cada adulto strongil- oides. Compare esta producción reproduc- tiva con la del áscaris, que produce más de Figura 20.5. Larvas de Filariform (L3). H = Anquilostoma y S = Strongiloides. Cortesía de L. Ash y T. Orihel. 200.000 huevos al día. Se recomienda que se disponga de una gran cantidad de heces (por ejemplo, muestras múltiples en varios días), y que todas ellas se procesen mediante un método de sedimentación para concen- trar las larvas,mejorando en gran medida las posibilidades de ver a los organismos en el microscopio (Figuras 20.3, 20.6). Incluso cuando se usan técnicas de sedimentación, generalmente no se detectan infecciones de bajo grado y se debe realizar una búsqueda rigurosa con múltiples exámenes de heces antes que un paciente pueda ser declarado libre de la infección. Las larvas de S. sterco- ralis pueden diferenciarse de las de la anqui- lostomiasis (Fig. 20.5) por dos características. La larva L2 de S. stercoralis tiene una cavidad bucal corta (Fig. 20.6), mientras que la larva L3 tiene una cola dentada (Fig. 20.7). Los laboratorios experimentados en el manejo del organismo pueden mejorar la sensibilidad de sus exámenes de heces mediante el espar- cimiento de una muestra fecal en una placa de agar y detectar las huellas de las bacterias haladas por larvas migratorias. Alternativa- mente, algunos laboratorios pueden ampli- ficar el número de larvas de Strongiloides mezclando las heces con hueso carbonizado e incubando la preparación bajo condiciones que permitan el ciclo de vida heterogónico (coprocultura). 58,59 En los pacientes con hiperinfección o infección diseminada, el rendimiento de la larva de strongiloides puede incrementar al recuperarlos del fluido duodenal.57 Normal- mente esto se hace a través de una endoscopia flexible; la biopsia intestinal es también un complemento útil (Fig. 20.2b). En las infec- ciones diseminadas es posible identificar el parásito en esputo y en el líquido de lavado broncoalveolar.19 Existen diferentes pruebas serológicas, entre las que se incluye ELISA para la inmunoglobulina G (IgG), pero sus sensibilidades y especificidades pueden variar significativamente.60,62 A pesar de sus limitaciones, la prueba serológica es actu- almente el método diagnóstico de elección. Las aproximaciones inmunológicas para detectar anticuerpos específicos del parásito en suero mediante ensayos inmunosorbentes indirectos ligados a enzimas (ELISA) pueden alcanzar una sensibilidad diagnóstica alred- edor del 85%, pero tienen una especificidad inferior principalmente debido a la reactivi- dad cruzada con otros helmintos. Los ensayos de PCR están en desarrollo, incluyendo los ensayos de PCR cuantitativa multiplex para diagnosticar simultáneamente coinfecciones Figura 20.7. Cola con muesca de la larva filariforme de S. stercoralis, la larva de del anquilostoma L3 tiene una cola puntiaguda Figura 20.6. Cavidad bucal (flecha) de la larva rab- ditiforme de S. stercoralis. Compare con la Figura 19.8. como focos de infección humana en las zonas tropicales rurales. El personal al cuidado de los animales en las instituciones de inves- tigación tiene un alto riesgo de adquirir la estrongiloidiasis. Los primates recién llega- dos destinados a ser utilizados en protocolos de investigación se mantienen primero aisla- dos y rutinariamente tratados con ivermectina para prevenir la propagación de este nemátodo parásito. Otros patógenos aún más graves han contagiado este grupo de empleados en años anteriores, como el virus de Marburg y el virus del Ébola. La cuarentena es la mejor manera de asegurarse de que estos patógenos graves no causen epidemias internas, como la ocurrida en Hoechst en Marburg, Alemania en 1967.78 Las instituciones de custodia pueden ser un foco de infección y, en consecuencia, el tam- izaje y el tratamiento de los pacientes pueden prevenir la propagación.79 Los esfuerzos para diagnosticar y escrutar individuos que alber- gan S. stercoralis a veces se llevan a cabo entre pacientes que son candidatos a terapia inmunosupresora. Quienes están infectados y en edad fértil reducirían la transmisión trans- mamaria de S. fuelleborni, aunque muchos de los medicamentos antihelmínticos disponibles están relativamente contraindicados durante el embarazo. En la actualidad, la estrongil- oidiasis no está enfocada a la administración masiva de fármacos, al igual que la ascariasis, la tricuriasis, la anquilostomiasis, la filariasis linfática y la oncocercosis. Dado el uso gener- alizado de albendazol e ivermectina para este propósito, es concebible que la estrongiloi- diasis también esté siendo tratada como una infección parasitaria colateral, o posiblemente podría añadirse como una sexta helmintiasis en un nuevo programa de desparasitación global diseñado.80 parasitarias.63 Tratamiento Mientras que el thiabendazole se adminis- tró en el pasado para las infecciones sin com- plicaciones, la ivermectina tiene menos efec- tos secundarios y lo ha reemplazado como el fármaco de elección.64,68 El albendazol es un fármaco alternativo pero es menos eficaz que la ivermectina.69 Para los pacientes con hiperinfección y enfermedades diseminadas se desconoce el tratamiento ideal, pero generalmente la iver- mectina se extiende entre 5 días y varias sema- nas y a menudo se añade albendazol.64,65,70,72 La eficacia del tratamiento puede moni- torearse basándose en la respuesta del paci- ente y mediando exámenes repetidos de las heces.73 En algunos casos de infección grave, se ha utilizado con éxito en el tratamiento de la estrongiloidiasis diseminada las prepara- ciones parenterales veterinarias de ivermec- tina.74,75 En pacientes con hiperinfección de S. stercoralis también se requiere terapia de soporte intensiva, incluidos agentes antimi- crobianos Como nutrición parenteral para compensar las pérdidas extensas de proteínas y lípidos. La infección por S. fuelleborni se trata con éxito con tiabendazol.76 Prevención y control Los riesgos de contraer la enfermedad pueden reducirse usando zapatos en áreas endémicas77 Los huéspedes del reservorio incluyen perros y primates, especialmente chimpancés. Como se ha mencionado, se ha descrito un pequeño brote de estrongiloi- diasis humana que se originó en perros.7 Sin embargo, es dudoso el papel de los primates References 2. Genta, R. M.; Weesner, R.; Douce, R. W.; Huitger-O’Connor, T.; Walzer, P. D., Strongyloidiasis in US veterans of the Vietnam and other wars. JAMA 1987, 258 (1), 49-52. 3. Russell, E. S.; Gray, E. B.; Marshall, R. E.; Davis, S.; Beaudoin, A.; Handali, S.; McAuliffe, I.; Davis, C.; Woodhall, D., Prevalence of Strongyloides stercoralis antibodies among a rural Appalachian population--Kentucky, 2013. Am J Trop Med Hyg 2014, 91 (5), 1000-1. 4. 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