Logo Studenta

Taenia saginata

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Taenia saginata
(Goeze 1782)
La Taenia saginata pertenece a la orden 
Cyclophyllidea, y es uno de los parásitos 
más grandes que infectan a seres huma-
nos, alcanzando a menudo longitudes que 
se acercan 8-10 m. Como todos las demás 
tenias adultas, vive en el lumen de la mitad 
superior del intestino delgado. No hay hués-
pedes reservorio para T. saginata. Esta tenia 
ocurre dondequiera que existe ganadería, y 
donde las excretas humanas no se eliminan 
correctamente.1,2 Se refiere comúnmente 
como la tenia de la carne de vaca, aunque la 
etapa sexual adulta del parásito vive exclusi-
vamente en seres humanos y debe quizás ser 
más apropiada llamada la “tenia humana”. 
Los focos endémicos incluyen vastas regio-
nes de pastizales subsaharianos en África, 
particularmente en Etiopía, debido a la prác-
tica dietética común de ingerir carne de res 
cruda (kitfo), grandes porciones del norte de 
México, Argentina y, en menor medida, de 
Europa central. Es poco frecuente en los Esta-
dos Unidos, donde la mayoría de los casos 
clínicos se importan.
Una tercera especie, Taenia asiatica, 
infecta a personas en Taiwán, Corea, China, 
Vietnam e Indonesia.3,5 Inicialmente, los 
investigadores consideraron que este organ-
ismo debería considerarse una especie sepa-
rada (T. asiatica) de T. saginata, El huésped 
es porcino no bovino.5,6 Con la introducción 
de herramientas moleculares se hizo evidente 
que la T. asiatica es una tercera especie del 
género Taenia que infecta a los seres huma-
nos.7,8 El espectro clínico completo de la 
enfermedad causada por la T. asiatica no está 
todavía totalmente investigado.
Información histórica
En 1683, Edward Tyson describió varias 
especies de tenias, que se recuperaron de 
perros.9 Tyson es reconocido como la primera 
persona en identificar la cabeza o el escólex 
de estas tenias.10 En 1656, Félix Plater, 
médico suizo, escribió sobre las distinciones 
entre la Taenia spp. y la Diphyllobothrium 
latum (entonces llamada Lumbricus latus).11 
Se atribuye a Nicolás Andry de Boisregard el 
primer informe de T. saginata en 1700, pero 
no reconoció que cada proglótido era una 
unidad separada y no distinguía este gusano 
de otras tenias similares. Johann Goeze fue el 
primero en describir el gusano correctamente, 
en 1782, en un tratado más extenso sobre hel-
mintología, y sugirió que los gusanos adultos 
T. saginata y T. solium eran dos especies dife-
rentes.13 En 1784, Goeze indicó que los hués-
pedes intermedios en el ciclo de vida de las
tenias eran necesarios cuando observó que las
escabelas de tenias en humanos se parecían a
los quistes presentes en los músculos de los
cerdos.14 Carl Von Siebold, en 1850, espec-
uló que los “gusanos de la vejiga” (es decir,Figura 28.1. Un raro filete de res.
Parasitic Diseases 6th Ed. Parasites Without Borders wwww.parasiteswithoutborders.com 
Figura 28.3. T. saginata adulta. Observe la posición 
del escólex (flecha). Cortesía de U. Martin.
los cisticercos) podían convertirse en tenias 
adultas, o que tal vez sólo eran adultos degen-
erados.15 En 1861, Friedrich Kuchenmeister 
alimentó con carne de cerdos que contenían 
cysticerci de la tenia a los presos condena-
dos, y luego recuperó los gusanos adultos 
de los intestinos de estos individuos después 
de su ejecución.16 En 1863, Friedrich Leuck-
art informó sobre experimentos que dem-
ostraron que los proglótides de T. saginata, 
cuando se alimentaban a terneros jóvenes, 
se desarrollaron en cisticercos (metacésto-
dos) en los músculos de los animales.17 En 
1870, John Oliver, demostró que después de 
la ingesta humana de carne contaminada con 
sarampión, los seres humanos desarrollaron 
infecciones de T. saginata adultas y sugirió 
además que la cocción cuidadosa de la carne 
infectada evitaría la infección con la tenia 
adulta.18
Ciclo de vida
La infección comienza cuando el cistic-
erco se ingiere en la carne cruda o poco coci-
nada (Fig. 28.1). El quiste entra en el intes-
tino delgado y la pared del quiste se digiere, 
liberando el gusano dentro. El parásito saca 
entonces su escólex y se adhiere a la pared 
intestinal con la ayuda de cuatro discos de 
succión (Fig. 28.2). Una tenia madura adulta 
(Fig. 28.3) tarda aproximadamente tres meses 
en crecer hasta alcanzar su longitud total. 
Los proglótides en desarrollo (segmentos) se 
extienden hacia abajo del intestino delgado, 
llegando a veces al íleon. Todas las tenias 
adultas se alimentan transportando activa-
mente nutrientes (por ejemplo, azúcares, 
aminoácidos, ácidos nucléicos) a través de su 
superficie tegumentaria, puesto que no tienen 
tracto digestivo. Los segmentos maduran a 
medida que avanzan hacia el extremo termi-
nal del gusano. Los proglótidos terminales, 
gravados con centenares de huevos infec-
ciosos embrionados, pueden separarse de 
la colonia, e incluso pueden emigrar activa-
mente por el ano, donde pueden ser deposita-
dos en el suelo. A veces, las cintas enteras de 
gusanos (20-30 segmentos) “escapan” de una 
persona infectada.
Una vaca debe ingerir un segmento 
grávido, generalmente junto con la hierba o el 
heno, para que el ciclo de vida continúe. Los 
huevos que se encuentran dentro del lumen 
de las ramas uterinas del proglótido son lib-
erados del tejido de la tenia por las enzimas 
digestivas de la vaca, estimulando los huevos 
a eclosionar en el intestino delgado (Figura 
28.5). La oncosfera (hexacanto o larva de 
Figura 28.2. Escólex de T. saginata. Observe cuatro 
retoños.
seis hongos) penetra en la pared intestinal, 
muy probablemente ayudada por sus ganchos 
y peptidasas que secreta.19 La larva entra en 
el torrente sanguíneo y es pasivamente trans-
portada a través del cuerpo. Las oncosferas 
pueden alojarse en cualquiera de una var-
iedad de tejidos, dependiendo de dónde la 
circulación los lleve. Sobre todo, infectan el 
tejido muscular estriado esquelético donde 
enquistan, y desarrollan al cisticerco (meta-
cestode). Esta etapa puede vivir varios años 
antes de calcificar.
El ganado puede experimentar enferme-
dad debido a las lesiones de llenado de espa-
cio creadas por cisticercos, especialmente si 
los quistes se desarrollan en áreas sensibles 
(es decir, tejidos neurológicos).20 Normal-
mente no muestran signos de infección, ya 
que el ganado se sacrifica rutinariamente 
enlos primeros años de vida, y los cisticercos 
vivos tienden a no causar problemas, ni siqui-
era en los tejidos neurológicos (Capítulo 32).
Es importante señalar que el ganado no 
puede infectarse con parásitos adultos si acci-
dentalmente ingieren cisticercos. Del mismo 
modo, los seres humanos no pueden albergar 
el metacestode, ya que los huevos de Taenia 
saginata sólo eclosión en el estómago de las 
vacas. No hay riesgo de enfermedad invasiva 
en humanos por este parásito. Esta situación 
contrasta con el importante problema de salud 
de la cisticercosis debido a la tenia de cerdo, 
Taenia solium, en humanos.
La mayoría de las personas infectadas 
albergan un solo parásito adulto, pero ha 
habido casos en que se recuperaron numero-
sos gusanos de una sola persona infectada. 
En estos casos, los gusanos tienden a ser más 
cortos debido a la aglomeración.21
Patogenia Celular y Molecular
La Taenia saginata ocupa una gran parte 
del lumen del intestino delgado, pero es flex-
ible y relativamente frágil. La obstrucción 
intestinal no ocurre. Los gusanos adultos 
son inmunogénicos y producen anticuerpos 
específicos durante el período de infección, 
pero las respuestas inflamatorias intestinales 
locales son mínimas.22
En el ganado vacuno, la inmunidad a la 
reinfección se desarrolla localmente en el 
intestino delgado, y se dirige a las nuevas 
oncosferas. La vacunación de las vacas con 
antígenos de óvulos recombinantes puede 
evitar la infección provocada.22 Se cree que 
los anticuerpos IgA secretores juegan un 
papel importante en esta respuesta protectora, 
porque el calostro de las madres inmunes pro-
tege a los terneros de la invasión por oncos-
feras en infecciones experimentalescon 
tenias estrechamente relacionadas.23
Enfermedad Clínica
La mayoría de las infecciones no indu-
cen síntomas, pero algunas personas pueden 
Figura 28.4. Proglótide grávido de Taenia saginata.
Figura 28.5. Huevos de Taenia spp. No pueden 
diferenciarse de los huevos de otros miembros de 
la familia taeniid.
experimentar plenitud epigástrica. En raras 
ocasiones se producen náuseas y vómitos 
posprandiales, y se han notificado casos indi-
viduales de perforación yeyunal y diverticu-
litis de Meckel.24,25 La infección suele detec-
tarse por primera vez al detectar proglótides 
en las heces. Con frecuencia, los proglótides 
emigran de la persona infectada durante la 
noche, y pueden ser descubiertos en ropa de 
cama o ropa a la mañana siguiente. Una car-
acterística algo desconcertante es que estos 
proglótides se mueven de una manera muy 
similar a los pulgones.
Diagnóstico
Un medio de diagnóstico definitivo es 
mediante la inspección de proglótides. Los 
proglótides gravídicos se pueden fijar en una 
solución de formaldehído al 10%, y el útero 
se inyecta con tinta de la India, con la ayuda 
de una aguja de calibre 26 (Fig. 28.4). El pro-
glótide de la T. saginata tiene 12 o más ramas 
a cada lado del útero.26 En muchos laborato-
rios modernos estas ramas uterinas se visu-
alizan ahora usando técnicas de tinción con 
hematoxilina-eosina.26 Los huevos de T. sagi-
nata se encuentran ocasionalmente en heces, 
ya que la mayoría de los proglótides usual-
mente pasan intactos fuera del anfitrión. Si se 
observa un huevo en el examen de las heces, 
la especie no puede determinarse mediante 
microscopía visual basada en la morfología, 
ya que todos los miembros de la familia tae-
niidae producen óvulos visualmente idénti-
cos. Después de la tinción ácido-rápida, oca-
sionalmente las especies se pueden distinguir, 
pues los huevos completamente maduros de T. 
saginata tienen una cáscara ácida-rápida.27,28
Los gusanos adultos permanecen en el 
intestino. Solamente el segmento de pro-
glótide pasa en las heces. En las raras ocasio-
nes en que pasa el escólex, como después de la 
terapia antiparasitaria, puede ser clasificado. 
El escólex de la T. saginata tiene cuatro ven-
tosas laterales pero sin ganchos. El escólex de 
T. solium también tiene cuatro ventosas, pero
además tiene una doble hilera de ganchos.26
El examen de huevos o proglótidos en las
heces es insensible, ya que el paso de segmen-
tos y huevos ocurre sólo intermitentemente.
Los técnicos de diagnóstico parasitología
deben ser precavidos, porque los huevos de T.
solium son infecciosos para los seres huma-
nos. Una prueba adicional de importancia
diagnóstica es la prueba de la cinta adhesiva
(véase: diagnóstico para Enterobius vermicu-
laris). Cuando los proglótides emigran fuera
del ano, sueltan los huevos que permanecen
en el perineo.
Los huevos de T. saginata también 
pueden ser diferenciados de los huevos de T. 
solium y T. asiatica por PCR.29,33 Estas téc-
nicas moleculares han avanzado ahora y la 
amplificación isotérmica mediada por bucle 
(LAMP) y las pruebas PCR multiplex se han 
hecho disponibles.34,35 Se ha desarrollado una 
prueba ELISA que detecta antígenos solubles 
de T. saginata en muestras de heces (copro-
antígenos) de seres humanos infectados.36
Tratamiento
El praziquantel (5-10 mg/kg) es eficaz 
para el tratamiento de la infección por T. sagi-
nata ya menudo permite la recuperación del 
escólex intacto, confirmando la cura del paci-
ente.37 La niclosamida también es eficaz en 
la carne, o bien congelándola completamente 
antes de cocinarla. Esto tampoco es fácil, ya 
que las personas de todo el mundo disfrutan 
comiendo carne poco cocida o incluso cruda. 
Los programas de inspección de carne son 
efectivos en la identificación de carne contam-
inada, pero la inspección no se lleva a cabo en 
muchas áreas endémicas. Se ha desarrollado 
una vacuna contra la oncosfera de T. sagi-
nata para su uso en ganado vacuno y puede 
resultar útil en algunas situaciones endémi-
cas en las que las vacunas son asequibles.22,41 
Los programas de control, especialmente en 
los casos en que el buen desarrollo de una 
prueba ELISA que detecte anticuerpos en el 
ganado, específica para la etapa de cisticerco, 
permitirá una evaluación eficiente de los pro-
gramas de control, especialmente cuando las 
prácticas de salud pública incluyen un control 
sobre la carne.
1. Ito, A.; Wandra, T.; Li, T.; Dekumyoy, P.; Nkouawa, A.; Okamoto, M.; Budke, C. M., The present
situation of human taeniases and cysticercosis in Asia. Recent Pat Antiinfect Drug Discov 2014, 9 (3),
173-85.
2. Silva, C. V.; Costa-Cruz, J. M., A glance at Taenia saginata infection, diagnosis, vaccine, biological
control and treatment. Infect Disord Drug Targets 2010, 10 (5), 313-21.
3. Fan, P. C.; J., Annual economic loss caused by Taenia saginata asiatica Taeniasis in three endemic areas
of east Asia. Southeast Asian Med Public Health 28 Suppl 1997, 1 217-21.
4. McManus, D. P.; J., Molecular genetic variation in Echinococcus and Taenia: an update. Southeast
Asian Med Public Health 28 Suppl 1997, 1 110-6.
5. Ito, A.; Nakao, M.; Wandra, T., Human Taeniasis and cysticercosis in Asia. Lancet (London, England)
2003, 362 (9399), 1918-20.
6. Flisser, A.; Viniegra, A.-E.; Aguilar-Vega, L.; Garza-Rodriguez, A.; Maravilla, P.; Avila, G., Portrait of
human tapeworms. The Journal of parasitology 2004, 90 (4), 914-6.
7. Galan-Puchades, M. T.; Fuentes, M. V., Lights and shadows of the Taenia asiatica life cycle and
pathogenicity. Trop Parasitol 2013, 3 (2), 114-9.
8. Eom, K. S., What is Asian Taenia? Parasitol Int 2006, 55 Suppl, S137-41.
9. Tyson, E., Lumbricus latus, or a discourse read before the Royal Society, of the joynted worm, wherein
great many mistakes of former writers concerning it, are remarked; its natural history from more exact
information is attempted; and the whole urged, as a difficulty against doctrine of univocal generation.
Philos Trans 1683, 13, 113-144.
10. Cox, F. E., History of human parasitology. Clin Microbiol Rev 2002, 15 (4), 595-612.
11. Plater, F., Praxeos Medicae Opus. Basel 1656.
12. Andry, N., De la Generation des Vers dans le Corps de l’Homme Paris. 1700.
13. Goeze, J. A. E.; Blankenburg, P. A., Versuch ciner Naturgeschichte der Eingeweiderwumer Thierischer
Korper. Pape 1782.
14. Goeze, J. A. E., Neueste Entdeckung. Dass die Finnen im Schweinefleische keine Drusenkrankheit
sondern wahre Blasenwurmer sind. Halle. 1784.
15. Siebold, C. T. E.; Z., Von Uber den Generationswechsel der Cestoden nebst einer Revision der Gattung
una sola dosis.38,39 La niclosamida inhibe la 
ATPasa del parásito, evitando así que inter-
fiera con las enzimas digestivas del huésped. 
La consecuencia del tratamiento es la diso-
lución del gusano adulto. Una búsqueda del 
escólex es inútil. También se ha informado 
que la quinacrina es eficaz en pacientes 
con infección por T. saginata resistente a la 
niclosamida, pero no se considera una terapia 
estándar.
Prevención y control
La prevención de la infección de tenia en 
la comunidad es a través de la eliminación 
adecuada de las heces humanas, pero ha 
resultado difícil en algunas partes del mundo, 
ya que las heces humanas no tratadas se utili-
zan ampliamente como fertilizante. La infec-
ción se evita completamente cocinando bien 
References
James Paget, MD (1814-1899)
Paget observó la primera infección por gusano parásito en seres humanos 
identificada por microscopía. Lo hizo mientras asistía a la escuela de 
medicina en el St. Bartholomews Hospital de Londres. El parásito 
fue Trichinella spiralis y fue visto en una muestra de tejido muscular 
obtenido de la autopsia de un albañil de 51 años que había muerto de 
tuberculosis. Paget se convirtió en un famoso patólogo. Entre sus logros 
más destacados, describió los rasgos patológicos de la enfermedad ósea 
que lleva su nombre.
39. Vermund, S. H.; MacLeod, S.; Goldstein, R. G., Taeniasis unresponsive to a single dose of niclosamide:
case report ofpersistent infection with Taenia saginata and a review of therapy. Reviews of infectious
diseases 1986, 8 (3), 423-6.
40. Koul, P. A.; Wahid, A.; Bhat, M. H.; Wani, J. I.; Sofi, B. A., Mepacrine therapy in niclosamide resistant
taeniasis. The Journal of the Association of Physicians of India 2000, 48 (4), 402-3.
41. Lightowlers, M. W.; Colebrook, A. L.; Gauci, C. G.; Gauci, S. M.; Kyngdon, C. T.; Monkhouse, J. L.;
Vallejo Rodriquez, C.; Read, A. J.; Rolfe, R. A.; Sato, C., Vaccination against cestode parasites: anti-
helminth vaccines that work and why. Veterinary parasitology 2003, 115 (2), 83-123.
42. Onyango-Abuje, J. A.; Hughes, G.; Opicha, M.; Nginyi, K. M.; Rugutt, M. K.; Wright, S. H.; Harrison,
L. J., Diagnosis of Taenia saginata cysticercosis in Kenyan cattle by antibody and antigen ELISA.
Veterinary parasitology 1996, 61 (3-4), 221-30.

Más contenidos de este tema