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Figura 29.1. Una sección de músculo de cerdo infectado. Observe numerosos cisticercoides. Taenia solium (Linnaeus 1758) La Taenia solium pertenece a la orden Cyclophyllidea, y su ocurrencia se asocia con la crianza de cerdos. Es comúnmente cono- cida como la tenia del cerdo, aunque este gusano sólo alcanza la madurez sexual como adulto en los seres humanos.1,2 Para transmitir T. solium, las heces humanas, contaminadas con los segmentos maduros del gusano, deben ser un contaminante regular del entorno de los cerdos, y coincidir con el hábito de comer productos de carne de cerdo crudos o poco cocidos. Estas condiciones existen en muchas partes del mundo. La T. solium es una tenia grande, que a menudo alcanza longitudes de más de 6 m. Vive en el lumen, unida a la pared del intes- tino delgado. No hay huéspedes reservorio para este parásito.3 A diferencia del huevo de la T. saginata, el óvulo de la T. solium puede infectar al huésped humano, dando como resultado una condición llamada cisticercosis. Esta infección en los jóvenes puede ser grave, incluso fatal, particularmente si la larva de la tenia invade el SNC.4,5 La neurocisticercosis se encuentra entre las causas más comunes de epilepsia adquirida en todo el mundo.6 La T. solium es endémica en la mayor parte de América del Sur (en particular en la región andina y en Brasil), América Central, México, China, el subcontinente indio y el Sudeste Asiático, el África subsahariana (par- ticularmente Burundi, Tanzania, República Democrática del Congo y Sudáfrica) y Europa del Este.7,8 Es un asunto mundial debido al gran número de casos importados vistos incluso fuera de las áreas endémicas.4,5,9 En algunas de estas regiones endémicas, hasta el 6 por ciento de la población puede albergar tenias adultas de T. solium.6 La mayor prevalencia de infección por T. solium en los Estados Unidos ocurre entre las poblaciones hispanas en el sur de California, Nuevo México y Texas. Esto es debido al gran número de inmigran- tes de algunas áreas endémicas mencionadas anteriormente.6,10,11 Entre los trabajadores migrantes adultos en California, por ejemplo, la sero-prevalencia de T. solium es de aproxi- madamente 1-2%.12,13 En regiones endémicas la T. solium se presenta más comúnmente en niños y adolescentes.6 Además de las infec- ciones importadas, se cree que la transmis- ión autóctona de la infección por T. solium también sucede en los Estados Unidos.14 Una estimación sugiere que decenas de miles de casos ocurren en Estados Unidos, por lo que es necesario mejorar la vigilancia y la detec- ción de enfermedades para obtener una esti- mación más precisa.15 En el año 2003, la Quincuagésima Sexta Asamblea Mundial de la Salud destacó la amenaza a la salud pública causada por la T. solium y exhortó a sus estados miembros a aumentar las medidas para controlar esta infección.10 En 2012, la Organización Mun- dial de la Salud (OMS), la Food and Agri- culture Organization (FAO) y el UK Depart- ment for International Development (DFID, por sus siglas en inglés) incluyeron la Taenia solium entre las 17 enfermedades zoonóticas desatendidas que consideraban que podían ser objeto de un control efectivo.16,17 Información histórica La historia de las diferentes tenias está inicialmente entrelazada, ya que no fue hasta muchos años después de su descubrimiento inicial que se determinó que estos parásitos similares eran fundamentalmente diferen- tes en términos de su morfología y espe- cificidad del huésped.18 E n 1 683, E dward Tyson describió varias tenias, recuperadas de los perros.19 Tyson es reconocido como la primera persona en identificar la cabeza o el escólex de estas tenias.18 En 1656, Félix Plater, médico suizo, escribió sobre las distin- ciones entre Taenia spp. y Diphyllobothrium latum (entonces llamada Lumbricus latus).20 En 1782, Johann Goeze describió la tenia adulta, pero fue Aristóteles quien escribió acerca de la etapa de cisticerco del gusano en los músculos de los cerdos.21 No hay eviden- cia que Goeze comprendiera la relación entre la infección larvaria en el cerdo y la infec- ción adulta en humanos. En 1861, Friedrich Kuchenmeister, alimentó a prisioneros con- denados a muerte con carne de cerdo con cis- ticercos de tenia y luego recuperó los gusanos adultos de los intestinos de estos individuos mediante autopsia, 120 horas después de su ejecución.23,24 Ciclo de vida La fase del ciclo de vida que ocurre en los seres humanos depende de si un humano ingi- ere huevos de T. solium o cisticercos encapsu- lados en carne poco cocinada. La infección intestinal en el huésped humano comienza después de la ingestión de cerdo crudo o poco cocido que alberga la etapa cisticercosa encapsulada (es decir, juvenil) del gusano (figuras 29.1, 29.2). La cápsula se digiere en el estómago liberando el parásito juvenil. Al entrar en el intestino delgado, el gusano emerge su escólex y se adhiere a la pared intestinal con la ayuda de sus cuatro vento- sas y la corona de ganchitos. En una infec- ción experimental de hámster con oncosferas de T. solium, se estudió el sitio de unión en el tracto intestinal.25 Las ganchitos penetraron en la pared intestinal, mientras que las cuatro ventosas se unieron a las células de las vel- losidades circundantes. Se observó daño en la célula huésped al alrededor de cada disco de succión. La fase intestinal del ciclo de vida de la T. solium es muy similar a la de la T. sagi- nata. El parásito juvenil se desarrolla en adulto (Figura 29.3) en el intestino delgado a lo largo de un período de tres meses, después de lo cual los proglótidos grávidos (cargados de huevo) comienzan a ser evacuados por el huésped Las escápulas adultas de Taenia solium se parecen mucho al gusano adulto de T. saginata, excepto que el escólex de T. solium posee dos filas de ganchitos, además Figura 29.2. Cisticerco entero aislado de Taenia solium, de 2-5 milímetros en diámetro. Parasitic Diseases 6th Ed. Parasites Without Borders wwww.parasiteswithoutborders.com de cuatro ventosas (Fig. 29.4). Por lo general, los adultos T. solium no viven en el tracto gastrointestinal humano por más de 5 años.6 Los humanos son el único huésped definitivo, y la T. solium adulta no se desarrollará en el cerdo si accidentalmente éste ingiere restos de cerdo contaminados con cisticercos. A diferencia de la infección por Taenia saginata, la fase tisular del ciclo de vida puede ocurrir en humanos, así como en cerdos después de la ingestión de huevos embrionados de Taenia solium (Figuras 29.5, 29.6). Cuando el huevo es ingerido, la larva (oncosfera) en el interior sobrevive al ácido gástrico del estómago y entra en el intestino delgado. El huevo eclosiona y la larva pen- etra en la pared intestinal y entra en el tor- rente sanguíneo. Eventualmente, la oncosfera penetra en uno de muchos tejidos (por ejem- plo, músculos estriados, corazón, cerebro, ojo) y enquista allí. La oncosfera se convierte rápidamente en un cisticerco, crece, se desar- rolla y crea una lesión ocupante de espacio en 2-3 meses, midiendo típicamente unos 10 mm.3 El cisticerco alcanza el crecimiento máximo alrededor de tres semanas después de entrar en un determinado tejido, luego deja de crecer. En algunos casos, se piensa que los seres humanos se auto-infectan con los huevos contaminados de su propia tenia. No se conoce la frecuencia de la autoinfec- ción por T. solium, aunque se ha observado que hasta el 15 por ciento de los pacientes con cisticercosis también alberga una tenia adulta de T. solium .6 Patogenia Celular y Molecular El parásito adulto que vive en el lumen intestinal no suele causar una respuesta inflamatoria significativa en el huésped, pero provoca la formación de anticuerpos humo- rales.26 Los cerdos infectados que albergan Figura 29.4. Escólex de Taenia solium. Observe cuatro ventosas y ganchos. Foto E. Gravé Figura 29.3. T. solium adulta entera . La flecha indica el escólex. ParasiticDiseases 6th Ed. Parasites Without Borders wwww.parasiteswithoutborders.com poca respuesta inmune hasta que los parásitos comienzan a morir, provocando una respu- esta inmune intensa acompañada de edemas y, en muchos casos, de convulsiones.32 Las oncosferas, distintas a las del SNC, son presumiblemente más susceptibles al ataque inmune, pero su rápido desarrollo en el estadio del cisticerco puede explicar la alta tasa de supervivencia, al menos durante una infección primaria. El desarrollo de cisticer- cos es coincidente con la modulación de las respuestas inmunes del huésped, favoreci- endo la expresión de mecanismos de evasión inmune del parásito que interfieren con las respuestas inmunes protectoras de Th2type.32 Las sustancias inmunomoduladoras han sido identificadas y parcialmente caracterizadas; como por ejemplo, la Taeniastatina, un inhi- bidor de proteasa y paramiosina, que inhiben diferentes aspectos de la cascada del comple- mento.33,35 En última instancia, los cisticercos mueren después de varios años y se calcifican. Los parásitos moribundos liberan su retención supresora de respuestas inmunitarias protec- toras del huésped, y los antígenos son libera- dos. Cuando las reacciones celulares están presentes, es en parte debido al resultado de la señalización de interleucina de células T. Los anticuerpos IgM específicos y las célu- las NK + también están presentes en estos infiltrados.36 Sigue una reacción inflamatoria local aguda, que consiste en linfocitos, célu- la etapa juvenil tienen menos probabilidades de volver a infectarse cuando ingieren más huevos, muy probablemente porque están protegidos por respuestas inmunes dirigidas contra la oncosfera.27 Existe una situación similar entre el cisticerco de la T. saginata y el ganado. Los ADNc que codifican dos moléculas transportadoras de glucosa de Taenia solium han sido reportados en bacte- rias y sus proteínas de fusión identificadas y caracterizadas.28 La TGTP1 se encuentra en la superficie tegumentaria del gusano adulto y la TGTP2 en la superficie de la larva. Ambas moléculas tienen el potencial de ser utilizadas como objetivo de vacunas dirigidas a evitar que cada etapa acceda a la glucosa huésped. Se han estudiado vacunas con antígenos lar- varios recombinantes TSOL18, TSOL45-1A y TSOL16 de la oncosfera Taenia solium pro- ducidas en E. coli con eficacia demostrada en la prevención de la infección en cerdos, tanto en condiciones experimentales controladas como en ensayos de campo.29,30 En la fase tisular, gran parte de las con- secuencias patológicas son las de una lesión ocupante de espacio y la inflamación resul- tante de la muerte de los parásitos.31 Las oncosferas que se alojan en el SNC (Fig. 29.8) o en el cerebro (Fig. 29.9) se desarrollan con Figura 29.5. Huevo de Taenia spp. La especie de tenia no puede determinarse con base en su morfología. Los huevos miden 30-40 μm de diámetro. Figura 29.6. Porqueriza comercial. Este medio ambiente está frecuentemente contaminado con heces humanas en muchas regiones del mundo donde se crían cerdos. Cortesía P. M. Schantz. las plasmáticas y eosinófilos, que pueden ser clínicamente significativos en la neurocis- ticercosis.32 Esta respuesta inflamatoria del huésped alrededor de los cisticercos degen- erados, cuando ocurre en el cerebro, puede ser responsable de provocar convulsiones e hip- ertensión intracraneal. Los estudios de neuro- imagen (CT con contraste o MRI) revelan la inflamación que rodea la lesión, dando lugar a la aparición de lesiones que aumentan el anillo cerebral. Además, los cisticercos que ocurren en sitios anatómicamente sensibles en el sistema nervioso central pueden causar efecto de masa o bloquear la circulación de líquido cefalorraquídeo produciendo hidroce- falia.6 Se puede inducir una fuerte inmunidad protectora a la invasión de tejidos por oncos- feras en una variedad de animales, y estos hallazgos ofrecen la esperanza de desarrollar una vacuna para su uso en cerdos y posible- mente en humanos.37 Enfermedad clínica La T. solium adulta causa pocos síntomas, aparte de la plenitud epigástrica, en ciertos individuos. Los pacientes suelen ser asin- tomáticos y no se dan cuenta de su infección hasta que descubren los proglótidos en las heces, en la piel perianal, en la ropa o en las sábanas. Algunos pacientes presentan dolor abdominal, distensión, diarrea y náuseas, pero no existen estudios controlados que demuestren su relación con la presencia de T. solium en el intestino. Estos síntomas pueden deberse a otras causas.6 Se informó que dos pacientes con infección por T. solium desar- rollaron ascitis, diarrea crónica y malabsor- ción, que se curaron después de la terapia antihelmíntica, pero la conexión con la infec- ción por T. solium aún no es clara.38 La enfermedad invasiva tiene dos presen- taciones clínicas principales; cisticercosis extraneural (subcutánea e intramuscular) y neurocisticercosis.6 Estas dos condiciones no son mutuamente excluyentes, ya que la may- oría de los pacientes con neurocisticercosis también tienen evidencia de enfermedad en otras partes del cuerpo.6 La cisticercosis extraneural suele ser asin- tomática, pero los pacientes pueden notar nódulos subcutáneos indoloros en los brazos o en el tórax, o pequeñas hinchazones discre- tas de determinados músculos (Fig. 29.10), en los que se han alojado cisticercos.39 Después de varios meses los nódulos se hinchan y se ablandan, presumiblemente debido a la respuesta inflamatoria del huésped a los cisti- Figura 29.8 Cisticercos de Taenia solium flotando libres en la cámara anterior del ojo. Figura 29.7. Cisticercos de Taenia solium. cercos. Posteriormente, los nódulos desapare- cen. Puede haber variación geográfica en esta presentación clínica debido a que la cisticer- cosis subcutánea es común en Asia y África, pero rara en América Latina.6 En última instancia, estas lesiones calcificarán después de la muerte del parásito. Las calcificaciones pueden persistir por años. Algunos pacientes con cisticercosis extraneural también pueden albergar cisticercos cardíacos, que también suelen ser asintomáticos.6 La neurocisticercosis (cisticercosis en el sistema nervioso central) es la manifestación más grave después de la ingestión de huevos de T. solium. Los signos y síntomas varían mucho con el número y la distribución de los quistes.39 A menudo se presenta como lesión ocupante del espacio y, en muchos aspectos, imita un tumor.31 Convulsiones, hidrocefalia, epilepsia y anomalías neurológicas focales pueden ser los síntomas presentados.40 Se ha estimado que las crisis ocurren en el 50-80 por ciento de los pacientes con quistes paren- quimatosos cerebrales, que ocurren como consecuencia de la inflamación en el huésped alrededor de parásitos muertos y degenera- dos.6,41 En las regiones endémicas, los adoles- centes y adultos jóvenes presentan las tasas más altas de convulsiones por T. solium.6 Estos pacientes, especialmente las mujeres, también pueden desarrollar una encefali- tis acompañante.6 Los niños que emigran a los Estados Unidos desde áreas endémicas pueden presentar una masa solitaria o múlti- ples lesiones y convulsiones.42 Por lo general, en aquéllos que sufren convulsiones, el cisti- cercos comienza a degenerarse y en algunos casos inicia un proceso de calcificación (Fig. 29.13).43 Las personas que aún residen en áreas endémicas suelen sufrir una enfermedad más compleja y tienen una mayor probabilidad de presentar quistes múltiples, incluyendo quistes localizados en el espacio subarac- noideo o en los ventrículos.6 Estos pacientes presentan una presión intracraneal elevada, aracnoiditis, meningitis, encefalitis o hidro- Figura 29.9. Cisticercos de T. solium en el cerebro. Figura 29.10. Radiografía de pierna con numerosos cisticercos de Taenia solium. cefalia.44 También son más propensos a sufrir un accidente cerebrovascular. Parece haber diferenciasgeográficas en la presentación de la neurocisticercosis clínica. En Asia, los pacientes presentan más común- mente una única lesión cerebral, mientras que en América Latina es común encontrar múlti- ples quistes sin evidencia de inflamación.6 La cisticercosis oftálmica se produce en aproximadamente en el 1 al 3 por ciento de todas las infecciones y, más típicamente, se manifiesta como quistes intraoculares que flotan libremente en el humor vítreo o en el espacio subretiniano. Los pacientes se quejan de ver sombras. Subsecuentes desarrollos en uveítis, retinitis o atrofia coroidea pueden conducir a la pérdida visual.6 Diagnóstico El diagnóstico de la fase adulta puede real- izarse con la identificación de los huevos de taenia mediante microscopía, o el análisis de los proglótidos grávidos o mediante la recu- peración e identificación del escólex en heces. En general, la sensibilidad de la microscopía de las heces es pobre, e incluso entonces, los huevos de T. solium son morfológicamente indistinguibles de los huevos de T. saginata. Una prueba de punto blot de ADN puede diferenciar la T. solium de la T. saginata.45 Pruebas de amplificación de ácidos nucleicos así como pruebas de antígeno fecal están dis- ponibles para el diagnóstico y diferenciación de huevos de T. solium de T. saginata.46,48 El raspado perianal con cinta adhesiva se ha uti- lizado para atrapar huevos para mejorar la sensibilidad de la microscopía, pero esta téc- nica no es tan efectiva para la infección por T. solium como para la de T. saginata. Los segmentos de proglótidos grávidos deben fijarse en una solución de formaldehído al 10%, y se inyectan con tinta de la India para llenar el útero. Los proglótidos de T. solium tienen menos de 12 ramas uterinas por lado (Fig. 29.14), en comparación con los de la T. saginata, que tienen 12 o más (Fig. 28.4). Estos segmentos de proglótidos también se pueden preparar y visualizar usando color- ación con hematoxilina y eosina estándar. Se debe tener extrema precaución al manipular proglótides no fijados de T. solium, ya que los Figura 29.12. Invasores extraterrestres: visión ampliada del cisticerco de la figura 29.11. Figura 29.11. Sección transversal del ojo completo con cisticercos de T. solium (flecha) en la retina a nivel del nervio óptico. huevos embrionados son infecciosos. Debido a las distintas características mor- fológicas del escólex del T. solium comparado con el de la T. saginata, el patrón por excelen- cia del diagnóstico de taeniasis ha sido tradi- cionalmente la recuperación y visualización de esta porción del parásito. Las purgas de sales de polietilenglicol para mejorar la limp- ieza del intestino mejoran significativamente la probabilidad de recuperación del escólex, pero no se usa a menudo.49 ELISA realizado en extractos fecales para la detección de antígenos es sensible (95 por ciento) y específico (99 por ciento).50 Los pacientes con tenias adultas también produ- cen anticuerpos detectables por ensayos de inmunotransferencia.51 El análisis serológico es particularmente útil para estudios epidemi- ológicos. El diagnóstico de la cisticercosis suele basarse en pruebas de imagen y se han estab- lecido criterios.6,44,52 La neuroimagen por TC o RM es de importancia crítica para diagnos- ticar la neurocisticercosis. Idealmente, ambas modalidades se emplean, combinando la ventaja de una mayor sensibilidad de la RM con la detección de CT de calcio. Debido que a menudo no es práctica la biopsia de diagnóstico para cisticercosis, consultar a un neurorradiólogo es extremadamente útil. En la TC, los quistes aparecen como imá- genes hipodensas que contienen un pequeño nódulo hiperdenso que representa el escólex del parásito. A veces, el calcio también se puede observar. La inflamación que rodea a los parásitos muertos o moribundos propor- cionará lesiones que aumentan el anillo cere- bral en presencia de medios de contraste. En la historia natural de la neurocisticercosis, los quistes muertos y agonizantes calcifican. La RM es más costosa pero se está volviendo más accesible en los países en desarrollo, ya que a menudo proporciona una imagen más clara del cisticerco y tiene una mayor sensibi- lidad para las lesiones múltiples.6 Las pruebas serológicas proporcionan datos confirmatorios importantes para paci- Figura 29.13. Radiografía del cerebro con lesión calcificada por infección con el metacéstode de T. solium. Figura 29.14 Proglótido grávido de Taenia solium. El útero contiene menos de 12 ramas laterales en cada lado. entes con lesiones sospechosas según imá- genes de TC o RM. Los ensayos serológicos han mejorado, con una sensibilidad del 98 por ciento y una especificidad que se acerca al 100 por ciento.6,53,55 Para los pacientes con lesión solitaria, la sensibilidad es mucho menor, presumiblemente debido a la pequeña cantidad de antígeno parasitario disponible en el sistema inmune del huésped. En un entorno de atención aguda, el ELISA requiere una interpretación considerable porque los títu- los de anticuerpos pueden permanecer altos mucho tiempo después de la muerte de los parásitos. Tratamiento Antes de iniciar el tratamiento para cual- quier infección de taenia, es importante buscar la presencia de neurocisticercosis. El praziqu- antel es la droga de elección para adultos de T. solium, pero su uso debe ser acompasado con la posibilidad que este tratamiento también destruya cisticercos ocultos en el cerebro y se desencadenen manifestaciones del sistema nervioso central.6 Si la neurocisticercosis ha sido descartada o tratada, entonces se puede administrar el tratamiento para los gusanos intestinales. El praziquantel es usualmente disponible en los países en desarrollo, par- ticularmente debido a su uso para el control global de la esquistosomiasis, y su probado éxito en México en la reducción de la preva- lencia donde la taeniasis que es endémica.10 No se deben usar purgantes, porque esto aumenta el riesgo de regurgitación de huevos en la estómago, iniciando la infección que conduce a la cisticercosis.56,57 Niclosamida es una alternativa para la T. solium adulta cuando el praziquantel no está disponible (2 g oral en una sola dosis).6,58 El tratamiento de la neurocisticercosis se basa en el número de lesiones, el estado de estas lesiones y su localización. Las lesiones pueden ser únicas o múltiples. Las lesiones pueden ser viables (etapa vesicular), degen- eradas (fase coloidal), colapsadas (estadio granular nodular) o no viables (calcificadas).59 Las lesiones pueden ser intraparenquimato- sas o extraparenquimatosas (vesiculares). Las convulsiones ocurren con mayor frecuencia en la neurocisticercosis cuando la respuesta inflamatoria del huésped se activa debido a que los parásitos comienzan a morir. En esta situación, el inicio de la terapia puede des- encadenar un edema con la resultante activi- dad de convulsiones.6 Cada vez más, las com- plejidades del manejo médico y quirúrgico de la neurocisticercosis requieren un enfoque de equipo y la adición de agentes antiinflamato- rios como los corticosteroides. Típicamente, esto podría incluir un especialista en enfer- medades infecciosas, un neurólogo, un neu- rorradiólogo, un oftalmólogo y un neurociru- jano.60 El albendazol es el fármaco de elección para la neurocisticercosis con mejor eficacia que el praziquantel y menos interacciones con drogas con esteroides y medicamentos para convulsiones.61,62 A menudo el alben- dazol se combina con praziquantel debido a la evidencia que demuestra un efecto mejo- rado con la terapia de combinación, pero en este contexto los efectos colaterales con los corticosteroides y los medicamentos de las convulsiones necesitan ser manejadas.63 La respuesta inflamatoria en el cerebro es en gran parte responsable de las convulsiones, la encefalitis y la presión intracraneal elevada. Los resultados de dos ensayos doble ciego controlados con placebo en pacientes con una lesiónde aumento solitario y un tercer ensayo doble ciego controlado con placebo que comparó la evolución de las lesiones parenquimatosas cerebrales en la TC después de tres meses de tratamiento fue resumido por García.6 Sólo uno de estos ensayos mostró beneficios con albendazol basados en térmi- nos de resolución de imágenes y convulsio- nes. La recomendación actual es que las deci- siones terapéuticas sobre el uso de albendazol (15 mg/kg diarios durante 10-14 días) con o sin praziquantel (50 mg/kg durante 10 días) deben adaptarse a cada paciente individual- mente, en función del número, ubicación, y la viabilidad de los cisticercos.6,63 Todos los pacientes seleccionados para el tratamiento con fármacos antihelmínticos deben som- eterse a un examen oftalmológico previo para descartar quistes intraoculares y ser adverti- dos sobre el riesgo de convulsiones inducidas por el tratamiento. Las pautas sobre el uso de la quimioterapia antihelmíntica han sido publicadas.64 Dado que los pacientes con lesiones que aumentan el anillo cerebral mejoran en las tomografías computarizadas a menudo mejoran espon- táneamente sin ninguna terapia, pueden ser supervisados y no recibir albendazol o ester- oides.65,66 En el caso de múltiples cisticercos viables, la mayoría de los clínicos sugieren tratamiento con albendazol y prednisona, con monitoreo para control de aumento de la pre- sión intracraneal y de las convulsiones.4,6 Debido a que el albendazol y el praziqu- antel matan a los cisticercos y exacerban la inflamación y el edema del cerebro, los paci- entes tratados por neurocisticercosis también requieren esteroides, generalmente dexam- etasona, para reducir la hinchazón. La dexam- etasona afecta los niveles sanguíneos de pra- ziquantel y albendazol, por lo que puede ser necesario ajustar las dosis de ambos fárma- cos.67 El tratamiento médico adicional con anticonvulsivos es también un componente crítico del tratamiento a largo plazo de las convulsiones inducidas por T. solium. El manejo neuroquirúrgico con la colo- cación de bypasses ventriculares se requiere a menudo para neurocysticercosis compli- cada involucrando obstrucción cerebrospi- nal e hidrocefalia. El tratamiento quirúrgico también puede ser necesario para las lesiones espinales y para las lesiones oculares. Prevención y control La Taenia solium es un problema de salud pública importante, incluso fuera de las áreas endémicas, debido a la asociación de la cisticercosis con las infecciones adultas.68 Por ejemplo, un brote de cisticercosis fue reportado en una comunidad judía ortodoxa en la ciudad de Nueva York como resultado de la ingestión de huevos de T. solium que pasaron los empleados domésticos inmi- grantes recientes de América Latina.69 Se ha sugerido que los inmigrantes recientes de países en los cuales la infección de T. solium es endémica deben ser examinados por la infección de tenia antes de emplearse como trabajadores domésticos o manipuladores de alimentos.69 En muchas regiones empobrecidas en los países en desarrollo, los cerdos son más asequibles que las vacas, pues los cerdos se comportan como omnívoros. Es por eso que los propietarios les permiten vagar libremente y comer basura y heces humanas.6 La infec- ción en los cerdos es prevenible protegiendo su alimento de la contaminación con heces humanas. La infección individual se evita cocinando bien el cerdo o congelándolo a -10 °C durante un mínimo de 5 días. El cisticerco puede sobrevivir en la carne refrigerada a 4 °C hasta por 30 días.70 En 2003, la Asamblea Mundial de la Salud identificó varias medidas para contro- lar la infección por T. solium, incluyendo: 1. la identificación y el tratamiento de las per- sonas que portan la tenia adulta, 2. el trata- miento universal o seleccionado con praziqu- antel para reducir la prevalencia en las zonas donde la infección por T. solium es endémica, 3. las medidas sanitarias veterinarias, como la inspección y el control obligatorio de la carne, 4 La mejora de la cría de cerdos y el tratamiento de los animales infectados con la terapia de dosis única, y 5. la gestión de los casos, la notificación y la vigilancia de las personas con cisticercosis. Las interven- ciones basadas en la comunidad, que com- prenden el saneamiento y la gestión de los cerdos, son altamente eficaces en el control References 1. Bush, A. O.; Lafferty, K. D.; Lotz, J. M.; Shostak, A. 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Solium a los seres humanos, si se aplican rigurosamente a las porquerizas comerciales de cerdos en las zonas endémicas. Algunos osos negros en California han adquirido cisticercosis, muy probablemente comoresultado de alimentarse en vertede- ros de basura cerca de sitios de camping.78 La caza de osos es un deporte popular en los Estados Unidos y la distribución de carne a sus vecinos es una práctica común entre los cazadores. Las organizaciones de cazadores deben pronunciar advertencias, aconsejando a los cazadores que cualquier carne obtenida de carnívoros u omnívoros debe cocinarse bien antes de comer.