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182 Parte 1. Otología degenerado y prácticamente ausente, aunque hay célu- las del ganglio espiral. La membrana de Reissner pue de estar colapsada. El utrículo es amplio y está de formado, con una mácula hipoplásica. Los canales semicirculares pueden ser normales, pero también anómalos, hipoplá- sicos o dilatados. El saco y el conducto endolinfático se encuentran dilatados. El acueducto del vestíbulo es más amplio y corto de lo normal (fig. 15-5). RM para estudiar el VIII par, ya que en ocasiones la cóclea puede ser normal. Tratamiento Es quirúrgico, mediante implante coclear. Según el tipo de malformación la indicación será la siguiente: 1. Malformaciones mayores. En ellas el riesgo quirúr- gico se encuentra muy elevado y es difícil predecir la evolución y el resultado. Aquí se incluyen la ca- vidad común y las hipoplasias graves. 2. Malformaciones menores. Los riesgos quirúrgicos, aunque mayores que en la cirugía de la cóclea nor moconformada, es menor que en el grupo an- terior. Aquí se encuentran las alteraciones de la partición, las hipoplasias leves, las alteraciones del acueducto y las alteraciones del vestíbulo. 3. Contraindicaciones quirúrgicas. En este grupo se en- cuentran los pacientes que presentan malforma- ciones imprecisas como aplasia laberíntica, aplasia coclear, hipoplasias muy graves y anomalías del conducto auditivo interno asociadas con agenesia del nervio coclear. Dentro de las consideraciones quirúrgicas se debe tener en cuenta, a la hora de plantear un implante coclear en estos pacientes, el riesgo de lesión del ner- vio facial. De aquí la importancia de monitorizar el nervio facial durante toda la intervención. También se debe tener en cuenta el alto riesgo de meningi- tis, por la comunicación que puede existir con el LCR, por lo que se recomienda la utilización de an- tibioterapia de amplio espectro. Hipoacusias por enfermedades del sistema nervioso central INFECCIOSAS La causa de hipoacusia adquirida más frecuente durante la infancia es la meningitis. La sordera puede ser unilateral o bilateral y, usualmente, es profunda. Los gérmenes más frecuentes son Streptococcus pneu- moniae y Haemophilus influenzae. La sordera se produce precozmente en el curso de la meningitis, de modo que un diagnóstico y tra- tamiento tempranos son fundamentales para evitar- la y puede revertirla. Una complicación adicional es la tendencia a la osificación de la cóclea posme- ningitis, lo que dificulta la futura instalación de un implante coclear. En las encefalitis de causa vírica la hipoacusia puede ser debida a la misma etiología o bien ser una secuela de la encefalitis. Figura 15-5. Mondini. Imagen de TC de una anomalía del oído interno (alteración de la partición, flecha), malformación de Mondini clásica. Aplasia total (tipo Michel). Se caracteriza por la ausencia completa de oído interno y de nervio audi- tivo. El oído externo suele ser normal, y la caja del oído medio es más estrecha, con martillo y yunque normales, pero el estribo está malformado y el ten- dón es anómalo o ausente. El nervio facial es normal y funcional en la mayoría de los casos. Se asocia con el síndrome de Kippel-Feil y de Duane. Degeneración cocleosacular (tipo Sheibe). Es la afecta- ción del laberinto membranoso más frecuente del oído interno. El laberinto óseo es normal, así como los espacios membranosos, pero la anomalía se loca- liza en la parte cocleosacular. Aplasia de Bing-Siebenmann. Se caracteriza por presentar un laberinto óseo normal y alteraciones en el laberinto membranoso tanto coclear como vesti- bular. Se asocia a pacientes con retinitis pigmentaria y retraso mental. Displasia tipo Alexander. Afecta al sistema mem- branoso coclear; el laberinto óseo es normal. Por tanto, las exploraciones radiológicas actuales pueden aportar pocos datos. Anomalías del CAI. Generalmente, se asocian con estrechamiento del conducto, y se asocian también con hipoacusia neurosensorial. Se debe practicar una
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