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111 comprenderse y practicarse a la luz de los factores de dignidad, si no desea correr el riesgo de que el tratamiento se convierta en una estéril técnica. En otras palabras, la comprensión humana del paciente y el deseo de penetrar hasta los problemas emocionales íntimos del paciente, debería formar parte del arsenal terapéutico del médico como cualquier otro instrumento. Caso Real: En agosto de 2000, en la ciudad de Tijuana, Baja california, una joven mujer expreso a sus padres el deseo de que cuando muriera le gustaría donar todos los órganos que le pudieran ser útiles a otras personas. Días después un accidente automovilístico le ocasionó la muerte cerebral. Sus padres recordando el deseo de su hija y con la ayuda de la coordinadora hospitalaria del Hospital Fray Junipero Serra, Arminda Rodríguez Ambriz, realizaron todos los procedimientos legales para permitir la donación de los órganos. El doctor Ismael González Contreras se encargo de la cirugía en la que se extrajeron cinco órganos que le salvarían la vida a tres personas. Dos pacientes de Tijuana se vieron beneficiados con los riñones, una persona de Guadalajara recibió el hígado y las corneas fueron implantadas en dos pacientes del Distrito Federal. De esta forma gracias a la generosidad de la mujer y de su familia, y a los prontos servicios de las enfermeras, doctores y especialistas legales, se salvó la vida a tres personas y otras dos vieron la luz. Este es un claro ejemplo de las maravillas que se pueden lograr gracias a la donación y trasplante de órganos.
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