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1 Fisiología gastrointestinal y nutrición (79)

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Microbiota intestinal, prebióticos y probióticos
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estrictas aumenta en el colon, las anaerobias facul-
tativas declinan, de tal manera que las primeras lle-
gan a superar a las segundas en una proporción de 
1.000:1. Este proceso sigue una secuencia que lleva 
finalmente al establecimiento de una microbiota in-
dividual y característica. La complejidad de este eco-
sistema confiere a la MI una cierta estabilidad que, 
en el largo plazo, la hace resistente a los cambios de 
su medio ambiente.
Distribución de la microbiota intestinal 
en el tubo digestivo
La MI no está distribuída homogéneamente a lo 
largo del tubo digestivo ya que existe una gradiente 
próximo-distal de microorganismos. A pesar de ha-
ber sido considerado como prácticamente estéril 
durante mucho tiempo en razón de su pH bajo, el es-
tómago posee una microbiota poco numerosa pero 
específica y, en particular, poblaciones endógenas 
de lactobacilos; además, puede ser colonizado por 
el patógeno H. pylori que está adaptado a este eco-
sistema extremo. Los recuentos de bacterias tienden 
a ser bajos en el duodeno y yeyuno, con predomi-
nio de microorganismos aerobios (103 a 105/g); los 
recuentos aumentan en el íleon (106 a 108/g) y la 
proporción de anaerobios estrictos se incrementa. 
La válvula ileocecal impide el reflujo del contenido 
cecal hacia los segmentos más altos del intestino 
delgado y contribuye a mantener niveles bacteria-
nos relativamente bajos en el íleon. La alteración de 
la función de esta válvula, descrita en pacientes con 
enfermedad de Crohn o con resección quirúrgica, se 
asocia con la contaminación del íleon terminal y con 
malabsorción de las sales biliares conjugadas y/o de 
vitamina B12, cuyo transporte activo se efectúa en 
dicha región del intestino delgado. En el colon se 
encuentran las concentraciones más elevadas de 
bacterias, entre 109 y 1011/g de contenido colónico, 
principalmente anaerobios estrictos (>99.9%). 
En el colon derecho se producen procesos intensos 
de fermentación de carbohidratos, las poblaciones 
bacterianas están en crecimiento activo, existen al-
tas concentraciones (127 mM) de ácidos grasos vo-
látiles (AGV) y el pH es bajo (5,4 - 5,9) mientras que 
en el colon izquierdo, los procesos de fermentación 
son menos intensos y utilizan mayormente proteí-
nas como sustrato; por lo tanto, la concentración de 
AGV es menor (90 mM) y el pH más alto (6,6 - 6,9). 
Estas características hacen que las poblaciones bac-
terianas difieran en ambos segmentos del colon; 
también existen diferencias con la microbiota fecal. 
Importancia de la dieta del recién nacido 
en la génesis de su microbiota intestinal
La leche materna posee hidratos de carbono que fa-
vorecen el establecimiento de una MI característica 
del lactante. La alta concentración de lactosa de la 
leche materna (71 g/L) hace que este azúcar no al-
cance a ser digerido en su totalidad por la lactasa 
del intestino proximal, y por lo tanto, cantidades de 
este hidrato de carbono llegan al colon. Su fermen-
tación por poblaciones bacterianas como lactobaci-
los y bífidobacterias produce AGV que contribuyen 
a mantener bajo el pH del lumen. La leche materna, 
contrariamente a la leche de vaca, contiene además 
altas concentraciones de oligosacáridos complejos 
(~ 9-12 g/L), que actúan también como factores bifi-
dogénicos. Los nucleótidos, así como algunos pépti-
dos que provienen de la hidrólisis de la caseína tales 
como el glicomacropéptido, también estimulan el 
crecimiento de las bifidobacterias. Más recientemen-
te se ha descrito la presencia en la leche materna 
de bacterias lácticas, lactobacilos, bifidobacterias, 
lactococos, estreptococos, enterococos, etc., que 
también podrían contribuir al proceso de coloni-
zación del tubo digestivo del recién nacido. Se han 
propuesto dos hipótesis para explicar este hallazgo: 
la primera de ellas es la formación de un biofilm que 
incorpora dichas bacterias en la superficie del pezón 
y de los galactóforos y que permitiría su liberación 
en la leche durante el amamantamiento. La otra hi-
pótesis es que estas bacterias serían aportadas a la 
leche por células inmunes (células dendríticas por 
ejemplo) que serían capaces de fagocitar estas bacterias

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