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Microbiota intestinal, prebióticos y probióticos - 216 - estrictas aumenta en el colon, las anaerobias facul- tativas declinan, de tal manera que las primeras lle- gan a superar a las segundas en una proporción de 1.000:1. Este proceso sigue una secuencia que lleva finalmente al establecimiento de una microbiota in- dividual y característica. La complejidad de este eco- sistema confiere a la MI una cierta estabilidad que, en el largo plazo, la hace resistente a los cambios de su medio ambiente. Distribución de la microbiota intestinal en el tubo digestivo La MI no está distribuída homogéneamente a lo largo del tubo digestivo ya que existe una gradiente próximo-distal de microorganismos. A pesar de ha- ber sido considerado como prácticamente estéril durante mucho tiempo en razón de su pH bajo, el es- tómago posee una microbiota poco numerosa pero específica y, en particular, poblaciones endógenas de lactobacilos; además, puede ser colonizado por el patógeno H. pylori que está adaptado a este eco- sistema extremo. Los recuentos de bacterias tienden a ser bajos en el duodeno y yeyuno, con predomi- nio de microorganismos aerobios (103 a 105/g); los recuentos aumentan en el íleon (106 a 108/g) y la proporción de anaerobios estrictos se incrementa. La válvula ileocecal impide el reflujo del contenido cecal hacia los segmentos más altos del intestino delgado y contribuye a mantener niveles bacteria- nos relativamente bajos en el íleon. La alteración de la función de esta válvula, descrita en pacientes con enfermedad de Crohn o con resección quirúrgica, se asocia con la contaminación del íleon terminal y con malabsorción de las sales biliares conjugadas y/o de vitamina B12, cuyo transporte activo se efectúa en dicha región del intestino delgado. En el colon se encuentran las concentraciones más elevadas de bacterias, entre 109 y 1011/g de contenido colónico, principalmente anaerobios estrictos (>99.9%). En el colon derecho se producen procesos intensos de fermentación de carbohidratos, las poblaciones bacterianas están en crecimiento activo, existen al- tas concentraciones (127 mM) de ácidos grasos vo- látiles (AGV) y el pH es bajo (5,4 - 5,9) mientras que en el colon izquierdo, los procesos de fermentación son menos intensos y utilizan mayormente proteí- nas como sustrato; por lo tanto, la concentración de AGV es menor (90 mM) y el pH más alto (6,6 - 6,9). Estas características hacen que las poblaciones bac- terianas difieran en ambos segmentos del colon; también existen diferencias con la microbiota fecal. Importancia de la dieta del recién nacido en la génesis de su microbiota intestinal La leche materna posee hidratos de carbono que fa- vorecen el establecimiento de una MI característica del lactante. La alta concentración de lactosa de la leche materna (71 g/L) hace que este azúcar no al- cance a ser digerido en su totalidad por la lactasa del intestino proximal, y por lo tanto, cantidades de este hidrato de carbono llegan al colon. Su fermen- tación por poblaciones bacterianas como lactobaci- los y bífidobacterias produce AGV que contribuyen a mantener bajo el pH del lumen. La leche materna, contrariamente a la leche de vaca, contiene además altas concentraciones de oligosacáridos complejos (~ 9-12 g/L), que actúan también como factores bifi- dogénicos. Los nucleótidos, así como algunos pépti- dos que provienen de la hidrólisis de la caseína tales como el glicomacropéptido, también estimulan el crecimiento de las bifidobacterias. Más recientemen- te se ha descrito la presencia en la leche materna de bacterias lácticas, lactobacilos, bifidobacterias, lactococos, estreptococos, enterococos, etc., que también podrían contribuir al proceso de coloni- zación del tubo digestivo del recién nacido. Se han propuesto dos hipótesis para explicar este hallazgo: la primera de ellas es la formación de un biofilm que incorpora dichas bacterias en la superficie del pezón y de los galactóforos y que permitiría su liberación en la leche durante el amamantamiento. La otra hi- pótesis es que estas bacterias serían aportadas a la leche por células inmunes (células dendríticas por ejemplo) que serían capaces de fagocitar estas bacterias
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