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1 Fisiología gastrointestinal y nutrición (80)

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Microbiota intestinal, prebióticos y probióticos
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en la mucosa intestinal de la madre y a continuación 
transitar por la circulación sistémica hasta la glándu-
la mamaria donde las liberarían en la leche. El hecho 
que la función gástrica de secreción de ácido clorhí-
drico esté inmadura en el recién nacido, facilitaría la 
sobrevida de las bacterias lácticas aportadas por la 
leche materna y aumentaría la probabilidad de que 
puedan colonizar el TD. De esta forma la leche ma-
terna puede ser considerada como un simbiótico ya 
que está entregando al lactante posibles probióticos 
(lactobacilos y bifidobacterias) y prebióticos (lactosa, 
oligosacáridos, nucleótidos). La presencia de estos 
distintos factores explica porqué las bifidobacterias 
son más frecuentemente dominantes en las deposi-
ciones de los lactantes amamantados que en aque-
llos que reciben fórmulas lácteas basadas en la le-
che de vaca. Se considera que los niños alimentados 
con leche materna tienen una MI más homogénea 
que aquellos que reciben fórmulas lácteas, con 
recuentos más bajos de clostridios, enterococos, 
Klebsiella y Enterobacter y más altos de bifidobacte-
rias y lactobacilos. Cabe destacar, sin embargo, que 
el enriquecimiento cada vez más común de las for-
mulas infantiles con fructo- y/o galacto-oligosacári-
dos tiende a disminuir las diferencias en la compo-
sición de la MI entre los recién nacidos alimentados 
con leche materna o con fórmula. 
Mecanismos de control de la microbiota 
intestinal por el huésped
El organismo posee diversos mecanismos destina-
dos al control de la proliferación de los microorga-
nismos presentes en el tubo digestivo. La acidez 
gástrica es uno de los más eficaces, ya que el ácido 
clorhídrico es un excelente bactericida. Su disminu-
ción debido al consumo de fármacos, (bloqueadores 
de la bomba de protones o de los receptores H2 de 
histamina), a procedimientos quirúrgicos y al enve-
jecimiento, se asocia con el sobrecrecimiento de 
coliformes y de otros microorganismos gram negati-
vos en el estómago y el duodeno. Los pacientes con 
aclorhidria tienden a sufrir episodios más graves de 
salmonelosis o de cólera. Las sales biliares vaciadas 
en el lumen duodenal también ejercen un efecto 
bactericida. El peristaltismo es otro mecanismo de 
defensa importante; su alteración, que se traduce 
por una menor velocidad de progresión del conteni-
do intestinal o incluso su estancamiento, puede ser 
debida a fármacos, a asas ciegas o divertículos, o a 
alteraciones de la inervación autónoma (como en la 
diabetes mellitus o la esclerodermia) y se asocia rá-
pidamente con la proliferación de una MI anormal 
en el lumen del segmento afectado. Esto puede re-
sultar en la aparición del síndrome del asa ciega, con 
deconjugación de las sales biliares, malabsorción de 
nutrientes y vitaminas y diarrea profusa. 
El flujo de las secreciones hidroelectrolíticas y en-
zimáticas de la mucosa digestiva y de sus glándulas 
anexas arrastra mecánicamente bacterias y otros 
agentes exógenos potencialmente patógenos y fa-
vorece su eliminación. La liberación de lisozima y 
defensinas con actividad antibiótica por las células 
de Paneth de la mucosa intestinal, también contri-
buye a controlar la proliferación de los microorga-
nismos en el fondo de las criptas. El mucus del tubo 
digestivo está formado principalmente por glicopro-
teínas de alto peso molecular, las mucinas, que son 
secretadas por las células caliciformes del epitelio y 
forman complejos macromoleculares con los pépti-
dos en forma de trébol (trefoil factors) liberados por 
estas mismas células. El mucus forma una capa con-
tinua y viscosa adherida a la superficie de la mucosa 
y tiene la capacidad de ligar moléculas y de aglutinar 
bacterias mediante los residuos glucídicos de sus ca-
denas de hidratos de carbono; además, el mucus in-
hibe la adherencia de bacterias al epitelio intestinal. 
La misma microbiota residente representa un pode-
roso mecanismo de defensa que actúa por diversos 
medios: ocupa nichos específicos en la superficie de 
la mucosa y en el lumen intestinal, compite por nu-
trientes e inhibe el crecimiento de microorganismos 
patógenos a través de la producción de peróxido de 
hidrógeno, bacteriocinas, AGV y el mantenimiento 
de un potencial de óxido-reducción bajo. Por otra 
parte, existen tanto en el epitelio como en la mu-
cosa subyacente, distintos tipos de células inmunes

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