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1 Fisiología gastrointestinal y nutrición (127)

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Mecanismos de control de la ingesta de alimentos
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por neuronas y están en contacto con el líquido 
cefalorraquídeo ventricular; además, estos núcleos 
cerebrales poseen una débil barrera hematoence-
fálica que es permeable a moléculas circulantes, a 
diferencia del resto del SNC que está relativamen-
te aislado de las señales hormonales presentes en 
el plasma. Esto hace que el área postrema sea una 
de las regiones del cerebro que pueden detectar 
cambios químicos de la composición de la sangre y 
responden a señales humorales —típicamente pép-
tidos— que no atraviesan la barrera hematoencefá-
lica. El área postrema es un subnúcleo del núcleo del 
tracto solitario y básicamente establece las mismas 
conexiones axonales con el cerebro que el núcleo 
del tracto solitario. En otras palabras, las señales de 
saciedad —nerviosas y humorales— ingresan al SNC 
por el núcleo del tracto solitario y el área postrema 
y desde allí son distribuidas a los diferentes niveles 
del SNC que controlan la ingesta de alimentos y que, 
paralelamente, originan la percepción subjetiva de 
saciedad y probablemente también dan cuenta del 
placer de comer.
Además de la CCK, se han descubierto otras hormo-
nas liberadas en distintos niveles del tubo digestivo 
que por diversos mecanismos contribuyen en el cor-
to plazo a la saciedad y la disminución de la ingesta. 
El péptido PYY, secretado por las células L a lo largo 
del intestino y particularmente en el colon y en me-
nor medida en el íleon en proporción a las calorías 
ingeridas, es una importante señal de saciedad que 
en animales y seres humanos modula la actividad 
de regiones homeostáticas y corticolímbicas hedó-
nicas, de modo que cuando el nivel plasmático de 
PYY es alto, los factores hedónicos de la comida pre-
dicen de mejor forma la ingesta. En cambio, cuando 
PYY está bajo, la activación hipotalámica predice la 
ingesta (9). PYY está siendo considerado como una 
opción terapéutica para controlar el peso de sujetos 
obesos.
Por su naturaleza —en cuanto a que son variables 
que dependen del contenido del tubo digestivo— 
las señales de saciedad controlan en el corto plazo la 
ingesta de alimento al influir negativamente sobre el 
tamaño de cada comida. Otras señales, más lentas y 
de efecto más duradero, regulan la magnitud de los 
depósitos de energía del organismo al afectar tanto 
la ingesta de comida como el gasto de energía.
Figura 3. Esquema del curso temporal 
que siguen las señales hormonales de 
hambre o de saciedad antes, durante 
y después de una comida. Se indican 
solamente las señales más estudia-
das, distinguiendo las señales más 
tempranas (CCK y amilina) de aque-
llas más tardías (PYY, GLP-1 y oxinto-
modulina).
Figura 3Figura 3
N
iv
el
 p
la
sm
áti
co
Grelina
Comida
Saciedad
Tiempo
Hambre
CCK
Amilina
PYY
GLP-1
oxintomodulina

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