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1 Fisiología gastrointestinal y nutrición (136)

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CAPITULO 15
Fisiopatología de la malabsorción
La digestión y absorción de nutrientes es un proceso 
que integra a todas las estructuras y funciones del 
aparato digestivo y sus glándulas anexas; en dicho 
proceso participan además la circulación sanguínea 
intestinal y portal y los vasos linfáticos, que aportan 
a los tejidos gastrointestinales oxígeno, hormonas y 
factores de crecimiento. Los mecanismos incluyen el 
transporte de los productos terminales de la diges-
tión y absorción desde el epitelio intestinal hacia el 
resto del organismo. Estos mecanismos de digestión 
y absorción sufren alteraciones causadas por diver-
sas patologías, que tienen como resultado pérdidas 
excesivas de nutrientes por las heces (1). 
La detección de la malabsorción de un nutriente in-
dica que se ha producido un considerable deterioro 
del funcionamiento del aparato digestivo, que pue-
de ser el resultado de una alteración de la anatomía 
e histología, de alteraciones de los procesos de di-
gestión intraluminal o de la digestión terminal en la 
membrana de las microvellosidades, del transporte 
a través de dichas membranas, de la membrana ba-
solateral de los enterocitos, o por la vía sanguínea 
portal o linfática. Esto indica también que en el apa-
rato digestivo ya no queda capacidad de adaptación 
y de compensación y que en consecuencia, el orga-
nismo entra en un balance negativo para uno o va-
rios nutrientes. Algunas de las patologías que llevan 
a esta situación son congénitas pero otras son ad-
quiridas y aparecen enumeradas en la Tabla 1 (2,3).
La malabsorción es definida por la pérdida a través 
de las deposiciones de nutrientes o compuestos de-
rivados de ellos en niveles por encima de sus valores 
normales de excreción, proceso que se puede acom-
pañar o no de diarrea. El problema reside en definir 
cuales son los niveles normales de excreción fecal. El 
parámetro normal de excreción fecal fue definido en 
primer lugar para las grasas, ya que en diversas pa-
tologías su presencia aumentada es muy evidente. 
Por otra parte, prácticamente no hay excreción de 
hidratos de carbono y una parte considerable del ni-
trógeno fecal proviene de la microflora del colon. En 
las décadas de 1940 y 1950 se desarrollaron diver-
sos métodos de medición y balance que permitie-
ron establecer valores normales para los lípidos con 
una aproximación razonable. El método más acep-
tado es el de van de Kamer, pese a las limitaciones 
derivadas de la dificultad para determinar el punto 
exacto en que se completa la titulación de los ácidos 
grasos liberados por el proceso de hidrólisis y de que 
los cálculos no toman en cuenta de manera exacta 
los triglicéridos de cadena media y los ácidos gra-
sos poliinsaturados (4). Posteriormente aparecieron 
el esteatocrito y el esteatocrito ácido que aunque 
prácticos, son mucho menos precisos (5). El uso de 
ácidos grasos y triglicéridos marcados con carbono 
14 (14C) permitió mediciones más precisas pero el 
empleo de un isótopo radioactivo con larga vida me-
dia representó un obstáculo que fue resuelto por los 
compuestos marcados con deuterio (2H) o con car-
bono13 (13C), isótopos ambos no radioactivos (6). El 
13C permite un alto grado de precisión pero los sus-
tratos utilizados son caros y las lecturas requieren: 
espectrómetros de masa, espectrómetros de infra-
rrojo, o espectrometría de ionización por infrarrojo 
Alteraciones de la absorción 
de nutrientes. Enfermedad celíaca
Sylvia Cruchet, Óscar Brunser
	otro
	LIBRO Cap.15(FINAL)

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