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CAPITULO 15 Fisiopatología de la malabsorción La digestión y absorción de nutrientes es un proceso que integra a todas las estructuras y funciones del aparato digestivo y sus glándulas anexas; en dicho proceso participan además la circulación sanguínea intestinal y portal y los vasos linfáticos, que aportan a los tejidos gastrointestinales oxígeno, hormonas y factores de crecimiento. Los mecanismos incluyen el transporte de los productos terminales de la diges- tión y absorción desde el epitelio intestinal hacia el resto del organismo. Estos mecanismos de digestión y absorción sufren alteraciones causadas por diver- sas patologías, que tienen como resultado pérdidas excesivas de nutrientes por las heces (1). La detección de la malabsorción de un nutriente in- dica que se ha producido un considerable deterioro del funcionamiento del aparato digestivo, que pue- de ser el resultado de una alteración de la anatomía e histología, de alteraciones de los procesos de di- gestión intraluminal o de la digestión terminal en la membrana de las microvellosidades, del transporte a través de dichas membranas, de la membrana ba- solateral de los enterocitos, o por la vía sanguínea portal o linfática. Esto indica también que en el apa- rato digestivo ya no queda capacidad de adaptación y de compensación y que en consecuencia, el orga- nismo entra en un balance negativo para uno o va- rios nutrientes. Algunas de las patologías que llevan a esta situación son congénitas pero otras son ad- quiridas y aparecen enumeradas en la Tabla 1 (2,3). La malabsorción es definida por la pérdida a través de las deposiciones de nutrientes o compuestos de- rivados de ellos en niveles por encima de sus valores normales de excreción, proceso que se puede acom- pañar o no de diarrea. El problema reside en definir cuales son los niveles normales de excreción fecal. El parámetro normal de excreción fecal fue definido en primer lugar para las grasas, ya que en diversas pa- tologías su presencia aumentada es muy evidente. Por otra parte, prácticamente no hay excreción de hidratos de carbono y una parte considerable del ni- trógeno fecal proviene de la microflora del colon. En las décadas de 1940 y 1950 se desarrollaron diver- sos métodos de medición y balance que permitie- ron establecer valores normales para los lípidos con una aproximación razonable. El método más acep- tado es el de van de Kamer, pese a las limitaciones derivadas de la dificultad para determinar el punto exacto en que se completa la titulación de los ácidos grasos liberados por el proceso de hidrólisis y de que los cálculos no toman en cuenta de manera exacta los triglicéridos de cadena media y los ácidos gra- sos poliinsaturados (4). Posteriormente aparecieron el esteatocrito y el esteatocrito ácido que aunque prácticos, son mucho menos precisos (5). El uso de ácidos grasos y triglicéridos marcados con carbono 14 (14C) permitió mediciones más precisas pero el empleo de un isótopo radioactivo con larga vida me- dia representó un obstáculo que fue resuelto por los compuestos marcados con deuterio (2H) o con car- bono13 (13C), isótopos ambos no radioactivos (6). El 13C permite un alto grado de precisión pero los sus- tratos utilizados son caros y las lecturas requieren: espectrómetros de masa, espectrómetros de infra- rrojo, o espectrometría de ionización por infrarrojo Alteraciones de la absorción de nutrientes. Enfermedad celíaca Sylvia Cruchet, Óscar Brunser otro LIBRO Cap.15(FINAL)
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