Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Alteraciones de la absorción de nutrientes. Enfermedad celíaca - 282 - Marcadores genéticos La relación más estrecha de la EC se refiere a los marcadores HLA de clase II D. Los genes con los que se relacionan las regiones de clases I y III son conse- cuencia de desequilibrios de las uniones. En fecha reciente, pruebas convergentes originadas de pobla- ciones diferentes sugieren que la relación primaria de la EC reside en el heterodímero DQ α/β codifi- cado por los genes DQAJ *050J y DQB/*020J, que se localizan en cis (en sujetos DR3 y DQ2 positivos) o en trans (en individuos heterocigotos DR5 DQ7/ DR7 DQ2) (35). Esta molécula DQ está presente en una proporción de 95% o más en los pacientes con EC en comparación con 20 a 30% en las personas del grupo control. Los datos disponibles sobre pacientes con EC DQ2 negativos, indican que casi invariable- mente expresan los alelos HLA DR4 DQw8 (36). Se ha sugerido un efecto de dosis del gen porque se ha observado que los sujetos portadores de una doble dosis de DQB J *0201, tienen mayor riesgo de de- sarrollar EC (36). El mecanismo más probable para explicar la relación con los genes HLA de clase II, es que la molécula DQ liga un fragmento de péptido de un antígeno involucrado en la patogenia de la EC para presentarlo a las células T. Otros genes no HLA podrían conferir susceptibilidad a la EC. Tomando en cuenta la importancia de la res- puesta inmunitaria en la patogenia de esta enferme- dad, los genes probables serían aquéllos que tienen influencia en la respuesta de las células T. Entre ellos se encuentran los genes que codifican los recepto- res de las células T (T cell receptor, TCR), involucra- dos en el procesamiento o el transporte de pépti- dos dentro de la célula y los genes que controlan la síntesis de citoquinas o receptores de citoquinas. A este respecto, un alelo más raro del factor de necro- sis tumoral (tumor necrosis factor, TNF)-α, promotor de polimorfismo de región, se relaciona con la EC. Se espera que del análisis del genoma humano se genere más información respecto de los genes rela- cionados con la EC, investigaciones que hoy en día se llevan a cabo en varios laboratorios que estudian a pares de hermanos afectados (35-37). Epidemiología La frecuencia publicada de la EC sintomática es de 1 en 1.000 nacidos vivos, con márgenes de 1 en 250 en Suecia y 1 en 4.000 en Dinamarca. La prevalencia parece ser más alta en las mujeres que en los varo- nes. La frecuencia es mayor en Europa que en los Es- tados Unidos, aún en poblaciones con antecedentes genéticos similares. En las campañas de detección llevadas a cabo entre grupos en riesgo (por ejemplo en parientes en primer grado o en pacientes afecta- dos por patologías que se sabe están relacionadas con EC) se han identificado casos asintomáticos y también en individuos aparentemente sanos. En do- nantes de sangre se ha encontrado una prevalencia de EC asintomática de hasta 1 en 166. Catassi y co- laboradores evaluaron la prevalencia de la EC subclí- nica o silente en escolares asintomáticos de Italia y encontraron que era de 3,28 en 1.000 (38-40). Not y colaboradores descubrieron en Estados Uni- dos la presencia de anticuerpos antiendomisio en 8 de 2.000 donantes de sangre supuestamente sanos. Si se confirma en ellos el diagnóstico preliminar de EC, la prevalencia de esta enfermedad sería similar a la que se observa en Europa. Se han encontrado variaciones relevantes de su prevalencia no sólo en relación con el lugar geográfico sino también en el tiempo. Algunas de estas variaciones pueden ser consecuencia de factores ambientales distintos del consumo de gluten. Para explicar la evidente dismi- nución de la frecuencia de EC en ciertas áreas geo- gráficas se han tomado en cuenta cambios en las prácticas de alimentación de los lactantes, como la alimentación prolongada al pecho materno, menor antigenicidad de las fórmulas que se utilizan para alimentar a los lactantes y la introducción más tardía del gluten en la alimentación. Sin embargo, parece ser que en los países donde se ha observado una disminución evidente de la EC, la enfermedad real- mente no está desapareciendo sino que está cam- biando la forma en que se manifiesta clínicamente. En Finlandia esta enfermedad rara vez se diagnosti- ca antes de los cinco años de edad y la mayor parte de los casos son detectados en alumnos de la educa- ción primaria o en adolescentes (40b,41).
Compartir