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Alteraciones de la absorción de nutrientes. Enfermedad celíaca - 296 - longado (se espera que la mucosa haya regresado a la normalidad), y la última, después que se ha vuelto a confrontar al paciente con alimentos que contie- nen gluten (se espera que haya recurrido el aplana- miento de las vellosidades) (26). Veinte años después, una comisión de trabajo de la Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátricas (European Society of Pediatric Gastroen- terology and Nutrition, ESPGHAN) reconsideró estos criterios diagnósticos. Los dos requisitos considera- dos necesarios para el diagnóstico siguen siendo: - la existencia de aplanamiento de las vellosidades con hiperplasia de las criptas y anormalidades del epitelio superficial, mientras el paciente consume cantidades usuales de gluten; - la remisión clínica completa después de suprimir el gluten de la dieta. La presencia de anticuerpos circulantes del isotipo IgA contra la gliadina, la reticulina y/o el endomisio en el momento del diagnóstico y su desaparición con la dieta libre de gluten, añade peso al diagnósti- co. La biopsia para verificar los resultados de la dieta libre de gluten en la arquitectura de la mucosa intes- tinal se considera necesaria sólo en aquellos pacien- tes cuya respuesta clínica a la dieta es dudosa y en aquéllos que estaban asintomáticos cuando se hizo el diagnóstico (como suele ser el caso de los pacien- tes diagnosticados durante los exámenes de detec- ción inicial o de rastreo, por ejemplo los parientes en primer grado de sujetos con enfermedad celíaca demostrada) (66-68). Salvo en circunstancias especiales, la prueba de con- frontación con el gluten no es considerada indispen- sable. Entre dichas circunstancias se encuentran los casos en los que hubo duda respecto del diagnóstico inicial; por ejemplo, cuando no se obtuvieron biop- sias o cuando las muestras de tejido resultaron insu- ficientes o atípicas para EC. En estos casos puede ser necesaria la confrontación diagnóstica para excluir otras etiologías (por ejemplo la alergia a la leche de vaca, el síndrome postenteritis y la giardiasis) que pudieran ser causas del aplanamiento de la mucosa. Puesto que la mayor parte de estos trastornos se pre- sentan durante los primeros dos años de vida, la con- frontación con el gluten se recomienda con mayor frecuencia para aquellos pacientes que fueron diag- nosticados antes de cumplir dos años de edad (66). No es recomendable hacer la prueba de confronta- ción con gluten muy pronto después de la primera biopsia. Se ha observado que los niños que han sido confrontados con el gluten antes de los tres años de edad muestran defectos del esmalte en los inci- sivos centrales permanentes. Más aún, administrar gluten a niños que son celíacos repercute en su cre- cimiento. Cuando los niños son mayores, y pueden cooperar con el procedimiento, es técnicamente más fácil obtener las muestras de mucosa del intestino delgado para el examen histológico. Las pruebas de confrontación con gluten deben ser desaconsejadas antes de los siete años de edad y durante el periodo de crecimiento rápido de la pubertad. Una vez que se ha decidido hacer la prueba de con- frontación, ésta se debe realizar bajo estricta super- visión médica. Debe ser precedida por la evaluación histológica de la mucosa y es necesario administrar una dosis estandarizada de por lo menos 10 g de gluten por día sin alterar los hábitos alimentarios ya establecidos por el régimen sin gluten. Se toma otra biopsia de la mucosa intestinal cuando se produce la recidiva clínica o, en todos los casos, tres a seis meses después del comienzo de la confrontación. Para acortar la duración de la prueba de confron- tación con el gluten, más que los síntomas clínicos son los exámenes de laboratorio (anticuerpos IgA contra gliadina, reticulina y/o endomisio, pruebas de absorción y de permeabilidad) los que deben servir de guía a fin de establecer el momento apro- piado para obtener la biopsia de la mucosa. Si no hay cambios en la arquitectura de la mucosa o éstos son mínimos, en ausencia de síntomas o de altera- ciones de las pruebas de laboratorio, se debe iniciar un seguimiento cercano y repetir la biopsia a los dos años. Si el cuadro histológico no ha variado, es fun- damental dar un seguimiento a más largo plazo, en la vida adulta y tomar otras biopsias si reaparecen los síntomas o cuando los exámenes de anticuerpos resultan anormales.
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