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1 Fisiología gastrointestinal y nutrición (171)

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Fisiología hepática
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Síntesis y propiedades químicas de las 
sales biliares
En el ser humano las sales biliares primarias, el cola-
to (C) y el quenonodesoxicholato (CDC) son sintetiza-
das por los hepatocitos mediante la 7-hidroxilación 
del colesterol por una hidroxilasa específica. Sobre 
esta enzima actúan a su vez los productos finales de 
este proceso, que regulan la síntesis por inhibición. 
A partir de este compuesto, y por sucesivas hidroxi-
laciones, se obtiene colil-CoA, el intermediario de 
todos los ácidos biliares. Las sales biliares se forman 
debido a que el grupo carboxilo terminal de la cade-
na lateral activada reacciona con el grupo amino de 
la glicina o de la taurina (ver capítulo 7). Éstas son 
moléculas anfipáticas más hidrofílicas que el coles-
terol, por lo que pueden formar micelas que partici-
pan en la absorción de las grasas y las vitaminas lipo-
solubles en el intestino (1, 4, 8). Las sales biliares no 
conjugadas tienen un pKa de aproximadamente 5. 
La hidroxilación con taurina o glicina reduce el pKa 
de las sales biliares aumentando su solubilidad en 
el agua y disminuyendo su capacidad para atravesar 
membranas lipídicas (9, 10). Los alcoholes biliares 
C27 se conjugan con sulfato y las sales biliares C27 
con taurina. Las sales biliares C24 se conjugan prin-
cipalmente con taurina o glicina y en menor medida 
con glucuronato, N-acetilglucosamina o sulfato (1). 
Dentro de los márgenes fisiológicos de pH, la ma-
yor parte de las sales biliares están presentes en su 
forma desprotonada, pero en circunstancias en que 
existe mayor concentración de ácido predomina en 
la forma protonada (ácidos biliares). Las sales bilia-
res ionizadas son más anfipáticas, más solubles en 
agua y constituyen un emulsionante más potente 
que los ácidos biliares protonados, lo que permite la 
formación de micelas mixtas. En un margen de pH 
entre 5 y 7 en el lumen del duodeno, la conjugación 
con glicina o taurina aumenta la proporción de sales 
biliares ionizadas por sobre la concentración de áci-
dos biliares protonados. La taurina y la glicina con-
jugadas con las sales biliares son resistentes a la hi-
drólisis enzimática por las esterasas pancreáticas (1). 
Todas estas características favorecen la absorción de 
grasas en el intestino; sin embargo, también pueden 
ser potencialmente nocivas para la integridad de la 
membrana celular en situaciones en que se produce 
colestasis. 
Los ácidos y las sales biliares participan en un ciclo 
de circulación enterohepática que opera entre 10 
y 12 veces al día. Durante cada paso de este ciclo 
una pequeña cantidad de los ácidos biliares prima-
rios llega al colon, donde las bacterias anaerobias 
que poseen enzimas con actividad 7-α-hidroxilasa, 
forman ácidos biliares secundarios. Así, el ácido 
cólico es convertido en ácido desoxicólico, que es 
reabsorbido y vuelto a conjugar en su mayor par-
te. Los conjugados del ácido quenodesoxicólico son 
convertidos en el colon en su forma de ácido biliar 
secundario, el ácido litocólico. Parte de este ácido 
biliar secundario insoluble también es reabsorbido, 
contribuyendo a la formación de sales biliares ter-
ciarias, como el ursodesoxicolato (UDC) o, en su for-
ma protonada, al ácido ursodesoxicólico; el resto se 
pierde en las heces (11).
Composición del pool de sales biliares
La composición del pool de sales biliares es el resul-
tado de un proceso dinámico. Esto porque es influi-
do por la síntesis hepática de las sales biliares prima-
rias y por su metabolismo hepático e intestinal. La 
contribución relativa de las sales biliares primarias 
y secundarias al pool puede variar, dependiendo de 
los mecanismos de regulación y de factores ambien-
tales. En el ser humano, el UDC se forma por acción 
de las bacterias del colon a partir de la sal biliar pri-
maria, el CDC. Su síntesis se produce a través de un 
intermediario llamado 7-quetolitocolato y, por lo 
tanto, el UDC es una sal biliar de origen terciario. 
Esta sal biliar representa aproximadamente entre el 
1 y el 3% de las sales biliares (1). El C, CDC y el DC 
constituyen más del 95% de las sales biliares, y casi 
todas están en forma conjugada. La proporción de 
LC y UDC es muy variable, pero rara vez supera el 
5%. Cuando se lo administra en dosis terapéuticas,

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