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Fisiología hepática - 311 - Se han detectado defectos hereditarios en ocho de las enzimas que participan en la biosíntesis de los ácidos biliares: CYP7A1, CYP27A1, CYP8B1, HSD3B7, AKR1C4, AMACR, EHHADH y el coenzima del áci- do biliar A (BAAT). En algunos casos, un defecto en una única enzima no es suficiente para que se dejen de producir todos los ácidos biliares debido a que existen múltiples vías biosintéticas. El defecto más frecuente de la síntesis de ácidos biliares, es la defi- ciencia de 3β-hidroxi-C27-esteroide oxidorreductasa (HSD3B7), que se caracteriza por colestasis intrahe- pática progresiva, con acumulación de ácidos biliares anormales. La bomba de exportación BSEP (ABCB11) transporta inadecuadamente estos conjugados in- usuales del ácido dihidroxi- y trihidroxi-5-colenoico, que interfieren además con la secreción canalicular de otros ácidos biliares. Las manifestaciones clínicas incluyen hiperbilirrubinemia no conjugada, ictericia, aumento de las transaminasas séricas, malabsorción de lípidos y de vitaminas liposolubles, prurito y retra- so del crecimiento. La evolución de la enfermedad es variable pero al final, en una gran proporción de los pacientes afectados, se produce una cirrosis con insuficiencia hepática. El tratamiento con ácidos bi- liares exógenos, como el ácido ursodesoxicólico, re- vierte las anomalías bioquímicas y puede mejorar el pronóstico (8, 12, 26). Defectos del transporte de las sales y los ácidos biliares La colestasis intrahepática familiar progresiva (PFIC) tiene tres formas, los tipos 1 (o enfermedad de Byler), 2 y 3. Se caracteriza por desórdenes genéticos de la secreción biliar en los que la anomalía fundamental es el transporte hepatobiliar defectuoso, directo o indirecto, de los ácidos biliares y/o fosfolípidos. De estas enfermedades, la PFIC tipo 2 es causada por una mutación del gen ABCB11; esto produce una alteración de la bomba de exportación de sales bi- liares, BSEP, el principal agente responsable de la secreción dependiente de ATP, de los ácidos biliares monoaniónicos a través de la membrana canalicu- lar (8). En estos pacientes se observan altos niveles séricos de ácidos biliares en conjunto con una enfer- medad hepática progresiva e intensa. La variante menos grave de la PFIC tipo 2 es la co- lestasia intrahepática recurrente benigna (BRIC) tipo 2. Ésta es una condición caracterizada por crisis in- termitentes de colestasis sin daño hepático perma- nente. La BRIC tipo 2 también es causada por mu- taciones en el gen ABCB11, así como la PFIC 2 y la colestasis intrahepática del embarazo (8, 27-29). Enfermedades por depósito hepático El término “depósito” o “almacenamiento” puede ser usado para incluir diversas enfermedades que se ca- racterizan por la acumulación anormal o excesiva de un metabolito o sustancia en uno de los com- partimentos celulares o extracelulares del hígado. Esto puede incluir su almacenamiento en los hepa- tocitos, las células reticuloendoteliales (células de Küpffer y otros macrófagos), las células estrelladas y otras células mesenquimales, canalículos, conductos biliares, espacio de Disse y en los vasos sanguíneos. Además, puede indicar una enfermedad metabóli- ca hereditaria o puede ser parte de algún otro tipo de proceso (30). Los trastornos primarios del meta- bolismo y las enfermedades por depósito son cau- sados por factores endógenos, por lo general una mutación genética. Puesto que el defecto congénito está localizado predominantemente en el hígado, las enfermedades resultantes también se ponen de ma- nifiesto en este órgano. En casi todas las enfermeda- des del hígado se producen trastornos secundarios del metabolismo y están presentes fenómenos por depósito. En estos trastornos, primarios o secunda- rios, se pueden ver afectadas casi todas sus funcio- nes metabólicas (31). En este capítulo se revisa la fisiopatología de las enfermedades más frecuentes por depósito. Enfermedades por depósito de proteínas Déficit de α-1 antitripsina El déficit de α-1-antitripsina (A1AT) se asocia con en- fermedad hepática y, en algunos casos, con enfise- ma pulmonar. Puede afectar a niños y adultos y no tiene un tratamiento específico. Se transmite con un
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