Logo Studenta

1 Fisiología gastrointestinal y nutrición (176)

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Fisiología hepática
- 313 -
se expresa en la superficie de esas células. Para re-
gular la expresión de la hepcidina son necesarios los 
genes HFE, TfR2 y el de la hemojuvelina (HJV), que 
son expresados dependiendo de las necesidades de 
hierro del organismo. La pérdida de cualquiera de 
estos reguladores conduce a un aumento patológico 
del hierro plasmático. 
El hierro es utilizado por la médula ósea para la eri-
tropoyesis y por el músculo esquelético para su in-
corporación en la mioglobina y es almacenado en el 
hepatocito en forma de ferritina. El resto permane-
ce en la circulación porque, aparte de la menstrua-
ción, el organismo no tiene una forma efectiva de 
eliminarlo. Por lo tanto, el exceso de hierro plasmá-
tico se acumulará en los tejidos causando daño a la 
estructura celular por estrés oxidativo. 
Las características de la sobrecarga de hierro en la 
circulación dependen de cuál regulador de la hepci-
dina se ha perdido. La acumulación puede ser leve a 
moderada y gradual, como ocurre cuando está pre-
sente una mutación de HFE, o masiva y rápida cuan-
do se pierde el regulador de la HJV. Esto se traduce 
en hemocromatosis leves (como las asociadas con 
la mutación del gen HFE) o más severas [asociadas 
con alteraciones de HJV o de la hepcidina (HAMP)]. 
La pérdida de TfR2 probablemente causa un nivel 
intermedio de deficiencia de hepcidina que produce 
en el adulto una sobrecarga de hierro, que se desa-
rrolla habitualmente antes que la observada en la 
hemocromatosis relacionada con el HFE y es algo 
más grave. La hemocromatosis también puede estar 
asociada con mutaciones en la FPN y se manifiesta 
debido a que el exportador de hierro, que se en-
cuentra en la membrana celular de los macrófagos y 
enterocitos, no responde al estímulo de la hepcidi-
na. En este caso, a pesar de que la hepcidina es sin-
tetizada y liberada adecuadamente en respuesta a 
los niveles crecientes de hierro en el plasma, el gen 
mutado de la FPN continúa liberando hierro prove-
niente de la dieta hacia el plasma, el que se acumula 
en los macrófagos. 
En las etapas precoces de la enfermedad se obser-
van elevaciones de las transaminasas acompañadas 
de niveles de ferritina y de porcentajes elevados de 
saturación de la transferrina; en etapas más avanza-
das, se observan complicaciones como la cirrosis he-
pática, la diabetes mellitus, el hipogonadismo, etc. 
El diagnóstico se realiza por la sospecha clínica, la 
demostración de una sobrecarga de hierro (ferritina 
elevada y porcentajes de saturación de transferrina 
iguales o mayores de 45%) y por el estudio genéti-
co del gen HFE (homocigotos C282Y o heterocigotos 
compuestos C282Y/H63D). La biopsia hepática es un 
método de gran ayuda para corroborar el diagnós-
tico, pero actualmente contamos con métodos no 
invasivos, como la resonancia magnética, que nos 
permite evaluar la sobrecarga de hierro en el híga-
do. El tratamiento se basa en la depleción del exceso 
de hierro a través de sangrías y de la administración 
de quelantes de hierro, dependiendo de la situación 
clínica (34). 
Enfermedad por depósito de cobre
(Enfermedad de Wilson)
La enfermedad de Wilson es una patología au-
tosómica recesiva cuya prevalencia se estima en 
1:30.000 personas. Es causada por una mutación del 
gen ATP7B (localizado en el brazo largo del cromo-
soma 13), que codifica una proteína transportadora 
de cobre que traslada el metal desde los hepatoci-
tos hasta la bilis. Como consecuencia de esta falla, 
el movimiento del cobre en los hepatocitos es muy 
limitado, con disminución de la excreción biliar de 
cobre y disminución de la incorporación de cobre en 
la ceruloplasmina. Como la bilis es la única vía para 
eliminar el exceso de cobre, éste se acumula en el 
hígado y causa daño hepático agudo y/o crónico. 
La ceruloplasmina sérica está disminuida, en parte 
debido a la disminución de su síntesis hepática y en 
parte debido a la descomposición acelerada de su 
componente proteico cuando no está asociado con 
cobre. Con el tiempo, la acumulación de cobre exce-
de la capacidad de almacenamiento del hígado y el 
cobre queda libre y se deposita en otros órganos, in-
cluyendo el cerebro, los riñones y la córnea. El cobre

Continuar navegando