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CAPITULO 17 Los antiguos griegos buscaron una respuesta para la pregunta ¿Cómo nutren los alimentos al cuerpo hu- mano y se convierten en sus componentes? Pensaban que el proceso de digestión era similar en cierto sen- tido a la cocción, que probablemente ocurría en el es- tómago y luego se repetía en el intestino. El páncreas fue visto en esa época como un amortiguador, un pro- tector de los grandes vasos sanguíneos abdominales y esta opinión se mantuvo durante siglos. Expresio- nes como “fermentación” y “fermentos” aparecieron aproximadamente 1.000 años más tarde. La fisiología pancreática, en el sentido moderno, empezó en el siglo XIX y su figura más determinante fue Claude Bernard, quien reconoció que “la digestión gástrica era sólo una etapa preparatoria” y describió la im- portancia del páncreas en la digestión de las tres principales clases de alimentos. Él mismo sugirió que existiría alguna relación entre el páncreas, el “milieu interieur” y la regulación de nivel de glucosa en la sangre. El famoso estudio de Bayliss y Starling en 1902 llevó al descubrimiento de la secretina y dio nacimiento a la palabra “hormona” y a una nueva rama de ciencia médica, la endocrinología. La des- cripción de las células claras en los islotes del pán- creas por el joven estudiante de medicina, Langer- hans, y posteriormente las investigaciones de Von Mering y Minkowski relacionaron definitivamente al páncreas con la diabetes. Fanconi y sus colaborado- res describieron por primera vez en 1936 la fibrosis quística como una entidad nosológica y describieron en detalle los síntomas de la insuficiencia pancreá- tica exocrina. En el siglo XX se acumuló nueva infor- mación acerca de la regulación y de los mecanismos celulares y subcelulares de la secreción pancreática exocrina y de las enfermedades de este órgano de acceso difícil en la práctica clínica cotidiana (1). Estructura del páncreas Como notaron los antiguos griegos, el páncreas es un órgano retroperitoneal que se encuentra entre los grandes vasos sanguíneos abdominales. Su pa- rénquima está compuesto en su mayoría por célu- las acinares de forma piramidal que se organizan en acinos. Los productos de la secreción exocrina sintetizados por estas células llegan por su polo api- cal al lumen acinar, que es drenado por delgados conductos revestidos por una monocapa de células epiteliales cúbicas o cilíndricas bajas. Los acinos y su correspondiente dúctulo, forman la unidad funcio- nal del páncreas exocrino. La secreción pancreática es la suma de la función secretora de estas unidades que va convergiendo hacia conductos de diámetros crecientes. Finalmente, la secreción es transporta- da al lumen duodenal a través del conducto princi- pal, el conducto de Wirsung, atravesando la papila mayor llamada también la ampolla de Vater. Una proporción menor de la secreción es drenada por el conducto de Santorini a través de la papila duodenal menor. Esta última se convierte en el drenaje prin- cipal en los individuos con páncreas divisum, una anomalía congénita en que los esbozos dorsal y ven- tral del órgano no se fusionan en las últimas fases de su desarrollo embrionario. Además de la secreción Función pancreática exocrina Zoltán Berger otro LIBRO Cap.17(FINAL)
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