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573 RETROPERITONEO. GLÁNDULAS SUPRARRENALES momento del diagnóstico [28]. Presentan tres pi- cos reconocidos de edades de aparición: en niños de 1-2 años, niños de 7-16 años y adultos en la 5ª década de la vida [28]. 2.6. Evaluación de masa incidental supra- rrenal Es importante evaluar la funcionalidad y el tamaño de la lesión hallada a nivel suprarrenal, ya que éstos serán los principales condicionantes de su manejo. Se recomienda una evaluación es- tructurada y limitada (coste/ beneficio/precisión diagnóstica) [28]: – Análisis de catecolaminas en sangre u orina para descartar feocromocitoma. – Medición de niveles de potasio en los casos de hipertensión arterial. – Determinación de glucocorticoides sólo cuando hay signos clínicos de síndrome de Cushing o virilización. La prueba de elección para localizar el tumor ante una determinación elevada de catecolaminas o metanefrinas es la RMN o el TAC. Ambas son bastante sensibles (98-100%), aunque solo alcan- zan un 70% de especificidad debido a la alta pre- valencia de incidentalomas adrenales. La RMN, en los casos de carcinoma suprarrenal, tumores neurales, tumores metastáticos suprarrenales y hemorragias de diversas localizaciones suprarre- nales, mostrará señal hipertensa en las secuencias T2, pero no mostrará esta hiperintensidad en los adenomas benignos [28, 44]. Aunque la masa no sea funcionante, se reco- mienda la exéresis de las que midan más de 5 cm. Si persisten dudas en el diagnóstico diferencial a pesar de las pruebas de imagen, puede ser valora- da en mayor profundidad mediante biopsia con aguja fina guiada por ecografía y TC [28]. En general, debemos de considerar los si- guientes como criterios de malignidad [28]: 1. Tamaño superior a 6 cm. 2. Mal circunscrito, criterios de invasión. 3. Realce tras la administración de contraste. 4. Heterogéneo, con focos de necrosis o hemo- rragia. 5. Bilateralidad (metástasis o feocromocitomas). 6. Rápido crecimiento. 7. Asociación con síndrome de Cushing y/o viri- lización en adultos. 8. Asociación con síndrome de Cushing en ni- ños. 2.7. Tratamiento quirúrgico de la masa su- prarrenal Existen numerosas opciones para el abordaje de la glándula suprarrenal. El abordaje óptimo depende de la patología suprarrenal, el tamaño de la glándula y de la lesión, el hábito corporal del paciente y la experiencia del cirujano. Es muy importante la vigilancia estricta de posibles epi- sodios de hipertensión y arritmias durante la fase de inducción anestésica y en la disección del tu- mor. La introducción de la laparoscopia (común o asistida por robot) ha permitido reducir los tiempos de hospitalización, el dolor postopera- torio, la morbilidad asociada a la incisión y una notable mejoría en la recuperación global, lo cual la convierte en la técnica de elección en la mayor parte de los casos. Si embargo, cada caso debe ser considerado de forma individual, y en ocasiones pueden existen otras preferencias para el abordaje en determinadas lesiones [28, 45]: – Masas pequeñas y bien localizadas: abordaje posterior. – Feocromocitomas múltiples: abordaje abdo- minal. – Carcinomas suprarrenales voluminosos o feocromocitomas grandes y bien localizados: pueden requerir un abordaje toracoabdomi- nal. En aquellos casos en los que la cirugía esté contraindicada, puede optarse por la criocirugía o por la radiofrecuencia guiada por TAC [28]. ANEXO ABREVIATURAS ACTH: Hormona adrenocorticotrópica AJCC: American Joint Committee on Cancer AP: aldosterona plasmática ARP: actividad de renina plasmática CRH: hormona liberadora de hormona adrenocorti- cótropa/corticoliberina FNCLCC: Féderation Nationales des Centres de Lu- tte Contre Le Cancer/ Federación Nacional de Centros de Control del Cáncer HAP: hiperaldosteronismo primario HAS: hiperaldosteronismo secundario HPF: campos de alta potencia UROLOGÍA CAPÍTULO 20. RETROPERITONEO. GLÁNDULAS SUPRARRENALES ANEXO ABREVIATURAS
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