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104 KAREN RIVERO GARCÍA (genéticos, grado de control de la glucemia, ma- nejo adecuado o no de la presión arterial, dislipe- mia, tabaquismo, aparición de microalbuminuria o proteinuria), lo que marcará la evolución hacia la nefropatía establecida [3]. La nefropatía diabética en la actualidad es la primera causa de insuficiencia renal crónica terminal con necesidad de tratamiento renal sustitutivo (TRS), según los datos del registro de la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y Organización nacional de trasplante (ONT) en el 2012 han puesto en evidencia que la DM fue la causa de que el 24.9% de los pacientes iniciaran TRS. Se ha observado en los últimos años que la DM como causa de ERC-5 se ha estabilizado, probablemente debido a un me- jor diagnóstico de la propia DM y a una mejor aplicación de las medidas preventivas y de las recomendaciones de guías de práctica clínica y documentos de consenso existentes. Esa tenden- cia a la estabilización se recoge en los dos últi- mos informes anuales del Registro S.E.N.-ONT correspondientes a los años 2017 y 2018, en los que el porcentaje de pacientes con DM y ERC-5 que iniciaron TSR fue del 23,9% y del 24,67 % respectivamente [4]. 3. ETIOPATOGENIA La presencia de hiperglucemia crónica es el hecho determinante en la etiopatogenia y la fisio- patología de la nefropatía diabética (ND). Otros mecanismos patogénicos que participan en el de- sarrollo de la enfermedad renal diabética son los factores metabólicos, hemodinámicos, profibró- ticos, inflamatorios, factores genéticos, conducen al desarrollo de la lesión renal, con cambios fun- cionales y estructurales que estimula los procesos de proliferación e hipertrofia celulares, hasta el establecimiento definitivo de las alteraciones re- nales que caracterizan los estadios avanzados de la ND [5]. La hiperglucemia es el principal determinante de las complicaciones microvasculares de la dia- betes, aumentará la producción de sorbitol, stress oxidativo, con formación final de los productos avanzados de la glucosilación (AGEs) que induci- rán diversas alteraciones metabólicas que contri- buyen a la activación de citoquinas y de factores de crecimiento, (Tabla 1) que participan de for- ma activa en los mecanismos lesivos a nivel renal (hiperfiltración, hipertrofia glomerular, prolifera- ción mesangial) [5]. 3.1. Vía enzimática del sorbitol La vía enzimática del sorbitol o de los polio- les (Tabla 1), tiene como primera enzima a la al- dosa-reductasa (AR), está presente en diferentes órganos, como el ojo, el riñón y los nervios pe- riféricos, que es responsable de la reducción de la glucosa en sorbitol. Esta vía, que se encuentra usualmente inactiva. En presencia de hipergluce- mia y al aumentar los niveles de glucosa intra- celular, se activa con la producción creciente de sorbitol, de modo que se inicia su propio proceso metabólico que interfiere con la vía glucolítica normal. La activación de la AR produce daño celular per se, además incrementa el daño produ- cido por otros mecanismos, como la activación de la proteína quinasa C (PKC) y la glucosilación proteica [6]. El sorbitol, que difunde difícilmente a través de las membranas celulares, produce un aumento del estrés osmótico intracelular, con el potencial daño tisular por edema celular. Además, se ha sugerido que la oxidación del sorbitol conduce un aumento en la formación de metilglioxal, un precursor de los productos avanzados de la glu- cosilación (AGE) que activa la PKC, también conduce un aumento de los niveles de NADH (nicotinamida adenin dinucleótido reducido), que favorece la síntesis de diacilglicerol (DAG), lo que ocurre en el daño renal y retiniano, pero no en el neuronal [6]. NEFROLOGÍA CAPÍTULO 07. NEFROPATÍA DIABÉTICA 3. ETIOPATOGENIA
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