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197 NEFROPATÍAS HEREDITARIAS 8. Progresión gradual a IRCT en el paciente índice o como mínimo en dos de los miembros de su familia [72]. 9. Leiomiomatosis difusa del esófago, genita- les femeninos o ambas [72]. El diagnóstico del síndrome de Alport se rea- liza mediante estudio genético, biopsia de piel o renal [72]. Estudio genético Las pruebas genéticas moleculares son el procedimiento diagnóstico de elección porque no son invasivas y pueden ser extremadamente precisas, proporcionando además información pronóstica, en función de la mutación específica subyacente [73]. Las mutaciones de tipo cam- bio de sentido (missense) dan lugar a ERCT a una media de 37 años, las que afectan el splicing a los 28 años y las truncantes a los 25 años de promedio en los hombres afectados con SALX. En general, las mutaciones en el extremo 5’ del gen causan una forma más grave que las del ex- tremo 3’. Los pacientes con mutaciones splicing o truncantes tienen más probabilidad de presen- tar afectación auditiva y ocular. La correlación en mujeres es mucho menos evidente [73]. El estudio genético puede ser beneficioso en las siguientes situaciones: diagnóstico prenatal, confirmación o exclusión de la enfermedad en pacientes que no pueden ser diagnosticados por biopsia, exclusión absoluta del estado de porta- dor (heterocigoto) en mujeres asintomáticas y en los casos de enfermedad con herencia liga- da al sexo o autosómica recesiva que no pueden diferenciarse por análisis inmunohistoquímico [73]. La elección de las pruebas moleculares se basa en si hay o no antecedentes familiares de SA: • Para pacientes con antecedentes familiares de SA, debe realizarse análisis mutacional direc- to con la finalidad de identificar si existe o no la misma mutación genética que los familiares. Si no se detecta la misma mutación genética debe realizarse una biopsia renal [73]. • Para los pacientes sin antecedentes familia- res que probablemente tengan el SA, debe reali- zarse la secuenciación de ADN de próxima gene- ración. Para los pacientes en los que no se detecta mutación, se realiza una biopsia renal para el diagnóstico [74]. La secuenciación de próxima generación permite el análisis simultáneo de los genes CO- L4A3, COL4A4 y COL4A5 y ofrece ventajas en el tiempo y el costo de detección. El gran tamaño y el alto contenido de GC del gen COL4A5 ha- cen que el análisis mutacional directo del ADN genómico sea técnicamente difícil, y en ocasiones no detecta grandes reordenamientos genéticos [74]. Biopsia renal y cutánea La apariencia en microscópica óptica de las biopsias es inespecífica. El diagnóstico se basa en los hallazgos de microscopia electrónica [75]. En el microscópico óptico se visualizan le- siones glomerulares y tubulointersticiales. En las primeras etapas la biopsia suele ser normal o casi normal, con glomérulos fetales (5-30%) situados superficialmente o células espumosas intersticia- les (Figura 6). En un estadio más avanzado existe proliferación mesangial y engrosamiento de la pared capilar glomerular [76]. Figura 6. Lesiones tubulointersticiales en paciente con Síndrome de Alport. Presencia de células espumosas. (Fuente [76]). Los cambios tubulointersticiales pueden in- cluir fibrosis intersticial, atrofia tubular, engro- samiento focal de la membrana basal tubular y células espumosas intersticiales. Las lesiones glo- merulares y tubulares progresan con el tiempo. Es frecuente un patrón de glomeruloesclerosis segmentaria focal y global con hialinosis en casos avanzados, especialmente aquellos con proteinu- ria nefrótica (Figura 7). Las lesiones tubulointers- ticiales progresan desde la afección focal hasta la
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