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188 MARÍA PILAR FRAILE GÓMEZ Un control riguroso de la PA, definido como PA de 95/60 a 110/75 mmHg, se relacionó signi- ficativamente con menor incremento del VRT anual, comparado con control estándar de la PA, definido como 120/70 a 130/80 mmHg. El aná- lisis post hoc del estudio HALT-PKD demostró este mismo resultado, unido a un beneficio más fuerte en la reducción del declive del filtrado glo- merular estimado. Además, el control estricto de la PA reduce significativamente la masa del ven- trículo izquierdo, la proteinuria y las resistencias vasculares renales[46]. • Aneurismas arteriales Se recomienda tratamiento: si los aneurismas intracraneales (AIC) ≥ 12 mm de diámetro, AIC sintomático, AIC que se modifica y aumenta [45]. Se puede valorar tratamiento [45]: § AIC 7-12 mm de diámetro que cumplan al- guna de las siguientes características: – Paciente joven – Localización de alto riesgo (circulación poste- rior o arteria comunicante posterior) – Aneurisma sacular – Historia familiar de hemorragia subaracnoi- dea § AIC <7 mm de diámetro en pacientes jóvenes que cumplan alguna de las siguientes caracte- rísticas: – Localización de alto riesgo (circulación poste- rior o arteria comunicante posterior) – Aneurisma sacular – Historia familiar de hemorragia subaracnoi- dea • Disección de aorta En los pacientes con PQRAD en los que se objetiva mediante ecocardiograma dilatación de la raíz aórtica, es preciso un estricto control de la tensión arterial y seguimiento anual. El reem- plazamiento de la aorta estaría indicado cuando el diámetro de la raíz aórtica alcance 55-60 mm [27]. • Nefrolitiasis El tratamiento de la litiasis urinaria no difiere del de los pacientes sin PQRAD [27]. • Manifestaciones digestivas La mayoría de los pacientes con enfermedad hepática quística no tienen síntomas y no requie- ren tratamiento. El tratamiento de la enferme- dad sintomática incluye evitar los estrógenos y los compuestos que promueven la acumulación de cAMP (cafeína) y emplear bloqueantes de la bomba de protones (cimetidina, ranitidina) o análogos de la somatostatina (octreótido) para los pacientes sintomáticos. En pacientes con sínto- mas de gravedad puede requerirse aspiración per- cutánea y esclerosis, fenestración laparoscópica, resección hepática combinada con fenestración de quistes, o trasplante hepático [45]. • Insuficiencia renal Las medidas terapéuticas encaminadas a en- lentecer la progresión de la insuficiencia renal incluyen el control de la tensión arterial, trata- miento de la hiperlipemia, control de la acidosis, y prevención de la hiperfosforemia [45]. Los pacientes con PQRAD en tratamiento renal sustitutivo tienen mayor supervivencia que los pacientes con ERCT de otra etiología, debi- do a la baja incidencia de enfermedad coronaria. Estos pacientes suelen tener un hematocrito más alto. La diálisis peritoneal está limitada por el es- pacio intraperitoneal reducido y por un aumento de los episodios de peritonitis secundarios a las infecciones quísticas o complicaciones derivadas de la enfermedad diverticular. Sin embargo, am- bas son modalidades válidas como terapia renal sustitutiva en los pacientes con ERCT secundaria a poliquistosis renal [45]. El trasplante renal es el tratamiento de elec- ción en los pacientes con PQRAD. Como pre- paración del receptor para el trasplante renal, en pacientes con PQRAD a veces se hace necesario la nefrectomía bilateral, para lograr espacio abdo- minal suficiente o ante infecciones de repetición, episodios de macrohematuria recurrentes, neopla- sia renal, nefrolitiasis, o tamaño renal extremada- mente grande. En los pacientes con PQRAD que reciben un injerto renal existen complicaciones más frecuentes que en la población trasplantada general: eritrocitosis post-trasplante, aneurismas sintomáticos, infecciones del tracto urinario, di- verticulitis o trastornos gastrointestinales [45].
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