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187 NEFROPATÍAS HEREDITARIAS 1.7. Pronóstico La PQRAD es una enfermedad sistémica con manifestaciones renales y extrarrenales. De las manifestaciones extrarrenales, sólo la poliquisto- sis hepática aumenta la mortalidad de los pacien- tes con PQRAD. Antes de 1975, la causa más frecuente de muerte era la infección (30%), ure- mia (28%) y enfermedad cardiovascular (21%). Con el desarrollo de la diálisis, la principal causa de mortalidad pasó a ser la cardiovascular (34%) seguido de las infecciones (20.4%). Los pacien- tes con PQRAD que precisan tratamiento renal sustitutivo tienen una mortalidad inferior a la del resto de los pacientes con IRCT de otra etiología [27]. 1.8. Tratamiento • Actividad física y estilo de vida Los pacientes con PQRAD no deberían prac- ticar ejercicio vigoroso que produzca traumatis- mos repetidos en el abdomen. En lo que respecta a la restricción de proteínas, no ha habido ningún estudio hasta el momento capaz de demostrar el beneficio de esta medida [27]. • Aumento de ingesta hídrica diaria Tiene sentido fisiopatológico en cuanto a que se aumentaría el flujo urinario, y se inhibiría la actividad de la vasopresina. También puede ser beneficioso para evitar cálculos renales. Sin em- bargo, de nuevo, los estudios no han conseguido demostrar categóricamente los beneficios de esta medida [21]. • Restricción de cafeína Se ha hipotetizado sobre esto, sin embargo al- gunos estudios han mostrado que en los bebedo- res de café no hay diferencias en cuanto a tamaño renal ni a función renal [27]. • Restricción de sodio en la dieta El análisis post hoc del estudio HALT-PKD mostró que la restricción de sodio es beneficiosa en el manejo de los pacientes con PQRAD, redu- ciendo la ingesta de sodio a 5 gramos al día u 87 mmol de sodio al día [46]. • Dolor El tratamiento médico del dolor incluye agen- tes no opioides, antidepresivos tricíclicos, analgé- sicos narcóticos o bloqueo del nervio esplénico. Cuando las medidas conservadoras fallan, debe recurrirse a medidas terapéuticas intervencionis- tas [27]. • Hematuria y hemorragia intrarrenal Los episodios de hematuria limitados suelen responder al tratamiento conservador con repo- so, analgésicos e hidratación para prevenir los procesos obstructivos [27]. Cuando la hematuria provoque hematoma subcapsular o retroperito- neal está indicada la hospitalización, transfusio- nes y el empleo de otros fármacos. La emboli- zación arterial se puede utilizar con éxito, para controlar la hemorragia recurrente, y podría ser una opción en pacientes con pérdidas sanguíneas renales graves, en quienes la diálisis es inminente o ya es una realidad. No debe emplearse en riño- nes con infección establecida [27]. • Infección renal La PQRAD supone un problema en cuanto a la elección de la antibioticoterapia. Se sugieren fármacos parenterales liposolubles, como el ci- profloxacino, el cloranfenicol, la eritromicina, las tetraciclinas y el trimetoprim cuando las cefalos- porinas, los derivados de la penicilina y los ami- noglucósidos no consigan erradicar la infección. Si la fiebre persiste después de 1-2 semanas de tratamiento antibiótico adecuado debe conside- rarse la posibilidad de drenaje quirúrgico o per- cutáneo, el cual es difícil de llevar a cabo por la dificultad de saber cuál es el quiste infectado; ade- más, se debe considerar la posibilidad diagnóstica de absceso perinefrítico o proceso obstructivo. La nefrectomía debe ser la última opción terapéu- tica, salvo en pacientes que vayan a recibir un trasplante renal, con el fin de minimizar el riesgo de infecciones postrasplante en pacientes que re- ciben tratamiento inmunosupresor [27]. • Hipertensión arterial La HTA es la única variable potencialmente tratable en los pacientes con PQRAD. Se cree que, debido al papel del SRAA en la patogenia de la HTA en esta enfermedad, los IECA y los ARA II son superiores a otros antihipertensivos.
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