Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
266 JOAQUÍN-ANTONIO ÁLVAREZ GREGORI Y CARLOS GUIDO MUSSO La importancia del tacto rectal El médico de AP en la consulta le debe realizar un tacto rectal a todo paciente con sospecha de HBP. Es aconsejable realizarlo de manera orde- nada y metodológica valorando tono del esfínter anal, paredes rectales (descartar lesiones ocupan- tes de espacio) y posteriormente la glándula pros- tática, valorando tamaño, forma, consistencia, superficie (regular/irregular) y sensibilidad. Una próstata normal debe ser de consistencia elástica, no dolorosa, de un volumen aproximado de 40 grs. (castaña), redondeada y simétrica con un sur- co medio y dos lóbulos laterales [12, 13]. La OMS recomienda la realización de una analítica de orina y urocultivo para descartar pa- tología infecciosa, hematuria y proteinuria, analí- tica de sangre con función renal (creatinina, urea) y la determinación del PSA. El PSA (antígeno prostático específico) es el marcador tumoral más útil para el diagnóstico diferencial de la HBP y el carcinoma de próstata. Los valores normales del PSA se encuentran entre 0-4 ng/ml y sus valores pueden estar aumentados en la HBP, prostatitis, masaje prostático y carcinoma de próstata. Un valor de PSA mayor de 10 ng/ml se considera pa- tológico y en aproximadamente un 50% de los casos se diagnostica de cáncer prostático median- te biopsia [12, 13]. Los criterios de derivación a Urología son los siguientes [12, 13] • Puntuación en IPSS severa (>20). • Tacto rectal anormal. • Retención aguda de orina (RA0) con sospecha de HBP. • Hematuria. • Insuficiencia renal. • ITUs recurrentes. • PSA >10 ng/ml o incremento anual > 0,75 ng/ml. • Mala respuesta al tratamiento. El MAP aconsejará a todos los pacientes con HBP una serie de medidas con el objetivo de disminuir la congestión pelviana (evitar seden- tarismo, evitar comidas copiosas, alcohol, anti- colinérgicos, etc.). En pacientes con síntomas leves, tacto rectal normal y sin complicaciones se recomienda comenzar tratamiento con fitotera- pia. A los pacientes sin complicaciones, pero con síntomas moderados, la OMS recomienda Alfa 1 bloqueantes de larga duración tales como la tamsulosina, doxazosina o terazosina (también son útiles los Alfa bloqueantes selectivos tales como la prazosina o alfusocina), a los que se pue- de añadir inhibidores 5-Alfa-reductasa como se- gunda línea de tratamiento. En caso de síntomas graves ya hemos dicho que el paciente debe ser derivado a Urología [11]. El MAP debe reevaluar anualmente al pacien- te con HBP realizando tacto rectal, analítica de sangre con PSA, análisis de orina y cuestionario IPSS. En caso de empeoramiento, variación del PSA o fracaso de las medidas terapéuticas, debe- rá remitir al paciente a consulta de urología para ampliar estudio [11]. 4.5. Litiasis y cólico nefrítico La litiasis renal es una enfermedad que, como su propio nombre indica, se debe a la presencia de cálculos en el aparato urinario superior. Su forma de presentación más frecuente es el cólico nefrítico. En los países desarrollados las prevalen- cia de la litiasis renal oscila entre el 1 y el 10% y la mayoría de ellos son de oxalato cálcico. En la mayoría de las crisis renoureterales no se identifi- ca la causa ni enfermedad de base [11]. El cólico nefrítico debuta de manera brusca, en muchas ocasiones al amanecer, como un dolor agudo unilateral irradiado desde fosa renal a zona genital, que no mejora con el reposo, frecuente- mente acompañado de cortejo vegetativo (náuseas, vómitos, palidez, sudoración) y de clínica miccio- nal (polaquiuria, disuria y tenesmo). En centros de Atención Primaria y Puntos de Atención Con- tinuada se debe disponer de tira reactiva de leuco- citoesterasa, la presencia de hematuria junto con la clínica confirma el diagnóstico de cólico nefrítico y es suficiente para comenzar el tratamiento, éste debe centrarse en la hidratación del paciente (si es posible conseguir acceso venoso para suerotera- pia), analgesia con AINEs o metamizol IM o IV y antieméticos si asocia vómitos [11]. Se recomienda derivar al hospital cuando [11]: • La analgesia con AINES no ha hecho efecto en un tiempo prudencial (4-6 horas), por ries- go de afectación de la función renal debido a la obstrucción persistente. • Náuseas y/o vómitos refractarios al tratamiento. • Fiebre, signos o síntomas de infección o anuria. • Enfermedades debilitantes.
Compartir