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Metabolismo Energético: Respiración Celular y Fotosíntesis El metabolismo energético es el conjunto de reacciones químicas que tienen lugar en las células para la obtención de energía. En la naturaleza, hay dos procesos fundamentales que sustentan la vida en la Tierra: la respiración celular y la fotosíntesis. Estos procesos están estrechamente relacionados, ya que uno produce energía en forma de ATP, mientras que el otro utiliza esa energía para fijar el dióxido de carbono y liberar oxígeno. La respiración celular es un proceso que ocurre en casi todas las células, ya sea en presencia de oxígeno (aeróbico) o en su ausencia (anaeróbico). Durante la respiración celular, la glucosa y otros compuestos orgánicos son descompuestos en el citoplasma y en las mitocondrias para generar ATP, la principal fuente de energía para la célula. En la respiración aeróbica, se produce una gran cantidad de ATP, mientras que en la anaeróbica, se genera menos ATP y se acumula ácido láctico o etanol como productos de desecho. Por otro lado, la fotosíntesis es el proceso por el cual las plantas, algas y algunas bacterias capturan la energía lumínica del sol para convertirla en energía química, específicamente en forma de glucosa. Durante la fotosíntesis, el dióxido de carbono es fijado y el oxígeno es liberado al ambiente. Las plantas verdes contienen clorofila, un pigmento que les permite capturar la luz solar y realizar este proceso. La glucosa producida en la fotosíntesis se utiliza como fuente de energía y como material de construcción para otras moléculas celulares. En resumen, la respiración celular y la fotosíntesis son dos procesos interdependientes que regulan la circulación de energía y nutrientes en la biosfera. La energía solar se convierte en energía química durante la fotosíntesis, que es utilizada por los seres vivos en la respiración celular para mantener sus funciones vitales.
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