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< 6 Cardiopatía valvular Catherine M. Otto y Robert 0. Bonow Resumen, 1446 Valvulopatía aórtica, 1446 Valvulopatía m itral, 1469 Enfermedad tricuspídea, pulm onar y multivalvular, 1497 Prótesis valvulares cardíacas, 1504 Bibliografía, 1509 Directrices, 1514 63 RESU M EN La cardiopatía valvular es responsable del 10 al 20% de todas las inter venciones quirúrgicas cardíacas en EE. UU. Las causas primarias de valvulopatía son la calcificación valvular del envejecimiento y los tras tornos hereditarios o congénitos (p. ej., una válvula aórtica bicúspide o una valvulopatía mitral mixomatosa). La prevalencia de valvulopatía reumática es ahora muy baja en EE. UU. y Europa debido a la prevención primaria de la fiebre reumática, aunque la valvulopatía reumática sigue siendo frecuente en el mundo en desarrollo (v. capítulo 83). Alrededor de dos tercios de todas las operaciones en válvulas cardíacas son para la sus titución de la válvula aórtica (SVA), sobre todo por una estenosis aórtica (EAo). La operación quirúrgica de la válvula mitral suele realizarse por una insuficiencia mitral (IMi); a la mayoría de los pacientes con estenosis mitral (EM) se les trata mediante un abordaje percutáneo.1,2 Además de los pacientes con valvulopatía grave que finalmente precisan una intervención mecánica, hay un grupo mayor de pacientes con enfermedad leve a moderada que necesitan un diagnóstico preciso y un tratamiento médico adecuado. Las nuevas técnicas transcatéter para el tratamiento de la disfunción valvular, como la implantación de válvula aórtica trans- catéter (TAVI), el cierre con dispositivo de la insuficiencia paravalvular y otros métodos (algunos experimentales) de reparación de la válvula mitral mediante cateterismo, están transformando el tratamiento de nuestros pacientes con cardiopatía valvular (v. capítulo 56). Además, el mayor conocimiento de los mecanismos biológicos básicos subyacentes a la disfunción valvular ofrece la esperanza de intervenciones médicas eficaces para prevenir o ralentizar el proceso de enfermedad en el futuro próximo. Los paradigmas terapéuticos se están desplazando hacia estra tegias multidisciplinares de tratamiento de los pacientes, con cardiólogos (invasivos y no invasivos), cirujanos y personal de enfermería expertos en cardiopatías valvulares. Esta tendencia ha estimulado el desarrollo de equipos asistenciales con múltiples especialidades trabajando codo con codo en centros dedicados a la cardiopatía valvular (fig. 63-1; v. también la tabla e63-l). VALVULOPATÍA AÓ RT ICA Estenosis aórtica Causas y anatom ía pato lóg ica La EAo valvular tiene tres causas principales: una válvula bicúspide congénita con calcificación superpuesta, una calcificación de una vál vula normal de tres valvas y las enfermedades reumáticas (fig. 63-2). En una serie estadounidense de 933 pacientes sometidos a una SVA por una EAo, había una válvula bicúspide en más del 50%, incluidos dos tercios de aquellos m enores de 70 años y un 40% de aquellos mayores de 70 años.3 Además, la EAo puede deberse a una estenosis valvular congénita que comience en la lactancia o la infancia. En casos poco frecuentes, la EAo se debe a una ateroesclerosis grave de la aorta y de la válvula aórtica; esta forma de EAo es más frecuente en los pacientes con hipercolesterolemia acentuada y se observa en niños con hiperlipoproteinemia homocigota del tipo II. La afectación reumatoide de la válvula es una causa rara de EAo y da lugar a un engrasamiento nodular de las valvas de la válvula y a una afectación de la porción proximal de la aorta. La ocronosis con alcaptonuria es otra causa poco frecuente de EAo. También puede producirse una obstrucción permanente del tracto de salida del ventrículo izquierdo (VI) por encima de la válvula (estenosis supravaívuíar) o por debajo de la misma (estenosis subvalvular discreta; v. fig. 14-46) (vídeos 6 3 -lA y 63-1B); la miocardiopatía hipertrófica (MCH) es una causa posible de obstrucción subaórtica dinámica (v. capítulo 66). Valvulopatía aórtica congénita. Las malformaciones congénitas de la válvula aórtica (v. capítulo 62) pueden ser unicúspides, bicúspides o tricúspides, o se puede manifestar la anomalía como un diafragma en forma de cúpula (v. fig . 14-45). Las válvulas unicúspides producen normalmente una obstrucción acentuada en la lactancia y son las malformaciones más frecuentes en la EAo valvular mortal en los niños menores de 1 año, pero también aparecen en adultos jóvenes con una anatomía que remeda la valvulopatía bicúspide. Las válvulas bicúspides congénitas casi nunca causan estrechamientos graves del orific io aórtico durante la infancia , 4 pero sí provocan insuficiencia aórtica (IA) significativa que requiere cirugía valvular al inicio de la etapa adulta en un subgrupo de pacientes. No obstante, la mayoría de los pacientes afectados tienen una función valvular normal hasta una edad más avanzada, cuando se añaden calcificaciones que resultan en obstrucción valvular (v. más adelante «Valvulopatía aórtica bicuspídea»). Valvulopatía aórtica calcificada. La valvulopatía aórtica calcificada (antes llamada senil o degenerativa) de una válvula bicúspide congénita o de tres valvas normal es ahora la causa más frecuente de EAo en los adultos. En un estudio ecocardiográfico poblacional, el 2% de las personas de 65 años de edad o mayores tenían una EAo calcificada significativa (v. capítulo 76), mientras que el 29% exhibían una esclerosis de la válvula aórtica del enve jecimiento sin estenosis, definida como un engrasamiento irregular de las valvas de la válvula aórtica detectado por ecocardiografía sin obstrucción significativa.5 La esclerosis aórtica, identificada por ecocardiografía o tom o- grafía computarizada (TC), es el primer estadio de la valvulopatía calcificada e, incluso sin una obstrucción valvular o una cardiopatía conocida, se asocia a un aumento del 50% del riesgo de muerte cardiovascular e infarto de miocardio a lo largo de unos 5 años de seguimiento.6,7 Se han constatado asociaciones significativas entre valvulopatía aórtica calcificada y factores de riesgo cardiovascular (tabla 63-1). Aunque en algún momento se consideró que la EAo era el resultado de años de estrés mecánico normal sobre una válvula por lo demás normal, la idea actual es que el proceso morboso representa cambios proliferativos e inflamatorios, con acumulación de lípidos, aumento de la actividad de la enzima conversora de la angiotensina (ECA), aumento del estrés oxidativo e infiltración de macrófagos y Hnfocitos T8''2 (fig. 63-3), lo que conduce, finalm ente, a la formación de hueso13' 15 de una form a similar, pero no idéntica, a la calcificación vascular. La calcificación progresiva, al principio a lo largo de las líneas de flexión en sus bases, lleva a la inmovilización de las cúspides. También hay una prevalencia alta de EAo calcificada en los pacientes con enfermedad de Paget ósea y nefropatía terminal. La EAo calcificada del envejecimiento comparte factores de riesgo comu nes con la calcificación del anillo m itral, y los dos trastornos coexisten a menudo. A la presencia de EAo calcificada se han ligado polimorfismos génicos, como los del receptor para la vitamina D, la interleucina 10 y la apolipoproteína E4 (tabla 63-2). También se ha descrito el agrupamiento fam iliar de la EAo calcificada, lo que hace pensar en una posible predis posición génica a la calcificación valvular. 16-17 Los factores de riesgo para el desarrollo de la EAo calcificada son análogos a los de la ateroesclerosis vascular: aumento de la concentración sérica de colesterol de lipoproteína de densidad baja (LDL) y de lipoproteína(a) [Lp(a)], diabetes, tabaco e hiper tensión .5,6j18 La EAo calcificada también se ha relacionado con marcadores inflamatorios y componentes del síndrome metabólico. En un estudio de asociación en todo el genoma basado en un metaanálisis de datos de casi 7.000 pacientes procedentesde tres cohortes poblacionales, un polimorfis mo de nucleótido único en el locus de LDL se asociaba con calcificación de la válvula aórtica, concentraciones séricas de Lp(a) y estenosis aórtica incidente (cociente de riesgos instantáneos [HR], 1,68; IC 1,32-2,15).19 Esta correlación se confirmó en la revisión de un gran registro danés con más de 77.000 pacientes, en el que dos genotipos de Lp(a) se asociaban significativamente con EAo incidente .20 Por esa razón, el consenso creciente es que la EAo «degenerativa» comparte muchas características fisiopatológicas con la ateroesclerosis, y que podrían tratarse vías específicas para evitar o retrasar la progresión de la enfermedad . 5,11,13,21 Estenosis aórtica reumática. La EAo reumática se debe a adherencias y fusiones de las comisuras y las cúspides y a la vascularización de las valvas del anillo valvular, lo que lleva a la retracción y rigidez de los bordes libres de las El material en línea está disponible en ExpertConsult 1446 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. A S P E C T O S O R G A N IZ A T IV O S D E L A C L ÍN IC A D E V Á L V U L A S C A R D ÍA C A S Esfuerzo con ejercicio, prueba de la caminata de 6 min, ecocardiografía con ejercic io ... Péptidos natriuréticos Perfil de lípidos y glucémico Estado de la coagulación O tros biomarcadores Eco, RMC, TC, angiografía, evaluación vascular... Evaluación clínica y física m inuciosa... Evaluación por un cardiólogo experto en CPV Plantilla multidisciplinar Equipo de válvulas cardíacas Expertos en CPV (cardiólogo, experto en pruebas de imagen cardíacas, cardiólogo intervencionista, cirujano cardíaco, anestesiólogo cardíaco y geriatra) Base de datos O rganización de las pruebas preoperatorias Contacto con los médicos del paciente Educación del paciente Organización del seguimiento 63 FIGURA 63-1 Organización de la clínica de válvulas cardíacas avanzada. CPV, cardiopatía valvular. (Tomado de Lancellotti P, Rosenhek R, Pibarot P, et al: ESC Working Group on Valvular Heart Disease position paper. Heart valve clinics: Organization, structure, and experiences. Eur Heart J 34:1597, 2013.) FIGURA 63-2 Principales tipos de estenosis de la válvula aórtica. A. Válvula aórtica normal. B. Estenosis aórtica bicúspide congénita. Existe un tabique falso a las 6 horarias. C. Estenosis aórtica reumática. Las comisuras están fusionadas con un orificio central fijo. D. Estenosis aórtica degenerativa calcificada. (A, tomado de Manabe H, Yutani C [eds]: Atlas o f Valvular Heart Disease. Singapore, Churchill Livingstone, 1998, pp 6, 131; B a D, por cortesía del Dr. William C. Roberts, Baylor University Medical Center, Dallas.) cúspides. Aparecen nódulos calcificados en las dos superficies y el orificio se reduce a una abertura redonda o triangular pequeña (v. fig . 63-2C). Como consecuencia de ello, la válvula reumática es a menudo insuficiente, además de estenótica. Los pacientes con EAo reumática tienen siempre afectada la válvula mitral (v. capítulo 83). Con la declinación de la fiebre reumática en los países desarrollados se está reduciendo la frecuencia de EAo reumática, aunque continúa siendo un problema im portante en todo el mundo. Fisiopatología En adultos con EAo calcificada, las alteraciones de las valvas son significa tivas antes de que se desarrolle obstrucción al flujo de salida. Sin embargo, © una vez presente la obstrucción, aunque sea leve, en casi todos los casos se produce una progresión hemodinámica, y el período entre obstrucción leve y grave oscila entre menos de 5 años a más de 10 (fig. 63-4). En lactantes y niños con EAo congénita, el orificio valvular apenas se modifica a medida que crece el niño, contribuyendo así a la obstrucción relativa con el tiempo. La tabla 63-3 muestra los estadios clínicos que reflejan la progresión de la estenosis aórtica. La obstrucción grave del tracto de salida del VI se caracteriza habitual mente por lo siguiente: 1) un chorro aórtico de una velocidad de 4 m/s o mayor; 2) un gradiente de presión sistólica media mayor de al menos 40 mmHg en presencia de un gasto cardíaco normal, o 3) un orificio aórtico eficaz (calculado por la ecuación de continuidad; v. fig. 14-49) no mayor de 1 cm2 en un adulto de tamaño medio (es decir, <0,6 cm2/m2 de área de 1447 C ardiopatía valvula r E n f e r m e d a d e s de l c o r a z ó n , el p e r ic a r d io y el le c ho v a s c u l a r p u l m o n a r A S P E C T O H IST O L Ó G IC O D E L A V Á L V U L A Q U E M U E S T R A L A P R O G R E S IÓ N D E L A E N F E R M E D A D Vllll CARACTERISTICAS ANATOMICAS DE LA VALVULA AORTICA Esclerosis aórtica Estenosis aórtica leve a moderada VELOCIDAD DEL CHORRO AORTICO EN EL DOPPLER NORMAL 2 4 T 5 - ESTENOSIS AÓRTICA <2,5 m/s ESTENOSIS AORTICA LEVE A MODERADA 2,5-4 m/s ESTENOSIS AÓRTICA GRAVE >4 m/s FIGURA 63-3 Progresión de la enfermedad en la estenosis aórtica calcificada, que muestra cambios en las características histológicas de la válvula aórtica, la apertura de las valvas en la sístole y las velocidades en el Doppler. A. El aspecto histológico de la lesión temprana se caracteriza por una acumulación subendotelial de LDL oxidada, la producción de angiotensina (Ang) II, y la inflamación por linfocitos T y macrófagos. La progresión de la enfermedad tiene lugar por medio de varios mecanismos, incluidos la producción local de proteínas, como la osteopontina, la osteocalcina y la proteína morfógena ósea 2 (BMP-2), que media la calcificación tisular; la activación de las vías transmisoras de señales inflamatorias, como la del factor de necrosis tumoral (TNF), el factor de crecimiento tumoral p (TGF-p), el sistema del complemento, la proteína C reactiva y la interleucina 1 p, y los cambios en la matriz tisular, como la acumulación de tenascina C y el aumento de la actividad de la metaloproteinasa de la matriz 2 y de la fosfatasa alcalina. Además, los fibroblastos de las valvas sufren una transformación fenotípica en osteoblastos, regulada por la vía de transmisión de señales de Wnt3-Lrp5-catenina p. Las acumulaciones micros cópicas de calcificación extracelular (Ca2+) aparecen pronto en el proceso morboso, con una calcificación progresiva a medida que la enfermedad progresa y zonas de formación franca de hueso en la enfermedad terminal. B. Se observan los cambios correspondientes en las características anatómicas de la válvula aórtica desde el lado aórtico con la válvula abierta en la sístole. C. Cambios correspondientes en la velocidad del chorro aórtico en el Doppler. (Tomado de Otto CM: Calcific aortic stenosis—time to look more closely at the valve. N Engl J Med 359:1395, 2008.) Transformación fenotípica Wnt3, Lrp5 y catenina p LDL oxidada Macrófago Osteoblasto Interleucina Ip- Ventricular Factores iniciadores: Válvula bicúspide Factores génicos Fuerzas de cizallamiento Progresión de la enfermedad: Edad y sexo Aumento de lípidos séricos Aumento de presión arterial Diabetes y síndrome metabólico Tabaquismo Enfermedad terminal Lesion temprana LDL Linfocito T Calcificación Aumento de fosfatasa alcalina Aumento de BMP-2 Aumento de osteocalcina TNF-a Osteopontina Ventrículo izquierdo Fibrosa Aorta Endotelio 1448 El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. T ABLA 63-1 Solidez de las asociaciones en estudios superficie corporal, aproximadamente un 25% del orificio aórtico normal observacionales y epidem iológicos de factores de riesgo clínicos de 3 a 4 cm2). Un orificio valvular aórtico de 1 a 1,5 cm2 se considera una y va lvu lo patía aórtica calcificada (VPAC) estenosis moderada,y un orificio de más de 1,5 a 2 cm2una estenosis aórtica leve1,5,22,23 (v. tabla 63-3). Sin embargo, el grado de estenosis asociada al comienzo de los síntomasvaría entre los pacientes y no hay ningún valor que defina la EAo grave o crítica en un paciente individual. Las decisiones clínicas se basan en la consideración del estado de los síntomas y la respuesta del VI a una sobrecarga de presión, junto con la gravedad hemodinámica. En algunos casos son necesarias otras medidas de gravedad hemodinámica, como índice de pérdida de energía, impedanda valvular o evaluación con distintas condiciones de carga (p. ej., estrés con dobutamina) o de ejercicio para valorar exhaustivamente la gravedad de la enfermedad.24"28 La sobrecarga de presión crónica suele dar lugar a una hipertrofia concéntrica del VI, con un aumento del espesor de la pared y un tamaño anómalo de las cámaras. El mayor espesor de la pared permite normalizar la sobrecarga parietal (poscarga) de manera que se mantiene la función contráctil del VI. Sin embargo, la mayor masa de células miocárdicas y la mayor fibrosis intersticial dan lugar a una disfunción diastólica, que puede persistir incluso después del alivio de la EAo. Se han descrito diferencias por sexos en la respuesta del VI a la EAo, de manera que las mujeres muestran con mayor frecuencia un rendimiento del VI normal y un VI con hipertrofia concéntrica más pequeño, y paredes más gruesas con una disfunción diastólica y una sobrecarga parietal sistólica normal o incluso subnormal. Los hombres tienen con mayor frecuencia una hipertrofia excéntrica delVI, una sobrecarga parietal sistólica excesiva, una disfunción sistólica y una dilatación cameral. Los cambios del VI causados por la sobrecarga de presión crónica se reflejan en las ondas de presión del VI y auriculares izquierdas, y en las curvas de velocidad Doppler. A medida que la contracción del ven trículo izquierdo se hace cada vez más isométrica, el pulso de presión del VI exhibe una cima redondeada en lugar de aplanada, y la curva de velocidad Doppler muestra un pico sistólico cada vez más tardío. La presión telediastólica del VI elevada y los cambios correspondientes del Doppler en el llenado del VI, que son característicos de la EAo grave, T ABLA 63-2 Estudios de asociación de genes candidatos para la valvu lo patía aórtica calcificada ESTUDIO (AÑO) GEN LOCALIZACIÓN FENOTIPO CASOS VARIANTE DE RIESGO VALOR DE P Ortlepp et al., 2001 Receptor de la vitamina D 12q12-q14 EAo grave 100 Alelo B 0 ,00 1 Avakian et al., 2001 ApoB 2p24-p23 EAo grave 62 X+ 0,007 ApoE 19q 13.2 EAo 43 Genotipos ApoE 2/4 + 3/4 0,03 Nordstrom et al., 2003 Receptor de estrógenos a 6q25.1 SVA 41 Polimorfismo Pvull 0,03 Receptor de TGF-0 de tipo 1 9q33-q34 SVA 41 Polimorfismo Aocl * Ortlepp et al., 2004 Interleucina 10_ENREF_95 1q31-q32 Absorción atómica ex vivo 187 Polimorfismos de tres promotores 0,03 Receptor de quimiocina 5 3p21.31 Absorción atómica ex vivo 187 Deleción de 32 pares de bases 0,04t Moura et al., 2012 Paraoxonasa 1 7q21-22 EAo moderada 67 Polimorfismos Q192R 0,03 Kamstrup et al., 2014 Lipoprotefna(a) 6q26-27 EAo con o sin SVA 454 Genotipos de LPA rs10455872, rs3798220 0 ,00 1 Mahmut et al., 2014 LP PLA2 rs1805017 Ex vivo 40 Regulación al alza de la familia de genes PLA2G 0 ,00 1 ANÁLISIS DE VPAC FACTOR DE RIESGO Transversal Incidente Progresión Edad +++ +++ +++ Sexo masculino + + /- ++ 0 Talla ++ ++ 0 IMC ++ ++ 0 Hipertensión ++ ++ 0 Diabetes +++ +++ 0 Síndrome metabólico ++ ++ + Dislipidemia ++ ++ 0 Tabaquismo ++ ++ + Disfunción renal + 0 0 Marcadores inflamatorios + 0 0 Concentraciones de fósforo ++ 0 N/A Concentraciones de calcio 0 0 N/A índice de calcio basal N/A N/A +++ +, asociación positiva débil; ++, asociación positiva moderada; +++, asociación positiva sólida; asociación negativa débil; 0, no se observa asociación; N/A, no hay datos/ datos insuficientes. Tomado de Owens DS, O'Brien KD: Clinical and genetic risk factors for calcific valve disease. In Otto CM, BonowRO (eds): Valvular Heart Disease: A Companion to Braun- wald's Heart Disease. 4th ed. Philadelphia, Saunders, 2013, pp 53-62. Apo, apolipoproteína; LP PLA2, fosfolipasa A2 asociada a lipoproteínas. *Modificaba significativamente el efecto de los polimorfismos del receptor a de estrógenos (OR, 4,58; IC al 95%, 1,68-12,51). fEI valor de P representa la significación estadística para la modificación del efecto con los polimorfismos de la interleucina 10. Tomado de Owens DS, O'Brien KD: Clinical and genetic risk factors for calcific valve disease. In Otto CM, Bonow RO (eds): Valvular Heart Disease: A Companion to Braunwald's Heart Disease. 4th ed. Philadelphia, Saunders, 2013, pp 53-62. Data compiled from Ortlepp JR, Hoffmann R, Ohme F, et al: The vitamin D receptor genotype predisposes to the development o f calcific aortic valve stenosis. Heart 85:635, 2001; Avakian SD, Annicchino-Bizzacchi JM, Grinberg M, et al: Apolipoproteins Al, B, and E polymorphisms in severe aortic valve stenosis. Clin Genet 60:381, 2001; Nordstrom P, Glader CA, Dahlén G, et al: Oestrogen receptor alpha gene polymorphism is related to aortic valve sclerosis in postmenopausal women. J Intern Med 254:140, 2003; Ortlepp JR, Schmitz F, Mevissen V, et al: The amount o f calcium-deficient hexagonal hydroxyapatite in aortic valves is influenced by sex and associated with genetic polymorphisms in patients with severe calcific aortic stenosis. Eur Heart J 25:514, 2004; Moura LM, Faria S, Brito M, et al: Relationship o f PONI 192 and 55 gene polymorphisms to calcific valvular aortic stenosis. Am J Cardiovasc Dis 2:123, 2012; Kamstrup PR, Tybjserg-Hansen A, Nordestgaard BG: Elevated lipoprotein (a) and risk o f aortic valve stenosis in the general population. J Am Coll Cardiol 63:470, 2014; MahmutA, Boulanger MC, El Husseini D, etal: Elevated expression o f lipoprotein-associated phospholipase A2 in calcific aortic valve disease: Implications for valve mineralization. J Am Coll Cardiol 63:460, 2014. C ardiopatía valvula r E n f e r m e d a d e s de l c o r a z ó n , el p e r ic a r d io y el le c ho v a s c u l a r p u l m o n a r Vllll 1450 FIGURA 63-4 Fisiopatología de la estenosis aórtica. La obstrucción al flujo de salida del VI da lugar a un aumento de la presión sistólica del VI, un aumento del tiempo de eyección del VI (TEVI), un aumento de la presión diastólica del VI y una reducción de la presión aórtica (Ao). El aumento de la presión sistólica del VI con aumento de la sobrecarga de volumen del VI incrementa la masa del VI, lo que puede llevar a una dis función e insuficiencia del VI. El aumento de la presión sistólica del VI, la masa del VI y el TEVI incrementa el consumo miocárdico de oxígeno (02). El incremento del TEVI provoca un descenso del tiempo diastólico (tiempo de perfusión miocárdica). El aumento de la presión diastólica del VI y la reducción de la presión diastólica Ao reducen la presión de perfusión coronaria. La reducción del tiempo diastólico y de la presión de perfusión coronaria reduce el aporte miocárdico de 02. El aumento del consumo miocárdico de 0 2 y la reducción del aporte miocárdico de 0 2 producen isquemia miocárdica, lo que deteriora más la función del VI. (Tomado de Boudoulas H, Gravanis MB: Valvular heart disease. In Gravanis MB [ed]: Cardiovascular Disorders: Pathogenesis and Pathophysiology. St. Louis, CVMosby, 1993, p 64.) reflejan la relajación tardía y, finalmente, la menor distensibilidad de la pared delVI hipertrofiada. En los pacientes con una EAo grave, aparecen habitualmente ondas a grandes en el pulso de presión auricular izquierdo y en la curva de llenado del VI del Doppler, debido a la combinación de una contracción más poderosa de una aurícula izquierda hipertrofiada y una menor distensibilidad del VI. La contracción auricular desempeña una función particularmente importante en el llenado del ventrículo izquierdo en la EAo. Eleva la presión telediastólica del VI sin causar una elevación concomitante de la presión auricular izquierda media.Esta función de «bomba impulsora» de la aurícula izquierda impide que las presiones venosa y capilar pulmonares aumenten a cifras que provocarían una congestión pulmonar, mientras que, al mismo tiempo, mantienen una presión telediastólica delVI al nivel necesario para una contracción eficaz del ventrículo izquierdo hipertrofiado. Estos cambios de la función dias tólica se reflejan en el parámetro Doppler de llenado delVI y las medidas no invasivas de la función diastólica, como la tensión y la velocidad de desarrollo de la tensión (v. capítulo 14). La pérdida de la contracción auricular vigorosa en el momento adecuado, como ocurre en la fibrila ción auricular (FA) o la disociación auriculoventricular, puede dar lugar a un deterioro rápido en los pacientes con EAo grave. La resistencia vascular sistémica también contribuye a la poscarga del VI total en los adultos con EAo. La hipertensión concurrente aumenta la carga total del VI y puede afectar a la evaluación de la gravedad de la EAo.29 La hipertensión pulmonar está presente en cerca del 50% de los adultos que se someten a SVA por EAo grave y se asocia con menor supervivencia a largo plazo.30,31 La resistencia vascular pulmonar elevada en los pacientes con EAo disminuye con la inhibición de la fosfodiesterasa de tipo 5, lo que indica que el mecanismo de la hipertensión pulmonar es un aumento de la precarga y poscarga del VI.32 La fisiología del ejercicio es anómala en los adultos con EAo mode rada a grave, e incluso los pacientes asintom áticos toleran m al el ejercicio. Aunque el gasto cardíaco en reposo está dentro de los límites normales, el aumento normal del gasto cardíaco con el ejercicio se amortigua y está mediado, sobre todo, por el aumento de la frecuencia cardíaca, con pocas modificaciones en el volumen de eyección. Aunque el volumen de eyección no cambia, el flujo transvalvular aumenta debido a períodos de eyección sistólica acortados, de modo que la velocidad del chorro aórtico y el gradiente transvalvular aumentan de forma proporcional. Antes del comienzo de los síntomas, el área valvular aumenta ligeramente con el ejercicio (en 0,2 cm2 de media), pero a medida que la EAo se agrava y los síntomas son inminentes, el área valvular se fija, lo que da lugar a un aumento incluso mayor de la velocidad del chorro y del gradiente de presión con el ejercicio. En este punto hay una respuesta anómala de la presión arterial al ejercicio (aumento de la presión arterial sistólica < 10 mmHg), lo que significa una obstrucción valvular grave. Función m iocárdica en la estenosis aórtica Cuando la aorta se constriñe repentinamente en animales experimentales, la presión del VI aumenta, la sobrecarga parietal se incrementa signifi cativamente, y la extensión y velocidad de acortamiento disminuyen. El desarrollo de la hipertrofia del VI es uno de los principales mecanismos por los que el corazón se adapta a tal aumento de la carga hemodinámica (v. capítulo 21). La mayor sobrecarga parietal sistólica inducida por la EAo lleva a una replication paralela de sarcómeros y a una hipertrofia concén trica. El aumento del espesor de la pared del VI es, a menudo, suficiente para contrarrestar el incremento de la presión, de modo que la tensión parietal máxima retome a la normalidad o siga siendo normal, si la obs trucción se produce lentamente. Se ha descrito una correlación inversa entre la sobrecarga parietal y la fracción de eyección en los pacientes con EAo. Esto indica que la fracción de eyección y la velocidad de acortamiento de las fibras reducidas que se producen en algunos pacientes son una consecuencia de un espesor parietal inadecuado, lo que da lugar a un desemparejado de la poscarga. En otros, la menor fracción de eyección es secundaria a una verdadera depresión de la contractilidad; en este grupo, el tratamiento quirúrgico es menos eficaz. De este modo, el aumento de la poscarga y la alteración de la contractilidad operan en una extensión variable en la reducción del rendimiento del VI. Para evaluar la función miocárdica en los pacientes con EAo, los índices de la fase de eyección, como la fracción de eyección y el acortamiento de la fibra miocárdica, deben relacionarse con la tensión parietal existente.33 Propiedades diastólicas Aunque la hipertrofia del VI es un mecanismo adaptativo clave frente a la carga de presión impuesta por la EAo, tiene una consecuencia fisiopa- tológica adversa (es decir, aumenta la rigidez diastólica; v. capítulos 21 y 27). Debido a ello, es necesaria una mayor presión intracavitaria para llenar el VI. Algunos pacientes con EAo manifiestan un aumento de la rigidez del ventrículo izquierdo (mayor rigidez cameral) simplemente por la mayor masa muscular sin ninguna alteración en las propiedades diastólicas de cada unidad de miocardio (rigidez muscular normal); otros muestran aumentos en la rigidez cameral y muscular. Pero este aumento de la rigidez contribuye a la elevación de la presión diastólica de llenado del VI a cualquier nivel de volumen diastólico ventricular. La disfunción diastólica puede revertir a la normalidad con una regresión de la hiper trofia tras el alivio quirúrgico de la EAo, pero suele persistir algún grado de disfunción diastólica a largo plazo. Isquemia En los pacientes con EAo, el flujo sanguíneo coronario en reposo está aumentado en términos absolutos, pero es normal cuando se realizan correcciones en función de la masa miocárdica. La reserva reducida del flujo sanguíneo coronario puede producir una oxigenación miocárdica inadecuada en los pacientes con EAo grave, incluso sin una enfermedad arterial coronaria. La masa muscular del VI hipertrofiada, el aumento de la presión sistólica y la prolongación de la eyección elevan el consumo miocárdico de oxígeno. La presión demasiado elevada que comprime las arterias coronarias puede superar la presión de perfusión coronaria y el acortamiento de la diástole interfiere con el flujo sanguíneo coronario, lo que provoca un desequilibrio entre el aporte y la demanda miocárdicos de oxígeno (v. fig. 63-4).34 La perfusión miocárdica también se reduce por una disminución relativa de la densidad capilar miocárdica a medida que la masa miocárdica aumenta y por la elevación de la presión teledias tólica del VI, lo que reduce el gradiente de presión entre la aorta y el VI El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. T A B L A 63 -3 Estadios de la estenosis aórtica ANATOMIA HEMODINÁM ICA CONSECUENCIAS ESTADIO DEFINICIÓN DE LA VÁLVULA VALVULAR HEMODINÁMICAS SINTOMAS ^3 A En r ie s g o d e E A o Válvula aórtica bicúspide Vmáx. aórtica <2 m/s Ninguna Ninguno (u otras anomalías valvulares congénitas) Esclerosis valvular aórtica B E A o p r o g r e s iv a Calcificación leve o moderada de las valvas de una válvula bicúspide o trivalva con cierta reducción en el movimiento sistólico o Alteraciones valvulares reumáticas con fusión de las comisuras EAo leve: Vmáx. aórtica 2-2,9 m/s o AP medio <20 mmHg EAo moderada: Vmáx. aórtica de 3-3,9 m/s o AP medio de 20-39 mmHg Puede existir disfunción diastólica precoz del VI FEVI normal Ninguno C E A o g r a v e a s in t o m á t ic a C1 EAo grave asintomática Calcificación grave de las valvas o estenosis congénita con reducción notable de la apertura de las valvas EAo grave: Vmáx. aórtica >4 m/s o AP medio >40 mmHg El AVA es típicamente <1 cm2 (o AVAi <0,6 cm2/m2) EAo muy grave: Vmáx. aórtica >5 m/s o AP medio >60 mmHg Disfunción diastólica del VI Hipertrofia leve del VI FEVI normal Ninguno; las pruebas de ejercicio son razonables para confirmar el estado respecto a los síntomas C2 EAo grave asintomática con disfunción del VI Calcificación grave de las valvas o estenosis congénita con reducción notable de la apertura de las valvas Vmáx. aórtica >4 m/s o AP medio >40 mmHg El AVA es típicamente <1 cm2 (o AVAi <0,6 cm2/m2)FEVI <50% Ninguno D E A o g r a v e s in to m á t ic a D1 EAo grave sintomática de gradiente alto Calcificación grave de las valvas o estenosis congénita con reducción notable de la apertura de las valvas EAo grave: Vmáx. aórtica >4 m/s o AP medio >40 mmHg El AVA es típicamente <1 cm2 (o AVAi <0,6 cm2/m2), pero puede ser mayor en caso de EAo/IA mixta Disfunción diastólica del VI Hipertrofia del VI Puede existir hipertensión pulmonar Disnea de esfuerzos o menor tolerancia al ejercicio Angina de esfuerzo Síncope o presíncope de esfuerzo D2 EAo grave sintomática de flujo bajo/gradiente bajo con FEVI reducida Calcificación grave de las valvas con reducción notable del movimiento de las valvas AVA <1 cm2 con Vmáx. aórtica en reposo <4 m/s, o AP medio <40 mmHg La eco de estrés con dobutamina muestra AVA <1 cm2 con Vmáx. >4 m/s para cualquier velocidad de flujo Disfunción diastólica del VI Hipertrofia del VI FEVI <50% IC Angina Síncope o presíncope D3 EAo grave sintomática de gradiente bajo con FEVI normal o EAo grave de flujo bajo paradójico Calcificación grave de las valvas con reducción notable del movimiento de las valvas AVA <1 cm2 con Vmáx. aórtica <4 m/s, o AP medio <40 mmHg AVAi <0,6 cm2/m2 índice de volumen sistólico <35 ml/m2 medido con el paciente normotenso (PA sistólica <140 mmHg) VI aumentado respecto al espesor de la pared Cavidad del VI pequeña con bajo volumen sistólico Restricción al llenado diastólico FEVI >50% IC Angina Síncope o presíncope AVA, área valvular aórtica; AVAi, área valvular aórtica indexada según la superficie corporal; FEVI, fracción de eyección del ventrículo izquierdo; IC, insuficiencia cardíaca; AP, gradiente de presión; PA, presión arterial; Vmáx., velocidad aórtica máxima. Tomado de Nishimura RA, Otto CM, Bonow RO, et al: 2014 AHA/ACCF guideline for the management o f patients with valvular heart disease: A report o f the American College o f Cardiology Foundation/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines. JAm Coll Cardiol 63:e57, 2014. en la diástole (es decir, el gradiente de presión de perfusión coronaria). Esta perfusión insuficiente puede ser responsable del desarrollo de una isquemia subendocárdica, especialmente cuando la demanda de oxígeno aumenta o se reduce el período de llenado diastólico (p. ej., taquicardia, anemia, infección, embarazo). Presentación clínica Síntom as. Las manifestaciones cardinales de la EAo adquirida son la disnea de ejercicio, la angina, el síncope y, finalm ente, la insuficiencia cardíaca.5'35,36 A la mayoría de los pacientes se les diagnostica ahora antes © de que empiecen los síntomas debido al hallazgo de un soplo sistólico en la exploración física, con una confirmación del diagnóstico por ecocardiografía. Los síntomas suelen aparecer a la edad de 50 a 70 años con la estenosis de una válvula aórtica bicúspide y por encima de los 70 años con la estenosis de una válvula trivalva calcificada, aunque incluso en este grupo de edad alrededor del 40% de los pacientes con EAo tienen una válvula bicúspide congénita .3 La manifestación clínica más frecuente en los pacientes con un diagnós tico conocido de EAo a los que se sigue de forma prospectiva es una reduc ción gradual de la tolerancia al ejercicio, astenia o disnea en el ejercicio. El mecanismo de la disnea de ejercicio puede ser la disfunción diastólica del VI, con un aumento excesivo de la presión telediastólica que lleva a una congestión pulmonar. Los síntomas durante el ejercicio pueden ser también 1451 C ardiopatía valvula r E n f e r m e d a d e s d el c o r a z ó n , el p e r ic a r d io y el le c h o v a s c u la r p u l m o n a r Vllll 1452 el resultado de una capacidad limitada de aumentar el gasto cardíaco con el ejercicio. La disnea con el ejercicio más intensa, con ortopnea, disnea paro- xística nocturna y edema pulmonar, refleja grados variables de hipertensión venosa pulmonar. Estos son síntomas relativamente tardíos en los pacientes con EAo, y en la práctica actual suele realizarse la intervención antes de este estadio de la enfermedad. La angina aparece en aproximadamente dos tercios de los pacientes con EAo grave, de los que alrededor del 50% tienen una obstrucción arterial coronaria significativa asociada. Suele parecerse a la angina observada en los pacientes con enfermedad arterial coronaria (v. capítulos 50 y 54) en que suele precipitarla el ejercicio y se alivia con el reposo. En los pacientes sin enfermedad arterial coronaria, la angina se debe a la combinación de un aumento de las demandas de oxígeno por el miocardio hipertrofiado y una reducción del transporte de oxígeno secundario a una compresión excesiva de los vasos coronarios. En los pacientes con una enfermedad arterial coronaria, la angina se debe a una combinación de obstrucción de arterias coronarias epicárdicas y un desequilibrio del oxígeno caracterís tica de la EAo. En muy pocos casos, la angina se debe a émbolos calcificados en el lecho vascular coronario. El síncope suele deberse a una reducción de la perfusión cerebral que se produce durante el ejercicio cuando la presión arterial declina a conse cuencia de la vasodilatación sistémica en presencia de un gasto cardíaco fijo . El síncope también se ha atribuido a una mala función del mecanismo barorreceptor en la EAo grave (v. capítulo 89), así como a una respuesta vasodepresora a una elevación acentuada de la presión sistólica del VI durante el ejercicio. Son frecuentes los síntomas premonitorios de síncope. La hipotensión con el ejercicio también puede manifestarse como crisis de «palidez» o mareo con el esfuerzo. El síncope en reposo puede deberse a una FA transitoria con pérdida de la contribución auricular al llenado del VI, lo que causa una declinación precipitada del gasto cardíaco, o a un bloqueo auriculoventricular transitorio causado por la extensión de la calcificación de la válvula hasta el sistema de conducción. Otras observaciones tardías en los pacientes con EAo aislada son la FA, la hipertensión pulmonar y la hipertensión venosa sistémica. Aunque la EAo puede ser responsable de una muerte súbita (v. capítulo 39), esto ocurre habitualmente en los pacientes que ya tenían síntomas. En los pacientes con EAo grave, puede aparecer una hemorragia digestiva, asociada a menudo a una angiodisplasia (sobre todo del lado derecho del colon) u otras malformaciones vasculares. Esta complicación surge de una agregación plaquetaria inducida por la sobrecarga con una reducción de multímeros de masa molecular alta del factor de von Willebrand y aumen tos de fragm entos de la subunidad pro teolítica .37 Estas alteraciones se correlacionan con la gravedad de la EAo y pueden corregirse con una SVA. Se ha documentado un riesgo mayor de endocarditis infecciosa en pacien tes con valvulopatía aórtica, especialmente en aquellos de menor edad con válvula bicúspide (v. capítulo 64). Los émbolos cerebrales que provocan accidentes cerebrovasculares o crisis isquémicas transitorias pueden deberse a microtrombos situados en las válvulas bicúspides engrosadas. La EAo cal cificada puede soltar émbolos de calcio a varios órganos, como el corazón, los riñones y el encéfalo. Exploración física. Las características clave de la exploración física en los pacientes con EAo son la palpación del latido carotídeo, la evaluación del soplo sistólico, la evaluación del desdoblamiento del segundo tono cardíaco y la búsqueda de signos de insuficiencia cardíaca (v. capítulo 11). El latido carotídeo refleja directamente la onda de presión arterial. La observación esperada con la EAo grave es un pulso carotídeo de ascenso lento, pico tardío y baja amplitud, el impulso carotídeo parvus e t tardus (fig. 63-5). Cuando está presente, esta observación es específica de la EAo grave. Sin embargo, muchos adultos con EAo tienen trastornos concurrentes, como IA o hipertensión sistémica, que afectan a la curva de la presión arterial y al impulso carotídeo. De este modo, un impulso carotídeo aparentemente normal no es fiable para excluir el diagnóstico de EAo grave. De forma análoga, la presión arterial no es un método útil para evaluar la gravedad de la EAo. Cuando hay una EAo grave, la presión arterial sistólica y la presión del pulso pueden reducirse. Sin embargo, en los pacientes con IA asociada o en pacientes mayores con un lecho arterial falto de elasticidad, las presiones sistólica y del pulso pueden ser normales o incluso aumentar. Con la EAo grave, la radiación del soplo a las carótidas puede dar lugar a una vibración palpable o tem blor carotídeo. El impulso cardíaco es mantenido y se desplaza en sentido inferior y lateral en el fracaso del VI. La distensión presistólica del ventrículo izquierdo (es decir, una onda a precordial prominente) es a menudo visible y palpable. Un ventrículo izquierdo hiperdinámico indica una IA o IMi concomitantes. La vibración sistólica se aprecia mejor habitualmente cuando el paciente se inclina hacia delante durante la espiración completa. Se palpa con mayor facilidad en el segundo espacio intercostal derecho o en la escotadura supraesternal, y se transmite con frecuencia a lo largo de las arterias caróti das. Una vibración sistólica es específica, pero no sensible, de una EAo grave. Auscultación. El soplo sistólico de eyección de la EAo suele tener una intensidad máxima tardía y se escucha mejor en la base del corazón, con radiación a las carótidas (v. fig . 63-5). El cese del soplo antes de A 2 es útil para d iferenciarlo de un soplo m itral pansistólico. En los pacientes con válvulas aórticas calcificadas, el soplo sistólico es más fuerte en la base del corazón, pero los componentes de frecuencia alta pueden irradiarse a la punta (el conocido como fenómeno de Gallavardin), en cuyo caso el soplo puede ser tan prominente que se confunda con el soplo de la IMi. En general, un soplo más fuerte y con una intensidad máxima tardía indica una estenosis de mayor gravedad. Sin embargo, aunque un soplo sistólico de intensidad de grado 3 o mayor es relativamente específico de EAo grave, esta observación es insensible y muchos pacientes con EAo grave tienen solo un soplo del grado 2. Los soplos diastólicos decrecientes de tono alto secundarios a la IA son frecuentes en muchos pacientes con EAo dominante. El desdoblamiento del segundo tono cardíaco es útil para excluir el diag nóstico de EAo grave, porque el desdoblamiento normal implica que las valvas de la válvula aórtica son lo suficientemente flexibles para crear un sonido de cierre audible (A2). Con la EAo grave, el segundo tono cardíaco (S2) puede ser único, porque la calcificación y la inmovilidad de la válvula aórtica hacen A 2 inaudible, el cierre de la válvula pulm onar (P2) queda enterrado en el soplo de eyección aórtico prolongado o la prolongación de la sístole del VI hace a A2 coincidir con P2. También puede haber un des doblamiento paradójico de S2, que indica un bloqueo de la rama izquierda asociado o una disfunción del VI. De este modo, en los adultos mayores, el desdoblamiento normal de S2 indica una baja probabilidad de EAo grave. El primer tono cardíaco (S,) es normal o suave, y destaca un cuarto tono cardíaco (S4), probablemente porque la contracción auricular es vigorosa y la válvula mitral está parcialmente cerrada durante la presístole. 50 J FIGURA 63-5 Relación entre las presiones del VI y aórtica (Ao) y la curva Doppler de velocidad en la estenosis aórtica (en rojo). La diferencia de presión entre el ventrículo izquierdo y la aorta en la sístole es cuatro veces la velocidad al cuadrado (ecuación de Bernoulli). De este modo, una velocidad máxima (Vmáx) de 4,3 m/s corresponde a una diferencia de presión del Vl/Ao máxima de 74 mmHg y a un gradiente medio sistólico de 44 mmHg. En la exploración física, la velocidad lenta de aumento y el retraso del pico máximo de pulso carotídeo (o parvus et tardus) se corresponden con el contorno de la onda de presión aórtica. El soplo se corresponde en la curva de velocidad Doppler con un soplo sistólico áspero creciente-decreciente, que se escucha mejor en la región aórtica (borde esternal superior derecho). A menudo se aprecia, además, un soplo diastólico débil decreciente de tono agudo de insuficiencia aórtica (IA). i-i Soplo de eyección S2 único El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. En pacientes jóvenes con EAo congénita (v. ca p ítu lo 62), la válvula flexible puede dar lugar a un A 2 acentuado, de modo que S2 pueda estar desdoblado normalmente, incluso sin una obstrucción valvular acentuada. Además, puede oírse un sonido de eyección aórtico por el movimiento hacia arriba de la válvula aórtica. Como un A2 audible, este sonido depende de la movilidad de las cúspides valvulares y desaparece cuando se calcifican mucho. De este modo, es frecuente en niños y adultos jóvenes con EAo congénita, pero es infrecuente en adultos con EAo calcificada adquirida y válvulas rígidas. Cuando el ventrículo izquierdo fracasa y el volumen de eyección disminu ye, el soplo sistólico de la EAo se hace más suave; pocas veces desaparece. La elevación lenta del pulso arterial es más difícil de reconocer. Dicho de una forma sencilla, con el fracaso del VI, el cuadro clínico cambia de una EAo típica a la de una insuficiencia del VI grave con un gasto cardíaco bajo. De este modo, la EAo oculta puede ser causa de una insuficiencia cardíaca intratable, y en los pacientes con insuficiencia cardíaca de causa desconocida debe excluirse la EAo grave mediante una ecocardiografía, porque un tra tam iento quirúrgico puede salvar la vida y conseguir una mejora clínica importante. A uscu ltac ión d inám ica. La intensidad del soplo sistólico varía de un latido a otro cuando lo hace la duración del llenado diastólico, como en la FA o tras una extrasístole. Esta característica es útil para diferenciar la EAo de la IMi, en cuyo caso, el soplo no suele afectarse. El soplo de la EAo valvular aumenta al ponerse el paciente en cuclillas, lo que aumenta el volumen de eyección. Reduce su intensidad durante la tensión de la maniobra de Valsalva y al ponerse de pie, los dos reducen el flu jo transvalvular. Ecocardiografía La ecocardiografía (v. capítulo 14) es el abordaje estándar para evaluar y seguir a los pacientes con EAo y seleccionarlos para la operación (v. figs. 14-47 a 14-50). Las pruebas de imagen ecocardiográficas permiten definir con precisión las características anatómicas de la válvula, incluidas la causa de la EAo y la gravedad de la calcificación valvular, y a veces permiten visualizar directamente el área del orificio utilizando técnicas de imagen tridimensionales.22,38'40 Las pruebas de imagen ecocardio gráficas también son muy útiles para evaluar la hipertrofia del VI y la función sistólica, con un cálculo de la fracción de eyección y la medida de las dimensiones del seno aórtico y una detección de la valvulopatía mitral asociada.39 La ecocardiografía Doppler permite determinar la velocidad del cho rro transaórtico, que es la medida más útil para seguir la gravedad de la enfermedad y predecir el resultado clínico. El área del orificio estenótico se calcula usando la ecuación de continuidad y el gradiente de presión transaórtico medio mediante la ecuación de Bernoulli modificada (v. fig. 14-49).39,40 Los cálculos del área valvular y del gradiente de presión a partir de los datos del Doppler se han validado adecuadamente compa rándolos con los datos obtenidos en las técnicas hemodinámicas invasivas, así como su capacidad de predecir el resultado clínico. Sin embargo, la precisión de estas medidas requiere un laboratorio con experiencia que preste una atención meticulosa a los detalles técnicos. La combinación de ecocardiografía Doppler-color con onda continua ypulsada es útil para detectar y determinar la gravedad de la IA (que coexis te en alrededor del 75% de los pacientes con una EAo predominante) y para calcular la presión en la arteria pulmonar. En algunos pacientes pueden ser necesarias determinaciones adicionales de la gravedad de la EAo, como la corrección de la EAo para la recuperación de la presión postestenótica o la visualization transesofágica tridimensional de las características anatómicas valvulares (v. capítulo 14). La evaluación de la gravedad de la EAo se ve afectada por la presencia de una hipertensión sistémica, de modo que puede ser necesaria una reevaluadón después de controlar la presión arterial.41 En los pacientes con una disfunción del VI y un gasto cardíaco bajo, la evaluación de la gravedad de la EAo puede potenciarse valorando los cambios hemodinámicos durante la infusión de dobutamina (v. más adelante). Otras modalidades de evaluación diagnóstica E lec troca rd io g ram a . El principal cambio e lectrocardiográfico es la hipertrofia del VI (v. cap ítu lo 12), que se encuentra aproximadamente en el 85% de los pacientes con EAo grave. La falta de hipertrofia del VI no excluye la presencia de una EAo crítica, y la correlación entre los voltajes electrocardiográficos absolutos en las derivaciones precordiales y la gravedad de la obstrucción es escasa en los adultos, pero buena en los niños con EAo congénita. Son frecuentes la inversión de la onda T y el descenso del segmento ST en las derivaciones con complejos QRS positivos. Hay signos de aumento del tamaño auricular izquierdo en más del 80% de los pacientes © con una EAo aislada grave. La FA se produce solo en el 10-15% de los pacientes con EAo. La extensión de los infiltrados calcificados desde la válvula aórtica al sistema de conducción puede causar varias formas y grados de bloqueo auriculoventricular e intraventricular en el 5% de los pacientes con EAo calcificada. Tales defectos de conducción son más frecuentes en los pacientes que tienen una calcificación asociada del anillo mitral. Radiografía . En la radiografía de tórax (v. fig. 15-13), el corazón tiene habitualmente un tamaño normal o algo aumentado, con un redondeado del borde del VI y de la punta, a no ser que haya insuficiencia o fracaso del VI y cause una cardiomegalia importante. La dilatación de la aorta ascendente es un hallazgo frecuente, en particular en los pacientes con una válvula aórtica bicúspide. Se encuentra una calcificación de la válvula aórtica en casi todos los adultos con una EAo con repercusión hemodinámica, pero raramente es visible en la radiografía de tórax, aunque se detecta fácil mente con radioscopia o TC cardíaca (v. fig . 18-25). La aurícula izquierda puede estar ligeramente aumentada en los pacientes con EAo grave y puede haber signos radiográficos de hipertensión pulmonar venosa. Sin embargo, cuando el aumento de tamaño de la aurícula izquierda es acentuado, debe sospecharse una enfermedad valvular mitral asociada (v. fig. e15-4). C a te te rism o card íaco y a n g io g ra fía . En casi todos los pacientes, el estudio ecocardiográfico proporciona la información hemodinámica im portante necesaria para el tra tam iento del paciente, y ahora se reco mienda el cateterismo cardíaco solo cuando ninguna prueba no invasiva es concluyente, cuando las observaciones clínicas y ecocardiográficas son discrepantes y para realizar la angiografía coronaria previa a la intervención quirúrgica .1'2,42,43 La evaluación hemodinámica o ecocardiográfica de la gravedad de la EAo en reposo y con dobutam ina es razonable cuando la EAo se asocia a un gasto cardíaco bajo y a una alteración de la función del VI (v. más adelante). Técnicas de im agen avanzadas. Además de evaluar la calcificación de la válvula aórtica, la TC (v. ca p ítu lo 18) es útil para evaluar la dilata ción aórtica en los pacientes con signos de afectación de la raíz aórtica en la ecocardiografía o la radiografía de tórax. Es necesario determ inar las medidas aórticas a varias alturas, incluidos los senos de Valsalva, la unión sinotubular y la aorta ascendente, para tomar decisiones clínicas y planificar la intervención quirúrgica. La resonancia magnética cardíaca (RMC) es ú til para evaluar el volu men, la función y la masa del VI, especialmente en las situaciones en que esta información no puede obtenerse fácilmente con la ecocardiografía (v. ca p ítu lo 17).44 La RMC es capaz de evaluar la anatomía de la válvula aórtica (v. fig. 17-27) y la gravedad de la EAo, aunque el uso de esta técnica no se ha generalizado.45 La tom ografía por emisión de positrones (PET) se ha empleado para visualizar la localización y gravedad de la inflamación y las calcificaciones en modelos experimentales y en personas con valvulopatía calcificada.45,47 No se ha evaluado la utilidad clínica de esta técnica. Evolución de la enferm edad Resultado clínico PACIENTES ASINTOMÁTICOS. La gravedad de la obstrucción de la región de salida aumenta gradualmente a lo largo de 10 a 15 años, de manera que la evolución clínica incluye un largo período de latencia durante el cual la gravedad de la estenosis solo es leve a moderada y los resultados clínicos son similares a los de pacientes normales de una edad similar.48,49 En los pacientes con un engrasamiento valvular leve, pero sin obstrucción al flujo de salida (p. ej., esclerosis aórtica), el 16% sufrirá una obstrucción valvular al cabo de 1 año de seguimiento, pero solo el 2,5% sufrirá una obstrucción valvular grave una media de 8 años después del diagnóstico de esclerosis aórtica. La progresión de la enfer medad puede estar relacionada con factores distintos de su iniciación.30 La tabla 63-4 recoge los factores asociados a progresión de la EAo en pacientes asintomáticos. Cuando ya hay EAo moderada o grave, el pronóstico sigue siendo excelente mientras el paciente se mantenga asintomático.31 No obs tante, la naturaleza progresiva de la enfermedad obliga a un seguimiento estrecho. Aunque la gravedad de la estenosis es de media más acentuada en los pacientes sintomáticos que en los asintomáticos, hay un gran solapamiento en todas las determinaciones de la gravedad entre estos dos grupos. Los estudios prospectivos que evalúan la progresión a la EAo sintomática en los pacientes inicialmente asintomáticos se resumen en la tabla e63-2. El factor predictivo más fuerte de progresión a los síntomas es la velocidad del chorro aórtico en el Doppler.3,52 La supervivencia sin síntomas es del 84% a los 2 años cuando la velocidad del chorro es menor de 3 m/s comparada con solo el 21% cuando la velocidad del chorro es mayor de 4 m/s (fig. 63-6). En los adultos con EAo grave (velocidad en Doppler > 4 m/s), el pronóstico puede predecirse por la magnitud de la velocidad en el Doppler (v. fig. 63-3B) y también por la gravedad de la calcificación de la válvula aórtica.53'55 En esos estudios, la mayoría de 1453 C ardiopatía valvula r E n f e r m e d a d e s de l c o r a z ó n , el p e r ic a r d io y el le c ho v a s c u l a r p u l m o n a r Vllll 1454 los episodios consistieron en el desarrollo de síntomas que motivaron la SVA, no en muerte súbita en pacientes sin otros síntomas. No obstante, los estudios retrospectivos han revelado algunos casos de muerte súbita en adultos con EAo grave aparentemente asintomáticos. PACIENTES S IN TO M ÁTICO S. Una vez que hay síntomas incluso leves, la supervivencia es escasa, a no ser que se alivie la obstrucción al flujo de salida. Las curvas de supervivencia derivadas de estudios retros pectivos antiguos muestran que el intervalo desde el comienzo de los síntomas hasta el momento de la muerte es de aproximadamente 2 años en los pacientes con insuficiencia cardíaca, de 3 años en aquellos con síncope y de 5 años en aquellos con angina. Las series más recientes han confirmado este mal pronóstico, con una supervivencia media de solo1 a 3 años después del comienzo de los síntomas.56 En el estudio Placement of Transcatheter Aortic Valves (PARTNER), los resultados fueron muy malos para aquellos pacientes con EAo sintomática grave considerados no candidatos a la cirugía que fueron asignados aleatoriamente a un tratamiento convencional (p. ej., tratamiento médico sin implantación de válvula transcatéter), con una tasa de mortalidad a 1 año del 50,9% y a 2 años del 68%.57,58 Entre los pacientes sintomáticos con EAo grave, el pronóstico es peor cuando el ventrículo izquierdo ha fracasado y el gasto cardíaco y el gradiente transvalvular son bajos. El riesgo de muer- *Marcadores de mayor velocidad de progresión de la enfermedad y/o menor super vivencia sin episodios. fMarcadores de mayor riesgo y/o posible inutilidad. BNP, péptido natriurético encefálico; FE, fracción de eyección; STS, Society of Thoracic Surgeons. Tomado de Lindman BR, Bonow RO, Otto CM: Current management o f calcific aortic stenosis. Circ Res 113:223, 2013. te súbita es alto en la EAo grave sintomática, de manera que a estos pacientes se les debe remitir pronto para una intervención quirúrgica. En los pacientes que no se som eten a una intervención quirúrgica, las hospitalizaciones recurrentes por angina e insuficiencia cardíaca descompensada son frecuentes, asociadas con un uso importante de recursos sanitarios.59 Progresión hem odinám ica La media de la progresión hemodinámica es de un descenso anual del área de la válvula aórtica de 0,12 cm2/año, un aumento en la velocidad del chorro aórtico de 0,32 m/s/año y un aumento en el gradiente medio de 7 mmHg/año. Sin embargo, la progresión es muy variable y difícil de predecir en cada paciente. En los estudios clínicos, los factores asociados a una progresión hemodinámica más rápida son la edad avanzada, la calcificación más intensa de las valvas, la insuficiencia renal, la hiper tensión, el tabaco y la hiperlipidemia. No está claro el papel de los factores génicos. Debido a la variabilidad de la gravedad hemodinámica al com ien zo de los síntomas y debido a que muchos pacientes no reconocen el comienzo de los síntomas por la progresión insidiosa de la enfermedad, se han evaluado tanto las pruebas de ejercicio (v. tabla 63-4) como las concentraciones séricas del péptido natriurético cerebral (BNP)24 como indicadores de la progresión de la enfermedad y como factores predictivos del comienzo de los síntomas. Las pruebas de ejercicio vigiladas por un médico son seguras en adultos con EAo grave cuando no está claro el estado de los síntomas,60,61 y aquellos pacientes que desarrollen síntomas o muestren un descenso de la presión arterial con el ejercicio deberían considerarse afectos de enfermedad sintomática.62,63 Una concentración elevada de BNP podría ser útil en caso de síntomas poco claros o si la estenosis es solo moderada, pero aún no se ha definido por completo la utilidad de las determinaciones periódicas de BNP en la evaluación de la progresión de la enfermedad.64 T ra tam ie n to m éd ico. El principio más im portante en el tratam iento de los adultos con EAo es la educación del paciente respecto al curso de la enfermedad y los síntomas típicos. A los pacientes se les debe aconsejar que comuniquen pronto la aparición de cualquier síntoma que pueda estar relacionado con la EAo. A los pacientes con EAo grave se les debe advertir de que eviten deportes y actividades físicas fuertes. Sin embargo, tales res tricciones no se aplican a los pacientes con obstrucción leve. Aunque no se ha demostrado que el tratamiento afecte a la progresión de la enfermedad, en los adultos con EAo (como en cualquier o tro adulto) deben evaluarse y tratarse los factores de riesgo coronarios habituales de acuerdo con las directrices establecidas. La ecocardiografía se recomienda en el diagnóstico y la evaluación inicial de la gravedad de la EAo, la evaluación de la hipertrofia del VI y la función TA B L A 6 3 -4 Estadificación del riesgo de pacientes con estenosis aórtica grave PACIENTES ASINTOMÁTICOS • Prueba de ejercicio anómala 1 BNP elevado 1 Calcificación valvular moderada o grave 1 Velocidad aórtica muy alta (>5-5,5 m/s) • Aumento rápido de la velocidad aórtica 1 Mayor remodelado hipertrófico del VI 1 Reducción de la presión sistólica longitudinal del VI • Fibrosis del miocardio 1 Hipertensión pulmonar PACIENTES SINTOMÁTICOS ■ Ausencia de reserva contráctil en pacientes con EAo de flujo bajo, gradiente bajo y FE baja ■ Gradiente medio muy bajo (<20 mmHg) 1 BNP muy elevado 1 Fibrosis intensa del ventrículo 1 Neumopatía dependiente de 0 2 1 Fragilidad 1 Disfunción renal avanzada 1 índice STS muy alto A AÑOS B AÑOS FIGURA 63-6 A . Evolución natural, reflejada por la supervivencia sin episodios en pacientes asintomáticos con EAo. La velocidad del chorro aórtico inicial (Vmáx.) clasifica a los pacientes según la probabilidad de que desarrollen con el tiempo síntomas que obliguen a la sustitución valvular. B. Pronóstico en la EAo muy grave. Curvas de Kaplan-Meier de la tasa de supervivencia sin episodios en pacientes con una velocidad máxima del chorro aórtico de 4 m/s o más. En A y B la mayoría de los «episodios» consistieron en el inicio de síntomas que motivaron la sustitución de la válvula aórtica. (A, tomado de Otto CM, Burwarsh IG, Legget ME, etal: A prospective study o f asymptomatic valvular aortic stenosis: Clinical, echocardiographic, and exercise predictors o f outcome. Circulation 95:2262, 1997; B, tomado de Rosenhek R, Zilberszac R, Schemper M, et al: Natural history o f very severe aortic stenosis. Circulation 121:151, 2010.) El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. sistólica, la reevaluación de los pacientes con signos o síntomas cambiantes y la reevaluación anual por una EAo grave, cada 1 a 2 años por una EAo moderada y cada 3 a 5 años por una EAo leve. 12 Debido a que los pacientes pueden ajustar su estilo de vida para m inim izar los síntomas o pueden a tr ibu ir la astenia y la disnea a la fa lta de entrenam iento o a la edad, pueden no reconocer los síntomas tempranos de la EAo como señales de alarma importantes, aunque estos síntomas pueden obtenerse a menudo con una anamnesis cuidadosa. Las pruebas de ejercicio pueden ser útiles en pacientes aparentemente asintomáticos para detectar síntomas ocultos, una capacidad para el ejercicio limitada o una respuesta anómala de la presión arterial.60,61 En los pacientes sintomáticos deben evitarse completamente las pruebas de ejercicio. Los pacientes sintomáticos con EAo grave suelen ser candidatos quirúr gicos, porque el tratamiento médico tiene poco que ofrecer. Sin embargo, el tra tam ien to médico puede ser necesario en pacientes considerados inoperables, habitualmente por trastornos médicos asociados que excluyen la intervención quirúrgica. Algunos de estos pacientes pueden ser candidatos para la implantación de una válvula a través de catéteres, pero otros no serán candidatos o declinarán esta intervención. Aunque los diuréticos son beneficiosos cuando hay una acumulación anómala de líquido, deben usarse con precaución, porque la hipovolemia puede reducir la presión teledias- tólica del VI elevada, reducir el gasto cardíaco y producir una hipotensión ortostática. Los inhibidores de la ECA deben utilizarse con precaución, pero son útiles para tra tar a los pacientes con disfunción sistólica del VI sintomática que no son candidatos para la intervención quirúrgica; de hecho, en los estudios epidemiológicos han demostrado que mejoran el pronóstico de los pacientes con EAo.33 Deben iniciarse con dosis bajas y aumentarse lentamente hasta las dosis diana, evitando la hipotensión. Los p-bloqueantes adrenérgicos pueden deprim ir la función miocárdica e inducir un fracaso del VI, por lo que normalmente deben evitarse en los pacientes con EAo. La FA o el aleteo auricular aparecen en menos del 10% de los pacientes conEAo grave, quizás por el aum ento tardío de tam año de la aurícula izquierda en este trastorno. Cuando se observa este tipo de arritmia en un paciente con EAo, hay que considerar la posibilidad de una enfermedad mitral asociada. Cuando aparece la FA, la frecuencia ventricular rápida puede causar angina de pecho. La pérdida de la contribución auricular al llenado ventricular y una reducción repentina del gasto cardíaco pueden causar una hipotensión acentuada. Por lo tanto, la FA debe tratarse pronto, habitualmente con cardioversión. La FA de reciente comienzo en un paciente que antes estaba asintomático con EAo grave puede ser un marcador del comienzo inminente de los síntomas.65 El tratamiento de los trastornos cardíacos concurrentes, como la hiper tensión y la enfermedad coronaria, es complicado en los pacientes con EAo asintomática por el hecho preocupante de que los efectos vasodilatadores de los medicamentos puedan no verse contrarrestados por un aumento compensador del gasto cardíaco. A pesar de esto, los pacientes con EAo deben recibir el tratamiento adecuado para su enfermedad concurrente, aunque los medicamentos deben comenzarse con dosis bajas y aumentarse progresivamente, con una vigilancia estrecha de la presión arterial y de los síntomas. Los adultos con EAo grave asintomática pueden someterse a una intervención quirúrgica extracardíaca, y las mujeres quedarse embarazadas, con una vigilancia hemodinámica cuidadosa y una optim ización de las condiciones de carga. Sin embargo, cuando la estenosis es muy grave, puede considerarse una SVA programada antes de la intervención quirúrgica extracardíaca o de un embarazo planificado. Aunque los lípidos séricos elevados se asocian con la presencia de valvu lopatía aórtica, no hay indicios convincentes de que el tratamiento hipo- lipidemiante afecte a la progresión de la enfermedad .15 No se observaron beneficios en un estudio aleatorizado y prospectivo de pequeño tamaño que comparó atorvastatina con placebo, a pesar de un descenso significativo de las concentraciones séricas de LDL, en pacientes con EAo calcificada relativamente avanzada,66 y un estudio prospectivo posterior en pacientes con EAo menos grave mostró tan solo una ligera reducción en la tasa de progresión de la EAo con rosuvastatina.67 Los estudios Simvastatin and Ezetimibe fo r Aortic Stenosis (SEAS)68 y Aortic Stenosis Progression Obser vation: Measuring Effects o f Rosuvastatin (ASTRONOMER)69 aleatorizaron a 1.800 y 269 adultos, respectivamente, con EAo leve o moderada a recibir un tratamiento hipolipidemiante intensivo o placebo. Estos estudios tenían la potencia necesaria y no mostraron mejorías en la mortalidad, tiempo hasta la sustitución valvular ni tasa de progresión de la EAo en el grupo con tratamiento respecto al placebo. El interés se centra, actualmente, en otras vías de enfermedad de la valvulopatía calcificada que podrían ser objeto de tratamiento médico.13,70,71 Tratamiento quirúrgico Niños En el adolescente o adulto joven con EAo congénita grave, la valvulotomía aórtica con balón se recomienda en todos los pacientes sintomáticos y en los pacientes asintomáticos con un gradiente transvalvular mayor de © 60 mmHg o cambios electrocardiográficos del segmento ST en reposo o con el ejercicio.72 Las mismas indicaciones son apropiadas para la inter vención quirúrgica, aunque la valvulotomía con balón es probablemente preferible en los centros con experiencia. En la intervención quirúrgica, una simple incisión comisural bajo visión directa provoca habitualmen te una mejora hemodinámica importante con un riesgo bajo (es decir, mortalidad <1% ; (v. capítulo 62). A pesar de los resultados hemodiná- micos positivos que siguen a la valvulotomía percutánea o quirúrgica, la válvula no adquiere una disposición anatómica normal completa. El flujo sanguíneo turbulento a través de la válvula puede inducir cambios que llevan después a una deformación adicional, una calcificación, el desarrollo de una insuficiencia y una reestenosis después de 10 a 20 años, lo que exige a menudo una reoperación y la sustitución posterior de la válvula. A d u ltos En los adultos con EAo grave sintomática, se recomienda la SVA, aunque los síntomas sean leves. A pesar de esta clara recomendación de las direc trices,1,2 no se remite adecuadamente a muchos pacientes con EAo sinto mática a la intervención quirúrgica, incluso cuando el riesgo quirúrgico es bajo.47 La SVA también se recomienda en la EAo grave con una fracción de eyección menor del 50% y en pacientes con una EAo asintomática grave que vayan a someterse a un injerto de derivación arterial coronaria (IDAC) o a otras formas de intervención quirúrgica cardíaca1,2,5 (fig. 63-7). Además, la SVA es apropiada en los pacientes aparentemente asintomá ticos con EAo grave cuando la prueba de ejercicio provoque síntomas o reduzca la presión arterial. Los resultados son similares en pacientes que presentan EAo junto con IA, de modo que en este grupo de pacientes se aplican los criterios habituales para la intervención.73,74 En los pacientes asintomáticos con EAo grave y un riesgo quirúrgico bajo, la SVA puede considerarse cuando existen marcadores de una progresión rápida de la enfermedad (p. ej., calcificación valvular intensa) o cuando la EAo es muy grave, dependiendo de la preferencia del paciente respecto al riesgo de una intervención temprana frente a una vigilancia cuidadosa con una intervención rápida cuando los síntomas aparezcan. Debe realizarse una angiografía coronaria antes de la sustitución valvular en la mayoría de los adultos con EAo. La SVA quirúrgica es la intervención de elección para aliviar la obs trucción en la región de salida en los adultos con una EAo valvular. La reparación quirúrgica no es factible, porque los intentos de desbridar la calcificación valvular no han tenido éxito. La valvulotomía aórtica con balón solo consigue un efecto hemodinámico modesto en los pacientes con EAo calcificada y no influye favorablemente en el resultado a largo plazo. De este modo, la valvulotomía aórtica con balón no se recomien da en la EAo como alternativa a la SVA en la EAo calcificada. En casos seleccionados, la valvulotomía con balón podría ser razonable como un puente hasta la intervención quirúrgica en los pacientes inestables o como intervención paliativa cuando la intervención quirúrgica es muy arriesgada. Implantación de válvula aórtica transcatéter LaTAVI mediante un abordaje percutáneo o transapical es una alternativa terapéutica en la EAo grave, especialmente en pacientes con un riesgo quirúrgico prohibitivo, y también es una opción razonable en aquellos con riesgo quirúrgico muy alto (v. capítulo 56). En la cohorte B del estudio PARTNER estadounidense, aleatorizado y prospectivo, que comparó la TAVI con tratamiento médico (incluida la valvulotomía con balón) en pacientes con un riesgo quirúrgico prohibitivo para la SVA quirúrgica, la TAVI resultó en una reducción sustancial de las tasas de fallecimiento e ingresos, y se asociaba con una mejora significativa de los síntomas37,58 (fig. 63-8). Los beneficios de la TAVI fueron máximos en aquellos pacien tes cuyo índice de la Society of Thoracic Surgeons (STS) era menor de 15, en los que la SVA quirúrgica no era posible por limitaciones técnicas a la toracotomía, como aorta en porcelana o cardiopatía secundaria a irradiación. En pacientes con un índice STS de 15 o más, los resultados fueron similares a los 2 años de seguimiento, con una tasa de mortali dad superior al 50%, probablemente debido a los numerosos trastornos concomitantes de estos pacientes. En aquellos con riesgo quirúrgico alto, pero no prohibitivo (Cohorte A del PARTNER), los resultados con SVA quirúrgica y con TAVI fueron similares a los 2 años (v. fig. 63-8B), aunque el grupo de TAVI presentó una frecuencia mayor de insuficiencia paravalvular (v. fig. 14-61) y prevalencia más alta de ACV.75,76 La eficacia dela TAVI en el estudio PARTNER queda reflejada en los resultados clínicos comunicados en los últimos registros de TAVI, que respaldan el uso de esta técnica en pacientes con riesgo quirúrgico alto o prohibitivo.77'81 No se ha 1455 C ardiopatía valvula r E n f e r m e d a d e s de l c o r a z ó n , el p e r ic a r d io y el le c ho v a s c u l a r p u l m o n a r Vllll 1456 FIGURA 63-7 Estrategia de tratamiento en pacientes con EAo grave. Hay que realizar un seguimiento periódico a todos los pacientes en los que la SVA, mediante una técnica quirúrgica o transcatéter, aún no esté indicada, incluidos aquellos con EAo asintomática (estadio D o C) y los que presentan EAo de gradiente bajo (estadio D2 o D3) que no cum plen criterios para la intervención. *La SVA debe plantearse en la EAo en estadio D3 solo si la obstrucción valvular es la causa más probable de los síntomas, el índice de volumen sistólico es <35 ml/m2, el AVA indexada es <0,6 cm2/m2, y los datos se registran cuando el paciente tiene una presión arterial normal (PA sistólica < 140 mmHg). AVA, área valvular aórtica; EED, ecocardiografía de estrés con dobutamina; FEVI, fracción de eyección del ventrículo izquierdo; APmed¡o, gradiente de presión medio; PA, presión arterial; PECSF, prueba de ejercicio en la cinta sin fin; Vmáx., velocidad máxima. (Tomado de Nishimura RA, Otto CM, Bonow RO, et al: 2014 AHA/ACCF guideline for the management o f patients with valvular heart disease: A report o f the American College o f Cardiology Foundation/ American Heart Association Task Force on Practice Guidelines. J Am Coll Cardiol 63:e57:2014.) < (/) < U j O s 3 < 3 O IX o Cociente de riesgos instantáneos, 0,56 (IC al 95%, 0,43-0,73) P < 0,001 Tratamiento habitúala < (/) < LU O i§ < o cc o MESES DESDE LA ALEATORIZACION MESES DESDE LA ALEATORIZACION N.° en riesgo SVAT 179 Tratamiento 179 habitual 138 121 124 85 110 62 N.° en riesgo 83 SVAT 348 42 Cirugía 351 B 260 236 234 217 172 165 70 65 31 32 FIGURA 63-8 A. Sustitución de la válvula aórtica transcatéter (SVAT) en la EAo sintomática grave no operable. Se muestran las tasas de supervivencia de Kaplan-Meier de pacientes sintomáticos con EAo grave considerados no candidatos a la cirugía que recibieron el tratamiento convencional (n = 179) comparado con SVAT (n = 179). B. SVAT y sus titución quirúrgica de la válvula aórtica en pacientes de alto riesgo. Tasas de supervivencia de Kaplan-Meier en pacientes de alto riesgo con EAo grave sometidos a la sustitución quirúrgica de la válvula aórtica (n = 351) o bien SVAT (n = 348). (A, tomado de Makkar RR, Fontana GP, Jilaihawi H, et al: Transcatheter aortic-valve replacement for inoperable severe aortic stenosis. N Engl J Med 366:1696, 2012; B, tomado de Kodali SK, Williams MR, Smith CR, etal: Two-year outcomes after transcatheter or surgical aortic-valve replacement. N Engl J Med 366:1686, 2012.) Cociente de riesgos instantáneos, 0,9 (IC al 95%, 0,71-1,15) P = 0,41 Cirugía SVAT El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. definido bien la durabilidad a largo plazo de las válvulas bioprotésicas de la TAVI, de modo que, en el momento actual, la SVA quirúrgica clásica sigue siendo la técnica de elección en pacientes con riesgo quirúrgico bajo o intermedio.82'85 Estenosis aórtica con disfunción ventricular izquierda. El riesgo quirúrgico es mayor en los pacientes con alteración de la función del VI (fracción de eyección < 35 % ) .23,86,87 Sin embargo, su pronóstico es sumamente malo sin la operación, la supervivencia global mejora con la SVA y muchos pacientes de este grupo muestran una recuperación clínica y funcional significativa tras la SVA. Por ello, debe ofrecer, en general, la SVA a estos pacientes. Incluso los octogenarios con disfunción del VI pueden mejorar la supervivencia después de la SVA, aunque sus riesgos quirúrgicos sean mayores. Las excepciones son los pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva avanzada o disfunción del VI que puedan relacionarse con un in farto de miocardio previo en lugar de una EAo. En los pacientes agudos con una insuficiencia cardíaca descompensada, se ha descrito que el n itroprusiato es seguro y eficaz para mejorar el estado hemodinám ico con rapidez y puede usarse como puente en pacientes críticos hasta la SVA. Varios estudios no aleatorizados de pequeño tamaño indican que la TAVI podría ser una opción en el tratam iento de la EAo grave con dis función sistólica del VI significativa, pero es necesario seguir evaluando esta estrategia .88'90 Estenosis aórtica con gradiente bajo y gasto cardíaco bajo. Los pacientes con una EAo crítica, una disfunción del VI grave y gasto cardíaco bajo (y, por ello, un gradiente de presión transvalvular bajo) crean a menudo dilemas diagnósticos al médico debido a su presentación clínica, y los datos hemodinámicos pueden ser indistinguibles de los de los pacientes con una míocardiopatía dilatada y una válvula calcificada que no esté estenosada.40,91 La EAo de bajo flu jo y bajo gradiente está definida como un área valvular de 1 cm2 o menor con una velocidad aórtica de 4 m/s o mayor o un gradiente medio de 40 mmHg o menos (v. tabla 63-3). La mayoría de las veces, la EAo con bajo flu jo y bajo gradiente se presenta en pacientes con fracción de eyección baja (<50% ). En esta situación, la EAo grave puede distinguirse de la EAo moderada con disfunción sistólica primaria del VI basándose en los cambios hemodinámicas valvulares durante el aumento transitorio de flujo, habitualmente conseguido mediante el incremento de gasto cardíaco con dobutamina (fig. 63-9) (v. capítulo 14)91'93 Hay una EAo grave si hay un aumento de la velocidad aórtica hasta al menos 4 m/s con cualquier flu jo, con un área valvular menor de 1 cm2; la EAo no es grave si el área de la válvula es mayor de 1 cm2.22 La ecocardiografía con dobutamina también proporciona signos de la reserva contráctil miocárdica (un aumento del volumen de eyección o de la fracción de eyección > 2 0 % desde el valor basal), lo que es un factor predictivo importante del riesgo quirúrgico, de la mejora de la función del VI y de la supervivencia después de la SVA en estos pacientes. Sin embargo, incluso en los pacientes con falta de reserva contráctil, debe considerarse la SVA si el gradiente medio es superior a los 20 mmHg debido a que la supervivencia después de la SVA es mejor (aproximadamente 50% a los 5 años) que con el tratamiento médico.86,87 También puede existir una EAo grave de flu jo bajo y gradiente bajo con una fracción de eyección del VI normal (v. tabla 63-3), típicamente en pacientes ancianos con un VI hipertrofiado pequeño y en aquellos con hipertensión concomitante. A pesar de la fracción de eyección normal, la velocidad del volumen de flu jo transaórtico es baja (< 35 m l/m 2) por el escaso tamaño del VI. En estos casos resulta difícil diferenciar una EAo grave auténtica de la EAo moderada: muchos de estos padentes tienen un tamaño corporal pequeño y EAo solo moderada, con resultados similares a los correspondientes a otros adultos con EAo moderada, y otros tienen EAo grave con mal pronóstico sin mejoría de la EAo.94'97 En los pacientes con posible EAo grave de f lu jo bajo y gasto bajo y fracción de eyección del VI normal, la toma de decisiones clínica es compleja, pero se apoya en la evaluación objetiva de los síntomas del paciente, cálculo del área valvular indexada, evaluación de la hemodinámica valvular tras el tratam iento de la hipertensión, y visualización de la anatomía valvular y magnitud de la calcificación.98 Estenosis aórtica asintomática muy grave. El tratamiento de la EAo asintomática muy grave resulta controvertido. La probabilidad de inicio de los síntomas aumenta en paralelo a la gravedad de la EAo;53,99 los sínto mas comienzan antes de 3 años en cerca del 50% de los pacientes con una velocidad aórtica
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