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36 Marcapasos y desfibriladores automáticos (Q implantables Charles D. Swerdlow, Paul J. Wang y Douglas P. Zipes Introducción: electroestimulación cardíaca, 721 Indicaciones y selección de dispositivos, 724 Material, 725 Marcapasos: modos de estimulación, ciclos tem porales y períodos de blanqueo y refractarios, 727 Detección de taquicardia y fibrilación ventriculares en los desfibriladores autom áticos implantables, 730 Electroterapia de las taquiarritm ias ventriculares, 731 Resolución de problemas clínicos frecuentes, 733 Complicaciones, 739 Seguim iento, 740 Bibliografía, 743 Directrices, 743 INTRODUCCIÓN: ELECTROESTIMULACIÓN CARDÍACA La electroterapia de las arritmias cardíacas se puede llevar a cabo mediante impulsos del marcapasos de bajo voltaje, que se utilizan para el trata miento de la bradicardia o, en forma de estimulación antitaquicárdica con marcapasos (EATM), para interrumpir las taquicardias por reentrada, y mediante descargas de alto voltaje, que se utilizan para la desfibrilación en casos de fibrilación auricular (FA) o ventricular (FV) o para la cardioversión de la taquicardia ventricular (TV). El estímulo eléctrico aplicado interacciona con la actividad eléctrica cardíaca, generando un campo eléctrico resultante, que es proporcional a la derivada espacial del voltaje aplicado (velocidad local de cambio con respecto a la derivada de la distancia). Las respuestas cardíacas dependen del comportamiento pasivo y activo de las membranas celu lares (canales iónicos), de las propiedades de las conexiones eléctricas entre células cardíacas y, tal vez, de efectos eléctricos intracelulares directos. Efectos locales y g loba les de la es tim u lac ión e léc tr ica cardíaca Locales. Para la estimulación con marcapasos es preciso que el estí mulo local sea de magnitud suficiente como para despolarizar (reducir el potencial de membrana) la región del miocardio a que se aplica durante la diástole, lo que desencadena una onda frontal de despolarización capaz de propagarse por sí sola. Para conseguir este efecto local se emiten impulsos rítmicos a partir de unos electrodos de pequeña superficie (de 1 a 6 mm2). El campo local necesario es de aproximadamente 1 V/cm. Cuando uno de estos impulsos consigue estimular el miocardio a nivel local, se dice que lo ha capturado. El tratam iento de la bradicardia mediante marcapasos requiere que el estímulo capture durante la diástole una región plenamente excitable del miocardio. El frente de onda del estímulo se propaga a continuación a todo o casi todo el miocardio, que también se encuentra en estado plenamente excitable, dando lugar a la despolarización celular y a la consiguiente contracción mecánica. Por el contrario, en la EATM, los impulsos eléctricos deben interaccionar con el circuito concreto de reen trada que ha originado la taquicardia, que generalmente se encuentra alejado de la región estimulada por el marcapasos, y debe hacerlo en un m om ento en que el m iocardio se encuentra en un estado to ta l o re lativamente refractario. Por tan to, en la EATM, los estímulos deben capturar el miocardio a nivel local durante el período refractario relativo, propagarse hasta el c ircu ito de reentrada a través de un m iocardio relativamente refractario, penetrar en el circuito en el preciso instante en que dicha región miocárdica se torna excitable, e interrumpir, finalmente, la taquicardia, provocando un bloqueo bidireccional (v. ca p ítu lo 33). La fuerza del estímulo necesario para conseguir la captura local es mayor en el caso de la EATM que en el de los marcapasos utilizados para corregir la bradicardia, ya que, en el primer caso, los estímulos van dirigidos frente a un miocardio relativamente refractario, mientras que en el segundo este se encuentra en estado plenamente excitable. Globales. Al contrario que en el caso de los marcapasos, la iniciación y la term inación m ediante descargas de la FA o de la FV requieren efectos de campo a nivel global. Las descargas desfíbriladoras proceden de electrodos de gran superficie (entre 400 y 800 mm2 en el caso de los electrodos transvenosos, de 35 a 70 cm2 en los subcutáneos o epicárdi- cos, y de 75 a 100 cm2 en los electrodos o parches transtorácicos) sepa rados entre 10 y 40 cm entre sí. La fuerza mínima del campo global nece saria para la desfibrilación ventricular es de 3 a 4 V/cm en las descargas bifásicas y de 5 a 6 V/cm en las monofásicas. Aunque la fuerza del campo necesaria para los desfibriladores solo es unas cuantas veces mayor que la necesaria para los marcapasos, en el caso de la desfibrilación es preciso que esta fuerza se propague a través de toda (o casi toda) la región ven tricular del miocardio, mientras que en los marcapasos basta con que lo afecten localmente, a distancias de solo unos pocos milímetros alrededor de la punta del electrodo. Esta diferencia espacial en lo que respecta a los campos que es preciso aplicar hace que las descargas utilizadas en la desfibrilación posean aproximadamente un millón de veces la energía de la contenida en cada impulso eléctrico de un marcapasos. Además, la constante de tiem po de la membrana del te jido cardíaco (v. más adelante) es aproximadamente 10 veces mayor en el caso de la des- fibrilación que en la estimulación con marcapasos. Teniendo en cuenta estas dos consideraciones, se deduce que las descargas desfibriladoras requieren aproximadamente 10 millones de veces la energía necesaria para la estimulación con marcapasos. Princip ios de la b ioe s tim u la c ió n e léctrica Um bra les para la e s tim u lac ión con marcapasos y la d e s fib r ila c ión. El umbral de un estímulo es la fuerza mínima necesaria que debe tener un estímulo para inducir una respuesta. Los estímulos que no alcanzan el umbral no provocan respuesta alguna, mientras que los que lo superan siempre lo hacen. Por consiguiente, el umbral para la estimu lación con marcapasos es la fuerza mínima que debe tener el estímulo para despolarizar localmente el miocardio e iniciar la propagación de esta respuesta. Para describir mejor los procesos de desfibrilación, es preferible recurrir a curvas de probabilidad de éxito (f ig . 36-1A) que a valores um bral.1 En ellas, se representan en abscisas la fuerza de des carga y en ordenadas la probabilidad de éxito de la desfibrilación. Como la desfibrilación es un suceso de naturaleza probabilístlca, descargas de la misma fuerza pueden dar resultados positivos o negativos en inten tos sucesivos. De todas formas, el término umbral de desfibrilación (UDF) sí que se utiliza, algunas veces, para referirse a la fuerza mínima de des carga con la que se obtiene experimentalmente una desfibrilación. Las pruebas para determinar la UDF se hacen empleando diversos métodos que evalúan la eficacia de desfibrilación calculando dicha fuerza mínima sobre la pendiente de una curva trazada según los éxitos y fracasos obtenidos al aplicar descargas de distinta fuerza. Estos métodos, por tan to, se fundamentan en el muestreo de datos pertenecientes a una distribución estadística continua (fig . 36-1B). Como lo normal es que la tom a repetida de muestras pertenecientes a una distribución de este tipo dé lugar a variaciones entre muestra y muestra, la determinación del UDF varía también de un experimento a otro. Formas de onda . La form a de onda de un impulso eléctrico es la representación de su voltaje (o intensidad de corriente) en función del tiempo. El voltaje es un parámetro de capital importancia en la estimula ción con marcapasos y en la desfibrilación, ya que de él depende el campo eléctrico que va a interaccionar con el corazón. En general, la intensidad de corriente presenta una relación lineal con el voltaje de acuerdo con la ley de Ohm (V = IR, donde V es el voltaje, I, la intensidad de corriente, y R, la resistencia). La duración de la onda también es de gran importancia, ya que determina el tiempo durante elcual los impulsos o descargas van a interaccionar con el corazón. Además, el curso temporal de la respuesta del corazón a cualquier impulso estimulador o desfibrilador obedece a procesos que también dependen del tiem po y en los que intervienen canales iónicos pasivos y activos, procesos que quedan condensados en la denom inada constante de tiem po de la membrana (Tm) del te jido cardíaco (v. ca p ítu lo 33). Por tanto, el parámetro eléctrico relacio nado con la estimulación con marcapasos o con la desfibrilación más fácil de medir es el voltaje (o la intensidad de corriente) en función del tiem po. Aunque las descargas de los desfibriladores automáticos implanta- 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos El m a te ria l en línea está d ispo n ib le en ExpertConsult 721 A r r it m ia s , m u e r t e s ú b it a y s in c o p e bles (DAI) se miden en algunas ocasiones en unidades de energía (ju lios), la eficacia de la desfibrilación no depende directam ente de la energía. Todo im pulso e léctrico o descarga procedente de un d ispositivo im plantable tiene su origen en un condensador eléctrico. Por ello, se caracterizan por un voltaje inicial fijo y un voltaje remanente que depende de la duración y de la constante de tiempo (tw) de la onda, esta última definida como el producto de la capacitancia (C) y la resistencia eléctrica (R) del camino que ha de recorrer el impulso o la descarga en cuestión a través de electrodos y tejidos (xw = RC). equivale al tiempo en que el condensador libera el 86% de la energía acumulada en el mismo. Como las ondas estimuladoras son breves impulsos transm itidos a través de vías de alta resistencia, se asemejan a impulsos de voltaje constante con menor amplitud y mayor duración tras potenciales de polaridad opuesta (fig . e36-1 A). Los estímulos eléctricos procedentes de desfibriladores son descargas de condensador de alto voltaje, con forma de onda exponencial truncada, como se muestra en la figura e36-1B. Las ondas bifásicas (de menor voltaje) inducen la desfibrilación con mayor eficacia que las mono fásicas (fig. e36-1C). Los DAI proporcionan ondas bifásicas denominadas de «condensador único», en las que el voltaje inicial de la segunda fase es igual al voltaje final de la primera fase, porque pueden ser generadas invirtiendo la polaridad de un único condensador una vez truncada la primera fase, reanudándose a continuación la descarga. Relación e n tre fu e rz a y d u rac ió n . La representación gráfica de la fuerza del impulso eléctrico que es precisa para la estimulación con marcapasos, o de la fuerza necesaria de la descarga en el caso de la des fibrilación, frente a la duración de dicho impulso o descarga se denomina curva fuerza-duración (fig . 36-2). La curva fuerza-duración se asemeja a una función exponencial o hiperbólica inversa. Se caracteriza por dos parámetros. La reobase es la asíntota cuando el tiempo tiende a infinito (el valor más bajo que puede alcanzar el voltaje), y viene dada por las propiedades del cableado y de la in te rfa z entre e lectrodo y m io cardio. La cronaxia es el tiempo en el que el umbral duplica la amplitud de la reobase. Se puede considerar una especie de constante de tiempo de la membrana del miocardio agregada. Desde un punto de vista clínico, la cronaxia tiene gran importancia a la hora de diseñar marcapasos y DAI eficientes, ya que está relacionada con la energía mínima que debe tener la onda estimuladora o desfibriladora, y minimizar esta energía aumenta la longevidad y disminuye el tamaño de los marcapasos y DAI. Una onda con una duración aproximadamente igual a la cronaxia es capaz de estimular el tejido cardíaco empleando la menor energía posible. En la actualidad no conocemos aún la forma de determinar la duración que debe tener una onda para producir una desfibrilación eficaz u tilizando la menor energía posible, pero cálculos aproximados y datos empíricos indican que está relacionada con la cronaxia. En las descargas desfibriladoras liberadas a partir de condensadores se estima que la duración necesaria (de la primera fase de una onda bifásica) para inducir la desfibrilación empleando la menor energía posible se encuentra comprendida entre el tiempo óptim o de respuesta de la membrana celular (cronaxia o xm) y el tiempo óptimo que tarda el condensador en liberar su carga ( x j . Gene ralmente Tw es mayor que Tm, por lo que la fase 1 de las ondas bifásicas transvenosas tiene una duración entre un 25 y un 75% superior a la cro naxia. Programación de la fuerza , duración y pola ridad de los impulsos eléctricos estimuladores y desfibriladores. La duración de los impulsos de los marcapasos y desfibriladores se ajusta de manera que se consiga el efecto fisiológico deseado con el mínimo consumo de energía de la batería del dis positivo. El voltaje de salida típico de los marcapasos oscila entre 1,5 y 2 veces el umbral, con una duración del impulso de entre 0,4 y 0,5 ms, lo que supone de 1,5 a 2 veces la cronaxia de estimulación de 0,2 a 0,3 ms. Se pueden esta blecer márgenes de seguridad más bajos para los marcapasos que determinan automáticamente la captura latido a latido. La fuerza de la primera onda de una descarga desfibriladora bifásica suele programarse alrededor del máximo voltaje que puede proporcionar un DAI, entre 750 y 900 V, es decir, de 30 a 40 J, con una duración de entre 3,5 y 6 ms; esta duración es mayor que la cronaxia de desfibrilación, que es de alrededor de 3 ms, pero se encuentra próxima a la parte baja del rango dentro del cual un DAI es capaz de tra n s m itir la energía a lm acenada en el condensador de a lto voltaje. Cuando se utilizan intervalos de acoplamiento largos, como en el caso de la estimulación con marcapasos de pacientes con bradicardia, el umbral de estimulación es menor si dicha estimulación proviene del electrodo negativo (cátodo), pero, con intervalos de acoplamiento más cortos, que pueden Primera descarga Segunda descarga Tercera descarga Cuarta descarga ► Exito - • Fracaso - • Exito - ► Fracaso - - Éxito — • 10 J • 16 J • Fracaso - • 24 J _ T FIGURA 36-1 Relación entre la curva de probabilidad de éxito de la desfibrilación (A) y el UDF (B) durante pruebas sucesivas llevadas a cabo con un único paciente utilizando la secuencia de tres o cuatro descargas de prueba que se muestra en C. Esta secuencia, denominada protocolo de búsqueda binaria, se inicia a 12 J, la fuerza de descarga que presenta una probabilidad de éxito del 50% (DF50). Mediante el proceso definido por el protocolo de búsqueda binaria se llega a un valor único, que el médico registra como «UDF» del paciente. En el panel superior derecho se muestra la distribución estadística de 50.000 simulaciones repetidas de este proceso de búsqueda binaria del UDF aplicado a la curva de probabilidad de éxito de la desfibrilación. Incluso para el valor de UDF medido más veces (16 J), solo hay aproximadamente una posibilidad entre tres de que al repetir el proceso se obtenga el mismo resultado. La media de UDF observada (14,5 J) corresponde a DF68. Sin embargo, 1 DE de los UDF medidos está comprendida entre DF30 y DF87. (Modificado de Smits K, Virag N: Impact o f defibrillation test protocol and test repetition on the probability o f meeting implant criteria. Pacing Clin Electrophysiol 34:1515, 2011.) El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. Energía r- ¡1 0 0,2 0,4 0,6 0,8 1 1,2 1,4 1,6 1,8 2 AMPLITUD DE LATIDO (ms) FIGURA 36-2 Relación entre las curvas fuerza ventricular-duración en un modelo canino, expresadas como potencial (V), carga (|xC) y energía (|xJ). La reobase es el umbral cuando la duración de un latido tiende a infinito. La cronaxia es la duración del latido a un valor de dos veces la reobase. (Reproducido a partir de Stokes K, Bornzin G: The electrodebiointerface stimulation. In Barold SS [ed]: Modern CardiacPacing. Mount Kisco, NY, Futura, 1985, pp 33-77.) producir taquiarritmias, el umbral de estimulación es menor para el electrodo positivo (ánodo). Por ello, en casos de bradicardia es preferible aplicar una estimulación catódica, ya que, de esa manera, aumenta el tiempo de vida útil del dispositivo y se reduce al mínimo el riesgo de arritmias. Para la des fibrilación es mejor la estimulación anódica del electrodo desfibrilador del ven trículo derecho, aunque la polaridad no influye excesivamente en la eficacia de la desfibrilación con las ondas bifásicas que se utilizan en la actualidad. Efectos m etabólicos sobre los um brales de estim ulación con m ar capasos y desfib rilación . La alteración metabólica con más importancia clínica es la hiperpotasemia, que aumenta los umbrales de estimulación y de desfibrilación, además de producir anomalías en los mecanismos detectores de los dispositivos, al inducir retrasos y bloqueos de la conducción a nivel local. La acidosis o la alcalosis extremas también incrementan los umbrales de estimulación, pero no afectan a los de desfibrilación. Otra posible cau sa de aumento del umbral de estimulación es el hipertiroidismo extremo. E lectrogram a in tracard íaco Un electrograma (EGM) es la representación de la diferencia de potencial eléctrico entre dos puntos determinados en función del tiempo. Un elec trocardiograma (ECG) obtenido mediante dos electrodos aplicados a la superficie corporal registra la actividad eléctrica del corazón completo. Por el contrario, los EGM obtenidos mediante pequeños electrodos endocárdí- cos o epicárdicos registran únicamente la actividad local. Como los EGM reflejan la diferencia de potencial entre dos puntos, para su obtención siempre son necesarios dos electrodos. Sin embargo, coloquialmente se utilizan los térm inos unipolar y bipolar para indicar el número de elec trodos intracardíacos utilizados. Los EGM unipolares se obtienen utilizando un electrodo cardíaco y o tro emplazado fuera del corazón, mientras que, en el caso de los EGM bipolares, ambos electrodos se encuentran situados en el corazón. Para los electrodos estimuladores se emplea esta misma terminología unipolar-bipolar. Los EGM unipolares se obtienen midiendo la diferencia de potencial entre un electrodo de punta muy pequeña alojado en el corazón y otro electrodo remoto (pasivo) de mayor tamaño, que habitualmente es la propia carcasa metálica del dispositivo generador de impulsos. El lugar al que se encuentre fijado el electrodo remoto tiene poca influencia sobre el EGM cardíaco, pero puede dar lugar a la detección de potenciales extra- cardíacos, como los miopotenciales de los músculos pectorales. Los EGM bipolares (verdaderamente bipolares) se obtienen a partir de un electrodo doble, con un conductor central (electrodo en punta) y o tro externo (electrodo en anillo), que actúan como electrodos independientes. Por el contrario , los EGM bipolares integrados se obtienen m idiendo la diferencia de potencial entre la punta del electrodo desfibrilador alojado en el ventrículo derecho y la gran bobina ventricular derecha. Cuando se comparan los EGM bipolares verdaderos (obtenidos con un conductor central y otro en anillo) con los bipolares integrados, se observa que estos últimos reflejan la actividad de una región más amplia, por lo que son más propensos a registrar señales no fisiológicas o fisiológicas, pero no relacionadas con la despolarización local del miocardio (fig . 36-3A). Las señales que no provienen de la región del miocardio bajo estudio se denominan señales de campo lejano. Entre ellas se encuentran las señales procedentes de otras cavidades cardíacas. La amplitud típica de los EGM transvenosos auricular y ventricular es de entre 1 y 5 mV y de entre 5 y 20 mV, respectivamente. Las frecuen cias auriculares y ventriculares observadas son parecidas entre sí (de 5 a ____ 50 Hz). La frecuencia de las ondas T es más baja (de 1 a 10 Hz), mientras que la mayoría de los miopotenciales e interferencias electromagnéticas presentan frecuencias más elevadas. Esto permite la utilización de filtros pasa banda electrónicos para reducir la intensidad de las señales ajenas a la despolarización miocárdica (hipersensibilidad) (fig . 36-4). H em odinám íca en la estim ulación con marcapasos Respuesta cronotrópica Los dos parámetros que determinan el gasto cardíaco son la frecuencia cardíaca y el volumen de eyección. Para satisfacer las necesidades meta- bólicas, el gasto cardíaco ha de aumentar entre cinco y seis veces de una situación de reposo a una de ejercicio intenso. La capacidad del corazón para aumentar su frecuencia ante situaciones de extenuación se denomina competencia cronotrópica. Es una función de gran importancia cuando esta extenuación se aproxima a su máximo. Sincronía auriculoventricular El llenado del ventrículo izquierdo con sangre procedente de la aurícula tiene lugar durante el tiempo en el que la válvula mitral permanece abierta, iniciándose en la fase temprana de llenado diastólico. Al final de la diás- tole, e inmediatamente antes de que se desencadene la sístole, la aurícula se contrae, lo que impulsa hada el ventrículo una cantidad de sangre que incrementa notablemente el volumen de eyección ventricular. Rara que esta aportación auricular al gasto cardíaco sea máxima, es preciso que el instante de activación eléctrica de la aurícula se encuentre en sincronía perfecta con el momento en que se inida la contracdón ventricular. La coordinadón entre la activadón eléctrica de la aurícula y el ventrículo y la contracdón mecánica se denomina sincronía auriculoventricular (AV). La existencia de una buena sincronía AV puede incrementar el gasto cardíaco entre un 25 y un 30%. Los parientes con anomalías del funcionamiento diastólico o sistólico son especialmente dependientes de la aportación auricular. Cualquier circunstancia que modifique la coordinación entre las contracciones auricular y ventricular puede originar una sincronía AV anómala, con las consiguientes consecuencias hemodinámicas. La com plicación más grave a que da lugar la falta de sincronía AV consiste en la aparición de conducción retrógrada (ventriculoauricular [VA]) por esti mulación ventricular, lo que origina una sincronía inversa (VA), debido a la cual la aurícula se contrae cuando las válvulas AV se encuentran cerradas. El síndrome del marcapasos puede aparecer cuando se produce conducción retrógrada en una situación de estimulación ventricular unicameral o, en el caso de la estimulación bicameral, cuando desaparece la estimulación auricular o se alteran los mecanismos detectores. Los pacientes con aumento del intervalo PR pueden mostrar asincronía m ecánica por diversas causas (independientemente de la existencia de sincronía eléctrica), dependiendo del grado de prolongación PR. Cuando el intervalo PR es extremadamente largo, de tal manera que la onda P precedente aparece durante la sístole ventricular anterior, la contracción auricular tiene lugar cuando la válvula mitral se encuen tra cerrada, una situación parecida a la estimulación ventricular con conducción retrógrada, pero que se diferencia de esta por la ausencia de estimulación auricular retrógrada. Si el intervalo PR es algo más corto, la contracción auricular tiene lugar cuando la válvula mitral ya se ha abierto, pero antes de que se haya completado la aportación auricular pasiva al llenado ventricular. En consecuencia, se puede producir reflujo diastólico mitral desde el ventrículo izquierdo hacia la aurícula izquierda durante todo el tiempo en que la válvula mitral permanece abierta antes del inicio de la sístole ventricular. Si el intervalo PR es demasiado corto, la contracción auricular no da lugar a una aportación de sangre adecuada, ya que la válvula mitral se cierra antes de que la sístole auricular haya terminado. El síndrome del marcapasos es un término que se utiliza para referirse al conjunto de síntomasque origina la ausencia de sincronía AV. Como se ha indicado, puede tener lugar con disociación AV o con una asociación AV 1:1 que origine una secuencia adversa de contracciones auriculares y ventriculares. Se han llevado a cabo varios estudios para determinar las consecuencias de la ausencia de sincronía AV. En el estudio M OST se trató mediante estimulación con marcapasos en modos DDD o W I a pacientes con trastornos del nódulo sinusal asignados a uno u otro grupo de forma aleatoria. Se observó una menor incidencia de fibrilación auricular (FA) 723 M a rc a p a so s y d e sfib rila d o re s a u to m á tic o s im p la n ta b le s A r r it m ia s , m u e r t e s ú b it a y s in c o p e ELECTRODO DE ESTIMULACION ACTIVO Depósito para esteroide \ Electrodo en punta activo ELECTRODO DE ESTIMULACIÓN PASIVO Bobina interna Electrodo en anillo i Bobina externa \ ^*^^s^iTrnTvrríT Bobina interna Electrodo A en punta pasivo acarrea efectos hemodinámicos adver sos (v. capítulo 26). En pacientes con trastornos subyacentes del ventrículo izquierdo, la estim ulación con m arca- pasos del ventrículo derecho aumenta la incidencia de insuficiencia cardíaca y FA.2 Aunque no se ha fijado un intervalo PR máximo, algunos m édicos utilizan como punto de corte un valor de entre 350 y 400 ms. En pacientes sin anomalías de la conducción AV, pero con un inter valo PR prolongado, puede existir una solución intermedia de compromiso des de el punto de vista hemodinámico entre un ritmo auriculoventricular perfecto y las alteraciones hemodinámicas del rit mo ventricular derecho. Más adelante, en la sección dedicada a los modos de estimulación con marcapasos, se expo nen algoritmos encaminados a evitar la implantación innecesaria de marcapasos del ventrículo derecho a pacientes con conducción intraventricular normal. 724 Bobina doble Bobina única Tubo externo Silicona Electrodo en punta activo Conector DF-4 Bobina de descarga VCS Conectores DF-1 E le c tro d oBobina de descarga VD Bipolar integrado Bipolar verdadero Á i Pares ^ y , de electrodos * aislados con I € 'ÉTfcEI é r J e Hélice hasta la punta aislada con PTFE FIGURA 36-3 Diseño de los electrodos empleados para desfibrilación y estimulación con marcapasos. A. Componentes básicos de un electrodo para estimulación con marcapasos de fijación pasiva: tipos de diseño. Panel superior: diseño bipolar coaxial con una bobina interna multihilo rodeada por un aislante (interno), y una bobina externa multihilo y un aislante externo. Panel inferior: esquema de un electrodo de fijación pasiva donde se muestran el electrodo propiamente dicho, el aislante, el conductor y el conector. B. Electrodo para desfibrilación bipolar verdadero (arriba) y bipolar integrado (abajo). El sensor del electrodo bipolar verdadero está formado por un electrodo en punta y un electrodo en anillo proximal, que sirven tanto para detectar como para estimular. Los electrodos bipolares verdaderos poseen una sola bobina. Por el contrario, los electrodos bipolares integrados estimulan y detectan mediante la punta del electrodo y la bobina distal. La bobina distal sirve para detectar, estimular y desfibrilar. Los electrodos bipolares integrados poseen también una segunda bobina proximal que aumenta la superficie del electrodo en la desfibrilación. La fijación pasiva (arriba) y la fijación activa (abajo) se pueden aplicar a cualquiera de los diseños de electrodo. ES, electrodo sensor; ETFE, etiltetrafluoroetileno; PTFE, politetrafluoroetileno; VCS, vena cava superior. e insuficiencia cardíaca en el grupo tratado con estimulación con marca- pasos en modo DDD.1 Efectos adversos de la estimulación con marcapasos del ventrículo derecho En pacientes con anom alías de la conducción AV, la estim ulación con m arcapasos en modo DDD proporciona un ritm o ventricular derecho que garantiza que el intervalo AV se m antenga dentro de lím ites fisiológicos. Sin embargo, la estim ulación con marcapasos del ventrículo derecho da lugar a asincronía intraventricular, lo que INDICACIONES Y SELECCIÓN DE DISPOSITIVOS Las directrices conjuntas del American College of Cardiology, la American Heart Association y la Heart Rhythm Society (ACC/AHA/HRS) para el tratamiento de las anomalías del ritmo cardíaco mediante dispositivos se han actualizado en 2008.3 En la sección sobre directrices de este capítulo se proporcionan las relativas a marcapasos DAI. En el capítulo 26 se pre sentan las que tratan sobre dispositivos de resincronización cardíaca. Indicaciones: marcapasos Las indicaciones principales para la esti mulación permanente con marcapasos son el alivio o la prevención de la bradi cardia sintomática. Existe un consenso generalizado sobre esta cuestión, aunque estas aplicaciones se desarrollaron en la era anterior a la de los ensayos clínicos aleatorizados y controlados. La indicación mejor establecida es el alivio de síntomas cuyo origen es evidentemente una bradi cardia. La estimulación con marcapasos también está indicada en pacientes con bradicardia manifiesta asintomática y en aquellos con síntomas compatibles con bradicardia, pero sin evidencia de esta última en el momento en que dichos sín tomas se manifiestan, siempre y cuando se hayan descartado otros posibles orígenes de dichos síntomas y estos presenten la suficiente gravedad. La estimulación con marcapasos está indicada para prevenir la bradicardia asintomática en pacientes en que existe un alto riesgo de desarrollo de síntomas graves. Esta indicación afecta principalmente a pacientes con enfermedades del sistema His-Purkinje en fases avanzadas, ya que en ellos existe el riesgo de bloqueo AV súbito y de alto grado sin ritmo de escape adecuado. Indicaciones: desfibriladores autom áticos im plantab les Los DAI están indicados para la prevención de la muerte súbita por taqui cardia y fibrilación ventricular (TV/FV), ya sea como «prevención secun daria» en individuos que han sido reanimados tras TV/FV prolongada o El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. FIGURA 36-4 Espectro de frecuencia electromagnética de acontecimientos intracardfacos. CVP, contracción ventricular prematura. como «prevención primaria» en pacientes sin síntomas de arritmia, pero a los que se considera en serio peligro de desarrollar TV/FV. Los DAI son el tratamiento de elección para la prevención secundaria de la TV/FV, siempre y cuando el riesgo de recidiva de la misma siga existiendo, y la esperanza y calidad de vida del paciente sean suficientes como para justificar el implante. El amplio consenso existente acerca de la utilización de DAI para la prevención secundaria se fundamenta en múltiples ensayos clínicos aleatorizados y controlados en que se han comparado fármacos antiarrítmicos con DAI, como el estudio Anti- arrhythmics Versus Implantable Defibrillators (AVID).4 En la actualidad, más del 80% de los DAI se implantan con fines de prevención primaria. En los ensayos clínicos aleatorizados y controla dos M A D ITII5 y SCD-HeFT6 se observaron unas disminuciones de la mortalidad absoluta de entre el 5 y el 7% durante un período de entre 2 y 4 años en pacientes de alto riesgo con miocardiopatía isquémica y no isquémica. Los pacientes se consideran de alto riesgo por la clase de insuficiencia cardíaca que padecen y por presentar una fracción de eyec ción del ventrículo izquierdo de entre un 30 y un 35%, o menor. Algunas directrices incluyen también en subgrupos de alto riesgo a pacientes con enfermedades menos frecuentes, como la miocardiopatía hipertrófica (v. capítulo 66) y los trastornos de los canales iónicos (v. capítulos 32,35 y 37), si bien los datos que avalan esta inclusión son más escasos. Las directrices relativas a la prevención secundaria gozan de una acep tación prácticamente total, pero no ocurre lo mismo con las desarrolladas sobreprevención primaria. En conjunto, y en la práctica clínica real, los pacientes a los que se implantan DAI son de edad más avanzada y presen tan mayor número de enfermedades concomitantes graves, como diabetes o insuficiencia renal, que los que participaron en los ensayos clínicos iniciales. Los análisis retrospectivos indican que los DAI (excepto los dispositivos de resincronización cardíaca) no prolongan la vida en subgrupos concretos de pacientes sometidos a prevención primaria que presentan numerosas enfermedades asociadas. Además, salvar una vida implica implantar entre 15 y 20 DAI preventivos a pacientes asintomáticos. No sorprende, por tanto, que, a la vista de los resultados estadísticos, la conformidad acerca de la implantación de un DAI sea muy variable entre los pacientes. M arcapasos y desfibriladores autom áticos im plantab les unicam erales y bicam erales M a rc a p a so s un icam era le s y b icam era le s Un documento de consenso publicado recientemente proporciona direc trices para la elección entre marcapasos unicamerales y bicamerales, y resume los datos clínicos relevantes de que se dispone.7 Enfermedad del nódulo sinusal Existen varios ensayos clínicos aleatorizados y controlados que han pues to de manifiesto que los pacientes con enfermedad del nódulo sinusal tratados mediante estimulación con marcapasos bicamerales presentan una menor incidencia de FA y síndrome del marcapasos que aquellos a los que se implantan marcapasos unicamerales. Los resultados relativos a la disminución de la incidencia de insuficiencia cardíaca, shock y calidad de © vida fueron diferentes en los diversos estudios. Los marcapasos bicamerales deben ser programados reduciendo al mínimo la estimulación del ventrículo derecho en pacientes sin defectos de conducción AV. Rara los pacientes con trastornos cronotrópicos sintomá ticos importantes cuyos síntomas responden a la estimulación con marcapasos programada y ajustada a la frecuencia, se recomienda utilizar esta modalidad de marcapasos. La esti mulación auricular unicameral no se suele recomendar, ya que muchos pacientes con enfermedad del nódulo sinusal presen tan riesgo de bloqueo AV, pero puede ser útil en pacientes con conducciones AV y ventriculares normales. Bloqueo auriculoventricular y bifascicular/trifascicular Los expertos recomiendan utilizar la estimulación con marca- pasos bicamerales en lugar de unicamerales en pacientes con cualquiera de estos bloqueos. Sin embargo, los ensayos clínicos aleatorizados y controlados llevados a cabo exclusiva o mayo- ritariamente con pacientes sedentarios y de edad avanzada no pusieron de manifiesto ninguna ventaja de los marcapasos bicamerales con respecto a ningún punto final principal (p. ej., FA, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca), excepto el síndrome del marcapasos. En los ensayos clínicos aleatorizados iniciales se observó que la estimulación con marcapasos bicamerales incrementaba la tolerancia al ejercicio en comparación con la estimulación ventricular de ritmo fijo, pero este hecho no ha podido ser constatado al compararlos con los ventriculares de ritmo adaptable. Por tanto, los marcapasos ventriculares unicamerales son una alternativa aceptable a los bicamerales en pacientes con bloqueo AV que presenten circunstancias clínicas que limiten las ventajas que proporcionan los bicamerales (p. ej., vida sedentaria) y en aquellos en que cuestiones técnicas, como problemas de acceso vascular, dificulten o aumenten el riesgo de inserción de un electrodo auricular. D e s f ib r ila d o re s a u to m á tico s im p la n ta b le s un icam era le s y b icam era le s En la actualidad, los expertos no se han pronunciado aún sobre las ven tajas e inconvenientes de los DAI unicamerales frente a los bicamerales. Los DAI bicamerales ofrecen la posibilidad de estimular las dos cavidades cardíacas, incluyen algoritmos diagnósticos de FA, e incorporan dis- criminadores de taquicardia supraventricular (TSV) yTV, características de las que carecen los DAI unicamerales; además, los EGM que almacenan los primeros son de mayor exactitud diagnóstica que los de los segundos. Entre las desventajas de los DAI bicamerales se encuentran su mayor coste, las complicaciones generadas por el electrodo auricular y su menor longevidad. Los modos de estimulación con dispositivos bicamerales que reducen al mínimo la estimulación ventricular son importantes para los pacientes tratados con DAI, dada la alta prevalencia entre los mismos de trastornos del ventrículo izquierdo; además, reducen el riesgo de insuficiencia cardíaca como consecuencia de la estimulación forzosa del ventrículo derecho en pacientes con DAI. Diversos ensayos clínicos aleatorizados y controlados, así como un metaanálisis, han puesto de manifiesto una ligera ventaja de los sistemas bicamerales frente a los uni camerales para la discriminación entre TSV yTV en pacientes sometidos a prevención secundaria en los que la TV monomórfica se caracteriza por unas frecuencias que se solapan con las frecuencias ventriculares de laTSV o de la taquicardia sinusal. No presentan ventaja alguna para los pacientes sometidos a prevención primaria, y no es probable que aporten ningún beneficio a los de prevención secundaria con arritmia exclusivamente ventricular. En la actualidad no hay acuerdo sobre cuándo utilizar DAI unicamerales o bicamerales, excepto en el caso de los pacientes que requieren estimulación con un marcapasos bicameral. MATERIAL Electrodos de m arcapasos y d es fib rilad o res Los electrodos utilizados en los dispositivos marcapasos y desfibriladores presentan una estructura semejante. Están formados por un elemento conductor que tiene en un extremo una clavija que se inserta en un recep táculo del dispositivo denominado «cabezal» y, en el o tro extremo, los elementos que actúan como sensores, estimuladores o desfibriladores (v. fig. 36-3). Los electrodos para la estimulación con marcapasos pueden ser de estructura unipolar o bipolar. Los electrodos unipolares actúan al mismo tiempo como sensor y como estimulador; el otro electrodo que completa el circuito es la propia carcasa del generador del marcapasos. La estimulación unipolar enérgica puede llegar a estimular los músculos pectorales, debido 7 2 5 M a rc a p a so s y d e sfib rila d o re s a u to m á tic o s im p la n ta b le s A r r it m ia s , m u e r t e s ú b it a y s in c o p e a la disipación de la energía a partir de dicha carcasa. La utilización de dis positivos unipolares como sensores da lugar, con mucha frecuencia, a la detección de señales de origen extracardíaco, como miopotenciales de los músculos pectorales o interferencias electromagnéticas, ya que, al formar la carcasa parte del circuito eléctrico, el dipolo sensor es de gran tamaño. En la estimulación con marcapasos bipolares se utilizan dos electrodos para la detección y la estimulación. Como en los circuitos bipolares el dipolo sensor es de menor tamaño que en los unipolares, la detección de señales extracardíacas es menos habitual. De hecho, la percepción de miopotenciales pectorales en modo bipolar casi siempre es debida a un defecto del ais lamiento del electrodo en el bolsillo subcutáneo en que se aloja el dispositivo. Los electrodos para desfibrilación pueden ser sencillos o dobles, con uno o dos electrodos sensores o estimuladores, además de una o dos bobinas desfibriladoras. Si el electrodo desfibrilador es doble (con electrodo en punta y el electrodo en anillo), nos encontramos ante una situación de detección y estimulación «bipolar verdadera». Si, por el contrario, el elec trodo del desfibrilador consta solo de un electrodo en punta, hablamos de detección y estimulación «bipolar integrada», en la que intervienen este electrodo apical y la bobina desfibriladora distal. El modelo bipolar integrado simplifica el diseño del electrodo, al contener este ú ltimomenos elementos conductores, pero incorpora al circuito de marcapasos un elec trodo desfibrilador, lo que aumenta la probabilidad de anomalías de las funciones detectoras después de las descargas. Todos los electrodos para desfibrilación del ventrículo derecho poseen una bobina desfibriladora distal (fig. 36-3B). Los electrodos de doble bobina poseen también una bobina proximal que se sitúa habitualmente en la vena cava superior o en la zona superior de la aurícula derecha. Algunos cardiólogos prefieren los electrodos de bobina sencilla, porque, si es preciso extraer el dispositivo, el tejido fibrótico acumulado sobre la bobina proximal puede lesionar gravemente la vena cava superior. En los implantes del lado derecho, la utilización de dispositivos de doble bobina permite independizar la carcasa y el circuito de desfibrilación, lo que puede mejorar la eficacia de la desfibrilación. En general, se prefiere implantar los DAI en la región pectoral izquierda antes que en la derecha, ya que, de esa manera, el vector desfibrilador dirigido hacia la carcasa abarca un mayor volumen de ventrículo izquierdo. Recientemente se ha aprobado un sistema de DAI subcutáneo (fig. e36-2).8 Este sistema consiste en una bobina desfibriladora única implantada en paralelo al esternón y conectada al bolsillo subcutáneo del generador del DAI situado en las proximidades de la línea axilar anterior izquierda. Permite obviar el implante transvenoso de un electrodo, con todos sus riesgos de infección asociados, pero la energía necesaria para conseguir la desfibrilación es considerablemente mayor que la que requieren los DAI transvenosos, y es incapaz de proporcionar estimulación con marca- pasos indolora. Por tanto, no es un sistema adecuado en situaciones de bradicardia en que se requiere este tipo de estimulación. La tolerancia de los pacientes a la EATM subcutánea todavía no ha sido evaluada. El seguimiento de los pacientes con un DAI subcutáneo no es igual que el de aquellos en que el implante es transvenoso, ya que, en los individuos sometidos a descargas múltiples por TV y que podrían verse beneficiados por la EATM, así como en aquellos que requieren estimulación bicameral o biventricular, conviene tener siempre presente la posibilidad de sustituir el sistema subcutáneo por uno transvenoso. G eneradores de m arcapasos y d es fib rilad o res au to m á ticos im p la n ta b les Los generadores de impulsos eléctricos de los marcapasos y los DAI (fig . e36-3) constan de un cabezal de plástico al que se conectan los electrodos y de una carcasa de titanio que contiene los componentes electrónicos. El volumen interno de la carcasa es de 10 a 15 cm3 en el caso de los marcapasos y de 30 a 35 cm3 en los DAI. Entre los componentes comunes a ambos se encuentran la batería, la unidad de suministro y control del voltaje, un microprocesador, las memorias ROM y RAM, el control telemétrico, sensores de adaptación al ritmo, filtros, un amplificador para los sensores y una unidad de control de los impulsos salientes. Los DAI poseen, además, diversos componentes que operan a alto voltaje, como transformadores, condensadores y circuitos de salida. Baterías. El potencial electroquímico de la batería en el momento de la implantación representa la energía disponible durante toda la vida útil del dispositivo para realizar sus funciones de vigilancia, procesamiento de datos e intervención terapéutica. Su comportamiento debe ser predecible en el tiempo, para proceder, llegado el momento, a la sustitución pro gramada del dispositivo. Para los marcapasos se utilizan baterías de yoduro de litio. La unidad de control de los impulsos eléctricos salientes regula el voltaje que suministra la batería al nivel de salida óptimo para la estimulación. Al contrario que en el caso de los marcapasos, las baterías para los DAI deben ser capaces de proporcionar elevadas intensidades de corriente (hasta 3 A) y potencias (hasta 10 W) durante varios segundos para cargar los condensadores de alto voltaje (tabla e36-1). En los DAI se suelen utilizar baterías de litio y óxido de plata/vanadio, o de litio y dióxido de manganeso. Estas baterías 726 presentan una densidad de energía superior a los 3.000 J/cm3. Circuitos de carga de a lto vo lta je de los desfibriladores a u to m á ti cos im plantables. El circuito de carga de alto voltaje convierte la corriente de baja tensión procedente de la batería en corriente de alta tensión que sirve para cargar el condensador emisor de la descarga. Un transformador especial de corriente continua convierte los 3,2 V de la corriente original en los hasta 800 V necesarios para inducir la desfibrilación. La carga se va acumulando en el condensador, desde donde luego se emite en forma de descarga única. La eficiencia de los circuitos de carga es de alrededor del 50% , y típicamente se tarda entre 6 y 15 s en cargar el condensador de alto voltaje al máximo voltaje (entre 800 y 900 V) almacenando unos 40 J de energía en el mismo. En todos los DAI se utiliza una onda bifásica en la que la polaridad se invierte a la mitad de la descarga. El condensador de a lto vo lta je . Un condensador está formado por dos piezas conductoras separadas por una de naturaleza aislante (dieléctrico). Almacenan carga eléctrica sobre la superficie de los conductores, energía eléctrica en el campo que separa a los dos conductores, y determinan el tiempo necesario para que se produzca la descarga desfibriladora. La energía que hay almacenada en un condensador se calcula mediante la fórmula Ead= y -p i1 Esta ecuación relaciona la energía almacenada -u n factor determinante del tamaño del DAI- con el voltaje almacenado en el condensador, que, despreciando la pequeña caída de voltaje que se produce en el circui to externo, es igual al voltaje de la onda inicial de la descarga (V¡). Los condensadores de los DAI poseen una densidad de energía que va desde los 3 J/cm3 de los condensadores electrolíticos de aluminio hasta los 5 J/cm3 de los de polvo de tantalio, casi 1.000 veces menos que la de las baterías. SENSORES Y DETECCIÓN Sensores. Para poder administrar la electroterapia adecuada es preciso detectar las despolarizaciones cardíacas y las arritmias mediante el análisis temporal y morfológico de los acontecimientos recogidos por los sensores. Cuando el frente de una onda de despolarización pasa a través del extremo de un electrodo intracardíaco, la variación de la señal continua del EGM se transmite instantáneamente al generador de impulsos. Allí la señal se amplifica, se filtra , se digitaliza y se procesa en los circuitos del sensor (fig . 36-5). Se dice que los sensores perciben un acontecimiento cuando, al analizar la señal continua del EGM, el procesador constata que se ha producido una despolarización auricular o ventricular. Tanto los marcapasos como los DAI miden los intervalos de tiempo entre acontecimientos percibidos por los sensores y los utilizan para controlar la estimulación pulsación a pulsación. Hay cuatro intervalos importantes: los que separan un acontecimiento auricular de otro (A-A), uno ventricular de otro (V-V), uno auricular del siguiente ventricular (AV), y uno ventricular del siguiente auricular (VA). Sin embargo, el funcionamiento de los sensores difiere considerablemente entre los marcapasos y los DAI. Los sensores de los DAI deben percibir con fiabilidad los EGM de baja amplitud caracterís ticos de la FV, lo que no es necesario en los marcapasos. En los DAI no se pueden utilizar EGM unipolares, mientras que en los marcapasos se pueden utilizar EGM unipolares o bipolares. Detección. El software de los marcapasos y los DAI procesa los acon tecimientos percibidos por los sensores para clasificar el ritm o auricular o ventricular, detectando, de esta manera, la aparición de taquiarritmias. Este software o algoritmo de detección sirve para modificar el modo de actuación del marcapasos en función de la existencia o node taquicardia auricular o FA, para almacenar datos sobre taquiarritm ias no tratadas, y para tratar las taquiarritmias mediante EATM o descargas eléctricas. Um bra les de los sensores. En los marcapasos más antiguos, y en algunos de los modernos, los umbrales de los sensores se programan estableciendo un valor fijo para los mismos. Los canales ventriculares operan normalmente a umbrales de entre 2 y 3,5 mV, lo que les confiere una sensibilidad aproximadamente 10 veces menor que la de los DAI. Los umbrales de los sensores auriculares suelen fijarse entre 0,3 y 0,6 mV para garantizar la detección de ondas P de baja amplitud y de EGM auriculares durante la FA. La programación con valores que confieran más sensibilidad puede dar lugar a la percepción de señales ajenas a la cavidad cardíaca de interés, hecho que se denomina sobredetección. Los EGM percibidos procedentes de otra cavidad cardíaca (generalmente señales ventriculares percibidas en las cavidades auriculares) se denominan EGM de campo lejano. La percepción de señales de campo lejano o extracardíacas puede dar lugar a inhibiciones o rastreos inadecuados, especialmente cuando se utilizan sensores unipolares. Véase la sección sobre resolución de pro blemas, más adelante. En los DAI, la premisa fundamental es que la FV se detecte con fiabilidad para que no se produzcan retrasos en la aplicación del tratamiento. Aun que para percibir sin problemas la FV en presencia de EGM variables y de baja amplitud es precisa una alta sensibilidad, la utilización continua de un umbral de alta sensibilidad puede dar lugar a la sobredetección de señales cardíacas y extracardíacas, aun cuando el ritm o se mantenga dentro de la El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. Acontecimiento percibido y blanqueo Electrogramas I - V 1 2 0 ms y derivaciones Amplificador -► Filtro -► Rectificador Umbral ¡ A A los circuitos * de cronometraje 0 ENTRADA 1 FRECUENCIA 0 ENTRADA i Umbralajustadodinámicamente 0 TIEMPO FIGURA 36-5 Diagrama funcional de bloques del amplificador de detección de un marcapasos o de un DAI. La señal del EGM de los dos electrodos implantados se amplifica en primer lugar, para ser procesada después. Un filtro pasa banda reduce la amplitud de las señales de baja frecuencia, como las ondas T y las ondas R de campo lejano, y de las de frecuencia más alta, como los miopotenciales y las interferencias electromagnéticas. Después de atravesar el filtro pasa banda, la señal es rectificada para eliminar la información sobre polaridad. La señal amplificada, filtrada y rectificada se compara a continuación con el voltaje umbral de detección, que se ajusta automáticamente a lo largo del tiempo de forma inversa a la amplitud de los acontecimientos detectados. En el momento en que la señal procesada supera el umbral de detección, se «informa» al DAI de que se ha detectado un acontecimiento. En ese mismo instante, el amplificador del sensor se desconecta (blanqueo) durante un breve período de tiempo que depende del modelo con creto de marcapasos o DAI (120 ms en este ejemplo), de manera que cada despolarización sea detectada solamente una vez. En los circuitos reales, algunas funciones, como la amplificación y el filtrado, pueden estar integradas. normalidad. Para evitar la no detección de episodios de FV y la sobrede- tección en circunstancias normales, en los DAI se aplican mecanismos de retroalimentación con los que se ajusta el umbral de los sensores de forma dinámica según la amplitud de la onda R; el umbral inicial establecido es alto y se va reduciendo gradualmente hasta que se perciben las débiles ondas R (ajuste automático de la sensibilidad; fig. 36-6). MARCAPASOS: MODOS DE ESTIMULACIÓN, CICLOS TEMPORALES Y PERÍODOS DE BLANQUEO Y REFRACTARIOS M odos de estim ulación con marcapasos La nomenclatura más utilizada para los diferentes modos de estimulación con marcapasos consiste en la utilización de un código de cuatro letras (tabla 36-1). La primera letra indica qué cavidad se estimula: A para las aurículas, V para los ventrículos y D (dual) para ambas, aurícula y ven trículo. La segunda indica en qué cavidades actúan los sensores: A en las aurículas, V en los ventrículos y D en ambas, aurícula y ventrículo. La tercera letra indica qué función se lleva a cabo: I para inhibición, T para DETECCION CON GANANCIA FIJA Electrograma ventricular (E G M )s ^ t t t t Infradetección DETECCION CON SENSIBILIDAD AJUSTADA DINAMICAMENTE Línea base - -r B FIGURA 36-6 Umbral de detección dinámico frente a umbral de detección fijo en una FV. A. La sensi bilidad fija requiere que el potencial percibido supere un determinado umbral. Debido a la gran variabilidad de la amplitud durante la FV, se produce infradetección (flechas). Si se reduce el umbral, puede producirse sobredetección de ondas T (obsérvese que el umbral se encuentra situado justo por encima de la amplitud de las ondas T durante el ritmo sinusal, primeros dos complejos). B. Ajuste dinámico de la sensibilidad. La ganancia es fija, pero el umbral de detección varía a lo largo del ciclo cardíaco. Se reducen los problemas de infradetección. (Modificado de Olson WH: Tachyarrhythmia sensing and detection. En Singer I led]: Implantable Cardioverter-Defibrillator. Armonk, NY, Futura, 1994, pp 71-107.) activación (triggered) y D para el rastreo dual de la actividad auricular cuando se encuentra inhibida por la actividad ventricular. Si la cuarta letra es una R, indica que el marcapasos se adapta a la frecuencia cardíaca (rate adaptive); en caso contrario, la cuarta letra es una O. En muchas ocasiones, en lugar de utilizar las frecuencias expresadas en latidos/min, es más sencillo analizar los modos de estimulación de acuerdo con los intervalos de tiempo (o «períodos») medidos en ms y asociados a los mismos. Una ventaja de la utilización de los intervalos es que son aditivos. Otra es que los intervalos describen con exactitud un ritmo cardíaco que varía de latido a latido, mientras que, cuando el ritmo es irregular, la frecuencia cardíaca no refleja sino un valor medio. Como 1 min equivale a 60.000 ms, el intervalo expresado en ms que corresponde a determinada frecuencia en latidos/min se puede calcular dividiendo la frecuencia entre 60.000 (tabla e36-2). El modo W I representa la estimulación ventricular unicameral básica; la estimulación se produce cuando la frecuencia ventricular cae por debajo de un límite programado (fig. 36-7). El intervalo que corresponde al límite inferior de frecuencia es el intervalo de estimulación ventricular con marcapasos. Generalmente, su valor es igual al del intervalo existente entre la percepción de un acontecimiento ventricular y la del siguiente, y se denomina «intervalo de escape ventricular». En esta modalidad no hay sensores auricu lares, así que la sincronía AV no queda garantizada. Está indicada para pacientes con FA permanente. El modo AAI representa la correspondiente estimula ción auricular unicameral (fig. 36-8). Es adecuado para pacientes con trastornos del nódulo sinusal y conducción AV normal. Como no proporciona estímulos ventricu lares, no debe ser utilizado en pacientes que presenten riesgo de bloqueo AV. El modo DDD de estimulación con marcapasos es el que se utiliza con más frecuencia en pacientes en los que las alteraciones del ritmo no consisten en una FA permanente (fig. 36-9). En este modo, la frecuencia auricular no puede bajar de un valor umbral programado. El retraso AV programado es el tiempo máximo permiti do entre un acontecimiento auricular y otro ventricular. Si el retraso AV expira sin que se haya producido un acontecimiento ventricular, el marcapasos desencadena la contracción ventricular. En casos de bloqueo AV, todas las contracciones ventriculares se deben a estímulos del marcapasos. Una característica especial del modo DDD es que permite «vigilar» la actividad auricular intrínsecapara mantener la sincronía AV. El modo DDD tiene un límite superior de frecuencia, que coincide con la frecuencia máxima de actividad auri cular intrínseca que se puede percibir. Esta frecuencia máxima se selecciona de tal manera que sea superior a la frecuencia sinusal máxima que puede alcanzar el I Infradetección M arcap asos y d esfib riladores autom áticos im p lan tab le s A r r it m ia s , m u e r t e sú bi ta y s in c o p e T A B L A 36-1 Códigos genéricos NASPE/BPEG para la estimulación antibradicardia con marcapasos POSICIÓN 1 II III IV V Categoría Cavidad(es) estimulada(s) Cavidad(es) rastreada(s) Respuesta al rastreo Modulación de la frecuencia Estimulación en varios puntos O = ninguna O = ninguna O = ninguna O = no O = no A = aurícula A = aurícula T = activación (triggered) R = modulación de la frecuencia (rate) A = aurícula V = ventrículo V = ventrículo 1 = inhibición V = ventrículo D = doble (A + V) D = doble (A + V) D = doble (T + 1) D = doble (A + V) Designación exclusiva de los fabricantes S = única (single; A o V) S = única (single; A o V) Véase en el texto la explicación del código. BPEG, British Pacing and Electrophysiology Group; NASPE, North American Society of Pacing and Electrophysiology. Tomado de Bernstein AD, DaubertJC, Fletcher RD, et al: The revised NASPE/BPEG generic code for antibradycardia, adaptive-rate, and multisite pacing. Pacing Clin Electrophy siol 25:260, 2002. IEV = 1.000 ms PRV PRV PRV PRV PRA PRA PRA PRA IEA IEA 800 ms 800 ms FIGURA 36-7 En el modo W l, cada ciclo temporal viene definido por su límite inferior de frecuencia preestablecido y por su período refractario ventricular (PRV, repre sentado mediante rectángulos). Al finalizar el intervalo de escape ventricular (IEV) de 1.000 ms que sigue a la detección de un acontecimiento ventricular espontáneo, el dis positivo emite un estímulo que desencadena un acontecimiento ventricular. Como en los 1.000 ms que siguen a este acontecimiento inducido no se produce ningún nuevo acontecimiento detectable, el dispositivo vuelve a emitir un estímulo que desencadena otro acontecimiento inducido. Como 800 ms más tarde se detecta un acontecimiento ventricular espontáneo, el dispositivo ya no induce un nuevo acontecimiento. Cualquier actividad ventricular, ya sea espontánea o estimulada, marca el inicio de un PRV. IEA = 1.000 ms rJ[__rj[r̂ __ PRAPV PRAPV PRAPV PRAPV FIGURA 36-8 En el modo AAI, cada ciclo temporal viene definido por su límite inferior de frecuencia preestablecido y por su período refractario auricular (PRA, representado mediante rectángulos). Al finalizar el intervalo de escape auricular (IEA) de 1.000 ms que sigue a la detección de un acontecimiento auricular espontáneo, el dispositivo emite un estímulo que desencadena un acontecimiento auricular. Como en los 1.000 ms que siguen a este acontecimiento inducido mediante estimulación no se produce ningún nuevo acontecimiento auricular detectable, el dispositivo emite otro estímulo que desencadena un segundo acontecimiento inducido. Como 800 ms más tarde se detecta un acontecimiento auricular espontáneo, el dispositivo no induce ya un nuevo acontecimiento auricular. Cualquier actividad auricular, espontánea o estimulada, marca el inicio de un PRA. FIGURA 36-9 En el modo DDD, cada ciclo temporal consta de un límite inferior de frecuencia, un intervalo AV (IAV), un período refractario ventricular, un PRAPV y un límite superior de frecuencia. Como a un acontecimiento auricular espontáneo le sigue dentro del intervalo AV un acontecimiento ventricular espontáneo, en el primer latido no se produce estimulación ventricular alguna. Si atendemos al ciclo temporal ventricular, el tiempo que transcurre entre un acontecimiento ventricular, ya sea espontáneo o inducido, y el siguiente acontecimiento auricular inducido se denomina intervalo de escape auricular (IEA), y coincide con la diferencia entre un intervalo igual al límite inferior de frecuencia y el intervalo AV. Como no se produce ningún acontecimiento auricular espontáneo, el dispositivo estimula un acontecimiento auricular. Como después de este acontecimiento auricular inducido no se produce un acontecimiento ventricular espontáneo durante el intervalo AV, se desencadena un acontecimiento ventricular inducido. A este aconteci miento ventricular inducido lo sigue un acontecimiento auricular inducido de 800 ms durante el IEA. Sin embargo, tras este acontecimiento auricular, el impulso se trans mite mediante conducción AV. El acontecimiento final es un acontecimiento auricular espontáneo que no va seguido de un acontecimiento ventricular espontáneo durante el intervalo AV. De esta manera, el acontecimiento auricular espontáneo es «detectado» y da lugar a un acontecimiento ventricular inducido. Si se produce actividad auricular y ventricular espontánea antes de que finalice el límite inferior de frecuencia, los dos canales quedan inhibidos y no se produce estimulación alguna. En ausencia de actividad auricular y ventricular, se produce estimulación secuencial AV (primer ciclo). Si no se detecta actividad auricular antes de que termine el intervalo VA, se emite un artefacto de estimulación auricular que da lugar a un intervalo AV. Si se produce actividad ventricular espontánea antes de que finalice el intervalo AV, la salida ventricular del marcapasos, es decir, la estimulación auricular, queda inhibida (segundo ciclo). Si se detecta una onda P antes de que termine el intervalo VA, la salida del canal auricular queda inhibida. Se inicia entonces el intervalo AV y, si no se detecta actividad ventricular antes de que finalice el mismo, se emite un artefacto de estimulación ventricular, es decir, estimulación sincronizada con la onda P (tercer ciclo). paciente. El límite superior de frecuencia es importante para evitar la detección de la actividad auricular rápida propia de las arritmias auricu lares espontáneas del tipo de la FA. Períodos de b lanqueo y refractarios Definiciones A frecuencias ventriculares bajas, la mayor parte del ciclo cardíaco constituye un período de muestreo durante el cual toda la información obtenida por los sensores se utiliza tanto para fijar el ritmo del mar capasos como para detectar taquiarritmias. Tras cada acontecimiento percibido, el funcionamiento del amplificador de las señales se inte rrumpe durante un corto período de blanqueo (entre 20 y 250 ms), para que una única despolarización cardíaca no dé lugar a la detección 728 de múltiples acontecimientos. A cada período de blanqueo sigue un período refractario durante el que se pueden rastrear acontecimientos para los algoritmos de detección de taquiarritmias, pero que no suelen modificar los ciclos temporales del marcapasos (fig. 36-10; v. también figs. 36-5 y 36-7 a 36-9). Los períodos de blanqueo y refractario en el ventrículo tras aconteci mientos detectados o inducidos en la aurícula, y en la aurícula tras aconte cimientos detectados o inducidos en el ventrículo, se denominan períodos intercavitarios de blanqueo y refractarios. Los períodos intercavitarios de blanqueo reducen la sobredetección de artefactos tras la inducción de algún acontecimiento en la cavidad opuesta. El período de blanqueo auricular posventricular (el que sucede a acontecimientos ventriculares) reduce la sobredetección auricular de los estímulos ventriculares y de las ondas R de campo lejano, lo que puede dar lugar al diagnóstico erróneo de taquiarritmia auricular. Los DAI tienen períodos de blanqueo y refractarios El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. Período refractario auricular total Auricular Blanqueo A Período refractario auricular posventricular V en tricu la r Blanqueo V- T T ^ í Ventana Período Refractario V A lerta V de detección de alerta de diafonía FIGURA 36-10 Representación esquemática de las interacciones del ciclo temporal de la mayoríade los períodos refractarios y de blanqueo en los marcapasos bicamera- les modernos. Superior. Canal auricular. Inferior. Canal ventricular. BAPV, blanqueo auricular posventricular. más cortos que los marcapasos, de tal manera que puedan interpretar correctamente los ciclos cardíacos cortos. Período refractario auricular posventricular En el modo DDD existe un período refractario especial denominado período refractario auricular posventricular (PRAPV), que comienza cuando se detecta cualquier acontecimiento ventricular y que consiste en un período de tiempo en el canal auricular durante el cual los acontecimientos auriculares espontá neos no son registrados. El PRAPV es especialmente importante en pacientes con conducción retrógrada. Si el PRAPV es demasiado corto, un latido ven tricular prematuro podría ser conducido de forma retrógrada, percibido en el canal auricular y registrado, dando lugar, por tanto, a un segundo latido ventricular (inducido), que, a su vez, podría ser conducido de nuevo de forma retrógrada. Esta secuencia repetitiva de latido ventricular, conducción retrógrada y detección auricular del latido conducido de forma retrógrada es una de las formas de la taquicardia inducida por marcapasos (fig. e36-4). El PRAPV influye de manera importante en el comportamiento de la frecuencia máxima. Como la frecuencia ventricular no puede superar la fre cuencia máxima programada, se necesita un algoritmo para calcular cómo se debe ajustar la frecuencia ventricular en pacientes con bloqueo AV cuando la frecuencia sinusal se sitúa por encima de dicho límite máximo. Todos los marcapasos poseen un algoritmo con el que se aumenta el retraso AV cuando el ritmo sinusal excede el valor máximo programado, de tal forma que el ritmo de estimulación ventricular se mantenga a dicho valor máximo. Como en este caso la frecuencia sinusal es mayor que la frecuencia de la estimulación ventricular inducida por el marcapasos, las ondas P se irán produciendo cada vez antes tras cada latido ventricular inducido. Finalmente, se producirá un impulso sinusal durante el PRAPV que no será detectado. Esta prolongación progresiva del retraso AV hasta que un impulso sinusal coincide con el PRAPV y no va seguido de un latido ventricular inducido se denomina, a veces, «bloqueo AV seudo-Wenckebach». Al contrario que en el Wenckebach de origen biológico, la frecuencia ventricular se mantiene constante, con un valor igual a la frecuencia máxima programada. Si la frecuencia sinusal se incrementa aún más, de tal manera que una de cada dos ondas P coincide con el PRAPV, el marcapasos detectará una de estas dos ondas P, dando lugar a un muestreo auricular 2:1. Consideremos la frecuencia auricular más baja que da lugar a un muestreo 2:1. La onda P detectada irá seguida de un latido ventricular inducido de acuerdo con el intervalo AV programado, y a este latido ventricular le seguirá una onda P durante el PRAPV que no será detectada. Por tanto, el tiempo transcurrido entre la onda P detectada y la no detectada será igual a la suma del retraso AV programado y del PRAPV, período de tiempo que se denomina período refractario auricular total (PRAT). Este muestreo 2:1 da lugar a una brusca disminución de la frecuencia ventricular (fig. 36-11), y cuando coincide con una taquicardia sinusal inducida por ejercicio suele provocar intolerancia al mismo. En consecuencia, es importante que el PRAT se mantenga por debajo de la frecuencia sinusal máxima durante la práctica de ejercicio. 250 ms PRAPV IAV 150 ms 250 ms PRAPV 250 ms PRAPV 250 ms PRAPV FIGURA 36-11 Cuando la frecuencia sinusal supera la frecuencia de rastreo máxima programada y el intervalo P-P es menor que la suma del intervalo auriculoventricular (IAV) y el PRAPV, una de cada dos P coincide con el PRAPV y, por lo tanto, no puede ser detectado. Por ello, la frecuencia ventricular es la mitad de la auricular. El modo DDI de estimulación con marcapasos es parecido al modo DDD, pero en él no se registran acontecimientos auriculares y, por tanto, la frecuencia no está limitada. Se puede utilizar en pacientes con bradicardia sinusal, con o sin alteraciones de la conducción AV. Hoy en día no es muy utilizado, excepto cuando los problemas de detección fiable de la actividad auricular impiden la utilización del modo DDD. El modo VDD es adecuado para pacientes con bloqueo AV y funcionamiento normal del nódulo sinusal, porque los impulsos regulan solamente la actividad ventricular, mientras que el muestreo se extiende a las cavidades auricular y ventricular. Los latidos sinusales intrínsecos se detectan de la misma manera que en el modo DDD. La utilización de un electrodo múltiple especial con electrodos auriculares detectores flotantes y electrodos ven triculares detectores y estimuladores estándar hace posible llevar a cabo la estimulación con marcapasos con un único electrodo. Estimulación con marcapasos adaptada a la frecuencia La estimulación con marcapasos adaptada a la frecuencia ajusta el ritmo de estimulación a la demanda m etabólica del organismo. Un sensor situado en el generador o en el electrodo del marcapasos recibe señales que pueden indicar la necesidad de un aumento de la frecuencia cardíaca. Los sensores utilizados con más frecuencia evalúan la movilidad corporal (acelerómetro), la respiración (inspiraciones por minuto) o la movilidad cardíaca (aceleración endocárdica); cada uno de ellos presenta ventajas e inconvenientes específicos. Determinados algoritmos calculan la fre cuencia de estimulación deseable de acuerdo con los valores medidos por los sensores. La mayoría de estos algoritmos incluyen parámetros programables para adecuar lo mejor posible la frecuencia cardíaca a las necesidades metabólicas corporales. Conmutación automática del modo La conm utación autom ática del modo en modo DDD consiste en m odificar tem poralm ente este últim o en otro sin detección de acontecimientos (generalmente, DDI o DDIR) en curso de episodios de taquiarritmia auricular paroxística. De esta manera se evita una 729 M a rca p a so s y d e sfib rila d o re s a u to m á tico s im p la n ta b le s A r r it m ia s , m u e r t e s ú b it a y s in c o p e FIGURA 36-12 Conmutación de modo DDDR a DDIR. FIGURA 36-13 Ejemplo de un algoritmo para minimizar la estimulación ventricular derecha. Inicialmente se observa una estimulación AAIR; si se produce un acontecimiento auricular inducido en ausencia de un acontecimiento ventricular detectado, se produce una señal ventricular que conmuta el marcapasos al modo DDDR. estimulación ventricular excesivamente rápida debida a la detección de altas frecuencias auriculares no fisiológicas. En la mayoría de los algoritmos de conmutación de modo se utiliza la frecuencia auricular como indicador de la presencia de taquiarritmia auricular. Cuando el ritmo auricular vuelve a encontrarse dentro de los límites considerados fisiológicos, se vuelve a conmutar el modo y se reanuda el muestreo auricular (fig. 36-12). A lg o r itm o s para e v ita r la e stim u la c ió n inn ece saria del ve n trícu lo de rech o Como los marcapasos unicam erales AAIR se implantan solo a una pequeña proporción de pacientes con anomalías del nódulo sinusal, las estrategias encaminadas a interrumpir la estimulación del ventrículo derecho cuando esta es innecesaria son importantes para evitar los efectos clínicos adversos asociados a la misma, así como para prolon gar la vida útil del generador. Una estrategia frecuente en pacientes con problemas de conducción AV es modificar la estimulación AAIR con estímulos ventriculares de apoyo. Usando estos algoritmos, la estimu lación es de tipo AAIR cuando no existe bloqueo AV, pero se convierte automáticamente en DDDR cuando se detecta un bloqueo. Con este algoritmo también se comprueba periódicamente si la conducción AV se ha reanudado, momento en que se vuelve al modo de estimulaciónAAIR. La ventaja de esta estrategia frecuentemente utilizada es que tolera latidos indicadores de bloqueo AV aislados y ocasionales sin recurrir a estim ulación ventricular, pero proporciona estim ulación ventricular dentro de un intervalo AV fisiológico. Estos algoritmos se usan con frecuencia, pero pueden simular fallos intermitentes de la estimulación ventricular para un latido dado. Se pueden distinguir de la sobredetección en que el muestreo ventricular siempre se reanuda 730 después del bloqueo de una onda P (fig. 36-13). U na posibilidad alternativa es prolongar el intervalo AV de tal m anera que se permita la conducción AV intrínseca. Si se detecta activación ventricular intrínseca, el retraso AV se mantiene ampliado. Cuando no se detecta activación ventri cular dentro de un determinado período de retraso AV, se reanuda la estimulación ventricular. De esta manera se evitan latidos aislados de bloqueo AV, pero suele dar lugar a un mayor porcentaje de latidos ventriculares inducidos. La extensión periódica del retraso AV para detectar la activación ventricular intrínseca se denomina «búsqueda de histéresis AV positiva». Cualquiera de estas estrategias puede dar lugar a grandes retrasos AV que pueden originar el síndrome del marcapasos. O p t im iza c ió n au tom ática de las fu n c io n e s de lo s m a rca p a so s re la c ion ad a s con los se n so re s Los marcapasos y los DAI incorporan también algoritmos para optimizar los aspectos de su fun cionamiento que tienen que ver con sus funcio nes detectoras. Entre ellos se encuentran los que impiden la inhibición en situaciones de sobrede tección y la pérdida de la captura del marcapa sos. La estimulación ventricular segura evita la inhibición inadecuada de las funciones del mar capasos debida a la sobredetección de estímulos auriculares (diafonía; f ig . e36-5). La estimulación segura se pone de manifiesto en el ECG en for ma de un retraso AV menor que el programado, generalmente entre 80 y 130 ms. La inhibición del marcapasos en situaciones de sobredetec ción ventricular continua, incluso cuando estas son debidas a interferencias electromagnéticas procedentes de fuentes como electrocauteriza- dores, se puede prevenir mediante la reversión a una estimulación asincrona de frecuencia fija. La vigilancia automática del umbral de estimulación de captura se lleva a cabo mediante algoritmos de retroalimentación de bucle cerrado que com prueban periódicamente la captura y ajustan la salida de acuerdo con los resultados obtenidos. Esta característica permite utilizar la intensidad de salida justa para inducir la captura, lo que aumenta la seguridad y supone un ahorro de la energía almacenada en la batería. DETECCIÓN DE TAQUICARDIA Y FIBRILACIÓN VENTRICULARES EN LOS DESFIBRILADORES AUTOMÁTICOS IMPLANTABLES Frecuencia, duración y zonas de detección Los criterios primarios utilizados para la detección de la TV y la FV son la frecuencia y la duración del ciclo ventricular. Los intervalos ventriculares pueden ser medidos y contados con un gasto de energía mínimo, mien tras que determinados algoritmos requieren algo más de potencia de procesamiento. El propio DAI determina si el ritmo ventricular es lo bastante rápido y se prolonga durante un período de tiempo suficiente como para hacer preciso un análisis más detallado. Los DAI disponen de hasta tres zonas de detección de la frecuencia ventricular, lo que permite programar tratamientos específicos para una zona concreta y discriminadores TSV-TV, aunque, para la mayoría de los pacientes, es suficiente analizar solamente dos zonas, una TV y otra «FV» (fig . 36-14). En pacientes sometidos a prevención secundaria (aquellos con antecedentes de TV o FV espontánea), la frecuencia programada para el diagnóstico de TV debe ser al menos 20 latidos/min inferior a cualquier TV sostenida documentada. La programación de tres zonas está indicada en muchos de esos pacientes para aplicar una EATM distinta según la frecuencia de la TV. Los valores límite que definen estas tres zonas de frecuencia son de entre 350 y 500 ms para las TV lentas, de 300 a 350 ms para las TV más rápidas, y de 240 a 300 ms para la FV. En pacientes sometidos a prevención primaria, la programación de una frecuencia alta (entre 180 y 200 latidos/min) como punto de corte es segura y evita que se aplique un El se vi er . Fo to co pi ar sin au to riz ac ió n es un de lit o. Prevención secundaria Sinusal TV | TVR | FV Zona de discriminación de TVL | Frecuencia más lenta Mayor duración del ciclo Frecuencia más rápida Menor duración del ciclo Prevención primaria Frecuencia más lenta Mayor duración del ciclo Frecuencia más rápida Menor duración del ciclo FIGURA 36-14 Programación de las zonas de detección de frecuencia de un DAI. Panel superior. Programación para pacientes en prevención secundaria. Panel inferior. Programación para pacientes en prevención primaria. Véanse detalles en el texto. Algunos DAI permiten programar una zona de detección más. TVR, taquicardia ventricular rápida. (Tomado de Swerdlow CD, Friedman P: Implantable cardioverter-defibrillator. In Zipes D, Jalife J [eds]: Clinical Aspects in Cardiac Electrophysiology: From Cell to Bedside. 6th ed. Philadelphia, WB Saunders [in press].) «tratamiento innecesario» en situaciones en las que se detectan ritmos ajenos a la TV/FV.9 En la zona de FV se aplica EATM antes o durante la descarga, a lo que se suceden nuevas descargas. Muchos DAI permiten programar otra zona exclusivamente de seguimiento entre las zonas sinusal y TV. La duración es el tiempo o número de intervalos necesarios para satisfacer el criterio de la frecuencia. Las duraciones más prolongadas permiten el «tra tamiento innecesario» deTV/FV que se hubieran resuelto espontáneamente si se hubiese retrasado el tratamiento. Se han llevado a cabo ensayos clínicos prospectivos y aleatorizados en los que se ha observado que, utilizando una duración de 30 latidos/min (hasta 10 s) para TV con más de 180 latidos/ min,111 o 60 s para TV de entre 170 y 199 latidos/min, se producen menos descargas sin que aumente la mortalidad.9 Además, en los pacientes en prevención primaria, la programación de una zona de detección única con un límite inferior de 200 latidos/min y un retraso de 2,5 s da lugar también a una disminución similar del número de descargas sin que se aprecie un aumento significativo del de paradas cardiorrespiratorias.9 Discrim inación en tre taquicardia ventricu lar y supraventricu lar Como las frecuencias de la TSV y la TV se pueden solapar, especialmente en pacientes con TV lenta, los DAI están dotados de algoritmos específicos para diferenciar entre ambos tipos de taquicardia. Entre ellos se encuentran los discriminadores ven triculares unicamerales y bicamerales. Los dis criminadores unicamerales analizan los cambios bruscos, la estabilidad de la frecuencia ventricular (regularidad) y la morfología del EGM ventricular. El criterio de cambio brusco detecta una diferencia de la longitud de un ciclo superior a un determina do porcentaje programado previamente (p. ej., del 9 al 50%) o una diferencia de la duración de dicho dclo (de 50 a 250 ms). Es útil para evitar confusiones con la taquicardia sinusal con aceleradón gradual, pero puede pasar por alto una TV que comience con una frecuencia inferior al criterio establecido o que se produzca en el marco de una taquicardia sinusal más rápida que el umbral de frecuencia de la TV. La estabilidad de la frecuencia se utiliza para diferenciar la conducdón irregular durante una FA de las frecuendas ventriculares regulares propias de la TV monomórfica. Los algoritmos para analizar la morfología discriminan entre TV y TSV según los cambios que se producen en la forma del EGM ventricular cuando el origen de este EGM no está relacionado con la conducción de impulsos supra ventriculares a través del sistema de His-Purkinje.
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