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Parada cardíaca y muerte súbita cardíaca Robert J. Myerburg y Augustin Castellanos Prevención de la parada cardíaca y la muerte súbita cardíaca, 851 M uerte súbita y seguridad pública, 857 Bibliografía, 858 Perspectiva, 821 Definiciones, 821 Epidemiología, 821 Causas de m uerte súbita cardíaca, 829 Anatom ía patológica y fisiopatología, 836 Manifestaciones clínicas de los pacientes con parada cardíaca, 839 Tratam iento de la parada cardíaca, 842 PERSPECTIVA La muerte súbita cardíaca (MSC) es un problema de salud pública importante por su frecuencia y características demográficas. Con cifras estimadas del orden de 300.000 a 375.000 fallecimientos al año solo en EE. UU., representa la mitad de todas las muertes cardiovasculares. Cerca del 50% de todas las MSC son la primera expresión inesperada de un trastorno cardíaco, que, a menudo, asóla a la víctim a en sus años productivos. A pesar del reconocimiento de la asociación entre síntomas de aviso como dolor torácico o síncope y MSC, que se remonta a Hipócrates alrededor del 400 a. de C., la descripción de una arteria del corazón «encogida y marchita» en una víctima de M SC a finales de la década de 1490 por parte de Da Vinci, y un estudio epidemiológico realizado en Roma por Lancisi a petición del papa Clem ente XI en 1706, los avances en la predicción, prevención y tratam iento de la parada cardíaca inesperada y la MSC no comenzaron a aparecer hasta hace 50 años. Se cree que las principales ideas sobre las causas, la fisiopatología y las estrategias preventivas y terapéuticas que surgieron en las últimas décadas, y que se describen en este capítulo, continuarán evolucionando. DEFINICIONES La MSC es una muerte natural debida a causas cardíacas, precedida de una pérdida brusca del conocimiento antes de transcurrida 1 h desde el inicio de un cambio agudo del estado cardiovascular (tabla 39-1). Puede que se conociera o no una cardiopatía preexistente, aunque el m om ento y el modo de la muerte son inesperados. Esta definición incorpora como elemento clave el hecho de ser natural, rápida e ines perada. Consolida definiciones anteriores que eran conflictivas, sobre todo porque la definición operativa útil de M SC en el pasado difería para el médico, el epidemiólogo cardiovascular, el anatomopatólogo y el científico que intentaba definir los m ecanism os fisiopatológi- cos. A medida que se em pezaron a entender la epidemiología, las expresiones clínicas, las causas y los m ecanismos, estas diferencias se difuminaron. Para satisfacer al médico, al científico y las consideraciones legales y sociales hay que tener en cuenta cuatro elem entos temporales: 1) pródromos; 2) comienzo; 3) parada cardíaca, y 4) muerte biológica (fig. 39-1). Como la causa próxima de la MSC es un trastorno brusco de la función cardiovascular seguido de pérdida de consciencia, cualquier definición debe reconocer el breve intervalo que hay entre el comienzo del mecanismo responsable directamente de la parada cardíaca y la pérdida consiguiente del flujo sanguíneo. Por lo tanto, la definición de 1 h, que se refiere sobre todo a la duración del «episodio terminal», define el intervalo entre el comienzo de los síntomas que señalan el trastorno fisiopatológico que acabará en la parada cardíaca y el comienzo de la propia parada cardíaca. Los pródromos, que ocurren semanas o meses antes de un episodio, no son factores predictivos sensibles ni específicos de un episodio inmi nente; pero los signos y síntomas premonitorios, que pueden ocurrir durante los días o semanas previos a una parada cardíaca, pueden ser más específicos de una parada cardíaca inminente cuando comienzan de forma repentina. El comienzo brusco del dolor torácico, la disnea o las palpitaciones y otros síntomas de arritmias precede a menudo al comienzo de la parada cardíaca y define el comienzo de 1 h del episodio terminal que encuadra la parada cardíaca. El cuarto elemento, la muerte biológica, se consideraba antes una consecuencia inmediata de la parada cardíaca, habitualmente en minutos. Sin embargo, la definición clínico- fisiopatológica generalmente aceptada de hasta 1 h entre el comienzo del episodio terminal y la muerte biológica requiere cualificar las circuns tancias específicas. Por ejemplo, dado el desarrollo de intervenciones comunitarias y sistemas de soporte vital, los pacientes pueden perma necer ahora biológicamente vivos durante un período largo después del comienzo de un proceso fisiopatológico que haya provocado una lesión irreversible y derive finalmente en la muerte. En esta circuns tancia, el episodio fisiopatológico y clínico causal es la propia parada cardíaca en lugar de los factores responsables de la muerte biológica tardía. De este modo, la muerte se sigue definiendo desde los puntos de vista biológico, legal y literal como un episodio absoluto e irreversible que lleva a la detención de todas las funciones biológicas, aunque la mayoría de los estudios ligan la definición de MSC a la parada cardíaca en lugar de a la muerte biológica que se produce durante la hospitalización tras una parada cardíaca o en los 30 días siguientes. Finalmente, el anatomopatólogo forense que estudia las muertes no presenciadas continua usando la definición de muerte súbita en una persona que se sabía viva con una función normal 24 h antes y sigue siendo adecuada dentro de límites obvios. EPIDEMIOLOGÍA Visión general ep idem io lóg ica Los estudios epidemiológicos de la M SC son difíciles de interpre tar por razones teóricas y prácticas. Hay incoherencias persistentes sobre la definición y desafíos para acceder a los datos y adjudicar casos individuales en grupos de datos, sobre la determ inación de los mecanismos fisiopatológicos y sobre la realización de distincio nes entre el riesgo poblacional y el riesgo individual.1 Adem ás, el hecho de que la parada cardíaca súbita que deriva a una M SC tenga una dinámica corta superpuesta a un sustrato estático o dinámico a largo plazo introduce complejidades epidem iológicas inusuales. Entre ellas están la predicción del riesgo a largo plazo basada en la evolución de la aterogenia, la hipertrofia miocárdica y la disfunción del músculo ventricular a lo largo del tiempo y la m odulación por variables transitoria (a corto plazo) como la isquemia, los cambios hemodinámicos, la rotura de la placa ateroesclerótica y la trombosis y las variaciones autónomas. Las diferencias entre la evolución de la enfermedad crónica y los episodios transitorios exigen diferentes tipos de modelos epidemiológicos (tabla 39-2A). Además, el campo em ergente de la epidem iología genética añade otra dim ensión al estudio y hay necesidad de centrarse en una epidemiología interven cionista, un término acuñado para definir la dinámica poblacional de los resultados terapéuticos. 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos El m a te r ia l e n lín e a está d is p o n ib le e n E x p e rtC o n su lt 821 A r r it m ia s , m u e r t e s ú b it a y s in c o p e T A B LA 39-1 Términos relacionados con la muerte súbita cardíaca TÉRMINO DEFINICIÓN CALIFICADORES M ECANISM O S j Muerte súbita cardíaca Cese repentino e irreversible de todas las funciones biológicas Ninguno - Parada cardíaca Cese repentino de la función mecánica cardíaca, que puede ser reversible mediante una intervención rápida pero que derivará en muerte si no se realiza Reversiones espontáneas infrecuentes; la probabilidad de una intervención satisfactoria se relaciona con el mecanismo de la parada, el marco clínico y el retorno rápido de la circulación Fibrilación ventricular, taquicardia ventricular, asistolia, bradicardia, actividad eléctrica sin pulso, factores mecánicos Colapso cardiovascular Pérdida repentina del flujo sanguíneo eficaz debido a factores cardíacos o vasculares periféricos que pueden revertir espontáneamente (p. ej., síncope neurocardiógeno;síncope vasovagal) o requieren intervenciones (p. ej., parada cardíaca) Término inespecífico; incluye parada cardíaca y sus consecuencias y trastornos transitorios que no ponen en peligro la vida y suelen revertir espontáneamente Igual que la parada cardíaca, más síncope vasodepresor u otras causas de pérdida transitoria del flujo sanguíneo Marcos temporales en la muerte súbita cardíaca Pródromos Comienzo del episodio Parada cardíaca Muerte term inal biológica Síntomas Cambio brusco Colapso repentino Fracaso de la cardiovasculares del estado clínico • Pérdida de la reanimación nuevos o que • Arritmia circulación eficaz O • Dolor torácico «► • Hipotensión • Dolor torácico • Pérdida de consciencia * Fracaso de las funciones eléctrica, • Palpitaciones mecánica o del • Disnea • Mareo SNC tras • Fatigabilidad reanimación inicial Días a meses Hasta 1 h Minutos a semanas FIGURA 39-1 La muerte súbita cardíaca vista desde cuatro perspectivas temporales: 1) pródromos; 2) inicio del episodio terminal; 3) parada cardíaca, y 4) progresión a la muerte biológica. La variabilidad individual de los componentes influye en la expresión clínica. Algunas víctimas no experimentan pródromos, y el comienzo lleva de forma casi instantánea a la parada cardíaca; otros pueden tener un comienzo que dure hasta 1 h antes de la parada clínica. Otros pacientes pueden vivir días a semanas después la parada cardíaca antes de la muerte biológica, a menudo debida a una lesión encefálica irreversible y a la dependencia del soporte vital. Estos factores influyen en la interpretación de la definición de 1 h. Los dos factores clínicos más relevantes son el comienzo del episodio terminal y la propia parada cardíaca clínica; las consideraciones legales y sociales se centran en el momento de la muerte biológica. SNC, sistema nervioso central. En lo que respecta al riesgo de M SC por cardiopatía coronaria, las categorías clínicas que abarcan desde el riesgo de la población general al perfil de riesgo personalizado tienen su paralelo en la división de los elementos predictivos del riesgo en los grupos fisiopatológicos de riesgo basado en el sustrato y riesgo basado en la expresión2 (v. tabla 39-2B). El riesgo basado en el sustrato hace referencia a la predicción de la evolución o identificación de los sustratos vasculares o miocárdicos que establecen el riesgo de M SC (es decir, aterogenia, patrones de cicatrices, remodelado) y la cuantificación de estos riesgos. No deben considerarse como limitados a las estructuras anatómicas, porque hay variantes mole culares que también constituyen sustratos de riesgo. Por el contrario, el riesgo basado en la expresión significa la identificación de mecanismos y vías que contribuyen a la manifestación clínica del riesgo establecido por el sustrato. Este grupo incluye transición de placas y síndromes coronarios agudos (rotura de placas y trombogenia), y su potencial de expresión específica como episodios de arritmia en personas susceptibles. En el grupo de riesgo arritmógeno también es posible incluir los modificadores del riesgo molecular que generan la expresión individual. Incidencia y carga para la población de la m uerte súbita cardíaca La incidencia mundial de M SC es difícil de calcular porque las cifras varían en función de la prevalencia de la cardiopatía coronaria en dife rentes países (v. capítu lo l ) .3 El número anual de M SC en EE. UU. deriva de múltiples fuentes, como datos retrospectivos de certificados de defunción, actualizaciones estadísticas de la American Heart Association 822 (AHA) basados en datos de las National Center for Health Statistics,4 y extrapolaciones nacionales de una gran experiencia de rescate urgente en una comunidad3 y un con junto de datos comunitarios de múltiples fuentes de otra.6 Recientemente, los datos provenientes de estudios de vigilancia de gran tam año, como el Resuscitation Outcomes Consortium (ROC), están mejorando el conocimiento acerca de los matices de la recogida e interpretación de los datos.7 Los análisis estadísticos de las mismas fuentes de datos de certificados de defunción han arro jado desde cifras inferiores a 250.000 MSC al año si la definición etiológica se limita a cardiopatía coronaria (códigos 410-414 de la Clasificación Internacional de las Enfermedades [CIE], novena edición), hasta más de 460.000 MSC anuales cuando se incluyen todas las causas.2'4,8 Las extrapolaciones de las dos fuen tes de datos comunitarios fijan las cifras nacionales en menos de 200.000 MSC al año.5,6 A la vista de estas grandes variaciones, y dado que las diferencias regionales descritas en la incidencia y resultados de la parada cardíaca9 apuntan a que el número exacto solo podría calcularse realizando estudios de vigilancia epidemiológica prospectivos minuciosamente diseña dos, las estimaciones más citadas siguen estando en el intervalo de 300.000 a 350.000 MSC anuales,10 como refleja la actualización estadística de la AHA de 2012.4 Estas cifras indican una incidencia global de 1-2 fallecimientos por 1.000 personas en la población general. La defin ición tem poral de muerte súbita influye mucho en los datos epidemiológicos. Los estudios retrospectivos de los certificados de defunción han demostrado que una definición cronológica de muerte súbita de menos de 2 h después del in icio de los síntomas da lugar a que el 12-15% de todas las muertes naturales se definan como «súbitas» y casi el 90% de todas las muertes súbitas naturales tengan causas cardíacas. Por el contrario, la aplicación de una definición de muerte súbita de 24 h aumenta la fracción de todas las muertes naturales que caen en la categoría súbita a más del 30% pero reduce la proporción de todas las muertes súbitas naturales debidas a causas cardíacas al 75%. Los estudios prospectivos han demostrado que aproximadamente el 50% de todas las muertes por cardiopatía coronaria son súbitas e ines peradas, y ocurren poco después (instantáneas a 1 h) del comienzo de los síntomas. Como la cardiopatía coronaria es la causa dominante de las muertes cardíacas súbitas y no súbitas en EE. UU., la fracción de muer tes cardíacas totales que son súbitas es similar a la fracción de muertes por cardiopatía coronaria que son súbitas, aunque parece haber una varia ción geográfica en la fracción de muertes coronarias que son súbitas.8,9 También tiene interés el hecho de que la declinación ajustada por edades de la mortalidad por cardiopatía coronaria en EE. UU. durante el último medio siglo no haya cambiado la fracción de muertes coronarias que sean súbitas e inesperadas,"''2 incluso aunque pueda haber una reducción de las muertes extrahospitalarias comparadas con las muertes en el servicio de urgencias. Además, la mortalidad ajustada por edades decreciente no implica un descenso en las cifras absolutas de muertes cardíacas o súbitas debido al crecimiento y envejecimiento de la población estadounidense y a la prevalencia creciente de cardiopatía crónica.8 No hay certeza sobre si la carga acumulada de MSC reproduce la reducción de los fallecimientos El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. T A B LA 39-2 Epidemiología fisiopatológica y cascada de potencia de los indicadores de riesgo de muerte súbita cardíaca A. CASCADA DE POTENCIA DE LA PREDICCIÓN DEL RIESGO Estrategia Ejemplos Medidas Potencia Factores de riesgo convencionales índice de riesgo de Framingham Predicción de la evolución de la enfermedad Alta para la población Baja para el individuo Detección de enfermedad anatómica índice de calcio y angiografía por TC Identificación de arterias coronarias anómalas Alta para la identificación anatómica Baja para la predicción de episodios individuales Perfiles de riesgo clínico Fracción de eyección, prueba de esfuerzo, técnicas de imagen Grado de enfermedad Alta para subgrupos pequeños de riesgo alto Baja para subgrupos grandes de riesgo bajoFactores predictivos del riesgo transitorios Marcadores de inflamación Predicción de placas inestables Viabilidad incierta Factores predictivos del riesgo personalizados Perfiles familiares/genéticos Expresión individual de MSC Aplicabilidad clínica incierta; en evolución B. EPIDEM IOLOGÍA FISIOPATOLÓGICA Riesgo basado en el sustrato Cardiopatía coronaria Estado de los vasos epicárdicos e intramiocárdicos Infarto de miocardio Miopatía, infiltración, inflamación, valvulopatía Hipertrofia Riesgo basado en la expresión Disfunción del ventrículo izquierdo e insuficiencia cardíaca Anomalías metabólicas Fluctuaciones autónomas Causas según el mecanismo Fibrilación ventricular/taquicardia ventricular sin pulso Actividad eléctrica sin pulso Asistolia cardíacos ajustados por edad que está teniendo lugar en los últimos 40-50 años. Las cifras citadas indican que el volumen de MSC no ha descendido, aunque algunos estudios apuntan a que sí lo ha hecho.13 Grupos de población, grad ientes de riesgo y dependencia cronológica del riesgo Tres factores tienen una importancia primordial en la identificación de poblaciones en riesgo y en la consideración de estrategias para la preven ción de la MSC: 1) las cifras absolutas y las cifras de episodios (incidencia) entre subgrupos de población (fig. 39-2A); 2) los subgrupos clínicos en los que se produce la M SC (fig. 39-2B), y 3) la dependencia cronológica del riesgo (fig. 39-3). E va lu a c ió n del r ie sg o en la p o b la c ió n y en s u b g ru p o s f ren te al r ie sg o in d iv id u a l Cuando las más de 300.000 M SC en adultos que se producen al año en EE. UU. se ven como una cifra global para una población adulta no seleccionada de al menos 35 años de edad, se calcula que la incidencia global es del 0,1 al 0,2%/anual (1 a 2/1.000 de población; v. fig. 39-2A). Esta población general incluye la gran proporción de M SC que se producen como primera manifestación clínica así como las MSC que pueden predecirse con mayor precisión en subgrupos de riesgo mayor (v. fig. 39-2B). Cualquier intervención diseñada para la población gene ral debe ser aplicable por lo tanto a 999 de cada 1.000 que no sufran un episodio con el fin de alcanzar y posiblemente influir en el 1 por 1.000 que sí, a diferencia de los subgrupos, mucho más pequeños, cuyo perfil corresponde a un riesgo mayor. La figura 39-2A resalta este problema, al expresar la incidencia (porcentaje anual) de M SC en varios subgrupos y comparar las cifras de incidencia con el número total de episodios que tienen lugar anualmente en cada subgrupo. De este modo, a pesar del gran número absoluto en riesgo en la población general y la repercusión de las intervenciones avaladas en las poblaciones, la capacidad práctica © de aplicar los principios de la población riesgo a pacientes individuales es difícil. El coste y las incertidumbres en la relación riesgo-beneficio limitan la naturaleza de tales intervenciones amplias y demandan una mayor resolución en la identificación del riesgo. Se pueden seguir dos estrategias básicas para abordar este problema: una estrategia de población general dirigida a la prevención de factores de riesgo adquiridos, como la obesidad (prevención primordial) y la prevención primaria mediante el control de los factores de riesgo manifiestos,14 y otra estrategia más centrada en el riesgo individual, basada en la identificación e intervención en subgrupos pequeños de la población general con una concentración alta de riesgo (fig. 39-4). Al pasar de la población adulta total a un subgrupo de mayor riesgo por la presencia de ciertos factores de riesgo coronarios puede haber un aumento de 10 veces o más en la incidencia anual de episodios, y la magnitud depende del número y tipos de factores de riesgo que operan en subgrupos específicos. El tamaño del grupo denominador sigue, sin embargo, siendo muy grande y la puesta en marcha de las intervenciones sigue siendo problemática, incluso a este nivel de riesgo aumentado. Es deseable una mayor resolución y puede conseguirse identificando subgrupos más específicos. Sin embargo, el número absoluto corres pondiente de muertes se hace cada vez menor a medida que los sub grupos se centran más (v. fig. 39-2A), lo que limita el posible beneficio de las intervenciones a una fracción mucho menor del número total de pacientes en riesgo. Hasta la mitad de todas las MSC debidas a cardiopatía coronaria son primero episodios clínicos,2 y otro 20 a 30% ocurren entre subgrupos de pacientes con una cardiopatía coronaria conocida a los que se ha atribuido un riesgo relativamente bajo de M SC en función de los marcadores clínicos disponibles en la actualidad (v. fig. 39-2B). El principio de una alta proporción de MSC que se producen como primeros episodios o en sujetos previamente asintomáticos se aplica también a causas menos frecuentes.15 R ie sg o b io ló g ic o y clín ico d e p e n d ie n te del t ie m p o Los elem entos temporales en riesgo de M SC se han analizado en el contexto de la cronología biológica y clínica. En el primero, los análisis 823 P arad a card íaca y m u e rte sú b ita c a rd ía c a A r r it m ia s , m u e r t e s ú b it a y s in c o p e MUERTE SUBITA CARDIACA: INCIDENCIA Y TOTAL DE EPISODIOS FE Segmento de población Población general Subgrupos de riesgo alto Episodio coronario de riesgo bajo anterior < 30%; insuficiencia cardíaca Episodios Superviviente de parada cardíaca Marcadores de riesgo de arritmia, tras infarto de miocardio 0 10 20 30 PORCENTAJE 0 150.000 300.000 NÚMERO ABSOLUTO 100 X o 50 - 40 - 30 - 20 - o CC 10 - O- 0 - - MUERTE SUBITA CARDIACA Y SUBGRUPOS CLINICOS Población ^>50%Estados de r moderado a bajo =33% 5-10% Subgrupos de riesgo alto 7-15% J ] Marcadores de Marcadores riesgo de de riesgo arritm ia hemodinámico B Síndrom e Enfermedad coronario conocida; agudo marcadores de potencia baja o inespecíficos P rim er episodio clín ico FIGURA 39-2 Repercusión de los subgrupos de población y de riesgo desde los episodios sobre la epidemiología clínica de la MSC. A. Cálculos de la incidencia (porcentaje/año) y el número total de episodios por año en la pobla ción general adulta en EE. UU. y en los subgrupos de riesgo alto creciente. La población adulta general tiene una incidencia estimada de muerte súbita del 0,1 al 0,2%/año, lo que supone un total de más de 300.000 episodios/ año. Con la identificación de factores de riesgo cada vez más potentes, la incidencia aumenta progresivamente, pero esto se acompaña de un descenso progresivo del número total de episodios representados por cada grupo. La relación inversa entre incidencia y número total de episodios se debe al grupo denominador progresivamente menor en las categorías de subgrupos más altos. A diferencia de las repeticiones anteriores de este perfil de incidencia, la magnitud del riesgo en el grupo de insuficiencia cardíaca supera a la de los grupos de riesgo alto de pacientes postinfarto de miocardio y posparada cardíaca primaria. Las intervenciones satisfactorias en subgrupos de población más grandes requieren la identificación de marcadores específicos que aumentan la capacidad de identificar pacientes específicos que tengan un riesgo particularmente alto de sufrir un futuro episodio. (Nota: El eje horizontal de las cifras de incidencia no es lineal y debe interpretarse en consecuencia.) B. Distribución del estado clínico de las víctimas en el momento de la MSC. Cerca del 50% de todas las paradas cardíacas causadas por cardiopatía coronaria se producen como primer episodio manifestado clínicamente, y hasta un 30% adicional tiene lugar en el contexto clínico de enfermedad conocida en ausencia de factores predlctivos del riesgo sólidos. Menos del 25% de las víctimas tienen marcadores de riesgo alto basados en parámetros arrítmicos o hemodinámicos. FE, fracción de eyección. (A, modificado de MyerburgRJ, Kessler KM, Castellanos A: Sudden cardiac death: Structure, function, and time-dependence o f risk. Circulation 85[Suppl I]:12, 1992. B, modificado de Myerburg RJ: Sudden cardiac death: Exploring the limits o f our knowledge. J Cardiovasc Electrophysiol 12:369, 2001.) epidemiológicos del riesgo de MSC en las poblaciones han identificado tres patrones: diurno, semanal y estacional. Se han descrito patrones generales de mayor riesgo durante las horas m atutinas, los lunes y durante los m eses de invierno.16 Una excepción al patrón de riesgo diurno es la M SC de la apnea del sueño, en el que el riesgo tiende a ser nocturno.17 La temperatura ambiental es un factor ambiental que se asocia al riesgo de MSC. El frío excesivo18 y el calor excesivo19 se han asociado al riesgo de parada cardíaca, aunque los estudios no determinan si los extremos de temperatura están ligados a las taquiarritmias ventriculares o a otros mecanismos de parada cardíaca. Otra variable ambiental, las condiciones transitorias de la contaminación del aire ambiental, se han asociado a una mayor incidencia de arritmias ventriculares almacena das en las memorias de los desfibriladores automáticos implantables (DAI),20 pero la cuestión de si son equivalentes de la parada cardíaca es incierta. En el paradigma clínico a m ás largo plazo, el riesgo de M SC no es lineal en función del tiempo después de los cambios en el estado cardiovascular.10,11,21 Las curvas de supervivencia tras episodios cardiovasculares importantes, que identifican el riesgo de muerte súbita y de muerte cardíaca total, suelen demostrar que la velocidad más rápida de desgaste se produce durante los primeros 6 a 18 m eses posteriores al episodio índice (v. fig. 39-3). De este modo, hay una depen dencia cronológica del riesgo que se centra en la posible oportunidad de que una intervención logre la máxima eficacia durante el período temprano que sigue a un episodio condicionante. Las curvas que tienen estas características se han generado a partir de supervivientes de paradas cardíacas extrahospitalarias, insuficiencia cardíaca de nuevo comienzo y angina inestable y de pacientes que habían sufrido un infarto de miocardio reciente con bajas fracciones de eyección o insuficiencia cardíaca. En los últimos, sin embargo, las muertes tempranas sin arritmias también contribuyen a una gran proporción de los episodios mortales. Aunque la velocidad de desgaste disminuye tras el pico temprano de la mortalidad, se produce un aumento tardío secundario del riesgo en los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio 2 a 5 años después de un episodio índice, rela cionado probablemente con el remodelado ven tricular y la insuficiencia cardíaca. Edad, raza, sexo y herencia Edad. Hay dos edades de máxima incidencia de muerte súbita: en el primer año de vida (incluido el síndrome de la muerte súbita del lactante [SMSL]; v. c a p ítu lo 62) y entre los 45 y los 75 años de edad. Entre las poblaciones generales de lactantes menores de 1 año y adultos de mediana edad o mayores, las incidencias son sorprendentemente similares.22 Entre los adu ltos mayores de 35 años, la incidencia de MSC es de 1/1.000 personas al año (fig . 39-5A), con un incremento del riesgo relacionado con la edad a medida que la prevalencia de cardiopatía coronaria aumenta al avanzar la edad.10 La incidencia en lactan tes es de 73/100.000 personas-año, y la incidencia en adolescentes y adultos menores de 30 años es de aproximadamente 6 /100.000 personas-año22-23 o un 1 % del riesgo en adultos en la mediana edad o mayores (v. fig . 39-5A). Sin embargo, al contrario que la incidencia, la proporción de muertes causadas por cardiopatías coronarias que son repentinas e inesperadas disminuye con el avance de la edad. En el grupo de 20 a 39 años de edad, aproxim a damente el 75% de las muertes a tribuidas a una cardiopatía coronaria en los hombres son súbitas e inesperadas, y la proporción disminuye a alrededor del 60% en el grupo de edad de 45-54 años y ronda después la cifra del 50% . La edad también influye en la proporción de cualquier causa cardiovascular entre todas las causas de muerte súbita natural en que la proporción de muertes coronarias y de todas las causas cardíacas de muerte que son repentinas es la mayor en los grupos de edad más jóvenes, mientras que la fracción de muertes naturales súbitas totales que se debe a cualquier causa cardiovascular es mayor en los grupos de edad mayores. En el o tro extremo del lím ite de edad, solo el 19% de las muertes naturales súbitas entre los niños entre 1 y 13 años de edad tienen causas cardíacas; la proporción aumenta al 30% en el grupo de edad de 14-21 años. En los intervalos de transición de la edad entre adolescencia y adultos jóvenes (hasta 25 años) y mediana edad y ancianos (que comienza a los 35 años), la cardiopatía coronaria alcanza su posición como causa dominante de MSC. Sin embargo, ciertos trastornos infrecuentes, como la miocardiopatía hipertrófica, el síndrome de Brugada, el síndrome de QT largo y la displasia del ventrículo derecho, son contribuyentes importantes en la distribución de las causas de MSC en este grupo de edad. En un estudio, la fibrosis miocárdica de etiología desconocida resultó una causa importante en este grupo de edad.24 Raza. Varios estudios que comparan diferencias raciales en el riesgo relativo de MSC en blancos y negros con cardiopatía coronaria en EE. UU. han dado datos conflictivos y poco concluyentes. Sin embargo, los estudios El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. R ie sg o de M S C R ie sg o tem prano R ie sg o tardío tras IM com o prim er ep isodio tras IM (tras rem odelado) Co- 100 90 80 70 60 50 40 30 0 d e miocardio inter_ / Infarto de m iocardio T 0 6 12 18 24 30 36 42 48 54 60 TIEMPO DESDE LA ELABORACIÓN DEL PERFIL DE RIESGO (meses) 0 6 12 18 24 30 36 42 TIEMPO DESDE EL INFARTO DE MIOCARDIO (meses) FIG URA 3 9-3 Riesgo de MSC dependiente del tiempo tras un infarto de miocardio (IM). La evolución natural de una población de pacientes con factores de riesgo importantes o enfermedad cardiovascular conocida pero con un riesgo bajo debido a la ausencia de episodios cardiovasculares importantes (curva superior) se compara con la de los pacientes que han sobrevivido a un infarto de miocardio (curva inferior). El riesgo de MSC se acelera durante los 6 a 18 meses iniciales después del episodio cardiovascular importante, después se estabiliza y se sigue de una aceleración secundaria durante los siguientes 2 a 3 años, debido probablemente a las consecuencias del remodelado. (Modificado de Myerburg RJ, Kessler KM, Castellanos A: Sudden cardiac death: Structure, function, and time-dependence o f risk. Circulation 85[Suppl I]:12, 1992.) Estratos de riesgo Densidad del riesgo Más alto Más bajo Tamaño del subgrupo Pequeño Mayor Tasa de episodios Alto Cifras de episodios Riesgo individual M ú ltip le s m a rc a d o re s d e r ie sg o E s tra to d e r ie s g o m á s b a jo 30 40 50 60 EDAD (años) 70 FIGURA 3 9-4 Estratificación del riesgo como un continuo en la población. El riesgo medio en la población general se presenta como un continuo a lo largo de cuatro décadas. El riesgo medio aproximadamente del 0,1-0,2% anual se encuentra entre extremos de estratos de riesgo mayor y menor, y las cifras absolutas más grandes se acumulan en el estrato de riesgo menor. Cada intervalo de riesgo está formado por sub grupos potencialmente identificables con densidades variables de riesgo. La capacidad de identificar subgrupos de riesgo alto en la población general contribuiría a una mejor predicción del riesgo individual. (Modificado de Myerburg RJ, Junttila MJ. Sudden cardiac death caused by coronary heart disease. Circulation 125:1043, 2012.) más recientes demuestran un mayor riesgo de parada cardíaca y MSC en los negros que en los blancos(v. fig . 39-5B; v. c a p ítu lo 2).25 Las cifras de MSC en poblaciones de hispanos fueron menores. Las diferencias se observaron en todos los grupos de edad. Sexo. El síndrome de la MSC predom ina en los hombres respecto a las mujeres en los primeros años de la vida adu lta y en la mediana edad debido a la protección de que disfrutan las mujeres de la ateroes- clerosis coronaria antes de la menopausia (v. fig . 39-5B). Varios estudios poblacionales han puesto de m anifiesto una incidencia de MSC 4-7 veces mayor en los hombres que en las mujeres antes de los 65 años, m om ento en que la d iferencia se reduce a 2:1 o menos, y continúa disminuyendo al avanzar la edad. A medida que el riesgo de episodios coronarios aumenta en las mujeres posmenopáusicas, el riesgo de MSC asciende proporcionalmente, con tasas similares en hombres y mujeres. Aunque el riesgo global de MSC en mujeres de menor edad es mucho menor, la enfermedad arterial coronaria es la causa más frecuente de MSC en mujeres mayores de 40 años, y los factores de riesgo coronario clásicos, como tabaquismo, dia betes, hiperlipidemia y uso de anticonceptivos orales, influyen en el riesgo femenino (v. c a p ítu lo 77).26 Los datos del Nurses' Health Study indican que un estilo de vida saludable, definido como no fumar, índice de masa corporal bajo, ejercicio regular y dieta saludable, reduce el riesgo de MSC en las mujeres del 46% hasta más de un 90% , según el número de marcadores de riesgo bajo presentes.27 Las mujeres tienen un 50% menos de probabilidades de padecer d isfunción grave del ventrículo izquierdo y un 66% menos de su frir cardiopatía coronaria conocida antes de la MSC,28 y, por lo tanto, es menos probable que sean consideradas de riesgo alto, y la MSC será su primer episodio cardíaco con más frecuencia. H e re n c ia . Los patrones familiares de riesgo de MSC, debido a variaciones génicas conocidas o sospechadas, están surgiendo como factores de riesgo im portantes. Esta idea es aplicable en general al desarrollo de la enfermedad y a la expresión de la MSC en trastornos adquiridos frecuentes y en concreto a trastornos arritmógenos hereditarios asociados a la MSC. Las diversas asociaciones génicas pueden separarse en cuatro cate gorías (ta b la 3 9-3): síndromes arrítmicos primarios infrecuentes hereditarios (p. ej., síndromes de QT largo, síndrome de Bru gada, taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica o fibrilación), enfermedades estructurales infrecuentes hereditarias asociadas al riesgo de MSC (p. ej., miocardiopatía hipertrófica, displasia ventricular derecha), riesgo de arritmia «adquirida» o inducida (p. ej., intervalo QT largo o proarritmia inducidos por fármacos, trastornos electrolíticos) y enfermedades adquiridas frecuentes asociadas a riesgo de MSC (p. ej., cardiopatía coro naria, miocardiopatías no isquémicas) (v. c a p ítu lo s 3 2 y 33). Variantes génicas localizadas en diversos loci de muchos cro mosomas se están definiendo como la base molecular de estas entidades y asociaciones. Las múltiples mutaciones específicas en loci génicos que codifican proteí nas de canales iónicos asociados a varios síndromes arrítmicos hereditarios (v. c a p ítu lo 32) representan un avance importante en el conocimiento de la base génica y fisiopatológica de estas causas de muerte súbita. Además, también tienen un mayor interés los genes modificadores y la especificidad de las mutaciones en la gravedad de los fenotipos clínicos en los síndromes con el intervalo QT largo29-30 y en enfermedades estructurales como la miocardiopatía hipertrófica.31 Estas observaciones pueden proporcionar herramientas de cribado para sujetos con riesgo, así como la posibilidad de dar lugar a estrategias terapéuticas específicas. Además, los loci génicos identificados mediante estudios de asociación pangenómicos pueden servir también de candidatos para investigar el papel de las mutaciones de baja penetrancia o polimorfismos en la MSC debida a causas frecuentes, como la cardiopatía coronaria.32 En este momento parece que la esperanza de que existan variantes comunes ligadas a síndromes frecuentes como la MSC se verá reemplazada por múltiples asociaciones a variantes poco habituales. Hasta el pun to de que la MSC es una expresión de una cardiopatía coronaria subyacente, los factores hereditarios que contribuyen al riesgo de cardiopatía coronaria operan de modo inespecífico en el síndrome de la MSC. Sin embargo, los estudios han identificado mutaciones y poli morfismos relevantes a lo largo de múltiples pasos de la cascada, desde la aterogenia a la desestabilización de la placa, la trombosis y la arritmogenia, cada una de las cuales se asocia a un mayor riesgo de episodios coronarios (f ig . 39 -6 ).33,34 La in tegración de estos marcadores individuales puede proporcionar una predicción más potente del riesgo individual en el futuro. Además, varios estudios han apuntado a que la MSC como expresión inicial de cardiopatía coronaria muestra agrupamiento familiar,35'38 incluidos estudios de vigilancia en la población general, antecedentes familiares de supervivientes de parada cardíaca en la comunidad, estudios de fibrilación ventricular (FV) en el infarto agudo de miocardio y evaluación postm ortem de casos de MSC (ta b la 39-4). Factores de riesgo de m u erte súbita cardíaca Perfil ge n e ra l del r ie sg o de m ue rte sú b ita cardíaca (v. cap ítu lo s 32 y 33) El perfil de riesgo de la enfermedad arterial coronaria, por medio de los factores de riesgo tradicionales de la aterogenia coronaria, es útil para identificar niveles de riesgo en la población y en los individuos pero no puede usarse para distinguir a los pacientes individuales en riesgo de M SC de los que tienen riesgo de sufrir otras manifestaciones de la cardiopatía coronaria (v. capítulos 49 a 54). Los análisis multifactoriales 825 P arad a card íaca y m u e rte sú b ita c a rd ía c a 20 30 40 50 E D A D (años) 60 70 m < 100 10 B FIG URA 3 9-5 Riesgo específico de MSC según edad, sexo y raza. A. Riesgo de MSC relacionado con la edad y específico de enfermedad. Para la población general de 35 o más años de edad, el riesgo de MSC es del 0,1-0,2% anual (1/500-1.000 habitantes), con una distribución amplia en el riesgo de subgrupos según el número y la potencia de los factores de riesgo individuales. En este grupo de edad, las causas están dominadas por la cardiopatía coronaria y, en menor grado, miocardiopatías no isquémicas. El riesgo de MSC aumenta espectacularmente después de los 35 años, y sigue incrementándose pasados los 70. En pacientes mayores de 30 años con cardiopatía estructural avanzada y marcadores de riesgo alto de parada cardíaca, la tasa de episodios podría superar el 25% anual, y el riesgo asociado a la edad está atenuado. En adolescentes y adultos menores de 30 años, el riesgo global de MSC es 1/100.000, o el 0,001 % anual, con una variedad de causas predominantes, como trastornos eléctricos y estructurales hereditarios, defectos del desarrollo y miocarditis. En adolescentes y adultos jóvenes en riesgo de MSC por causas identificadas específicas, resulta difícil determinar el riesgo en pacientes individuales por la expresión variable del estado de enfermedad (v. detalles en el texto). En el intervalo de transición de 30 a 45 años, la frecuencia relativa de las enfermedades infrecuentes da paso a la predominancia de la cardiopatía coronaria y miocardiopatías no isquémicas, pero hay que tener en cuenta ambos grupos de posibles causas, porque muchos de los trastornos infrecuentes se expresan en este intervalo de edad. B. Riesgo de MSC en función de la edad, el sexo y la raza o cultura (blancos, negros e hispanos). DVD, displasia del VD; FV, fibrilación ventricular; MC, miocardiopatía; MCD, MC dilatada; MCH, MC hipertrófica; PC, parada cardíaca; QTC, QT corto; QTL, QT largo; TVPC, TV polimorfa catecolaminérgica; VD, ventrículoderecho. (B, datos modificados de Gillum RF: Sudden cardiac death in Hispanic Americans and African Americans. Am J Public Health 87:1461, 1997.) de algunos factores de riesgo (p. ej., edad, diabetes mellitus, presión arterial sistólica, frecuencia cardíaca, alteraciones electrocardiográficas, capacidad vital, peso relativo, consumo de tabaco y concentración sérica de colesterol) han determinado que alrededor del 50% de todas las MSC se producen en el 10% de la población en el decil de riesgo más alto en función de múltiples factores de riesgo (fig. 39-7). De este modo, el riesgo acumulativo derivado de múltiples factores de riesgo supera la simple suma aritmética de riesgos individuales. La comparación de factores de riesgo en las víctimas de MSC con los de las personas que sufren cualquiera de las manifestaciones de la enfermedad arterial coronaria no proporciona patrones útiles, mediante análisis unifactorial ni multifacto- rial, que distingan las víctimas de M SC del grupo general. Sin embargo, el antecedente de diabetes mellitus y una tendencia a tener intervalos QTc más largos en electrocardiogramas aleatorios se han indicado como posibles marcadores de interés para la pre dicción de la MSC.39 Aunque los patrones angiográficos y hemodinámicos discrimi nan el riesgo de MSC de su ausencia solo en condiciones limitadas, el agrupamiento familiar de la MSC como una manifestación específica de la enfermedad puede derivar en la identificación de anomalías génicas específicas que predispongan a la MSC.36'38 La hipertensión es un factor de riesgo de cardiopatía coronaria claramente esta blecido y aparece como un factor de ries go muy significativo de la incidencia de MSC (v. capítulos 43 y 44). Sin embargo, las cifras crecien tes de presión arterial sistólica no influyen en la relación entre m uertes súbitas y m uertes to tales por cardiopatía coronaria. No se ha observado ninguna relación entre la concentración de colesterol y la proporción de muertes coronarias que fueron súbitas. Ni el patrón electrocardiográfico de hipertrofia ven tricular izquierda ni las alteraciones ines- pecíficas de la onda ST-T influyen en la proporción de muertes coronarias totales que sean súbitas e inesperadas; solo las alteraciones de la conducción intraven tricular son indicativas de un núm ero desproporcionado de M SC, una antigua observación que refuerza los datos de algunos ensayos realizados con dispositi vos que indican la importancia de la dura ción del QRS como marcador del riesgo. U na capacidad vital baja tam bién indica un riesgo desproporcionado de m uerte súbita respecto a muertes coronarias tota les. Esto tiene interés porque tal relación fue particularmente llamativa dentro del estudio Framingham en el análisis de los datos de mujeres que habían muerto de forma repentina. Los factores de riesgo tradicionales usa dos en los primeros estudios de MSC son los factores de riesgo de evolución de la enfermedad arterial coronaria. La razón se basa en dos hechos: 1) la enfermedad coro naria es la base estructural del 80% de las MSC en EE. UU., y 2) los factores de riesgo coronarios son fáciles de identificar porque tienden a presentarse de forma continua a lo largo del tiempo (v. fig. 39-6A). Sin embargo, los factores de riesgo específicos de arrit mias mortales son episodios fisiopatológicos dinámicos y ocurren de forma transitoria.40 Los episodios fisiopatológicos transitorios se modelan desde una perspectiva epidemio lógica con el fin de intentar expresarlos y usarlos como factores de riesgo clínicos para determinar el perfil y para la intervención.1 Sin embargo, los datos indican que los factores predictivos de riesgo longitudinales y transitorios pueden tener su poder amortiguado por las intervenciones clínicas, como las ICP durante los síndromes coro narios agudos y el tratamiento p-bloqueante después del infarto de miocardio41,42 La identificación de marcadores clínicos específicos del riesgo de M SC como una expresión específica de la cardiopatía coronaria y de otros trastornos cardiovasculares ha sido un objetivo durante muchos años.10,11 La fracción de eyección ventricular izquierda ha sido el más popular de tales marcadores en ensayos clínicos y en la determinación de los perfiles de los pacientes. Sin embargo, su sensibilidad limitada y su incapacidad para identificar el gran subgrupo en el que la MSC es la primera expresión de la cardiopatía han animado a los investigadores a buscar otros marcadores. Por ejemplo, los datos del ejercicio procedentes El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. T A B L A 39 -3 Factores genéticos que contribuyen al riesgo de muerte súbita cardíaca Arritmias con una base génica primaria Síndrome de QT largo congénito, síndrome de QT corto Síndrome de Brugada Taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica («idiopática»)/fibrilación ventricular Trastornos estructurales hereditarios con riesgo de MSC arrítmica Miocardiopatía hipertrófica Displasia ventricular derecha/miocardiopatía Predisposición genética a las arritmias inducidas y la MSC Síndrome de QT largo «adquirido» inducido por fármacos (fármacos, electrólitos) Efectos arritmógenos electrolíticos y metabólicos Modulación genética de enfermedades adquiridas complejas Enfermedad arterial coronaria, síndromes coronarios agudos Insuficiencia cardíaca congestiva, miocardiopatías dilatadas de una gran cohorte de hombres observados durante años tras una prueba de esfuerzo demostraron que un perfil de mayor frecuencia cardíaca en reposo, los menores incrementos de la frecuencia duran te el ejercicio y la menor reducción de la frecuencia cardíaca durante el primer minuto siguiente a acabar el ejercicio predecían un mayor riesgo de M SC durante el seguimiento.43 Además, varios indicadores electrocardiográficos (como las ondas T de microvoltaje alternantes y los índices de duración y dispersión del Q T), perfiles genéticos y otros índices de extensión de la enfermedad son también predictivos (v. capítulos 35 y 37). C ap ac id ad fu n c io n a l y m ue rte súb ita El estudio Framingham demostró una llamativa relación entre la cla sificación funcional y la muerte durante un período de seguimiento de 2 años. Sin embargo, la proporción de muertes que fueron súbitas no varió con la clasificación funcional, del 50 al 57% en todos los grupos, desde aquellos libres de cardiopatías clínicas hasta la clase funcional IV. Otros estudios han señalado que los pacientes con insuficiencia cardíaca y mejor capacidad funcional tienen menor riesgo de morir, como era de esperar, pero una mayor proporción de esas muertes son súbitas.44 C a s c a d a c lín ic a Factores d e r ie sg o - Alteración d e la s C a s c a d a ► A tero esc le ro sis - ► ca ra cterística s ̂ -p la q u e t a r ia / - de la p la ca trom bótica Exp resió n de la arritm ia V ía s de riesgo m odular o- Á/ A A ® / ^ > 4 de la placa jy c o Q.CD 33c/> o O-3 Q.c o Q.<D Ü5 O> i/ Modelo de sistema complejo G e n é tica m odular, g enó m ica, proteóm ica Mejor predicción del riesgo individual FIGURA 39-6 Cascada de la cardiopatía por ateroesclerosis coronaria y condicionantes génicos en la progresión a la MSC. Cascada desde los factores de riesgo tradicionales de la ateroesclerosis coronaria a la arritmogenia en la MSC relacionada con la cardiopatía coronaria, que incluye inicio y desarrollo de la lesión, progresión al estado activo, inicio de los síndromes coronarios agudos (SCA) y, finalmente, progresión a la expresión específica de las arritmias potencialmente mortales. Múltiples factores entran en cada nivel, incluido el riesgo específico basado en los perfiles genéticos de cada paciente. Se ha identificado el riesgo individual basado en los perfiles genéticos para la aterogenia, la evolución de la placa, la cascada trombótica y la expresión de la arritmia.La integración escalonada de estas características en cada persona a través de análisis de sistemas genéticos, genómicos, proteómicos y biológicos permite prever el desarrollo de un campo de la epidemiología molecular que puede incrementar las probabilidades de predicción del riesgo de MSC en cada paciente. Véanse los detalles en el texto. (Modificado de Myerburg RJ, Junttila MJ: Sudden cardiac death caused by coronary heart disease. Circulation 125:1043, 2012.) Estilo de v id a y fac to re s p s ico soc ia le s (v. cap ítu lo 86) Hay una fue rte asociación entre el consumo de tabaco y todas las manifestaciones de la cardiopatía coronaría. El estudio Framingham demostró que los fumadores de tabaco tenían un aumento de 2 a 3 veces mayor de riesgo de muerte súbita en cada década de la vida entre los 30 y los 59 años a la inclusión en el estudio y que este es uno de los pocos factores de riesgo en los que la proporción de muertes por cardiopatía coronaria que son súbitas aumenta en asociación con el factor de riesgo. El exceso de riesgo de MSC en fumadores actuales con cardiopatía coronaria no se observó en los antiguos fumadores, cuyo riesgo era sim ilar al de los que nunca fum a ron.45 Además, en un estudio de 310 supervivientes de parada cardíaca extrahospitalaria, la frecuencia de parada cardíaca recurrente fue del 27% a los 3 años de seguim iento entre aquellos que continuaban fumando comparados con el 19% de aquellos que lo dejaron. Por el contrario, el consumo leve a moderado de alcohol se asoció a un menor riesgo de MSC en los médicos varones.46 La obesidad es un segundo factor que parece influir en la proporción de muertes coronarias que se producen de forma repentina. Con el aumento del peso relativo, el porcentaje de muertes por cardiopatía coronaria que fueron repentinas en el estudio Framingham aumentó de forma lineal de tan solo un 39 hasta el 70% . Las muertes totales por cardiopatía coronaria aumentaron al hacerlo el peso relativo. T A B L A 3 9 -4 Antecedentes familiares y riesgo de muerte súbita cardíaca primaria LUGAR DEL ESTUDIO COHORTE CONTROLES M EDIDAS DE ANTECEDENTES FAMILIARES RESULTADO Seattle35 1988-1994 Personas con PCP en SMU Poblacionales emparejados AF de IM o PCP en familiares de 1 .er grado 2,85 frente a 1,96/1.000/año RR = 1,57 (IC al 95%, 1,27-1,95) París36 1967-1994 Vigilancia poblacional Análisis retrospectivo AF de PCP en familiares de 1 ,er grado 18,6% frente a 9,9% OR = 1,8 (IC al 95%, 1,11-2,88) Países Bajos37 2001-2005 IMEST con FV IMEST sin FV AF de MSC en familiares de 1 .er grado 43,1% frente a 25,1% OR = 2,72 (IC al 95%, 1,84-4,03) Finlandia38 2000-2003 MSC con IAM Supervivientes de IAM Controles poblacionales MSC o IAM en familiares de 1 .er grado sin CPAE MSC = 5,2%; IAM = 3,3% OR para MSC/IAM = 1,6 (IC al 95%, 1,2-2,2; P= 0,01) MSC = 5,2%; controles = 2,3% OR para MSC/controles = 2,2 (IC al 95%, 1,6-3; P= 0,001) AF, antecedentes familiares; CPAE, cardiopatía arterioesclerótica; IAM, infarto agudo de miocardio; IC, intervalo de confianza; IM, infarto de miocardio; IMEST, infarto de © miocardio con elevación del segmento ST; OR, oportunidad relativa; PCP, parada cardíaca primaria; RR, riesgo relativo; SMU, servicios médicos de urgencia. 827 P arad a card íaca y m u e rte sú b ita c a rd ía c a B Se han estudiado las asociaciones entre los niveles de actividad física y la MSC con resultados variables. Las observaciones epidemiológicas han señalado una relación entre los niveles bajos de actividad física y el mayor iij riesgo de cardiopatía coronaria. El estudio Framingham dem ostró, sin O embargo, una relación no significativa entre los niveles bajos de actividad y física y la incidencia de muerte súbita pero una alta proporción de muertes 'Í7; cardíacas súbitas respecto a las totales con mayores niveles de actividad >- física. Se ha indicado una asociación entre el ejercicio físico agudo y el ^ comienzo del in farto de miocardio, en particular entre los sujetos que 5 no suelen tener actividad física. Un estudio posterior de casos cruzados confirmó esta observación de la MSC, y demostró un riesgo 17 veces mayor lli de MSC asociada al ejercicio intenso que a un nivel menor de actividad o fe estados inactivos.47 Sin embargo, el riesgo absoluto de episodios fue muy 3 bajo (1 episodio/1,5 millones de sesiones de ejercicio). El ejercicio vigoroso S habitual atenuó mucho el riesgo. Por el contrario, la MSC entre deportistas jóvenes tiene una mayor incidencia que entre los sujetos jóvenes que no < practican deporte en el mismo grupo de edad (v. c a p ítu lo 79). Todavía S carecemos de información sobre las relaciones con la actividad física en 5 varios marcos clínicos, como los estados morbosos manifiestos y silentes. La magnitud de los cambios recientes de vida en las esferas de la salud, el trabajo, el hogar, la fam ilia y los factores personales y sociales se ha relacionado con el in farto de miocardio y la MSC. Hay una asociación a elevaciones significativas en las puntuaciones del cambio de vida durante los 6 meses previos al episodio coronario y la asociación es particularmente llamativa en las víctimas de MSC. Entre las mujeres, las que mueren de forma súbita están casadas con menor frecuencia, tienen menos hijos y mayores discrepancias educativas con sus esposos que los sujetos control de una edad similar que viven en el mismo vecindario que las víctimas de muerte súbita. El antecedente de tratamiento psiquiátrico incluidas ansiedades fóbicas,48 el consumo de tabaco y las mayores cantidades de consumo de alcohol que los sujetos control también caracterizaron al grupo de muerte súbita. Controlando otros factores pronósticos importantes, el riesgo de muerte súbita y total y de otros episodios coronarios se ve afectado por situaciones sociales y económicas estresantes. La alteración de factores modificables del estilo de vida se ha propuesto como una estrategia para reducir el riesgo de MSC en los pacientes con cardiopatía coronaria, aunque los estudios sobre el tra tam ien to farmacológico y psicoterapéutico de la depresión tras un infarto de miocardio no han demostrado ningún efecto sobre las frecuencias de episodios, los síntomas del estado depresivo mejoraran49 Los cambios de conducta (p. ej., inactividad) secundarios a la depresión parecen relacionarse más de cerca con las frecuencias de episodios que la propia depresión. Los factores psicosociales estresantes agudos se han asociado a un mayor riesgo de episodios cardiovasculares, como la MSC.50,51 El riesgo parece agruparse alrededor del momento del estrés y parece ocurrir entre las víctimas de un riesgo preexistente, de manera que el factor estresante adelanta simplemente el momento de un episodio inminente. También se ha señalado la posibilidad de una rotura de una placa coronaria inducida por el estrés físico. Fracción d e e yecc ión ven tricu la r izqu ie rda en la ca rd iop a tía isquém ica crón ica U na reducción acentuada en la fracción de eyección ve n tricu la r izq u ie r da es e l fac to r p re d ic tivo más poderoso de M S C en los pacientes con o o o card iopatía isquém ica crón ica así com o en aquellos con riesgo de M SC p o r otras causas (v. m ás ade lante). E l m ayo r riesgo, independ ien te de o tros facto res de riesgo, puede m e d irse con fracc iones de eyección m ayores del 40% , pero el m ayor cam bio de riesgo se da entre e l 30 y el 40% . U na fracc ión de eyección <30% es e l facto r p re d ic tivo in de p en dien te más fue rte de M S C pero tiene u na baja sensib ilidad y especifi cidad.52 N o obstante, apoyarse en u na fracción de eyección baja com o facto r p red ic tivo im po rtan te a islado lim ita e l p oder p red ic tivo deb ido al gran n úm ero de M S C que se p roducen con baja incidencia entre e l sub- g rupo m u y extenso de pacientes con fraccionesde eyección norm ales o m oderadam en te reducidas y con u na en fe rm edad no detectada.33 Están apareciendo conclusiones en el sen tido de que e l v o lu m e n del ve n trícu lo izq u ie rdo sería u n facto r p re d ic tivo de episod ios cardíacos m e jo r que la fracc ión de eyección p o r sí m ism a.54,55 A rritm ia s ve n tricu la re s en la ca rd iopa tía isquém ica crón ica La m ayoría de las form as de ac tiv ida d ectóp ica v e n tric u la r (extrasís toles ventricu la res [EV] y tandas cortas de taqu icardia ve n tricu la r [TV] transitoria) tienen un pronóstico ben igno s in una cardiopatía estructural (v. c a p ítu lo s 37 y 54). U n a excepción son las form as p o lim ó rficas de TV trans ito ria que se p roducen en pacientes s in cardiopatía estructura l pero que pueden ten e r u na base m o lecular, fun c io na l, farm acológ ica o e lectro lítica de a rritm ias de riesgo alto. Pero cuando se presentan en sujetos en los grupos de edad proclives a los trastornos coronarios, las EV seleccionan a u n subgrupo con una m ayor p robab ilidad de enferm edad arterial coronaria y de MSC. Las EV inducidas p o r e l ejercicio y las tandas cortas de T V trans ito ria in d ican a lgún grado de riesgo de M SC, incluso s in una ca rd iop a tía e s truc tu ra l reconoc ib le . S in em bargo , los datos d ispon ib les que apoyan esta h ipó tes is son conflic tivos, con la posib le excepción de las rachas polim órficas de T V transitoria . Datos adicionales in d ican que las E V y la TV trans ito rias duran te las fases de e jercicio y recuperación de una prueba de esfuerzo predicen un m ayor riesgo.36 Las a rritm ias en la fase de recuperación, que antes se consideraban b en ig nas, parecen p redec ir u n m ayo r riesgo que las a rritm ias en la fase de ejercic io y h ay u n gradien te de riesgo con el aum ento de la gravedad de las a rritm ias. La aparición de EV en supervivientes de infarto de miocardio, en particular si son formas frecuentes y en forma de complejos como las EV repetitivas, predice un mayor riesgo de MSC y de mortalidad tota l durante el segui miento a largo plazo. Hay datos conflictivos sobre el papel de las medidas de la frecuencia y las formas de actividad ectópica ventricular como dis- criminadores del riesgo, pero la mayoría de los estudios han citado un valor de corte de la frecuencia de 10 EV/h como nivel umbral del aumento del riesgo. Varios investigadores han subrayado que los factores predictivos más potentes entre las diversas formas de EV son las rachas de TV transitoria, aunque esta relación se pone ahora en duda. Muchos de los estudios publicados se han basado en una sola muestra de monitorización ambu latoria registrada 1 semana a varios meses después del comienzo del in farto agudo de miocardio y la duración de las muestras ha sido de 1 a 48 h. Otros estudios han señalado que las arritm ias ventriculares ambulatorias en los pacientes con insuficiencia cardíaca no predicen específicamente un mayor riesgo de muerte. Los resultados del Cardiac Arrhythmia Sup pression Trial (CAST; v. capítu lo 35), diseñado para comprobar la hipótesis de que la supre sión de las EV mediante fármacos antiarrít micos modifica el riesgo de MSC después del in farto de miocardio, fueron sorprendentes por dos razones. Primera, la frecuencia de muertes en el grupo placebo fue menor de la esperada, y segunda, la frecuencia de muertes entre pacientes de los grupos de encainida y flecainida superó las frecuencias del con tro l en más de tres veces. El análisis de sub grupos demostró un mayor riesgo en el grupo placebo en los pacientes con TV transitoria y una fracción de eyección del 30% o menos, pero aún se observó un exceso de riesgo en el grupo tratado. El exceso de muertes puede ser responsable de la aparición de episodios isquémicos en presencia de fármacos. No se O 100 80 60 40 20 0 □ Ho m bres 52,4 35,7 . . 10,413.5 itn JiL F A C T O R E S D E R IE S G O S E L E C C IO N A D O S : Ed a d H iperlip idem ia T a b a co Hipertensión D ia b etes O b e sid a d H e ren c ia S ed e ntarism o □ M ujeres 8'3 n 1 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 D E C IL E S D E R IE S G O M U L T IFA C T O R IA L FIGURA 39-7 Riesgo de muerte súbita por deciles de riesgo multifactorial: el estudio Framingham. Se muestran varia bles del riesgo seleccionadas. (Modificado de Kannel WB, Shatzkin A: Sudden death: Lessons from subsets in population 8 2 8 studies. J Am Coll Cardiol 5[Suppl 6]: 141B, 1985. Reproducido con autorización del American College o f Cardiology.) El se vi er . F ot oc op ia r sin au to riz ac ió n es un de lit o. observa ningún efecto adverso (aparte del riesgo proarrítmico a corto plazo al in icio del tratam iento) con el otro fármaco en el estudio (moricicina), pero no surgió ningún beneficio a largo plazo con un estudio adicional. El estudio Survival w ith Oral d-Sotalol (SWORD), una comparación entre d-sotalol y placebo en la población que ha sufrido un infarto de miocardio con una cifra de muertes baja, también demostró un mayor riesgo en el grupo tra tado con fármacos. Queda por aclarar si las conclusiones de CAST, CAST II y SWORD se extienden más allá de los fármacos estudiados o a otras enfermedades. La disfunción ventricular izquierda es el principal modulador del ries go de las EV crónicas después de un in fa rto de m iocardio. El riesgo de m uerte predicho por las EV posteriores a un in farto de m iocardio aumenta por la presencia de disfunción ventricular izquierda, que parece ejercer su influencia de forma más intensa en los primeros 6 meses que siguen al in farto . El deterioro tardío de la función del VI, consecuencia probablemente del remodelado posterior al in farto de miocardio, puede aum entar más el riesgo. Finalmente, algunos datos hacen pensar que el riesgo asociado a las arritm ias ventriculares posteriores al in farto es mayor en los pacientes que tienen infartos sin ondas Q que en aquellos con infartos transparietales. M a rca d o re s e m e rg e n te s del r ie sg o d e m ue rte sú b ita cardíaca Se están estudiando nuevos marcadores de riesgo con poder predictivo independiente o adicional para hacer el perfil de riesgo. Entre ellos están técnicas como la prueba de la alternancia de ondas T de bajo voltaje/7 la resonancia magnética con contraste del borde del infarto/8 las medidas de la variabilidad del QT,59 derivados de métodos de la variabilidad de la frecuencia cardíaca,611,61 gammagrafía con 124I-m-yodobencilguanidina (MIBG),62 y estudios de agrupamiento familiar de la M SC como una expresión de la cardiopatía coronaria35'38 y del potencial del perfil de riesgo genético.2 Con la posible excepción de la precisión predictiva del estudio de la alternancia de ondas T de bajo voltaje,63 todas están en una fase muy inicial de su aplicación clínica. CAUSAS DE MUERTE SÚBITA CARDÍACA A lteraciones de las arterias coronarias Las enfermedades de las arterias coronarias y sus consecuencias son responsables de al m enos el 80% de las M SC en los países occiden tales, y las miocardiopatías no isquémicas causan otro 10-15% . La enfermedad arterial coronaria es también la causa más frecuente en muchas zonas del mundo en las que la prevalencia de ateroesclerosis es menor. Respecto a lo último, se prevé que, a medida que los países del tercer mundo mejoren su acceso a la asistencia sanitaria para las enfermedades transmisibles en los primeros años de vida, la ateroes clerosis coronaria y sus consecuencias surgirán como un problema de mayor envergadura.64 A pesar de la relación dom inante establecida entre la ateroes clerosis coronaria y la M SC, un conocim iento completo de la M SC exige tener en cuenta qué trastornos vasculares coronarios m enos frecuentes (tabla 39-5) pueden identificarse antes de la muerteque tengan implicaciones terapéuticas. M uchas de estas entidades son causas relativamente más frecuentes de MSC en adolescentes y adultos jóvenes, entre los que la prevalencia de ateroesclerosis coronaria es mucho menor (v. fig. 39-5A). E n fe rm e d a d arteria l co ron a r ia a te roesclerótica Las alteraciones estructurales y funcionales de los vasos coronarios debidas a la ateroesclerosis coronaria interactúan con las alteraciones electrofisiológicas, que son el resultado de la repercusión miocárdica de una carga isquémica (v. capítu los 51 a 55). La relación entre los componentes vascular y miocárdico de este modelo fisiopatológico y su modulación mediante influencias hemodinámicas, autónomas, génicas y de otros tipos establecen múltiples patrones de riesgo derivados del estado morboso fundamental2 (fig. 39-8). El riesgo está modulado por múltiples factores que pueden ser transitorios o persistentes y las modu laciones transitorias pueden interactuar con los cambios persistentes. El componente miocárdico de este modelo fisiopatológico no es estático a lo largo del tiempo y el término persistente debe verse con precaución debido a los efectos graduales del remodelado después de un episodio isquémico inicial y los efectos de los episodios isquémicos recurrentes. © La parada cardíaca y la M SC debidas a una isquemia transitoria o un infarto agudo de miocardio difieren en su fisiología y pronóstico del riesgo de parada cardíaca que implica un infarto de miocardio previo con o sin la miocardiopatía isquémica consiguiente. En general, el riesgo a corto plazo de episodios peligrosos para la vida se asocia más estre chamente a la isquemia aguda o a la fase aguda del infarto de miocardio y el riesgo a largo plazo se asocia más a la isquemia transitoria, la cica trización miocárdica, el remodelado, la miocardiopatía isquémica y la insuficiencia cardíaca. A lte ra c io n e s a rte ria le s co ro n a r ia s no a te roesc le ró tica s Las alteraciones arteriales coronarias no ateroescleróticas son las lesiones congénitas, la embolia arterial coronaria, la arteritis coronaria y las altera ciones mecánicas de las arterias coronarias. Entre las lesiones congénitas, el origen anómalo de la arteria coronaria izquierda en la arteria pulmonar (v. c a p ítu lo s 62 y 79) es relativamente frecuente y se asocia a una fre cuencia elevada de muerte en la lactancia y principio de la infancia sin un tratam iento quirúrgico. El riesgo temprano de MSC no es excesivamente alto, pero los pacientes que sobreviven a la fase adulta sin intervención quirúrgica tienen riesgo de MSC. Otras formas de fístulas arteriovenosas coronarias son mucho menos frecuentes y se asocian a una incidencia baja de MSC. O rigen a nóm a lo de las a rterias coronarias en e l seno de Valsalva equivocado. Estas variantes anatómicas se asocian a un mayor riesgo de MSC, en particular durante el ejercicio. Cuando la arteria anómala pasa entre la raíz aórtica y la de la arteria pulmonar, el ángulo de salida del orificio anómalo crea una abertura en forma de hendidura del vaso, lo que reduce el área transversal eficaz para que fluya la sangre. Las arterias coronarias izquierdas hipoplásicas, estenosadas o atrésicas de forma congénita son anomalías infrecuentes asociadas a un riesgo de infarto de miocardio en el sujeto joven, pero no de MSC. Em bolia de las a rte rias coronarias. La embolia arterial coronaria es más frecuente en la endocarditis de la válvula aórtica y por material trom bótico en las válvulas aórtica o mitral enfermas o protésicas. Los émbolos pueden originarse también en trombos de la pared del ventrículo izquierdo o como consecuencia de una intervención quirúrgica o de un cateterismo cardíaco. Los síntomas y signos de la isquemia o el infarto miocárdicos son las manifestaciones más frecuentes. En cada una de estas categorías, el MSC es un riesgo que se debe a las consecuencias electrofisiológicas de la isquemia embólica. A r te r it is c o ro n a ria . El síndrome del ganglio lin fá tico m ucocutá- neo (enfermedad de Kawasaki; v. c a p ítu lo 84) tiene un riesgo de MSC asociado a la arteritis coronaria. La panarteritis nudosa y los síndromes vasculíticos relacionados pueden causar una MSC, probablemente por la arteritis coronaria, como puede hacerlo la estenosis de los orificios coronarios en la aortitis sifilítica. Esta última es ahora una rara manifes tación de la sífilis. O b stru cc ió n m ecánica de las a rte r ia s corona rias . Se enumeran varios tipos de anomalías mecánicas entre las causas de MSC. La disección arterial coronaria, con o sin disección de la aorta, se produce en el sín drome de Marfan (v. c a p ítu lo 62) y también se ha descrito después de traumatismos y en el período que rodea al parto. Entre las causas me cánicas poco frecuentes de MSC están el prolapso de pólipos mixoma- tosos de la válvula aórtica en un orificio coronario y la disección o rotura de un aneurisma de un seno de Valsalva, con la afectación del orificio co ronario y de la zona proximal de las arterias coronarias. Finalmente se han descrito puentes m iocárdicos pro fundos sobre las arterias coro narias (v. c a p ítu lo 79) asociados a una MSC durante un ejercicio intenso, pos ib lem ente deb ido a una obstrucc ión mecánica d inám ica. En el estud io de necropsia se ve con frecuencia la fib rosis dispersa en la d is trib uc ión del vaso a fectado , lo que indica una carga isquémica crón ica o in te rm ite n te . Los puentes p ro fundos parecen asociarse más a la m iocard iopatía h ipe rtró fica . Sin em bargo, los puentes su p e rfic ia le s , más fre cue n te s , sin o tras e n fe rm edades son menos preocupantes y la MSC asociada a esta característica anatóm ica es in frecuente. Espasmo de las a rterias coronarias. El vasoespasmo coronario puede causar arritmias graves y MSC (v. c a p ítu lo 5 1). Suele acompañarse de algún grado de enfermedad ateroesclerótica coronaria concomitante. La isquemia miocárdica indolora, asociada a espasmo o lesiones fijas, se reconoce ahora como el mecanismo de muertes súbitas antes inexplicadas. A la vista de la ausencia de marcadores de riesgo de una tasa de recidivas elevada, se ha propuesto que los pacientes con arritm ias potencialmente mortales documentadas asociadas con angina vasoespástica reciban tratam iento médico y DAI.65 Diferentes patrones de isquemia silente (p. ej., totalmente asintomática, tras infarto de miocardio y patrón m ixto silente-anginoso) pueden tener implicaciones pronósticas diferentes. En los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio, la isquemia silente se ha asociado a un riesgo creciente de MSC.65 829 P arad a card íaca y m u e rte sú b ita c a rd ía c a A r r it m ia s , m u e r t e s ú b it a y s in c o p e T A B LA 39-5 Causas de muerte súbita cardíaca y factores que contribuyen a ella I. Anomalías de las arterias coronarias A. Ateroesclerosis coronaria 1. Ateroesclerosis coronaria crónica con isquemia miocárdica-trombosis aguda o transitoria, espasmo, estrés físico 2. Infarto agudo de miocardio, fases inicial y temprana 3. Ateroesclerosis coronaria con cambio en sustrato miocárdico, incluido infarto de miocardio previo B. Anomalías congénitas de las arterias coronarias 1. Origen anómalo de arteria pulmonar 2. Otras fístulas arteriovenosas coronarias 3. Origen de una rama coronaria izquierda del seno derecho o no coronario de Valsalva 4. Origen de arteria coronaria derecha del seno izquierdo de Valsalva 5. Arterias coronarias hipoplásicas o aplásicas 6. Derivación coronaria-intracardíaca C. Embolia de arteria coronaria 1. Endocarditis aórtica o mitral 2. Válvulas aórtica o mitral protésicas 3. Válvulas nativas anómalas o trombo parietal ventricular Izquierdo 4. Embolia plaquetaria D. Arteritis coronaria 1. Panarteritis nudosa, esclerosis sistémica progresiva, arteritis de células gigantes 2.Síndrome linfático mucocutáneo (enfermedad de Kawasaki) 3. Estenosis sifilítica del orificio coronario E. Diversas obstrucciones mecánicas de las arterias coronarias 1. Disección de arteria coronaria en síndrome de Marfan 2. Disección de arteria coronaria en embarazo 3. Prolapso de pólipos mixomatosos de válvula aórtica en orificios coronarios 4. Disección o rotura de seno de Valsalva F. Obstrucción funcional de arterias coronarias 1. Espasmo de arteria coronaria con o sin ateroesclerosis 2. Puentes miocárdicos II. Hipertrofia de miocardio ventricular A. Hipertrofia ventricular izquierda asociada a cardiopatía coronaria B. Cardiopatía hipertensiva sin ateroesclerosis coronaria significativa C. Miocardio hipertrófico secundario a cardiopatía valvular D. Miocardiopatía hipertrófica 1. Obstructiva 2. No obstructiva E. Hipertensión pulmonar primaria o secundaria 1. Sobrecarga ventricular derecha crónica avanzada 2. Hipertensión pulmonar en embarazo (mayor riesgo alrededor del parto) III. Enfermedades y disfunciones miocárdicas con o sin insuficiencia cardíaca A. Insuficiencia cardíaca congestiva crónica 1. Miocardiopatía isquémica 2. Miocardiopatía dilatada idiopática, adquirida 3. Miocardiopatía dilatada hereditaria 4. Miocardiopatía alcohólica 5. Miocardiopatía hipertensiva 6. Miocardiopatía tras miocarditis 7. Miocardiopatía del parto 8. Fibrosis idiopática B. Insuficiencia cardíaca aguda y subaguda 1. Infarto agudo de miocardio masivo 2. Miocarditis aguda o fulminante 3. Disfunción cardíaca alcohólica aguda 4. Síndrome de takotsubo (riesgo incierto de muerte súbita) 5. Embolia de válvula de bola en estenosis aórtica 6. Roturas mecánicas de estructuras cardíacas a. Rotura de pared libre ventricular b. Rotura de aparato mitral 1) Músculo papilar 2) Cuerdas tendinosas 3) Valva c. Rotura de tabique interventricular 7. Edema pulmonar agudo en ventrículos rígidos IV. Procesos inflamatorios, infiltrativos, neoplásicos y degenerativos A. Miocarditis vírica, con o sin disfunción ventricular 1. Fase aguda 2. Fibrosis intersticial tras miocarditis B. Miocarditis asociada a vasculitis C. Sarcoidosis D. Esclerosis sistémica progresiva E. Amiloidosis F. Hemocromatosis G. Miocarditis de células gigantes idiopática H. Enfermedad de Chagas I. Ganglionitis cardíaca J. Displasia arritmógena ventricular derecha; miocardiopatía ventricular derecha K. Enfermedades neuromusculares (p. ej., distrofia muscular, ataxia de Friedreich, distrofia miotónica) L. Tumores intraparietales 1. Primarios 2. Metastásicos M. Tumores intracavitarios obstructivos 1. Neoplásicos 2. Trombóticos V. Enfermedades de las válvulas cardíacas A. Estenosis/insuficiencia valvular aórtica B. Rotura de la válvula mitral C. Prolapso de la válvula mitral D. Endocarditis E. Disfunción de prótesis valvular VI. Cardiopatía congénita A. Estenosis valvular aórtica (riesgo potencial alto) o pulmonar (riesgo bajo) congénita B. Defectos congénitos del tabique con fisiología de Eisenmenger 1. Enfermedad avanzada 2. Durante la dilatación y el parto C. Tardía después de reparación quirúrgica de lesiones congénitas (p. ej., tétrada de Fallot) VII. Anomalías electrofisiológicas A. Anomalías del sistema de conducción 1. Fibrosis del sistema de His-Purkinje a. Degeneración primaria (enfermedad de Lenégre) b. Secundaria a fibrosis y calcificación del «esqueleto cardíaco» (enfermedad de Lev) c. Fibrosis del sistema de conducción posvírica d. Enfermedad hereditaria del sistema de conducción 2. Vías anómalas de conducción (síndrome de Wolff-Parkinson-White, derivación con período refractario corto) B. Anomalías de la repolarización 1. Anomalías congénitas de la duración del Intervalo QT a. Síndromes congénitos con intervalo QT largo 1) Síndrome de Romano-Ward (sin hipoacusia) 2) Síndrome de Jervell y Lange-Nielsen (con hipoacusia) b. Síndrome congénito con intervalo QT corto 2. Síndromes adquiridos (o provocados) con intervalo QT largo a. Efecto farmacológico (¿con predisposición genética?) 1) Cardíaco, antiarrítmico 2) No cardíaco 3) Interacciones farmacológicas b. Alteración electrolítica (¿respuesta modificada por predisposición génica?) c. Sustancias tóxicas d. Hipotermia e. Lesión del sistema nervioso central; hemorragia subaracnoidea 3. Síndrome de Brugada: bloqueo de rama derecha y elevaciones del segmento ST sin isquemia 4. Síndrome de la repolarización temprana C. Fibrilación ventricular de causa desconocida o incierta 1. Falta de causas estructurales o funcionales identificables a. Fibrilación ventricular «idiopática» b. Torsades de pointes con acoplamiento corto, taquicardia ventricular polimórfica c. Infiltración fibrograsa ¡nespecífica en víctima previamente sana (¿variación de displasia ventricular derecha?) 2. Sueño-muerte en personas del Sudeste asiático (v. VIIB3, síndrome de Brugada) a. Bangungut b. Pokkuri c. Lai-tai VIII.Inestabilidad eléctrica relacionada con influencias neurohumorales y del sistema nervioso central A. Taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica B. Otras arritmias dependientes de las catecolaminas C. Relacionadas con el sistema nervioso central 1. Estrés físico, extremos emocionales (síndrome de takotsubo) 2. Relacionadas con sistema auditivo 3. «Muerte del vudú» en culturas primitivas 4. Enfermedades de los nervios cardíacos 5. Expresión de arritmia en síndrome congénito con intervalo QT largo IX. Síndrome de la muerte súbita del lactante y muerte súbita en niños A. Síndrome de la muerte súbita del lactante 1. Inmadurez de funciones de control respiratorio 2. Síndrome del intervalo QT largo 3. Cardiopatía congénita 4. Miocarditis B. Muerte súbita en niños 1. Síndrome de Eisenmenger, estenosis aórtica, miocardiopatía hipertrófica, atresia pulmonar 2. Después de cirugía correctora para cardiopatía congénita 3. Miocarditis 4. Trastornos génicos de la función eléctrica (p. ej., síndrome del Intervalo QT largo) 5. Sin causa estructural o funcional identificada X. Varios A. Muerte súbita durante actividad física extrema (v. causas predisponentes) B. Commotio cordis: traumatismo torácico cerrado C. Interferencia mecánica con el retorno venoso 1. Taponamiento cardíaco agudo 2. Embolia pulmonar masiva 3. Trombosis intracardíaca aguda D. Aneurisma disecante de la aorta E. Trastornos tóxicos y metabólicos (diferentes a los efectos sobre el Intervalo QT enumerados anteriormente) 1. Trastornos electrolíticos 2. Trastornos metabólicos 3. Efectos proarrítmicos de fármacos antiarrítmicos 4. Efectos proarrítmicos de fármacos no cardíacos F. Simuladores de muerte súbita cardíaca 1. «Café coronario» 2. Estados alcohólicos agudos («corazón de las vacaciones») 3. Crisis asmáticas agudas 4. Embolia aérea o de líquido amniótico i 3 Isquem ia transitoria T T T T P a ra d a c a rd ía c a y m uerte súb ita c a rd ía ca M odificadores: Carga isquémica Fluctuaciones hemodinámicas Variaciones autónomas Fármacos/electról itos Perfil genético FIGURA 3 9-8 Fisiopatología de las taquiarritmias ventriculares en la cardiopatía coronaria. Los riesgos a corto y largo plazo de generar taquicardia o fibrilación ventricular (TV/FV) y de episodios recurrentes se relacionan con la presencia de factores fisiológicos transitorios o persistentes. La TV/FV causada por isquemia transitoria (A) y la fase aguda (24 a 48 h) del infarto de miocardio (B) no predicen los episodios recurrentes si la isquemia recurrente es prevenible. Por el contrario, la TV/FV asociada a un infarto de miocardio cicatrizado, con o sin isquemia transitoria aguda (C), se asocia a un riesgo de recurrencia. La miocardiopatía isquémica prolongada (D), especialmente cuando se acompaña de insuficiencia cardíaca, establece un sustrato asociado a un riesgo de TV/FV y de recurrencias con el tiempo. Una serie de influencias modificadoras contribuye a la expresión individual. (Modificado de Myerburg RJ: Implantable cardioverter-defibrillators after myocardial infarction. N Engl J Med 359:2245, 2008.) H ip ertro fia ventricu
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