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LA_REFORMA_DE_LA_POLITICA_AGRARIA_COMUN_Y_SU_INFLU

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LA REFORMA DE LA POLÍTICA AGRARIA COMÚN Y SU INFLUENCIA 
SOBRE LA DEMANDA DE AGUA DE RIEGO 
 
José A. GÓMEZ-LIMÓN 
Dpto. Economía Agraria. E.T.S.II.AA. Universidad de Valladolid 
Avda. Madrid, 57. 34071 Palencia. España. E-mail: limon@iaf.uva.es 
 
 
RESUMEN 
 
La agricultura de regadío está influenciada directamente por distintas políticas de la 
UE, en especial por la Política Agraria Común (PAC) y por su política 
medioambiental. El presente trabajo trata de analizar las interrelaciones entre ambas 
políticas europeas y su influencia sobre los sistemas agrarios de regadío. En 
concreto, se analiza cómo la reciente reforma de la PAC ha influido sobre la función 
de demanda de agua, de cara a estudiar el impacto que tendría la tarifación que 
propone la Directiva Marco de Agua (DMA). Asimismo, se han establecido diferentes 
escenarios futuros de la PAC al objeto de estudiar las repercusiones que éstos, en 
conjunción con la DMA, tendrían sobre estas zonas agrícolas. 
La metodología seguida para ello ha sido la realización de simulaciones a través de 
modelos de programación matemática, desarrollados dentro del paradigma de la 
Decisión Multicriterio. Esta metodología se ha puesto en práctica en la Comunidad 
de Regantes del Bajo Carrión (Palencia). 
Los resultados obtenidos demuestran la necesidad de coordinación de ambas 
políticas para conseguir los objetivos económicos (mantenimiento de retas agrarias y 
recuperación de costes) y ambientalistas (ahorro de agua) perseguidos. 
 
Palabras clave: Política Agraria Común, Precio del agua, Agricultura de regadío, 
Programación matemática, España. 
 
 
ABSTRACT 
 
Irrigation agriculture is directly influenced by different UE policies, especially by the 
Common Agricultural Policy (CAP) and by its Environmental Policy. This paper tries 
to analyse the interrelationships between both European policies and their influence 
on the irrigation systems. In this way, it is analysed how the recent CAP reform has 
influenced on the water demand function, in order to study the impact that the water 
pricing proposed by the Framework Directive on Water (FDW) would have. Also, it 
has been established different future scenarios of the CAP to study their 
repercussions, at the same time with the FDW, would have on these agricultural 
areas. 
The methodology followed for this study has been simulations through mathematical 
programming models, developed within the Multicriteria Decision Making paradigm. 
This methodology has been tested in the Community of Irrigants of the Bajo Carrión 
(Palencia, Spain). 
The results obtained show the necessity of co-ordination between both policies in 
order to reach the economic (agricultural incomes maintenance and full cost 
recovery) and environmental (water save) objectives proposed. 
 
Key words: Agricultural policy; Water pricing; Irrigated agriculture; Mathematical 
programming; Spain. 
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS 
 
La agricultura de regadío está influenciada directamente por distintas políticas de la 
UE, en especial por la Política Agraria Común (PAC) y por su política 
medioambiental. Buena muestra de ello las repercusiones que está teniendo la 
última reforma de la PAC (Agenda 2000) y el previsible impacto que tendrá la 
aplicación de la Directiva Marco de Agua (DMA). A pesar de la importancia de 
ambas para estos sistemas agrícolas, existe una evidente descoordinación entre 
ellas, ya que en el desarrollo de una se ignora la evolución de la otra. Así, mientras que 
la primera promueve una mayor liberalización y la competencia de la agricultura 
europea en el plano internacional, la segunda trata de imputar costes adicionales a la 
actividad agraria en el regadío, dificultando con ello su nivel de competitividad. 
 
El presente trabajo trata de establecer una metodología que permita estudiar las 
interrelaciones entre ambas políticas comunes y su influencia sobre los sistemas 
agrarios de regadío. De igual manera se pretende realizar una aplicación práctica de 
la misma sobre un sistema de regadío concreto, analizando cómo la reciente 
reforma de la PAC ha influido sobre la función de demanda de agua del regadío, y 
con ello estudiar el impacto que tendría la hipotética repercusión total de costes que 
propone la DMA. Asimismo, se proponen diferentes escenarios futuros de la PAC al 
objeto de estudiar las repercusiones que éstos, en conjunción con la DMA, tendrían 
sobre la agricultura de regadío de la zona de estudio. 
 
Creemos que desarrollos metodológicos en esta línea y su aplicación a sistemas de 
regadío reales son indispensables para que las autoridades responsables sean 
conscientes de las consecuencias que tendrían sus decisiones en relación al desarrollo 
de la política agraria y al régimen económico-financiero del agua. 
 
2. METODOLOGÍA 
 
2.1. La modelización a través de la programación matemática 
 
Un principio básicamente aceptado en la Teoría económica es que el comportamiento 
de los empresarios se rige por la maximización del beneficio. Este axioma ha sido, sin 
embargo, frecuentemente discutido por distintos autores. Éstos consideran que los 
empresarios a la hora de tomar sus decisiones de producción tienen en mente, además 
del beneficio, otra serie de consideraciones relacionadas con su entorno económico, 
social, cultural y ambiental. Piénsese por ejemplo en la aversión al riesgo, la 
minimización de capital circulante en la producción, la minimización de la 
complejidad de gestión, minimización de la mano de obra ajena y un largo etcétera. 
En este contexto el empresario tomará sus decisiones de forma que se intente 
satisfacer, en la medida de lo posible, todos ellos de forma simultánea. En el caso 
del sector agrario, numerosos estudios empíricos ratifican la diversidad de objetivos 
tenidos en cuenta por sus productores. De forma particular en España existen 
pruebas al respecto, como ponen de manifiesto Sumpsi et al. (1993 y 1997), Gómez-
Limón y Berbel (1995) y Amador et al. (1998). 
 
Antes estas evidencias, consideramos necesario analizar el problema económico 
que nos ocupa dentro de la estructura teórica del paradigma de la Decisión 
Multicriterio. En concreto, hemos optado por realizar una modelización basada en la 
Teoría de la utilidad multiatributo (TUMA). La TUMA tiene por objeto reducir los 
problemas de decisión en contexto multicriterio a través de una función de utilidad 
cardinal, expresión matemática capaz de ordenar las preferencias entre las distintas 
alternativas de acuerdo con un criterio único; el valor alcanzado por la función de 
utilidad. 
 
Normalmente en el ámbito agrario se ha optado por calcular funciones de utilidad 
aditivas, especialmente cuando uno de los criterios considerados es el riesgo. Este 
estudio ha optado por seguir esta misma línea, y basar las simulaciones en una 
función de utilidad multiatributo separable y aditiva. 
 
La valoración de las distintas alternativas (función de utilidad) en el caso de estas 
funciones aditivas resulta de sumar las contribuciones de cada uno de los atributos 
considerados adecuadamente ponderados en función de su importancia. Como los 
diferentes atributos están medidos en diferentes unidades, se requiere la 
normalización correspondiente. Matemáticamente resultaría: 
U wi
j
n
=
=
∑
1
rj ij , i = 1, ..., m 
donde Ui es el valor de la utilidad de la alternativa i, wj es la ponderación o peso 
otorgado al atributo j y rij es el valor del atributo j para la alternativa i. 
 
La técnica multicriterio elegida para estimación de la función de utilidad es la 
desarrollada por Sumpsi et al. (1993 y 1997), posteriormente empleada con éxito en 
diversos estudios por Gómez-Limón y Berbel (1995 y 1999) y Amador et al. (1998). 
Nos remitimos a ellos para cualquier consulta en relación a la misma. 
 
2.2. El futuro del regadío. Los escenarios propuestos 
 
La metodología multicriterio anteriormente expuesta nos servirá para definir la 
función objetivo en el modelo matemático construido para simular el comportamientode los productores de la zona de estudio en el caso que el contexto normativo que 
afecta al regadío cambie (tarifación del agua de riego y nuevas reformas de la PAC). 
Para realizar, pues, este estudio se han tenido que definir una serie de hipotéticos 
escenarios normativos teniendo en cuenta el futuro de ambas políticas. 
 
a) Escenarios de la aplicación de la DMA 
 
Ante la indeterminación de la aprobada DMA respecto a la magnitud necesaria para 
la tarifación y la ausencia de datos oficiales relacionados con el coste del servicio del 
agua a la agricultura, en esta investigación se ha optado por considerar 3 escenarios 
diferentes de la tarifación del agua de riego en la zona concreta de estudio: 
 
 Tarifación “blanda”. Se considera una tarifa del agua de 4 ptas/m3. En ningún 
caso esta cantidad tendría por efecto la recuperación de costes totales, pero al 
menos sí la provisión de incentivos para el uso eficiente del recurso, tal y como 
dispone la DMA 
 Tarifación “media”. En un intento de aplicar el principio de recuperación total 
del coste del agua en la zona de regadío analizada, una tarifa de 6 ptas/m3 
podría considerarse como un valor “razonable”. 
 Tarifación “dura”. Este último caso considera una tarifa de 8 ptas/m3. Se 
trataría de una repercusión aproximada del coste integro del agua, considerando 
incluso los costes ambientales. 
 
b) Escenarios de la PAC 
 
Han sido 5 los escenarios planteados en relación al futuro de la PAC (A, B, C, D y 
E), a los cuales deberemos sumar el vigente hasta 1999 (Pre-A), que nos servirá de 
referencia para realizar la oportuna comparativa. Las características básicas de 
estos escenarios son: 
 
 Escenario Pre-A. Se trata de la situación vigente hasta la campaña 1998-1999, 
la cual suponía, tras la reforma del 92, unos precios de intervención de los 
cereales de 119,19 euros/t y unas ayudas directas que variaban según cultivo 
(ver Tabla 1). La retirada estaba fijada en el 5%. 
 Escenario A. En este escenario se plantean los cambios aprobados en la última 
reforma de la PAC de 1999 (Agenda 2000), aplicable en su integridad a partir 
del año 2002. En concreto, se trata de una bajada de los precios institucionales 
de los cereales en un 15%, compensados con una subida de los pagos directos 
en el mismo porcentaje. La retirada obligatoria se ha fijado en un 10%. 
Otro cambio destacado introducido por la aprobación de la Agenda 2000 ha sido 
el aumento del rendimiento medio asignado a España para el cálculo de las 
ayudas de los cultivos herbáceos. Este incremento se ha permitido una 
sustancial subida de los rendimiento teóricos del conjunto del regadío. En 
concreto, para la comarca en la que se encuentra la zona de estudio, las 
subidas pueden observarse en la Tabla 1. 
 Escenario B. Se ha considerado para este escenario hipotético la posibilidad de 
una reducción de los pagos directos en un 50%. Esta posibilidad de bajada de 
las ayudas se podría plantear en un futuro no muy lejano si continúa la 
tendencia liberalizadora de la PAC. El resto de parámetros (reducción de 
precios de los cereales, rendimientos teóricos y porcentaje de retirada) 
permanecen como en el caso anterior. 
 Escenario C. Este escenario, en la línea del anterior, plantea la hipótesis de la 
supresión total de las ayudas directas. Esta situación, aún poco realista, merece 
la pena su estudio para comprobar el impacto que tendría sobre la demanda de 
agua la liberalización total de la agricultura. En este caso, los precios de los 
cereales permanece como antes, pero los rendimientos teóricos y la retirada 
obligatoria se anulan (no tienen sentido en este contexto de liberalización). 
 Escenario D. Este escenario plantea otra tendencia liberalizadora, como es una 
nueva bajada de precios de intervención de los cereales, pero en este caso sin 
subida alguna de las ayudas. Concretamente, se plantea la posibilidad de una 
disminución de precio de los cereales del 30% sobre los existentes antes de la 
aprobación de la Agenda 2000, lo que supondría la práctica igualación a los 
precios mundiales. El resto de parámetros quedarían establecidos como en el 
escenario A. 
 Escenario E. En la discusión inicial de la Agenda 2000 se planteó la 
conveniencia de fijar un rendimiento único para el regadío, que afectaría a la 
determinación de los pagos de todos los cultivos COP (incluyendo al maíz) y a 
la retirada. El efecto que hubiese tenido esta medida es el que se plantea este 
escenario. Para ello se ha considerado un rendimiento medio de 5,6 t/ha, 
resultado de una media ponderada de los COP actualmente cultivados. El resto 
de variables permanecen como en el escenario A. 
 
Tabla 1. Escenarios de la PAC 
 
Escenario Pre-A 
(Anterior a la 
Agenda 2000) 
Escenario A 
(Agenda 
2000) 
Escenario B 
(Bajada pagos 
directos) 
Escenario C 
(Supresión pa-
gos directos) 
Escenario D 
(Bajada 
precios) 
Escenario E 
(Rto. teórico 
único) 
Variación 
precios 
cereales 
Actuales -15% -15% -15% -30% -15% 
Pagos 
directos 
(euros/t) 
Cer. = 54,34 
Oleag. = 94,24 
Prot. = 78,49 
Ret. = 68,83 
Cer. = 63 
Oleag. = 63 
Prot. = 72,5 
Ret. = 63 
Cer. = 31,5 
Oleag. = 31,5 
Prot. = 36,25 
Ret. = 31,5 
Cer. = 0 
Oleag. = 0 
Prot. = 0 
Ret. = 0 
Cer. = 63 
Oleag. = 63 
Prot. = 72,5 
Ret. = 63 
Cer. = 63 
Oleag. = 63 
Prot. = 72,5 
Ret. = 63 
Rtos. 
teóricos 
(t/ha) 
Medio = 
3
,
1 
Maíz = 6,5 
Otros cer.= 3,0 
Medio = 
3
,
6
Maíz = 7,5 
Otros cer.= 3,5 
Medio = 
3
,
6
Maíz = 7,5 
Otros cer.= 3,5 
Medio = 
-
- 
Maíz = -- 
Otros cer.= -- 
Medio = 
3
,
6 
Maíz = 7,5 
Otros cer.= 3,5 
Medio = 5,6 
Retirada 5% 10% 10% 0% 10% 10% 
Cer. = Cerales; Oleag. = Oleaginosas; Prot. = Proteaginosas y Ret. = Retirada. 
 
3. PRESENTACIÓN DE LA ZONA DE ESTUDIO 
 
La evaluación del impacto de las distintas políticas sobre la gestión de los recursos 
hídricos necesita concretarse en el análisis de sistemas reales de agricultura de 
regadío. Para ello, la aplicación práctica de la metodología propuesta se realizará 
sobre la Comunidad de Regantes del Bajo Carrión, situada en el centro de la 
provincia de Palencia, en el norte de España. 
 
En total, la zona comprende 6.600 has regadío, integrando a 907 comuneros, lo que 
implica una superficie media por explotación de 7,42 has. El sistema de riego que 
predomina es por superficie, utilizando el riego por aspersión únicamente en el caso 
de la remolacha. 
 
La distribución general de cultivos en un año medio sin restricciones de agua, suele 
ser, por orden decreciente: cereales de invierno, maíz, remolacha, alfalfa, girasol y 
otros cultivos menores. 
 
La dotación de agua media está en torno a los 4.500 m3/ha anuales, repartido 
durante toda la campaña de riego. 
 
La elección de esta zona para el estudio de un caso real se ha debido tanto por su 
características técnicas (homogeneidad de la explotaciones integrantes en cuanto a 
dimensiones y suelos), que la hacen muy adecuada para la aplicación de la 
metodología propuesta, como a razones de orden práctico, por la buena disposición 
de datos de calidad. 
 
Las fuentes consultadas para reunir la información necesaria para el estudio 
(alimentación de los modelos) fueron tanto oficiales como obtenidas a través de una 
encuesta realizada a 50 agricultores de la zona. 
 
4. MODELO MULTICRITERIO 
 
4.1. Variables 
 
Las variables que se consideran en el modelo son las superficies destinadas a cada 
uno de los cultivos (xi) presentes en la zona de estudio. 
 
4.2. Objetivos 
 
Los objetivos que a priori vamos a definir como los más relevantes para explicar el 
comportamiento de los agricultores del área de estudio son: 
 
a) Maximizar el Margen Bruto (MB). 
b) Minimizar el riesgo, contabilizado como la varianza del MB esperado 
(VAR). 
c) Minimizar la Mano de Obra (MO). 
 
4.3. Restricciones 
 
En cuanto a restricciones, el modelo desarrollado cuenta con las siguientes: 
 
a) Utilización de la superficie total (explotación ideal de 100 ha). 
b) Limitaciones de la PAC(cuota de remolacha y obligación de retirada de 
tierras). 
c) Sucesión y frecuencia de los cultivos. 
d) Limitaciones de mercado y limitaciones tradicionales. 
 
4.4. Resultado del modelo multicriterio 
 
De la resolución del procedimiento multicriterio empleado, se han obtenido las 
siguientes ponderaciones de los diferentes objetivos: 
 
W1 (maximizar MB) = 0,832 W2 (minimizar VAR) = 0,168 W3 (minimizar MO) 
= 0,000 
 
Ante los resultados obtenidos se puede afirmar que a nivel agregado los agricultores 
de la CR del Bajo Carrión maximizan el margen bruto (MB) con un peso de 0,8321 y 
minimizan el riesgo (VAR) con un peso de 0,1679. Sin embargo, para el empleo 
práctico de una función de utilidad, se deben normalizar los pesos. Del resultado de 
esta operación se obtiene una expresión operativa de U que puede expresarse como 
sigue: 
 
U = 7,33 GM – 431,69 VAR 
 
4.5. Simulación de los distintos escenarios. Cálculo de las funciones de 
demanda 
 
Para la simulación de los escenarios planteados se ha optado por calcular 6 funciones 
de demanda de agua para riego en la zona de estudio, una por escenario de la PAC 
propuesto. El impacto de las diferentes tarifas planteadas podrá así ser analizado sobre 
cada de estas funciones de demanda. 
 
La generación de curvas de demanda de agua exige la construcción de los 
correspondientes modelos de simulación. Éstos serán semejantes al que nos ha 
permitido obtener la matriz de pagos anterior, pero cada unos de ellos se verá 
modificado en los aspectos relacionados con cada escenario de la PAC, en especial lo 
concerniente a precios y subvenciones que configuran el margen bruto de cada uno de 
los cultivos. Además, todos los modelos deberán tener en cuenta las siguientes 
consideraciones: 
 
1. La función a optimizar (maximizar) es la función de utilidad anteriormente 
obtenida. 
2. Para el cálculo del margen bruto (MBi) de cada uno de los cultivos se 
considera un coste extra, generado por la tarifa del agua considerada. 
3. Se introducen nuevas actividades para posibilitar la modelización de los 
cultivos con riegos deficitarios y de los cultivos de secano realizados en la 
zona. 
 
Planteados así los modelos, la operativa para simular el comportamiento de los 
agricultores en cada uno de ellos será parametrizar el valor del agua de riego, 
comenzando con una tarifa de 0 ptas/m3. Esta tarifa será la que se irá 
incrementando progresivamente, incorporándose como un coste variable del cultivo. 
Así se podrá calcular para cada tarifa el plan de cultivo eficiente, y con ello el 
consumo de agua (curva de demanda de agua de riego), la renta y el empleo 
generado, la recaudación obtenida por el Estado y los fertilizantes consumidos. 
 
5. RESULTADOS 
 
5.1. Funciones de demanda y consumo de agua 
 
Los resultados de las simulaciones antes apuntadas, según escenarios de la PAC, 
pueden observarse gráficamente como curvas de demanda de agua en la Figura 1. 
 
En la figura se puede observar cómo, aunque existen notables diferencias entre las 
distintas curvas, todas ellas siguen un patrón similar, en cuanto que cuentan con dos 
tramos completamente diferenciados: 
 
 Tramo “inelástico”. Durante este primer tramo la reacción es inelástica; es 
decir, ante un aumento del precio del agua el agricultor se resiste a cambiar 
de planes de cultivo para reducir su consumo de agua. 
 Tramo “elástico”. La curva de demanda de agua adquiere para precios 
mayores una forma mucho más elástica; es decir, ante aumentos sucesivos 
del precio, el agricultor altera sus planes de cultivo introduciendo 
progresivamente aquéllos con menor consumo hídrico. 
 
Figura 1. Curvas de demanda de agua para riego 
0
2
4
6
8
10
2.000 2.500 3.000 3.500 4.000 4.500 5.000
Consumo agua (m3/ha)
Pr
ec
io
 a
gu
a 
(p
ta
s/
m
3 )
Pre-A A B C D E 
 
Este mismo patrón de comportamiento ya se ha analizado en estudios anteriores, 
entre los cuales podemos destacar a Wahl (1989), Montginoul y Rieu (1996), Sumpsi 
et al. (1998), Berbel et al. (1999a y b) y Gómez-Limón y Berbel (1999). 
 
Esta circunstancia es muy importante a la hora de afrontar la tarifación del agua, ya 
que si se quiere con ello generar un ahorro significativo en su consumo (diminución 
de las cantidades demandas por ha) como base para la mejora de la eficiencia en su 
utilización, las tarifas deben situarse por encima del tramo inelástico. 
 
La existencia del tramo inelástico se debe básicamente a la rigidez de estrategias de 
adaptación a la tarifación con que cuenta los agricultores. Efectivamente, en la zona 
de la meseta en que se encuentra la CR del Bajo Carrión, la única adaptación que 
pueden realizan en la práctica es la sustitución de cultivos de regadío por cultivos de 
secano, habida cuenta del escaso número de cultivos y técnicas agrícolas posibles 
(Sumpsi et al., 1998). En la zona regable analizada, y para todos los escenarios de 
la PAC planteados, el inicio del tramo elástico coincide con la sustitución del trigo de 
regadío por la cebada de secano. Así, el punto de inflexión que separa ambos 
tramos se produce cuando la utilidad (rentabilidad y seguridad en el MB, ponderadas 
según la expresión multiatributo) aportada por ambos cultivos se iguala. Hasta dicho 
nivel de precios apenas se producen cambios de cultivos o de técnicas (uso de 
riegos deficitarios). Tras este punto de inflexión, y en un goteo sucesivo, se 
sustituyen cultivos con altas demanda de agua (por orden: trigo, maíz, alfalfa y 
remolacha) por otros de secano, hasta llegar a una alternativa cebada-girasol 
completamente de secano para tarifas superiores a las 20 ptas/m3. 
 
Pero quizá lo más revelador son las diferencias existentes entre escenarios de la 
PAC en cuanto al precio en que cambia la pendiente de las respectivas curvas de 
demanda (ver Tabla 4). De la observación de estos resultados se puede deducir que 
a medida que disminuyen los precios de los cereales, el tramo inelástico se hace 
más corto. Así, puede comprobarse como sucesivamente el punto de inflexión en el 
escenario Pre-A (sin reducción precios cereales) se sitúa en 8 ptas/m3, para bajar a 
las 6 ptas/m3 en los escenarios A, B, C y E (reducción de precios del 15%) y llegar 
hasta las 3 ptas/m3 en el escenario D (reducción de precios del 30%). Este 
comportamiento, por lo comentado hasta el momento, se debe a que con la bajada 
de precios de cereales el cultivo del trigo en regadío pierde competitividad relativa en 
términos de utilidad frente al resto de cultivos (la cebada de secano en particular), 
produciéndose la igualación de utilidades entre ambos cultivos para tarifas más 
bajas. 
 
Tabla 4. Tramos inelásticos y elásticos de las curvas de demanda 
 Tramo inelástico (ptas/m3) 
Tramo inelástico 
(ptas/m3) 
Escenario Pre-A 0-8 > 9 
Escenario A 0-6 > 7 
Escenario B 0-6 > 7 
Escenario C 0-6 > 7 
Escenario D 0-3 > 4 
Escenario E 0-6 > 7 
 
Otra diferencia a destacar entre las curvas dispuestas sobre la Figura 1 es la 
posición relativa de las mismas. En este sentido puede observarse cómo a medida 
que disminuyen las subvenciones (Escenarios A, Pre-A, B y C sucesivamente), las 
correspondientes curvas se desplazan hacia la izquierda. Este fenómeno cabe 
imputarlo a la utilidad decreciente que genera el maíz para sus cultivadores en cada 
uno de estos escenarios. Efectivamente, con la disminución de ayudas, este cultivo 
se vuelve menos rentable (con los pagos directos Agenda 2000, éste se encuentra 
más subsidiado que el resto de cereales) y además más arriesgado (el margen 
depende progresivamente más de los ingresos por ventas, mucho más variable en el 
caso del maíz que en los cereales de invierno). De ello puede deducirse que a 
medida que las ayudas directas decrecen, el interés, en términos de utilidad, por el 
mismo para el productor decae en mayor medida que el resto de cultivos. Por ello la 
importancia del maíz en el plan de cultivos óptimo mengua en igual medida. Este 
hecho es importante para la demanda de aguaen la medida que este cultivo es muy 
intensivo en agua, de manera que una disminución en su superficie produce como 
efecto directo el descenso en la demanda (desplazamiento a la izquierda) 
 
De las mismas curvas de demanda de agua se pueden deducir igualmente las 
variaciones porcentuales en el consumo para los diferentes escenarios planteados 
(ver Tabla 5). 
 
Tabla 5. Variación en el consumo de agua 
 Tarifa = 4 ptas/m3 Tarifa = 6 ptas/m3 Tarifa = 8 ptas/m3 
Escenario Pre-A -4,3% -6,5% -8,7% 
Escenario A -2,3% -4,8% -29,5% 
Escenario B -10,6% -12,3% -44,0% 
Escenario C -16,1% -16,1% -51,2% 
Escenario D -16,2% -30,0% -40,1% 
Escenario E -16,1% -16,1% -51,2% 
Variaciones sobre el consumo en 1999 (Escenario Pre-A y tarifa del agua nula), equivalente a 4.751 
m3/ha. 
 
De los anteriores resultados se puede deducir cómo los mayores descensos se 
corresponden con la siguientes circunstancias: mayores tarifas, menores precios de 
los cereales y menores subvenciones. Con estos criterios es fácil comprobar cómo 
los mayores descensos en el consumo para tarifa bajas o medias (4 y 6 ptas/m3) se 
corresponden con el escenario D de la PAC (liberalización vía descenso de precios), 
mientras que para la tarifa de 8 ptas/m3 se refiere al escenario C (liberalización vía 
disminución de ayudas). 
 
Los resultados obtenidos para el escenario de la PAC actualmente vigente 
(escenario A) muestran cómo sería necesario llegar a tarifas superiores a las 6 
ptas/m3 (comienzo del tramo elástico) para conseguir una disminución apreciable en 
el consumo de agua. Así, con una tarifa de 8 ptas/m3 se éste se reduciría en casi el 
30% sobre el consumo de 1999. No obstante, es conveniente destacar la mejora 
producida con respecto al escenario anterior (Pre-A), que al presentar un tamo 
inelástico que llegaba hasta las 8 ptas/m3, la reducción en el consumo apenas 
llegaba al 8% para la tarifa más alta considerada. 
 
Caso interesante es el escenario E de la PAC. En esta ocasión, tan sólo la 
igualación de los pagos directos para todos los cultivos de regadío (igualación de 
rendimientos teóricos), provoca una considerable bajada en el consumo para todos 
los escenarios de la DMA, que llega a supera el 50% para una tarifa de 8 ptas/m3. 
Estos resultados están motivados por la bajada de utilidad relativa del maíz frente al 
resto de cultivos. En efecto, la igualación de rendimientos es un claro perjuicio para 
este cereal, mientras que para el resto de cultivos COP significa una mejora 
sustancial. Con ello en este escenario el maíz disminuye de forma espectacular su 
importancia cuantitativa en los planes óptimos de cultivo, en favor de los cereales de 
invierno, mucho menos exigentes en agua. Tal circunstancia se manifiesta en 
términos de consumo de agua con la significativa bajada ya apuntada. 
 
5.2. Impacto económico: renta agraria y recaudación estatal 
 
La variación del margen bruto total de las explotaciones, motivadas por la aplicación 
conjunta de la PAC y la DMA, al igual que la recaudación estatal obtenida por la 
tarifación, pueden observarse en la siguiente tabla para cada uno de los escenarios 
propuestos. 
 
Tabla 6. Variación en el margen bruto y la recaudación estatal 
Tarifa = 4 ptas/m3 Tarifa = 6 ptas/m3 Tarifa = 8 ptas/m3 
 Variación MB 
(%) 
Recaudación 
estatal 
(ptas/ha) 
Variación MB 
(%) 
Recaudación 
estatal 
(ptas/ha) 
Variación MB 
(%) 
Recaudación 
estatal 
(ptas/ha) 
Escenario Pre-A -13,7% 18.179 -20,2% 26.650 -26,3% 34.707 
Escenario A -15,8% 18.559 -22,5% 27.141 -28,3% 26.814 
Escenario B -32,4% 16.999 -38,2% 25.012 -42,5% 21.290 
Escenario C -49,7% 15.945 -55,1% 23.918 -58,9% 18.535 
Escenario D -27,6% 15.926 -33,0% 19.966 -37,0% 22.771 
Escenario E -13,0% 15.945 -18,4% 23.918 -22,2% 18.535 
Variaciones sobre el MB en 1999 (Escenario Pre-A y tarifa del agua nula), equivalente a 147.794 
ptas/ha. 
 
Lo primero que el lector puede observar es que todos los casos analizados suponen 
pérdidas de rentas para los productores. Efectivamente, estas bajadas del MB total 
de las explotaciones son consecuencia del negativo impacto que sobre las 
economías domésticas de los agricultores tienen la tarifación del agua y los 
escenarios de la PAC planteados. 
 
En general, la política de tarifación del agua supone una importante disminución de 
la renta de los agricultores, motivada por una doble causa: 
 
- Los pagos originados por el propio precio del agua. El abono de estas 
cantidades supone una transferencias de rentas de los agricultores de 
regadío al Estado, aunque bien es cierto que en parte tratan de compensar 
las transferencia de éste último al sector agrario, realizadas mediante la 
construcción de las infraestructuras de riego necesarias (embalses, 
canales, etc.). Este es el principal objetivo de la “recuperación total de los 
costes” que promueve la DMA. 
- Por el abandono de los cultivos que generan mayores beneficios, 
normalmente los más exigentes en agua (maíz, alfalfa o remolacha). Esta 
pérdida podría considerarse como una transferencia de rentas a otros 
sectores de la sociedad, en la medida que el agua ahorrada con este 
cambio de cultivos puede generar un aumento de productividad en las 
nuevas actividades desarrolladas con su uso. 
 
También los escenarios de la PAC afectan en su mayoría a los productores de forma 
negativa. Efectivamente, cualquier evolución de esta política común hacia la 
liberación (disminución de precios y/o pagos directos) produce minoraciones de 
rentas agrarias en una agricultura tan subsidiada como la europea. La aplicación de 
estas medidas liberalizadoras serían en este caso disminuciones en las trasferencias 
de rentas que recibe el sector, bien del sector público (ayudas por superficie) bien de 
los consumidores (precios subvencionados). 
 
Las pérdidas de margen bruto observadas en la Tabla 6 son, pues, el resultado 
conjunto de los escenarios de la PAC y de aplicación de la DMA propuestos. Aunque 
es imposible diferenciar en estos valores la importancia porcentual exacta de una y 
otra política, es interesante comparar los descensos del escenario Pre-A (aplicación 
sólo de la DMA) con el resto. De esta forma podría observarse de forma diferencial 
la dependencia que tiene el margen bruto obtenido por los productores en cada uno 
de los escenarios analizados en relación a ambas políticas. Con esta simple 
comparativa queda de manifiesto la gran importancia de la tarifación sobre el MB 
total de los agricultores de regadío, llegando a producir pérdidas de MB superiores al 
25% para su tarifa más “dura” (8 ptas/m3). Si a este efecto negativo sobre las rentas 
le sumamos los perjuicios generados por los distintos escenarios liberalizadores de 
la PAC, las pérdidas pueden llegar a superar el 50%. En definitiva, la unión de las 
políticas de tarifación y de liberalización de la PAC suponen una pérdida muy 
significativa de la rentabilidad de las explotaciones de regadío en la zona de estudio, 
que podría provocar el abandono de la propia actividad. 
 
Otro hecho que conviene señalar de los resultados anteriores es que en los casos 
de tarifación que se incluyen en el tramo inelástico de las curvas de demanda, las 
pérdidas de rentas producidas por la aplicación de la DMA se corresponden con las 
transferencias al Estado por el pago de la tarifación (pérdida de renta ≅ recaudación 
estatal). Sin embargo, si el nivel de tarifación afecta al tramo elástico, la pérdida de 
renta se debe tanto a las transferencias al Estado como a otros sectores en 
concepto de agua. Por ello, es interesante observar cómo superado el tramo 
inelástico, la recaudación estatal puede comenzar a descender (ver, por ejemplo, 
escenarios A, B, C y E). Así pues, a media que aumentan las tarifas del agua se 
incrementan la recaudación, hasta llegar a un máximo (punto de inflexión de la curva 
de demanda), a partir del cual ésta decae y las transferencias, ahora en concepto de 
agua, se dirigen a los nuevos usuarios del agua ahorrada. Esta circunstancia haríaque el establecimiento de las tarifas por encima del tramo inelástico dificultase la 
pretendida recuperación total de los costes. 
 
En esta misma línea debemos apuntar que el descenso de rentas motivado por el 
ahorro de agua (cambios de cultivos) puede tener justificación social si existen otros 
consumos alternativos que puedan remunerar de igual forma el uso del recurso 
(actividades más productivas) o bien, si tiene un empleo ambiental por el que la 
sociedad esté dispuesta a pagar vía impositiva. No obstante, si estas circunstancias 
no se dan, la política de tarifación sería ineficiente, en la medida que las pérdidas de 
rentas agrarias se traducirían en pérdidas globales para la economía. 
 
Las mayores pérdidas de rentas, como es fácil deducir de lo afirmado anteriormente, 
se producen en aquellos escenarios que contemplan mayores tarifas, menores 
precios y menores subvenciones (observar caso más desfavorable, correspondiente 
al escenario C para la tarifa de 8 ptas/m3). 
 
En el caso concreto del escenario actual de la PAC (escenario A), es previsible que 
los márgenes brutos totales de las explotaciones decaigan entre un 15 y un 30% 
según la tarifación elegida. En relación a este escenario, sin embargo, debemos 
llamar la atención sobre dos circunstancias: 
 
- La mayor parte de estas pérdidas se deben a la tarifación del agua, y no a 
la reforma de la PAC planteada (similitud en los valores obtenidos entre los 
escenarios Pre-A y A). 
- El nivel máximo de la recaudación estatal estaría alrededor de las 6 
ptas/m3, por los que tarifas superiores alejarían a las administraciones 
públicas de recuperar íntegramente los costes de servicio del agua. 
 
También de interés particular es el caso E (igualación de rendimientos teóricos y de 
las ayudas por superficie). Éste es el caso en que se presentan menores pérdida de 
renta, y como se apuntó en el apartado anterior, tiene unas consecuencias 
importantes sobre el consumo de agua, sobre todo para tarifas superiores a 6 
ptas/m3. Por ello, puede considerarse un buen compromiso entre criterios 
ambientales (ahorro de agua) y económicos (pérdidas de rentas inferiores al resto de 
los escenarios). 
5.3. Impacto social: empleo agrario 
El incremento del precio del agua produce, paralelamente a la disminución de su 
consumo, un descenso del empleo directo generado por el sector agrícola, ya que se 
van sustituyendo cultivos más demandantes de mano de obra por otros con menores 
requerimientos de dicho factor. La magnitud de tal circunstancia puede analizarse en 
la Tabla 7. 
 
Tabla 7. Variación del empleo y de la fertilización nitrogenada 
Tarifa = 4 ptas/m3 Tarifa = 6 ptas/m3 Tarifa = 8 ptas/m3 
 Variación 
empleo (%) 
Variación 
UFN (%) 
Variación 
empleo (%) 
Variación 
UFN (%) 
Variación 
empleo (%) 
Variación 
UFN (%) 
Escenario Pre-A -0,7% -5,0% -1,0% -7,6% -1,3% -10,1% 
Escenario A -0,4% -0,3% -0,8% -3,4% -1,2% -11,2% 
Escenario B -1,6% -12,5% -1,9% -15,1% -2,3% -23,7% 
Escenario C -2,4% -21,1% -2,4% -21,1% -3,6% -31,9% 
Escenario D -0,5% -2,5% -1,3% -11,7% -2,0% -20,4% 
Escenario E -2,4% -21,1% -2,4% -21,1% -3,6% -31,9% 
Variaciones sobre el empleo y la fertilización nitrogenada en 1999 (Escenario Pre-A y tarifa del agua 
nula), equivalente a 7,85 horas/ha y 223,44 UFN/ha respectivamente. 
 
Como se puede observar, las pérdidas son mínimas en todo caso; para los 
escenarios más desfavorables, escenarios C y E con tarifas de 8 ptas/m3, éstas no 
llegan al 4%. Este hecho debe explicarse de nuevo conociendo las variaciones en 
los planes de cultivos de los agricultores. Para ello hay que tener en cuenta que los 
cultivos más intensivos en trabajo, como son la remolacha o la alfalfa, proporcionan 
una alta utilidad (básicamente debido a su elevada rentabilidad económica) para 
todos los escenarios de la PAC propuestos. Por ello, su participación en el plan de 
óptimo de cultivos en todos ellos es la máxima posible, habida cuenta de las 
limitaciones de superficie existente (cupos de remolacha y limitaciones de mercado 
respectivamente). Estos cultivos sólo son sustituidos por cultivos de secano para 
tarifas por encima de las 15-20 ptas/m3, muy superiores a las planteadas para la 
aplicación de la DMA. No obstante, estos resultados habrían cambiado 
significativamente si entre los escenarios de la PAC se hubiese planteado alguno 
que incluyese reformas (liberalización mediante la reducción de precios de garantía) 
de sus respectivas OCMs. 
 
A la vista de tales consideraciones las variaciones de empleo generado en los 
escenarios de la Tabla 7 se debe únicamente a la sustitución de trigo y maíz de 
regadío por cebada de secano. Si bien este cambio en el plan de cultivos tenía una 
influencia decisiva en relación al consumo de agua y a las rentas de los productores, 
las pérdidas de trabajo que ello produce son escasas, habida cuenta del alto grado 
de mecanización con que cuentas todos los cereales. Por tal motivo, todos ellos 
presentan unos requerimientos una mano de obra muy similares, sólo ligeramente 
menores en los cereales de invierno en secano. 
 
Por último, hemos de apuntar que la mínima variación en el empleo planteada en los 
resultados hay que tomarla con cautela, ya que éstos sólo contemplan el empleo 
directo perdido, y no el indirecto (proveedores de insumos, agroindustria, etc.). 
Igualmente tampoco se tienen en cuenta la pérdida de activos agrarios que la 
conjunción de políticas liberalizadoras de la PAC y la aplicación de la DMA podrían 
provocar. 
 
5.4. Impacto ambiental: uso de fertilizantes 
 
Como puede verse en la tabla anterior, también la tarifación del agua de riego 
supone una bajada en el uso de fertilizantes. Esto se debería en principio a que en la 
producción agraria el consumo de agua va ligado con el de abonos. Así, cuando el 
agua se convierte en un factor limitante, el uso óptimo de los fertilizantes exige su 
disminución (mayores aportaciones no podrían ser absorbidas, e incluso tendrían el 
efecto nocivo de salinizar el suelo). Efectivamente, en este sentido puede 
observarse una fuerte correlación positiva entre las disminuciones de la fertilización 
nitrogenada (medidas en UFN) y las disminuciones en el consumo de agua en cada 
uno de los escenarios descritos (Tabla 5). Por este motivo se aprecia cómo para 
tarifaciones incluidas en el tramo inelástico de la curva de demanda (sin apenas 
cambios en los planes de cultivos), las bajadas en uso de abono nitrogenados son 
escasas. Tan sólo con tarifas incluidas en el tramo elástico las cantidades de abono 
aportadas a los cultivos disminuyen considerablemente en relación a la situación 
inicial. 
 
Existe, sin embargo, otro factor que condiciona la relación anterior entre el consumo 
de agua y de fertilizantes. Se trata en concreto de las necesidades de fertilización de 
los distintos cultivos. En este sentido ha de tenerse en cuenta que maíz es el cultivo 
más exigente en este tipo de fertilización (3 veces superior a los cereales de 
invierno). Así, si se analizan los cambios producidos en el plan de cultivos, se puede 
observar como la cantidad de nitrógeno aportado depende en buena medida de la 
superficie de maíz. Por esta causa se explica como incluso en el tramo inelástico se 
aprecian fuerte disminuciones de UFN/ha en los escenarios B, C y D, que se 
corresponde con aquéllos que por la bajada en las subvenciones el maíz aporta 
menor utilidad a sus cultivadores (menor importancia en el plan de cultivo elegido). 
 
6. CONCLUSIONES 
 
De los resultados del presente estudio queda patente la importancia que tiene la 
evolución de la PAC y la aplicación de la DMA para la supervivencia futura del 
regadío. Por ello, la conclusión más importante que puede obtenerse del mismo es 
la necesidad de coordinación entre las políticas agrarias y medioambientales en la 
UE. Como ha podido comprobarse, los objetivos ambientalistas (ahorro de agua) y 
económicos (recuperación de costes) de la DMA se pueden conseguir de forma 
menos traumática,sin excesivos impactos sobre las rentas agrarias, mediante la 
aplicación combinada de ambas políticas. 
 
Esta necesidad de coordinación entre ambas políticas requiere un mayor 
conocimiento de los impactos que éstas pueden producir sobre los sistemas de 
regadío. Para ello la metodología propuesta puede resultar una herramienta útil a la 
hora de simular el comportamiento de los productores desde una perspectiva 
multicriterio. 
 
Asimismo, esta necesidad de información requeriría un estudio más amplio, 
mediante la realización de las simulaciones correspondientes en un número 
significativo zonas regables, representativas de los distintos sistemas de regadío, 
tanto nivel nacional como europeo. No obstante, consideramos que el caso 
analizado puede ser representativo de muchas Comunidades de Regantes del 
Duero, y sus resultados extrapolables a todas ellas. 
 
En este sentido, teniendo en cuenta la representatividad del estudio realizado y su 
limitación geográfica, los resultados obtenidos son concluyentes respecto a los 
siguientes puntos: 
 
- Los efectos sobre el consumo de agua (mejora de la eficiencia en su uso) a 
que induce una tarifación dada está condicionada por la forma de la curva de 
demanda (composición en tramos inelásticos y elásticos), circunstancia que 
depende directa-mente de la manera en que se defina la PAC (niveles de 
precios y de ayudas a superficies). 
- Aunque la situación varía según cada escenario propuesto, el margen bruto 
del agricultor se tiene que reducir en torno a un 15-25% para que empiece a 
reducirse el consumo de agua de forma significativa. Si a ésto sumamos los 
efectos que tendrían hipotéticas reformas liberalizadoras de la PAC, esta 
disminución podría alcanzar el 50% para las explotaciones de regadío. Esto 
afectaría gravemente a la renta agraria y a la competitividad de la agricultura 
en las zonas regables, pudiendo generar la desafectación de superficies y el 
abandono de la actividad de las menos viables. 
- Los efectos sobre el empleo directo de los distintos escenarios de la PAC y de 
la DMA son mínimos, ya que la sustitución de los cultivos más intensivos en 
trabajo se produce para tarifas superiores a 15 ptas/m3. No obstante, los 
efectos sobre el empleo indirecto y los producidos por el abandono de la 
actividad podrían ser especialmente negativos para el mundo rural. 
- Los efectos ambientales de ambas políticas en relación al consumo de 
fertilizantes resulta positivo, en la medida disminuye su uso, causantes de 
problemas de contaminación difusa y salinización. No obstante, este beneficio 
es de difícil cuantificación, y podrían conseguirse de forma más eficiente con 
medidas de formación de los agricultores. 
 
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