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12 MESES DE DOMINGOS - CICLO A EL PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO CITAS DEL LECCIONARIO Isaías 2:1–5 Acontecerá que al final de los tiempos será confirmado el monte de la casa de Yahvé como cabeza de los montes; será exaltado sobre los collados y correrán a él todas las naciones. Vendrán muchos pueblos y dirán: «Vengan, subamos al monte de Yahvé, a la casa del Dios de Jacob. Él nos enseñará sus caminos y caminaremos por sus sendas.» Porque de Sión saldrá la Ley y de Jerusalén la palabra de Yahvé. Él juzgará entre las naciones y reprenderá a muchos pueblos. Convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra. Vengan, casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Yahvé. Romanos 13:11–14 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño, porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y libertinaje, no en contiendas y envidia. Al contrario, vístanse del Señor Jesucristo y no satisfagan los deseos de la carne. Mateo 24:36–44 »Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Pero como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre, pues como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. Entonces estarán dos en el campo: uno será tomado y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino: una será tomada y la otra será dejada. »Velen, pues, porque no saben a qué hora ha de venir su Señor. Pero sepan esto, que si el padre de familia supiera a qué hora el ladrón habría de venir, velaría y no lo dejaría entrar en su casa. Por tanto, también ustedes estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no piensan. COMENTARIO DE TOM WRIGHT El nuevo año del leccionario nos trae el evangelio de san Mateo, con advertencias sobre los días de Noé. Es la única vez que Noé se menciona en los evangelios; las epístolas tampoco se refieren mucho a él. ¿Por qué será? El punto en cuanto a los días de Noé es que eran normales. Comían, bebían, la vida familiar seguía igual; no había ninguna señal, ninguna indicación de lo que iba a suceder. Esto es muy diferente de los versículos anteriores, donde se mencionan señales detalladas que anuncian la destrucción de Jerusalén; algunas sugieren que estos se refieren a un ‘día’ y una ‘hora’ diferentes, la segunda venida de Jesús, que podría ocurrir en cualquier momento, no necesariamente después de una generación. Por otro lado, estas advertencias también podrían entenderse como refiriendo a la caída de Jerusalén, pero estrictamente al momento específico de la calamidad. Sin embargo, desde el principio los cristianos han creído que este texto se refiere al futuro lejano, el día para el cual el año 70 DC fue simplemente un ensayo, el día en que algunos serán ‘tomados’ (el juicio) y otros serán ‘dejados’ (la misericordia). Si queremos leer el texto de esta manera, sin embargo, debemos tener presente el énfasis de Pablo: no piensen que en este momento simplemente se encuentran en la oscuridad, sin nada para hacer antes de que llegue el gran día. El día ya empezó a amanecer con la llegada de Jesús, de manera que los seguidores de Jesús ya son gente del día. El propósito de la promesa –y la advertencia– del futuro de Dios no es inculcar ni impotencia ni autocomplacencia, sino energía para trabajar como gente del día en un mundo que piensa que todavía es de noche. Pablo tiene su propia agenda detallada de lo que esto significará. Nada de conductas ‘nocturnas’: muchos de los pecados que él enumera en el v. 13 pueden haber sido nocturnos en Roma, pero su punto es claramente metafórico, ya que las contiendas y la envidia pueden ocurrir a cualquier hora. Los que se visten del Señor del día deben renunciar a conductas de ese tipo; la naturaleza humana insistirá a gritos que es perfectamente normal disfrutar de las prácticas pecaminosas, en particular las de la carne, pero una vez que haya amanecido el día las sombras no pueden dar órdenes a la luz, ni las pesadillas a las tareas de la mañana. Para Pablo, por lo tanto, el gran evento que había anhelado Israel ya había llegado en Jesús. Esto significa que profecías como la de Isaías 2 ya han empezado a tomar forma dentro de la realidad de Dios. Pablo consideraba que su misión a los gentiles era el cumplimiento de la promesa de Isaías: las naciones ya empezaban a formar parte del pueblo de Dios, a oir el mensaje de salvación que el Dios creador había encomendado a los judíos y habido cumplido en el Mesías judío. Por consiguiente, tanto la promesa de Isaías de la paz universal como el llamado de Pablo a la santidad personal deben leerse como nuestra agenda actual. Nosotros, la iglesia, no debemos ni sentirnos impotentes ante un mundo oscuro y dormido, ni sentirnos satisfechos con las cosas tal y como están. Debemos despertar a la gente, hacerla saber que el sol ya salió, y que el juez de las naciones está en la puerta, anhelando envolver el mundo en un solo abrazo de justicia y paz.
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